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LA BALLENA
DE
PAPEL
Año II — Núm. 6

HISTORIA
POESIA
RELATOS

4% REVISTA DE MALDONADO
LA B A L L E N A DE P A P E L
Año 2 - Núm. 6 - Junio 1970

REDACCION:

M A R IA D. DE GUERRA

POLA BONILLA

ALBERTO W ILLAT

JOSE ENRIQUE BENGOCKEA

CORRESPONDENCIA,

SUSCRIPCION Y CANJE:
ALBERTO W ILLAT
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SUMARIO

DEL VIVIR ARTIGUISTA Y SU TIEMPO

FLORENCIA FAJARDO TERAN .................................................................................................... 2

MALDONADO EN 1878
MARIA D. DE GUERRA .............................................................................................................. 14

EL CLUB PAZ Y UNION (Nota II)

MARIA D. DE GUERRA .............................................................................................................. 22

ALGUNAS COLECCIONES INDIGENAS

M. INES LIZASO DE FIERMARI ................................................................. ............................. 30

R E L A T O S
DIARIO DE A BORDO
MARCELO GIANELLI .................................................................................................................... 32

POESIA
RU'BINSTEIN MOREIRA — POEMA-HOY ................................................................................ 37
OSCAR FERRANDO — POEMAS 1) - 2) ................................................................................. 37
DOS POEMAS DE ARIEL CANZANI ......................................................................................... 38
-MARIA D. DE GUERRA — POEMA UNO ................................................................................ 39
COLUMNA DE EL CLUB DE LA GUARDIA NUEVA ................................................................ 40

NORMA SUIFFET
RUBINSTEIN MOREIRA ............................................................................................................... 44

ALGUNOS DATOS SOBRE SU VIDA Y SU OBRA

CARLOS SEIJO ..................................................................................................... 45

FILOSOFIAS FOLKLORICAS
ESTANISLAO M. TASSANO......................................................................................................... 48
PARA UNA HISTORIA DE LA IGLESIA DE MALDONADO ................................................... 49
MALDONADO A LA MANO ......................................................................................................... 57

HISTORIA DEL PERIODISMO EN MALDONADO

MARIA D. DE GUERRA ................................................................................................................. 59
PUBLICACIONES RECIBIDAS ...................................................................................................... 76
 DEL VIVIR ARTIGUISTA Y SU TIEMPO
FLO REN CIA FAJARDO TERAN

ERA EL AÑO DE 1785 nes, que existían diseminados en el interior

Al comenzar el año de 1785 Artigas
tenía 20 años de edad Por entonces, se­
gún se afirma, nuestro Procer se halla­
ba fuera de la ciudad de Montevideo, y
aun mismo, de su jurisdicción territoiral.
Admítese también que su vida se desarro­
llaba trajinando con ganado, ya en clan­
destina o en legal comercialización. Con­
viene recordar que Artigas ingresará al
Cuerpo de Blandengues, doce años des­
pués.
EL TESTIMONIO DE DON
ISIDORO DE MARIA
Don Isidoro de María ocupándose de
esta etapa de su vivir, dice textual en una
de sus obras intitulada HOMBRES NO­
TABLES, que:
“ A la edad de la adolescencia le desti­
nó su Sr. Padre al cuidado de los estable­
cimientos de campo que poseía en Casu-
pá. Allí hizo los primeros ensayos en los
trabajos rurales, empezando a familiari­
zarse con la vida rústica del campo. Más
tarde se dedicó a la faena de ganados j
acopio de corambres, no sin afrontar los
peligros consiguientes al estado de la cam­
paña, plagada de malhechores e indios in­
dómitos de las tribus charrúas y minua-
del territorio. Ganando crédito en esta cla­
se de industria le asoció a su empresa un
Sr. Chantre que poseía grandes tropas en
el Queguay y numerosa peonada ocupada
en la volteada de hacienda. En ello se pre­
sentó un nuevo campo a su actividad, ad­
quiriendo subido ascendiente sobre el pai­
sanaje.”
EL ARCHIVO ARTIGAS
Cupo al Archivo Artigas en su alto co­
metido de recoger —en lo posible— la do­
cumentación relativa a nuestro Procer,
publicar en sus primeros tomos, algunos
testimonios vinculados con esa actividad
en su faceta ilícita.
Los historiadores del presente aceptan,
en general, los lincamientos que de ellos
surgen.
EMPERO URGE UNA PROFUNDA Y
SISTEMATICA INVESTIGACION
Es indudable que esta etapa reclama la
preferente atención de los estudiosos. No
sólo porque pertenece a Artigas, sino ade­
más, porque —extensa en el tiempo más de
tres lustros— tuvo valor fermental gravi­
tando en sus posteriores vivencias.

Florencia Faja: do Verán, escritora e investigadora de noble continuidad, se dedicó

a la enseñanza de la historia enseguida de egresar de la Facultad de Derecho. Hizo
la agregatura con el Dr. Evangelio Bonilla. (Por designación del Poder Ejecutivo per­
maneció año y medio en Buenos Aires acopiando material para el Archivo regional
de Maldonado, (1950-1951). Posterriormente fue becada por el Ministerio de Asuntos
Exteriores de España y permaneció diez meses en aquel país, frente mayor de la
documentación que le interesaba. Concurrió sistemáticamente al Archivo de Indias
de Sevilla y a los Archivos del Servicio Histórico de Madrid. Es habitual del Ar­
chivo de la Nación de Buenos Aires, desde 1948. (Del prólogo perteneciente a San­
tiago Dossetti, año 1963, al libro “Historia de la ciudad de Minas”).
Otras obras de Florencia Fajardo aparte de la mencionada: “Historia de la ciu­
dad de San Carlos”; “Maldonado Colonial”; “'Historia de la ciudad de Rocha”; “Orí-
génes históricos de San Fernando de Maldonado’; “La influencia de Azara en el
pensamiento de Artigas”; “Momenaje de la ciudad de Maldonado a la ciudad de
Buenos Aires”.
 ARTIGAS ANTES DE SU
ENCUENTRO CON AZARA
Aquella etapa está ubicada precisamen­
te, antes de ese encuentro. Muchos de nues­
tros historiadores se han dejado subyugar
por la brillante personalidad del sabio na­
turalista don Félix de Azara, y sin propo­
nérselo, ^han imaginado a un Artigas an­
tes de Bato vi y un Artigas después de Ba-
toví. El Dr. Eugenio Petit Muñoz consti­
tuye una excepción en este planteamiento,
pues ha. sostenido, muy fundadamente, que
quizá fue Artigas quién influyó más sobre
Azara en el lapso de ese encuentro histó­
rico.
Cabe señalar que, en general, no se ha
visto con mucha claridad el vínculo crea­
do entre el Chatre y Artigas, abundando
la opinión de algo así como un acuerdo en­
tre 'partes de igual valor e importancia.
En este punto la fuente en que abreva­
mos todos es la del historiador don Isido­
ro de María, cuyos pertinnetes párrafos
transcribí más arriba y a la letra.
Allí de María dice claramente, sin titu­
beos ene LE ASOCIO A SU EMPRESA
UN SEÑOR CHATRE, lo que bien inter­
pretado, significa, que en ese instante, el
PERSONAJE PRINCIPAL es el CHA­
TRE y le da entrada a' Artigas en su gran
empresa de corambres.
¿Razón? Porque nuestro Procer había
ganado crédito en esa clase de industrias.
¿ Cuándo ? Para contestar esa pregunta
tengo que recordar que de María ha pun­
tualizado con total nitidez tres momentos
distintos en el período que va desde la ado­
lescencia de Artigas hasta su ingreso al
Cuerpo de Blandengues. La primera par­
te, transcurre en la estancia de su padre
en Casupá; la segunda, desde que abando­
na esta estancia y se interna en el interior
del territorio por donde andaban les in­
dios charúas y minuanes y los contraban­
distas. En esta segunda etapa con muchos
más.peligros que en la primera, Artigas ya
no está (según de María) en la estancia
paterna de Casupá, sino faenando ganado
y acopiando corambre.-*“®!! ello, ganó cré­
dito.
En la tercera etapa, en mérito a esa ex­
periencia y a ese crédito ganado, el Chatre
lo asocia a su actividad, a su gran empre­
sa. Es entonces cuando —transcribimos a
la letra— se le presentó un nuevo campo
a■ su actividad adquiriendo subido ascen­
diente sobre el paisanaje. Ha nacido el
caudillo, cabe agregar a las tan expresivas
palabras del consular historiador.
LA IMPORTANCIA DEL CHATRE
EN LA VIDA DE ARTIGAS
Tan importante es esta tercera etapa,
que fue realmente la que habilitó a Arti­
gas para su ingreso —y en las condiciones
que lo verificó— al Cuerpo de Blanden­
gues y a su carrera, de rápidos ascensos
hasta llegar a ser nada menos que el AYU­
DANTE MAYOR del Cuerpo de Blan­
dengues.
Un distinguido historiador compatriota
—Juan Alberto Gadea— está trabajando
con mucho éxito sobre los años mozos de
Artigas. En este trabajo, sienta su tesis
acerca del modo y forma en que nuestro
Procer pasó de la estancia paterna a la
campaña oriental, aportando a este respec­
to, enfoques muy nuevos. Forma capítulo
de mucho interés su estada en Santo Do­
mingo de Soriano.
Empero, si el convivir con sus parientes
y otros hombres en Santo Domingo de So­
riano, pueblo con el que tan intensamen­
te, en muchos aspectos, compartió su vi­
vir, teniendo para Artigas el sentido de
una verdadera nueva definición espiritual
al mismo tiempo que económica, no menos
trascendente fue el hecho de su actuación
junto al Chatre. Este fue hecho decisivo
para cambiar el marco de las condiciones
económicas y humanas, de su actividad y
de su vida.
Empero, no obstante, cabe expresar que
el Chatre es un enigma. Un verdadero nu­
do gordiano que exige para desatarse, no
drástico corte al modo de Alejandro, sino
un cuidadoso y esmerado desenhebrar a
través de una búsqueda tan paciente como
exhaustiva.
En verdad estamos frente a un enigma
 físico aunque este nombre, por una para­
doja, exista perpetuado en la toponimia
oriental, como prueba de su inequívoca
presencia en aquellas tierras norteñas, y
jalonando la del Procer.
EMPERO, ¿QUIEN ERA
EL CHATRE?
CHATRE ES UN APODO, lo cual di­
ficulta aún más su verdadera individuali­
zación. Según viejos diccionarios —dato
que debo al colega y amigo historiador
Juan Alberto Gadea— este vocablo signi­
fica PRESUMIDO EN EL VESTIR.
Algunos historiadores han hecho algu­
nas meditaciones sobre el Chatre, pero no
las considero ajustadas a la verdadera
realidad histórica, ya que suponen que el
Chatre era un vecino lugareño, en aque­
llas tierras orientales.
Por el contrario mi tesis se orienta a
enfocar al Chatre como un personaje po­
deroso en el ámbito internacional, y en cu­
ya asociación abarcaba figuras de primer
plano del ambiente rioplatense y más dis­
tantes aún.
De ahí la gran dificultad de su posible
identificación. Mil fuerzas le aíslan y le
protegen en su tiempo, y al hombre de ho­
gaño le resulta, muy tortuoso y bifurcado
el camino a desandar para intentar llegar
hasta él.
POR AHORA, PUES, SOLO
“ UN” CHATRE
Por ahora, al menos, eso es lo que puedo
ofrecer a tu curiosidad y a tu interés. Vale
decir, sólo, “ un” chatre, UN PRESU­
MIDO.
Mas éste —el de mi relato— es un pre­
sumido especial, tan especial, que entra en
la órbita de los Artigas, y es además un
contrabandista.
Te invito a marchar hacia el pasado, y
luego, ubicarnos en el mes de enero del
año 1785.
Transcurre, allí y entonces, el día 25.
Plaza Fuerte de Montevideo. Su foso. Su
portón. ¿Lo evocas verdad? No puedo de­
cirte si nuestro protagonista pernoctó en
ella. Empero, si así lo verificó, al despun­
tar el alba, debió estar dispuesto para
partir.
Marcha rumbo al este, pues su destino
aparente es Río Grande, vía Santa Teresa.
No va, empero, por el camino real. Lo
lia eludido deliberadamente. Transita por
sendas ocultas, por caminos “ traviesos”
próximos al real. Llevan los jinetes —el
viajero y su baqueano—, ambos, cabalga­
duras, cuatro caballos de remonta y una
muía. De los dos, el de mayor edad oficia
de baqueano. Dice llamarse Francisco
Mansilla, ser natural de Buenos Aires, la­
brador y residente en los Migueletes. Es
casado. Su mujer se llama María Micaela
Villaroel. Ha sido contratado, mediante
generosa paga, para guiar hasta el Río
Grande) al otro jinete, más joven que Man­
silla, pues acaba de pasar recién los treinta
años. Llámase el viajero Antonio de San­
tos Cuña o de Cuña. Nació en Oporto. Her­
mosos son los rasgos caligráficos de su es­
critura y su mente es muy ágil A su turno
podremos ir desentrañando algún otro de
sus singulares perfiles. Por ahora nos bas­
ta con saber que Cuña se dispone a retor­
nar a los dominios de su Soberano, el Rey
de Portugal.
Para ello tiene su licencia que ha sido
otorgada por el Gobernador de Montevideo
don José Joaquín del Pino. Este gober­
nante le ha impuesto al portugués la obli­
gación de presentarse en todas las guar­
dias del camino real a Santa Teresa, para
que entre guardia y guardia sea acompa­
ñado por un soldado que al efecto se le
adjudicará. ¿Se vela con ello su seguridad,
o es que inspira temores?
Ya está por llegar a Pando, y sin em­
bargo, sólo van dos hombres —Cuña y su
baqueano Mansilla—- por caminos travie­
sos. La inobservancia es evidente, pues de­
bieron haberse presentado a la guardia del
Cordón, no bien dejaron la Plaza de Mon­
tevideo.
Es que erraron el camino ? ¿ O eludie­
ron deliberadamente a la mencionada
guardia ?
Y en este instante, pasado ya el medio
día, van separados tres leguas del camino
 real a cuya vera está la guardia de Pando.
¿Por qué razón marginan el camino y
sus guardias?
MARCHAN RUMBO A LA ESTANCIA
DE DON MARTIN JOSE
Su destino concreto en ese 25 de enero
de 1785 es la estancia del Sauce de don
Martín José Artigas.
Dice el baqueano que da Cuña “ quería
ir al Sauce —estoy transcribiendo tex­
tual— a ver un fulano Artigas que era su
amigo, para recaer al día siguiente a la
guardia ’’.
Surge de esta declaración que ambos
pernoctarán en la estancia de don Martín
José y la confirma, a su vez, con la suya
el propio Cuña, que aclara que se dirigía
allí, en procura de una muía, según lo ha­
bía concertado con don Martín José.
Ignoro si también pesó en el ánimo de
este presumido (Chatre) la grata perspec­
tiva de dormir en casa nueva y buena ca­
ma, pues he de decirte lector, que Cuña
durante todo el lapso que vivió en Mon­
tevideo habitó en muy buenos edificios.
UN IMPREVISTO FINAL
Mucha gente transitaba por las inme­
diaciones del Sauce aquel mediodía de ene­
ro del 85, y entre ellas la partida coman­
dada por el sargento José Martínez, quién
al acercarse a nuestros dos hombres pudo
comprobar que Cuña estaba en falta con
respecto a la obligación de presentarse a
las guardias del camino. Al verificar la
inspección de los dos pozuelos de cuero en
los que conducía su equipaje, encontró
nueve docenas y media de barajas de con­
trabando.
Por todo ello y otras consideraciones, le
pareció conveniente presentar ante el Go­
bernador a este sospechoso portugués. Y
así lo hizo.
EL ESPECIAL INTERES DE
ESTE EXPEDIENTE
Lleno de vivacidad y efe*atractivas pun-
tualizaciones es éste, el de Cuña, un no co­
mún expediente de contrabando. Y es mi
deseo darte, lector, en breves pinceladas,
los rasgos más significativos de este Cha­
tre, que fue detenido poco antes de hacer
alto en la estancia de don Martín José Ar­
tigas, sita en el Sauce, “ Chatre” que de­
claró haber frecuentado en vínculo de
amistad la casa capitalina del padre de
nuestro Procer, que ostentaba grandes
vínculos internacionales de carácter co­
mercial, y a quién no obstante la agudeza
con que encaró su defensa y la rapidez
mental de que hacía gala al responder a
los interrogatorios, fue mantenido en pri­
sión los cinco años que tardó la sustancia-
ción del expediente.
ANTONIO SANTOS DE CUÑA
“ UN” CHATRE
Si la acepción de CHATRE es la de
presumido en el vestir, debo justificarte
lector, porqué razón he llamado así al por­
tugués Antonio Santos de Cuña.
Cuando el sargento Martínez examinó
los pozuelos de don Antonio Santos, fuera
de las barajas, no consideró que los demás
objetos allí contenidos fuesen contrabando
y categóricamente, sin vacilación alguna,
los hizo entrar en el rubro de uso perso­
nal. Tanto el sargento Martínez como los
soldados de su partida estaban contestes
acerca de este extremo. Martínez dice al
respecto: ‘‘ pasé al reconocimiento de lo
que conducía y hallé en unos pozuelos lle­
vaba la ropa de su uso con algunos efectos
del país.”
Además, cabe señalar, que durante el
desarrollo del proceso regirá idéntico cri­
terio. Insisto en esto porque de su afirma­
ción depende que se le juzgue un presu­
mido en el vestir, vale decir, un chatre.
Mueve entonces a curiosidad saber cuáles y
cuántas son las prendas de uso de este pre­
sumido.
Hélas aquí: cuatro camisas de bretaña
con vuelta; dos camisas de lienzo de lino;
una camisa llana de lino; un par de calzon­
cillos de lienzo de lino; un paño de barba
de lienzo ruán; nueve pares de calcetines de
hilo; tres pares de medias de seda blanca;
un par de medias de seda negra; dos pa­
6—
ñuelos de narices, azules; un pañuelo de
algodón de colores; un pañuelo blanco de
estopilla; un corbatín de seda negro; tres
de cambray blanco; un ceñidor de seda en­
carnado; un par de calzones de raso ne­
gro; una camisa y chupetín de chita; una
casaca de chupetín campo inorado; una
casaca de porto-mahón; un par de botas;
un par de zapatos; un par de chinelas; un
chaleco de terciopelo azul; una redecilla
de torzal azul; un par de guantes de ba­
dana; un par de charreteras de seda nue­
vas, otro con hebillas de plata y una he­
billa de corbatín de plata con piedras.
A este cuidado atuendo, dentro del cual
encontramos la prenda adecuarla a cada
ocasión social, cabe agregar que denuncia­
ban su pulcritud, tanto el cepillo de zapa­
tos, el de ropa como el de dientes, como
así mismo una tijera chica con su estuche,
navaja y paño de afeitar. Además, para su
uso personal poseía ocho sábanas de lien­
zo, una funda de almohada y una sobre
cama de indiana.
El sargento Martínez halló también en
los pozuelos, una estampa de San José en
lienzo e ignoro si la llevaba por personal
devoción.
Medias, pañuelos, cortes para zapatos,
en seda, que no eran de uso propio y pre­
sumo que más bien lo llevaba, como hom­
bre de mundo, obsequioso y galante, para
atenciones con amigos o eventuales rela­
ciones, pues sólo se anotan ocho pares de
cortes de zapatos en seda, de varios colo­
res, una docena de medias blancas de se­
da, catalanas, dos docenas de pañuelos do­
bles de seda negra y una docena, blanca.
¿Qué mujer no se sentiría en extremo
halagada la verse obsequiada en tal forma ?
Declara Cuña ser comerciante “ en su
Patria’’, y en ese carácter y el de ser hom­
bre dado a la pluma, y culto, integraba su
equipaje un tintero completo de latón (o
sea un recado de escribir). Llevaba ade­
más los necesarios implementos: una na­
vaja de cortar plumas, con su estuche, 13
pliegos de papel —en blanco—, un copia­
dor de cartas, 12 de cuyas 16 hojas esta-
dencia, en la que existían cartas que se le
habían remitido a él; otras —cerradas—
para distintos destinatarios y que fueran
abiertas durante el proceso. Empero una,
entre ellas, quedó cerrada. El destinatario
era de “ campanillas” : se llamaba Rafael
Pintos Bandeira, Comandante de Río
Grande.
El secreto de su contenido no se develó
porque dispuso el Gobernador del Pino
que se entregara a un destacado portugués
que se presentó en los autos reclamándola,
invocando ser su remitente.
La aventura, o el pasaje anecdótico, flu­
yen con frecuencia. Así cabe que te re­
cuerde que Cuña había ido desde Monte­
video a Río Grande el año anterior de
1784. Marchó hacia aquellas tierras con
don Antonio de la Rosa, figura destacada
y de origen portugués. En esa oportuni­
dad de Cuña no solicitó licencia para via­
jar. Cuando fue interrogado sobre este
particular, dio la respuesta de que la li­
cencia la habría sacado don Antonio de la
Rosa pues viajó en su compañía.
lie visto esa licencia en el Archivo Gral.
de la Nación (Rep. Argentina).
Y por ello puedo decirte, lector, que de
Cuña no figura nominalmente entre los
acompañantes de la Rosa.
De extraordinaria sugestividad es su
contenido, y te la doy, textual, para que
juzgues por tí mismo. Dice así: “ Por
cuanto el teniente portugués de Marina
don Antonio de la Rosa regresa al Río de
Janeiro por la vía del Río Grande con un
piloto y dos marineros de la misma na­
ción, un criado blanco y dos esclavos, con­
duciendo con las correspondientes guías
$ 36,565 y 3 reales procedidos de restitu­
ciones hechas a aquella Nación. Por tanto,
mando al Gobernador de Montevideo le
franquee la escolta necesaria hasta el re­
ferido Río Grande y a los Comandantes
de Maldonado y Santa Teresa y demás
personas por cuyos distritos transite, les
den igualmente otros cualesquiera auxilios
que pida para la continuación de su viaje,
bajo las formalidades y términos descrip-
tos para semejantes casos”. El 19 de junio
de 1784 firmaba el Virrey este pasaporte
diicendo textual, “ de mi mano con el se­
llo de mis armas y refrendado por el Se­
cretario de este Virreinato por S.M. ”
Ninguna dificultad pues para el viaje
al Rio Grande en el invierno del 84; em­
pero, ¿qué lugar ocupó en la comitiva de
de la Rosa, Don Antonio Santos de Cu­
ña? |Pilotín?, ¿Marinero?, Criado blan­
co?. No puedo precisarlo; únicamente sí
que fue sin estorbos y que además retorn-
oó a Montevideo. Su regreso no fue bajo
la protección de las armas lusitanas, en un
expedido y nuevo pasaporte, desde aquellos
Dominios. Vino, según su propia confesión,
eludiendo guardias, por caminos traviesos,
y demás está decirte, que al entrar —así
también lo manifiesta— a Montevideo, no
se presentó a autoridad ni juez alguno.
Este cuidado anonimato al marchar con
don Antonio de la Rosa es harto expresivo,
y su retorno, en el que eludió hábilmente
y con éxito, guardias y partidas, nos dan
la pauta de su categoría, de sus vincula­
ciones, de su habilidad y de su arriesgado
y aventurero espíritu. Nuevos perfiles pa­
ra agregar a su semblanza de “ dandy” y
de fuerte comerciante que tan pulcra y re­
finadamente vestía, como un auténtico
CHATRE.
EL INGENUO DETALLE DE LAS
BARAJAS
Los mazos de barajas que Cuña no ad­
quirió en el estanco respectivo constituye­
ron la pieza que dio lugar al procesamien­
to de don Antonio Santos de Cuña. Fuera
y además de esta ilícita forma de comprar­
las, se 1 hizo el cargo de que eran dema­
siadas barajas para quien “ se sindicaba co­
mo persona ocupada en negocios”. A estar
a lo que expresa de Cuña, las barajas las
adquirió en el camino, mientras transita­
ban rumbo a la estancia de don Martín Jo­
sé a un hombre de a caballo que lucía un
poncho doblado, de quien no recuerda más
datos físicos. El trato lo hicieron —siem­
pre según el protagonista,— circunstancia
en la que disminuyeron la marcha de sus
cabalgaduras, por lo cual j¡u baqueano no
llegó a enterarse áL. distanciarse de ellos,
que el pago también se hizo de a caballo,
pasando de mano en mano las monedas,
pues de Cuña llevaba el dinero consigo
constituido por doblones castellanos y pla­
ta de su país.
Envueltos los naipes en un pañuelo, los
guardó en uno de los pozuelos, cuando ya
sobre el mediodía, ambos —viajero y ba­
queano— hicieron siesta, en el paraje y
ocasión en el que les halló la partida del
sargento Martínez.
Queda flotando la pregunta cuál fue el
verdadero propósito de Cuña al adquirir
esos naipes y si por algún instante pudo
suponer cuántas complicaciones ellos iban
a producirle.
LAS CASAS EN QUE HABITO
Así como era presumido en el vestir y
en la pulcritud de su ropa de uso personal,
don Antonio Santos da Cuña elegía con
idéntica precaución según parece, el lugar
en que habitaba.
Es interesante señalar que las casas en
que habitó en Montevideo ese año de 1784,
eran todas construcciones nuevas. Manejó
fuertes sumas, que según declara, usó pa­
ra pasear y divertirse, aunque consta, des­
de luego, que estaba en continuados nego­
cios. Por ejem. en una ocasión negoció se­
da tafetán por casi $ 5.000.
¿Por dónde vivió? Nos lo dice él: “ en
una casa nueva que está frente al barracón
de don Juan Pedro de Aguirre junto a San
Francisco en la parte del sur” ; “ en una
casa nueva que tiene altillo, hace esquina
y está cerca del castillo de San José, calle
de San Miguel”.
ARRANQUE Y TEMA DE FUTURAS
INVESTIGACIONES
Sólo te entrego en estas páginas algo de
lo mucho que sobre este personaje podría
decirte, que junto a otros trataré más de­
talladamente en un trabajo sobre CON­
TRABANDO que al presente estructuro.
Empero, y a los fines de que precises sus
perfiles, te diré que hasta en la propia cár­
cel —no la común pues obtuvo pasar a la
del Registro de Sabo en tratamiento dife­
rente por razones de salud que invocó a la
Justicia—, siguió siendo contrabandista.
Por la ventana compraba tabaco negro,
luego armaba cigarrillos que vendía a los
otros presos y a los soldados.
Lo hacía, según él, para afrontar sus
gastos. Sus transacciones comerciales ha­
bían sido de alto volumen. Variadísimas,
tanto en materias, como en personas y lu­
gares. Rio de Janeiro, San Pablo, Rio
Grande, Buenos Aires, Montevideo, esta­
ban centrados en su mano y sus negocios
los verificaba con personajes. Te daré lec­
tor, algunos nombres: Juan Ignacio Mar­
tínez, Cristóbal Pugnau, Antonio de Ara­
gón y Polo, Manuel Ferreyra de la Cruz.
Algunos sindicados como contrabandistas
—caso de Pugnau— otros de ellos con ne­
gocios hasta en Lima.
Negociaba con negros objetos de plata.
—v. gr. palanganas, bastones, anillos-cue­
ros, telas, cintas, hebillas. En alguna oca­
sión le encargan hebillas a lo Chatre. To­
do de muy buen gusto. Y lo inusitado. Su
proceso por contrabando de naipes, acerca
a los escaños del Gobernador del Pino a la
consular e intocada figura de don Martín
José Artigas, vecino de proverbial recti­
tud, pues Da Cuña en cierto pasaje del jui­
cio ha dicho que frecuentaba la casa capi­
talina de don Martín José, en la que “ ha
comido, bailado y jugado”.
Bien es cierto que don Martín José nie­
ga el hecho, afirmando que nunca concer­
tó negocios con Da Cuña a quien conoció
en casa de su hermano (Esteban?) a la
que frecuentaba.
Más he aquí, que el hermano de don Mar­
tín José Artigas no fue llamado a exponer
en estos autos contra Cuña, de modo que
ignoro lo que a su turno hubiera dicho.
Por otra parte, y como reflexión gene­
ral, te digo que no fue sólo don Martín
que negó trato con el procesado, afirman­
do que sus encuentros fueron meramente
circunstanciales. Así y de este modo, se
comportaron quienes en forma más clara
—pues hay documentos— niegan vincula­
ción con de Cuña, dándoles a sus encuen­
tros alcances de ocasionales y fortuitos.
Empero si don Antonio Santos de Cuña
no frecuentaba como amigo la casa de don
Martín José, cabe si, admitir que estaba
vinculado a alguno de los Artigas, según
propia declaración del padre de nuestro
Procer.
Resulta más difícil esclarecer la otra cir­
cunstancia y poder explicar por qué elu­
dió don Antonio Santos, la guardia del
Cordón, marchar a tres leguas alejado del
camino real y enfilar hacia la estancia de
don Martín José, hecho comprobado con su
detención por la partida —la desviación—
y estar contestes tanto de Cuña como el ba­
queano Mansilla de que se dirigían a la es­
tancia de Artigas, sin tener, en apariencia,
posibilidad de previo acuerdo.
Y si efectivamente para allí se dirigían,
cabe preguntarse ¿Por qué? ¿Para qué?
¿Quién era ese “ fulano” Artigas, que era
“ su amigo” según declara Mansilla?
Carezco de respuesta.
Su proceso duró hasta comienzos de 1792,
dictándose sentencia condenatoria, pero
dándose por cumplida la pena con el tiem­
po que duró su detención.
Hacia dónde marchó nuestro portugués?
Qué hizo ?. ..
Sobre ellos, nada por ahora, puedo res­
ponder.
LAS NORTEÑAS TIERRAS
ORIENTALES
Desde 1791 gobernaba en Yapeyú, en ca­
lidad de Teniente Gobernador, el Capitán
de Dragones don Juan Antonio Sancho,
años después —1796— Comandante Mili­
tar de Maldonado.
Parte de esas tierras norteñas estaban
bajo su mando, por integrar ellas la men­
cionada Gobernación de Yapeyú.
El Capitán Sancho tuvo además comi­
siones especiales para perseguir a contra­
bandistas, vagos y faeneros clandestinos, y
en cumplimiento de las mismas, llegó más
de una vez al puesto y estancia de Pay-
sandú.
Este puesto y el pueblo de Santo Do­
mingo de Soriano constituían piezas fun­
damentales en el juego y ejercicio de las
faenas clandestinas de ganado. Desde ellos
se auxiliaba sistemáticamente y en forma
muy eficiente, ya prestando carretas, caba-
líos, bueyes y hasta hombres, o dando avi­
sos oportunos de la presencia y marcha de
las partidas oficiales y a éstas el engaño
en las noticias, fuera de albergar en su se­
no a muchos faeneros.
Y no sólo a éstos sino a vagos y asaltan­
tes, o en expresión de la época, a faseine-
rosos.
En un interrogatorio en el que se le pre­
gunta al declarante si sabe si algunos ve­
cinos (del Puesto de Paysandú) han tra­
bajado para la tropa de Herrero, dice tex­
tual: “ que él es vecino y el que no lo es
todos se mantienen trabajando a la som­
bra de dicho Herrero, el mismo que les ha
asegurado sus personas y caballos vocife­
rando tenía licencia para todo ello.”
Esta breve reseña te permitirá lector,
ubicarte en el problema. Entonces com­
prendes por qué, tanto el Virrey como el
Gobernador de Montevideo daban comisio­
nes especiales para la persecución de todos
aquellos individuos.
Ese año del 92 el problema de la faena
clandestina de ganado adquirió intensidad.
Promediando este año dio el Virrey al Ca­
pitán Rafael Guerra comisión especial a los
efectos de descubrir las faenas ilícitas de
cueros, recoger éstos y remitirlos a Buenos
Aires. A tal fin dejó Guerra el territorio
de su Comandancia y atravesando el Uru­
guay llegó a tierras orientales.
Por su parte, otra comisión semejante
había confiado el Gobernador de Montevi­
deo al Teniente de Milicias Manuel Pérez.
UNA LANCHA DE DOS PALOS
En el puerto, llamado de las Barrancas,
sobre el rio Uruguay, casi frente a la cale­
ra de Barquín, que estaba en tierras1 en-
trerrianas) una lancha de dos palos fon­
deaba periódicamente en él. Venía de Bue­
nos Aires con tálioso cargamento —en can­
tidad y calidad— de géneros de Castilla.
Ceñidores de sarga de seda, ponchos, ba-
landrañes, ponchos de bayeta, calzones de
terciopelo.,de algodón, sobrecinchas de hi­
lo, chaquetás de castorcillo, de pañete o de
paño de colores, agujas de coser y otros
muchos artículos. Alguna vez, se agrega­
ban otras especies como ser armas, pólvo­
ra, cuchillería, hachas. También dinero.
DON MIGUEL DE HERRERO
No (“S él, ni el patrón, ni el dueño de la
embarcación. Empero, es una figura prin­
cipalísima, tanto que hasta permite sospe­
char, pudiera ser él EL CHATRE.
Bajo su nombre gira, no en el puerto de
las Barracas, sino en el interior del territo­
rio una tienda pidpería clandestina, a ori­
llas del Arapey Grande, en cuyo interior,
colocadas en cajones numerosos y abulta­
dos, podemos encontrar las mercaderías ve­
nidas desde Buenos Aires en aquella lan­
cha de dos palos.
Con ellas se abastece a una numerosa
clientela, integrada en su mayoría por los
individuos que trabajan para el CHATRE.
Con estos artículos se satisfacían no so­
lamente las necesidades primarias sino las
de más refinado vestir, según surge del es­
tudio de su contenido. Y si Artigas traba­
jó en las tropas del Chatre, cabe suponer
que más de una vez se habrá abastecido en
ella, eligiendo entre las innúmeras calida­
des, las que mejor se avenían a su sobrio y
correcto atuendo, según es tradicional que
así estentaba.
En el año de 1792, Herrero no sólo man­
tiene —con libros de contabilidad y depen­
dientes— esa surtida pulpería, sino que fi­
gura como siendo uno de los que está al
frente de las tropas dedicadas en gran es­
cala a la corambre clandestina, cuyo pro­
ducido alcanza, por vez, a decenas de mi­
les de cueros.
Esta fabulosa extracción clandestina de
cueros se va hacia la frontera con los Do­
minios del Brasil, sin que marchen rumbo
a Buenos Aires a travée del rio Uruguay,
desde el Puerto de Las Barrancas que es­
tá, como sabemos, algo más arriba de la ca­
lera de don Manuel Barguín, pero en la
margen oriental del rio.
Se disputaban a muerte, según se colije,
la industria del corambre clandestino, los
hombres de ambos puertos platenses. Una
razón más, para la fundada rivalidad en­
tre los mismos.
 EL ARAPEY GRANDE, HE CENTRO
Aunque la pulpería era algo así como el
centro directivo de las corambres, las tro­
pas encargadas de verificarlas estaban dis­
persas dentro del área geográfica que de­
marcaba el arroyo Arapey Grande. Por ese
año del 92, su guarismo alcanzaba a 17 tro­
pas, integradas en total por más de cuatro­
cientos hombres. Contaban con cuarenta
carruajes para los transportes, con bueyes
y caballos en número crecido.
Las tx-opas estaban en las dos márgenes
del Arapey Grande, de modo que en este
aspecto cabría rectificar el curso de agua
que indica de María, ya que este historia­
dor nos habla del Queguay. Aserto aquél
que la toponimia corrobora, pues el actual
Paso del Chatre, figura en la confluencia
del Arapey y Sopas. Dos invernadas com­
pletaban el éxito de las faenas: una era la
de Corumbé y la otra la de Arerungá, nom­
bres evocadores, por distintas circunstan­
cias del vivir artiguista. Ambos potreros
integraban la unidad geo-física del Ara­
pey. Centenares de caballos completaban el
“ utilaje” de los corambreros, obtenidos de
muy diversas maneras.
EL FABULOSO VOLUMEN DE SUS
CORAMBRES
En ese año del 92, el total de los cueros
hechos por las tropas del Chatre habían so­
brepasado los treinta mil.
Esto explica el afán de las autoridades
rioplatenses para poixer coto a su activi­
dad. El oficio del Virrey a Guerra, lo ex­
presa claramente, pues le dice: “ Noticiado
de los desórdenes que en los campos de esa
banda se están cometiendo por varios chan­
gadores de cueros, dispuse, con el fin de
poner en ello el remedio conveniente, que
el Teniente de Blandengues, don Jorge Pa­
checo, pasase con una partida de tropa no
obstaxxte que para impedir las faenas clan­
destinas de cueros y otros excesos que se
cometen en estas campañas, tengo comisio­
nado ál Capitán de Dragones don Agustín
de Arenas con los auxilios correspon­
dientes”.
Pacheco en el cumplimiento de su comi­
sión logró contacto con Miguel Herrero,
pero en condiciones harto sospechosas en lo
que respecta a la rectitud de conducta, pues
aceptó una libranza de mil pesos dada por
Herrero, que según dice el Virrey “ es ixno
de los principales que fomentan tales des­
órdenes”.
Pacheco, llamado de inmediato por su je­
rarca, justificó su comportamiento, expre­
sándole que lo había hecho para tener la
prueba de la corambre clandestina de don
Miguel Herrero y porque presentó además
una declaración firmada en tal sentido por
el Sargento de su Partida, Tomás Benítez,
del Cabo José Ignason y el baqueano Pru­
dencio Naranjo.
No obstante ello, Pacheco había dejado
libre a Herrero y además había dispuesto
que el baqueano Naranjo le vendiera ca­
rros, carretas y caballos, “ para auxilio —
dice textual el Virrey— y mayor facilidad
de continuar en sus clandestinas faenas”,
lo que agregado a otras circunstancias, “ se
hace indispensable —agrega— tomar las
medidas convenientes a descubrir la ver­
dad del caso.”
Y son muy expresivas las palabras si­
guientes del Virrey, al decir: “ Con ese
fin y con el principalísimo de atajar los
destrozos que los changadores causan en
estos campos y particularmente hacia el
Arapey y sus inmediaciones, dirijo a Ud.
la presente orden para que inmediatamen­
te que la reciba pase a dichos parajes con
los auxilios de tropa y milicianos que le pa­
rezcan suficientes, valiéndose en caso nece­
sario de alguna partida de indios de los
puestos de Paysandú y Sus dependientes,
y proceda con toda eficacia y actividad a
hacer levantar dichas faenas persiguiendo
y aprehendiendo a los changadores de los
cuales remitirá Ud. presos a esta Capital a
los principales y capataces, recibiéndoles
antes su declaracióxx indagatoria para des­
cubrir por cuenta de quién se hallan traba­
jando y qué número de cueros habrán fae­
nado, y a embargar todos los que se en­
cuentren y cualquiera otros efectos, armas,
carros, bueyes, etc., pertenecientes a dichos
changadores o sus auxiliares”.
Don Nicolás de Arredondo le adjuntaba
al Capitán Guerra dos órdenes dirigidas al
Teniente Gobernador de Yapeyú, Capitán
Sancho Belvis —y al Administrador de la
estancia y puesto de Paysandú— para que
le prestasen los auxilios adecuados. Este
último bajo inventario debía recibir los
cueros y demás efectos que Guerra embar­
gara en el cumplimiento de su comisión,
quedando todo a la orden del Virrey.
El párrafo con el cual este jerarca cierra
su oficio, es de una extraordinaria expre­
sividad. Dice a la letra: “ Pero en lo que
deberá Ud. empeñar todo su celo y vigilan­
cia es en la prisión del referido don Ma­
nuel Herrero y de cualquier otras personas
de su clase que fomentando a los changa­
dores se hallen en esos campos, cuidando
Ud. de remitir a Herrero y a los demás
que aprehenda, a mi disposición con la co­
rrespondiente custodia y todos los papeles
que se le encuentren, recibiéndoles antes,
declaración del número de cueros que ha­
yan faenado y extraído cada uno; con qué
facultades o licencias, o si por comisión y
encargo de otras personas y de lo demás,
que sea- conducente a establecer los com­
plicados en esos excesos.”
DON MIGUEL HERREDO,
EL CHATRE ?
Quizá lector, hayas pensado, por un ins­
tante, que don Miguel Herrero era el au­
téntico CHATRE, es decir, aquel CHA­
TRE que’asoeió a ARTIGAS a su empresa.
De la lectura total del expediente, que
me sirve para el presente relato, se desva­
nece tal posibilidad.
En mi concepto, don Miguel Herrero es
una de las piezas del complicado engrana­
je clandestino de cueros que gira en torno
al nombre de EL CHATRE, quién para
eso, ni necesidad tenía de transitar por las
tierras del Arapey o de cualquier otro pa­
raje en tierras orientales.
La libranza que don Miguel Herrero en­
tregó a Pacheco, giraba a nombre-de don
Julián Barrpso. Sábas quién era éste? El
dueño de la lancha de dos palos, y de la
cual era patrón Neira.
Don Julián Barroso, comerciante de Bue­
nos Aires, la había comprado a Andrés Ca-
saravilla. Uno de los muchos testigos que
declaran, se llama José Agi, tiene 32 años,
casádo y es natural de Galicia, En ella nos
informa que de Santo Domingo de Soriano
se han traído 24 carros para conducir ios
cueros al puerto de las Barrancas. Que “ el
Julián” trae en la lancha, los géneros de
Castilla y lleva los cueros y que el que re­
cibe aquéllos y entrega éstos, es Miguel He­
rrero, quién a su vez conduce a la campa­
ña, los géneros. Le consta a Agi, que en la
lancha se han traído 50 fusiles de los an­
tiguos, pólvora y balas.
Otro testigo, vecino de Paysandú, afir­
ma que de ese puesto pasaron para la cam­
paña unos 200 caballos y que para Santo
Domingo de Soriano se llevaron géneros de
Castilla y bebidas fuertes.
Por otro deponente, sabemos que Julián
Barrosa ha venido a ver a la tropa. Este
testigo es nada menos que Miguel Sacra-
milia, viejo y antiguo corambrero, y agre­
ga otro dato de sumo interés, al decir que
es el que fomenta a dicho Herrero y a dos
hermanos de Barroso.
De ser cierta esta declaración queda ab­
solutamente descartado Herrero como el
Chatre. ¿Acaso, entonces, Barroso?
EMPERO ¿QUIEN ERA EL CHATRE?
Cuando a un picador de carretas llama­
do Antonio Orta, natural del Paraguay,
que el'Capitán Rafael Guerra encontró en
el paraje de las Barrancas cuidando unas
pilas de cueros y un carro, le formuló la
pregunta de: a quién ha servido, y qué ha
conducido a ese paraje, dijo Orta que “ su
patrón es un santiagueño a quien no conoce
- por otro nombre, pues no hace más que
quince días que se conchavó en el campo ,y
que ha conducido a dicho destino dos ca­
rradas de cueros.”
Y al preguntársele con qué orden los ha
cargado, de quién son, y dónde se halla su
patrón, dijo que ‘ ‘por mandato de éste, fue
a cargar al Arapey a una tropa que llaman
del Chatre, y que su patrón no sabe donde
para, por haber huido hará cosa de una ho­
ra, por llegar a este destino un mozo dicien­
do que venía a él, la partida y que inme­
diatamente montó a caballo acompañado de
otros varios que allí estaban y se fueron”. CAJON N.o 6:
Y ante la sugestiva pregunta de ‘‘si co­ 122 c a m is a s de p o n t iv í.

noce a uno que vulgarmente llaman el 1 ch ale c o de p o n t iv í.

CHATRE o a don MIGUEL HERRERO,

4 c a m is a s de li e n zo de lino.
14 c a m is a s de crud o.
dijo que no los conoce y que sólo ha oído
nombrar al Chatre y no al dicho Herrero”. C A J O N N . ° 7:

No es cierto lector, que por ahora, EL

141 ch ale c os de p o n t iv i.
92 pare s de ca lz o n e s de t r i p e s u rt id o .
CHATRE continúa siendo un enigma, no
obstante saber que una vez existió un hom­ C A J O N N.o 8:
bre que así le apodaran, y que fue este per­ 3 r e s m a s de pa pe l bla nc o.

sonaje quién puso a Artigas en la ruta de 3 c h a q u e t a s de l a m p a r i l l a ( s i c ) .

m e d ia li b r a de h ilo de s a str e.
convertirse en CAUDILLO? 1 p ie z a de c i n t a n e g r a .
Cuántos enigmas van a ser develados el 8 p a p eles de bo to nes de puños.
día en que uno de nuestros estudiosos pue­ 3 p a re s de c a lz o n e s de m a n f o r .

da categóricamente afirmar: ESTE ES 2 ch ale c os de b a y e t a con m a n g a s .

EL CHATRE.
2 c h ale c o s de b a y e t a con m a n g a s .
17 c h a q u e t a s de paño.
1 c h a le c o de seda.

LA PULPERIA DE 1 p a r de c a lz o n e s de tr i p e .
15 p a ñ u e lo s de h ilo de co lor.

DON MIGUEL HERRERO C A J O N N.o 9:

10 c a m is a s de crud o.

Y mientras aguardamos tan feliz nueva, 1 c h a le c o de c r u d o con m a n g a s .

que quizá no esté lejos su día, ya cerraré 26

1
c e ñ id o r e s de s a g r a de seda rosa dos.
c h a le c o de p o n t iv í.
esta crónica, haciéndote un relato de los 11 b a q u e ta s de l a m p a r i l l a .
géneros de Castilla que,en ella embargó el
Teniente de Milicias don Manuel Pérez, un C A JO N N.o 10:
7 po nchos de b a l a n d r a n e s .
pariente cercano de nuestro Procer, de las 24 p o nc hos de b a y e t a .
cuales se recibió de inmediato el Capitán CAJON N.o 11:
Guerra. La mercadería estaba acondiciona­
da en 19 cajones y ellos contenían:
2 4 po nc ho de bayeta.

C A JO N N.o 12:
C A J O N N.o 1: 116 s o b r e c in c h a s de hilo.
152 c a m is a s de alg od ón.
125 c a m is a s de alg od ón . CAJON N.o 13:
4 c h ale c o s de crudo. 2 n i f o m b r a s de ig le sia .
11 p o nc hos de b a y e t a .
CAJON N . ° 2: 2 a l f o m b r a s de ig le sia .
24 c a m is a s de alg od ón. 2 p a re s de e s p u e la s de p l a t a .
54 pare s de c a lz o n c illo s de alg od ón. 3 p a re s de e s p u e la s de h i e r r o .
4 c h a q u e t a s de s a ra za . 17 po nc ho s de pala.
2 c h a le c o s de c a la m a c o .
3 ch ale c os de b a y e t a con m a n g a s . C A JO N N.o 14:
13 a r m a d o r e s de b a y e t a . 25 c o jin il o s l de carnero.

CAJON N.o 3: CAJON N.o 15:

13 p a re s de c a lz o n c ilo l s de tr i p e .
2 c h a le c o s de b a y e t a .
12 c h a q u e t a s de pa ño.
CAJON N.o 4:
16 c h a q u e t a s de b a y e t ó n .
19 p a re s de c a lz o n e s de t r i p e .
CAJON N A 5:
86 p a re s de c a lo z n e s de t r i p e .
23 p a re s de c a lz o n e s de raso de
11 c h a le c o s de ra so de la n a.
25 p o nc hos de pala.
CA JO N N.o 16:
5 p a r e s de c a lz o n e s de t e r c i p e l o de a l ­
godón.
13 fiare s de c a lz o n e s de t e r c i o p e l o de seda.
2 c h a q u e t e s de p a ñ e t e .
1 c h a q u e t a de c a s t o r c i llo .
19 c h a q u e t a s de pa ño de co lo r.
4 c h a q u t a s de b a y e t a .
la na. 2 c h a q u e t a s de c a s t o r c i llo .
2 c h a q u e t a s de p a ñ e t e .
 1 ch ale c o de seda. Manuel Pérez en la primera y última foja
4 ch ale c os de paño. y contiene apuntes de lo pagado y efectos
1 ch ale c o de ca s to rc i llo . entregados a los peones por el referido don
4 p iezas de b r e t a ñ a de H a m b u r g o ,
Miguel.
4
3
z u r r o n e s p a r a ca za r.
sables. Itm. Otro libro de 45 fojas útiles seña­
5 po nc ho s de c a la m a c o . lado con el N° 23 y se rubrica idm lo mis­
6 po nc ho s de b a la n d r a n e s . mo que el anterior.
18 p a re s de m e d ia s de lana.
Itm. Otro libro señalado con el N° 24
6 po nchos de pala.
que contiene 143 fojas y se rubrica ídem el
CAJON N .° 17: cual contiene como el antecedente.
NOTA: Que además de los libros y pa­
55 p a re s de c a lz o n e s de t r i p e o r d i n a r io s .
E fu s ile s del Rey.
6 p ie za s de pa ñ u elo s de hilo de oclores. peles contenidos en este índice hay un cua­
4 p iezas de c in ta de seda.
derno intitulado deudas de la gente de to­
2 pi ezas de tisú de seda.
dos los carros y va señalado con el No 25,
y rubricado en su primera y última foja
60 v a r a s de c i n t a de seda s u r t id a .
2 p iezas de c in ta de h ile r a ,
lib r a y m e d ia de hilo de sa str e. que de ellas tiene útiles 37.
6 m i l l a r e s de a g uja s. Lo firma Rafael Guerra.
C A J O N N .° 18: ¿Dónde estarán estos cuadernos? Estos
17 c h a q u e ta s de b a y e t a de color. valiosos y maravillosos cuadernos de la
19 c h a q u e ta s de b a lle t ó n de v a r i o s colo. tienda - pulpería de don Miguel Herrero?
res,
Su hallazgo, si se logra por algún estu­
3 c h a q u e ta s de s a g a le jo
6 c h a q u e ta s de paño de
(s ic ) .
v a r io s colores. dioso, será indudablemente un feliz descu­
19 c h a q u e ta s de cotin. brimiento', un medular aporte para el es­
15 c h ale c o s de b a y e t a s u r t id a clarecimiento de una etapa muy poco cono­
12 c h ale c o s de la na ( s i c ) .
cida en la vida de nuestro Procer. Hará
45 chalec os de seda su rtid o s
luz no sólo sobre muchos aspectos persona­
les de Artigas, y a tono con ellas nuestros
3 p a q u e te s de c e ñ id o r e s de seda su rt id o s.
15 g o rr o s de 'seda.
9 do ce n as de c e ñ id o r e s de seda. artistas podrían evocarlo muy fidedigna­
7 do ce n as de p a ñ u elo s de seda de v a r io s
mente en cuanto a calidad y colorido de
colores.
prendas que allá en aquella campaña infi­
nita y antes de su ingreso a Blandengues,
1 le g a jo de lib ro s de cu e n ta s

C A J O N N . ° 19:
con usara, adquiridas en la tienda - pulpería
56 c u c h i llo s y un peso pesas a m a r i ­
de Miguel Herrero.
llas.
5 hachas. Y para el historiador, qué valiosos y
2 fr en o s. trascendentes serían los nombres y otras
18 po nc ho s de pala. circunstancias de aquellos más de cuatro­
28 pesos y un re a l de pl ata .
cientos hombres que integraban las 17 tro­
Este inventario está firmado en el arro­ pas del Chatre! ¿Cuántos le siguieron?
yo del Arapey el 9 de noviembre de 1792. i Quiénes fueron ellos ?
Además de estas mercaderías fueron em­ Tal vez un día lo sepamos...
bargados a don Miguel de Herrero en ésta, Y a esta altura, y porque descarto que
su tienda - pulpería: estás por lo bajo, lector, formulando la
Primeramente, un legajo que contiene pregunta, te respondo que, no obstante
facturas de los efectos que le han remitido haber inspeccionado ambas márgenes del
al dicho Herrero de varios parajes y car­ Arapey Grande, los potreros de Corumbé
tas escritas al mismo, las más confusas poí­ y Arerunga, y tomado declaración a cuan­
no expresar los parajes y varias de ellas, to individuo podía informarle, el Capitán
sin firmas, números <1 1 al 20. don Rafael Guerra no nos evoca la pre­
Itm. Un libro-de 75 fojas útiles señalado sencia de Artigas ni nos da su nombre.
con el N° 21 que se halla rubricado por don E special p ara LA BALLENA DE PA PEL .
 MALDONADO EN 1878
MARIA D. de GUERRA.
Hace casi cien años, el departamento
de Maldonado —que incluía a Rocha-—,
tenía cinco pueblos: Maldonado, San Car­
los, Rocha, San Vicente, Pan de Azúcar
y Lazeano. La única que tenia categoría
de ciudad era la primera: las otras eran
villas y pueblos. El pueblo de San Vicen­
te o Castillos, fundado por Ilermógenes
L. Formoso en el año 1866, tenía por esa
época poco más de 300 habitantes; Pan
de Azúcar, que fue fundado en 1874 por
un grupo de personas, Félix de Lizarza,
Enrique Brun, Francisco Bonilla (hijo),
Andrés Vázquez, Miguel Alzurim, Pedro
Alfonso y Felipe Pagani; y por último el
pueblo de Lazeano, llamado también Tres
Islas, fundado en 1877 por Francisco Laz-
cano, constituía un núcleo de población
importante en aquellas extensas zonas de­
siertas de la campaña.
El departamento estaba dividido en tre­
ce secciones policiales y cuatro judiciales.
Secciones policiales:
1. a — Maldonado
2. a — San Carlos
3. a — Rocha
4. a •— Pan de Azúcar
5. a — Mataojo
6. a — José Ignacio
7. a — Valle de Aiguá
8. a — India Muerta
9. a — Tres Islas
10. a — San Vicente
11. a — Santa Teresa
12. a — Solís Grande
13. a — Garzón
Las cuatro secciones judiciales eran:
Maldonado, San Carlos, Rocha y San Vi­
cente, que a su vez se subdividían en 43
distritos correspondiendo 11 a la primera
sección, 14 a la segunda, 15 a la tercera
y 3 a la cuarta. Las correspondientes a
la primera sección o sea Maldonado, eran
estas: 1, Cuartel Norte; 2, Cuartel Sud;
3, Ejido; 4, Laguna; 5, Seibos; 6, Guar­
dia Vieja; 7, Sauce; 8, Mataojo; í), Pan
de Azúcar Ñor.; 10, Pan de Azúcar Sud;
11, Solís Grande.
La Administración Judicial estaba des­
empeñada por tres Alcaldes Ordinarios
que funcionaban en Maldonado, San Car­
los y Rocha; por cuatro Jueces de Paz
residentes en los mismos pueblos y en el
de San Vicente ele Castillos, y por cua­
renta y tres Tenientes Alcaldes que ejer­
cían sus funciones en las poblaciones ur­
banas y distritos rurales.
Concretándonos preferentemente a la
ciudad de Maldonado y su jurisdicción,
se componía ésta de 86 manzanas con unas
337 casas habitación edificadas de las que
se puede hacer la siguiente clasificación
de acuerdo a los materiales con que esta­
ban construidas: 8 casas de alto, 191 de
azotea, 18 de teja, 13 de zinc, 92 de paja,
terrón y ladrillo, y 15 de palo a pique.
Los edificios públicos eran: la Jefatura
Política y de Policía, la Junta Económico-
Administrativa, la Escuela Ramírez, el
templo provisorio, el templo a terminar,
la Torre del Vigía, el cementerio.
El edificio de la Jefatura fue refor­
mado en 1878 durante la administración
como Jefe Político del Dpto. de Vicente
Garzón. Allí había funcionado antigua­
mente el Cabildo o sea la Casa Capitular.
De aquella antigua casa, de la cual la
mitad era techada de teja, se levantó un
sólido edificio de una planta con dos co­
lumnas adosadas a la puerta de entrada,
y cuatro ventanas con balcones de hierro
forjado, con frente a la plaza.
La Junta Económico-Administrativa se­
sionó durante muchos años en casas alqui­
ladas, entre ellas, ocupó una sala de la
casa propiedad de Clara Camino de Roux.
Desde 1875 la Municipalidad se preocu­
pó formalmente de la refacción de un edi­
ficio de propiedad nacional que había sido
ocupado con anterioridad por la policía y
años después por la Escuela Pública de'
Varones, hallándose posteriormente casi
en ruinas, fueron ocupadas dos piezas por
las oficinas de la Receptoría de Aduana.
Se concibió el proyecto de transformar es­
ta especie de ruina en un edificio que pu­
diese albergar varias oficinas economizan­
do así el pago de alquileres.
El ingeniero Enrique Jürgensen realizó
un plano de la obra y más. tarde el Deli­
neador Municipal Augusto Rousseau hizo
otro, así como un presupuesto de la mis­
ma. Después de efectuados esos trabajos
preliminares llegó a esta ciudad el enton­
ces ministro de Hacienda Dr. Juan A.
Vázquez, a quien le fue expuesto el pro­
yecto por el presidente de la Comisión
Econ. Admiinstrativa que era Ruperto
Fernándes. El Ministro simpatizó con el
proyecto y prometió que a su llegada a la
capital propondría al gobierno esa urgen­
te mejora. Así fue como cumpliendo su
promesa, autorizó a la oficina de su de­
pendencia que ocupaba dicho ediiício para
llamar a propuestas, siendo confecciona­
das éstas por Don Indalecio Bengochea.
Después de aprobada la propuesta más
ventajosa de las elevadas por la Recepto­
ría, se dio principio a la obra, quedando
ésta terminada a fines del año 1877.
En abril de 1878, el Jefe Político Vi­
cente Garzón fue encargado por el Gobier­
no de instalar las oficinas de la Comisión
Econ.-Administrativa en la parte del edi­
ficio que le correspondía y que eran: ofi­
cina de Despacho; Secretaría; Sala y Bi­
blioteca. A su vez la Receptoría de Adua­
na ocupaba tres piezas, quedando otra pa­
ra depósito común de útiles de ambas re­
particiones.
La sala de sesiones de la Junta y la Bi­
blioteca Municipal fue decorada por el pin­
to Francisca Piovano. El Gobernador Lo­
renzo Latorre efectuó una donación para
la compra de parte de los muebles de di­
cha sala de sesiones.
La Escuela Ramírez fue inaugurada el
21 de enero de 1877, encargándose de este
acto la Comisión de Instrucción Pública
presidida por Don Pedro Podestá, lo que
se efectuó con la mayor solemnidad ha­
llándose congregados en aquel recinto au­
toridades, damas y vecinos en una de las
más grandes fiestás^que registró la ciudad
de Maldonado.
En cuanto al templo provisorio que te­
nía esta ciudad, venía funcionando como
tal desde 1839 ó 40, mientras se conside­
raba cada vez más indispensable atender
a la terminación del que estaba comenzado
desde 1801 y que permanecía inconcluso.
Aparte de las mencionadas, había otras
oficinas públicas que, por no tener edifi­
cio propio funcionaban en casas alquila­
das. Esas oficinas eran: el Juzgado de
Paz, la Administración de Correos, la Co­
misión de Instrucción Primaria, el Juzga­
do Ordinario, la Defensoría de Menores,
la Administración de Sellos y Patentes, la
Comisión Auxiliar de Agricultura y la
Sección de Estadística.
Además estaban los Consulados: inglés,
(casa de Enrique Burnett), francés, ar­
gentino, italiano, y brasileño.
En 1874 se abrió al uso público el Ar­
chivo del Juzgado Ordinario de Maldona-
do que se había conservado lacrado y se­
llado. El Alcalde Ordinario en esa fecha
que era Elias L. Devincenzi, fue el que
acometió la obra, al mismo tiempo que
procedió a arreglarlo y encuadernarlo
confeccionando un Indice alfabético de
manera que pudiera ser utilizado fácil­
mente por las personas que lo solicitaren.
El Inventario y las demás diligencias
necesarias para la apertura del Archivo
fueron elevadas al Tribunal Superior de
Justicia. El Archivo organizado compren­
día: Causas civiles desde 1755 a 1874.
Causas criminales desde 1796 a 1874. Pro­
tocolos, contratos y registros desde el año
1786 a 1874.
Con respecto a la plaza principal, de­
nominada “ San Fernando”, se había co­
locado el cordón de las veredas en las ca­
lles laterales de la misma, en 1874. Unos
años después, siendo Jefe Político Justo
R. Pelayo, fue adornada con la colocación
de 18 bancos y '16 faroles con sus respec­
tivas columnas obtenidos por el mismo Je­
fe Político y por la Junta Econ.-Adminis­
trativa. En 1878 se procedió a enlozar las
dos calles que cruzan la plaza bajo la ad­
ministración de Vicente Garzón.
Veamos ahora un aspecto muy impor­
tante de la ciudad que es el que se refiere
 a la nomenclatura. ” 3 y y
de Pan de Azúcar
En Maldonado existían unas tablillas ” 4 y y
de Montevideo
donadas por Don Juan J. Acosta, las que ” 5 y y
del 25 de Mayo
fueron sustituidas en 1878 por placas de ” 6 y y
de la Florida
hierro fundido, habiéndose colocado en ” 7 y y
de ltuzaingó
esta ciudad 124. La Junta Econ.-Admiuis- ” 8 y y
de José Ignacio
trativa había elevado al Gobierno un pro­ ” 9 y y
de Garzón
yecto de nomenclatura en 1874 el que fue ” 10 y y
de Castillos
aprobado. He aquí la nomenclatura y su ” 11 y y
del Valle de Aiguá
aprobación: ” 12 y y
de Cebollatí
“ Junta Económico Administrativa. Maldonado, Marzo 6 de 1874. Ruper-
Exmo. Sr. Ministro de Gobierno, Di-. D. —

to Fernández, Presidente. Elias L. Devin-

Saturnino Alvarez. • cenzi, Secretario.
Deseando esta Junta dotar a la ciudad La respuesta del Ministerio de Gobierno
de Maldonado de una nomenclatura para fue esta:
la distribución de sus calles tan necesaria “ Montevideo, Marzo 10 de 1874. — Vis­
por el desarrollo de su población, somete ta al Fiscal. Alvarez. Exmo. Señor: No ve
a la aprobación de V.E. la nómina que se el Fiscal inconveniente en que V.E. aprue­
acompaña, esperándose merezca la aproba­ be la adjunta nomenclatura para las pla­
ción del Sr. Ministro, a quien Dios guarde zas y calles de Maldonado. — Eduardo
muchos años. Brito del Pino.
Maldonado, Marzo 6 de 1874. — Ruper­ Ministerio de Gobierno. De conformidad
to Fernández, Presidente. Elias L. Devin- con el Fiscal y devuélvase a la Junta de
ccnzi, Secretario.” su procedencia. Rúbrica de — Alvarez.”
PROYECTO RARA LA NOMENCLA­ Como se ve, el nombre de las calles obe­
TURA DE TAS PLAZAS Y CALLES decía a lugares geográficos del departa­
DE LA CIUDAD DE MALDONADO mento o hacía alusión a hechos históricos.
Posteriormente a 1878, y en oportunida­
PLAZA S des diferentes, fueron cambiados los nom­
Número 1 Plaza San Fernando. bres de las siguientes calles: la plaza del
” 2 Plaza General Flores. Recreo se llamó plaza del Vigía o plaza de
3 Plaza Recreo. a Torre del Vigía, la plaza General Flores
desapareció cuando en esa manzana se
CALLES DE NORTE A SCI) edificó la actual Escuela N° 1 José Pedro
Ramírez; la calle de Rocha se llamó Ra­
húmero i Calle del 19 de Abril món Guerra; la calle de Punta del Este
y y 2 y y
de Santa Teresa se llamó José Dodera; la denominada Pan
y y
3 y y
de San Carlos de Azúcar pasó a llamarse Arturo Santa­
y y
4 y y
del Rincón na; José Ignacio pasó a llamarse Ventura
y y
5 y y
de Rocha Alegre; Garzón se llamó Dr. Edye; la ca­
y y
6 y y
de Sarandí lle de Castillos, tomó el nombre de Dr.
y y
7 y y
del 18 de Julio Román Bergalli, y la denominada Vralle
y y
8 y y
de Punta del Este del Aiguá se llamó José Pedro Varela.
y y
9 y y
Isisi Gorriti En cuanto al alumbrado público, la
y y
10 y y
de Solís Junta había contratado en el año 1873 la
CALLES DE ESTE A OESTE colocación de 60 faroles a querosene con
la casa Carril. Ya existían de tiempo atrás,
limero 1 Calle del 3 de Febrero sustentados por la Junta y la Jefatura,
y y 2 y y
de los Treinta y Tri 25 faroles, ubicados en la plaza y a una

<
cuadra de ella por sus cuatro esquinas.
Durante el año 1878 el servicio de alum­
brado público tuvo que reducirse en vir­
tud de una resolución del Gobierno del 23
de enero de ese año por la cual en lo su­
cesivo el alumbrado y el servicio de lim­
pieza pública debían ser costeados por los
propios vecinos de cada localidad que re­
cibieran este beneficio. Suprimida del pre-
su puesto la cantidad de cien pesos que
era lo que se designaba para el sosteni­
miento del alumbrado en los tres pueblos
principales del departamento, Maldonado,
San Carlos y Rocha, fue indispensable re­
ducir el número de luces al mismo tiempo
que buscar los medios de poder continuar
con lo que se había conseguido. Así fue
que la Junta, después de oír la opinión de
varios vecinos de respetabilidad, sancionó
un Edicto para la percepción del impues­
tos, que fue aprobado por el Gobierno. El
Edicto establecía que a partir del mes de
Marzo de 1878 el impuesto de Alumbrado
Público sería abonado de la siguiente ma­
nera: los usuarios se dividían en tres ca­
tegorías, en la primera entraban los co­
mercios; tiendas, almacenes, boticas, con­
fiterías, hoteles, billares, imprentas, zapa­
terías, carpinterías, platerías, hojalaterías,
cigarreras y oficinas de Agentes extranje­
ros, los que pagarían una cuota mensual de
ochenta centesimos. En la segunda catego­
ría estaban los puestos en general, recobas
y depósitos de frutos del país, carbonerías,
etc., que pagarían una cuota de cincuenta
centesimos, %y en la tercera categoría esta­
ban las casas particulares las que paga­
rían una cuota mensual de treinta cente­
simos. Se establecía además que no paga­
rían el impuesto de Alumbrado las casas
que estuvieran a más de cincuenta metros
de distancia de cada luz. Tampoco satis­
farían dicho impuesto las casas en cons­
trucción y las que se hallaran totalmente
desocupadas.
El Artículo 4o del Edicto expersaba tex­
tualmente: “ Los remisos en abonar la
cuota que le corresponda serán apremia­
dos por el Teniente Alcalde del Cuartel
respectivo, acompañadiT’del recaudador, y
si no efectuase el pago se dará aviso a la.
Policía para que lo haga efectivo bajo la
pena de arresto por 24 horas.”
Con la percepción de ese impuesto se
costeaba escasamente el servicio de alum­
brado en los tres pueblos del departamen­
to que disfrutaban de ese importante ser­
vicio.
La Junta Econ. Adm. promulgó un
Edicto para el Servicio de limpieza públi­
ca en 1874 que transcribimos a continua­
ción :
REGLAMENTO PARA EL SERVICIO
DE LIMPIEZA PUBLICA
Art. l.° — La limpieza pública que com­
prende la extracción de basuras de las ca­
sas de los vecinos y establecimientos pú­
blicos, se practicará en toda la ciudad has­
ta la calle Valle de Aiguá en su prolonga­
ción desde el Norte hasta la calle de los
Treinta y Tres.
Art. 2.5 — La extracción se hará los
días Martes y Sábados.
Art. 3.° — Desde el Io de Mayo hasta
el 30 de Setiembre principiará a las 8 de
la mañana, y desde el Io de Octubre hasta
el 30 de Abril, principiará a las 7.
4. ° — Se ocupará por ahora para la lim­
pieza un carro acondicionado con alas en
sus cuatro faces de forma que no tenga
derrame en el tránsito.
5. ° — El conductor del carro llamará a
cada puerta de calle para que sus mora­
dores saquen las basuras. Estos deberán
efectuar esa operación sólo en ese acto, en
cajones de tabla o lata que colocarán en
la vereda, frente a la puerta de sus res­
pectivas casas. Luego que el conductor del
carro desocupe dichos envases, deberá vol­
verlos al parage de donde los tomó y el
dueño los recogerá inmediatamente.
6. ° — Las basuras se conducirán por
ahora al lugar conocido por ‘‘las barran­
cas” al costado oeste de la ciudad.” etc.
Se establecían multas de 50 centésimos
por no retirar los cajones luego que hu­
biera pasado el carro, de 4 pesos por arro­
jar a la calle desperdicios de talleres, ar­
tes y oficios u otras basuras de cualquier
especie, multas que serían impuestas por
 el Comisario de policía pasando su pro­
ducto a la Junta para destinarlo a gastos
de limpieza y salubridad.
CASAS DE COMERCIO QUE
EXISTIAN EN LA CIUDAD
DE MALDONADO Y SU
JURISDICCION EN 1878
Atahonas ............................................. 2
Almacenes de menudeo ................... 17
Acopiadores de frutos ..................... 1
Billares ................................................ 5
Barberías.............................................. 1
B oticas.................................................. 1
Carpinterías ....................................... 8
Embarcaciones ................................... 3
Pondas .................................................. 1
H oteles.................................................. 3
Vendedores ambulantes de .jabón .. 17
Hornos de ladrillo............................. 1
Zapaterías ............................................ 3
Cigarrerías .......................................... 1
Herrerías.............................................. 2
Máquinas de moler ........................... 10
Maestros Albañiles ........................... 2
Panaderías .......................................... 4
Puestos de carne ............................... 15
Pulperías.............................................. 17
Procuradores ...................................... 7
Rematadores ........................................ 1
Tiendas de géneros........................... 3
Tacheros Ambulantes....................... 1
Confiterías .......................................... 2
Son en total 128
Además existían 2 Agencias de Diligen­
cias y una Imprenta.
Las Mensajerías Orientales, cuyo agen­
te en esta ciudad era Saturnino Pintos,
en San Carlos, Pedro Cruz Costa y en Ro­
cha, Manuel Castro; y una mensajería
particular cuyo agente en Maldonado era
Luis Piculli y en San Carlos, Juan Bres­
cia.
La Imprenta editaba el periódico “ El
Departamento” que era bi-semanal. Como
Asociación, estaba el “ Casino Democrá­
tico”, habiéndose clausurado poco tiem­
po atrás la “ Filarmónica Armonía”.
El horno de ladrillos que figura en la
nómina de casas de comercio era de pro­
piedad de Ramón Pintos.
La ciudad de Rocha, contaba en 1878
con un periódico también bi-semanal: “ La
Ley ’’, y varias Sociedades: la “ Lírico Ró­
chense”, la “ Española de Socorros Mu­
tuos”, la “ Fratellanza italiana”, y la
“ Armonía”.
El movimiento del puerto de Maldona-
do era intenso. La oficina encargada de
controlar este movimiento era la Sub-De-
legación de Marina que no tenía edificio
propio, y que una vez construida la Adua­
na de Punta del Este pasó a ocupar ese
local. Para tener una idea de la actividad
marítima transcribimos el número de bu­
ques de cabotaje y de ultramar entrados
y salidos en el puerto de Maldonado du­
rante los años 1876 a 1878.
Buques de Cabotaje
Entradas y salidas en 1876: 80 Buques
” ” ” ” 1877: 92 ”
” ” ” ” 1878: 119
Buques de Ultramar
Entradas y salidas en 1877: 16 Buques
” ” ” ” 1878: 15
INFORME SOBRE EL RINCON DE
SAN RAFAEL. — Por un Decreto del 14
de Mayo de 1877 el Gobierno creó las Co­
misiones Auxiliares de Agricultura en to­
dos los departamentos, que dependían de
una oficina central en Montevideo. Entre
los cometidos que tuvo esta Comisión en
Maldonado —-que quedó integrada en octu­
bre de dicho año presidida por Casiano Ca­
brera—, figura el establecimiento de Colo­
nias Agrícolas, en particular, la que debía
crearse en el lugar conocido por, Rincón de
San Rafael. Se entendía que fundar esa
Colonia era dar un gran paso progresista
ya que se fomentaría la agricultura utili­
zándose convenientemente una fracción de
terreno abandonado.
En el año 1875 la Junta admitió la de­
nuncia de chacras ubicadas en el Rincón de
San Rafael, porque se creyó facultada para
poderlo hacer así. Algunas personas, que
 consideraron esos terrenos no denunciables
se presentaron ante el gobierno pidiendo
se suspendiese la tramitación de las de­
nuncias. El gobierno solicitó entonces a
la Junta un Informe sobre este particu­
lar. Se trata de un documento- importan­
te porque en él se explican las condicio­
nes en que se encontraba toda esa vasta
zona, hace historia de hechos que tienen
que ver con este problema, y termina por
demostrar la alta conveniencia de estable­
cer en dicho lugar una Colonia agrícola
que beneficiara a los habitantes de Mal-
donado. Si bien no vamos a transcribirlo
en su totalidad extraemos algunos párra­
fos esenciales. Dice así:
“ Es hoy una verdad incuestionable que
el pueblo o los moradores de la ciudad de
Maldonado no aprovechan del Rincón de
San Rafael. ¿De qué se compone éste? De
un recodo situado entre el pueblo —del
que dista en su entrada como media le­
gua—, el arroyo de Maldonado, y los mé­
danos de la playa en cuyo punto se le lla­
ma playa del Rincón de San Rafael. Se
divide en colinas y en una parte de ba­
ñado sobre el arroyo, bañado de agua sa­
lada que es la que entra por la barra de
dicho arroyo. En algunos puntos vegeta
un arbusto rastrero, llamado Espinas, que
no tiene otras hojas que espinas, algunos
talas y algunos molles también rastreros.
Los escondites que con tal vegetación se
forman, sirven generalmente de guarida
a los matreros en tiempos anormales y de
lugar preferido para cometer delitos de
abigeo en todo tiempo, no ya de los ani­
males que allí se pastorean, sino de los
que son conducidos allí con ese objeto de
los puntos inmediatos.”
Continúa diciendo el Informe, que ser­
viría de aprovechamiento a los moradores
de Maldonado, si éstos enviaran allí sus
lecheras y caballos a pastorear, o si apro­
vechasen la madera de los arbustos como
combustible, pero ninguna de esas dos co­
sas ocurría porque no les convenía, ya (pie
tenían otros terrenos más cercanos donde
cumplir esas tareas. Una buena parte de
la población abonaba unfTcuota mensual a
chacareros inmediatos los que se encarga­
ban de sacar los animales por la mañana
y conuucirlos por la tarde hasta la puertá
de los interesados. Y con la cuota de un
peso o un peso veinte centésimos por ani­
mal, estos chacareros reunían mensual­
mente una cantidad doble a la que les pro­
duciría si tuviesen sus chacras arrendadas
para cultivo o las cultivasen ellos misfos.
Con respecto a la madera de espinal —
combustible usado generalmente por los
hornos de ladrillo y los de panadería-
era utilizada por los vecinos del Rincón
que tenían carretas, los que a veces apa­
recían en el pueblo con carradas del com­
bustible que vendían a dos o tres pesos y
que muchos compraban para alternar con
leñas más fuertes o para hornillos caseros.
Pero muy pocos moradores de esta ciudad
mandaban carros o carretas para traer es­
pinas del Rincón ya que entre los méda­
nos próximos al Oeste y Sur se encontra­
ba el mismo material. Se tenían noticias
de que, en tiempos pasados los terrenos
del Rincón sirvieron de aprovechamiento
al pueblo de Maldonado, pero, agregaba
el informe, desde la guerra (pie terminó
en 1851, eso había dejado de ocurrir. La
Junta había recabado información —a
falta de testimonios escritos—, consultan­
do a personas de dad como Juan E. Plá
de 80 años y otros, de lo que se pudo in­
ferir lo siguiente: que las fuerzas reales,
arribadas aquí a principios del siglo XIX,
alojadas en un edificio que se llamó “ EL
TREN” mandaban a pastorear sus caba­
lladas al Rincón de San Rafel, circuns­
tancia por la cual no se concedió a varios
individuos que hicieron denuncia de él,
extendiéndose entonces la voz de que así
que se fueran las tropas quedaría para
aprovechamiento del pueblo de Maldona­
do. De entonces derivaba esa tradición in­
terrumpida por la Guerra Grande y no
continuada después. El Sr. José R. Ma­
chado, hermano de Joaquín Machado, con­
cesionario de una chacra situada en los
terrenos del Rincón, dijo que en 1810 el
gobierno anuló una denuncia hecha por
Andrés Gelly, otorgando el aprovecha­
miento de esos terrenos para este pueblo.
La Junta no tenía noticia de esa resolu­
 ción por no existir Archivo de la épo^a,
pero no dudaba que existiera. Además ha­
bía una disposición del gobierno que fa­
cultaba a las Juntas departamentales pa­
ra divdir en chacras los terrenos de los
Ejidos.
Continuaba diciendo el informe que, por
Rincón de San Rafael se computan los te­
rrenos comprendidos desde el arroyito de
La Cadena hasta la playa y el arroyo de
Maldonado, y allí se concedieron antigua­
mente varias chacras: la del citado Joa­
quín Machado, la de la Paz que fue de
Francisco Aguilar, la de Gabino Delgado
y la de Emeterio Abreu. Si en el pasado
se habían concedido, ¿cómo no se iba a
creer la Junta en su derecho de continuar
concediendo otras?
Demostrado ya que el Rincón no servía
de aprovechamiento al pueblo de esta ciu­
dad, y que la Junta en cumplimiento de
la legislación vigente enagenó chacras en
esa parte del Ejido, pasó a demostrar la
conveniencia de tal proceder, sustituyen­
do un foco de abigeato y vagancia en esta­
blecimientos rurales que aumentarían la
producción. Todavía quedaba una razón
fundamental; dejando esos terrenos sin
cultivar, su pérdida era irremediable, na­
die podía contener el avance de las are­
nas. A este respecto también se consultó a
algunas personas ancianas las que corro­
boraron que los médanos de la parte sur
y este habían ido avanzando cada vez más.
Por otra parte cualquiera podía ver que
la chacra de Joaquín Machado que perma­
neció sin cultivos desde hacía años, se en­
contraba absorbida en una gran parte por
los arenales y lo mismo sucedió en el fon­
do del Rincón, al Este, donde los méda­
nos aumentaron mermando considerable­
mente el terreno vegetal.
Terminaba el informe con estas pala­
bras: “ A través de este asunto, la Junta
ve intereses de unos pocos perjudicados
con la transformación del Rincón en cha­
cras, y personalidades de otros, todos los
que, aunados, habrán concurrido al Supe­
rior Gobierno desfigurando los hechos y
despertando su justificado celo por la me­
jor administración pública. Resistencias
personales contra la actual Junta del De­
partamento, sin duda porque sus miem­
bros se han desempeñado con dedicación
poco conocida en él (perdónese la falta de
modestia) en pro de los intereses genera­
les, no transigiendo con ciertas personali­
dades que se habían arrogado en años
atrás hacer sentir su voluntad imperante
en todos los resortes administrativos. Per­
sonalidades, Sr. Ministro, que llegan has­
ta a hacer explotación de la situación ac­
tual, para presentar más de una vez como
elementos desordenados a los que haciendo
abstracción de política, se consagran al
trabajo honesto y a la atención de los de­
beres que se impusieron al aceptar un
cargo concejil, discernido por el voto po­
pular’. ’
REGISTRO DE PROPIEDADES. —
La Junta de Maldonado elevó al go­
bierno un proyecto de Edicto en junio de
1877 para solucionar la ausencia de un
registro de propiedades, ya que ni los agri­
mensores ni los propietarios habían concu­
rrido a las oficinas municipales a solici­
tar las anotaciones que establecía el Códi­
go Rural. Ese proyecto con algunas mo­
dificaciones fue promulgado. En él se es­
tablecía, que a partir del l.° de mayo de
1878 la Comisión Económico Administra­
tiva abriría un libro foliado con índice
alfabético que se denominaría: Registro de
Propiedades departamentales y el de las
Comisiones Auxiliares; Registro de Pro­
piedades Seccionales.
En dichos Registros se anotarían, los tí­
tulos de propiedad de los terrenos com­
prendidos dentro de la jurisdicción que
cada propietario estaba obligado a presen­
tar en el término de 4 años. También se
anotaría toda mensura practicada dentro
de los mismos límites para lo cual el agri­
mensor operante debía pasar una noticia
detallada de la superficie, los linderos,
nombre del propietario, etc. A partir en­
tonces de este decreto, que tiene por fe­
cha 22 de febrero de 1878, se llevaron los
libros del Registro de Propiedades en las
oficinas municipales.
 BALANCE DEL PRODUCTO E ¿ T n INVERSION
INVERSION DE LAS RENTAS W' ¡H
MUNICIPALES EN 1878 ! Rubros
P R0 DUCT0 Presupuestos de la Com. Ex-
Rubros traordinaria y Auxiliares $ 1.417.19
Entregas a la Com. Dep. de
Patentes de Rodados ........ $ 1.735.10 de Instrucción Primaria y y
1.260.00
Derecho de Abasto .......... ” 1.670.00 Presupuestos del Juzgado
Proventos de Cementerios ” 56.00 Ordinario .......................
y y
420.00
Registro G. de Ventas ... ” 592.00 Obras Públicas ...................
y y
801.92
Permisos para Edificar .. ” 14.40 Limpieza Pública .............. y y
16.00
Multas remitidas por Juz- Alumbrado Público .......... y y
483.90
p-ados ............................... ” 338.60 Gastos Eventuales ............. y y
1 196 10
Alumbrado Público .......... ” 393.00 Gastos de Rodados............ y y
94.80
Permisos para Negocio ... ” 34.00 Gastos Extraordinarios .. y y
132.06
Permisos para Rifas ........ ” 35.92 Rentas de 1878 para cubrir
Registro de Propiedades . ” 4.00 el déficit de 1877 .......... y y
4.499.96
Adm. de Sellos y Patentes ” 5.000.00 Remesa a la Comisión A. de
Entrega de Tesorería Gral. San Carlos .....................
y y
250.00
Servicio de 1877 ............ ” 297. (X) Impuesto Extraordinario . y y
29.51
Suma tom ada....................... 550.56 Caja. Existencia al 31 de
Impuesto Extaordinario .. ” 29.54 Diciembre .......................
y y
149.15
Suma $ 10.750.62 Igual $ 10.750.62
 EL CLUB “PAZ Y UNION’’
ii
Completamos hoy la reseña iniciada en
el N.° 5 de esta revista, refiriéndonos a las
actividades desarrolladas por el Club “ Paz
y Unión1’ que en mayo del presente año
festejó su 86 aniversario. Un hecho im­
portante que merece un comentario más
extenso que el que le dedicáramos en la
primera parte de este trabajo es la fusión
de las dos Sociedades, el “ Casino Urugua­
yo” y el “ Paz y Unión” que tuvo lugar
en 1900. La información que hemos lo­
grado obtener a este respecto nos pone en
condiciones de aclarar con fechas y nom­
bres los acontecimientos que tuvieron lu­
gar en ese entonces y que desembocaron
en la unión de ambas sociedades.
El 29 de abril de 1900 la Sociedad Paz
y Unión efectuó una Asamblea en la que
se discutió ampliamente la idea fusionista
luego de lo cual se nombró una Comisión
encargada de formular las Bases y las
Condiciones en que esto sería llevado a la
práctica. Como se sabe, y lo decíamos en
nuestra nota anterior, el Casino Urugua­
yo, creado en Maldonado en octubre de
1889, que ocupó el local propiedad de Luis
Delfino en la calle 25 de Mayo esq. Sa-
randí, venía a ser el sucesor del antiguo
“ Casino Democrático” a cuya fundación
estuvieron vinculados elementos represen-
tivos de la sociedad fernandina, tales co­
mo el Inspector de Escuelas Eugenio Ruiz
Zorrilla, el Jefe Político Vicente Garzón,
Abel E. Aguilar, Ruperto Fernández, Juan
S. Viera, Ramiro de las Carreras, Carlos
Julio de la Fuente y otros.
La evolución habría sido esta: primero,
Casino Democrático (año 1878), después,
Sociedad de Socorros Mutuos Paz y Unión
(año 1884) y en tercer término Casino
Uruguayo (año 1889).
Estas dos últimas sociedades se fusionan
en el año 1900. La Comisión encargada de
MARÍA D. de GUERRA.
formular las bases correspondientes estu­
vo integrada por : Titulares : Manuel Z.
Delgado, Jaime H. Pou, Bernabé Alegre
y Ramón Díaz; Suplentes: Pedro Podestà,
Braulio de Nava, Juan C. Brito y Fran­
cisco Ortiz. Eso por parte de Paz y Unión,
ahora por parte del Casino Uruguayo, tam­
bién se efectuó una Asamblea el día 6 de
mayo donde se nombró la Comisión res­
pectiva integrada por: Titulares, Manuel
Gorlero, Manuel Rivero, Juan S. Viera,
Narciso Borges y como Suplentes, Fede­
rico de Medina, Juan Gorlero, Gonzalo
Acosta, Francisco Ortiz (hijo).
Ainhas Comisiones actuaron juntas el
día 9 de Mayo y acordaron los siguientes
puntos: l.° Fusión de la Sociedad de So­
corros Mutuos Paz y Unión con la Socie­
dad recreativa Casino Uruguayo, dándole
a ambas el nombre de “ Sociedad Paz y
Unión” ; 2.°: La Sociedad de Socorros Mu­
tuos Paz y Unión entra a la fusión con el
capital que poseía en ese momento en bie­
nes raíces, efectivos, muebles y materia­
les de construcción. El Casino Uruguayo
lo hacía con sus bienes muebles y efectivo
depositado en el Banco de la República.
La Sociedad surgida del fusionamiento
nombró esta nueva Comisión Directiva:
Presidente: Manuel Gorlero, Vice-presi­
dente Manuel B. Tardáguila, 2.° Vice­
presidente Román Guerra, Secretario Nar­
ciso S. Borges, Pro-secretario Jaime H.
Pou, Tesorero Juan Gorlero, Biblioteca­
rio Braulio de Nava.
Con entusiasmo y optimismo la Socie­
dad se disponía a renovarse en la aurora
de un siglo. Muchas esperanzas e inquie­
tudes agitaban las mentes en ese año au­
gurai de 1900. Expresaba “ El Concilia- !
dor” del 13 de julio: “ La Sociedad Paz
y Unión ha tenido sus alternativas en la
marcha regular de su funcionamiento. Ac-
tualinente representa la fusión de dos so­
ciedades que, penetrándose del significa­
tivo emblema que ostenta el estandarte
social, estrecháronse las manos, con lo que
dieron forma real a la emblemática que
hasta entonces simbolizaba.”
A continuación se hace una nómina de
los espectáculos que —aparte de los bai­
les y de los llamados “ recibos”— se rea­
lizaron en el viejo local de la calle Do-
dera esquina Ituzaingó, acompañándola
de un registro de sus autoridades.
25 de Agosto de 1,900. — Un grupo de
niñas de la localidad entona —en el salón
previamente engalanado con motivos alu­
sivos a la fecha patria— el “ Himno a
Lavalleja”. El presidente de la Sociedad,
Manuel Gorlero, toma diversas fotografías
de este grupo de jóvenes, que dona a los
familiares.
Desde los primeros meses de 1900 fun­
cionaba el “ Biógrafo Lumière”. Realizó
diversas exhibiciones que se llevaron a ca­
bo en el transcurso de dicho año y suce­
sivos.
Enero del908. — Gran quermesse a be­
neficio del Centro. El periódico criollo “ El
Fogón” reprodujo en su edición del 7 de
febrero la vista fotográfica de esta quer­
messe. “ El Fogón”, que era un periódico
criollo ilustrado, se editaba en Montevi­
deo bajo la direción de Alcides de María,
administrador Enrique de María, y publi­
caba fotografías de establecimientos de
campo, saladeros, faenas criollas, reunio­
nes sociales, acontecimientos importantes
de distinta índole que los remitían a los
sucriptores. Publicaba tanmbién, en for­
ma de folletín, colecciones completas de
obras dramáticas del repertorio nacional
y piezas de música criolla.
Julio de 1905. — Inauguración en el
Centro Paz y Unión de las instalaciones
de Confitería, Café y Billar a cargo del
Sr. Juan Massioti e hijo.
18 de Julio de 1905. — Gran velada.
En su extenso programa contó con los si­
guientes números,; Himno Nacional ejecu­
tado al piano por el profesor Cipriano
Ochoa. Diversas piezas en mandolino y pia­
no por Manuel P. Delgado y Elbio Acos­
ta, entre ellas el “ Vals Boston” de Ra-
menti, “ Venus” y el de llorgain “ ¿Me
amarás siempre?” Representación del “ ju­
guete cómico” de Vital Aza “ Parada y
Fonda” en el que tomaron parte Julio Ro­
sas, Alberto Rivero, Rafael de la Fuente
y Daniel Amándola. La orquesta “ Estu­
diantina” dirigida por Manuel Machado,
tocó el vals “ Delirio”. Carolina Gurru-
chaga y María Massioti interpretaron a
cuatro manos al piano “ Lucía de Lammer-
mour” y el vals “ España”. Monólogo a
cargo del joven Ismael Formoso. Repre­
sentación de “ Partida de ajedrez” de Vi­
tal Aza, en la que actuaron los jóvenes
Francisco Arteta, Rafael de la Fuente, Ju­
lio Rosas, Alberto Rivero y Daniel Amán­
dola.
En noviembre de 1905 hace su debut la
Compañía de Zarzuela española dirigida
por el actor Enrique Sanisterra.
Por esa fecha el presidente era Juan
Massioti y el vicepresidente Alberto Rive­
ro. En junio de 1905 se renueva la Comi­
sión Directiva, quedando nuevamente en
la presidencia Manuel Gorlero y como vi­
cepresidente Gilberto Acosta Viera.
30 de Mayo de 1906. — El 30 de mayo
se festejaba a San Fernando, el Santo Pa­
trono de Maldonado. Con este motivo la
velada correspondiente a ese día consistió
en: Representación del Diálogo de Campo-
amor “ Escribidme una carta, señor Cura”
interpretado por Lala Batista West. Des­
pués se llevó a escena la obra de Orosinán
Mora torio “ Cora” en la que intervinie­
ron, aparte de la nombrada, L. M. Gui-
nasso, E. Acosta Viera, J. Miranda y M.
Gorlero hijo). Terminó la fiesta con el clá­
sico Pericón Nacional.
Del programa desarrollado el 18 de Ju­
lio de 1906 extraemos este comentario:
“ Un espléndido gramófono dio apertura
al acto ejecutando el Himno Nacional y
varios trozos de ópera interpretados por
el famoso Caruso; más tarde subió a esce­
na por segunda vez la interesante oh rita
de Orosinán Moratorio “ Cora”. Lala Ba­
tista West, la incansable actriz local con
su pasión al arte de la Guerrero, nos brin­
 dó por cierto fugaces momentos de expan­
sión al recitar el monólogo “ El anillo de
boda”.
25 de Agosto de L906. — Himno Nacio­
nal ejecutado al piano por Elbio Acosta
Viera, clarinete Fernando Marroche y
mandolino Manuel Delgado. Entre tanto
se levantaba lentamente el telón para pre­
sentar un “ cuadro plástico alegórico” del
Estado Oriental “ Libre y Constituido”.
Luego se puso en escena el drama en
un acto y en verso de Eduardo G. Gordon
“ La Patria” y el sainete “ El maestro de
escuela”, ambos protagonizados por Fran­
cisco Mier Velázquez, Elbio Acosta Viera,
José Miranda y Francisco Arteta.
Como vemos, se seguían representando
las obras de Eduardo G. Gordon (1836-
1881), que habían tenido éxito en la se­
gunda mitad del siglo XIX. Aquí en Mal-
donado ya se habían representado piezas
suyas con anterioridad a 1906. El perió­
dico “ El Departamento” alude repetidas
veces al poeta Gordon, ya sea para anun­
ciar la aparición de “ Ecos y Armonías”
—que era una colección de poesía de auto­
res de América Latina en cuyas pirmeras
entregas aparecían Acuña de Figueora,
Juan Cruz Varela, Gertrudis Gómez de
Avellaneda, etc.—, o dar alguna noticia
relativa a su actividad política cuando se
postuló como candidato para Representan­
te por el departamento de Durazno en
1878 donde era redactor de “ El Pueblo”,
o en otros casos hacer comentarios elogio­
sos a la representación de sus obras de
teatro. Entre ellas, aparte del drama nom­
brado “ La Patria”, están: “ Desengaños
de la vida”, drama estrenado en el Colón
de Buenos Aires en 1858, y las comedias
“ La fe del alma” que fuera estrenada en
el teatro San Felipe de Montevideo en
1866, y “ El lujo de la miseria”, también
en el San Felipe en 1876. Las obras de
Gordon tenían mucha aceptación en el pú­
blico, ya que estando dentro del género
costumbrista, se adaptaban perfectamente
a la mentalidad de la época. Sin embargo,
hoy en día ya no interesan. “ El teatro
romántico nacional tiene en general escaso
valor y hoy no admite más interés que
el bibliográfico. Piezas melodramáticas
calcadas de un repertorio extranjero de­
cadente, empobrecidas por un formalis­
mo superado en Europa desde tiempo
atrás.” (1)
Para el 28 de octubre de 1906, circuló
la siguiente invitación: ‘ ‘Tengo el honor
de invitar a todos los elementos anhelosos
del progreso, engrandecimiento y prospe­
ridad de Maldonado en particular y al
culto público fernandino en general, para
concurrir a la conferencia que tendrá lu­
gar hoy domingo 28 de octubre, en los
salones de “ Paz y Unión” a las 8 en pun­
to. Recomiendo la asistencia, pues se tra­
tará en ella de asuntos locales de gran
trascendencia. El iniciador. — J. Lassus
Cordevüle.”
De esta reunión surgió la formación de
la “ Sociedad Fomento de Maldonado”,
siendo designados para integrarla el Dr.
Javier Gurruchaga y los señores Manuel
Gorlero, Jaime H. Pou, Manuel Delgado,
junto al iniciador Lassus Cordeville. Los
fines de esta Sociedad eran fomentar el
desarrollo y embellecimiento de Maldona­
do transformándolo en una estación bal­
nearia que ofreciera a turistas y bañistas
toda clase de comodidades y confort.
Años antes había surgido una Sociedad
bastante similar a ésta, que se llamaba
“ Sociedad Progreso del Departamento de
Maldonado”, presidida por Manuel Gorle­
ro y cuyas finalidades en términos gene­
rales quedaban expresadas así: Propender
a la unión y confraternidad de los hijos
del Dpto. y de los que, sin serlo, tengan
en él afinidades y se puedan interesar por
su adelanto; facilitar la comunicación en­
tre sus centros de población y la capital
de la Repea.; hacer conocer por medio de
la propaganda las riquezas de su suelo y
las ventajas que puede ofrecer a la in­
dustria, a la agricultura y al comercio;
efectuar viajes periódicos de exploración
y recreo a los puntos del departamento
(1 ) R e ía W a lte r, « B re ve h iste ria d e l te a tro
u ru g u a yo » , I- D e la C o lo r ía al 9 0 0 , E U D E B A
B s. A». 1 9 6 6 , p á g . 1 4 .
que se designen; prestarse portección mu­
tua entre los asociados en caso que puedan
necesitarla; asumir o aceptar personería
para gestionar o solicitar del gobierno, cor­
poraciones o empresas particulares, todo
lo que, sin excepción, pueda convenir al
departamento en el sentido de su progre­
so. Esta Sociedad tenía su sede en Mon­
tevideo y se había creado en 1891. Des­
arrolló una importante actividad a la que
no podemos referirnos en este trabajo pues
nos apartaría demasido del tema.
Volviendo a lo que decíamos de la for­
mación de la “ Sociedad Fomento de Mal-
donado” en el año 1906, vemos que Ma­
nuel Gorlero formaba parte de la misma
con una experiencia que seguramente le
serviría de mucho.
En las fiestas de Navidad y Año Nuevo
de 1907-1908 se inauguraron lo^ juegos
el “ Telégrafo de Corazones” y el “ Sport
de Caballitos”. Se colocaba el tradicional
Arbol de Navidad y se cursaba invitación
a todos los colegios de la localidad a fin
de que los niños disfrutaran del reparto de
juguetes y golosinas. La velada “ literario-
dramático-musical” del 18 de Julio de
1908 estuvo constituida por: Himno Nacio­
nal, al piano por Angeles Umérez. Pala­
bras inaugurales por el presidente de la
Sociedad, Dr. Silva. “ El Postillón”, can­
ción rusa y “ La Meditación” de Gounod
en las que intervinieron diversas figuras
de la localidad. “ En ausencia de mamá”,
monólogo dicho por una niña. Alocución
histórica a cargo de Benjamín Sierra y
Sierra. “ Sueño dorado” de Vital Aza, in­
terpretado por el cuadro dramático de afi­
cionados dirigido por Francisco Mier Ve-
lázquez. Palabras de clausura a cargo de
Manuel Gorlero.
25 de Mayo de 1909. — El cuadro dra­
mático de aficionados, esta vez dirigido
por Juan C. Rassignier y del que forma­
ban parte Francisco Mier Velázquez, Félix
de Nava, Francisco Ortiz y Marcelino Gor­
lero, dio “ En el año 2000” de Orosmán
Moratorio y ‘‘Barro y cristal ’’ de Ginaccet.
Setiembre de Í91L. — Se instala en el
local de Paz y Unión el “ Biógrafo Arti­
gas” que regentea Brígido Torres Ortiz.
Entre las cintas que pasan figuran “ Los
sobrinos del capitán Grant” y “ Los Mi­
serables ’’.
En setiembre de 1913 se organizó una
velada en homenaje al viejo maestro de
música Joaquín Ribeiro, figura sumamen­
te conocida y querida por el pueblo fer-
nandino. La Comisión de Homenaje estaba
presidida por Eduardo León Gordon, pri­
mer director del Liceo de Maldonado. Se
realizaría una velada literario-artístico-mu-
sical para la que se pidió una orquesta a
Montevideo y se preparó la comedia de
Eduardo G. Gordon “ La ,fe del alma”.
Diciembre de 191.*. — Se realizan las
primeras fiestas de los estudiantes licea-
les, con una reunión y comida en la granja
de Angel Martínez, efectuada por la pri­
mera Asociación de Estudiantes que tuvo
el Liceo de Maldonado. Por la noche, el
director Eduardo León Gordon, los profe­
sores y los alumnos, efectuaron un acto en
los salones de Paz y Unión, celebrando el
éxito obtenido en los exámenes. El Liceo
de Maldonado había sido inaugurado el
día 15 de abril de 1913 en “ el amplísimo
local recientemente construido”, decía “ El
Combate” dos días después de efectuado
dicho acto, si bien “ debido a inconvenien­
tes de último momento no pudo realizarse
la ceremonia de la inauguración oficial
de dicho establecimiento”. (Periódico ci­
tado, correspondiente al 17 de abril de
1913, pág. 3). El cuerpo de profesores es­
taba constituido por: Rodolfo Rodríguez,
Carola C. de Amorín, Juan M. Lamarque,
Martiniano R. Chiossi, Dr. Juan T. Edye,
Gonzalo Acosta Viera
En cuanto al director, Eduardo León
Gordon, se había iniciado en Maldonado
cuando el Ministerio de Industrias estaba
presidido por el Dr. Eduardo Acevedo,
quie creó, para este Departamento, el Ins­
tituto de Pesca. Entre el personal superior
figuraba don Eduardo L. Gordon. En las
giras políticas que realizaba por Maldona­
do el entonces diputado Julio María Sosa,
era agasajado con banquetes por sus corre­
ligionarios, y a ellos concurría Gordon to­
mando parte activa en la oratoria que ma­
nejaba con habilidad. A Julio María Sosa
 le agradaron las aptitudes de Gordon, y
cuando Batlle creó los liceos departamen­
tales, Sosa gestionó y obtuvo el nombra­
miento de Gordon para dirigir este Liceo,
al que luego se incorporó don Braulio de
Nava como bedel.
En el importante trabajo del Prof. Al­
fredo R. Castellanos ‘‘ Contribución de los
liceos departamentales al desarrollo de la
vida nacional (1912-1962)”. editado por
el Consejo Nacional de Enseñanza Secun­
daria, Montevideo, 1967, al hacer una re­
seña biográfica de los primeros directores
de cada uno de los liceos departamentales
erigidos en 1912 y 1913, dice que no se
han podido obtener datos de Eduardo L.
Gordon. Por lo que podemos afirmar que
se trata de uno de esos casos de personas
que han vivido en Maldonado se puede de­
cir recientemente, si medimos el tiempo
como conviene medirlo, con cierta relati­
vidad, que no solamente vivió en esta ciu­
dad, sino que ocupó un cargo de relevancia
y que intervino, además, en múltiples ac­
tos y acontecimiento de diversa índole, y
del cual se desconocen sus rasgos biográ­
ficos. Los datos que aportamos líneas más
arriba sobre su vinculación al Instituto de
Pesca, etc., nos han sido amablemente pro­
porcionados por don Gonzalo Acosta Viera.
A eso podemos agregar que en nuestra
sistemática y detenida incursión por la
prensa del siglo pasado, encontramos los
“ Apuntes de viaje” de Eduardo L. Gor­
don tomados cuando fuera protagonista
de una célebre expedición: la de la caño­
nera “ General Rivera” a los Mares del
Sur.
La cañonera “ General Rivera” construi­
da en la Escuela de Artes y Oficios y con­
ducida desde allí hasta el puerto en uno
de los acontecimientos más importantes
que registran los anales montevideanos,
realizó su primer viaje de instrucción en
enero de 1888. Gordon formaba parte de
la expedición en calidad de corresponsal.
Sus “ Apuntes” fueron publicados en “ El
Artillero”, revista científico-militar y li­
teraria, cuyo director era Juan José De-
bali, que anunciaba así la ¡iniciación de
esta publicación: “ Desde este número em­
pezamos a publicar “ Un viaje de instruc­
ción” cuyo autor es el señor Eduardo León
Gordon, activo repórter de “ La Epoca”.
(“ El Artillero”, Montevideo, abril 15,
1888, Núm. 31 - Año II).
Estos apuntes fueron reproducidos un
mes después en “ El Conciliador” de Mal-
donado, abarcando su publicación desde el
10 de mayo hasta el 17 de junio de ese
mismo año. Hay una serie de notas intere­
santes en estos apuntes y consideraciones
personales, por lo que nos proponemos pu­
blicarlos en el próximo número de esta re­
vista. Por ejem. al llegar al Estrecho de
Magallanes y referirse a los indios que
pueblan esa zona, describe el acto de una
cacería en gran escala de tigres-pumas,
zorros, guanacos y avestruces, y en el Puer­
to del Hambre tiene un recuerdo para el
comandante Pringle Stokes, que formaba
parte de la expedición de la corbeta ingle­
sa “ Beagle” y el capitán Fitz Roy.
Enero de 191,r>. — El “ Biógrafo Arti-
gac” pasa a funcionar bajo la dirección de
otra empresa que giraba con el nombre de
Alejandro E. Requena y Cía. y que estaba
compuesta por Requena, Sánchez Rey, Fer­
nández Izmendi y Martín Laza. Se va a
llamar “ Loreley Cinema”. Copiamos el
programa de la función correspondiente ai
8 de febrero de ese año:
“ Loreley Cinema - Empresa A. Reque­
na y Cía. — GRAN FUNCION. — 1.a
parte, a las 8 y 45 en punto: l.° Sinfonía
Autopiano. Maravillas del mundo. Los dia­
blos negros, colosal film dramático en 15
partes. Detective Dot, muy cómica. Próxi­
mamente : El tren de los espectros.
18 de Julio de 1917. — Actuación de
una Compañía de Zarzuelas dirigida por
el “ Maestro Bionda”.
Junio de 1922. — Se reanudan las fun­
ciones de biógrafo de acuerdo con el con­
trato entre la Directiva del Centro y la
Empresa del Loreley Cinema. En abril se
exhibe “ Los tres mosqueteros”.
El Comité de Damas de la “ Liga Uru­
guaya Contra la Tuberculosis” programa­
ba desde antes de 1920 las fiestas de Na­
vidad con venta de cédulas y rifas con el
objeto de recaudar fondos para dicha enti­
dad, y estos acontecimientos tenían su sede
en el Paz y Unión.
En la primera nota, publicada en el N.°
5 de esta revista, hacíamos referencia a
diversas Sociedades o Asociaciones de ca­
rácter prenetorio que se formaron en Mal-
donado, las que requerían el Salón del Paz
y Unión para realizar sus reuniones, vela­
das, fiestas, etc. Hemos mencionado algu­
nas de ellas: la “ Sociedad de los Once”
que en 1914 estaba presidida por José M.
Luzardo ; la “ Asociación Estudiantil Mal-
donado”, que se formó en los primeros
años de vida del Liceo, en 1915 estaba pre­
sidida por Emilio Laferranderie (el emble­
ma de esta Asociación estaba constituido
por tres elementos: un compás, la esfera
terrestre y un libro abierto). Años más tar­
de adoptaría el nombre de “ Huanakauri”.
Otras sociedades de la época eran: el
Club Femenino “ Atenas”, que desde 1924
hasta pasado el año 30, tuvo una actividad
ininterrumpida; la ' Sociedad Recreativa
“ Juventud Fernandina”, el “ Conjunto
Ariel” de Punta del Este; la “ Asociación
de Estudiantes Industriales de Maldona-
do” ; el Comité de Damas de la “ Liga Uru­
guaya Contra la Tuberculosis” ; la Socie­
dad “ Amigos de Maldonado” ; el “ Centro
Maldonadense” ; la “ Liga Patriótica de
Damas pro Adelanto de Maldonado”, etc.
Constituida la “ Troupe Huanakauri”
con estudiantes del liceo, organizaba fes­
tivales que se efectuaban en el salón de
Paz y Unión. En agosto de 1929 realizó
una función de teatro llevando a escena
la obra del español Linares Rivas ‘‘La fuer­
za del mal”. Este conjunto de aficionados
estaba dirigido por Marzano Salaberry. El
público concurrió en gran número a dis­
frutar de este espectáculo, llenando total­
mente el salón de Paz y Unión. En los in­
tervalos amenizaba una orquesta integrada
por Pagóla, Pérez y González.
Antonio Marzano Salaberry, el “ Poeta
de San Fernando de Maldonado”, autor
de “ Tierra Virgen” ^Recopilación de sus
versos criollos— fue también periodista de
fogueada pluma; redactor del periódico so­
cialista “ Fiat-Lux” que apareció en Mal-
donado en diciembre de 1927, sus escritos
impregnados de rebeldía, sonaban en
aquella sociedad pacata como “ piedras ca­
yendo en un tejado de vidrios”. Bajo el
seudónimo de René Race, publicaba sus
poemas y artículos de combate en pos de
una justicia social que se soñaba próxima.
Tomamos del periódico “ Fiat-Lux” estos
párrafos como ejemplo de la lucha a la
que se había entregado: “ Escandalicemos
o no a ciertos espíritus, sólo nos impulsa
el afán de hacer siembra de nuestras ver­
dades para que el socialismo se abra paso
en la mentalidad de nuestro pueblo. Que­
remos que los trabajadores de Maldonado
comprendan, como tantos lo van compren­
diendo ya en otros departamentos, que en
vez de continuar aceptando resignada y
pasivamente el yugo de la opresión eco­
nómica adormecidos por el fanatismo tra-
dicionalista, la surperstición religiosa y la
ignorancia, deben incorporarse al gran mo­
vimiento mundial de emancipación prole­
taria bajo la bandera del partido socialista
que organiza la masa par una lucha or­
denada. ’’
Utilizó varios reudónimos: El Viejo
Braulio, Arturo "Üléndez Silva, al ya men­
cionado Rene Race.
Después de su muerte, un grupo de ami­
gos integrado por Ricardo Tell Figueredo,
Angel Wilfredo Rubio, Leonardo E. Quin­
tana, Francisco L. Ribeiro, Juan J. Bor­
ges Soriano y Héctor Busquéis de Nava,
se pusieron a la tarea de recopilar sus ver­
sos y publicarlos en un libor que se llamó
“ Tierra Virgen”, para lo que contaron
con el apoyo municipal.
El entonces famoso empresario de cine
y fotógrafo Alfredo Salazar, realizaba pe­
riódicamente espectáculos de cine en el sh-
lón de Paz y Unión. En diciembre de 1929
se pasó la película en 8 actos “ La garra
policíaca” con Dolores Costello, que se
anunciaba así: “ Intenso drama de las vi­
das que pasan bajo la sombra del crimen.
La historia de un amor fuerte y profundo
de dos almas llevado magistralmente a la
pantalla. ’’
En junio de 1930, Salazar realiza una
 función extraordinaria en la que se pasan
dos films: “ El chico de la Honda” con
el pequeño cow-boy Buz Barton y “ El
perro del regimiento” con el famoso Rin-
Tin-Tin.
Se organizaron grandes festejos con mo­
tivo del Centenario de la Constitución.
Entre ellos, figuraban, se puede decir en
primer plano, las funciones de teatro. El
local de Paz y, Unión resultó pequeño para
albergar la concurrencia que deseaba pre­
senciar la velada organizada nuevamente
por la Sociedad Estudiantil “ Huanakau-
ri”, en la que se representó “ El estanque”
de Ernesto Herrera y “ Guacha” del Viejo
Pancho.
Otro conjunto de aficionados teatrales
fue el “ Ariel” de Punta del Este. Actuó
primero con éxito en el Centro Democrá­
tico de dicha ciudad y después lo hizo en
Paz y Unión.
En setiembre de 1930 el conjunto tea­
tral “ Los de la Raza” representaron la
pieza cómica “ Te espero en Paz y Unión”.
En julio de 1930 se inauguró en el Ate­
neo de Montevideo una exposición de cua­
dros del pintor Juan A. Risso sobre Mal-
donado antiguo bajo los auspicios de la
Comisión Nacional del Centenario. El ca­
tálogo comprendía: “ Una salida de misa”
(Maldonado en el 1870, Iglesia y Coman­
dancia primitiva). Cuartel de Dragones.
“ Interior”, “ La Recoba”, “ Portada prin­
cipal”, “ Portón Sur”, “ La Capilla”,
“ Ruinas”. Baterías de la Isla Gorriti. “ El
cañón mutilado”, “ La batería circular”,
“ El centinela de la cumbre”, “ El gigante
que duerme”, “ El sauce de Rivera” (pa­
tio de la casa de don Francisco Aguilar
bajo cuyo sauce, según tradición, amar­
gueaba el general Fructuoso Rivera). La
torre del vigía. “ Vendedores de piñas”.
“ Paraísos en flor”, “ Almas en pena”, “ La
cañada de los sauces”, “ Punta del Este
visto desde el carretero al Bosque Munici­
pal”, “ Las esfinges del cerro”, “ Entre
médanos” .
Juan Risso, que era profesor de dibujo
en el liceo de Maldonado, publicó en ese
año de 1930 un libro titulado “ Poemas
de Maldonado”.
A principios de 1932 se va a operar un
cambio de gran importancia en el cine lo­
cal ; la empresa que para entonces estaba
a cargo de Guillermo (Jausa, adquiere un
aparato sonoro.
Las funciones de biógrafo se suspendían
al iniciarse la estación veraniega para
reanudarse en marzo.
En 1933 vuelve a actuar el Conjunto
puntaesteño del Centro Cultural Democrá­
tico llevando a escena la pieza que ya ha­
bía sido representada en el Teatro Espa­
ña: “ La mujer del viejo” de Jorge Dow-
ton, dirigidos por Palaus.
El Sr. Francisco Mesa, que tenía una
página en “ El Heraldo” de esta ciudad,
desde el 9 de junio de 1933, página con­
tratada especialmente por medio de la
cual se proponía realizar, “ una era de
trabajo que ha de revolucionar a buen se­
guro a todo el Departamento de Maldo­
nado, mi campo de acción es todo él, pero
atenderé con preferencia las construccio­
nes de obras en Piriápolis, Maldonado y
Punta del Este, estoy dispuesto, cueste lo
que cueste a tener en cada una de estas
regiones personas, que me representen,
que ayuden mi obra, dándole impulso a
mis talleres y fábricas, formaré un cuerpo
cooperativo y admitiré las representacio­
nes proporcionales, quiere decir, que des­
de el rústico obrero que amasa el barro
para la construcción del ladrillo, hasta el
más hábil decorador, estarán interesados
en la obra que me propongo llevar ade­
lante.” Impulsaba desde su página toda
obra de progreso de la zona, por lo que le
dedicaba con entusiasmo estas palabras a
la representación ¡teatral citada: “ Tuvo
luga reí sábado 28 de octubre en el Salón
Teatro del Hotel España, una Velada tea­
tral llevada adelante por un Conjunto de
aficionados, elementos de la localidad. Nos­
otros, que siempre seguimos de cerca to­
dos estos acontecimientos, hemos quedado
maravillados de los resultados obtenidos
por este conjunto de jóvenes artistas, que
en todo momento demostraron estar per­
fectamente posesionados del papel que
desempeñaban, uniendo a este un verda­
dero sentimiento.”
 Otros espectáculos se ofrecían al públi­
co fernandino en el Salón de Paz y Unión
en esos primeros años de la década del
treinta; recitales de Débora Valiente de
Fabregat, conciertos de la soprano Mari­
na Rodríguez Dutra y del tenor Humber­
to Di Giulio, conciertos de la orquesta Pa-
laus, del pianista Felisberto Hernández,
conferencias, etc.
En 1930 la Comisión directiva estaba
integrada por: Manuel Rivero, Blás Be-
rrallo, Juan Visconti, Francisco Perroni
Díaz, Martín Laza, Abel P. Maurente,
Francisco J. Bondanza.
Anteriormente habían presidido la So­
ciedad las siguientes personas: Manuel
Gorlero, Juan Massioti, Eduardo León
Gordon en 1914, Ramón P. Miranda, Ale­
jandro E. Requena en 1916, Dr. Juan T.
Edye en 1917, Juan Quartino en 1920,
Ramón Díaz en 1922, Dr. Samuel Vergara
de 1924 a 1929, Blas Borrado hasta 1930,
Manuel Rivero. Después de 1930 presidie­
ron, Francisco Perroni Díaz, Abel Mau­
rente, Jaime E. Pou, Dr. Elbio Rivero.
El Conjunto teatral “ Ariel” estuvo di­
rigido por Aramís Ramos, personaje muy
popular y querido en Maldonado así como
en Punta del Este de aquella época.
Eu San Carlos estaba el Cuadro de afi­
cionados “ Amigos del Arte” que hizo gi­
ras por distintos lugares del departamen­
to y actuó en Paz y Unión por los años
1934 y 1935.
También los circos daban fun dones de
teatro, entre ellos, uno de los que con más
frecuencia venían a Maldonado era el
“ Sport” bajo la dirección técnica de Lo-
yal y Alarcón. De su repertorio teatral ex­
traemos: los famosos dramas “ Flor de
Lys” y “ Boda Sangrienta”, la pqpular
obra de Alberto Vaccareza “'La Vengan­
za de un Arriero”, y de Florencio Sán­
chez “ En Familia”.
En marzo de 1936 el Centro Paz y
Unión efectuó una Asamblea de socios con
el objeto de considerar la compra del lo­
cal que ocupaba el Club Uruguay y el Ca­
fé de Fernández Izmendi.
En dicha Asamblea se trataron los si­
guientes asuntos: autorización para ad­
quirir del Banco República el terreno y
el local situado con frente a las calles Sa-
randí y Florida; programa de financia­
ción ; autorización para arrendar por
cuatro años previa licitación, parte de
los locales sociales; autorización para
realizar reparaciones en el local a adqui­
rir. En junio de ese año fue firmada ante
el escribano Maximiliano Montañés la es­
critura por la cual el Banco de la Rpca.
vendía al Centro social Paz y Unión la
finca y terreno ubicado frente a la plaza
San Fernando, que perteneciera a la fir­
ma Fernández Izmendi Hnos. La referida
propiedad fue adquirida en la suma de
diez mil pesos.
Al mismo tiempo se hacían gestiones de
acercamiento entre los Centros Paz y
Unión y Uruguay, con la finalidad de fu­
sionarse, pero estas tratativas no prospe­
raron.
En octubre hace un llamado a licitación
para el servicio de cantina en el nuevo lo­
cal y alquiler de la planta baja del edifi­
cio y del salón ubicado al norte del za­
guán.
Entra entonces el club en una nueva
etapa de su vida. En julio de 1937 se de­
signan nuevas autoridades, siendo electo
presidente Agrim. Jaime E. Pou, y vice­
presidente Dr. Elbio Rivero.
En cuanto al Club Uruguay al que he­
mos estado haciendo referencia, debemos
aclarar que se había fundado en el año
1923, contándose entre sus socios funda­
dores a los señores, Ramón Díaz, Celedonio
Cuervo, Gilberto Acosta Viera, Román
Guerra, Antonio Támmaro Guida, Anto­
nio Odizzio, Héctor Jaurena, Eduardo
Acosta Viera, Basilio Massioti, Justino de
León, Plácido Botello, Héctor Urbin, Ju­
lio Marpons, Guildardo Odizzio y Galo
Pereira Díaz.
 ALGUNAS COLECCIONES INDIGENAS DEL
DEPARTAMENTO DE MALDONADO
De las muchas colecciones indígena^ —
ya sean oficiales o particulares— que po­
see el departamento, vamos a hacer una
somera reseña de aquellas que por la ca­
lidad de las piezas que poseen merecen ser
del conociimento de todos. Extrañará al
lector que no incluya en mi reseña la tan
valiosa de Don Francisco Mazzoni, pero
esta ausencia se debe a que no he tenido
oportunidad de estudiarla, y porque tal
trabajo ya ha sido hecho por otros dánr
dolé su merecida notoriedad.
De las colecciones oficiales cabe desta­
car la que posee la Junta Local de la ciu­
dad de San Carlos.
Dicha colección cuenta con un gran nú­
mero de boleadoras con cintura y bolea­
doras redondas lisas; sobadores; mazas de
diferentes formas y tamaños; una grau
cantidad de puntas de flechas y puntas de
lanza de tamaño pequeño; lenticulares,
algunos de ellos presentan perforaciones
en el medio de la piedra perfectamente
hechas; tienen además unas piezas de for­
ma de limas, para usos como herramien­
tas, con bordes redondeados pero en todas
ellas la piedra está trabajada logrando un
desgaste en los bordes que le confiere esa
forma característica que {¡oseen. Los mor­
teros tienen dimensiones variadas, siendo
en su mayoría grandes; merece mayor
atención el conjunt de piezas estrelladas,
son de gran hermosura, de formas varia­
dísimas, las hay cuadradas rectangulares,
de formas caprichosas algunas que no si­
guen una línea determinada, presentando
estas últimas un trabajo mayor, una labo­
riosidad más marcada, claramente visible
en las salientes que presentan las caras,
trabajo éste que las asemeja a los rompe­
cabezas, otras piezas son chatas con sus
caras lisas, o presentando un hoyo muy
bien redondeado, generalmente de 2 cms.
de diámetro.
Ma, INES LIZASO DE FIERMARI.
Algunas estrellas tienen los bordes en
hondas marcadas sus extremos por líneas
que terminan en el centro de la pieza, o
en sus perforaciones si las hay; o de lo
contrario, nacen en dicho centro o en di­
cha perforación para terminar en los bor­
des de la piedra. El número de puntas es
variado, hay de seis, siete y aún más. Lo
que llama poderosamente la atención es
la idea de simetría desarrollada por los
indígenas que cuesta creer que no tuvieran
conocimientos elementales de geometría.
Hay también un arco y una flecha de
madera; tiene el arco un metro setenta
de largo y la flecha un metro sesenta y
dos cms., ésta última presenta en su parte
superior un trabajo sencillo, en forma de
salientes.
Oirá colección oficial importante, si no
por su número, sí por la calidad de las
piezas que posee, es la del liceo de la ciu­
dad de San Carlos. Fue donada por el Sr.
Carlos Seijo, hallándose en el Instituto un
total de 26 piezas solamente; el resto se
encuentra en la Junta Local de la ciudad,
que ya hemos descrito.
Algunas boleadoras, mazas, sobadores,
rompecabezas, morteros, puntas de flechas
y una serie muy interesante de piezas es­
trelladas, es el material que compone esta
colección. Pero lo más saliente que pre­
senta es una mandíbula inferior a la que
se le atribuye origen indígena. Presenta
seis molares y cinco dientes más, faltán­
dole los centrales. Los molares están muy
gastados lo que nos lleva a pensar en un
indígena de edad madura.
De las colecciones particulares que es­
tudiamos, sin duda alguna la más valiosa
—de todas las que vimos incluyendo las
oficiales— es la del Sr. Arturo Iturria.
Esta colección cuenta con 1.500 piezas.
El Sr. Iturria se ha dedicado desde ha­
ce más de cuarenta años a la búsqueda del
material indio en el departamento; sus
piezas tienen la -particularidad y el valor
de estar enteras.
Fueron todas encontradas por el colec­
cionista, o aficionados amigos so vos. La
Barra de Maldonado, el paraje denomina­
do “ Las Chacras”, los alrededores de la
ciudad, el Faro de José Ignacio, Garzón,
son los lugares que recuerda el Sr. Itu-
rria como procedencia de sus piezas.
Cuenta esta colección con un conjunto
de piezas hermosísimas de un enorme va­
lor histórico. Entre las que más se desta­
can —nombraremos sólo algunas ya que
por el carácter de este trabajo no podemos
enumerarlas a todas por su elevado nú­
mero— encontramos una lima que corres­
ponde a los instrumentos denominados se­
milunares por J. H. Figueira; esta lima,
que fue hallada en laBarra de Maldona­
do, tiene 22 cms. de largo y 8 cms. de an­
cho, presenta los bordes afilados; es Tin
instrumento de suma importancia, ya que
su utilización era muy frecuente, sin em­
bargo no todas las colecciones poseen este
tipo de piezas. Un sobador que presenta
cuatro caras y una concavidad en el cen­
tro para utilizarla como rompecoco a la vez,
es una preciosa pieza de gran pulido, que
demuestra el dominio en el trabajo reali­
zado. Un hecha, de 16 eras, de largo con
una cintura cuyo diámetro es de 6,5 cms.,
siendo esta otra pieza importante por sus
múltiples usos (1). En la variedad de pie­
zas merece destacarse los rompecabezas,
uno de ellos presenta 43 puntas redondea­
das, es esta una pieza destacadísima en la
Jan
colección, no común por el número tan
elevado de puntas, fue hallada en José Ig­
nacio. Un serrucho, realizado en piedra
negra, con un borde bien dentado, presen­
ta la característica de lámina, más seme­
jante al trabajo realizado para las puntas
de flecha. Además la colección tiene len­
ticulares de 8 cms. de diámetro y un nú­
mero de mazas de diferentes formas. Pun­
tas de flechas, donde se destaca una de
8,5 cms. de largo y 3 cms. de ancho que
presenta pedúnculos y aletas. Es valiosí­
sima la colección en morteros, de diferen­
tes tamaños y formas. Cree el coleccionis­
ta tener unos ochenta y seis morteros, los
hay redondos, chatos, cuadrados, rectan­
gulares, cuyas concavidades varían radi­
calmente de unos a otros. Cuenta la co­
lección con una pieza de la forma de las
lenticulares —un disco— de 12,5 cms. de
diámetro que presenta una perforación en
el medio con bordes bien afilados. Es pro­
bablemente un rompecabezas anular, el
llamado itaizá de los guayanás.
Estas son algunas de las piezas más valio­
sas de esta notable colección, que a la vez
que sirve a los estudiosos para el conoci­
miento de nuestro pasado histórico pres­
tigia al departamento que cuenta con estas
colecciones indigenistas.
(1) El liceo de la ciudad de Maldonado
tiene una preciosa haya cuyas medidas son:
24 cms. de largo y 13 cms de ancho; la cin­
tura tiene 11 cms. de diámetro; el peso de la
pieza es de aproximadamente 1 kilo 958 grs.,
de bordes afilados. Esta es la única pieza que
merece destacarse de las estudiadas en este
liceo.
 DIARIO DE A BORDO E ITINERARIO
DEL HOMBRE DEL AGUJERO
MARCELO Gl A NELLI.

De madrugada nos vamos rumbo al sol. da da con nosotros. Es inútil, no podemos

Rumbo a donde nace el sol. Al este, al na­ estar solos ni cuando estamos solos. Pero
ciente por el río, mientras la ciudad se no perturban nuestra soledad; se ubican
hunde a nuestras espaldas. Venga de don­ bulliciosamente a nuestro alrededor e in­
de venga el viento, así sople de proa, para sisten con sus encantadoras tonterías de
la otra orilla nos vamos bordejeando. siempre. Así debe ser, sí señor, y lo acep­
Rumbo al sol en velero. Ella y yo. Los dos tamos como una obligación que nos es
solos con nuestra simple alegría. grata.
—“ Ay!, me olvidé d e ...” —“ ¿Un mate?”
—“ Es claro!, d ejaste...” —“ Venga!”
—“ Pero en la oficina... ” —V. . . larga un poco el foque.”
—“ La camisa. . . ” — Así?”
—“ Pobre hijo !.. . ” — “ Sí.”
Perplejos, terminamos por reírnos. To­ El río nos va penetrando con su magia
do lo que creíamos dejar, se viene en ban­ y se alargan los silencios mientras gana-
A fines de 1969 obtiene el primer premio en el Concurso “2.° Certamen Internacional
do Cuentos” del Rotary Club entre 150 participantes con los relatos “Hay un muerto
en el aljibe” y “Las muescas del Spencer”. A principios de 1970 el “Pondo Nacional
de las Artes” de Buenos A res le confiere un premio por su libro al que peitenece
el cuento que nos complacemos en publicar.
Marcello Gianelli nació en Buenos Aires en 1917. Navegante del Rio de la Plata
desde hace 25 años, aficionado a la caza mayor y la pesca, gran parte de su vida
la pasó en contacto con isleros, cazadores de nutrias, contrabandistas, pescadores,
de los que tomó material para elaborar sus cuentos. Colaboró en revistas náuticas
(Barlovento — Neptunia — Yachting Argentino) con poesías, cuentos y canciones.
 mos distancia. Siempre rumbo al sol. Al
oriente.
El viento decae al mediodía, cuando el
sol que venía remontando nos alcanza por
la mitad del río. Ya hemos cruzado el ca­
nal del Paraná y viramos hacia el noreste.
El velero afloja su gorgoteo y hacia la
popa tarda en desaparecer la estela que
serpentea suavemnte sobre las aguas. Es
el momento del vino, el pan y las milane-
sas. El río se torna denso, pardo y quieto.
Una inmensa masa que respira perezosa
y se desliza blandamente hacia el sudeste.
Ella trae una colchoneta, la extiende sobre
cubierta y se acuesta al sol. Al rato, duer­
me sonriendo. El viento le embarulja el
pelo. La espío con ternura y atando el ti­
món, me acerco a los obenques de sotaven­
to y me pongo a orinar el río, silbando
bajito. Total, no hay otra cosa que hacer,
sino esperar que el viento aparezca de al­
gún lado.
Desde hacía un tiempo le obsesionaba
la idea de que estaba mirando la vida des­
de un agujero. No. No era exactamente
así; más bien desde un caño por donde
transita, y al final está el agujero. Un
agujero cambiante, sucio y humoso y des­
de donde lo miran rostros tristes, ator­
mentados o violentos. Desdibujadas viven­
cias de colores chorreantes y tumultos me­
cánicos. A veces piensa que todo empezó
en la ventana de su dormitorio que da a
una pared lisa, amarillenta y por cfonde
para cerciorarse si debe llevar el paraguas
o no, tiene que doblar el pescuezo y arri­
ba- altísimo, al final del cuadrilátero de
muros, está la respuesta: un trocito de
cielo herido y atrapado por antenas de
televisión. Un cielo sin esperanza, que per­
manece ignorado por los hombres de la
ciudad.
La costa oriental se va insinuando leve­
mente en la conjunción de las aguas con
el cielo. Copas de árboles y puntas de ce­
rros allá por Martín Chico. Por babor, pe­
ro lejos, aparece apenas perceptible Mar­
tín García. Es una manchita fluctuante
sobre las olas, más que acercarse parece
qué se aleja. La brisa va rizando la super­
ficie, y el velero se hamaca hasta que su
movimiento se nos mete en la sangre. Al
noroeste intuimos el Paraná brumoso, de
donde vienen los camalotes derivando va­
ya a saber hacia dónde. El sol está ahora
arriba y un poquito hacia atrás. Quema
nuestras espaldas y de los hombros y del
cuello bajan viboreando pequeñas gotitas
de sudor. No aguantamos más y nos encas­
quetamos unos ridículos sombreros de pa­
ja deshilacliados. Parecemos dos indígenas
tropicales, y nos reímos de nuestra facha.
Por allá una boya; me adormezco y cuan­
do me quiero acordar, ya anda por otro
lado. Son unas malditas; cuando se quie­
re llegar hasta una de ellas, se tarda una
enormidad, pero si no se les lleva el apun­
te, rápidamente se acercan o se esconden
para intrigarnos.
Todas las mañanas desciende por el agu­
jero del ascensor y luego se introduce en
el túnel de las calles envueltas de calor
húmedo y mecánico. Sin continuidad de
troncos y ramas, el viento parece impulsa­
do por un oculto ventilador que levanta
un polvo ciudadano, químico, erosionando
el asfalto, las azoteas y los cables eléctri­
cos. Sube a un colectivo y el agujero ad­
quiere ahora la forma de ventanilla, sal­
picada por un enjambre de ruidos e imá­
genes de seres sin rostro, contrastados por
carteles y vidrieras luminosas que irrum­
pen a través de los vidrios, atrayendo su
ausente indiferencia. El humo de los es­
capes de los autos, penetra por la porte­
zuela para instalarse junto a la resignada
irritación de los pasajeros. Sólo en los ár­
boles emerge la naturaleza aprisionada y
se alzan desesperados en busca del sol,
condenados a dejar caer sus semillas sobre
un suelo que las destruye.
Punta Francesa. Y entre el Cerro gran-
dote, el mente de pinos y las barrancas por
ahí tiene que aparecer el río San Juan.
Visto a la distancia el río San Juan pene­
tra el horizonte dejando la Torre Aneho-
rena a estribor y se pierde en una vuelta
bruscamente hacia el norte. Toda la costa
se nos viene encima, pero aún falta un
buen trecho. Estamos cerca, pero ese cerca
queda lejísimo. Ha refrescado con un sud­
este repentino que pelea con el río en ba-
 jante. La marejada se atropella contra la
proa y la banda de estribor. Las salpica­
duras sobre la piel ardiente nos hacen chi­
llar de gozo.
—“ ¿Un vino, viejo borracho?”
—“ Dale!, pero que sea con pan y
queso.”
Tiene los ojos húmedos y la piel reseca.
Con la malla ajustada al cuerpo y los ca­
bellos sueltos parece una chiquilina. Me
tiento, y largando el timón, le robo un be­
so. El barco sin gobierno se pone al viento
y cabecea endemoniado.
—“ Ves!, ves!, cochino!”
Pero yo ya sé que su cuello tiene gusto
a sal.
Lo irritan las minifaldas y el desenfado
de las muchachitas. Es cuando siente que
el agujero se inunda con aguas turbias.
—“ Son unas putitas” —piensa, y le da
rabia pensarlo. Hay momentos en que el
agujero se convierte en un ente vivo, rep­
tante y viscoso. Salta insospechadamente
de cualquier lado para ubicarse en sus ma­
nos. Un pequeño monstruo cenagoso que
lo observa con sus ojos pétreos y lo atra­
viesa transmitiéndole el latido del mundo
que lo crispa y lo desasosiega, y se siente
indefenso frente a un impulso irrefrena­
ble que arrasa y destruye su frágil equi­
librio. De pronto las calles adquieren la
forma de torbellino circulante y son miles
de cuadriláteros (pie lo enroscan para
desaparecer rugientes y confundirse entre
ellos mismos. Desdichado, alienta poder
huir, escapar, incluso de adentro. Lejos.
Lejos de la ciudad. Quisiera a veces sen­
tirse invadido por el júbilo, reírse, voci­
ferar en las canchas; sumarse a la muche­
dumbre que se expande por las playas. Se
inquieta tratando de atrapar algo indefi­
nido pero sumamente importante. A ratos
tiene la repentina certidumbre de que la
vida se le escurre de algo más íntimo que
los dedos. Una esencia vital que desapa­
rece por invisibles intersticios. La ciudad
es un alienante agujero que lo absorbe y
lo arrincona en un punto de su propio yo
que lo torna mustio y jiombrío.
La tardecita se aquieta sobre el paisaje
de arribada, mientras el sol se zambulle
por el oeste, incendiando las nubeg que re­
flejan sus rayos sobre las aguas.
Bajando por el Canal del Infierno avan­
zan con sus penachos de humo, un petro­
lero y varias chatas detrás de un remol­
cador pequeñito. El viento calma total­
mente y nos quedamos sin camino, deri­
vando por la presión de la corriente. Para
alcanzar la Boya de recalada y poder en­
filar la canaleta de entrada, maldito sea!,
tengo que poner el motor en marcha. Le
doy con bronca unos manijazos temiendo
la patada. Al rato el motor ronronea y yo
estoy chorreando de transpiración. Me
acomodo en la popa y me vuelco unos bal­
des de agua. Tiritando, me seco la cara y
prendo un cigarrillo. El ambiente es diá­
fano y siento que me cosquillea la panza
cuando ya quietos sobre el espejo del río,
la Barra de San Juan nos da la bienve­
nida.
El agujero de la ventana de la oficina
enfoca a cientos de rectángulos del edifi­
cio de enfrente, que van descendiendo geo­
métricamente hasta esfumarse en la calle
hundida en el vaho automotor. Son tur­
bios, grasicntos y desesperadamente ofi­
ciales los expedientes en los que se aplasta
el tiempo y el fastidio burocrático. Y es
todo un símbolo el agujero de la taza, va­
cía de cale que baja hacia el fondo ceni­
ciento donde alerta un pucho incrustado
y maloliente. Del puerto cercano le llega
un olor a ratas, carbón y venéreas. Cierra
los ojos y se ve abandonado, como un za­
pato viejo adentro de una caja mohosa,
mientras repta por las horas vacías, dete­
nidas en su angustia. Intenta distraerse
pensando en la última película. La de la
rubia con los senos provocativos. Las mi­
radas del actor del bigote grueso lo des­
alientan, lo elimina y se transfiere él en la
escena y con una moderna trompada da
por tierra con el malo. Triunfante, la mu­
jer lo besa apasionadamente mientras sus
manos se deslizan por el borde del escote.
Tiene que volver a la realidad cuando el
ordenanza deposita sobre su escritorio más
expedientes. Los odia e imagina un gran
fuego, pero resignadamente comienza a
masticarlos. De pronto recuerda que nia-
 ñaña es sábado.
—“ Alguna vez tendría que ir al campo
—piensa—. Al Tigre o a la Salada —se
entusiasma—. Sí, mañana ! Aunque sea, al
zoológico. S í!, me voy. Me voy. Tengo que
irme de este agujero!”. La irresolución
que él sabe agazapada en su sangre, devo­
ra su exaltación y lo desanima. Se entrega
y vuelve a deslizarse entre los límites de
su agujero. Su torso se agobia sobre la
inercia de las frases sin sentido.
Al mediodía se sienta de espaldas a la
resolución y junto a la ventana mugrien­
ta del restaurant, perturbada por un in­
cesante ir y venir de trozos de vidas su­
mergidas en la ciudad. Mastica y sus ojos
se pierden en un lugar polvoriento donde
la luz no intenta penetrar la raíz de las
decisiones.
Al salpicar las estrellas sobre las agua­
das del monte, las ranas y los grillos co­
menzaron a horadar las sombras y el iven-
to del río alborotó la noche aquietada. De
la cabina sube un olorcito a cebolla frita
y ruiditos crepitantes de carne a la cace­
rola. Me pego un chapuzón y nado pausa­
damente entre las aguas y la noche. Me
sumerjo y abro los ojos; me siento pez y
ángel. Ya en cubierta fumo un cigarrillo
en paz y se me ocurre tomar ginebra con
hielo. Repentinamente, la soledad, el si­
lencio y las sombras estallan con el bra­
mido de un ciervo que se desliza por el
monte cercano. Imagino que he atrapado
el amor por la cola y se revuelve como un
cachorro atolondrado cuando le acaricio la
barriga. Me hecho a reír.
—“ ¿Estás loco?”
—‘‘ Decididamente, sí! ... ”
Asoma su carita traspirada y me ofrece
la trompa.
Estamos en la otra orilla. Por aquí, ma­
ñana temprano, sale el sol.
El hombre frente al detonante agujero
de las vidas irreales, sufre, ríe, se trastor­
na, da puñetazos y se lastima con la exis­
tencia de seres planos y en blanco y ne­
gro. Por un instante, dentro del agujero,
pudo evadirse del agujero. Escamotear su
vida. Suplantarla. Transferirse. Ahuyen­
ta ría soledad de cien ojos ciegos domi­
nando los campanarios rotundos. Abrir
puertas que dan a los abismos y a los vien­
tos de las planicies. Soñar. Y de pronto
todo queda suspendido. La ciudad recla­
ma su-consumo. Vienen los avisos con las
botellas; la nafta y la crema de afeitar sin
brocha. Consuma! Consuma!, reclama la
ciudad, aunque hipoteque su futuro, su
sangre, sus raíces y sus flores. Consuma!
Bosteza y con nostalgia se acuesta para
un sueño sin sueños. Las paredes se des­
ploman en la oscuridad, donde bailotean
las sombras de los héroes sin sentido.
Desde el séptimo piso baja fastidiosa­
mente el llanto de un niño. La noche cru­
za por las solitarias azoteas, indiferente y
lejana.
Estamos en la otra orilla. Por aquí, ma­
ñana temprano, sale el sol sobre la natu­
raleza. Sobre el canto de los pájaros; so­
bre los arroyos ocultos. Sobre nuestras an­
sias de vivir.
Ahora tengo mi nochecita abrazada a
mi pecho, con sus muslos juguetones y sus
caderas en médanos y cerros. Con sus la­
bios abiertos. Las estrellas cruzan el vien­
to y se zambullen en nuestro río obscuro.
liubinstein Moreira y las palabras que no se dicen
sino en la oscuridad.
POEMA - HOY Decir que estamos tristes significa
subdesarrollo
infrasensibilidad
iY qué nos queda del silencio? metavisión.
¿Qué recónditas estructuras viajan Es el siglo nos dicen
por nuestras lágrimas? es el siglo.
iQué preguntas se suceden en los templos Lamer intenta un mñomáquina
del alma y en las manos vacías de los el eje de la tierra
(hombres? y el otro transplantarle dos córneas
Preguntarnos tú y yo a un satélite.
por el Tiempo y la Rosa Pero yo presiento que los hombres
es ya tarea siniestra se interrogan las manos
porque ahora interesan los silencios y se buscan adentro.
R u b in stcin M oreira nació en Meló en 1942. Es profesor de Inglés y dicta cursos de
Literatura Uruguaya en el Instituto de Estudios Superiores. Publicó su primer vo­
lumen poético “Nocturnos de las Horas” en 196/;, al que sigieron “Poemas de Agosto
y un Canto por América” en 1965, “Memoria del espejo” en 1967. En cuanto a su la­
bor como crítico se ha dado a conocer a través de monografías y ensayos tales comió:
“Aspectos de la poesía de Sara Bollo”; “Ideas estéticas y filosófico-religiosas en la
poesía de María Eugenia Vaz Ferreira”; “Escritores de Cerro Largo”.

OSCAR FERRANDO 2)
Con traje de invierno y fatiga
i) vuelvo a casa
Mi mano se durmió junto a tu sueño de oficinas y clases
mientras bajo la piel del cielo vestida de ausencia grande
moría el año viejo llego
Mi ojo resbaló sobre tu cuello con esta pegajosa nostalgia
cuando en el vientre del sol que me acosa
nacía el año nuevo a, buscar el fuego y la madera
Y vos estabas lejos el pan, la fruta, el vino
y el verso es hijo vos
de un recuerdo. y abrigado de vos me duermo.
O scar F errando nació en Montevideo en 1943. Inició estudios de pintura en 1959 y
participó en Exposiciones de pintura colectiva, obteniendo un tercer premio en: Beca
para Artistas óvenes (1965 y 1968). En.poesía, obtuvo el primer premio en el Con­
curso organizado**í>or los Cursos Experimentales de Periodismo que se desarrollan
anulamente en Montevideo. Colaboró en el N° 4 de La Ballena de Papel donde por un
error de imprenta apareció su nombre como Ornar en lugar de Oscar. Quedó hecha la
salvedad y pedimos perdón por lo involuntario de la errata.
 Dos Poemas Loxodróniicos Planetarios
de Ariel Canzani D.

DOLOR
a Agustín Cuzzani
El que alimenta cerdos
y ratas y pigargos
está desesperado:
Esta mañana, al alba,
sus queridos amigos,
se han comido a sus hijos

ACTUALIDAD
Consciente del camino
fui desatando nudos
Asombro sobre asombro.
Angustia sobre angustia.
Espanto sobre espanto.
Así fui derivando.
Ahora soy palabra
con rumbo de tormenta
y espera esperanzada.
Océano Atlántico, enero de 1970.
del libro inédito
“•POEMAS DEL. CIRCULO VICIOSO”

A i d C an zani D . nació en Buenos Aires en 1928. Capitán de Ultramar de la Marina

Mercante Argentina, desde hace 20 años navega, embarcado a bordo de buques mer­
cantes argentinos. Ha publicado 18 libros de poemas (algunos traducidos a otras len­
guas). Uno de sus últimos libros se titula: “Poemas del Tercer Mundo”. Dirige la Co­
lección “Cotidal” de poesía de la Editorial Losada de Buenos Aires y la revista-libro
de poesía planetaria “Cormor/n y Delfín”, que ha cumplido seis años de vida. Cola­
bora con notas y poemas en gran cantidad de diarios y revistas del mundo.
MARIA D. DE GUERRA

POEMA UNO
Es demasiado hermoso el mundo. Por ejemplo los árboles
las hojas los colores del cielo la forma de las nubes
los bichos que caminan por el suelo el ruido de la lluvia.
Pero nada de quedarse inmerso en el olor que marea de la gran belleza
( nocturna
y¡ dormir con la cabeza apoyada en el croar de las ranas
bajo el cielo estrellado. Oh nostalgia. Te rehuyo te peleo y te expulso.
Retomemos nuestras caras de oficinistas desbordados
que se», sacuden el polvo de la oreja con un soplido oblicuo
y no tienen tiempo ni para mirar a sus hijos.
Lo que hay qué hacer es más que un trabajo engorroso >
es más que un trabajo abultado
es mucho más cien veces más que un trabajo imposible.
Se me ocurre que es algo parecido a explorar centímetro por centímetro
de una cadena de montañas la Cordillera de los Andes pongamos
la Cordillera de los Andes
o ponerse a buscar en una casa a la que se le hundió, el techo
un pequeño poema escrito hace diez años en una. hoja de block
o intentar ordenar todas las piezas de un motor fabuloso
al que un duende travieso minúsculo impoluto rompió de una soberana patada
para manifestar su independencia..
Y no hay tiempo que perder.
Sobre la base de este criterio amplio
como sobre la base de la pirámide de Chcops empezaremos la dura disciplina
la rígida y estoica
'» '■ s iín . t&r<etí . .
 Columna de “El Chin de la Guardia Nueva*'
Antes que Maffia
La frase que sirve de título a esta nota,
no nos pertenece, sino que fue pronuncia­
da por quien, con justicia, es considerado
el más grande bandoneonista de todos los
tiempos: Aníbal Troilo. Sin embargo, a
pesar de lo afirmado por Pichuco, el nom­
bre de Pedro Maffia no ha trascendido al
gran público; por lo menos en lo que a las
generaciones más recientes se refiere. Es
esa la razón que nos hace escribir el ar­
tículo de esta opotrunidad: hacer conocer a
una figura gravitante en el proceso histó­
rico del tango; tanto, que como lo hicimos
notar en la anterior entrega de “ La Balle­
na”, se le puede ubicar junto a Gardel
entre los que primero interpretaron el
tango con su especificidad característica.
DE SU VIDA
28 de agosto de 1900, Buenos Aires, ba­
rrio de Balvanera. Esa es la fecha y el lu­
gar de nacimiento de Pedro Maffia. Sus
padres: Angel Maffia y Luisa Spinelli.
La vida de este precursor está, desde la
infancia, signada por la música; su padre
poseía un almacén donde los parroquianos
acostumbraban cantar y ejecutar música.
No eran ajenos a esas “ tenidas” nombres
ya incorporados a la leyenda como José
Bettinoti y Gabino Ezeiza. Estamos en
1908; un acordeonista amigo de don An­
gel convence a éste que regale a su hijo
dicho instrumento. El pequeño Pedro lo
aprenderá de oído. Poco tiempo después,
Maffia inicia estudios musicales; pero de
piano, bajo la dirección de la profesora
Rosa Schulton. Rinde exámenes en el Con­
servatorio Williams, donde, luego de seis
años, obtiene el título de Profesor Supe­
rior de Teoría y Solfeo.
El azar —una rifa— hace que Maffia
se vincule, en 1911, con el bandoneón. Es
así como se aboca por completo al estudio
del nuevo instrumento, recibiendo, duran­
ninguno
te el primer año lecciones de José Piazza.
Luego, éste no tiene qué enseñarle, conti­
nuando los estudios por sí solo, aplicando
al fuelle, los conocimientos de piano pre­
viamente adquiridos.
Ya en ese tiempo comienzan sus actua­
ciones en público. La primera, en el alma­
cén de su padre. Luego seguirán otros, en­
tre ellos, el “ Maldonado”. Como músico
de tango debutará en 1913, en un café de
Villa Crespo, integrando un trío junto a
Sebastián Piaña (piano) y Costa (violín).
Maffia actuará luego en los cafés f‘Do­
mínguez” y el “ Nacional” y en locales
para baile como el “ Armenonville ” y el
“ Palais de Glace” —en este último inte­
grando la orquesta de José Martínez.
Entre 1917 y 1920 tiene ubicación en
la principal orquesta de la época: la de
Roberto Firpo. (En este último año com­
pone su primer tango: “ Pelele” ). Des­
pués actúa en un cuarteto integrado por
otros, también jóvenes, entusiastas del
tango: José María Rizzutti (piano), Julio
De Caro y José Rosito (violines). En 1922
es segundo bandoneón del sexteto de Juan
Carlos Cobián, agrupación formada de la
siguiente manera: Luis Petrucelli y Maf­
fia (bandoneones), Julio y Emilio De Ca­
ro (violines), Leopoldo Thompson (con­
trabajo) y Cobián (piano). A fines de
1923 el director del conjunto se marcha a
los Estados Unidos, ocupando su plaza de
pianista Francisco De Caro, siendo desde
entonces director del mismo el herpiano
de éste, Julio. Esta agrupación, sería, a
partir de entonces, la abanderada de la
renovación del tango, constituyéndose en
piedra angular de todo el desarrollo pos­
terior operado en nuestra música.
En 1926, Maffia se desvincula de De
Caro, formando un sexteto bajo su propia
dirección. El conjunto de enorme gravita­
ción histórica actúa hasta el año 1931. Des­
de 1929 era septeto por la inclusión de
violoncello.
La historia continúa. Interviene en los
comienzos del cine argentino sonoro a
principios y mediados de la década del
treinta. Por esos años se presenta en di­
versos lugares pasando la cordillera para
actuar en Chile. También, durante la dé­
cada del 40 actuaría en el Uruguay. Du­
rante la década del cincuenta acompaña
al frente de un conjunto al cantor Alber­
to Gómez, grabando su último long play
en 1966. Por ese tiempo también intervie­
ne en un film corto —“ Fueye querido”—
que se presentara en el concurso que or­
ganiza el Sodre.
Aparte de lo mencionado, es de desta­
car su labor pedagógica. Cuando las “ Uni­
versidades populares” que propiciara el
ex-juez Victorino Ortega sus alumnos lle­
garon al número de trescientos. Por otra
parte fue maestro de innumerables bando-
neonistas, entre los que se destacaron: Al­
fredo de Franco, Domingo Federico, Jor­
ge Fernández. Pero es en 1954, a instan­
cias de Cátulo Castillo, director por en­
tonces del Conservatorio Municipal “ Ma­
nuel de Falla”, que Maffia se hace cargo
de la primera cátedra de bandoneón de
dicho instituto.
Su muerte se produjo el 17 de octubre
de 1967.
DE SUS.: COMPOSICIONES
Como dijimos en nuestra anterior nota,
a mediados de la década del diez se pro­
duce en la faz compositiva el pasaje de la
Guardia Vieja a la Guardia Nueva. Los
autores más importantes del cambio se­
rían: Agustín Bardi, Eduardo Arólas,
Juan Carlos Cobián, Enrique Delfino.
A esa generación sucede una segunda, a
la que pertenece Pedro Maffia; así como
Julio y Francisco De Caro, Pedro Lau-
renz, etc. La mayor capacitación técnico-
musical de que vienen provistos estos au­
tores, se traduce, ^su vez, en el dominio
de mejores armas para la criteriosa expo­
sición de las ideas que se vierten en sus
páginas. Por otra parte: en la concresión
de las obras de todos los nombrados, tiene
mucho que ver el estilo interpretativo en
función del cual vienen pensadas. La ge­
neración decarista, a la que Maffia perte­
nece, transforma superadoramente los cá­
nones interpretativos a que la evolución
del tango se había ido ciñendo hasta me­
diados de la década del veinte. Y para esa
nueva forma de interpretar, sus protago­
nistas hubieron de hallar también modos
compositivos que fuesen los más propicios
para ser vertidos, precisamente, de acuer­
do a aquel flamante temperamento de eje­
cución.
La labor compositiva de Maffia regis­
tra títulos que dignamente reivindican lu­
gar en la mejor antología del género. Le
pertenece la parte musical de espléndidos
tango-canción (Sentencia, La mariposa,
Abandono, Ventarrón, Cornetín, Se muere
de amor, Juan Tango, etc.); también, la de
algunos valses destacables (Sombras porte­
ñas, Estampa federal, etc.). Asimismo es
autor de memorables tangos instrumenta­
les (Pelele, Tiny, Triste, Piba boba, Taco-
nenando, etc.); incluso algunos específica­
mente compuestos para para ser ejecuta­
dos en bandoneón “ a capella” (Amurado,
Diablito, Pura maña, etc.), sin perjuicio
de que también éstos son enteramente ap­
tos para versiones orquestales.
DE SU DIRECCION
De los varios conjuntos que condujo, uno
de ellos se destaca por encima de todos los
demás: tanto por la calidad intrínseca de
varias de sus versiones como por la trascen­
dencia que alcanzó desde el punto de vista
de la evolución histórica en la interpre­
tación orquestal del tango, MAFFIA DI­
RECTOR LLEGO A SUS LOGROS-MAS
ALTOS EN LA ETAPA CORRESPON­
DIENTE AL SEXTETO QUE FORMA­
RA AL DESVINCULARSE DEL DE
CARO. En general, la agrupación sigue
los lineamientos interpretativos básicos que
aportara la formación de este último. Am­
bos se constituyen en los dos puntos más
altos que el Buen Tango es capaz de ofre­
cer hacia la segunda mitad de los años 20.
 Veamos los rasgos esenciales del seis de
Maffia:
—alto grado de musicalidad;
—predomnio de los “ ligados” y de los
“ tutti” orquestales;
—marcación rítmica de singular ‘‘ fuer­
za ’’ tanguera, más ‘‘ pesada ’’ que la del sex­
teto De Caro;
—perfecto ajuste de conjunto;
—novedosos efectos de contrapunto, ati­
nada flexibilidad de criterio para la ubica­
ción de los matices orquestales, nítida di­
ferenciación de planos, coherencia y soli­
dez de la estructura armónica, etc.;
—utilización del violoncello para mayor
equilibrio en la cuerda y como buen ele­
mento de empaste.
Para que esa agrupación pudiera alcan­
zar la singular calidad que la distinguió,
el director supo acompañarse del concurso
de los músicos más capacitados del medio
fanguero. Alternaron en la agrupación:
Osvaldo Pugliese, Eduardo Sacalise (pia­
nista), Elvino Vardaro, Emilio Puglisi,
Antonio Rodio (violinista), Maffia, Alfre­
do de Franco, Gabriel Clausi (bandoneo-
nistas(, Francisco Di Lorenzo (contraba­
jista), Nerón Ferrazano (cellista).
En lo que tiene relación directa con la
influencia que sobre otros conjuntos ejer­
ciera el de Maffia, digamos que es el más
destacado entre todos sus continuadores, el
sexteto que Elvino Vardaro dirigiera a
mediados de la década del treinta, que a
pesar de no haber podido grabar comercial­
mente es considerado por Wstigos de la
época como lo más importante en materia
tanguera de entonces. Por otra parte esta
agrupación es el antecedente directo de la
que formara Aníbal Troilo posteriormente.
VE SU BANDONEON
Con ser muy valiosos los aportes mencio­
nados de Maffia, no es menos cierto que su
principal legado lo constituye el haber en­
contrado un lenguaje propio y caracterís­
ticamente fanguero al bandoneón. Sin te­
mor a equivocarnos podemos poner su fi­
gura al lado de la de Gardel —de quién,
por otra parte es contemporáneo-— por lo
que han significado en el echar las bases
interpretativas del género. Recién con Ma­
ffia el bandoneón se encuentra a sí mismo
para el tango. Ese salir a luz de los más
importantes recursos que el instrumento
puede ofrecer para la tanguera, significa
—nada más ni nada menos— que el des­
cubrimiento de la manera “ bandoneonísti-
ca” de ejecutar el bandoneón.
Los aportes de Maffia referidos al ban­
doneón.
Los aportes de Maffia referidos al ban­
doneón son de dos tipos: expresivos y téc­
nicos. Además, es el creador del “ solo” de
bandoneón.
Entre los primeros podemos citar:
—fraseo, o sea la flexibilidad del músi­
co con respecto a los tiempos musicales;
—matices, es decir, las graduaciones de
volumen sonoro;
—la elaboración de un sonido particular,
el “ acento” propio que al instrumento sa­
ben infundir los grandes ejecutantes.
Los recursos técnicos, constituyen el me­
dio para exteriorizar la expresividad. Di­
cho de otro modo: son basamento para me­
jor poner en el tapete los recursos expresi­
vos. Veamos cuáles han sido las mismas: a)
las figuraciones; b) la parte estrictamente
armónica.
Dentro de las primeras, Maffia trae, en
el aspecto rítmico, los efectos milonga con
arrastre, el criterio de marcación y las di­
ferentes maneras de acentuar. También
dentro de las figuraciones se halla la crea­
ción de los “ adornos” y las variaciones,
que el autor de Pelele concibe con imagi­
nación y audacia inéditas.
En lo que concierne a la faz armónica,
los aportes de Maffia se relacionan funda­
mentalmente con la mayor libertad que im­
pone para moverse dentro de la tonalidad,
liberándose de la monótona rutina del tono
y dominante. Además utiliza inversiones y
frecuentes cambios de las tesituras de los
acordes. A diferencia de sus antecesores
modula y en muchos pasajes recurre a las
disonancias.
Por supuesto que el criterio de armoni­
zación hubo de variar sustancialmente en
r
épocas posteriores; pero ello no impide re­
conocer en Maffia a un auténtico creador
que hubo de erguirse en un medio donde
la mayoría de sus cosas significaron una
transformación radical.
No podemos dejar de referirnos a la
creación de los “ Solos a capella” de ban­
doneones. Es decir: uno o dos bandoneones
tocando absolutamente solos, sin tener si­
quiera el respaldo rítmico del contrabajo.
Esto le hace rever completamente la es­
tructura rítmica. Y si bien en esta materia
también lia sido .superado por bnndnneuuU
tas posteriores, es indudable que él en el
antecédeme directo del "solo" de liando
neón moderno.
Por todas las razones expuestas en esta
nota, por el hecho de qre todos los bando-
neonistas posteriores —de Troilo para aba­
jo— son deudores de su escuela, es que
consideramos deber de todo tanguero que
se precie, destacar la figura de PEDRO
MAFFIA.
El Club de la Guardia Nueva,
 NORMA SU1FFET: EL APORTE SILENCIOSO
Entre las mujeres jóvenes que escriben
hoy en nuestro país ocupa Norma ¡Suifiet
un destacado y muy bien ganado sitial.
Une a su sensibilidad fina una densa cul­
tura y una viva y noble vocación docente.
Es profesora de idioma Español y cuera-
tura en la enseñanza Media, uesde donde
alterna —entonces— sus actividades profe­
sorales con las artísticas, haciendo de la li­
teratura un oiicio constante y sincero, ras­
go este último, no tan frecuente en la con­
tusa hora en que vivimos. Su oficio como
escritora está ainsmaimente lejos de la po­
se y el "aplauso fácil" (.cosa no muy difí­
cil ue lograr para quienes se lo propongan,
es claro), por el contrario resulta el centro
de su vocación intima y esencial, hasta di­
ríamos, sin exagerar un ápice, ordena io
medular de su propio destino.
Viajera infatigable y sagaz, estuvo radi­
cada en España donde estudió Filología
Hispánica en la Universidad de Salaman­
ca, a poco de haber finalizado sus estudios
de Letras en la Escuela de Profesores del
Instituto de Estudios Superiores de Mon­
tevideo.
Disciplinada y consecuente para el estu­
dio lia dedicado sendos trabajos de investi­
gación, compilación y crítica a autores clá­
sicos, entre éstos se recuerda especialmen­
te "tíareilaso de la Vega” publicado en
1968; del mismo año es “ Rafael Barret”,
y poco después “ Análisis estilístico de Ta­
baré”, obra que constituye el mejor y más
amplio aporte de estilística publicado en el
país hasta la fecha, sobre el inmortal poema
de Zorrilla de San Martín. Sus contribu­
ciones al estudio y comprensión de autores
nacionales son múltiples: en 1955: “ Tres
poetas uruguayos: Juana de lbarbourou,
Sara de Ibáñez, Hugo Petraglia Aguirre,
su primer volumen; luego publica asidua­
mente en la “ Revista Nacional” sobre Del-
mira Agustini, María Eugenia Vaz Ferrei-
ra, Carlos Sabat Ercasty, Jules Supervie­
ne, Alvaro Armando Vasseur, Juan José
Morosoli, Sarah Bollo, etc. También incur-
siona en la poesía y edita en 1965 "Las vo­
ces incandescentes” ; pero es en la prosa,
tanto en el ensayo como en el cuento, don­
de Norma Suiffet se verticaliza con más
acendrado dominio y más honda origi­
nalidad.
En 1967 edita “ Los cuentos de Alda”,
relatos que son un poco producto de re­
cuerdos de viajes reales y mucho tienen,
también, de imaginario y lantástico. En su­
ma, logra un conjunto uistmto a lo que hoy
se escribe y es ya lugar bastante común en
este genero, a i el munuo sorcLuo y oscuro,
ni el asfixiante juego úe almas torturadas
y desencontrauas se dan en él. Por el con­
trario se presentan criaturas lianas, lim­
pias, que actúan, en un mundo complejo sí,
pero llevadero y grácil. Y no es que la au­
tora menosprecie la "otra” materia prima
o riña por falsas perconcepciones estéticas
o literarias. Ella misma nos ha dado un
ejemplo de esto en "La Tita” (cuenco pu­
blicado en “ La ballena de papel”, 1969),
donde hace gala de un estilo enérgico y aca­
bado. Tita, el centro del relato, es una cria­
tura osada y punzante, que convierte todo
a su medida; pero densamente humana, ca­
si una muestra —o sm el casi— dentro de
la intensa galería de seres que a diario to­
dos frecuentamos aun —muchas veces— a
nuestro pesar.
En “ Los cuentos de Alda” el propósito
y el fin es muy otro. Prima un clima tier­
no, sutil, poético, donde hasta las cosas sos­
tienen un alma intansferible. “ La escale­
ra”, breve narración que abre el volumen,
es envolvente, y pese a cierta ingenuidad
que flota en su ámbito, nos deja inmersos
a la postre, como integrando un mundo
sencillamente misterioso y prístino. Así la
flexibilidad y la frescura se hacen ‘‘centro-
motriz” y no marginalidad en la creación.
“ La última mirada”, “ El paseo”, “ El re­
cuerdo de un niño ”, “ La victoria de Samo-
traeia”, “ La muerte”, pueden ejemplifi­
car vivamente aquellos aspectos.
“ Los cuentos de Alda” —en resumen—-
tienen la originalidad de no pretender ser
originales ni grandilocuentes. En esta épo­
ca, tan dable a la novelería y exacerbación,
su singularidad so afianza por la fuerza del
contraste con lo más común. Y esto se agre­
ga a su hondo carácter emotivo y auténtico.
Norma Suiffet ha prometido para den­
CARLOS SE1J0
El padre de Carlos Seijo, José Ramón,
español de origen, vino muy joven al Uru­
guay estableciéndose en San Carlos donde
se casó en 1856 con una Carolina, Carlota
Correa, hija del que fuera Jefe Político
de este departamento, Don Quintín Correa.
El matrimonio integrado por José Ra­
món Seijo y Carlota Correa tuvo varios
hijos: Carlos, Maximiliano, Ernesto, Laura.
Esta última se casó con el doctor José del
Peso Blanco, que estuvo radicado en la
zona por muchos años donde ejerció la
medicina. José del Peso Blanco es autor
de un folleto sobre las Islas de Lobos, que
despertó interés en la época.
Los Seijo poseían una chacra en las
afueras de San Carlos sobre la carretera
a Mald’onado, que fue con el tiempo la
residencia casi permanente del hijo Car­
los. Hoy su construcción se pierde en el
paisaje de casitas y pasa desapercibida;
pero en los comienzos del siglo era una
mansión de gran importancia. Además, los
Seijo poseían toda la margen izquierda
del Arroyo Maldonado desde frente a El
Peñasco hasta La Barra.
“ El Peñasco” fue la residencia propie­
dad de Maximiliano, y al lado, su herma­
no Ernesto construyó una casa llamada
“ Loreley”. En una extensa área arbolada
con ejemplares ilativos en su mayoría y
algunos ejemplares exóticos, con abundan-
cie de cactáceas que formaban una verda-
tro de breve tiempo nuevos trabajos di' m
vestigación y creación, entre ellos, uno so
bre la vida, la obra y el pensamiento de .lo
sé Enrique Rodó; sobre María Eugenia
Yaz Ferreira; sobre la novela hispanoame­
ricana contemporánea, y da término ya a
una novela sicológica y otra nueva colec­
ción de cuentos. Es que para Norma Sui­
ffet el tiempo es un silencio creador.
dera colección principalmente criollas, se
levanta “ Loreley”. Allí existe también
una pequeña caverna en cuyo interior está
pintado un Cristo por Carlos Seijo, lugar
que se convirtió en centro de excursiones
religiosas y turísticas durante varias dé­
cadas. Por los años treinta era común leer
en la prensa de la época: “ Se realizó una
misa campal oficiada por Monseñor Ara-
gone en la espléndida posesión del Dr. Er­
nesto Seijo en el paraje donde se venera
al “ Cristo de Loreley”.
Ernesto, que había estudiado la carrera
de medicina en París donde se graduó, pa­
só a ejercer en Tacuarembó durante varios
años y también en Maldonado. Otra pro­
piedad de Ernesto Seijo que se puede de­
cir hizo época, fue la que se hizo construir
en Punta del Este, que era de estilo cas­
tillo medieval, diseño del arquitecto Um­
berto Sampognado, ubicado frente a la
Playa Mansa, chalet que luego vendió al
Dr. Juan José Amázaga, para irse a vi­
vir definitivamente a “ Loreley”.
En realidad los Seijo fueron de los pri­
meros en construir mansiones en la penín­
sula. La madre, Carlota Correa, hizo le­
vantar en los primeros años de este siglo
una de las mejores residencias de Punta
del Este: una casa-quinta tipo italiano.
Por su parte Carlos, que es el motivo
de esta nota, repartió su vida entre pintar
y escribir.
 Había estudiado pintura en Florencia,
donde integró un grupo entre los que fi­
guraban becados y otros que estudiaban
en forma libre como él. Partió para Euro­
pa en marzo de 1881. Entre sus cuadros
más importante figura el titulado ‘‘En el
hospital”, que muestra a una hermana de
caridad dando de beber una taza de caldo
a una enferma.
“ Se suele aproximar a la obra de Do­
mingo Laporte. En el hospital, de inspi­
ración naturalista donde se hermanan por
facturas similares, con los distingos dé ser
más perfecta la de Laporte y de mayor
sentimiento la de Carlos Seijo”, dice el
crítico José Pedro Argüí en su “ Pintura
y Escultura del Uruguay”.
Como retratista, se destacan los siguien­
tes óleos: “ Un sacerdote”, “ Cabeza de
viejo”, “ Retrato de Carlota Correa de Sei­
jo ”. Hizo, además, una serie de acuarelas
en las que reprodujo cuidadosamente los
grabados originales del folklorista inglés
Emeric Vidal y las láminas de Ibarra, pri­
mitivas manifestaciones de las imprentas
rioplatenses, las primeras impresas en Lon-
tres en 1821 y las otras de mediados del
siglo XIX.
Otro trabajo que despierta interés, en
especial por su valor documental, es el re­
lativo a las acuarelas qu pintó sobre dis­
tintos lugares del departamento a princi­
pios del siglo. Entre ellas, mencionemos:
“ Primera vivienda veraniega construida
en Rincón de los Píriz en 1877”. Como se
sabe, el famoso Rincón de los Píriz queda
en las jurisdicciones de José Ignacio, por
entonces enormes arenales sobre la costa
bravia del océano.
Otra de estas interesantes acuarelas es
“ El balneario de La Barra en 1900. Rús­
ticas construcciones de veraneo de Don
Juan Duque”. Otras son “ La Playa Man­
sa”, “ Aspectos de los alrededores de San
Carlos”. Estas últimas corresponden a
1900.
Debemos ahora referirnos a la labor de
Carlos Seijo como escritor. Su obra se con­
vierte en fuente imprescindible para todo
aquel que pretenda hurgar en la historia
de Maldonado.
Sus dos obras esenciales son “ Carolinos
ilustres, patriotas y beneméritos”, Imp. El
Siglo Ilustrado, Montevideo, 1936, y “ Mal-
lonado y su región” editado por la mis­
ma imprenta en 1945. Del año 1929, es
“ Apuntes sobre San Carlos y su Iglesia
colonial”.
En “ Carolinos ilustres”, Seijo encara
el estudio de treinta y dos personalidades
—hombres y mujeres— que se distingui-
ron ya sea en el aspecto político, militar,
intelectual o artístico, con desigual exten­
sión, dedicándole por lo tanto a algunos
un buen número de páginas. Tales, Leo
nardo Olivera, el vencedor de Santa Te­
resa ; Manuel Correa, destacado militar
que participó en varias acciones durante
la guerra de la independencia; Quintín
Correa, que fuera Jefe Político del depar­
tamento después de la Guerra Grande;
Carlos Reyles, padre del famoso escritor
del mismo nombre, hombre de gran for­
tuna; Heraclio C. Fajardo, el celebrado
poeta carolino; Adolfo P. Piñairo, desta­
cado coleccionista de numismática, orfe­
brería, indumentaria histórica, etc., que
poseía conglomeradas —dice el autor— las
disposiciones artísticas de Besnes e Irigo-
yen para la caligrafía, de Dalmiro Costa
para la música y de Juan Manuel Blanes
para la pintura; Carlos Alberto Cal, el bri­
llante investigador científico; el arzobispo
Mariano Soler. Aparte de las figuras prin­
cipales, a las que, como decíamos antes,
se les dedica más espacio, se aportan da­
tos, muchas veces escasos, de varios ser­
vidores de la independencia y de otras per­
sonas cuyos nombres están estrechamente
vinculados a la ciudad Carolina. Nombres
como Jacinto Alvariza, Ubaldina Maurente
de Rodríguez, Anacleto Dufort y Alvarez,
Cayetano Silva, Dorila y Adela Castell,
Antonio B. Massiotti, Francisco Antonio
Vidal, Basilio Araújo, no podían faltar en
una nómina semejante.
Como lo dice el propio autor, su aporte
personal en el juicio de las personas estu­
diadas es pequeño, ya que la obra consta,
más que nada, de una recopilación de da­
tos, biografías y notas necrológicas de dis­
tintas procedencias y autores, tomadas ge^
neralmente de diarios y revistas de la
época. Su interés fue formar una lista de
aquellos carolinos “ que más se distinguie­
ron por su talento, que contribuyeron con
su esfuerzo y valentía a forjar nuestra
independencia y los que se enaltecieron por
su altruismo y generosidad. Hijos de San
Carlos existieron y existen numerosos y
distinguidos Los fernandinos también con
sus proceres al par de los carolinos, minua-
nos y roehenses.. En ambas orillas del
Plata no se conoce merecidamente el rol
que desempeñó esa región en la indepen­
dencia. . los historiadores uruguayos, al re­
ferirse al departamento de Maldonado,
pecan en modestia y no destacan con la
elocuencia merecida todo el valor de esa
costa como elemento decisivo en los movi­
mientos libertadores del continente.” Es­
tas últimas palabras están reproducidas
en “ El Diario” de Montevideo de Nov. 25
de 1935.
Y agrega Seijo: “ Por lo tanto, dejare­
mos para otros estudiosos o historiadores,
la tarea de reunir los nombres de toda
aquella falange de guerreros que desde el
principio al final de la lucha, militaron
en la valiente División Maldonado.”
Cuando en febrero de 1933 Carlos Seijo
empieza a publicar en el periódico “ La
Democracia” de San Carlos sus aportes
históricos, motiva un comentario que lo
lleva a escribir al director del periódico
Carpió Cal, estas palabras: “ Deseo hacer
una aclaración respecto a los documentos
históricos- que le he estado enviando. Yo
no he emprendido obra ninguna como su­
pone el Sr. lleraclio Pérez Ubici en su es­
timada carta, sino que, estimulado por la
curiosidad, cada vez que entre los papeles
del archivo y diarios antiguos de la Biblio­
teca Nacional descubría algo que se rela­
cionaba con la historia de esta comarca,
en seguida lo anotaba. De ahí que consi­
guiera reunir varios datos, algunos de ellos
muy interesantes. Por consiguiente, no es
ese un “ trabajo amplio de investigación
histórica”, pues se necesitaría mucha de­
dicación y tiempo para completarlo. Al
exhumar tales documentos, he sido impul­
sado por un propósito altruista, el de que
en el futuro puedan serles de utilidad a
algún intelectual carolino. ”
Sin embargo, pocos años después publi­
có su libro más interesante: “ Maldonado
y su región”. Está dedicado a su hermana
Laura Seijo de Del Peso. Aquí se tratan
todos los temas, desde la fundación de Mal-
donado hasta el surgimiento de los prime­
ros hoteles en Punta del Este. Uno de los
capítulos más interesantes es la nómina de
los siniestros marítimos ocurridos a lo lar­
go de la costa desde Solís Grande hasta el
Chuy en un período comprendido éntre
los años 1531 y 1932, valiéndose de la in­
formación suministrada por el Archivo Ge­
neral de la Nación, el Juzgado L. Depar­
tamental de Maldonado, su Aduana y los
diarios y periódicos de la Biblioteca Na­
cional.
Con respecto a muchos otros temas, el
cúmulo de datos aportados a veces al pa­
sar es tal, que bien puede considerarse
mía cantera para futuras investigaciones.
 FILOSOFIAS FOLKLORICAS
Era el mayoral de la diligencia. Unico
y solidario responsable del pasaje, dinero,
encomiendas, rodado, cuarteador y caba­
llos. Suficientemente fuerte de espíritu;
poderoso y diestro de brazo, estaba con­
formado ' como para no dudar de su des­
tino. No lo guiaban las ideas preconcebi­
das, ni especulaba con las posibilidades.
Demasiado simple y bondadoso como pa­
ra calcular beneficios y consecuencias. Se
había impuesto una obligación y la cum­
plía sin otra consideración que no fuera
la estabilidad de su familia; su propia
subsistencia; la seguridad de su rodado:
la integridad de su religión hecha cruz y
la magnificencia de su mundo hecho de
cielos, soles, lunas y nubes.
Necesitaba de un día para llegar de un
extremo al otro de su ruta, al \galope, al
trote o al paso, según el tiempo, camino
y salud de sus tiros.
Mientras podía, hablaba con alguien so­
bre lo que. éste sabía o dominaba, por sim­
ple curiosidad, quizá ansias de saber. Le
entablaba una conversación estilo fami­
liar. En su casa o en el camino, siempre
se encontraba en su’ hogar.
Inquería, averiguaba, indagaba y sabía
que se le inquería, averiguaba e indaga­
ba a su vez y a ello se prestaba, ya que
nada había en su vida que lo hiciera re­
ticente.
Se sabía nacido para el sacrificio, la
simpatía y la responsabilidad, que gira­
ban desde lo intrascendente a lo trascen­
dente; desde el hombre a las bestias. To­
do valía a su espíritu hecho para lo gran­
de y lo pequeño, a los que igualaba en la
ESTANISLAO M TASSANO.
balanza de sus apreciaciones. Andando y
andando, tenía horas de soledad consigo
mismo, las que aprovechaba para leer ver­
sos nativistas de Lusich y escuchar sen­
tencias y referencias del Quijote. Jamás
leyó a Cervantes y mucho sabía de él con
sólo oir a sus pasajeros. Quizá no había
discípulo más aventajado que el mayoral,
dada su facilidad de captación y su pro­
digiosa memoria, aunque, intelectualmen­
te, en muy poco se apreciaba.
Hubo alguien que hacía rato que se pa­
voneaba de su saber y disquisiciones filo­
sóficas, que le preguntó con sorna agre­
siva, fácilmente comprendida: “ Dígame
mayoral: si la diligencia en este momen­
to volcara y muriéramos todos menos Vd.,
que diría... ? —Menos mal que no me
pregunta qué haría, respondió y agregó:
“ .. .pues mirando volar las almas de Vds.,
diría solamente: que las almas de mis pa­
sajeros se confundan con las de mis caba­
llos, que yo para ir viviendo con ese re­
cuerdo en mis espaldas, me bastaría con
saber que al camino como a la vida, le
acechan el graznar de los cuervos; el chis­
tar de las lechuzas; el despertar de los
amaneceres y el saludo de los teruteros... ”
Es decir: una enorme parte de sus impre­
siones de viajero sin descanso, que a to­
do le daba un alma para poder vivir. Era
la suya: su filosofía.
Hizo restallar la azotera de su látigo
para llamar la atención a los boleros que
debían cumplir con su deber de tirar y
correr a lo largo de las huellas del calle­
jón sin alambradas...
 PARA UNA HISTORIA DE LA
IGLESIA DE MALDONADO
La historia de la Catedral de Maldona-
do, desde que se empezó a construir hasta
que se terminó y fue inaugurada a los ofi­
cios religiosos, abarca un período de casi
cien años, desde 1801 hasta 1895. Antes
de esta última fecha, la iglesia estuvo ocu­
pando diversos locales que iremos viendo
por su orden. Desde los primeros años de
la fundación de la ciudad (1757), la igle­
sia ocupó un rancho que estaba ubicado
C a p illa de A g u ila r. M u e stra ep parte el cu a d ro de
B a lle rin i. E s ta b a u b ica d a en la c a lle 2 5 d e M a yo
fre n te a la P la z a S a n F e rn a n d o .
en el mismo lugar en que se levanta el
templo actual.
Algunos de los escritos documentales de
la época que hacen referencia a esta pri­
mitiva capilla son: el Diario de Cabrer
de 1784, un Informe del Cabildo corres­
pondiente al año 1792, y la Declaración
de Dan Benito Brioso de 1799.
Diario de José M.a Cabrer. — Don José
M.a Cabrer visitó la población de Maído-
nado en 1784 en calidad de 2.° Comisario
de una Subcomisión de Límites entre las
posesiones portuguesas y españolas y re­
gistra en su Diario noticias de interés so­
bre los pobladores, como por ejemplo cuan­
do dice que las únicas personas de alguna
significación en eDpueblo ffan el Capitán
de Dragones, que, al mismo tiempo que
mandaba su Compañía era el Gobernador
de la plaza, el Ministro de la Real Hacien­
da y un cirujano a sueldo, del Rey. La
población la componían un centenar de
vecinos, que habitaban casas de triste as­
pecto techadas, unas de paja y algunas
otr,as de pizarra. La mayoría de las casas
eran de piedra, hallándose la iglesia en
uno de los costados de la plaza, ocupando
un miserable rancho de paja, cuyo aspec­
to ruinoso corría parejo con el poco celo
religioso de los vecinos.
Informe del Cabildo de 1792. — Por esa
fech , se había empezado a construir la ca­
tedral de Montevideo y para sufragar los
gastos que demandaba esta obra, se impu­
sieron entre otros impuestos, gabelas a al­
gunos productos de consumo que se intro­
ducían de Maldonado. El Cabildo de esta
ciudad entonces protestó en nombre del
vecindario fernandino expresando que
ellos es.aban prontos a soportar esas car­
gas siempre que lo recaudado se destinara
a la construcción de la iglesia de Maído-
nado. Se transcribe la mayor parte de es­
ta resolución del Cabildo de Maldonado
—que lleva por fecha 2 de Noviembre de
1792— por tratarse de un documento de
gran interés en el que so ponen de mani­
fiesto con toda claridad, dos cosas: 1°) la
vigorosa defensa de los intereses comuna­
les; 2o) el desgraciado estado de la iglesia
del pueblo.
“ El Cabildo de esta ciudad en la mejor
“ forma que sea dable, expone a V.S. que
“ por varios hacendados, y vecinos de es-
“ te partido, se le ha hecho presente, que
“ en esa Plaza además de los derechos rea-
“ les y municipales que S.M. tiene esta-
“ blecidos, se exigen de algún tiempo a esta
“ parte un medio real por cada queso ore-
“ jano y un quartillo por cada uno mar-
“ eado, que con las correspondientes or-
“ gías y licencias se introducen en esta
“ Plaza, y como hubiese ignorado la razón
‘‘ de esta contribución ... que es apliea-
“ da para la fábrica de la Iglesia de esa
“ ciudad; y siendo dicha contribución (se-
“ gún inferimos) y por algunas noticias
“ hemos comprendido puramente un eom-
“ prometimiento voluntario de su vecinda-
“ rio como especialmente beneficiado en
“ dicha fábrica le parece al Cabildo no
“ debe comprenderse este Pueblo pues to-
“ da Contribución general no puede im-
“ ponerse sin la precisa orden del Sobe-
“ rano... En este concepto, deseoso el
“ Cabildo de caminar en un asunto de
“ esta naturaleza, con el pulso que se re-
“ quiere, no debiendo ni pudiendo mirar
“ con indiferencia los perjuicios que pro-
“ bablemente ha de inferirse a un vecin-
“ dario de la plaza de este ha meditado
“ hacerlo presente a V.S. no deberse com-
“ prender en ella a los de este Partido
C a p illa d e l C u a r t e l de D ra g o n e s
“ tenga a bien mandar a los expresados
“ Receptores no continúen en su creacc.n
“ y aun de la que se hubiese verificado
“ hasta aquí que será fácil averiguar por
“ los asientos, que deben constar en esta
“ Oficina de la R.l Hacienda ... pues
“ tratándose de la obra pía de la Iglesia
“ cree el Cabildo sin miedo de equivocar-
“ se, que en ninguna parte haya la rigu-
“ rosa necesidad de ella que aquí, que se
“ reduce a un endeble galpón, cubierto de
“ paja, sostenido en lugar de tirantes por
“ unos torzales de cuero para evitar la
“ ruina que amenaza sin que se hallen ni
“ remotamente los más pequeños auxilios,
“ ni aun para conservarla en este estado,
“ a pesar de los deseos y esfuerzos con que
“ los Párrocos y Feligreses procuran su
“ conservación y adorno.
“ El Cabildo espera de la Bondad...
“ etc. en que también esta pobre Iglesia
“ por medio de la indicada contribución
l,< logre el ponerse en estado, que a lo me-
“ nos puede dárse este nombre pues para
“ este caso exponen los contribuyentes,
“ franquearán gustosos la indicada con-
“ tribución ... etc.”
En la época en que el Cabildo toma es­
ta resolución se encontraba al frente vde la
parroquia el Presbítero Juan Dámaso
Fonseca.
Declaración de Don Benito Brioso. —
Se trata de uno de los primitivos poblado­
res de Maldonado. Integraba el grupo de
pobladores enviados por Viana en 1755,
siendo en ese entonces un adolescente de
dieciséis años. Transcurridos cuarenta y
cuatro años, en 1799, don Benito Brioso,
—que era el único sobreviviente de aquel
grupo inicial— hace una declaración que
está contenida en el ‘‘Expediente obrado
sobre construir de cuenta de la Real Ha­
cienda una Iglesia en Maldonado”.
Es este un valioso testimonio en el que
sí ! hace referencia a la primera capilla que
tuvo Maldonado. Dice así:
‘‘En la ciudad de Maldonado, a los 22
‘‘ del mes de Octubre de 1799 el Sor, Mi-
“ nistro de Real Hacienda de esta ciudad
“ Don Rafael Pérez del Puerto, hizo corn-
“ parecer a su presencia a Benito Brio-
“ so... Dijo llamarse don Benito Brioso
“ natural de Cádiz en España de donde
“ vino muy pequeño a esta Provincia por
“ razón de un hermano mayor que tenía
‘ ‘ en ella que ya es difunto: que en el año
“ de 1755 vino de poblador a este destino
“ juntamente con dicho su hermano y
“ otras familias remitidas para el efecto
“ de poblar, por el Sor. Viana con lo cual
“ se formó el Pueblo a una legua de dis-
“ tancia de donde está en el día, en el pa-
“ raje en que se halla hoy la Caballada del
“ Rey del Diario cerca del Portezuelo que
“ llaman de la Ballena, en donde hicieron
1
“ sus ranchos, y una Capilla provisional,
“ todo de paja, en cuyo paraje se mantu-
“ vieron como cerca de dos años en que
“ habiendo venido dicho Sor. Yiana, como
“ a fines del año siguiente de cincuenta
“ y seis, les dijo debía mejorarse la situa-
“ ción del Pueblo poniéndolo en mejor te-
“ rreno, y acercándolo cuanto fuese dable
“ a este puerto para su respectivo resguar-
“ do, lo cual se verificó inmediatamente
“ señalando y delineando Población don-
“ de hoy existe, en la cual hicieron cada
“ uno los ranchos para su correspondien-
“ te habitación y seguidamente se hizo por
“ los mismos pobladores una Capilla pro-
“ visional en el mismo paraje en que está
“ la que hay en el día, por ser terreno que
“ se señaló para Iglesia cuando hubiese de
“ fabricarse, par cujra Capilla Provisional
“ suministró un estanciero de Pan de Azú-
“ car, porción de adobe crudo, y de Mon-
“ tevideo se trajo un poco de teja, que to-
“ do lo condujeron los mismos pobladores
“ con sus carros, el que los tenía, y según
“ podían, y así todos trabajaron en la
“ formación de dicha Capilla que se hizo
“ de barro y madera de los Arroyos más
‘‘ inmediatos, que ellos iban a buscar; que
“ al poco tiempo fue menetser reedificar
“ otra Capilla por lo débil de los materia-
“ les, no tenía consistencia y así se fue
“ repitiendo continuamente la diligencia
“ de su recomposición hasta que se puso
“ en estado de rr poder subsistir; y ha-
“ biéndose caído la volvieron a levantar;
“ parte con adobe y parte con palos, apro-
“ vechando la teja que se pudo con lo que
“ se echó como la mitad y lo restante se
“ cubrió con paja, quedando más reduci-
“ da dicha Capilla, cuya obra se hizo por
“ los mismos vecinos a que concurrieron
“ con sus personas, hijos, carros, muebles,
“ y otros auxilios; y algunos como el de-
“ clarante dando también algún dinero
“ por vía de limosna, haciendo cada cual
“ lo que podía para que hubiera Capilla,
“ aunque pequeña y nada decente.”
El rancho primitivo al que se alude en
estos documentos, funcionó^tomo iglesia
hasta el año 1801. Eñ ese año se efectúa
el traslado a la parte Sur Este del Cuar­
tel de Dragones que se habilitó como ca­
pilla. Le correspondió al citado presbítero
Juan Dámsao Fonseca que gobernó la Igle­
sia hasta 1802, el traslado del Santísimo
Sacramento del rancho primero ubicado
como se dijo antes, en el lugar donde está
el templo actual, al Cuartel de Dragones,
hecho que tuvo lugar el 31 de enero de
1801. El traslado se efectuó a fin de ini­
ciar la construcción del nuevo templo pa­
ra lo que se contaba ya con fondos que
eran las rentas producidas por la venta de
cueros. Al principio empezaron a recibir
las quintas partes del producto líquido de
pieles y aceite de lobos por cuenta de la
Real Hacienda. La construcción, iniciada
en 1801, se continuó durante unos cuatro
S a lid a de m isa en el M a ld o n a d o de 1 8 7 4 . O le o
d e l p in to r a rg e n tin o A u g u sto B a lle rin i. A la d e re c h a
se ve p a rte de la C o m a n d a n c ia . D e la Ig le s ia se
ve el ca m p a n a rio .
colocaron ariba del primer médano de are-
años, hasta cerrar una de las bóvedas y las
otras dos con los arranques necesarios pa­
ra terminarlas. Pero los ingleses asaltan
la ciudad y se paraliza totalmente la obra.
Detengámonos un momento en los, pri­
meros años transcurridos desde la funda­
ción de la ciudad hasta 1801, para desta­
car algunos hechos esenciales de este pe­
ríodo. Por lo pronto debemos destacar, que
recién en 1764 empiezan a figurar las ins­
cripciones bautismales al ser considerada
Vice-Parroquia. Se eleva a la jerarquía de
Parroquia en 1778.
 Los sacerdotes que estuvieron a su fren
te desde 1763 hasta 1801 fueron:
Fray Matías Cabral ................... 1763
Pbro. José Eusebio Galeano . . . . 1765
Fray Juan Pedro Al varado . . . . 1767
Fray Martín José Ramos .......... 1768
Fray José Planes ....................... 1770
Fray José Soto ........................... 1771
Fray Miguel Bartolomé ............ 1772
Fray Gabriel Méndez ................. 1773
Pbro. Antonio Tordesillas.......... 1770
Fray Isidoro García ................... 1781
Pbro. Juan León Ferragut . . . . 1782
Fray Joaquín Salvadores.......... 1780
Pbro. Manuel Antonio Collantes 1701
Pbro. Juan Dámaso Fonseca .. 1792
hasta 1801
Las relaciones de los párrocos con el
cabildo eran casi siempre amistosas, usan­
do frecuentemente de ceremoniosas aten­
ciones en sus tratamientos. Entre los más
destacados sacerdotes que unían a su pre­
paración indiscutible una proporcionada
rectitud en sus funciones se cuenta Juan
Dámaso Fonseca. Constituyeron en gene­
ral un factor de orden en aquella época de
lentas gestaciones institucionales y un ele­
mento a menudo ilustrado en cuyas manos
se halló no pocas veces la enseñanza de las
primeras letras.
En cuanto a la vida religiosa que ha­
cían los habitantes de esta pequeña pobla­
ción estaba regida por las normas del po­
pularizado “ Catecismo de Astete’’ en el
que se resumían en breves fórmulas sin
explicaciones, los pecados, las virtudes, y
los puntos fundamentales en que bebía
apoyarse la moral cristiana. Las festivida­
des correspondían a las tradiciones hispá­
nicas y así vemos que, aparte de los do­
mingos, en que tenían la obligación de
concurrir a la iglesia, muchos otros días
del año —por estar dedicados a diversos
aspectos del culto—, estaban también obli­
gados a visitarla.
El Cabildo asistía en corporación a la
iglesia determinados días del año por lo
que se consideraron con el tiempo días fe­
riados. Entre ellos veamos los siguientes:
20 de enero, cumpleaños del rey Carlos
III; 2 de febrero, la Candelaria; 29 y 30
de mayo, víspera y día del Santo Patrono
San Fernando en el que se sacaba el Real
Estandarte y se realizaba una procesión;
25 de agosto, día de la Serenísima prince­
sa de Asturias; 4 de noviembre, día del
Rey Nuestro señor; 8 de diciembre, la pu­
rísima Concepción. Además estaban los
Oficios de Seman Santa, pascua de navi­
dad y pascua dé resurrección, y una de las
más solemnes festividades, la de Corpus
Christi.
Como dejamos dicho antes, desde 1801
la iglesia empezó a funcionar en la esqui­
na S.E. del Cuartel de Dragones. Allí per­
manecerá hasta 1835. Los sacerdotes que
rigieron la parroquia en ese período fue-
ron :
Pbro. Manuel Alberti ................ 1802
” Francisco Javier Acosta . . 1808
” Gavino Fresco ................ 1809
’’ Feo. Javier Acosta ......... 1814
” Gavino Fresco .................... 1822
” Manuel Herrera ............... 1826
” Feliciano Rodriguez . . . . 1830
” Dr. J. B. P. Ramirez___ 1832
” Feliciano Rodriguez . . . . 1833
” Manuel Vela ............. 1835
” Rafael de Cubas ................ 1835
Al presbítero Manuel Alberti le corres­
pondió la defensa de la población de Mal-
donado durante las invasiones inglesas que
por más de dos meses asolaron a esta ciu­
dad. Fue en esa ooprtunidad, en que, la
parte que se llevaba construida de la igle­
sia nueva, sirvió de baluarte y trinchera
para la heroica defensa. Extractamos de
dos documentos las cláusulas esenciales
que se refieren a estos hechos: El primero
es el relato de “ un vecino honrado de
Maldonado’’ que dice:
“ A las 10 de la mañana del 29 de Oc-
“ tubre de 1806 dio parte el Piloto de la
“ Vigía al Comandante de la plaza D.
“ Juan José Moreno, de siete embareacio-
“ nes a la vista que venían del oeste en
“ popa para el puerto, con viento favo-
“ rabie, mar bella y a toda vela, y desde
“ luego se distinguieron un navio y dos
“ fragatas de guerra que venían delante
“ con embarcaciones menores, sucesiva-
“ mente se dio parte de más buques hasta
“ el número de 13 siguiendo el mismo
“ rumbo.
“ ... Desembarcados que fueron los in-
“ gleses a las 5 de la tarde, ya vinieron
“ para el pueblo atravesando los médanos
“ sin hallar oposición. Media hora antes
“ de ponerse el sol salió nuestra gente de
“ la plaza de Maldonado en número de
“ 22U hombres poco más o menos al man-
“ do del Capitán de Blandengues D. Mi-
“ guel Borrás.”
Con el mayor espíritu marcharon y se
na al oeste de la ciudad cuando ya los in­
gleses 'estaban muy cerca, pero como las
cureñas que llevaban los cañones se halla­
ban enterradas en la arena no pudiendo
hacer uso de la artillería y exponiéndose
a perderla, dispusieron sacarla para colo­
carla en terreno firme y dedicarse a orga­
nizar la defensa del pueblo colocando una
pieza de artillería al pie de la torre y las
demás en las boca calles por donde po­
drían entrar. Luego de esto continúa:
“ El número de los enemigos era muy
“ superior a los nuestros, que se defendie-
“ ron con mucho valor hasta que se vie-
“ ron precisados a trepar a la iglesia nue-
“ va, otros en las azoteas del ministro,
“ otros en el cuartel y en otros parajes
‘‘ hasta que se rindieron...
“ Por no haber capitulado los jefes y
“ que estos se retiraban con sus familias
‘‘ salieron a 'pie sin más que lo encapilla-
“ do, huyendo y encaminándose a la Villa
“ de San Carlos adonde pasaron la noche
“ en medio de llantos y gemidos que era
“ una compasión... — Relato por un ve-
“ ciño honrado de Maldonado que vio y
“ presenció todo lo acaecido y caminó a
“ pie en dicha noche con su familia hasta
“ la villa de San Carlos.”
De la “ Exposición de los vecinos de
Maldonado al Cabildo de Montevideo sobre
la conducta de los ingleses”, tomamos es­
tos párrafos:
“ Por haberse atollada en los médanos
“ que intermedian una pieza del tren, y
“ por otras consideraciones, retrocedimos
“ y nos fijamos en el alto en que está si-
“ tuada la Torre de observación en uno
“ de los extremos de esta Población, vleu
“ do que hacia ese punto se dirigía y ajiro
“ ximaba la primera y más gruesa de las
“ tres columnas en que venía dividido el
“ Ejército Enemigo. Allí hicimos fuego de
“ cañón y de fusil, hasta que arrollados
“ por un número excesivamente superior,
“ dispersaron muchos de los nuestros, y
“ por no ser cortados de la columna ene-
“ miga que entraba ciñendo el Pueblo por
“ el norte, se retiraron con dos pieza,s del
“ tren los cuales después han servido con
“ celo en las Partidas de observación de
“ esta Plaza. Los restantes, internándose
“ hasta la Plaza de este Pueblo, se colo-
“ carón, unos en la casa que servía al Mi-
“ nisterio de la Real Hacienda, y en sus
“ azoteas, y otros en la obra de la nueva
“ Matriz que se está construyendo. Desde
“ allí hicieron un fuego vivo y tan obsti-
“ nado que no cesó, hasta que cercados y
“ acometidos por las tres columnas reuni-
“ das, los que estaban en el Ministerio
“ quedaron, unos muertos y otros heridos;
“ los Ingleses de este modo Señores de es-
“ ta Ciudad al anochecer del día 29 de
“ Octubre, habiendo tenido de pérdida
“ treinta y siete muertos y más de cua-
“ renta heridos, que hicieron mucho em-
“ peño en ocultar...
“ Desde ese momento comenzó el más
“ inhumano saqueo. Principiaron el regis-
‘‘ tro de las casas . . . ” etc. ‘‘ Se alumbra-
“ ban para cometer estas inhumanidades
“ terribles con la cera que encontraron en
“ la Iglesia, de la que, sin duda no saca-
“ ron otras cosas porque con tiempo nues-
“ tro Cura Vicario, el Dr. D. Manuel Al-
“ berit las había extraído y ocultado.”
“ ... “ Las quintas fueron saqueabas a
“ excepción de una que se reservó para
“ la mesa del General. Los caballos, bue-
“ yes, ovejas y cuantos animales había en
“ el ejido de esta ciudad fueron tomados
“ para servicio y consumo.” ... “ Todos
“ los papeles de la Real Hacienda y su-
“ perintendencia de estas nuevas pobla-
“ eiones, los de la Comandancia militar y
“ los vuestros, Ilustre Cabildo, fueron o
“ rotos o arrojados a ias calles. El Hospi-
 “ tal fue enteramente saqueado la prime-
‘‘ ra noche. . . ” etc. 1‘Nuestra Santa Re-
“ ligión fue atacada en un cartel público,
“ en el cual se afirmaba que con corta di-
“ ferencia era la misma que su secta. Este
“ intolerable papel fue arrancado púbii-
“ camente por nuestro Cura, por lo que
“ fue reconvenido por el Secretario del
“ General. No obstante el cuidado que se
“ tenía de hacer todas nuestras funciones
“ de secreto, y sin el menor estrépito, y
“ la centinela que día y noche estaba en
“ la puerta de la Iglesia, muchas veces fue
“ preciso cerrar del todo las puertas du-
“ rante la celebración para evitar el que
“ nos turbasen la quietud necesaria para
“ tales actos. Empezaron, y siguieron to-
“ mando la madera, tablas, y andamios de
“ la obra de la nueva Matriz que se está
“ construyendo, para caballos de frisa y
“ otros usos, las herramientas y útiles del
“ obraje, como también, más de trescien-
“ tas fanegas de cal, no obstante las sú-
“ plicas y solicitudes de nuestro Vicario,
“ y su presentación por escrito ante el Go-
“ bernador de la Plaza, reclamando a lo
“ menos el importe de estas propiedades
“ del templo, a la que, no dieron otra con-
“ testación que llamar su persona a su
“ presencia e intimarle por medio del in-
“ térprete después de varias expresiones
“ insultantes estando presente el General
“ en Jefe, que inmediatamente saliese del
“ Pueblo bajo el pretexto de que se co-
“ rrespondía con el jefe del campamento
“ español que estaba en Pan de Azúcar.
“ Fue desde allí acompañado del Prebos-
“ te, el que no se quitó de su lado Tiasta
“ la última avanzada, sin que pudiese sa-
“ car más qu esus breviarios y un poco de
“ ropa por medio de su criado. Esta tro-
“ pelía nos hirió en lo más vivo. Qúitán-
“ donos nuestro amado Cura, nos pirva-
“ ron de sus exhotraciones, consejos, ejem-
“ píos de fortaleza, limosnas, solicitudes,
“ y empeños ante losí jefes Ingleses a nues-
“ tro favor, en una palabra de nuestro
“ refugio y consuelo. En su ausencia hi-
“ cieron notable daño en su ropa, en sus
“ libros, y útiles de casa. No respetaron
“ más a su Teniente Dn. Francisco Ja-
“ vier Acosta y Gómez después de expul-
“ sado nuestro Cura, queriendo obligar a
“ este buen sacerdote a que diese sepultu-
“ ra con el rito católico acostumbrado en-
“ tre nosotros según el Ritual Romano;
“ que presidiese el funeral y que en nues-
“ tro cementerio sepultase el cadáver del
“ Teniente de Carabineros Dn. Francisco
“ Rondell muerto por los nuestros en una
“ de sus salidas al campo. Por haberse ne-
“ gado a estas solicitudes, tuvo que ocul-
“ tarse todo un día en una Quinta, mien-
“ tras le dieron sepultura con el rito pro-
“ testante, en lugar profano, como debía
“ ser.”
Otro de los sacerdotes que figura en
la nómina precedente, Gavino Fresco, fue
nombrado en 1826, Vicario General Dele­
gado para la campaña de esta Provincia.
Mientras tanto, el acaudalado vecino
de esta ciudad, Francisco Aguilar, se di­
rige al gobierno de la provincia para ma­
nifestarle que la numerosa población de
Maldonado se veía con más de cien jóve­
nes que no participaban del beneficio de
una instrucción de primeras letras y que
era de la mayor urgencia la construcción
de un local apropiado para el estableci­
miento de una escuela pública por el sis­
tema lancasteriano. sta escuela existía ocu­
pando un salón alquilado el que, por su
pequeña extensión no daba cabida para
otros alumnos. Pasaron unos años, y se
construyó el local para la escuela, en el
terreno lindante con la Casa Capitular
(donde actualmente se encuentra la Co­
misaría). Una vez terminado este edificio
se pensó que era mejor disponerlo para
iglesia en vez de escuela ya que se consi­
deró más necesario pues la capilla del
Cuartel de Dragones se llovía en todo su
interior, tanto, que ni aun en la sacristía
se podían tener los ornamentos del culto
sin averiarse.
Le correspondió al presbítero Rafael de
Cubas en el año 1835, proceder al trasla­
do del cuartel de dragones a este nuevo
edificio que sd conoció después con el nom­
bre de “ capilla de Aguilar”, mientras se
esperaba la terminación del templo que
seguía inconcluso.
 Aquí empieza una tercera etapa, que va
de 1835 hasta 1895. En este período, los sa­
cerdotes que regentean la iglesia son:
Pbro. Rafael de Cubas .. 1835 a 1852
” Juan Manresa..... 1852 a 1873
” Pedro Podestá ....... 1873 a 1906
Durante el transcurso de la Guerra
Grande (1843-1851), el templo en cons­
trucción sirvió para colocar baterías, lo
que se hizo sobre la parte techada, en el
atrio. Preguntarse porqué no se termina­
ba la obra es u$i poco desconocer la dure­
za económica, de aquellos tiempos en un
pueblo del Interior. Si bien las entregas
anuales que se habían asignado para con­
tinuar la construcción seguían vigentes, en
muchas oportunidades se echaba mano de
ese dinero para cubrir otras necesidades
más urgentes.
El 29 de abril de 1870 la Junta Econó­
mico-Administrativa de Maldonado bajo
la presidencia de Hermógenes Formoso y
actuando en la vice-presidencia Víctor Ba­
rrios, trata este importante asunto: “ Que
existe en nuestra ciudad desde nuestra
emancipación políica un Templo en cons­
trucción, el cual se encuentra con una de
sus bóvedas cerrada y las otras dos con
los arranques necesarios para cerrarse;
que en julio de 1864 la Honorable Asam­
blea Gral. y el Superior Gobierno dispu­
sieron, que de la renta de lobos que produ­
cen las costas de este Departamento se des­
tinaron 9.000 pesos anuales con destino
a la'continuación de este templo y obras
públicas del Departamento se entregasen
anualmente a su Junta Econ. Adm. dejan­
do al cuidado de esta la recaudación...
etc. que posteriormente, cuando la Corpo­
ración debía empezar a percibir esa can­
tidad, el Sup. Gobierno dispuso de ella,
adjudicándola a otros usos.
Que la Junta de este Departamento ha­
bía recaudado y tenía en el Banco Mauá
10.000 pesos destinados a la conclusión
del templo antedicho, de cuya cantidad dis­
puso el Gobierno para otros usos en 1868”.
En cpnsecueafíia de todo esto, la Junta
resuelve-por unanimidad autorizar al pre­
sidente para que personalmente reclama­
se al gobierno, la devolución de los fon­
dos que le correspondían del producto do
los lobos desde la fecha en que bahía sido
sancionada la ley, hasta ese momento; y la
devolución de los 10.000 pesos que esta
ban depositados en el Banco Mauá con
destino a la conclusión del templo.
Sin embargo debían transcurrir unos
cuantos años más todavía. Como se sabe,
recién se terminó su construcción en 1895
y fue consagrada solemnemente por el ar­
zobispo Mariano Soler el 27 de octubre de
dicho año. En esta etapa, le correspondió
al Cura Pedro Podestá haber sido el al­
ma máter de la construcción final.
Le fueron hechas algunas modificaciones
al plano inicial. En cuanto al estilo, per­
tenece al neoclásico y tiene cierta seme­
janza con la catedral montevideana, pero,
segiui indica el arquitecto Juan Giuria,
estudiándola con cierta detención nos da­
remos cuenta que entre ambos monumen­
tos existen diferencias no sólo de estruc­
tura sino también por la distinta manera
de estar compuestas las respectivas facha­
das. La planta, que parecería constar de
tres naves, cuando en realidad, solamen­
te la central está dedicada al culto, pues
las otras dos desempeñan el papel de sim­
ples galerías o porches laterales. ¿Cuál se­
rá el origen de estas galerías? Es muy di­
fícil hacer conjeturas sobre este asunto.
No se puede decir que hayan sido desti­
nadas al público, pues en una villa de re­
ducida población como era Maldonado,
bastaba y sobraba con el ancho porche de
la fachada principal”. Agrega el autor de
este estudio sobre arquitectura colon iai,
que tal vez el proyectista quiso imitar los
porches de las iglesias castellanas o para­
guayas o de algunas provincias argentinas
donde las temperaturas elevadas justifican
la presencia de dichos porches. Otra dife­
rencia con la catedral de Montevideo es la
distinta ubicación de los campanarios, en
ésta están colocados fuera de las naves la­
terales y entre ellos se dispuso el vestíbu­
lo de acceso; en cambio en la de Maldona­
do, las torres están colocadas delante de
las galerías que reemplazan a las naves
laterales. “ Es debido a esta circunstancia
que, la fachada de la iglesia fernandina
 tiene más amplitud que la de la^Catedral
de Montevideo, y que de ella se despren­
de una cierta esbeltez y gracilidad que no
se perciben en la última”.
Al año de inaugurado el templo, se tras­
ladó al mismo la imagen de la Virgen del
Santander, rescatada del transatlántico
español “ Ciudad del Santander” que nau­
fragó en la Isla de Lobos el 24 de mayo
de 1895. Efl comen|ario 'detallado de este
importante acontecimiento será motivo de
una próxima nota. Concluyendo por aho­
ra este breve resumen, vemos que las ca­
pillas primitivas de Maldonado fueron:
Desde 1757 a 1801
Rancho ubicado en el mismo lugar don­
de se levanta el templo actual.
De 1801 a 1835
Capilla en la esquina S.E. del Cuartel
de Dragones.
De 1835 a 1895
Capilla de Aguilar, ubicada en la Cua­
dra de la Comisaría actual. Como tes­
timonio de la misma queda el cuadro
de Augusto Ballerini pintado en el año
1874.
De 1895 en adelante
Catedral, inaugurada el 25 de Octubre
de ese año.
Entre los sacerdotes que regentearon la
iglesia después de Pedro Podestà que mu­
rió en 1907, podemos mencionar a Fray
Damián de Finalbergo hasta 1915, Nico­
lás de Cartari hasta 1919, Celestino de
San Colombano hasta 1929, Santiago de
Cavi, y Fray Domingo de Tacuarembó de
1941 a 1954.'
MALDONADO
A LA MANO
Año 1839. Francisco Aguilar hace traer a Maldonado los primeros y únicos ca­
mellos que probablemente se vieron por esta zona. Con el objeto de ensayarlo como
animal paciente y apto para la carga en los terrenos arenosos. Uno de esos raros
ejemplares existió hasta 1860 en la quinta "La Florida”, en las inmediaciones de la
ciudad. La casa de Aguilar en Maldonado, ocupaba prácticamente toda la calle 25 de
Mayo en la cuadra comprendida entre Sarandí y Román Guerra, estando la parte
principal de la misma hacia la esquina de Sarandí, donde existía la sala con pisos
de azulejos pintados a mano. Los galpones de su propiedad quedaban en la acera de
enfrente, sobre la esquina de Román Guerra (actual basa Cantera Adrados).
MAYO de 1855. Durante los días 25, 30 y 31 de Mayo de 1855 se realizaron grandes
fiestas en Maldonado y en San Carlos.
En la plaza de Maldonado hubo Carreras de Sortijas, y las llamadas “Comparsas”
desfilaron por las principales calles pasando luego a casa del Jefe Político donde se
les tenía preparado un refresco. Después de los brindis, el Coronel Bernabé Maga-
riños (Jefe Político), dio un Víctor a la duración de la paz y otro a la unión de los
orientales, aplaudidos por los habitantes de Maldonado presentes en aquel acto. Por
la noche se realizó una tertulia en la casa del Sr. Aguilar (hijo).
Año 1881. En febrero de 1881 el Dr. Juan Ramón Bayley renunció al cargo de
Juez Letrado de Maldonado, pero permaneció en esta ciudad donde abrió un estudio
de abogado en la Calle Florida N.° 146.
7 de JULIO de 1887. Aparece en la costa del Rincón de San Rafael, del otro lado
de La Barra, una ballena de 30 varas de largo. El hecho fue denunciado por Don
Pedro Risso. Al saberse la noticia se hicieron presentes en el lugar gran cantidad de
curiosos, pues si bien ocurría con cierta (frecuencia que el mar arrojara a la playa
una ballena, no por eso dejaba de ser un acontecimiento extraordinario. Al día si­
guiente, y por orden de las autoridades, se comenzó a faenarla.
l.° de AGOSTO de 1888. Tiene lugar la apertura de la Sucursal del Banco Na­
cional en MaldoJtKdo. El Gerente era Norberto Larravide, el Tesorero Manuel Oribe
y el Contador Manuel Silva. Ocupó la casa propiedad del Sr. Mier frente a la plaza,
al lado de la Oficina del Telégrafo.
 20 de NOVIEMBRE de 1889. La Junta Económico-Administrativa de esta ciudad
resuelve, que el camino empedrado al Puerto, se denomine “Avenida Porvenir“.
22 de JUNIO de 1200. Se dispone la creación del Bosque Municipal.
25 de FEBRERO de 1901. La Jefatura de Policía solicita se le conceda la manza­
na denominada “Plaza Oral. Flores” para permutarla con la Instrucción Pública por
ei edificio conocido por “Iglesia Vieja”. Se concede esta solicitud.
Año 190'6. Se procede a la demolición del edificio de la Iglesia Vieja en el te­
rreno que linda con la Jefatura.
MAYO de 1909. Se dispone levantar el edificio de la Comisaría 1.a, obra pro­
yectada por el arquitecto Gómez Ferrer.
20 de DICIEMBRE de 1927. La Asamblea Representativa aprueba el proyecto
de resolución remitido por el Concejo Dptal. a moción del Concejal Alfonso M.
Ortiz, oor el cual se da el nombre de VENTURA ALEGRE a la calle JOSE IG­
NACIO de esta ciudad.
JULIO de 1925. Se inauguró oficialmente la Sala de Pros. Auxilios que se había
instalado en esta ciudad y que ya venía prestando sus servicios desde poco' tiempo
atrás a la población fernandina. Su Director era el Dr. Samuel Vergara. Ubicado en
la calle -San Carlos, el local presentaba características precarias como es de suponer.
La parte alta del mismo, el altillo, era la pieza habitación de Doña Manuela R. de
Enríquez, verdadera heroína de la jornada, que durante muchos años se hizo cargo
de las múltiples tareas que exigía la situación; enfermera, limpiadora, acarreadora
de agua, cocinera.
CHUCHO — Fiebre intermitente. Calofrío. En el sentido de calofrío es tan común
el decir tener chuchos, darle a uno un chucho, que si para expresar esta sensación
se usase de la voz castellana, causaría extrañeza.
El médico Antón del Prado
Murió ayer con asma y chucho.
De treinta años ha expirado:
Fue autor del libro afamado
El arte de vivir mucho.
(D. F. Acuña de Figueroa).
“Vocabulario Rioplantense Razonado” de Daniel Granada.
B u r b u j a s en la t a z a de c a fé . — Deben tomarse con cuidado con una cucharita
para que no se deshagan, así feliz en sus empresas y ganará dinero. También las
burbujas hacen las veces de un buen barómerto: cuando el tiempo está bueno, las
burbujas se reúnen en e¡ centro, y si está malo, se agrupan en el borde.
“La vida rural en el Uruguay” de Roberto J. Bouton. (Creencias y Supersti­
ciones).
C O M A D R E J A . — Dicen en el campo que el único animal que tiene partos sin
dolor, es la comadreja. Es el caso que cuando la Virgen Santísima, dio a luz al Niño
Jesús, en el establo no había recurso alguno para preparar algo parle a fin de for­
tificarla, Lo supo la comadreja y en seguida se fue a un gallinero cercano y atrapó
una gallina y enderezó para el establo, presentándose a la Virgen y ofreciéndole la
gallina que ésta aceptó y con la que hicieron un buen caldo. Agradecida la Virgen
por tan gran favor, le concedió la “Gracia”.
“La vida rural en el Uruguay” de Roberto .1. Bouton. (Creencias y Supersti­
ciones).
 Historia del Periodismo en Maldonado

)
R ese ñ a de los p e rió d ic o s que a p a re c ie ro n

en el d e p a r ta m e n to a p a r t ir de 1873.

María D. de Guerra.

“EL DBPARMTAMENTO” empezó a salir de carácter local; la Sección Oficial encar­

en Maldonado el l.° de octubre de 1873. Se gada de dar a conocer las disposiciones o
editaba en la imprenta del mismo nombre, si­ edictos del gobierno central o municipal así
tuada en la calle 25 de Mayo N.|° 87 entre las como los estados mensuales de la inversión
de Sarandí y Rocha (actual Román Guerra) de las rentas municipales;el Articulo Edito­
en la casa del Sr. Morrison. Aparecía dos rial; el Folletín; los Avisos, y a veces las
veces por semana los jueves y los domingos, publicaciones solicitadas, que solían dar lu­
y el precio del ejempuar era de $ 0.20. El gar a polémicas enojosas.
único nombre que figuraba a su frente era el No siempre se conservó dentro de estas ca-
de Agustín de la Cruz Carduz, gerente del
mismo. Los editoriales los escribía Ruperto
Fernández, que desempeñara diversos cargos
públicos de importancia: Oficial l.° de la
Jefatura Política y de Policía en 1869. Encar­
gado de la misma en 1870; Presidente de la
Junta Eeconómica Administrativa en 1872.
Natural de Montevideo se habla afincado en
Maldonado casándose en esta ciudad con Her­
minia Perea en 1874.
En cuanto a Agustín de la Cruz Carduz,
también natural de Montevideo pasó en su
juventud a residir a Maldonado donde actuó
como Gerente de “El Departamento”' desde
1873 hasta 1880. Anteriormente a esa fecha
había estado vinculado a los hijos del Co­
ronel Venancio Flores siendo tipógrafo en la
imprenta de “La Idea” según un artículo de
Fernández Saldaña, publicado en el Suple­
mento de El Día (Marzo 27 de 1949). Casado
con Dorotea Silva (en la Parroquia de Mal-
donado está la partida de bautismo de un
hijo de ambos nacido en 1883), enviudó y se
casó en segundas nupcias con Juana Viera,
teniendo hijos también de este matrimonio
cuando ya pasó a residir a Rocha. Trabajan­
do siempre como periodista dirigió en San
Carlos en 1881 “El Eco del Pueblo”, y más
tarde en Rocha “El Pueblo”; “El Imparcial”
y “El Progreso”.
Volviendo a “EL DEPARTAMENTO”, com­
puesto de dos páginas en un formato de 30 x
40, traía una Sección especial llamada Gace­
tilla —tai nomo acostumbraban hacerlo otros
periódicos dé- la época— en la que se daba
una información sumaria de toda clase de he­
chos, desde noticias de distinas partes del Aguttín de la Cruz Carduz
mundo, hasta los hechos más insignificantes
 'i i \
» - r - l * - ' - * - '* ■ ■— H W
Ca y«hu« ,Mjf li ioupreata de VI noojlir** doj Teces por Tomaos.—Gerente: S t i b t i i
Iw»*is<tiítíBiys*:
racterísticas pues en les siete años de su exis­
tencia modificó algo sus Secciones, pero man­
teniéndose dentro de esas líneas generales.
Durante varios meses del año 1880 publicó
con el titulo de “Correspondencia”, unas cró­
nicas enviadas desde París a la redacción
del periódico por Alfredo Herrera. Cuando “El
Plata” de Montevideo se permitió informar
que la interesante correspondencia de París
que publicaba “El Departamento” era tomada
de “La Prensa” de Buenos Aires, le enviaron
una de las carillas en que venía la crónica
para que pudieran ver el franqueo, la direc­
ción, la firma, y comprobando la falsedad de
la noticia se retractaran de ella.
A pesar de su formato pequeño y de tener
solamente dos hojas, traía un material nu­
trido, pues incluía íntegros —y ésta era otra
característica de los diarios de la época—-
extensas piezas oratorias; proyectos de re­
formas presentados al gobierno, las visitas a
las poblaciones rurales; la reseña de los acon­
tecimientos sociales, etc. Ante ciertos hechos
de importancia trascendental que había que
comunicar de inmediato a la población, se
imprimía y se daba a 1a. circulación una Hoja
especial' o Suplemento que, además de salir
cualquier día de la semana, permitía publi­
car holgadamente las noticias especiales que
se querían trasmitir. Así ocurrió por ejem-
ploa cuando la explosión del Cuartel de Ar­
tillería, hecho ocurrido en Montevideo en no­
viembre de 1877.
Respecto a las visitas a las poblaciones ru­
rales mencionadas anteriormente, se trataba
de una disposición puesta en práctica por el
entonces Jefe Político del Departamento Vi­
cente Garzón en mayo de 1878, mediante la
cual los Comisarios seccionales de todo el De­
partamento tenían la obligación de visitar
mensualmente las poblaciones rurales de su
sección respectiva y enviar luego a la Jefa­
tura una lista con los nombres de los dueños
de las casas visitadas, especificando las de­
nuncias hechas por robos de haciendas o
cualquier otro tipo de derecho agredido sea
en sus propiedades o en sus personas. Esta
medida tendiente a erradicar de la campaña
a los bandoleros y ladrones y velar por la
seguridad de sus habitantes, obedecía a un
vasto plan de carácter nacional. La publica­
ción periódica de esas relaciones que hacía
“El Departamento”, y que constituían en al­
iT lalden ado , J tirv c * 19 ú t Ao% ie iu b rc »le 1 8 7 1 H'iu b . 1 1 8
J A J i » ------------ g .M i»iiT Ti_.j_ _ g j_ g iim » « -------------------!---------------- " " ------------- —
dí u T a h o it .— Suscricion toeueual: l peso—Niim. suelto: 20 ets.
gunos casos veidaderos relatos, hizo que “El
Ferrocarril” de Montevideo, de agosto de
1878 se ocupara extensamente del asunto con­
cluyendo que: “El sistema observado en Mal-
donado. no dudamos se hará extensivo a to-
tods ios #lemás departamentos”.
Evidentemente constituía un importante
avance en cuanto al conocimiento del propio
territorio lo que se traducía en una garantía
de seguridad para sus habitantes el hecho de
poder apreciar en pocos días el estado de
cada sección del extenso deparmento “con sus
serranías escabrosas, palmares y montes in­
accesibles; bañados inmensos; médanos y are­
nales”.
En lo que se refiere a la difusión del pe­
riódico podemos establecer que fue uno de
los más comentados y difundidos del Interior.
Por ese entonces Minas editaba “La Unión”,
y Rocha que foimaba parte aún de Maldona-
do, tenía su vocero propio, “La Ley”. Entre
los editoriales de Ruperto Fernández debe­
mos destacar el correspondiente al 14 de mar­
zo de 1879 referente a la erección de Rocha
en Departamento. La separación tuvo lugar
en el año 1880 efectuándose grandes fiestas
durante el mes de agosto de ese año. Reunido
el pueblo en la plaza de Rocha, se elevó un
gran globo hecho por un aficionado que lu­
cía el letrero: ROCHA DEPARTAMENTO.
Hubo concentración de las distintas escuelas,
el Colegio Oriental y el Hispano-Americano
y abundaron los discursos entre los cuales
era de destacar el de una joven de color, En­
riqueta Olivera, que mereció del público una
lluvia de aplausos y bravos. Probablemente
porque hasta hacía muy poco tiempo se les
negaba a los negros participación en las fies­
tas, aunque estas fueran públicas, el pue­
blo se congratuló al saber que había quienes
los consideraran iguales a todos. En el se­
gundo día de fiestas se realizó un baile des­
tinado a la sociedad de color en el que los
invitados especiales fueron obsequiados con
“tangos” cantados por “dandys” y “ninfas”.
Uno de los asuntos de los qu se ocupó con
preferencia “El Departamento” fue el relativo
a la descentralización de las Juntas Departa­
mentales un tema muy importante que servía
como comentario de muchos políticos y cons-
titucionalistas. En cuanto a la imprenta en
donde se editaba, poseía una magnífica pren­
sa mecánica y se encargaba de toda clase de
trabajos tipográficos. S3 imprimía también
allí “El Carolino” desde que empezó a salir
el 4 de noviembre de 1877, y que tuviera vida
efímera. Pero el local de la imprenta era
además, el centro de reunión para el comen­
tario obligado de todas las noticias que» por
lógica, llegaban allí primero pues era donde
se recibían los diarios de la capital y de
Buenos Aires. A la llegada de las diligencias
la imprenta se ocupaba de repartir a domici­
lio los periódicos o las revistas a los sus-
criptores. Era también el emporio de las no­
velas ilustradas y de las novedades editoria­
les. Así por ejemplo en agosto de 1875 co­
municaba que acababan de recibirse y esta­
ban a la venta a precios increíbles desde cua­
tro reales hasta ocho, una serie de novelas
con infinidad de grabados intercalados en el
texto entre cuyos títulos se hallaban: “El ha­
da de las playas”, “La pipa Turca”, “Los ca­
labozos de la Torre de Nesle”, “El purgato­
rio de las mujeres”, “El pilluelo de París”.
Los libros que se editaban en Montevideo
eran recibidos aquí inmediatamente y publl-
citados a. través del periódico. Por ejemplo,
el anuncio en diciembre de 1879: “el poeta
Gordon va a publicar en folleto todos los ar­
tículos que escribió con motivo de la masacre
W III ii I I I
de Rosa Meinbra y familia agregando mlcmrtH
las defensas que se hicieron para salvar la
vida de los que bajo la acción de la Justicia
desaparecieron del mundo de los vivos <d 11
del corriente”. En octubre de 1889 se Infor­
maba que estaban a disposición de todos los
que quisieran suscribirse las cuatro prime­
ras entregas de la colección de poesías de
autores americanos en selección hecha tam­
bién per Eduardo G. Gordon, titulada “Ecos
y Aimonías”. “El Departamento” salió hasta
fines de 1880. Ya el 2 de diciembre de ese
año Agustín de la Cruz Carduz está radicado
en San Carlos donde aparece como director
de un nuevo periódico: “EL ECO DEL PUE­
BLO” bi semanal, con imprenta y adminis­
tración en la calle de Carapé N.° 80 esquina
Treinta y Tres, (Plaza 19; de Abril). En
marzo de 1881 se trasladó a la Calle 18 de
Julio N.° 89, casa que ocupaba el Hotel Orien­
tal de Pedro Cruz y Costa, y unos meses
después se traslada al N.° 159 de la misma
calle esquina Santa Teresa. Presentaba el
mismo formato y característica de “El De­
partamento” y salió hasta julio de 1883.
Un nuevo periódico vio la luz en Maído-
nado en abril de 1882: “EL PORVENIR” cu­
yo director era Américo Pintos y adminis-

I M PR li N T A

CALLE DEL 25 DE MAYO, entre las da SARALDI y ROCHA

— • —

Este establecimiento, que pasée una magniüca prensa mecánica, se encarga de'loda
clase de trabajos tipogni&cos, tales como carteles de pocas dimensiones, de remate* 6
anuncios, esquelas de invitaciones, circulares, esquelas mortuorias, targetas y todo otra
rebajo. En breve recibiremos un surtido de letrones para grandes cartelones.
El esaiero y limpieza de los trabajos está garantido con la prensa mecánica Ellos
m burée á precios jaódicos.
 tniilnr A. Miranda, y se editaba en la Escuela
l'ainfi' z. Peída el primer número: “Al pre-
sentiir al público fernandino esta humilde ho­
ja (lucremos hacer ver, que, como antes, es
dirigida y redactada por alumnos de la Es­
cinda Ramírez los que no desmayan aunque
; an muchas las dificultades con que tengan
(pío tropezar siguiendo siempre con vigor en
id camino del progreso’’. En realidad, el pri­
mer periódico que se editó en la Escuela
Ramírez fue “EL PORVENIR DEL ESTU­
DIANTE’’ que apareció el 17 de agosto de
187!) bajo la dirección del maestro Silvestre
Umérez. Los dos primeros números fueron he­
chos a pluma por los mismos alumnos que
lo redactaban.
Después se editó por la imprenta de “El
Departamento”. Este progreso demuestra el
favor que le dispensó el público. La suscrip­
ción costaba íji 0.10 mensuales y aparecía los
Libros! Lib ro s!
P ic h i n c h a !
¡Gran
En IS Implanta dn £1 D*partamnitj se hallan de la
venia las siga: inte« obras:
Noches de Tnrcosto Tesso, 1 lomo, 12 cts.
Palabras da ca creyente, per K, <}u (a Heoais, 1 to­ Manuel
no, 12 cts.
La Priocesa da Clarmont, uoceU histórica por ma-í Salvador Aguiar, Jacinto Aberastury, Carlos
dama de Genlu, 1 1. 20 cía.
El Tedapli» da Vanus ea Gnido, por Montosouieu, 1 1 Valdivio Tassano, Santiago Clauser, Román
t. 20 cts.
Alerte, incaulaa—Atalaya ob»®rvalorla dn amboi I Ouerra.
s eios, ó sean medios j ardides de que se vaina p&ra I San Carlos el Ioperiódico
triunfar uoo do otro, etc., etc , por D. Joaquín del diéndose hasta el 29 de abril dede1883,
Castil'o, 1 t. 20 cts.
Año 1874
domingos. A pesar del carácter escolar que
revestía no por eso dejaba de atender las in­
formaciones locales.
Allí se escribía sobre los pdoblemas del
depa;lamento, por ejemplo fueron temas tra­
tados, el pueuo, el ferrocarril, el servicio de
vaporcitos, el estado de las calles, los cami­
nos, las turberas, las industrias, etc.
Daba preferencia en sus páginas a las lec­
ciones que s? desarrollaban en los paseos y
que eran verdaderas “lecciones vivas” las que,
una vez de vuelta a la Escuela eran elabora­
das por escrito. Su aparición se extendió hasta
abril de 1880. En abril de 1882 sale pues “EL
PORVENIR” basta diciembre de ese año.
Era semanal y costaba $ 0.08. Tuvo carac­
teres más amplios que el anterior, interesán­
dole en mayor medida las cuestiones locales,
a las que habría de dar, breve tiempo des­
pués singular preferencia, EL PORVENIR se
editó desde el primer número por imprenta
propia costeada por suscripción popular.
Da las consideraciones que se le dispensó
a aquel pequeño periódico semanal, aún fue­
ra de las fronteras departamentales, es tes­
timonio el canje que le acordó la prensa del
país, pasando de cuarenta el número de dia­
rios. periódicos y revistas que se recibían.
Merece destacarse de los temas de su pro­
paganda la campaña emprendida con verda­
dero empuje a favor de las franquicias adua­
neras para fomentar el tráfico comercial por
el puerto de Maldonado, derivándose de ella
un movimiento popular resonante que tuvo
eco favorable en las altas esferas guberna­
tivas.
Cesó el 18 de noviembre de 1883. “Cuando
menos lo esperábamos” —decía un suelto de
la redacción— nos encontramos en la necesi­
dad de comunicar a nuestros favorecedores
que desde hoy cesa “El Porvenir”. Motivos
especiales, de carácter reservado nos obligan
a adoptar esta determinación, en virtud de
que se nos ha hecho entender que no hay
conveniencia en que el periódico aparezca por
Imprenta de la Escuela Ramírez con el ca­
rácter de órgano de los intereses locales que
desde el principio del año ha tenido”.
Colaboraron en esta empresa periodística,
R Miranda (ayudante de la Escuela';
Fe nández. Ambrosio Miranda, Juan Urbín,
Amél ico Pintos, Francisco Mier.
“EL IDEAL”, semanal aparece en
de octubre 1882 exten­
Con ad­
ministración en la. calle Sarandí N° 70, era su
TVrector el ya mencionado Manuel B. Mira nda
y redactores. Segundo Goicochea y Carlos F.
Alvariza. Sus propósitos: el progreso de la
villa, y de! departamento dando especialmente
cabida en sus páginas a la juventud. El for­
mato "ra la. mitad de “El Departamento” por
D que decía: “No juzguen por su tamaño, que
aunque pequeño, hablará en voz tan alta y
clara como los mayores”. En el N° 3 el Di­
rector se separa del periódico urgido por sus
tareas como maestro, pues abrió un Colegio
particular en la calle Pan de Azúcar N° 82,
entre 18 de Julio y Treinta y Tres de San
Carlos, donde se daban clases elementales y
superiores para varones. A partir del 15 de
abril de 1883 renuncia Carlos F. Alvariza por
ausentarse de San Carlos y el 29 sale el úl­
timo número abarcando pues siete meses la
existencia de este periódico.
De mayor duración fue “EL POPULAR”
aparecido el 2 de setiembre de 1883 hasta no­
viembre de 1885. Periódico bi-semanal de la
villa de San Carlos con administración en la
Plaza 25 de Mayo N° 79 mudándose después
a la calle Maldonado N° 62, era su redactor
Olindo D. Antonelli, que ejercía en San Car­
los la medicina autorizado por el Consejo de
Higiene. Es éste un periódico anti clerical que
apoyaba como candidato a Elias Devincenzi.
Sostuvo polémicas con otro periódico de San
Carlos que tuvo vida efímera, " L A C A M P A ­
Ñ A ” (del 7 de set, al 28 de dic. de 1884).
La existencia de “El Popular” abarca un
período de dos años y dos meses, lo que hace»
que se destaque entre otros que circularon por
los mismos años y alcanzaron muy poco tiem­
po Entre estos últimos están, “EL PLATA”,
desde mayo a agosto de 1884, también de San
Carlos, cuyo Gerente-Administrador era Juan
Pedro Ortega, con imprenta instalada en la
calle Ituzaingó N° 61 y “EL MOSQUITO” de
mayo a junio del 84.
Juan P. Ortega dirigió luego otros periódi-
BrouHo d e N o v a
eos como veremos a lo largo de esta reseña.
“El-Plata” tenía como propósitos fundamenta­
les ocuparse de los intereses del departamen­
to “comprendiendo en ellos todas las mejoras
y disposiciones administrativas que concep-
tuemos necesarias para el adelanto y progre­
so de nuestras secciones tanto urbana« como
rurales”.
En cuanto a “El Mosquito", era un perió­
dico de carácter humorístico en cuyo progra­
ma, “no comprometido a nada ni alíjelo a le­
ga o ley alguna”, figuraba el propóalto "do
dejarse ver una vez por semana, Ioh domin­
gos, a la hora del paseo”.
“La Campaña" aparecía los jueves y loa do-
m'ngos, el administrador y propietario era Jo­
sé Z. Bentancourt, ex alumno de la Escuela
de Artes y Oficios. Levantaba “como única
y posible candidatura del Sr. Ruperto Fernán­
dez para representar en el Senado al Depto.
de Maldonado, de quien el departamento tie­
ne el derecho de esperar y espera que contri­
buya a dictar sabias y acertadas disposicio­
nes que redunden en bien y adelanto de los
departamentos todos de la República y espe­
cialmente del nuestro, olvidado siempre por
los gobiernos pasados”.
Sustituyendo a “La Campaña” que dejó de
salir en diciembre del 84, aparece en San Car-
'os “LA VO'Z DEL SUD”, semanario que tie­
ne como Gerente a Juan P. Ortega y Admi­
nistradores a José Z. Bantancourt y O. Egu-
r-en y Avila el 17 de mayo de 1885, extendién­
dose por un año. hasta mayo del 86 La re­
dacción y administración estaba en la calle
Sarandí N° 94 sede de la Tipografía. “La Mi­
nerva”, propiedad de Juan P. Ortega. Su nor­
me de conducta era la misma que sustentaba
“t - '"empaña”: “Independencia y Justicia”.
En favor de la descentralización administra­
tiva d’ los departamentos, prédica que ya ha-
b'a s'do librada por “El Departamento” años
atrás, decía el editorial de “La Voz del Sud”
ele agosto 0 de 1885: “Hace poco tiempo que
nu'stro colega “El Orden”' do Meló inició ’a
idea de la descentralización departamental y
en segu'da encontró muy favorable acogida en
el seno d” la prensa de campaña. Nosotros
que siempre hemos abogado por el progreso
de los departamentos, que siempre hemos
combatido esa inercia en oue yacen casi todos
ios pueblos, incluso el nuestro, que está ago­
nizante, trabajaremos hoy como siempre pa­
ra que esa idea se haga carne. Entendemos
oue procurando el ensanche do la esfera de
acción de las Juntas Econ. Administrativas
indefectiblemente vendrá e! mejoramiento de
todos los departamentos pues es sabido que
el desarrollo de éstos rad'ca en el desarrollo
del espíritu municipal. Es preciso que cada
Junta pueda disponer de todos los impuestos
que paga el distrito que le corresponde, para
que así, ella que ve, que palpa las necesida­
des del pueblo, disponga de los medios nece­
sarios para realizai las mejoras convenientes”.
Eguren y Avila, procurador y comisionista,
con escritorio en la Plaza 25 de Mayo N° 97
de San Carlos, era el redactor.
 “La Voz del Sud” dejó de salir el 9 de ma­
yo de 1886 y el 30 de mayo de ese mismo año
Juan P. Ortega, saca otro periódico: “EL IN­
DEPENDIENTE”, que tendrá una duración
de dos años, hasta noviembre de 1888. Su di­
rector y propietario manifiesta en el primer
número, bajo el título de “La misma tarea”:
“Consecuentes siempre con el deseo manifes­
tado más de una vez de corresponder en cuan­
to nos sea posible a la protección pública que
se dispensa a nuestra hoja, hemos resuelto
darle mayor amplitud a objeto de proporcio­
nar más lectura y espacio a tantos asuntos de
interés general que debemos tratar. La re­
forma será breve. También hemos variado el
título de nuestra publicación por creer el ac­
tual más apropiado a nuestras tendencias pro­
gresistas y exclusivas al departamento de
Maldonado”. Aunque no figuraban los nom­
ines, los redactores eran 'Carlos E. Alegre y
Pedro Fosema’le.
Este periód'co nacionolista, contrario a la
gestión de Elias Devicenzi como Jefe Políti­
co, .ge preguntaba en mayo de 1887: “¿Podrá
Doñ Elias Devicenzi señalarnos un solo hijo
de San Carlos o Maldonado. de los afiliados
a los Partidos Nacional o Constitucional que
él haya llevado a algún puesto público en el
departamento?”. El 5 de junio de ese afio in­
formaba sobre la reunión Constitucionalista
oii8 había tenido lugar en Maldonado y la
formación de la Comisión Directiva de dicho
Partido en esta ciudad, compuesta por: Ber­
nabé Alegre, Manuel Rodríguez, Ramón Pin­
tos. José Lazo, Fermín de León, Manuel J,
Rodríguez, Juan Roux, Adolfo B. Puyo, Fran­
cisco Ortiz, José García, Rafael Urbin. La
Comisión Delegada de Rocha estaba, presidida
por el Teniente Corone' Enrique Yarza, nati­
vo de ese departamento que había combatido
en 1864 a ios revolucionarios colorados que
mandaba el Coronel Venancio Flores y par­
ticipado en el Movimiento que el Coronel blan­
co Timoteo Aparicio encabezó contra el go­
bierno del General Batlle en 1870-1872.. Afi­
liado al Partido Constitucional, cuando éste
se formó en 1880, el que contaba en sus filas
a José Pedro Ramírez y Luis Melian Lafinur
pasó a Rocha con la finalidad de hacer adep­
tos.
El 3 de enero de 1887 aparece también en
San Carlos el órgano constitucionalista “EL
CIUDADANO”, del cual desconocemos su exis­
I
tencia después del 5.° número. Estaba diri­
gido por Martín J. Vidal y Buenaventura Mo­
reno, y la Administración en la Plaza 25 de
Mayo N.° 73. Sus miras eran: “Tratar sea una
verdad la amplia libertad del sufragio en los
próximos comicios”. Por lo que exhortaba a
inscribirse en los Registros Cívicos para ha­
cer uso del derecho al sufragio, pues, “no
usando de este derecho por abandono o negli­
gencia dejamos al albedrío y voluntaá de man­
dones intransigentes, individuos que sólo as­
piran a su bienestar propio sin importarles
del país donde nacieron más que para contri­
buir en holocausto de su engrandecimiento
pecuniario”.
El 31 de diciembre de 1886 se habían reu­
nido en el local del Teatro “Progreso Caroli-
no” varios vecinos con el fin de tratar el te­
ma de las inscripciones en el registro cívico.
De esta reunión surgió la instalación de una
Comisión integrada por Pedro Dutra, Olega­
rio Rodríguez, Buenaventura Moreno, José
Carlos Moreno. Juan Pedro Ortega, Domingo
Cácerog Martín José Vidal, Emiliano Pérez y
Ré’ir: e Herrera, “El Ciudadano” era pues un
semanario que obedecía a la prédica constitu-
cionalista como lo hacían en Montevideo “La
Razón”. “El Siglo", “La Tribuna“, que ten­
dían a que las próximas elecciones fueran, no
una lucha perturbadora de partidos —ellos
proclamaban la disolución de los partidos—
s-'no la formación de una asamblea verdade­
ramente nacional que fuera garantía de le­
galidad y de paz. Además de Enrique Yarza
era también sostenedor del Partido Constitu­
cional el General Angel Muniz, prestigioso je­
fe blanco natural de Cerro Largo.
Desee el 15 de marzo de 1888 hasta fines
de octubre de 1890. es decir, por un período
de dos años y medio, sale “EL 'MUNICIPIO”,
periódico liberal e independiente en la ciudad
de San Carlos, una vez por semana. Su Di­
rector era Olindo D. Antonelli y se publicaba,
por la Imprenta de “LA DEFENSA”, periódi­
co éste que salió durante siete meses del año
1887. Con un formato de 30 x 40 y al precio
de $ 0.15 el ejemplar, expresaba “El Munici­
pio” sus propósitos en el primer número: “El
título que hemos escogido para esta publica­
ción encierra por sí solo el más simpático y
el más hermoso de los programas. Reivindicar
los derechos de la vida municipal, luchar por
la reconquista completa de sus libertades, he
aquí nuestra bandera, nuestra misión, nuestro
programa breve y terminante, el cual resu­
mimos en estas sencillas expresiones: Auto­
nomía Electoral; Autonomía Administrativa;
Desarrollo del Progreso en la más amplia
acepción de la palabra”.
Agregaba en otra parte del mismo número:
“Hace tres años y desde las columnas de “El
Popular” iniciábamos resueltamente una fran­
ca propaganda tendiente a demostrar la ne­
cesidad para el país de la descentralización
de las rentas y de la constitución de los Mu­
nicipios. En una época vorazmente centrali-
zadora íbamos a fracasar, pero nuestro obje­
tivo era echar la semilla en la conciencia pú­
blica. Y he aquí que transcurridos tres años
la faz política se renueva y una de sus ma-
C A lU O 'V K Á M J K lü
I luego en el 1er. número correspondiente al
Í*P R F .M U u0k¡íMTAV." C ititi
MAULADO
im
- ^ -41
nifestaciones es: descentralización de rentas
y constitución del .Municipio”. Continúa en los
números sucesivos con esta prédica desarro­
llando ampliamente el tema y llega a decir:
“Los Constituyentes crearon las Juntas Econ.
Administrativas con»*cierta suma de atribu­
ciones municipales, ellos creyeron ver en es­
tas corporaciones al mismo municipio, pero
no vieron que las Juntas quedutmn u mil le­
guas de representar lo que se entiende por
municipio. Los Gobiernos nos hacen sentir lo­
do el peso de su poder en las cuestiones elec­
torales; ellos nos imponen los Jefes Politicón;
ellos nos centralizan las Rentas; ellos coar­
tan las alas siempre que les convenga; a nues­
tra libre expansión, nos ahogan luego, ¿dón­
de está nuestra autonomía?”.
Llegamos a la aparición de “EL CONCI­
LIADOR”, uno de los periódicos más impor­
tantes que tuvo Maldonado, empezó a salir
en esta ciudad e! l.° do abril de 1888 y se
extendió hasta marzo de 1903.
“El Conciliador” era bi semanal y se im­
primía en la Imprenta Oriental, calle Punta
de¡ Este esq. Florida, establecimiento inme­
jorable que se ocupaba de toda clase de tra­
bajos tipográficos, impresión de obras de gran
formato, libros e impresos en varias tintas. A
partir de mayo de 1893 —y en carácter pro­
visorio—- empezó a salir una vez por semana
debido a carencia de personal.
Esta medida sin embargo no fue obstáculo
para que —en caso de creerse oportuno— se
luciera una publicación especial fuera de la
semanal correspondiente. De la primera di­
rección la Imprenta pasó a la calle 25 de Ma­
ro N.° 87. o sea el mismo edificio que había
utilizado años atrás “El Departamento”.
Se trataba de una coincidencia, pero vamos
a destacar un hecho interesante y es que, en
esa casa —por entonces propiedad de Manuel
Oorlero— había en el pat;o de la misma una
parra nno se consideraba histórica, pues de
ella habP fabricado vino Francisco Aguilar en
1839, y do eso ya se había ocupado “El De­
partamento”. como a su tiempo vino a ocu­
parse también “FJ Conciliador”.
Por u n a circular repartida entre la pobla­
ción el 15 de marzo de 1888 y reproducida
l.° de abril de dicho año, ?■ * establecían estos
principios: “La ciudad de Ma’donado, capital
del departamento, necesita un órgano de pu­
blicidad que defienda con perseverancia y con
altura sus intereses modales y materiales, tra­
tando las cuestiones dentro de los límites del
periodismo culto y llevando al conocimiento
del gobierno con su palabra sobria y razona­
da las necesidades que se sientan y los me­
dios con que a su juicio, puedan ser reme­
diados. En tal concepto hemos resuelto fun­
dar "El Conciliador” pno no será un periódico
oficial ni un órgano de oposición, sino sim­
plemente lo que indica su nombre. Insertará
gratis todo lo que sea de interés público y
rechazará lo oue t'enda a dividir la sociedad,
atanne moral o L-ate do cuestiones personales
en términos inconvenientes. Por lo expuesto
podrá formarse una idea de lo que nos pro­
ponemos contando con el concurso de todos
los que se interesen pr el progreso de este
pedazo de territorio oriental que por su po­
sición topográfica y las riquezas naturales con
que cuenta, está, llamado a figurar entre los
departamentos más adelantados de la Repú­
blica.
Nosotros que aspiramos a ser matriculados
entre el humilde cabotaje, no dejaremos por
eso de contribuir a la labor emprendida con­
vencidos' de que son necesarios también esos
pequeños instrumentos de trabajo para ayudar
en los viajes a los buques de alto bordo que
representan la civilización y el poder en la
esfera de los conocimientos y adelantos hu­
manos”.
B e r n a b é jA le g r e
El Director de “El Conciliador” era Brau­
lio de Nava, español de origen, radicado en
Maldonado. A Braulio de Nava se le atribuye
el haber dado nombre al barrio “Las Deli­
cias” que hasta entonces se llamaba “de Ca­
vallo”. En “El Conciliador” del 11 de febrero
de 1900 salla un articulo que entre otras co­
sas decía: "Las Delicias, será el nombre que,
mientras por otro no sea sustituido, daremos
al pequeño pueblo situado en la parte Sur de
esta ciudad e inmediaciones del gran estable-
cimiento harinero a vapor que los Sres. Ca-
vallo Hnos. poseen en ese magnífico paraje.
Una “Avenida Porvenir’ sólo conducirnos de­
be a un punto “delicioso” y como lo es efecti­
vamente, se encuadra bien la designación con
que desde ya y en lo sucesivo haremos cono­
cer a quienes nos lean, ese pintoresco nú­
c le o ...” etc. Y concluía más adelante: “Pocos
serán los que no concuerden con este cronista
al bautizar solemnemente ese lugar con el
simpático nombre de “Las Delicias”.
Quiere decir que fue en el año 1900, por
iniciativa de Braulio de Nava y a través de
las columnas de “El Conciliador” que surgió
ese nombre, el que poco a poco se popularizó
y pasó a sustituir definitivamente al que te­
nía hasta entonces. Y la Avenida Porvenir
también vio desplazado su flamante nombre
por el de Avenida Das Delicias.
En 1913, cuando se creó el Liceo Deptal.
Braulio de Nava pasó a ocupar el cargo de
bedel, desempeñándose como tal durante los
primeros años de vida del liceo junto con el
primer director del establecimiento, Eduardo
l eón Gordon.
Casado con Antonia Rojo, murió en Maído-
nado en 1924 a los 75 años.
Volviendo a “El Conciliador”’ debemos de­
cir que con el primer número se da comienzo
a la publicación como folletín de “Los Pal­
mares” de Carlos María Ramírez, quien a mo­
do de presentación escribe: “Fue empezado
este romance en 1879 en Córdoba durante las
tristes horas del destierro. “La Bandera Radi­
cal” (1871) publicó una parte considerable de
él. viéndome obligado prcipitadamente a con­
tinuarlo para llenar las exigencias de aquel
periódico. Cesó “La Bandera Radical” y en
una temporada de ocios campestres (18721
quedó concluida; revisada y reformada la
obra. Han transcurrido ocho años y lo doy a
la estampa dominando fundadísimos temo­
r e s... Ha sufrido el romance notables modi­
ficaciones y numerosas correcciones, resintién­
dose, empero de mi inexperiencia en ese gé­
nero de composición literaria. Estoy persua­
dido de que estas páginas no pueden dar re­
nutación a nadie pero me anima la esperanza
de que hagan pasar el tiempo a muchos; co­
mo una de tantas novelas efímeras que se
hacen leer y olvidar a la vez”.
Pe muchos asuntos de interés se ocupó “El
Conciliador” a lo largo de los años y dete-
ne-se en algunos aspectos de su prédica daría
lugar a otro trabajo.
Bregó por la instalación del Puerto de Mal-
donado para la navegación de ultramar el edi­
torial que publicó acerca de ese asunto en
diciembre de 1892 fue reproducido por “El
Día” de Montevideo. Durante el año 1893 se
ocupó extensamente de dos problemas de
gran importancia que afectaban directamente
a Maldonado; uno era lo referente a la ex-
plotación de las Islas de Lobos para que lo
producido por éstas quedara para Maldona­
do y se acabara con las concesiones a parti­
culares, y el otro correspondía al proyecto
que databa de 1891 de construir un lazareto
en la Isla de Gorriti.
Dos meses de vida tuvo “EL OBSERVA­
DOR” de San Carlos, desde el 17 de setiem­
bre hasta el 3 de diciembre de 1893. El Di­
rector era Javier Freire y el Administrador
Tomás E. Fonseca. Se publicaba por la Im­
prenta Popular, calle Sarandí N.° 91 y su
lu á n A le g re
programa consistía en “velar porque los inte­
reses de todos, tanto nacionales como extran­
jeros, sean estrictamente respetados” asi co­
mo ocuparse de la administración de justicia
y de la actividad de los Municipios. Partida­
rio de Máximo Tajes como futuro presidente
de la República.
De enero a diciembre de 1895 aparece en
Maldonado el semanario “LA VOZ DEL ES­
TE” con redacción y administración en la
calle 25 de Mayo N.° 61. En sus once meses
de vida se ocupa^ de distintos problemas que
afectan al departaemnto. Asi por ejemplo la
cuestión de la descentralización administra­
tiva los lleva a plantear las cosas de esta
manera: "Es tal la costumbre de nuestro
pais de ver a Montevideo gastarse las rentas
de todos los departamentos que a muchos
se les figura que es eso natural y lógico, que
no puede haber otra cosa más justa y más
legal.
La fiebre centraiizadora todo lo quiere aca­
parar para Montevideo y creemos que hasta
se figuran que fuera de él no hay nada digno
de tomarse en cuenta. No obstante esto no
se olvidan nunca de recurrir a nosotros, los
“silvestres” como nos ha bautizado un gra­
cioso montevideano cuando se trata de sa­
carnos pesos para una obra cualquiera que
ha de levantarse en Montevideo”. En ese en­
tonces se estaba por construir un nuevo edi­
ficio pen'tenciario y “LA VOZ DEL ESTE”
pedia que se construyese en la Isla de Gorriti,
—lugar donde los penados podrían trabajar
creando un centro agrícola— y no en Monte­
video como un adorno. “Es el vicio eterno de
nuestros gobernantes que no se acuerdan de
tender la mano a la desherada campaña para
ayudarla a salir de su penoso abatimiento.
Tenemos la convicción de que, hoy por hoy,
machacamos en hierro frío; pero no importa.
Si una gota cava una roca, no debemos per­
der la esperanza de que la insignificante go­
ta de nuestra propaganda pueda un día ho­
radar los bien tapados oídos de nuestros go­
bernantes”.
Por otra parte ya el periódico lo había ma­
nifestado en sus propósitos al iniciarse; “Hi­
jos de este departamento siempre abatido por
la desgracia no podemos ver impasibles su
infortunio; nuestro cariño a este pedazo de
tierra es demasiado grande para ver con cal­
ma que Maldonado continúe eternamente en
este estacionamiento material que lo agobia.
Fn poblaciones pequeñas como la nuestra uno
de los deberes del periodista es reunir en una
so1a idea a todos los elementos capaces de
coadyuvar en algo al bienestar social”.
“LA VERDAD”, bi-semanal aparece en San
Carlos el l.° de junio de 1896 con adminis­
tración en la calle Treinta y Tres N.° 84.
Fra su Director el escribano público Andrés
P. Mata y el Administrador Pedro Barrios y
Nansot.
Era un periódico Nacionalista que se pro­
ponía bregar por los siguientes principios:
“Combatiremos enérgicamente el régimen de
la leva para la remonta del ejército y pug­
naremos por obtener la libertad de algunos
ciudadanos hijos del Departamento que pres­
tan servicio a la fuerza en los cuarteles de
la Capital. Haremos cuanto esfuerzo de pro-
poganda nos sea posible en cuanto a la des­
centralización administrativa; lucharemos pa­
ra que los cargos municipales recaigan en
personas progresistas, honestas y patriotas”.
El último número de “LA VERDAD” sa­
lió en noviembre de 1896.
 Nuevamente ve la luz en Maldonado un
periódico de la Escuela Ramírez, es quince­
nal y se llama "LA MAÑANA”. Salió desde
el 9 de agosto de 1896 hasta el 21 de noviem­
bre de 1897. Su Director era Silverio Acosta
Viera, Administrador Augusto Sagristá. En
números posteriores figura, primero como
Cronista y inuego como Director Abelardo E.
Rodríguez. .Decía el editorial dei primer nú­
mero: “Al fundar “La Mañana” lo hacemos
obedeciendo a estas dos causas principales:
l.° Conociendo la necesidad e importancia que
hay en que la juventud se ejercite desde tem­
prana edad en ejercicios de la índole de los
que nos proponemos llevar al terreno de la
práctica, y lo que estos contribuyen al afian­
zamiento y mejora de su educación y 2.° te­
niendo en cuenta el fin humanitario que per­
sigue 1a, Sociedad de Socorros “José P. Vá­
rela” queremos contribuir a su sostenimiento
con lo que produzca la suscripción de este
periódico cuyo importe será entregado men­
sualmente a la tesorería de dicha Sociedad”.
El Director de la Escuela Ramírez era en­
tonces el maestro José Dodera.
Entre los periódicos que nos falta consignar
que aparecieron entre 1897 y 1900 están “LA
PROPAGANDA” y “LA IDEA CUVICA”. Son
los más importantes de ese período en cuanto
a su duración. El primero es de San Carlos
y se extiende hasta 1910 (en su primera épo­
ca), y el segundo, de Maldonado abarca un
período de seis años hasta 1905. Antes de
dedicarnos a la reseña de los mismos, debe­
mos mencionar la aparición de otros, que si
tv-on fueron de corta duración tuvieron su im­
portancia. Ellos fueron: “LA LUZ”, “LA OPI­
NION” “LA BANDERA URUGUAYA” y “LA
LIBERTAD”.
El Director de “LA LUZ” era Emilio Re-
nuesens. Apareció en San Carlos desde el 10
de enero de 1897 hasta febrero de 1898. Des­
tacamos dos particularidades interesantes de
este semanario. Una de ellas fue la tirada
mensus1 de 500 eiemnlares en hoja suelta del
“Indicador profesional” con el objeto de re­
partirla con profusión por el pueblo y la cam­
paña. del departamento. La otra fue el haber
planteado con verdadero ánimo constructivo
la necesidad de hacer un estudio comparati­
vo de las poblaciones de la República, tarea
esta oue emprende aportando valiosos datos
estadísticos.
“LA OPINION” de Maldonado desde el 4
de agosto al 12 de octubre de 1897 tiene como
Director a Américo Pintos Márquez y Admi­
nistrador a Lauro Pintos Márquez, con Re-
dacc’ón en la Calle Punta del Este N.° 148.
Se declara en su primer número como un
neriód'co liberal e independiente, defensor de
ios intereses generales del departamento,
agregando que seria absolutamente liberal,
que eludiría todo debate político y pugnaría
por el imperio de la moral política y la hon­
radez administrativa.
“LA BANDERA URUGUAYA”, periódico bi­
semanal de San Carlos sale el 6 de enero
de 1898 hasta el 2.3 de marzo de 1899. Di­
rector y Redactor Alfredo S. Vigliola, Ge­
rente Administrador Pedro Barrios Nansot,
con oficinas en la calle T. y Tres N.° 82.
Sus propósitos eran: “Afiliado al Partido Na­
cional para luchar por él. por sus principios
y por su honor. No obstante ofrece sus co­
lumnas a todos los ciudadanos honestos para
que el espíritu cívico se levante. Para com­
batir con acritud el vergonzante régimen de
la Leva”.
Pedro Barrios Nansot será Director y pro­
pietario de “LA LIBERTAD”, otro periódico
carolino que sale e] 21 do mayo de 1899 y
se extenderá hasta mayo de 1901 —en lo que
será su primera época— volviendo a salir de
1903 a 1904. Se publicaba por la Imprenta
Carolina, Calle Sarandí N.° 80 Combatía lo
que el Director juzgaba una política equivo­
cada, y a la conscripción de las autoridades
Nacionalistas del Departamento de Maldo­
nado, sobre todo ai Jefe Político y de Policía,
Juan José Muñoz.
Llegamos así al momento en que nace “LA
PROPAGANDA”, periódico de San Carlos. Na­
cionalista Independiente, fundado el 19 de
enero de 1899 por Juan Pedro Ortega y An­
drés Mata, teniendo como Administrador a
Tomás E. Fonseca..
Semanario hasta diciembre de ese_ año en
que empieza a aparecer dos veces por se­
mana. De pequeño formato hasta el N.° 16
en que adopta las medidas 45x33. La Redac­
ción estuvo primero en la Calle Sarandí N.°
56, pasando después a la Calle Maldonado
N.° 103-105. Algunas de sus características
van a variar a lo largo del tiempo si tene­
mos en cuenta que su aparición se extendió
hasta 1930 Antonio Moreno Alvariza, que fi­
gura entre los carolinos ilustres de Carlos
Seijo, a s i d u o colaborador de “La1 Propa­
ganda”. escribía desde La Plata donde re­
sidía, al cumplirse los 28 de la aparición de
este periódico, el 19 de enero de 1927: “28
años de vida periodística al calor de las es­
feras oficiales no constituye un hecho enco-
miable y ello es muy común en la historia
del periodismo uruguayo, pero 28 años de
lucha en un medio hostil y cara a cara con el
despotismo reinante no sólo es un timbre de
gloria sino que revela carácter, perseveran­
cia y patriotismo en quienes se lanzan a tal
empresa resueltos a afrontar la situación”.
En cuanto a “LA IDEA CIVICA”, semana­
rio que apareció en Maldonado el 18 de junio
de 1889, tenía por enseña el Partido Nacio­
nal. Su Gerente Administrador era Abelardo
E Rodríglez y sus oficinas estaban en la Ca­
lle 18 de Julio m frente a la plaza San Fer-
 nando. Con el primer número se empieza la
publicación de Ismael, de Eduardo Acevedo
Díaz, entonces Senador por el Departamento.
Se preocupó fundamentalmente del estado
de la agricultura en el departamento brin­
dando datos tomados de los Anales de Gana­
dería y Agricultura, solicitando además ayu­
da para los productores a fin de colocarlos
en situación de no ser explotados, abriéndoles
nuevos y mayores horizontes para la venta
de sus productos, con fácil acceso a la ca­
pital y a otros puntos. “Para conseguirlo bas­
taría mantener la vialidad en buenas condi­
ciones. no tenemos caminos que merezcan tal
nombre”. Proponía como solución la presta­
ción de servicios vecinal, para el mejora­
miento de las vías de tránsito y el empleo
de] impuesto de rodados para la dirección
técnica de las obras.
“LA IDEA CIVICA” que había comenzado
con un formato de 45x35 se hace a partir
d» 1902 de 38x58.
El 22 de julio de 1900 traía esta intere­
sante información: “En la antigua chacra de
Pintos, hoy propiedad de Fossemalle, existe
un hermoso ejemplar de nuestro canelón a
/-uva sombra el ilustre y malogrado Coronel
Tamas acompañado de la Directiva Naciona­
lista. efectuó el almuerzo que esa autoridad
nartidaria en nombre de los correligionarios
del Departamento le ofreció al hacernos su
visita aquel redentor caudillo el 3 de abril
del 98. Esa circunstancia dio lugar a que la
citada planta fuera conocida por muchos como
el “Canelón de Lamas” y no faltó quien tu­
viera la ocurrencia —animado por ese entu­
siasmo místico que despertaba en su pueblo
todos los obiet.os nue hubieran tenido rela­
ción con su v'da de gravar en su tronco el
■ nombre del preclaro ciudadano”. La presente
unta de exaltación tenía como motivo el he­
cho de nue una persona no identificada tiró
al blanco en ese tronco destrozándolo, con el
consiguiente disgusto de un sector de 1a, po­
blación. dando lugar así a una expresión de
renudío a la vez oue a una pequeña anéc­
dota. que hoy. a tantos años de distancia nos
resulta de interés.
U E S D E ip oq
h f s p
“EL PUEBLO” de San Carlos abarca un
corto periodo del l.° al 21 de agosto de 1902.
Salieron apenas 10 números Editado por la
Tmprenta “El Independiente” en la calle Mal-
donado entw 25 de Agosto v Treinta y Tres,
era su Administrador Felipe Pereira.
“EL URUGUAY” también de San Carlos
tuvo un año de existencia, desde el 15 de
setiembre de 1902 al 3 de setiembre de 1903.
O tr o periódico Nac;<4flhlista fue “EL ESTE”
oue apareció en Maldonado bajo la Dirección
do Aleiandro Requena el 17 de junio de 1903,
extendiéndose hasta el 29 de diciembre de
1907. Con Redacción y Administración en la
Calle 18 de Julio, aparecí- los domingos.
“EL ESTE” traía muchas noticias do In­
terés Con:./ ejemplo de lo dicho veamos un
suelto de a redacción publicado el do agos­
to de con motivo de una resolución que
había adoptado el Congreso Rura' Anual ce­
lebrada en Montevideo por la cual se decla­
raba, tue siendo de indudable ef'cacia para
evitar la invasión de las arenas, las planta­
ciones ds árboles, era conveniente que éstas
Se hicieran en toda la costa arenosa platense
y atlántica siendo conducente para la reali­
zación de obra tan útil que el Estado acor­
dara estímulo a los propietarios. Decía en­
tonces “El Este”: “Avanzando más que aquel
Congreso decíamos no ha mucho ocupándonos
de este asunto, que el Estado no sólo debía
acordar estímulos a los propietarios, sino que
existía verdadera conveniencia en favorecer
la expropiación de una parte de esos terre­
nos cuyos propietarios se manifestaron remi­
sos a cubrirlos de árboles en los puntos por
donde pudieran avanzar las arenas”.
Entre los periódicos colorados que apare­
cen después de 1900 están:
“LA VOZ DEL SUD” en julio de 1903, pe­
riódico fernandino dirigido por Eugenio Pé­
rez Aquino con Redacción y Administración
en la Calle Sarandí N.° 98, el que será de
corta duración.
“EL COMBATE” de San Carlos cuyo fun­
dador fué Ramón P. Miranda y Administra­
dor Carlos M. Miranda apareció en enero de
1905 extendiéndose hasta agosto de 1907 en
su primera época. Volvió a salir después, en
abril de 1908 hasta 1917. Primeramente fué
semanario, más tarde empezó a salir tres ve­
ces por semana. El candidato de “El Com­
bate” a la futura presidencia de la Rpca. era
Claudio Williman. El Comité Ejecutivo De­
partamental del Partido Colorado estaba in­
tegrado por: Melchor R Maurente como pre­
sidente, Juan de Dios Devincezi, 1er. Vice
presidente y Manuel Z. Delgado, 2.° vice; te­
sorero Manuel Gorlero, 1er. secretario Jaime
H. Pou y 2.° Ramón P. Miranda.
“VIDA NUEVA”, otro órgano del Partido
Colorado dirigido por Gonzalo Acosta Viera,
con oficinas en la Calle Sarandi N.° 169 de
Maldonado, sustentaba los mismos ideales que
“El Combate”. Empezó a salir el 2 de julio
de 1905 y se extendió hasta el 30 de junio
de 1907. A partir del 7 de octubre de 1906
la empresa periodística de “Vida Nueva” pasa
bajo otra dirección y administración. Decia
en esa fecha un artículo firmado por la Di­
rección: “Razones de orden privado muéve­
nos a hacer un paréntesis a nuestra humilde
labor de quince meses; agradeciendo la be­
névola acogida que nuestros favorecedores
han dispensado a nuestra hoja periodística. Es
muy probable que en las ardorosas explosio­
nes de la pasión partidaria, a las cuales es
 imposible se sustraiga el corazón humano, ha­
y aa lo s incurrido en bruscos rozamientos que
tanto en el orden político como social disi­
mulara el trato indulgente y culto de nues­
tros contendientes.
No necesitarán nuestros sucesores de es­
pecial recomendación a la consideración pú­
blica, su reconocida competencia nos exime
de este formalismo”.
A partir de ese momento queda “Vida Nue­
va” bajo la dirección de Eugenio Pérez Aqui­
no. “No venimos a la prensa con odios per­
sonales ni tampoco con aspiraciones bastar­
das. Humildes admiradores y propagandistas
de la equidad y la justicia, concientes de
nuestros deberes y celosos de nuestros dere­
chos ciudadanos, no nos arredran, no nos
imperan siquiera, las crueldades, adversidades
y peligros de la lucha que iniciamos, del
combate en que seremos tal vez los últimos
en pericia y valer, pero de los primeros en
convicción y decisión. Manifestamos que
nuestra propaganda se ceñirá a la mejor
comprendida y realizada por nuestros antece­
sores en las columnas de “Vida Nueva”, in­
dependiente de hombres y de círculo”.
Eugenio Pérez Aquino oriundo de Maído-
nado se distinguió en el ejercicio de múl­
tiples actividades, principalmente en el cam­
po docente y periodístico. Fue miembro del
Consejo Municipal de Maldonado, designado
Senador en el año 1929 y más tarde Diputado.
Ocunó por varios años la cátedra de litera­
tura en el liceo local señalándose por su
ilustración y su talento.
Otro órgano de prensa que apareció bajo
su dirección en Maldonado desde el 18 de
enero de 1908 el 27 de marzo de 1909 fue
“EL FERRO CARRIL”, "independiente, de­
fensor de los intereses del departamento” con
of'c'nas en la calle 18 de Julio y con carácter
de semanario.
* nteriormente había dirigido “LA REAC­
CION” que apareció en Maldonado en no­
viembre de 1904, con redacción y adminis­
tración sn la calle Punta del Este N.° 124 y
talleres frente a la plaza San Fernando.
“EL HERALDO” aparece en Maldonado el
4 de julio de 1907 bajo la dirección de Luis
María Quinasso y como Redactor Adminis­
trador Manuel P. Delgado, periódico bi-se-
manal con oficinas en la Calle Sarandí 16S
“Al entrar de lleno en la vida periodístici
lo hacemos inspirados en el deseo de serví m
especialmente a los intereses materiales de
departamento. Venimos a ocupar un puesto p
en la prensa departamental, sin ninguna cía- £\
se de prevenciones, desvinculados de todo ¿
círculo político, aún cuando sostendremos y |p ,
defenderemos los principios que encarna el
glorioso y progresista partido colorado, no
solamente por su brillante tradición históri­
ca, sino también por las ideas altruistas que
hoy difunde. Aceptaremos la discusión, la
controversia y hasta la polémica sin descen­
der al terreno de la personalidad y del in­
sulto. El Heraldo será la hoja mensajera y
propagadora ardiente, no omitiendo esfuerzo
en brindar un material selecto de literatura y
una variación continua en noticias y datos
paia cuyo efecto contamos con un núcleo de
inteligentes colaboradores”. Manuel P. Del­
gado que tramitaba asuntos judiciales y ad­
ministrativos abandona la redacción de “El
Heraldo” a principios de octubre de 1907 con
motivo de establecer en esta ciudad una em­
presa comercial y queda en su cargo J. G.
Rodríguez. En esta su primera época El He­
raldo sale hasta el 26 de diciembre de 1907.
Aparecerá en su segunda época el 18 de ju­
mo de 1916 hasta el 29 de diciembre de 1929
pa^a continuar 3.a época de 1930 a 1936 y
4a de 1936 al 31 de diciembre de 1948, de
lo que nos ocuparemos en una crónica pos­
terior.
“LA VOZ DEL COMERCIO” sale en Mal-
donado el 11 de abril de 1908. Director Ru­
perto M. Navarro. Con el fin de aportar datos
sobre la etimología del apellido Maldonado
comienza a publicar como folletín, “Maldo­
nado” por Angel de Saavedra, Duque de Ri-
vas escrita en verso en 1852. Con redacción
en la Calle Sarandí esq. Castillos, apareció
hasta setiembre de 1968.
“LA VANGUARDIA”, órgano oficial del
Club Colorado Departamental “General de la
Llana” es un semanario que empieza a salir
en San Carlos ei 5 de setiembre de 1909' con
Administración en el local del citado Club.
Administrador, Julio L, Píriz. El redactor era
Ramón P. Miranda. Formaban parte del cuer­
po de redacción de La Vanguardia el Dr. Car­
los P. Colistro que entonces era edil y miem­
bro de la Directiva del Club Colorado Depar­
tamental, General de la Llana y Eustaquio
B. Curbelo, defensor judicial y secretario de
la Junta Económica Administrativa.
“No somos anti-gubernistas, sino antijefa -
turiales” —decía un suelto de la redacción—.
“El verdadero coloradísimo departamental que
obedece las exhortaciones del Club colorado
Geneial de la L’ana con su presidente hono­
rario Coronel Melchor Maurente, es sencilla­
mente gubernista porque cree que el gobierno
del Dr. Williman hace honor al país y al
partido. Somos opositores de la administra­
ción de Gómez Folie. No podemos respetar,
no debemos obedecer a delegados del Eje­
cutivo que tan mal desempeñan esa delega­
ción. Intolerante y vengativo, propiciador de
fraudes electorales, autócrata ensoberbecido
y principalmente creador de ese tipo especial
de gaucho de sable, servil ante el mandón y
arbitrario y envalentonado con el timorato
vecino de campaña”.
“EL PUEBLO” de San Carlos abarca tres
("pocas: del 29 de agosto de 1908 al 30 de
setiembre de 1911 — del 18 de julio de 1912
al 29 de marzo de 1913 — y del 6 de se­
tiembre al 27 de diciembre de 1913 haciendo
un total de 212 números. “EJL. ORDEN” de
Maldonado aparece el 13 de noviembre de
1909 con Administración en la Calle Rocha
N.° 116. Bregar por los intereses de la zonta
era su consigna. “Nos proponemos hacer de
“El Orden” un periódico útil a los ganaderos,
a los agricultores y a todos los que necesiten
una información precisa relacionada con las
diversas reparticiones públicas departamen-
ta'es”. Se extendió hasta junio de 1910.
“®L DERECHO”, cuyo Director Redactor
es Víctor Bonifacino, aparece en Maldonado
en mayo de 1909 con oficinas en la Calle
Sarandí N.° 169. Declara en su primer nú­
mero: “Será periódico de partido y de lucha,
tendrá como propaganda todas las ideas y
principios del Partido Colorado por el cual
ahogará en su doble faz: de tradicional glo­
rioso y de luchador que trabaja incesante­
mente después será órgano departamental con
todo aquello que atañe a Maldonado”. A poco
de su aparición el 15 de mayo de ese año, a
raíz de la muerte del Capitán Narciso Borges,
trae algunos aportes biográficos de los que
c 'resacamos lo siguiente: Nacido en Maldo­
nado en 1841 entró a servir en la Guardia
Nacional que se formó en la Guardia Vieja
en 1870 a las órdenes del General Nicasio
Borges. tro del extinto, se encontró luego
en la batalla del Sauce. Ceferino. Chafalote,
Carduzo y Manantiales. En El Quebracho sir­
vió bajo las órdenes del General Giménez y
en 1897 en la División del Coronel Maurente.
En el 70 fué ascendido a Alférez en el 84
a Teniente 2 °, en el 94 a Teniente Io. en 1900
a Capitán Graduado y en 1908 a Capitán
efectivo con cuyo grado terminó su vida.
“NUEVOS RUMBOS” otro órgano del Par­
tido ¡Colorado, “defensor de los intereses de­
partamentales” aparece en San Carlos el 3 de
octubre de 1907 con Imprenta en la calle
Treinta y Tres N.° 68. Se trata de un pe­
riódico bi-semanal que tiene por Administra­
dor a Tomás E. Ponseca y su aparición se
extiende hasta el 2 de enero de 1908. “Tra­
bajar con ’as mayores energías por el en­
grandecimiento del querido terruño en todas
las manifestaciones de la actividad humana”
y propiciar la candidatura del Dr. Bergalli
para la Representación Departamental eran
sus propósitos.
El Partido Nacional cuenta con otro perió­
dico carolino: “LA LUCHA” cuyo primer nú­
mero sale el 31 de julio de 1910 con Admi-
piot-ppián en la ca’le Pan de Azúcar N.° 38
linio la Dirección de Eladio Bacigaluz Blan­
co. Extractamos los siguientes párrafos de su
programa: “Venimos a la arena del perio­
dismo a luchar dentro de la verdadera recti­
tud del deber. Sin desmayos ni vacilaciones
flamearemos al viento de nuestras activida­
des periodísticas la bandera impersonal de
los a’tos postulados del credo. Desde mucho
tiempo atrás en el nacionalismo regional se
notaba la necesidad imperiosa de un órgano
de publicidad que fuera el verdadero porta­
voz de sus convicciones para que clarificara
sobre el tapete de la luz pública el modo de
sentir y de pensar en sus filas. De ahí que
entre los abnegados y dispuestos de todas las
horas, haya surgido el pensamiento de fun­
dar esta hoja, por imprenta propia. El sello
de legítima autoridad que l'eva consigo el
concurso moral invalorable de ese grupo vi­
ril. no podrá jamás ser puesto en duda por
nadie; como tampoco lo fue cuando en su
puesto de honor oyeron las dianas de los cla­
rines revolucionarios sobre las cuchillas na­
cionales”... Se daba la nómina de los corre­
ligionarios fundadores del periódico: Elíseo
Alvariza, Serafín Salazar, Antonio Viroga,
Aciuilino González, Urbano S. Cal. Isabelino
Vicente, Pedro Irazusta. Casimiro Canosa, Lo­
renzo Iparraguirre, M. Carlos Barrios, Ramón
Burgneño, Alejandro Requena, Manuel Cuer­
vo, Juan R. Piada, etc. Además de la nó-
m!na de los soldados que formaron el Estado
Mayor de la División Nacionalista del Depar­
tamento en la campaña de 1904 cuyo jefe era
el Coronel Juan J. Muñoz.
Ayudantes: Tenientes José G. González,
Cantalicio Silveyra, José Luis Cherosi, Juan
Gu’v vreta y José María Cabrera. Estado Ma­
yor: Elíseo Alvariza, Serafín Salazar; Mé­
licos: Dres. Arturo Lussich. Alejandro Ramos
3uárer: Practicante José Muñoz; Capitanes:
Vlherto Hansen, Enrique Núñez; Tenientes:
\noei Rivero. Francisco Bustillo, etc.
“Bajo ningún pretexto daremos lugar a que
en nuestras columnas se sostengan polémicas
que degeneren en personalismos. Queremos
evitar esos tristes cuadros que tanto teatro
han tenido en nuestra localidad debido a las
prédicas malsanas de muchos periódicos que
han visto la luz pública en el departamento”.
Razón por la cual figuraba esta advertencia:
“No se admiten polémicas personales. Ni pro­
pias ni extrañas”. Salió hasta el 20 de oc­
tubre de 1910', reapareciendo el 15 de abril
de 1911 hasta diciembre de 1913. En esta 2.a
época el Director y Administrador es Ramiro
Calzada con Administración en la calle 18 de
Julio N.° de 143.
En esta segunda época —para ser más pre­
cisos— en agosto de 1912, se incorpora al
cuerpo de redacción Baldomero González, que
fuera uno de los más distinguidos soldados
de la División N° 4 en la revolución de 1904.
I.a. Comisión Departamental del Partido Na­
cional estaba integrada así: presidente Ur­
bano S. Cal, vice-presidente Antonio Viroga,
tesorero Ramón Díaz, vocales Manuel Cuervo,
 Serafín Salazar, Antonio de León, Aquilino
González, secretarios Alejandro E. Requena y
Alberto Luis Vidal.
Refiriéndose al Comandante Antonio Viro­
ca decía: “Este jefe nacionalista es uno de
los viejos servidores de las luchas cuerpo a
cuerpo de la edad de hierro en las que, con
resolución heroica se conquistaban a lanza
los augustos derechos de la causa. Desde 1857
tomó participación activa en las convulsiones,
a la edad de 17 años se incorporó a las filas
del ejército del gobierno sentando plaza co­
mo voluntario a las órdenes del Comandante
Juan Pereira. En tal carácter participó en 1a,
Campaña de Quinteros. En el año 63 en la re­
volución encabezada por Flores fue ascendido
a Sub-teniente. En el 70 militó en el escua­
drón de Estanislao Quintana. En 1904 se pre­
sentó al Genera] Juan José Muñoz al coman­
do de un grupo de valientes de la Sección de
Garzón haciendo toda la campaña. En la paz
ha desempeñado distintos puestos y hoy es
uno de los componentes de nuestra Comisión
Departamental.”
“El COMBATE“ que como dejamos consig­
nado antes apareció en San Carlos en 1905
hasta 1907 y en una 2.a época de abril a
agosto de 1908, vuelve a salir el 31 de agosto
de 1911, esta vez en Maldonado bajo la Di­
rección de Ramón P. Miranda. Durante los
dos últimos meses de la primera época lo di­
rigió Melchor Esquibel.
“Con los entusiasmos de siempre aparece­
mos en el estadio periodístico Brioso y por-
f'ado en la lid “El Combate” en su 3.a época
será el luchador incansable, defensor del co-
loradismo”.
“LA REFORMA” periódico semanal, apa­
rece en Maldonado desde el 4 de febrero de
1911 al 22 de setiembre de 1912 con admi­
nistración en la calle Rocha N.° 110, y luego
en la Calle Ituzaingó. Durante varios números
publica la conferencia que dictara en la ciu­
dad de Granada el médico español —que re­
sidiera durante varios años en San Carlos—
José del Peso Blanco, sobre nuestra indus­
tria lobera en la que trazaba una visión de
las costumbres y utilización de los lobos a la
vez que mostraba la enorme riqueza que en­
cierran.
“EL HERALDO” periódico colorado inde­
pendiente aparece en Maldonado el 15 de ma­
yo de 1913 bajo la dirección de Bernabé Ale­
gre íh.) siendo el gerente-administrador
Eduardo Acosta Viera y se extiende hasta el
29 de junio de dicho año. Reaparece el 18 de
junio de 1916. Redactores: Gilberto Acosta
Viera, Narciso Bcrges y Honorio P. Fajardo;
Secretario de Redacción Juan S. Alegre.
Será el periódico de más larga vida en Mal-
donado extendiéndose hasta 1948.
También bajo la dirección de Bernabé Ale­
gre (h) sa'e en Maldonado “LA IDEA” del
26 de setiembre de 1914 hasta 1915 con redac­
ción y administración en la Calle Rocha esq.
Aiguá editado primeramente por Talleres grá­
ficos, “Pequeña” y luego por los Talleres de
su nomb:e en la calle Ituzaingó esquina Sa-
randí. Decía el primer número de “La Idea”:
“El cariz sombrío de los acontecimientos ac­
tuales, cuya gravedad culminó cuando creía­
mos ultimar los preparativos de aparición de
esta hoja, nos ha hecho dudar por un mo­
mento de su oportunidad. Enamorados del
progreso departamental objeta de nuestra pro­
ras-anda, ansiosos de verdad y de justicia, he­
mos llegado a un momento en que estos idea­
les ceden su puesto por brutal imperio de las
circunstancias a la primitiva lucha por la con­
servación económica en que todas las ener­
gías han de someterse a una pasiva acentua­
ción de los males actuales, como medio de
evitar 'a caída en calamidades peores... Es
necesario un periódico que no esté obligado
por vinculaciones políticas ni al aplauso ni
al vituperio sistemáticos; que se haga eco del
sentir de todo el comercio y toda la industria
v de toda la producción rural y urbana sin
distingos absurdos”. En enero de 1915 inicia
una encuesta entre la población urbana y ru­
ral del Departamento bajo las siguientes in­
terrogantes: “¿Cuáles son a su juicio las
obras púb’icas más necesarias? ¿Cuáles son
las más urgentes?” para los habitantes de la
ciudad y para los de las zonas rurales. “¿Qué
caminos en su zona requieren compostura?
¿Cuáles son los más necesarios al tránsito
público?”. Encuesta que desgraciadamente no
tuvo andamiento pues el periódico a poco de­
jó de salir. Bernabé Alegre murió en febrero
1913.
“ LA ID EA ” sacó un número especial de ho­
menaje a su ex-director con notas y comén­
tenos de distintas personalidades de la época
y de varios diarios como por ejemplo de “El
S’gio”: “La Tribuna Popular” y “Diario del
Plata” de Montevideo, y de periódicos del de­
partamento, como “El Combate” y “La De­
fensa” sobre la personalidad del extinto. Ex­
tractamos de dicho número la nota correspon­
diente a José Dodera: “La vida de Bernabé
ha sudo un vuelo: pero sus dotes personales
a semejanza de esas modernas máquinas de
locomoción, le permitieron en brevísimo pla­
zo recorrer largas distancias y escudriñar
vastos y complejos horizontes. De ahí que
pueda afirmarse que no siempre son los que
viven más los que cuentan más años; ni oue
las sabias enseñanzas que como herencia nos
legan nuestros semejantes, deban contarse en
razón directa a los años que estos han vivido.
Trua paradoja en ese sentido nos ofrece aquel
’'nfortunado joven; y en ese escenario donde
principalmente se manifestaron sus brillantes
condiciones de carácter e inteligencia se po­
drá apreciar en toda su verdad la exactitud
 ,1<* aquella afirmación. Honremos su memoria
imitándole”.
•'EL CIVISMO” de San Carlos, aparece en
Hay d? 1914 con Administración en la calle
Sa cudí entre 18 de Julio y Treinta y Tres,
pasándose luego a la calle Itnzaingó y más
adelante a 18 de Julio frente al Correo. Su
director era Baldomero González y en el cuer­
po de redacción estaban Rómulo Muñoz Ze-
ballos, Alberto Luis Vidal y Urbano S. Cal.
A mediados de 1914 se incorpora como ad­
ministrador Teófilo González. Aparecía los
jueves y domingos, y a partir de setiembre
cambia a los lías lunes y viernes con infor­
mación telegráfica de la guerra europea, “por
per estos días que no viene tren de la ca­
pital”. Fue bi-semanario hasta el 30 de .junio
de 1915 comenzando después a salir tres veces
a la semana, siempre bajo la dirección de Bal­
domero González y ahora en la administra­
ción Julio C. Marpons y Foubert “EL CIVIS­
MO” era un periódico afiliado al Partido Na­
cional. En sus páginas hay notas de interés con
respecto al departamento. Por ej°mplo cuando
se ocupa de las industrias, en e' N ° corres­
pondiente al 21 de junio de 1914 decía:
“Existe en este humilde y olvidado rincón
de la tierra uruguaya un establecimiento que
es un honor nacional. Consecuentes con nues­
tro programa, en el que prometimos que la in­
dustria y el comercio tendrían en nosotras un
aliado de siempre, haremos conocer a nuestros
lectores las industrias acá, donde sólo parece
existieran seres indignos del merecimientos de
pueblos civilizados.” Y pasa a hacer una pe­
queña reseña del molino propiedad Sr. Ignacio
Lavagna, uno de los más importantes del país,
así como de los establecimientos vitícolas:
granja Santa Isabel de Eladio González, gran­
ja La Carolina de Juan Brescia. granja
Giordano Bruno de Buonomo Cometti, y la
“Tanja Santa Leopoldina de Manuel Terán. to­
das ellas en las proximidades de San Carlos.
Refiriéndose a las riquezas del departamento
se ocupa extensamente en otros números de los
mármoles de Carapé.
En otro orden de cosas y con motivo de ha­
ber sido elegido para Intendente de Maído-
nado Ramón P. Miranda en marzo de 1915,
expresa su agrado ante la acertada elección
del que fuera director de EL COMBATE, per­
sona joven que contaba con muchas simpa­
tías en el departamento. El recientemente
electo Ramón P. Miranda le escribe entonces
al director de EL CIVISMO una carta en la
que expresa sus propósitos al frente de la
comuna fernandina y de la que extraemos al­
gunos conceptos. “Sin hacerme ilusiones res-
necto a posibilidades de mejoramientos edi-
licios rápidos^e intensó®1—dados los momentos
poco propicios jíbrque atravesamos— espero que
en acción conjunta la iniciativa oficial y el
concurso del pueblo, nos hará salir airosamen
te del hondo marasmo que uncHtoulu lux vllitll
dadas poderosas de un punido como ol iiiiohIi'o
capaz de orientaciones valientes en los derro­
teros más llenos de penumbras. Vednos ge­
nerosos como Ud. han traído n mi osplillu
bellas ráfagas reconfortantes que me alientan
y me empujan a no escatimar o| menor es­
fuerzo en pro de todas y cada una de las re­
giones de Maldonado en las que —sin excep­
ción —cuento con vinculaciones afectuosas
irrompibles y hoy más sagradas por cuanto
las integran los deberes inherentes al cargo
oficial que no admite protecciones sistemá­
ticas ni olvidos inexcusables”
En números sucesivos el periódico plantea
las necesidades más urgentes que deben sor
consideradas por el nuevo Intendente, entre
eilas la vialidad rural, problema número uno
desde tiempos atrás, y el estado de las calles
de la población Carolina. “¿Se nos tratará de
exagerados si decimos que llegada la estación
inverna’ no tenemos una sola calle por donde
transitar?”.
O n respecto a la vialidad rural se expre­
saba- “A nuestra Villa, como punto céntrico
dpi departamento, afluye el vecindario d° to­
das las Secciones más importantes como son
las de José Ignacio, Garzón, Valle Aiguá Ca-
rané. Pan de Azúcar y Coronilla, y está en
comunicación directa con la ciudad de Rocha
v r>"mo punto intermedio entr° esta ciudad y
i- carota’ siendo que el servicio ferrovario
entro Rn“ha v Montevideo se hace por la Es-
iac'ón San Carlos. Esta sola circunstancia
bastarla rara que la vía de comunicación San
Car’os Rocha estuviera debidamente atendida
v n- restante está al igual aue las demás”.
La Comisión Auxiliar de San Carlos se habla
minado con anterioridad del problema y tra­
tó do buscarle soluciones actuando siempre
dentro de su ñirisdicción. o sea ñor ejemplo
dpsde 'a Villa hasta el Molino de Lavagna,
mejorando ei camino, etc.
Otro asunto de interés del que se ocupa el
periódico míe estamos comentando, era e' de
la instalación de la luz eléctrica en Maldo­
nado.
Pero nos parece de mayor importancia des­
tacar del N.° 93 correspondiente a mayo 22
de 1915, un documento histórico de real va­
lor aportado al periódico por el Jefe de las
huestes nacionalistas. General Juan José Mu­
ñoz: la lista militar de los defensores del
credo que lucharon en 1848 a las órdenes del
General Barrios. “La lista indicada fue he­
cha en nuestra población, cuando la blanca
divisa, emblema de santos ideales, orlaba los
chambergos de los bravos, que después de
luchar cuatro años en la Argentina a las ór­
denes del primer militar de Sudamérlca G.
Manuel Oribe, volvían al terruño a reinvidicar
los derechos ciudadanos torpemente desco­
nocidos por el siete veces traidor a la Patria
G. Fructuoso Rivera. Departamento de Mal- mucha fuerza de voluntad de nuestra parte y
donado. División de Operaciones. Lista de los la protección generosa y desinteresada de
S .S . Jefes y Oficiales que tiene la Esp. con los buenos ciudadanos amantes del progreso
especificación de Clases y Cuerpos respec­ y la civilización.
tivas”. El 8 de diciembre de 1916 vuelve a salir
“LA PROPAGANDA” fundado en enero de
1899 —como queda dicho— esta vez también
CLASES NOMBRES
bajo la dirección de Andrés P. Mata y ahora
Con nel Juan Barrios con la administración de Ernesto Arias Mon­
Teniente Coronel Ventura González tiel. El ejemplar de esa fecha corresponde al
»> »» Dionisio Acuña N.° 2485, Año GVI. Epoca 5.a. “De nuevo a
José Díaz la brega: Después de dos años de abandono
Francisco de los de las lides periodísticas impuesto por las
Santos fuerzas de las circunstancias, “La Propagan­
Bernardino Olid da” vuelve a desplegar su bandera de com­
Sargento Mayor Elias Silva bate para otra vez con mayor entusiasmo y
Tnte. Cor. Gdo. Capitán Juan D. Martínez con más energía si se quiere, bregar por los
Capitán Lorenzo Silvera intereses nacionales que exigen en el difícil
Ramón Sosa momento histórico por el que atraviesa la
Elias Alvarez República, la decidida cooperación de los bue­
»» Rufino Pintos nos afiliados. A propósito de la reaparición
Ayudante Mayor Lluis Ferreirós de esta hoja, espíritus cavilosos dados al pre­
Tenientes Iros. Antonio Barrios juzgamiento, han hecho circular la antoja­
Román Nuñez diza versión de que volvemos a la lid con
Juan Sosa ideas anárquicas y de disgregaciones dentro
»» Nicolás Gabito de filas Nada más absurdo ni más invero­
David Velázquez símil Hoy como siempre estamos convenci­
Tenientes 2dos. Manuel Causerò dos de que, como lo dice nuestro escudo par­
Joaquín Silvera tidario, la unión nos dará la fuerza, y de
>» Juan Blanco que sin ella nos desgastaremos en estériles
Juan de la Rosa luchas”. Agregaba más adelante: “No obstan­
»> Luciano Silveira te el carácter esencialmente partidario de
esta hoja, también prestaremos preferente
La lista prosigue con la nómina de los Al­ atención al progreso v mejoyamiento Depar­
férez, luego la Guardia Nacional de Caballe­ tamental en sus distintas ramas, con espe­
ría, la Guardia Nacional de Infantería y la cial cuidado en la vialidad urbana y rural y
de Artillería, los Escuadrones y la Compañía las industrias agropecuarias que son nuestra
Restauradores Orientales, figurando en total prneipal fuente de riqueza”. Del 5 de abril
9 J=fes y 95 Oficiales. de 1917 al 28 de diciembre de 1918 aparece
“LA DEFENSA” periódico colorado empieza semanalmente en Maldonado “EL DIA”. Ad­
a salir el 6 de febrero de 1915 en Maldonado. ministrador. Tomás E. Fonseca, Talleres ti­
Su Director es Eugenio Pérez Aquino hasta pográficos calle 25 de Mayo entre Sarandí y
setiembre de ese año en que ocupa la Direc­ Rocha. Administración de “El Combate”.
ción Marmouget Pouey hasta octubre y luego “Como el valiente diario de Montevideo, el
Luis A. Montossi. Se extiende hasta el 23 de nuestro ha de ser también la expresión de!
julio de 1916. credo y batallador como aquel, llevando siem­
Si bien fue corta la existencia de “EL IM- pre en su leyenda combativa la inscripción
PARCIAL” de San Carlos, del 5 de setiembre de los principios que ennoblecieron la divisa
al 31 de diciembre de 1914 su carácter de dia­ de BatBe y de Rivera”.
rio, no solamente lo hizo único en su género, Destinado especialmente a luchar por la
sino que fue la causa de un número superior candidatura de José Batlle y Ordóñez, cons­
de ejemplares —más de 90 en total— com­ tituían la redacción del periódico un grupo
parado con otros de mayor duración. de personas designadas por el Comité Depar­
Se anunciaba como “diario de la mañana, tamental Colorado conjuntamente con un Di­
social, noticioso y comercial”. Su Director, rector responsable que no figura. El Presi­
Carlos M. Miranda y Adminstrador Ernesto dente de la Comisión Departamental Colo­
Arias Montiel, se imprimía por la Tipografía rada era entonces Jaime u Pou.
“La Minerva”. “Siempre fue nuestro ideal “EL BALUARTE”, periódico colorado de
dar una hoja de publicidad diaria, que demues­ Punta del Este, aparece el 2 de setiembre de
tre ante propios y extraños la importancia de 1917. Su Director. Luis A. Montessi, Secreta­
San Carlos y el progreso general del Depar­ rio de Redacción Teodoro E. Miranda con
tamento de Maldonado. Esta obra para que talleupo. tipográficos frente a la Plaza Gene­
subsista y de los frutos apetecidos necesita ral Artigas de dicha ciudad. Organo del Club
 Colorado “Julio María Sosa” su aparición se
■ extendió hasta febrero de 1919.
En San Carlos, el 19 de marzo de 1921
aparece el periódico Colorado Batllista que
tiene como Director a Tomás E. Fonseca y
se llama como su antecesor de Maldonado,
“LA IDEA”. Redacción ly Administración ca­
lle Carlos Iteyles entre Maldonado y Sarandí.
“Al sacar a luz esta modesta hoja pensamos
contribuir con una honesta propaganda al
estímulo y desenvolvimiento de esta zona de
la República”. Con carácter de semanario y
un formato de 38x28 a partir de octubre de
1922 se hace de 55x38. El Comité Ejecutivo
del Club Colorado de Acción Batlilstu "Dr.
Baltasar Brum” de San Carlos estaba en osa
fecha integrado por: Conrado Sáez, Lorenzo
Tamón, Pedro F. Piada, Mateo Fígoli, Julio
J. Ghiappara, Justo Simbrelo, Félix Cáceres,
José Antonio Bonilla, Juan Brum, Martín M.
Marzano, Guzmán Antúnez, Agustín Nocetti,
José Carlos Tizze y Alfredo Machado.
“La idea” de San Carlos salió hasta febrc-
ro de 1925.
 C A N T E R A A D R A D O S S. A
BARRACA - F E R R E T E R IA

ROMAN GUERRA y 25 DE MAYO

TEL. 2 20 13 M ALSONADO

AGENCIA AIJ D 1 F F R E D

D IS T R IB U ID O R A DE G R A N D E S P R E M IO S

18 de Julie 851 - T el. 2 20 31 - M aidonado

RECIBIMOS

DE JUANA DE 1BARBÜUROU
Montevideo, junio de 1969.
“ Al Director y redactores e ilustrador de La Ballena de Papel
(muy original el título) mil felicitaciones, y deseo con el alma dé
larga vida y muchos triunfos para su Ballena. Me ha conmovido
profundamente el Número 3 dedicado a Alvaro Figueredo. Como
siempre, Esther de Cáceres sobrepasándose en genio y ternura a
sí misma. Así fue con Parra del Riego. ¡ Cuánto le estamos debien­
do siempre! Siempre con Uds. muy afectuosamente: Juana de
Ibarbourou”.

PUBLICACIONES RECIBIDAS 20-21, Director Ariel Canzani D. revista

Los Huevos del Plata, Ultimo Número,
Noviembre de 1969: “ Para crear un mun­
do hay. que destruir un mundo”, revista
literaria dirigida p o r Clemente Padín.
Montevideo; El Corno Emplumado, 1969,
Dirección Margaret Randall y Robert Co­
hén, México; El Cuento, Antología men­
sual de cuentos de Autores de todos los
países y de todos los tiempos, Director Ed­
mundo Yeladés, México. Nos. 38, 39 y 40;
Amaru, revista de Artes y Ciencias para
la América Latina, Director Emilio Adol­
fo Wetphalen, Lima, Perú; Cormorán y
Delfín, Año 6 - Viaje 19, Año 6 - Viaje
Planetaria *le Poesía cuyo credo planeta­
rio es: “ Por sobre todas las tendencias la
Tierra cobijadora de los Hombres exige
ahora-hoy un mundo de todos y para to­
dos. Herir, desconocer, soslayar, adulterar
esta necesidad intelectual y física es no
ser hombres ni poetas”. Buenos Aires;
Estudios N° 55, Marzo-Abril de 1970, Di­
rector Rodney Arismendi, Montevideo; Mi
Artículo, Hoja literaria N° 36, 17 de Abril
de 1970, Redacta José Ríos, Savago, Mon­
tevideo; Resonancias, N° 47, revista de
música, tradición, folklore, Director Prof.
Samuel de León del Río, Durazno (Uru­
guay)-
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APARECERA EN EL PROXIMO NUMERO:

HISTORIA DEL PERIODISMO EN MALDONADO

2da. PARTE

N O M IN A DE VECINOS EN I86 0

BIBLIOGRAFIA DEL DEPARTAMENTO