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edificado en dicho año, un locaI para pulperÍa, comer-
cios que por entonces estaban en auge en nuestra cam
paña. Constaba de una construcción Ia mitad de bajos
que ocupaba eI comercio, y Ia mitad de altos destina-
da a vivienda. Techada de azotea, ésta tenía pilastras
unidas por series de columnas de material. Las pare-
des eran de piedra en Ia planta baja y ladrillos en Ia
alta, con adornos de alfarería aplicados. Jambas y diq
teies eran de piedra labrada y sus ventanas estaban
c) protegidas por rejas. Un arco permitía el ingreso ai Io
ca1 de Ia pulpería, que era de vestíbulo interior y rejas
de hierro. Sobre la entrada tenÍa una placa de mármol,
e con Ia inscripcién: - Pulpería de Fa1cón, 1851.-
Delante de Ia puerta, un muro semicir-
cular impedÍa Ia proxi.midad de animales chúcaros, o
- eventualmente facilitaba ia defensa. A través de la re-
:C ja, eI pulpero despachaba bebidas y artículos varios "
POS TAS
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Al incrementarse eI número de viajeros re
que usando los medios de transporte de la época, tran. v
sitaban por nuestra campaña, se hizo necesaria Ia exis ri
::ncia de lugares provistos de construcciones y como-
:-:ades adecuadas, donde pudieran pernoctar, si eran
4
sorprendidos por la noche en Ios largos recorridos,
cambiar caballos cuando la resistencia física de éstos
llegaba a su límite y, en una palabra, tener donde a-
cudir en procura de ayuda y colaboración.
Las lÍneas de diligencias que iban ex-
tendiendo sus recorridos, cada vez a mayores distan-
cias, fueron ias que más pesaron a través de sus ma-
yorales, capataces y dueños en Ia creación de est?s
"bases de operaciones", trfues eran éstos quienes las
necesitaban y 1o que más Ies fac:.litaría sus viajes.
Fue un proceso totalmente privado, nacido de las cir-
cunstancias y las necesidades cie una época, y que por
otra parte se vio favorecido por comercios ya estable-
cidos, como Io eran las pulperías, cuyos encargados
no tuvieron inconveniente en brindar a las diligeneLas,
potreros donde tener caballos de refresco, en ia inten*
)q ción de que mientras se cambiaban, habría parroquia-
'ic nos numerosos para su comercio que podrían almorzar,
:l cenar o pernoctar allí, con los consiguientes benefi-
C cios económicos, además de Ios que obtuvieran por
concepto de pastoreo de las numerosas tropilias nece-
q sarias para los relevos .
I_
También ias poblaciones y puestos de
estancias, se prestaban para ese fin mediante acuerdo.
i1
SoLamente cuando en las cercanÍas del lugar señalado,
no se contaba con ninguna de estas alternativas, debié
irse a Ia creación de una posta, levantando edificios
a generalmente modestos de terrón y paja, con un corrai
Y
anexo de palo a pÍque y portera, donde tener a mano
a Ios caballos. Las distancias calculadas para cada rele
vo eran de 5 a 6 leguas, aproximadamente treinta kiló-
:netros, Io cual nos permite suponer las decenas de pog
:as que habÍa en toda nuestra campaña"
Las postas tomaban igualmente para su
*so, también edificios que habían sido edificados pa-
:a otros fÍnes, como eI caso de Ia Capilla de Parruco,
:1 .
r., por supuesto se edificaron también algunas de mate-
¡1c :ia1 y prolija construcción, como la dei Chuy deI Tacuq
)-
n Además de las postas había puestos se-
5
cundarios a Ia entrada de picadas o vados peligrosos,
que hacía posible contar con cuartas extras o solucio-
nar inesperadas demoras, cuando la crecida no daba
paso y 1os vehículos no podían pasar ni a "volapié".
Un reccnocido especialista en Ia mate-
ria, nos dejó esta definición: - "Postas, edificios dog
de se aiojaba todo 1o referente aI servicio y atención
para vehículos y viajeros en los caminos, albergándo-
les por las noches, brindándoles comida y dando lugar
a cambiar los cabailos " También hacÍan noche allí y
mudaban caballos, los chasques que conducían correg
pondencia para las distintas autoridades del país y via
jeros ocasionales. A mediados de 1850, al establecer-
se el correo, fueron oficinas del mismo, donde se deja
ban y tomaban correspondencia, franqueada con los fa-
mosos soles y diligenciós".
EI "maesti:o de postas" era ei título que
se otorgaba a la persona responsable de la organiza-
ción de cada posta, siendo dicho cargo otorgado por el
estado. El primero 1o fue don Sebastián Quiñones, nom
brado eL 26 de Ivlayo de 1825, por eI Gdor. de Colonia,
apenas esta ciudad fue tomada por Ias fuerzas patrio-
tas. D. Ramón Castriz era Administrador de Correos
en Noviembre de 1825. Apenas instalado eI Gobierno
patrio en Durazno, Luis de Larrobla, nombrado Adminis
trador de Correos, Iogró que se fijara eI primer itinera-
rio de postas, distribuido así: partiendo de Durazno,
lÍneas a Canelones, Rocha. Las Vacas, Cerro Largo,
I\4ercedes, Soriano, Sandú y Salto, con un total de 553
Ieguas. Como se observa, todas las líneas coincidÍan
en la provisoria capital" Este itinerario duré del 20 de
Julio de 1B2B hasta eI 15 de Enero de i829, fecha en
que habiéndose trasladado el Gobierno a Canelones,
todos los recorridos fueron modificados para tener aho
ra como eje central dicha ciudad, tomando las líneas
ios siguientes recorridos: desde Canelones a Colonia,
Rocha, Salto, Cerro Largo, Las Vacas, Durazno, tota-
Iizando 516 leguas .
Nzluy a menudo surgían porblemas por
Ios excesos de autoridad cometidos por oficiales y pq¡
6
tidas del ejército, contra los maestros de postas, a
l- quienes maltrataban haciendo caso omiso de su autor:L
dad y ilevando a éstos y a los postillones a viva fuer
za para servir en el ejército. Esta situación por su-
3- puesto, acarreaba postas que nlrnca se sabía si esta-
c! rían atendidas o abandonadas" Estos hechos produje-
: ron desinterés de los ciudadanos por eI cargo, hasta
f- eI punto de que en Julio de 1831, Larrobla escribe al
ar Ministerio: "Que no se ha encontrado en todo el Depq¡
tamento de Durazno, a quien quisiera hacerse cargo de
la posta" .
-La Otro motÍvo de desinterés por eI cargo
)r- de maestro de postas era la demora en los pagos que
:1^
. ):- ocurrían cada muchos me'ses, o nunca. A principios de
ia- 1832 se limitaron Ios recorridos transversales .
EI 6 de Febrero de 1830 y firmado por
Lavalleja, se publica el primer reglamento de postas,
que establecía: que debÍan tenerse en cada posta 30
CI caballos sanos y fuertes para jinetes y 20 para tiro y
cn-I carruajes. Además, dos postillones mayores de 18 a-
td, ños, cuatro camas con sus mudas de ropa blanca, una
mesa, seÍs sillas y servicio de mesa, Io más aseado
posible" Todas Ias noches queciarán ensiliados dos cg
ballos, prontos para los correos urgentes, eu€ no po-
iIS drán detenerse allí más de media hora. Los sueldos se
:a- les prometÍa pagar "religiosamente" cada tres meses y
podrían tener armas cargadas para su resguardo y custg
dia de los correos y pasajeros. EL 24 de Febrero de
:? 1832 el Gobierno, presidido por Luis Edo. Pérez, dicta
tn otro reglamento de postas, en el cual se suprimen aI-
gunos recorridos y se modifican otros. Se aconseja to-
l mar medidas para instalar postas rque faltaran en los
recorridos, luego de su recÍente modificación, y una
ig serie de disposiciones más, tendientes a perfeccionar
S eI s istema .
Las alternativas de ias revoluciones,
a- Guerra Grande y Sitio de Montevideo, fueron motivo de
que recién en Enero de 1858, eI GraI. Díaz promulgara
una nueva Reglamentación para eI funcionamiento de
Casas de Posta. Se establecÍa aIIí que debía haber
7
siempre dos caballos y un postillón, prontos para con-
ducir piiegos urgentes. Además otros veinte cabalios
de reserva para uso ordinario. En ias que estaban pro-
ximas a Ia capital, la reserva de caballos debía ascen
der a cien. EI 2 de Diciembre de 1858 se agregan nue-
vas estipulaciones, tales como: - "Los pasajeros en
misión oficial pueden viajar libremente, de un punto a
otro de las líneas de postas, pagando un real por iegua
de camino, For caballos de carga pagarían real y me-
dio, y Ios de tiro dos reales.
La Administracién de Poslas funcÍonaba
por entonces anexa a la Administración cie Correos. EI .:
pr¿t
C DILIGENCIAS
-1
a
: :-splazan ahora por motivos comerciales o familia-
:: l/' qije procuran vehÍculos que los transporten no só
l eilos, siRo también a sus familias" No todos pue-
= . contar con coches propios ni Lampoco viajar cien-
- .= de kilómetros a caballo. Las carretas que cruzaban
-:stra campaña desde fines del siglo 1B monopoliza-
.: el medio de transporte, pero si bien su Ientitud e-
, iolerable cuando de cargas se trataba, no resuitaba
¡ai cuando llevaban pasajeros, por Io cual podemos
:cir que esas circunstancias empujaron aI uso de o-
. ls medios, para el transporte de personas en campa-
'. 1. ' '
), Las sopandas primero y las gaieras deg
:tl , -iás, fueron imponiéndose como vehículos de. transpq¡
e aI interior, y alrededor de 1825, Ias carretas habían
,JJ -.iedado relegadas al transporte de caiga y eI de pasa-
Jros era absorbido cada vez más, por vehículos más
3 ápJ"cios "
ng
id FUERTE DE SAN N4IGUEL, 17 34
c
José de San Ntlartín, que ocupó eI cargo hasta 1774,
siendo padre deI héroe argentino. Es interesante des-
tacar que entre 17 67 y 777 4 nacieron aIIí todos sus l¡i
jos, menos José que apareció naciendo en Yapeyú, te
rritorio argentino. En eI libro parroquial aparecen re-
gistrados todos los citados nacimientos y entre ellos
hojas salteadas. En 177 B al ser entregado eI conjunto
ai Coiegio de Niñas Huérfanas de Buenos Aires, era
uno de sus mayores ingresos Ia venta de cai que se 19
alizaba desde L746, para dicha ciudad, y de donde to-
mó el nombre de Calera de las Huérfanas "
-cc
1810 aparecerían Ios barrotes redondos, como Ia gran
mayorÍa de Ios que han llegado hasta nuestra época) . 110
'-t u
En Ia inmensa cocina se destacaba una
gran chimenea porvista de un fogón alto y cuya campa- ^l^
uaI _ (Fig.
)r- FORTALEZA DE SANTA TERESA , 17 60. 5)
1q
dra
Sobre las colinas granÍticas que sepg
r-an Ios bañados deI océano, comenzé a construirse
:¡ r.1 I oajo indicaciones del General iusitano Tomás Osorio
*.n Pebrero de 1760, un fuerte cuyas r fortÍficaeion,es
:en
se componían principalrne¡rte de murallas y terraple-
,res de palo a pique y piedra, y construcciones preca
:ias para alojamiento de la guarnieién"
EI 5 de Abril de 17 63 Pedro de e eba-
-ios llega a la vista de Sta. Teresa, guarnecida enton
.:es por i"500 hombres aI mando del mismo GraI" To*
IC,
tc-
:nás Osorio y levanta baterías a distancia de tiro de
,a e -,-isil de las murallas " Los lusitanos, en número de
t^ -Q-0, hacen una salida procurando silenciarlas, pero
son rechazados con cuantiosas ba¡as " Esa noche se
SLL
.DOr
-roduce la desercién de numerosa parte de la guarni-
:ién, a pesar de Io cual Osório resiste aún dos días
iC --- ataque, hasta rendirse bajo condiciones " Este ae-
.:, Ie valdrÍa ser posteriormente ahoreado por el Go-
SOA
-.rno portugués en Ia ciudad de Oporto "
29
Cebalios, una vez en posesión deI fuer
te, no pasó por alto sus excelentes condiciones estrg
tégicas y resolvió convertirlo en una fortaleza inexpug
nable, a cuyos efectos ordenó al Ingeniero militar Bar
tolomé HoweI, el trazado de Ios planos necesarios,
Este no sólo se ocupó de los mismos, sino que también
tuvo a su cargo Ia dirección de Ios trabajos de construg
ción, en los cuales se emplearon miles de indios de
las Misiones, durando Ia totalidad de ios trabajos 17
años, ya que fue definitivamente terminada en Octubre
de 1780.
ComprendÍa un recinto fortificado en
forma de pentágono con baluartes en sus ángu1os. La :
go. :
Todos Ios dinteles y adornos de estas
construcciones eran de piedra labrada, y deI mismo ma
terial Ias paredes . Los cinco baluartes que integraban
eI conjunto, llamados de San Clemente, San Luis, San
Carlos, San ]uan y San Martín, tenían troneras para
ubicar nueve cañones cada uno y estaban u"nidos por
las murallas (cortinas), que tenían en su parte interior
Iargos y anchos escalones de piedra para permitir Ia
ubicación de Ia infantería, disparando sobre los atacan
30
laq
-e_r
ia Sobre eI lado sur habÍa una pequeña
:Jg puerta de emrgencia y en Ia parte que daba frente a
-r los bañados, se disponía la entrada principal, de
3,50 mts. de ancho. Cada baluarte tenÍa en su áng!
.:en lo una garita de forma octogonal con cúpuIa, prolija-
I L1\/ mente labrada en granito. Por Ias troneras asomaban
sus bocas Ios cañones, unos para tirar metraltra a
7 corta distancia y otros para bala rasa, para objetivos
1ré iejanos.
Ocupada por una numerosa guarnición
españoIa, pasó luego largos años de ostracismo, pe1
3 dida en los desiertos arenales del este. En 1804 se
:^n alojó allí eI úItimo Virrey deI Perú Fernando Abascal
x- y Souza, Ivlarqués de Ia Concordia, que viajaba des-
*;10 de Río Grande a Lima, vía Buenos Aires, acompañado
t^
-ic de lucida escolta Iusitana. En el mismo año estuvo
=
eI Obispo de Buenos Aires Lué y Riga, en oportunidad
de recorrer Ios templos deI este de Ia Banda Oriental.
AI producirse Ia revolución artiguista, es tomada por
:
^- rendición, aunque en Julio de ese mismo año la ocu-
pan Ias tropas portuquesas del Gral. Souza, desaloja.
)c- das a su vez en 1812 por Fernando Otorgués, que ca-
:_1 pitaneaba fuerzas artiguistas .
Durante eI sitio de Montevideo, Ron-
I6 deau hace traer los grandes cañones de la fortaleza
: a Ia línea sitiadora, bombarde_ando con ellos la ciu-
it &, dad. En 1814 Otorgués abandona Sta. Teresa ante un
ataque de las fuerzas porteñas mandadas por Dorrego,
-11 I que luego Ia entregaran a Artigas, al retirarse de la
Banda Oriental. La bandera artiguista flameará sobre
ias murallas hasta l1l7, en que el ejército portugués
r1:Cl aI mando de Lecor, conquista eI fuerte, sosteniéndo-
an se en él hasta eI 3l de Diciembre de 1825, en que me
lan diante un ataque nocturno Ia conquista para Ios pa-
triotas el CneI. Leonardo Olivera. Ei 29 de Octubre
Ce 1827 Ios lusitanos en avance general Ia reconquis-
rOf :an, para dejarla, esta vez definitivamente, eI 29 de
inero de 1828. Durante la Guerra Grande, años l840
3an = 1850, el Cnel. Bernardino Olid Ia toma y guarnece
31
con tropas oribistas, quedando al firmarse la paz de
lB5l, abandonada por decenas de años, hasta comen*
zarse su restauración, rescatándola de Ios médanos y
malezas que Ia cubrían, los trabajos realizados por
iniciativa del historiador D" Horacio Arredondo.
33
CASA DEL VIRREY, Colonia, 1765.
34
CUARTEL DE DRAGONES, I'zlaldonado, 1773 (Piq. 7).
¿
utilizadas fueron incrustados et¡ e- tE,..: --_:
do una original guarda entre los dos c-er!iÉ.*rÉ.tr11;¡
Los platos eran de porce.l.ñ-"- 13;il8&t,
con dibujos floreados y fiieteados de azul, n.le?irp
que en Ios ángulos se coloearon jarras " Las bdel-'
sas que hoy apreciamos en su piso, de mármol blar
co y negro, son las retiradas en 1905 de Ia catedral
de Montevideo, aI renovar su pavimento " Se adjudi-
ean sus planos a Rafael Pérez del Puerto y resulta
muy original que la escalera que asciende al coro,
se extiende por eI iado de afuera del edificio, que:
dando a Ia intemperre
Diversas sugerencias para modificar
ese detalle no fueron ejecutadas. En su na\ze se \,,r-
vieron muchas efemérides de nuestra vida colonial,
histérica y cÍvica, siendo un vaiioso ja1én en la hrs
toria locaI y nacional.
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y que se salvé gracias al valor y a Ia Iealtad de su
asister:.te eI sargento Yuca,
ta casa tiene sus ventanas protegi-
ela.s por rejas de hierro, una de Ias cuales m:estra
iina parte rotar que habría sido por donde pasara ei
General la noche del atentado" De cualquier iri3nera,
la finca centenaria reúne méritos propios para ccn-
siderarla una reJ.iquia de nuestro pasado, cca sus 1l¿
chas patricias, su asonadas, sus caudillos i, sus
mujeres eie caballo y lanza"
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