Está en la página 1de 32

CANONES INTRODUCTORIOS Y DOCTRINALES

Institución divina del sacramento del orden

Can. 1008 - Sacramento ordinis ex divina institutione inter christifi-


deles quidam, charactere indelebili quo signantur, constituuntur sacri mi-
nistri, qui nempe consecrantur et deputantur ut, pro suo quisque gradu, in
persona Christi Capitis munera docendi, sanctificandi et regendi adimplen-
tes, Dei populum pascant.

Novus textus (2009): "Sacramento ordinis ex divina institutione inter christifideles quidam,
charactere indelebili quo signantur, constituuntur sacri ministri, qui nempe consecrantur et
deputantur ut, pro suo quisque gradu, novo et peculiari titulo Dei populo inserviant".

Interpretación

a) Por divina institución: no se dice "por institución de Cristo", pues El no instituyó


directamente el presbiterado y el diaconado (cf. LG 28a).

b) El carácter indeleble expresa una mutación ontológica y perpetua.

c) La consagración es ante todo acción de Dios, el cual destina perpetuamente a la misión


de Cristo mismo: santificar, enseñar y regir.

d) La diferencia entre episcopado, presbiterado y diaconado viene expresada por la ex-


presión "pro suo quisque gradu". El munus recibido por la consagración es ciertamente el munus
de Cristo, pero en diverso grado.

e) Aunque el magisterio de la Iglesia nunca haya declarado que la ordenación diaconal


imprime carácter, en el Coetus de estudios sobre los sacramentos todos convinieron en que
permaneciera la mención del carácter también para los diáconos, en virtud de ser doctrina co-
mún.

f) Otro problema atañe a la participación de los munera por parte de los diáconos: no
están ordenados al sacerdocio, sino al ministerio (cf. LG 29a; CD 15a); sin embargo el canon
parece afirmar que también ellos participan de los munera, a fin de cumplir su ministerio en la
Iglesia. En todo caso, el diácono no ejerce su ministerio en la persona de Cristo Cabeza, pues no
puede, v.gr., presidir la Eucaristía. La misma sacramentalidad del diaconado es doctrina
discutible.

Grados del sacramento del orden

Can. 1009 –
§1. Ordines sunt episcopatus, presbyteratus et diaconatus.

§2. Conferuntur manuum impositione et precatione consecratoria,


quam pro singulis gradibus libri liturgici praescribunt.

§3 Qui constituti sunt in ordine episcopatus aut presbyteratus missionem et


facultatem agendi in persona Christi Capitis accipiunt, diaconi vero vim populo Dei
serviendi in diaconia liturgiae, verbi et caritatis.

Explicación

a) El canon afirma que hay tres órdenes diferentes en la Iglesia, sin entrar en la proble-
mática de su distinción en grados (cf. LG 21b; 28a; 29a; PO 2c).

b) La diferencia entre el diaconado, por una parte, y el presbiterado y episcopado por la


otra, es clara, porque el diaconado no es grado del sacerdocio ministerial, mientras que el
presbiterado y el episcopado son dos grados del mismo sacerdocio ministerial: dos especies de
ministerios que difieren entre sí en esencia y no sólo en grado. El derecho canónico no toca, sin
embargo, la secular y nunca resuelta cuestión sobre la diferencia entre ellos.

Véase la siguiente ilustración:

Diaconado: no grado del sacerdocio ministerial


(ministerio clerical no sacerdotal).

Difiere esencialmente de:

Presbiterado y episcopado difieren entre sí en grado


(ministerio clerical sacerdotal).

c) El episcopado y el presbiterado difieren entre sí en grado, tanto a nivel sacramental


como jurisdiccional e institucional.

1) Sacramentalmente, los Obispos reciben, por la imposición de las manos, la plenitud del
sacramento del Orden (cf. LG 21b), de la participación del munus apostolicum y del ejercicio de
la potestad sacramental o de orden (cf. LG 22b; 26c); los presbíteros, en cambio, no tienen la
plenitud de la potestad sacramental o de orden recibida en la consagración (cf. LG 28a).

2) Jurisdiccionalmente, el Obispo consagrado en virtud del libre nombramiento hecho por


el Romano Pontífice o por confirmación de la elección legítimamente realizada (cf. c. 377, §1) y
en virtud del mandato pontificio (cf. c. 1013), se hace partícipe de la plena y suprema potestad
del Colegio Episcopal sobre la Iglesia universal; en virtud del oficio episcopal recibido por la
missio canonica (cf. LG 24; nep 20), se le transmite la potestad necesaria para gobernar la Iglesia
particular. El presbítero, en cambio, en virtud del oficio que le confiere la legítima autoridad por
la missio canonica, recibe la potestad de régimen correspondiente al oficio que se le confía y que
ha de ejercer en la Iglesia particular y local (parroquia).

3) Institucionalmente, sólo los Apóstoles tuvieron la plenitud del munus ministerii


apostolici; pero "Cristo... ha hecho partícipes de su consagración y de su misión, por medio de
sus Apóstoles, a los sucesores de éstos, es decir, a los Obispos" (LG 28a). Cada uno de los Obis-
pos, por tanto, son el principio visible y el fundamento de unidad en las Iglesias particulares (cf.
LG 23a); juntamente con la Cabeza constituyen el Colegio Episcopal, que representa a la Iglesia
universal (cf. LG 22b). Por el contrario, los Obispos "han encomendado legítimamente el oficio
de su ministerio, en distinto grado", a los presbíteros (cf. LG 28a). Estos, aun cuando reciben su
potestad sacerdotal de Cristo mediante el ministerio del Obispo, son cooperadores del orden
episcopal y constituyen un presbiterio con su Obispo (cf. LG 28b).

d) La consagración episcopal y la presbiteral confieren un poder que no se puede perder.


Quien válidamente es consagrado Obispo puede administrar el sacramento del orden (c. 1012),
de la confirmación (c. 882) y celebrar la Eucaristía (c. 900, §1). El derecho universal atribuye a
la consagración episcopal facultad plena para oír confesiones en cualquier lugar (c. 967, §1), y
habilidad para administrar la unción de enfermos (c. 1003, §1). A la consagración presbiteral va
unido el poder de celebrar la Eucaristía (c. 900, § 1) y, en virtud del derecho universal, la
facultad de oír a todo penitente en peligro de muerte (c. 976); asimismo, es derecho del
presbítero administrar la unción a los enfermos (c. 1003, § 1). La consagración diaconal ni per se
ni por derecho universal otorga poder alguno diverso al que surge de la simple condición laical.

e) Además de la imposición de manos y de la oración consacratoria prescrita, para la


válida consagración se requiere la intención del ministro de hacer lo que la Iglesia hace y la in-
tención del ordenando de recibir la ordenación. La realización del rito de la ordenación presu-
pone normalmente la existencia de esa intención y voluntad; en caso de alegar lo contrario, cabe
un proceso a norma de los cc. 1708-1712 (cf. c. 290, n. 1).

f) Los libros litúrgicos para la ordenación son las ediciones aprobadas del Pontificale
Romanum.

La prima variazione riguarda il testo dei canoni 1008 e 1009 del Codice di Diritto Canonico che
si riferiscono ai sacri ministri. Nell’esporre “gli effetti del Sacramento dell’Ordine”, la prima
edizione del Catechismo della Chiesa Cattolica affermava che: “Per ordinationem recipitur
capacitas agendi tamquam Christi legatus, Capitis Ecclesiae, in eius triplici munere sacerdotis,
prophetae et regis” (secondo periodo del n. 1581). Successivamente, però, per evitare di
estendere al grado del Diaconato la facoltà di “agere in persona Christi Capitis”, che è riservata
soltanto ai Vescovi ed ai Presbiteri, la Congregazione per la Dottrina della Fede ritenne
necessario modificare, nell’edizione tipica, la redazione di questo n. 875 nel modo seguente: “Ab
eo (= Christo) Episcopi et presbiteri missionem et facultatem agendi in persona Christi Capitis
accipiunt, diaconi vero vim populo Dei serviendi in ‘diaconia’ liturgiae, verbi et caritatis”. Il 9
ottobre 1998, il Servo di Dio Giovanni Paolo II approvò questa modifica e dispose che ad essa si
adeguassero anche i canoni del Codice di Diritto Canonico.
Il Motu proprio “Omnium in mentem”, quindi, modifica il testo del can. 1008 CIC che, in
riferimento indistinto ai tre gradi dell’Ordine, non affermerà più che il sacramento conferisce la
facoltà di agire nella persona di Cristo Capo, ma si limiterà ad affermare, in maniera più
generica, che chi riceve l’Ordine Sacro è destinato a servire il popolo di Dio per un nuovo e
peculiare titolo.

La distinzione che a questo riguardo esiste fra i tre gradi del sacramento dell’Ordine viene adesso
ripresa nel can. 1009 CIC con l’aggiunta di un terzo paragrafo nel quale viene precisato che il
ministro costituito nell’Ordine dell’Episcopato o del Presbiterato riceve la missione e la facoltà
di agire in persona di Cristo Capo, mentre i Diaconi ricevono l’abilitazione a servire il Popolo di
Dio nella diaconia della liturgia, della Parola e della Carità.

CAPUT I

DE ORDINATIONIS CELEBRATIONE ET MINISTRO

Celebración de la ordenación.

Tiempo

Can. 1010 - Ordinatio intra Missarum sollemnia celebretur, die do-


minico vel festo de praecepto, sed ob rationes pastorales aliis etiam diebus,
ferialibus non exceptis, fieri potest.

a) La ordenación es litúrgicamente considerada como una solemnidad para la comunidad


cristiana; por ello debe tener lugar dentro de la celebración eucarística, "culmen y la fuente de
todo el culto y de toda la vida cristiana" (c. 897) y en día domingo o fiestas de precepto.

b) Puede celebrarse la ordenación en cualquier otro día, por razones pastorales.

Lugar

Can. 1011 –

§1. Ordinatio generaliter in cathedrali ecclesia celebretur; ob rationes


tamen pastorales in alia ecclesia aut oratorio celebrari potest.

§2. Ad ordinationem invitandi sunt clerici aliique christifideles, ut


quam maxima frequentia celebrationi intersint.
a) Puesto que la iglesia catedral es la sede del ministerio pastoral del Obispo y es el lugar
de integración del presbiterio con su propio pastor, la celebración de la ordenación generalmente
ha de tener lugar en ella.

b) Puede también celebrarse en otra iglesia u oratorio, por razones pastorales.

c) La invitación y participación de clérigos y laicos manifiesta más claramente la per-


manencia del único sacerdocio de Cristo en su dos especificaciones: el sacerdocio común y el sa-
cerdocio ministerial (cf. LG 10b).

Ministro de la ordenación

En general

Can. 1012 –

Sacrae ordinationis minister est episcopus consecratus.

a) El Obispo consagrado es ministro de toda ordenación.

b) El CIC17, c. 951, hablaba de ministro ordinario y extraordinario, en virtud de que la


tonsura y las órdenes menores podían ser conferidas, con indulto de la Sede Apostólica, por
quien no estaba revestido del carácter episcopal.

c) )La disposición del c. 1012 es de origen divino o eclesiástico? La disciplina eclesiás-


tica es clara en el sentido de que nadie más que el Obispo puede conferir órdenes sagradas. Si un
simple presbítero pueda ser ministro extraordinario en la ordenación diaconal o presbiteral, es
cuestión discutida en base a la diversa interpretación que se hace de algunos documentos pontifi-
cios. Respecto a la consagración episcopal, la Iglesia simplemente afirma que "pertenece a los
Obispos incorporar, por medio del sacramento del orden, nuevos elegidos al Cuerpo episcopal"
(LG 21b).

Consagración de Obispos

Can. 1013 –

Nulli Episcopo licet quemquam consecrare in Episcopum, nisi prius


constet de pontificio mandato.

a) El mandato apostólico o pontificio (mandato de la competente autoridad en las Iglesias


orientales): necesario juntamente con la libre nominación o confirmación del Sumo Pontífice (cf.
c. 377, §1), para que un Obispo sea consagrado legítimamente y constituido en comunión
jerárquica con la Cabeza del Colegio y con los miembros.

b) Solamente el Obispo consagrado legítimamente está en comunión jerárquica, se hace


miembro del Colegio episcopal (cf. LG 22a; c. 336) y puede ser constituido plenamente en el
oficio episcopal.

c) Sólo el Obispo que es miembro del Colegio episcopal es partícipe de la plena, uni-
versal y suprema potestad, cuyo sujeto es el Colegio episcopal, en el cual, al mismo tiempo con
la Cabeza y nunca sin ella, persevera el Colegio apostólico (cf. LG 22b; nep 30; c. 336). Por
derecho divino, el Obispo legítimo, como miembro del Colegio, participa de tal potestad.

d) Sólo el Obispo legítimo integrado en comunión jerárquica puede recibir de la legítima


autoridad la misión canónica (cf. LG 24b); nep 20)), por la cual se le concede un oficio particular
o se le asignan súbditos.

e) La comunión jerárquica, juntamente con la consagración, es elemento constitutivo del


oficio episcopal. El Obispo a quien el Sumo Pontífice rehúsa o niega la comunión apostólica no
puede ser asumido a un oficio (cf. LG 24b). Esto lo explica el c. 375, § 2, según el cual los
munera de enseñar y regir, que el Obispo recibe con el munus de santificar en la consagración
episcopal, por su naturaleza no se pueden ejercer sino en comunión jerárquica con la Cabeza del
Colegio y con los miembros (cf. LG 21b; nep 2). Doble es la relación de comunión jerárquica:
con la Cabeza del Colegio y con los miembros; la relación con la Cabeza constituye el mismo
oficio episcopal, así en relación a la Iglesia universal como a la particular. El vínculo individual
de cada Obispo con la Cabeza hace que también los Obispos, por el mismo vínculo, se consti-
tuyan en relación orgánica entre sí.

f) Por lo tanto, el Obispo no puede constituir a sus súbditos en comunión jerárquica, a no


ser que él mismo sea partícipe, en fuerza del mandato pontificio y de la misión canónica, de la
estructura jerárquica de comunión con la Cabeza y con los miembros del Colegio. Si el Obispo
no fuera partícipe de la comunión jerárquica, su Iglesia particular sería cismática, porque no se
encontraría en comunión con la Iglesia de Roma y, por lo mismo, con todas las Iglesias
particulares (cf. LG 13c; 15; AG 22b). De todo lo dicho resulta evidente por qué el c. 1382
establece excomunión latae sententiae reservada a la Sede Apostólica contra el Obispo que, sin
mandato pontificio, consagra a algún Obispo, y también contra el consagrado de este modo.

g) Conclusión.

11 La comunión jerárquica del Obispo con la Cabeza del Colegio y con los miembros es
de derecho divino, por la misma naturaleza de la Iglesia y del oficio episcopal.

21 Para que el Obispo sea miembro del Colegio y asuma el oficio episcopal, el c. 1013
establece, por derecho eclesiástico, la licitud de la consagración episcopal, a fin de expresar y
proteger el derecho divino.

31 Se ha de distinguir entre consagración -la cual podría ser válida- y comunión jerárqui-
ca, la cual se da solamente por mandato del Sumo Pontífice o de la autoridad competente en las
Iglesias orientales.

Colegialidad en la consagración de Obispos

Can. 1014 - Nisi Sedis Apostolicae dispensatio intercesserit, Episcopus


consecrator principalis in consecratione episcopali duos saltem Episcopos
consecrantes sibi adiungat; valde convenit autem, ut una cum iisdem omnes
Episcopi praesentes electum consecrent.

A no ser que la Sede Apostólica lo hubiera dispensado, en la consagración


episcopal el Obispo consagrante principal asocie a sí al menos a otros dos
Obispos consagrantes; y es muy conveniente que, junto con ellos, todos los
Obispos presentes consagren al elegido.

La consagración episcopal hecha por varios Obispos es signo de colegialidad (cf. LG


21b) y tiene un origen muy antiguo. Basta con tres para realizar el significado. Se trata de una
disposición para la licitud, no para la validez; la Sede Apostólica puede dispensar de esta norma.

Ordenación de presbíteros y diáconos.

Can. 1015 - §1. Unusquisque ad presbyteratum et ad diaconatum a


proprio Episcopo ordinetur aut cum legitimis eiusdem litteris dimissoriis.

§2. Episcopus proprius, iusta de causa non impeditus, per se ipse suos
subditos ordinet; sed subditum orientalis ritus, sine apostolico indulto, licite
ordinare non potest.

§3. Qui potest litteras dimissorias ad ordines recipiendos dare, potest


quoque eosdem ordines per se ipse conferre, si charactere episcopali polleat.

a) La ordenación debe ser hecha por el Obispo propio, a no ser que esté impedido por
causa justa (vgr., enfermedad; el diácono se halla legítimamente en otra diócesis), en cuyo caso
da letras dimisorias.

b) Para que un Obispo propio ordene lícitamente a un súbdito de rito oriental, se requiere
indulto pontificio; con ello se busca proteger los diferentes ritos en la Iglesia. El súbdito de rito
oriental, que es ordenado según el rito latino por un Obispo propio, no queda adscrito al rito
latino (cf. c. 112, § 2).

c) El Obispo no propio sólo con letras dimisorias legítimas puede ordenar: para la licitud.
Si alguien fuera ordenado diácono o presbítero sin letras dimisorias, no estaría en comunión
jerárquica con su Obispo y con el orden de Obispos (cf. PO 7a). Como ipso facto por la
recepción del orden queda suspendido, no puede ejercer los munera recibidos en la ordenación;
el Obispo ordenante, además, queda vetado durante un año para conferir órdenes (cf. c. 1383).

d) Quien da letras dimisorias y tiene carácter episcopal, per se puede ordenar a sus pro-
pios súbditos. Esto vale siempre del Obispo propio cuando se trata del clero diocesano y de los
miembros de institutos seculares de derecho diocesano o pontificio (si no incardinan a sus
miembros) y de los institutos religiosos o sociedades de vida apostólica de derecho diocesano.
Respecto de los miembros de institutos religiosos clericales de derecho pontificio, o de institutos
seculares de derecho pontificio, que tienen facultad de incardinar a sus miembros, o de so-
ciedades de vida apostólica clericales de derecho pontificio o de Prelaturas personales (cf. c. 295,
§ 1), los respectivos Superiores no pueden conferir per se las órdenes si no tienen carácter
episcopal, por más que puedan dar letras dimisorias.

Obispo propio

Can. 1016 - Episcopus proprius, quod attinet ad ordinationem diaco-


nalem eorum qui clero saeculari se adscribi intendant, est Episcopus dioece-
sis, in qua promovendus habet domicilium, aut dioecesis cui promovendus
sese devovere statuit; quod attinet ad ordinationem presbyteralem clerico-
rum saecularium, est Episcopus dioecesis, cui promovendus per diaconatum
est incardinatus.

a) El concepto "Obispo propio" comprende también a los que presiden una iglesia parti-
cular aún no erigida en diócesis, a saber: Administrador apostólico (cf. c. 371, §2) y Vicario y
Prefecto apostólicos (cf. c. 371, §1). Nótese que, a tenor del c. 381, §2, quien preside una iglesia
particular no puede conferir órdenes si carece del orden episcopal.

b) Ordenación diaconal: Obispo propio es o el Obispo de la diócesis en la que el orde-


nando tiene su domicilio (cf. c. 102, §2), o el Obispo de la diócesis en que el ordenando desea
cumplir su ministerio. De esta manera se deja al candidato la libertad de elegir diócesis.

c) Ordenación presbiteral: es el Obispo de la diócesis a la que el diácono ya está incar-


dinado (cf. c. 266, §1).

d) Los miembros de institutos religiosos (cf. c. 607, §2) o de sociedades de vida apos-
tólica (cf. c. 736, §1) que son clericales y de derecho pontificio (cf. cc. 588, §2, 589), y los de
Prelaturas personales (cf. c. 295, §1) e institutos seculares de derecho pontificio que incardinan a
sus miembros (cf. cc. 715, §2; 266, §3; 268, §2), no tienen Obispo propio y pueden ser orde-
nados por cualquier Obispo, con letras dimisorias dadas por los Superiores competentes. Los
miembros de institutos seculares de derecho pontificio que no incardinan y los de derecho
diocesano, así como los clérigos de institutos religiosos de derecho diocesano y los de sociedades
de vida apostólica de derecho diocesano, se rigen por las normas dadas para el clero secular.
Colación de órdenes fuera de la propia jurisdicción

Can. 1017 - Episcopus extra propriam dicionem nonnisi cum licentia


Episcopi dioecesani ordines conferre potest.

El Obispo no puede conferir órdenes fuera del ámbito de su jurisdicción, si


no es con licencia del Obispo diocesano.

Fuera de su jurisdicción, no puede el Obispo administrar lícitamente las órdenes sino con
licencia del Obispo diocesano de la otra Iglesia. El Obispo es pastor de la Iglesia que se le ha
confiado, y por lo mismo no puede ejercer los munera y potestades en la Iglesia confiada a otro
Obispo (cf. LG 23b).

Letras dimisorias la ordenación de seculares

Can. 1018 - §1. Litteras dimissorias pro saecularibus dare possunt:

11 Episcopus proprius, de quo in can. 1016;

21 Administrator apostolicus atque, de consensu collegii consultorum,


Administrator diocesanus; de consensu consilii, de quo in can. 495, ' 2, Pro-
Vicarius et Pro-Praefectus apostolicus.

§2. Administrator dioecesanus, Pro-Vicarius et Pro-praefectus apos-


tolicus litteras dimissorias ne iis concedant, quibus ab Episcopo dioecesano
aut a Vicario vel Praefecto apostolico accessus ad ordines denegatus fuerit.

a) Las letras dimisorias son cartas dirigidas a un Obispo por quien preside una iglesia
particular o por un Superior mayor, mediante las cuales solicita y autoriza la ordenación diaconal
o presbiteral de un súbdito.

b) Para los seculares las conceden:

- el Obispo propio (cf. c. 1016);


- el Administrador apostólico (cf. c. 371, ' 2);
- el Administrador diocesano: con consentimiento del colegio de consultores (cf. cc. 502;
419);
- el Provicario y Proprefecto apostólicos: con consentimiento del consejo (cf. cc. 420;
495, ' 2).

c) Condición para que las concedan el Administrador diocesano, el Provicario y el Pro-


prefecto apostólicos: que no las hayan negado respectivamente el Obispo diocesano, el Vicario o
el Prefecto apostólicos.

Letras dimisorias concedidas por Superiores mayores

Can. 1019 - ' 1. Superiori maiori instituti religiosi clericalis iuris


pontificii aut societatis clericalis vitae apostolicae iuris pontificii competit ut
suis subditis, iuxta constitutiones perpetuo vel definitive instituto aut socie-
tati adscriptis, concedat litteras dimissorias ad diaconatum et ad presbyte-
ratum.

' 2. Ordinatio ceterorum omnium alumnorum cuiusvis instituti aut


societatis regitur iure clericorum saecularium, revocato quolibet indulto
Superioribus concesso.

a) Pueden conceder letras dimisorias los Superiores mayores en:

- institutos religiosos clericales de derecho pontificio (cf. c. 607, ' 2);


- sociedades de vida apostólica clericales de derecho pontificio (cf. c. 736, ' 1);
- Prelaturas personales que incardinan (cf. c. 295, ' 1);
- institutos seculares que incardinan (cf. cc. 715, ' 2; 266, ' 3; 268, ' 2).

b) Los Superiores mayores no pueden conceder letras dimisorias en los siguientes insti-
tutos y sociedades:
- instituto religioso de derecho diocesano (cf. c. 594);
- institutos seculares de derecho pontificio que no incardinan (cf. c. 715, ' 1;
- institutos seculares de derecho diocesano (cf. c. 727);
- sociedades de vida apostólica de derecho diocesano (cf. c. 732; 589).

Requisitos para conceder letras dimisorias

Can.. 1020 - Litterae dimissoriae ne concedantur, nisi habitis antea


omnibus testimoniis et documentis, quae iure exiguuntur ad normam cann.
1050 et 1051.

Es una grave obligación de quien da letras dimisorias cerciorarse de la veracidad de las


mismas, así como de los documentos exigidos por los cc. 1050-1051.

Destinatario de las letras dimisorias

Can. 1021 - Litterae dimissoriae mitti possunt ad quemlibet Episco-


pum communionem cum Sede Apostolica habentem, excepto tantum, citra
apostolicum indultum, Episcopo ritus diversi a ritu promovendi.

Cualquier Obispo que está en comunión con la Sede Apostólica (en caso de transgresión,
se incurre en las penas previstas en el c. 1383) puede recibir letras dimisorias. Si las letras son
enviadas a un Obispo de rito diverso al del ordenando, se necesita indulto apostólico.

Autenticidad de las letras dimisorias

Can. 1022 - Episcopus ordinans, acceptis legitimis litteris dimissoriis,


ad ordinationem ne procedat, nisi de germana litterarum fide plane constet.

La procedura adecuada consiste en que el competente Ordinario remita las letras dimi-
sorias al Obispo ordenante. Una vez que a éste le consta la autenticidad de las mismas, puede
proceder a la ordenación del candidato sin necesidad de ulteriores investigaciones sobre las
cualidades del ordenando, a menos que tenga serias dudas sobre el caso (cf. c. 1052).

Revocación o limitación de las letras dimisorias

Can. 1023 - Litterae dimissoriae possunt ab ipso concedente aut ab


eius successore limitibus circumscribi aut revocari, sed semel concessae non
extinguuntur resoluto iure concedentis.

Las letras dimisorias pueden ser restringidas o revocadas por la autoridad concedente o
por su sucesor; así, vgr., se puede indicar que el candidato sea ordenado en cierto espacio de
tiempo, o por determinado Obispo, o a condición de superar exitosamente el examen. La revo-
cación requiere causa justa.

CAPUT II

DE ORDINANDIS

Cánones introductorios:

Can. 1024 - Sacram ordinationem valide recipit solus vir baptizatus.

Como condiciones para la validez de la ordenación se establecen la cualidad de ser varón


y el bautismo. Es patente que se requiera el bautismo por derecho divino para recibir válidamente
el orden sagrado; se trata de una capacidad ontológica para poder recibir cualquier sacramento
(cf. c. 842, ' 1).
La declaración Inter insigniores (1976) de la Congregación para la Doctrina de la Fe,
afirma llanamente: "La Iglesia, la cual pretende permanecer fiel al ejemplo del Señor, reconoce
que no tiene en sí misma autoridad para admitir a las mujeres a la ordenación sacerdotal".
"Nunca -prosigue la declaración- la Iglesia católica ha juzgado que la ordenación presbiteral o
episcopal pueda ser conferida válidamente a las mujeres". Y concluye: "La praxis de la Iglesia
constituye, consiguientemente, norma. El hecho de que la ordenación se confiera solamente a los
varones, está respaldada por la continua tradición a través de toda la historia de la Iglesia, así en
el Oriente como en el Occidente, y va encaminada a prevenir las costumbres depravadas; tal
norma, fundada en el ejemplo de Cristo, ha sido observada y es observada por juzgarse que es
conforme al propósito de Dios respecto a su Iglesia" (SCDF, Decl. AInter insigniores@, 15 oct.
1976: AAS 69 [1977], 116).

La declaración habla de la ordenación sacerdotal -presbiteral o episcopal- y no de la


diaconal, porque el diaconado no es un grado del sacerdocio ministerial y en la Iglesia apostólica
y en la Iglesia de los primeros siglos había mujeres constituidas en el orden diaconal; a ello
también alude la declaración.

Condiciones para la licitud

Can. 1025 - ' 1. Ad licite ordines presbyteratus vel diaconatus confe-


rendos requiritur ut candidatus, probatione ad normam iuris peracta, debitis
qualitatibus, iudicio proprii Episcopi aut Superioris maioris competentis,
praeditus sit, nulla detineatur irregularitate nulloque impedimento, atque
praerequisita, ad normam cann. 1033-1039 adimpleverit; praeterea
documenta habeantur, de quibus in can. 1050, atque scrutinium peractum
sit, de quo in can. 1051.

' 2. Insuper requiritur ut, iudicio eiusdem legitimi Superioris, ad


Ecclesiae ministerium utilis habeatur.

' 3. Episcopo ordinanti proprium subditum, qui servitio alius dioe-


cesis destinetur, constare debet ordinandum huic dioecesi addictum iri.

0
a) Por parte del candidato se requiere:

- que sea probado a norma del derecho;


- que posea las cualidades debidas, a juicio del propio Obispo o del Superior mayor
competente (cf. cc. 1027-1029, 1031-1032);
- que esté libre de toda irregularidad o impedimento (cf. cc. 1041-1042);
- que se cumplan las estipulaciones de los cc. 1033-1039;
- que se cuente con los documentos exigidos por el c. 1050;
- que se realice el escrutinio exigido por el c. 1051.
b) Por parte del Superior legítimo: juicio positivo sobre la utilidad del candidato para el
ministerio en la Iglesia. El Obispo diocesano que ordena a un súbdito propio destinado a otra
Iglesia, debe tener constancia de que el ordenando se adscribirá a esa Iglesia.

Art. 1

DE REQUISITIS IN ORDINANDIS

Libertad

Can. 1026 - Ut quis ordinetur debita libertate gaudeat oportet; nefas


est quemquam, quovis modo, ob quamlibet causam ad ordines recipiendos
cogere, vel canonice idoneum ab iisdem recipiendis avertere.

a) Nadie puede ser obligado a recibir las órdenes ("nefas est"); para mejor protección de
la libertad del ordenando, ninguna causa puede aducirse para coaccionar: "quovis modo", "ob
quamlibet causam": fuerza física extrínseca, miedo (aun no grave), dolo, seducciones, etc. (cf. c.
125). El presente canon establece también la obligación moral y canónica de no apartar de la
ordenación a quien es idóneo para la misma; no se trata aquí, sin embargo, de un derecho que
tuviera el candidato a ser ordenado diácono, a diferencia del diácono destinado al presbiterado
(cf. c. 1030).

b) No se dice expresamente si la libertad se requiere para la validez o la licitud. Según el


principio general del c. 10, parece que, negada la libertad, no se ha de negar la validez de la
ordenación; sin embargo, los canonistas distinguen varios casos:

11 Quien no tiene intención, al menos habitual de recibir las órdenes inválidamente es


ordenado; la intención habitual, es decir, la que fue actual y no ha sido revocada, se requiere por
naturaleza del sacramento del orden para la validez.

21 Quien consiente, obligado por miedo grave, es ordenado válidamente, con tal de que
no haya sido privado del uso de razón.

31 Es ordenado inválidamente el que duerme, el ebrio que no haya tenido anteriormente


la intención de ordenarse, el que es obligado por fuerza externa, el que se presenta a la or-
denación jugando o bromeando.

c) Quien fuera ordenado sin debida libertad o responsabilidad, puede obtener de la Sede
Apostólica la dimisión del estado clerical sin la obligaciones propias de tal estado, a norma del c.
292; es más, puede ser dispensado de la carga del celibato por el Romano Pontífice.
Formación

Can. 1027 - Aspirantes ad diaconatum et presbyteratum accurata


praeparatione efformentur, ad normam iuris.

Los aspirantes al diaconado y al presbiterado han de ser formados con una


esmerada preparación, a tenor del derecho.

Can. 1028 - Curet Episcopus dioecesanus aut Superior competens ut


candidati, antequam ad ordinem aliquem promoveantur, rite edoceantur de
iis, quae ad ordinem eiusque obligationes pertinent.

a) Los ordenandos deben ser formados con adecuada preparación, a norma de los cc. 232-
264.

b) El Obispo o Superior competente deben cuidar que el candidato sea instruido debida-
mente. Para que el ordenando se acerque con la debida libertad a las órdenes, debe contar con la
conveniente preparación espiritual y doctrinal, de modo que sea consciente de las obligaciones
emanantes del orden (cf. c. 247, ' 2).
Signos de vocación

Can. 1029 - Ad ordines ii soli promoveantur qui, prudenti iudicio


Episcopi proprii aut Superioris maioris competentis, omnibus perpensis,
integram habent fidem, recta moventur intentione, debita pollent scientia,
bona gaudent existimatione, integris moribus probatisque virtutibus atque
qualitatibus physicis et psychicis ordini recipiendo congruentibus sunt
praediti.

a) El canon nada dice de la vocación divina, la cual es ciertamente el requisito primero y


fundamental para recibir órdenes.

b) OT 2c condensa los elementos ya antes mencionados por los documentos referidos:


cualidades necesarias, idoneidad, buena intención, plena libertad, son signos de elección divina.

c) Como la vocación divina, en cuanto acto interno de la gracia de Dios, no se puede en sí


misma definir y comprobar jurídicamente, el Código establece solamente los criterios por los que
el Obispo o el Superior mayor competente pueden llegar a la conclusión de que el candidato es
llamado por Dios; dichos criterios tienen que ser apreciados (omnibus perpensis) en relación al
lugar, a la cultura y a la educación familiar en que ha crecido el candidado. Tales criterios son:

11 Fe íntegra: el ministerio clerical recibido por el sacramento del orden exige en el


ministro plena comunión de fe, sacramentos y disciplina eclesiástica.
21 Recta intención: el ordenando debe buscar en la Iglesia
el servicio de Dios y la salud espiritual del prójimo. Dios no llama a quien busca comodidades
sociales o económicas.

31 Ciencia debida: ésta es exigida en grado diverso, según se trate de candidatos al dia-
conado permanente o al presbiterado (cf. cc. 1032, '' 2 y 3; c. 236).

41 Buena fama: es necesaria para cumplir fructuosamente el ministerio en la Iglesia; la


buena fama lleva a la presunción de la integridad de costumbres, de virtudes probadas y de otras
cualidades.

51 Integridad de costumbres y virtudes probadas: constituyen un sólido apoyo para una


actitud firme y vigorosa en la plena vivencia del celibato y para una conducta que se proyecte en
modestia, honradez, disponibilidad, imparcialidad y sacrificio.

61 Cualidades físicas y psíquicas: salud física, corroborada inclusive mediante pericia


médica, resistencia a la fatiga, capacidad intuitiva, facilidad de palabra.

d) Nótese que la promoción a las órdenes depende solamente del juicio prudente del
Obispo propio o del Superior mayor competente. Como Dios es quien llama, pertenece sólo a los
prepósitos de la Iglesia discernir quiénes son aptos para el ministerio pastoral. Nadie puede
exigir la ordenación. Solamente quien se juzga llamado por Dios puede solicitar las órdenes
sagradas.

Prohibición de acceso al presbiterado

Can. 1030 - Nonnisi ex causa canonica, licet occulta, proprius Epis-


copus vel Superior maior competens diaconis ad presbyteratum destinatis,
sibi subditis, ascensum ad presbyteratum interdicere potest, salvo recursu ad
normam iuris.

a) El candidato al sacerdocio, una vez que ha sido ordenado diácono, adquiere el derecho
a ser ordenado presbítero de acuerdo a los requisitos establecidos por el derecho.

b) Para que la autoridad competente pueda impedir el acceso al presbiterado, se requiere


causa canónica, es decir, establecida en el derecho: falta de edad (cf. c. 1031), curriculum forma-
tivo no completo (cf. c. 1032), presencia de irregularidades o de impedimentos (cf. cc. 1041-
1042).

c) La prohibición puede cesar por dispensa o por desaparecer el impedimento.

d) Contra la prohibición impuesta administrativamente cabe recurso a norma de los cc.


1732-1739. Cuando la prohibición es impuesta por sentencia judicial, se han de observar los cc.
1728, ' 1 y 1629-1640.

Edad canónica

Can. 1031 - ' 1. Presbyteratus ne conferatur nisi iis qui aetatis annum
vigesimum quintum expleverint et sufficienti gaudeant maturitate, servato
insuper intervallo sex saltem mensium inter diaconatum et presbyteratum;
qui ad presbyteratum destinantur, ad diaconatus ordinem tantummodo post
expletum aetatis annum vigesimum tertium admittantur.

' 2. Candidatus ad diaconatum permanentem qui non sit uxoratus ad


eundem diaconatum ne admittatur, nisi post expletum vigesimum quintum
saltem aetatis annum; qui matrimonio coniunctus est, nonnisi post expletum
trigesimum quintum saltem aetatis annum, atque de uxoris consensu.

' 3. Integrum est Episcoporum conferentiis normam statuere, qua


provectior ad presbyteratum et ad diaconatum permanentem requiratur
aetas.

' 4. Dispensatio ultra annum super aetate requisita ad normam '' 1


et 2 Apostolicae Sedi reservatur.

a) La edad mínima para la licitud de la ordenación es (c. 1031, '' 1-2) es:

11 23 años para el diaconado de quienes aspiran al presbiterado;

21 25 años para el diaconado permanente de uno no casado;

31 35 años para el diaconado permanente de un casado;

41 25 años para el presbiterado de quienes tienen suficiente madurez, observado el in-


tervalo de al menos seis meses entre el diaconado y el presbiterado.

51 35 años para la recepción del episcopado (cf. c. 378, ' 1).

b) Nótese que, para admitir al diaconado permanente a los casados, se requiere el con-
sentimiento de la consorte. )Podría ser ordenado diácono permanente quien hubiera contraído
legítimamente matrimonio mixto, o quien se hubiera separado de su consorte, o quien hubiera
obtenido sentencia de nulidad matrimonial? Esto lo tendría que determinar la Conferencia
Episcopal, habida cuenta del criterio establecido en el c. 1029: "bona gaudent existimatione,
integris moribus probatisque virtutibus".

c) Las Conferencias Episcopales gozan de la facultad de establecer una edad superior


para el presbiterado y el diaconado permanente: c. 1031, ' 3.
d) La dispensa de la edad canónica, en caso de superar un año, queda reservada a la Sede
Apostólica: c. 1031, ' 4; téngase, sin embargo, presente la excepción contemplada en el c. 87, '
2.

e) A esta normativa sobre la edad, subyace el criterio básico de una madurez humana que
garantice el recto ejercicio del ministerio, el encuentro verdaderamente humano con el pueblo y
la digna actuación en la persona de Cristo como cabeza de la Iglesia.

Promoción a las órdenes

Can. 1032 - ' 1. Aspirantes ad presbyteratum promoveri possunt ad


diaconatum solummodo post expletum quintum curriculi studiorum
philosophico-theologicorum annum.

' 2. Post expletum studiorum curriculum, diaconus per tempus con-


gruum, ab Episcopo vel a Superiore maiore competenti definiendum, in cura
pastorali partem habeat, diaconalem exercens ordinem, antequam ad
presbyteratum promoveatur.

' 3. Aspirans ad diaconatum permanentem, ad hunc ordinem ne


promoveatur nisi post expletum formationis tempus.

a) Para la ordenación del diácono transeúnte, se requiere haber terminado un quinquenio


del currículo de estudios filosófico-teológicos, cuya duración complexiva es de seis años. Sobre
estos estudios, ténganse en cuenta las determinaciones de los cc. 248-258.

b) El diácono, una vez concluido el currículo de estudios, debe tomar parte en la cura
pastoral por un tiempo conveniente, no inferior a seis meses, determinado por el Obispo o por el
Superior mayor competente.

c) Los aspirantes al diaconado permanente, sólo pueden ser ordenados cuando han cum-
plido el tiempo de formación, realizado a tenor del c. 236, que establece un período de tres años,
cuya planeación ha de ser establecida por la Conferencia Episcopal o por el Obispo diocesano.
0
Art. 2

DE PRAEREQUISITIS AD ORDINATIONEM

Confirmación

Can. 1033 - Licite ad ordines promovetur tantum qui recepit sacrae


confirmationis sacramentum.

Antes de la ordenación, el aspirante debe presentar testimonios de bautismo y de con-


firmación; mientras que el bautismo se requiere para la validez (cf. c. 842), la confirmación es
sólo para la licitud. En caso de duda sobre la recepción de este sacramento, se ha de proceder
conforme al c. 845, ' 2.

Rito litúrgico de admisión

Can. 1034 - ' 1. Ad diaconatum vel presbyteratum aspirans ne ordi-


netur, nisi prius per liturgicum admissionis ritum ab auctoritate, de qua in
cann. 1016 et 1019, adscriptionem inter candidatos obtinuerit post praeviam
suam petitionem propria manu exaratam et subscriptam, atque ab eadem
auctoritate in scriptis acceptatam.
' 2. Ad eandem admissionem obtinendam non tenetur, qui per vota in
clericale institutum cooptatus est.

Quien aspira al diaconado o al presbiterado debe ser inscrito por el Obispo propio (cf. c.
1016) o por el Superior competente (cf. c. 1019) entre los candidatos mediante el rito litúrgico
prescrito. A este rito debe preceder la petición, escrita y suscrita a mano, y aceptada por la
autoridad respectiva. Los miembros de un instituto religioso clerical que han emitido votos, no
están obligados a dicho rito. Sí están obligados, en cambio, los miembros de institutos seculares
y los de sociedades de vida apostólica clericales.

Ministerios de lector y acólito

Can. 1035 - ' 1. Antequam quis ad diaconatum sive permanentem sive


transeuntem promoveatur, requiritur ut ministeria lectoris et acolythi
receperit et per congruum tempus exercuerit.

' 2. Inter acolytatus et diaconatus collationem intervallum intercedat


sex saltem mensium.

Antes del diaconado, incluso el permanente, se deben recibir y ejercer durante un tiempo
conveniente, los ministerios de lector y acólito. Entre el acolitado y el diaconado debe darse un
espacio al menos de seis meses, de modo que el estudio y el ejercicio dispongan al candidato
para el doble aspecto del munus sacerdotal, a saber, el ministerio de la palabra y del altar. Del
presente canon, se desprende que la reserva de estos ministerios estables a sólo los varones (cf. c.
230, ' 1), obedece a que son considerados como un paso hacia el ministerio clerical.

Declaración de libertad
Can. 1036 - Candidatus, ut ad ordinem diaconatus aut presbyteratus
promoveri possit, Episcopo proprio aut Superiori maiori competenti decla-
rationem tradat propria manu exaratam et subscriptam, qua testificetur se
sponte ac libere sacrum ordinem suscepturum atque se ministerio ecclesias-
tico perpetuo mancipaturum esse, insimul petens ut ad ordinem recipiendum
admittatur.

a) Antes del diaconado el candidato entregará al Obispo propio o Superior una declara-
ción escrita y firmada a mano por él, manifestando: 11 que pide ser admitido a la ordenación; 21
que quiere recibir la ordenación espontánea y libremente; 31 que quiere dedicarse perpetuamente
al ministerio eclesiástico.

b) Esta declaración permite alcanzar la seguridad en el Superior competente de que nadie


será ordenado sin haberlo querido y solicitado; a la vez hace consciente al candidato de que la
consagración sacramental lo introduce irrevocablemente en el ministerio.

Rito público de aceptación del celibato

Can. 1037 - Promovendus ad diaconatum permanentem qui non sit


uxoratus, itemque promovendus ad presbyteratum, ad ordinem diaconatus
ne admittantur, nisi ritu praescripto publice coram Deo et Ecclesiae obliga-
tionem caelibatus assumpserint, aut vota perpetua in instituto religioso emi-
serint.

a) A este rito están obligados el promovendo al diaconado permanente que no sea casado
y el promovendo al diaconado transeúnte; al mismo no están obligados quienes han emitido
votos perpetuos en un instituto religioso. El rito es público, porque la obligación del celibato se
asume ante Dios y ante la Iglesia. La prescripción del presente canon se funda en lo establecido
en el c. 277, ' 1. El rito se halla en el Ritual Romano.

b) La Iglesia mantiene la ley eclesiástica del celibato, no obstante que autorice el minis-
terio a quienes, habiéndose ordenado como casados dentro de una iglesia o comunidad cristiana
separada, se convierten a la Iglesia católica.

Diácono que rehúsa acceder al presbiterado

Can. 1038 - Diaconus, qui ad presbyteratum promoveri renuat, ab


ordinis recepti exercitio prohiberi non potest, nisi impedimento detineatur
canonico aliave gravi causa, de iudicio Episcopi dioecesani aut Superioris
maioris competentis aestimanda.
a) Al diácono que no quiera ser ordenado presbítero, no se le puede prohibir el ejercicio
del diaconado, salvo que tenga un impedimento canónico (cf. c. 1044) o se dé otra causa grave a
juicio del Obispo diocesano o Superior competente.

b) En caso de una prohibición de carácter penal, se observará el procedimiento canónico


correspondiente (cf. cc. 1717-1731).

Ejercicios espirituales

Can. 1039 - Omnes, qui ad aliquem ordinem promovendi sunt, exer-


citiis spiritualibus vacent per quinque saltem dies, loco et modo ab Ordinario
determinatis; Episcopus, antequam ad ordinationem procedat, certior factus
sit oportet candidatos rite iisdem exercitiis vacasse.

El ministerio clerical en el Pueblo de Dios compromete al hombre entero, no sólo sus


capacidades intelectuales y sus cualidades humanas, sino también su fe y su identificación in-
terna con el ministerio. Los ejercicios espirituales ofrecen al aspirante la oportunidad de probarse
a sí mismo, de clarificar su disponibilidad de entregarse al servicio de Dios y de la Iglesia. La
duración de los ejercicios no es norma invariable. De hecho, el Obispo puede reducir el tiempo o
hacer excepciones.

Art. 3

DE IRREGULARITATIBUS ALIISQUE IMPEDIMENTIS

Noción de irregularidad y de impedimento

Can. 1040 - A recipiendis ordinibus arcentur qui quovis impedimento


afficiuntur sive perpetuo, quod venit nomine irregularitatis, sive simplici;
nullum autem impedimentum contrahitur, quod in canonibus qui sequuntur
non contineatur.

La irregularidad es un impedimento perpetuo para recibir órdenes o ejercerlas; cuando el


ordenando o el ordenado se halla en una condición, de suyo temporal, que le impide la recepción
o ejercicio de las órdenes, se dice que adolece de un impedimento simple. El Obispo propio o el
Superior mayor competente admiten a las órdenes según su prudente juicio (cf. c. 1029), pero
deben considerar como impedimentos para recibir las órdenes tan sólo las condiciones
determinadas por derecho positivo, esto es, por disposición de la Iglesia; en este sentido, son
taxativos los impedimentos establecidos en los cc. 1041 y 1042; pero su inobservancia no
implica nulidad de la ordenación, salvo el n. 11 del c. 1041. La constatación de la idoneidad de
un candidato, indicada por el c. 1029, compete al Obispo propio o al Superior mayor, mientras
que los impedimentos son vinculantes de la atención del ordenante.
Irregularidades para recibir órdenes

Can. 1041 - Ad recipiendos ordines sunt irregulares:

11 qui aliqua forma laborat amentiae aliusve psychicae infirmitatis,


qua, consultis peritis, inhabilis iudicatur ad ministerium rite implendum;

21 qui delictum apostasiae, haeresis aut schismatis commiserit;

31 qui matrimonium etiam civile tantum attentaverit, vel ipsemet


vinculo matrimoniali aut ordine sacro aut voto publico perpetuo castitatis a
matrimonio ineundo impeditus, vel cum muliere matrimonio valido
coniuncta aut eodem voto adstricta;

41 qui voluntarium homicidium perpetraverit aut abortum procura-


verit, effectu secuto, omnesque positive cooperantes;

51 qui seipsum vel alium graviter et dolose mutilaverit vel sibi vitam
adimere tentaverit;

61 qui actum ordinis posuerit constitutis in ordine episcopatus vel


presbyteratus reservatum, vel eodem carens, vel ab eius exercitio poena
aliqua canonica declarata vel irrogata prohibitus.

Taxativamente se establecen las irregularidades para recibir órdenes.

a) La primera irregularidad es causada por amencia o por otra enfermedad psíquica. 11


Amencia: desorden que habitualmente impide el uso de razón. 21 Enfermedad psíquica: desór-
denes de la personalidad. Quien está impedido del uso de razón o padece desórdenes de la
personalidad, no puede querer responsablemente la ordenación. Se trata aquí de irregularidad por
defecto (ex defectu). La inhabilidad no necesita ser completa; basta alguna limitación notoria, a
juicio de los peritos. El Obispo o el Superior competente, los cuales deben cerciorarse del cum-
plimiento de todos los requisitos, deben también cerciorarse de la presencia de esta irregularidad.
No cabe de ella la dispensa; ello pondría en entredicho la funcionalidad del ministerio clerical y
se daría una falta de conexión entre la ordenación y el ministerio.

b) Quien después del bautismo niega o pone en duda una verdad de fe (hereje), reniega
totalmente de la fe (apóstata) o niega sumisión al Papa o quebranta la comunión con los miem-
bros de la Iglesia (cismático), a tal candidato le faltan los requisitos para el ministerio clerical (cf.
c. 751).

Como según el c. 1330, "no se considera consumado el delito que consiste en una de-
claración o en otra manifestación de la voluntad, doctrina o conocimiento, si nadie percibe tal
declaración o manifestación", existe la irregularidad cuando la apostasía, herejía o cisma no sólo
es pecado contra la fe, aun externamente manifestado, sino que se requiere que de facto sea
percibido como delito por alguna persona (cf. c. 1321, ' 3). En otras palabras, para que se dé
delito de apostasía, herejía o cisma no basta el acto pecaminoso perfectamente oculto. Esta
irregularidad se halla en íntima coherencia con los cc. 194, ' 1, 21 y 1364, ' 1. La dispensa
requiere de parte del candidato haber superado esta situación.

c) Atentado de matrimonio, aunque sólo sea civil: o con impedimento, por parte de él,
surgido de vínculo matrimonial (cf. c. 1085, ' 1), del orden sagrado (cf. c. 1087), o de voto
público perpetuo de castidad; o con una mujer unida ya en matrimonio válido, o ligada por el
mismo voto público perpetuo de castidad (cf. c. 1088; también cc. 194, ' 1, 21 y 1394, ' 1). Sólo
se concede dispensa de esta irregularidad, cuando cesa la relación anticelibataria con la mujer, y
no solamente por separación civil o abandono de la vida conyugal.

d) Homicidio y aborto. El homicidio debe ser voluntario; no se da irregularidad por


homicidio voluntario indirecto, como sería el caso de que la muerte se siguiera por no poner la
debida diligencia, aun cuando en ello exista pecado grave, como tampoco en caso de muerte
producida en legítima defensa; el aborto debe haberse verificado.

El canon dice que solamente por acción positiva surge la irregularidad en los coopera-
dores. La cooperación positiva de que se trata debe entenderse como necesaria para contraer la
irregularidad, pues puede darse una acción positiva que no sea necesaria, v.gr., un consejo, en
cuyo caso el cooperante no incurre ni en delito (cf. c. 1329, ' 2), ni en irregularidad.

e) Mutilación y atentado de suicidio. Tanto la mutilación como el atentado de suicidio


deben ser acciones gravemente pecaminosas. La mutilación se define como la cortadura de algún
miembro del cuerpo que tiene una función propia y distinta de los demás miembros; induce
irregularidad el corte notable o en razón de la cantidad de la parte seccionada o en razón de la
particular finalidad o función del miembro. No hay mutilación si sobrevive el miembro herido o
en parte mutilado, como tampoco cuando hay cortes de nariz, oreja o dedos. Para la dispensa, se
debe atender a la verdadera intención del hecho, sobre todo cuando se trata del intento de
suicidio. Por lo demás, no se debe pasar por alto que, particularmente el intento de suicidio, están
relacionados con problemas de naturaleza psíquica.

f) Abuso de órdenes sagradas. Dos figuras de irregularidad se tipifican en este inciso: 11


quien ha realizado un acto de la potestad de orden, reservado a Obispos o a presbíteros, no
siendo él Obispo o presbítero; 21 quien está prohibido del ejercicio del orden recibido, a causa de
una pena declarada o impuesta. En este último coma jurídico, sólo son comprendidos los
presbíteros, pues el Obispo consagrado no puede quedar irregular y el diácono no tiene ninguna
potestas ordinis. El presente caso de irregularidad está en conexión con los cc. 1378, '' 2-3 y
1384.

Impedimentos para recibir órdenes

Can. 1042 - Sunt a recipiendis ordinibus simpliciter impediti:

11 vir uxorem habens, nisi ad diaconatum permanentem legitime


destinetur;

21 qui officium vel administrationem gerit clericis ad normam cann.


285 et 286 vetitam cuius rationem reddere debet, donec, depositis officio et
administratione atque rationibus redditis, liber factus sit;

31 neophytus, nisi, iudicio Ordinarii, sufficienter probatus fuerit.

Tres impedimentos se tipifican:

a) Está impedido de la ordenación el varón válidamente casado. Si, eventualmente, se


declarara nulo el matrimonio, el impedimento no existirá. El impedimento se desprende del c.
277, ' 1: "Los clérigos están obligados a observar una continencia perfecta y perpetua por el
Reino de los cielos y, por tanto, quedan sujetos a guardar el celibato". A esta obligación no están
sujetos los varones casados destinados al diaconado permanente, mas se necesita el consenti-
miento de la esposa (cf. cc. 1031, ' 2; 1050, 31). El diácono casado que pierde a su consorte,
queda obligado a guardar perfecta y perpetua continencia (c. 1087: "Atentan inválidamente el
matrimonio quienes han recibido las órdenes sagradas"). El presente impedimento es temporal,
pues cesa por la muerte de la esposa o por dispensa concedida por la Sede Apostólica (cf. c.
1047, ' 2, 31).

b) Hay cargos y tareas administrativas que, por la responsabilidad y la obligación de


rendir cuentas que llevan consigo, están prohibidas a los clérigos (cf. cc. 285-286), mas no a los
diáconos permanentes (cf. c. 288). Por el presente inciso resulta impedido de recibir órdenes (a
menos que sea dispensado por el Ordinario: cf. c. 134, ' 1), quien ejerce un cargo del cual debe
rendir cuentas. Si un cargo u oficio no lleva consigo la obligación de rendir cuentas, no hay
impedimento alguno.

c) La condición neofital tradicionalmente ha constituido un impedimento para la orde-


nación. Es facultad del ordinario juzgar sobre la suficiente prueba en la vida cristiana, antes de
proceder a la colación de órdenes. Dispensa especial y separada no se requiere.

Obligación de revelar los impedimentos

Can. 1043 - Christifideles obligatione tenentur impedimenta ad sacros


ordines, si qua norint, ordinario vel parocho ante ordinationem revelandi.

Los fieles deben revelar al ordinario o al párroco, antes de la ordenación, cual-


quier impedimento del cual tuvieran conocimiento. No se establece, como en caso
del matrimonio, una publicación o proclamas dirigidas al cumplimiento de esta
obligación. Únicamente, en el rito de la ordenación, el Obispo pregunta a los
asistentes si tienen algo qué oponer.

Irregularidades e impedimentos para ejercer las órdenes


Can. 1044 - ' 1. Ad exercendos ordines receptos sunt irregulares:

11 qui irregularitate ad ordines recipiendos dum afficiebatur, illegi-


time ordines recepit;
21 qui delictum commisit, de quo in can. 1041, 21, si delictum est
publicum;

31 qui delictum commisit, de quibus in can. 1041, nn. 3, 4, 5, 6.

' 2. Ab ordinibus exercendis impediuntur:

11 qui impedimento ad ordines recipiendos detentus, illegitime ordines


recepit;

21 qui amentia aliave infirmitate psychica de qua in can. 1041, 11


afficitur, donec Ordinarius, consulto perito, eiusdem ordinis exercitium
permiserit.

a) Es irregular para el ejercicio del orden recibido:

11 Quien, a pesar de estar afectado por alguna de las irregularidades en el sentido del c.
1041 (con la salvedad hecha al número 11), de la cual no fue liberado, recibió la ordenación. Para
la dispensa de la irregularidad de ejercicio, valen los cc. 1047-1049.

21 Quien, después de la ordenación, públicamente ha cometido un delito de herejía,


apostasía o cisma. Para contraer la irregularidad para recibir las órdenes, basta, como hemos
visto, que la apostasía, herejía o cisma sean percibidos por alguno; para contraer irregularidad
que impida el ejercicio de las órdenes, en cambio, se requiere que el delito sea público, esto es,
que ya se haya divulgado o se pueda y deba prudentemente juzgar que, por las circunstancias en
que se ha cometido, fácilmente se ha de divulgar. En el nuevo Código no se da la definición
alguna de delito público; permanece, sin embargo, la definición que se halla en el c. 2197, 11 del
CIC17.

31 Quien ha cometido un delito que, a tenor del c. 1041, 31-61, constituye una irregu-
laridad para la recepción del orden. Para la dispensa de la irregularidad de ejercicio en el caso del
atentado de matrimonio (31) y del homicidio y aborto (41), se ha de tener en cuenta el c. 1047, '
3.

b) Está impedido para ejercer las órdenes:

11 Quien se ha ordenado teniendo algún impedimento de los establecidos en el c. 1042


(los impedimentos permanecen aún después de recibida la ordenación).

21 Mientras que la amencia u otra enfermedad psíquica de las que trata el c. 1041, 11
deben ser perpetuas para contraer irregularidad (inhabilidad!), según el presente canon el ordi-
nario debe determinar el momento en que cesa el impedimento, habiendo oído a un perito que
pueda testificar sobre el cese de la causa.

Ignorancia de irregularidades e impedimentos

Can. 1045 - Ignorantia irregularitatum atque impedimentorum ab


eisdem non eximit.

Se trata de ignorancia de la misma irregularidad o impedimento; sin embargo, quien


ignora que ha incurrido en irregularidad o en impedimento no peca en la recepción o en el
ejercicio de las órdenes. Las irregularidades y los simples impedimentos son normas que afectan
la ordenación o su ejercicio, establecidas en base a fundamentos objetivos. Entre los hechos o las
actitudes, que constituyen la base del óbice, y el ministerio clerical se da una contradicción que,
según la disciplina eclesiástica, deteriora la fuerza de testimonio del ministerio.

Multiplicación

Can. 1046 - Irregularitates et impedimenta multiplicantur ex diversis


eorundem causis, non autem ex repetita eadem causa, nisi agatur de irregu-
laritate ex homicidio voluntario aut ex procurato aborto, effectu secuto.

Las irregularidades e impedimentos se multiplican si se dan diversas causas, pero no si se


repite la misma causa, excepto la irregularidad por homicidio voluntario y por aborto procurado
con efecto seguido, que se multiplican por repetición de actos; así, v.gr., se considera como única
irregularidad el reiterado intento de matrimonio o el múltiple ejercicio de ministerio sagrado no
permitido.

Cese de las irregularidades e impedimentos

Can. 1047 - ' 1. Uni Apostolicae Sedi reservatur dispensatio ab om-


nibus irregularitatibus, si factum quo innituntur ad forum iudiciale deduc-
tum fuerit.

' 2. Eidem etiam reservatur dispensatio ab irregularitatibus et impe-


dimentis ad ordines recipiendos, quae sequuntur:

11 ab irregularitatibus ex delictis publicis, de quibus in can. 1041, nn.


2 et 3;

21 ab irregularitatibus ex delicto sive publico sive occulto, de quo in


can. 1041, n. 4;
31 ab impedimento, de quo in can. 1042, n. 1.

' 3. Apostolicae Sedi etiam reservatur dispensatio ab irregularitatibus


ad exercitium ordinis sucepti, de quibus in can. 1041, n. 3, in casibus publicis
tantum, atque in eodem canone, n. 4, etiam in casibus occultis.

' 4. Ab irregularitatibus et impedimentis Sanctae Sedi non reservatis


dispensare valet ordinarius.

a) Los impedimentos simples cesan por cesar la causa, de suyo temporal, o por dispensa.
Las irregularidades cesan, una vez que desaparece la ley o, si ésta continúa en vigor, solamente
por dispensa, pues las causas de suyo son perpetuas. La irregularidad ex delicto no cesa por la
remisión de la pena con que se castiga el delito, porque, una vez contraída, es una condición en
que permanece la persona independientemente de que se le haya dado la remisión de la pena o
no.

b) Se reservan a la Sede Apostólica:

11 Tanto la dispensa de las irregularidades para recibir como para ejercer, cuyo hecho
haya sido llevado al foro judicial (c. 1047, ' 1; cf. c. 1512).

21 Asimismo, la dispensa de la irregularidades (ex delicto) e impedimentos siguientes (c.


1047, ' 2):

- Irregularidad por delito público de apostasía, herejía o cisma, o de atentado de matri-


monio (cf. c. 1041, 21-31). Según el c. 1047, ' 2, 11, se trata de la reserva de la irregularidad
basada en los delitos arriba mencionados, siempre y cuando sean públicos.

- Irregularidad por delito público u oculto de homicidio voluntario, aborto procurado con
efecto, o cooperación en los mismos (cf. c. 1041, 41).

- Impedimento de ligamen (cf. c. 1042, 11), la cual no suele ser concedida, a no ser que la
consorte consienta libremente (c. 1047, ' 2, 31). La dispensa lleva consigo y exige la separación
de los cónyuges. La dispensa se requiere también en caso de precedente separación legítima de
los cónyuges. En lo tocante a la ordenación de varones casados, permaneciendo aún la comunión
de vida conyugal y salvo siempre el derecho del Sumo Pontífice, no se admite la ordenación
presbiteral ni en casos particulares. Recientemente se ha concedido en el caso de algunos minis-
tros anglicanos convertidos a la fe católica.

31 Igualmente, se reserva la dispensa de las siguientes irregularidades para ejercer las


órdenes (c. 1047, ' 3):

- Por atentado de matrimonio, aun civil, y por homicidio, aborto y cooperación (c. 1041,
31-41). Se trata de la irregularidad surgida del delito de atentado de matrimonio: el delito debe ser
público; también se trata de la irregularidad por el delito de homicidio voluntario y del aborto
procurado: en este caso el delito puede ser público u oculto.

Se ha de tomar en cuenta que la Sede Apostólica puede dispensar de todos los impedi-
mentos e irregularidades, públicos u ocultos, incluso no reservados. La dispensa de las
irregularidades ocultas la concede en el foro interno la Penitenciaría Apostólica; de las otras
irregularidades o impedimentos, concede la dispensa en el fuero externo la Congregac0ión para
los Sacramentos, si se trata de laicos y de clérigos seculares; tratándose de miembros de insti-
tutos de vida consagrada o sociedades de vida apostólica, la concede la Congregación para Ins-
titutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica; si se trata de irregularidad proce-
dente del delito de apostasía, herejía o cisma, interviene la Congregación para la Doctrina de la
Fe.

c) Los ordinarios (c. 1047, ' 4; cf. c. 87, ' 1)), pueden dispensar de los no reservados a la
Sede Apostólica. Los Superiores mayores de los institutos religiosos clericales de derecho ponti-
ficio y de las sociedades de vida apostólica clericales de derecho pontificio, así como el prelado
de la Prelatura personal que, según los cc. 134, ' 1 y 295, ' 1, son ordinarios que gozan de
potestad ejecutiva, pueden dispensar tanto a sus súbditos, como a los no súbditos. Algunos ins-
titutos religiosos tienen privilegios en esta materia.

Norma pastoral en los casos ocultos más urgentes

Can. 1048 - In casibus occultis urgentioribus, si adiri nequeat Ordi-


narius aut cum de irregularitatibus agatur de quibus in can. 1041, nn. 3 et 4,
Paenitentiaria, et si periculum immineat gravis damni aut infamiae, potest
qui irregularitate ab ordine exercendo impeditur eundem exercere, firmo
tamen manente onere quam primum recurrendi ad Ordinarium aut
Paenitentiariam, reticito nomine et per confessarium.

Solamente para las irregularidades que impiden el ejercicio del orden (c. 1044, ' 1) hay
una regla especial, según la cual se permite el ejercicio ipso iure. Las condiciones son:

a) Que se trate de un caso oculto y no se puede acudir al Ordinario; o que se trate de


atentado público de matrimonio, aunque sea sólo civil, y homicidio voluntario o aborto procu-
rado (c. 1041, nn. 3 y 4), casos que están reservados a la Sede Apostólica.

b) Hay peligro de daño grave o concreta infamia por la observancia de la irregularidad.

c) Quien usa de esta concesión del derecho, permanece obligado a solicitar la dispensa de
la irregularidad, ya sea por sí mismo mencionando su propio nombre, ya por medio del confesor.

Formalidades en la solicitud de dispensa


Can. 1049 - ' 1. In precibus ad obtinendam irregularitatum et impe-
dimentorum dispensationem, omnes irregularitates et impedimenta indican-
da sunt; attamen, dispensatio generalis valet etiam pro reticitis bona fide,
exceptis irregularitatibus de quibus in can. 1041, n. 4, aliisve ad forum iu-
diciale deductis, non autem pro reticitis mala fide.

' 2. Si agatur de irregularitate ex voluntario homicidio aut ex procu-


rato abortu, etiam numerus delictorum ad validitatem dispensationis expri-
mendus est.
' 3. Dispensatio generalis ab irregularitatibus et impedimentis ad
ordines recipiendos valet pro omnibus ordinibus.

a) En las preces para conseguir la dispensa, se han de indicar todas las irregularidades e
impedimentos existentes; se requiere su íntegra especificación porque, según el c. 1046, las
irregularidades e impedimentos se multiplican por diversas causas, mas no por repetir la misma
causa, a no ser que se trate de las irregularidades por homicidio voluntario o aborto procurado.

11 La dispensa, si no es concedida de modo general, vale:

- para la irregularidad o impedimento indicados en la petición; si existieran otras calladas


de buena o mala fe, debe solicitarse nueva dispensa;

- para recibir el grado del orden en vista del cual se solicita la dispensa; para ulterior
grado, es necesaria nueva dispensa.

21 Pero si la dispensa es concedida de modo general, su efecto es complexivo; por tanto:

- todas las irregularidades e impedimentos callados de buena fe quedan dispensados,


excepto los originados en los delitos de homicidio, aborto o cooperación en los mismos;

- las irregularidades e impedimentos callados de mala fe, no quedan dispensados;

- las irregularidades calladas de buena fe, que han sido llevadas a proceso judicial, no
quedan dispensadas.

b) La dispensa general vale también para los grados ulteriores del orden.

Art. 4

DE DOCUMENTIS REQUISITIS ET DE SCRUTINIO


Can. 1050 - Ut quis ad sacros ordines promoveri possit, sequentia
requiruntur documenta:

11 testimonium de studiis rite peractis ad normam can. 1032;

21 si agatur de ordinandis ad presbyteratum, testimonium recepti


diaconatus;

31 si agatur de promovendis ad diaconatum, testimonium recepti


baptismi et confirmationis, atque receptorum ministeriorum de quibus in
can. 1035; item testimonium factae declarationis de qua in can. 1036, necnon,
si ordinandus qui promovendus est ad diaconatum permanentem sit
uxoratus, testimonia celebrati matrimonii et consensus uxoris.

Documentos para la ordenación:

11 Certificado de los estudios exigidos por el derecho (cf. c. 1032).

21 Para recibir el presbiterado, certificado de ordenación diaconal (cf. c. 1031, ' 1).

31 Para recibir el diaconado, certificado de bautismo (cf. c. 1024), confirmación (cf. c.


1033) y ministerios de lector y acólito (cf. c. 1035); declaración de libertad y dedicación per-
petua al ministerio (cf. c. 1036).

41 Certificado de matrimonio y consentimiento de la esposa, para la ordenación diaconal


de un casado (cf. c. 1031, ' 2).

Escrutinio sobre las cualidades

Can. 1051 - Ad scrutinium de qualitatibus in ordinando requisitis


quod attinet, serventur praescripta quae sequuntur:

11 Habeatur testimonium rectoris seminarii vel domus formationis de


qualitatibus ad ordinem recipiendum requisitis, scilicet de candidati recta
doctrina, genuina pietate, bonis moribus, aptitudine ad ministerium
exercendum; itemque, rite peracta inquisitione, de eius statu valetudinis
physicae et psychicae;

21 Episcopus dioecesanus aut Superior maior, ut scrutinium rite pe-


ragatur, potest alia adhibere media quae sibi, pro temporis et loci adiunctis,
utilia videantur, uti sunt litterae testimoniales, publicationes vel aliae
informationes.
a) Puesto que, por regla general, no basta el conocimiento personal del candidato, es
preciso el testimonio del rector del seminario (cuando se trata de candidatos del clero secular) o
del rector de la casa de formación (en caso de religiosos y diáconos permanentes). El testimonio
debe dar constancia de la doctrina, piedad, costumbres, aptitud para el ministerio y salud
psíquica y física del candidato (cf. también c. 1029). El Obispo o el Superior pueden indagar
también, inclusive mediante pericia médica, la salud física y psíquica del candidato.

b) Cuando el testimonio indicado no fuera suficiente, puede recurrirse a otras fuentes de


información: letras testimoniales, publicaciones u otras informaciones.

Ordenación de un súbdito propio y no propio

Can. 1052 - ' 1. Ut Episcopus ordinationem iure proprio conferens ad


eam procedere possit, ipsi constare debet documenta, de quibus in can. 1050,
praesto esse atque, scrutinio ad normam iu-ris peracto, idoneitatem
candidati positivis argumentis esse probatam.

' 2. Ut Episcopus ad ordinationem procedat alieni subditi, sufficit ut


litterae dimissoriae referant eadem documenta praesto esse, scrutinium ad
normam iuris esse peractum atque de idoneitate candidati constare; quod si
promovendus sit sodalis instituti religiosi aut societatis vitae apostolicae,
eaedem litterae insuper testari debent ipsum in institutum vel societatem
definitive cooptatum fuisse et esse subditum Superioris qui dat litteras.

' 3. Si, his omnibus non obstantibus, ob certas rationes Episcopus


dubitat num candidatus sit idoneus ad ordines recipiendos, eundem ne pro-
moveat.

a) Al Obispo que ordena por derecho propio le debe constar que están todos los docu-
mentos (cf. c. 1050) y que, realizado el escrutinio, hay argumentos positivos sobre la idoneidad
del candidato, y no solamente constarle que nada hay en contrario.

b) Para que un Obispo ordene a un súbdito ajeno, basta que las letras dimisorias afirmen
que se cuenta con los documentos, que se ha hecho el escrutinio y que consta la idoneidad. Si el
ordenando es miembro de un instituto religioso o sociedad de vida apostólica clericales, las
dimisorias deben dar fe de que el candidato está definitivamente admitido en el instituto o socie-
dad, y que es súbdito del que da las letras dimisorias.

c) Si, a pesar de haberse cumplido todo, el Obispo duda con serio fundamento sobre la
idoneidad del candidato, no lo ordenará. Razón: el Obispo permanece siempre libre y respon-
sable de conferir las órdenes, según su prudente juicio.

CAPUT III
DE ADNOTATIONE AC TESTIMONIO PERACTAE ORDINATIONIS

Libro de órdenes y testimonio de la ordenación

Can. 1053 - ' 1. Expleta ordinatione, nomina singulorum ordinatorum


ac ministri ordinantis, locus et dies ordinationis notentur in peculiari libro
apud curiam loci ordinationis diligenter custodiendo, et omnia singularum
ordinationum documenta accurate serventur.

' 2. Singulis ordinatis det Episcopus ordinans authenticum ordina-


tionis receptae testimonium; qui, si ab Episcopo extraneo cum litteris dimis-
soriis promoti fuerint, illud proprio Ordinario exhibeat pro ordinationis
adnotatione in speciali libro in archivo servando.

a) La colación del orden debe anotarse en un libro especial de la Curia del lugar en que se
ha celebrado la ordenación. Esto vale para cualquier ordenación que se confiera dentro de la dió-
cesis, sin consideración de la incardinación del ordenado o de la procedencia del ordenante. Se
deben asentar los nombres del ordenado, del ordenante, el día y lugar de la ordenación. "Omnia
et singularum ordinationum documenta" indica, cuando se trata del ordenado en la propia
diócesis, los testimonios y documentos exigidos por los cc. 1050-1051; si se trata de ordenado
ajeno, las letras dimisorias.

b) A cada ordenado el Obispo ordenante expedirá un certificado auténtico de la ordena-


ción. Si la ordenación la ha realizado un Obispo extraño, el ordenado presentará el certificado a
su propio ordinario, para la anotación en el libro especial.

Libro de bautismos

Can. 1054 - Loci Ordinarius, si agatur de saecularibus, aut Superior


maior competentes, si agatur de ipsius subditis, notitiam uniuscuiusque ce-
lebratae ordinationis transmittat ad parochum loci baptismi, qui id adnotet
in suo baptizatorum libro, ad normam can. 535, ' 2.

El ordinario de lugar, cuando se trate de seculares, o el Superior mayor competente (cf. c.


620), si se trata de sus súbditos, comunicará al párroco del lugar del bautismo el hecho de cada
ordenación, para que lo anote en el libro de bautismos (cf. c. 535, ' 2).
Dispensation for widowed permanent Deacon to remarry

The operative criteria for granting such a dispensation are: dependent children in the family, full-
time ministry and approval of the diocesan bishop. If a divorced deacon seeks such a
dispensation, it is not the policy to grant a dispensation. Sometimes a deacon in this situation
may seek reinstatement years later if the former wife has deceased. Each case is examined on an
individual basis (Congregation for Divine Worship and the Discipline of the Sacraments, CLSA,
Newsletter, June 1996).

Irregularities for ordination

The Apostolic Penitentiary is the proper forum for dispensations in the internal forum from
irregularities for ordination. Practical points for the instruction of a petition for this dicastery:

1. Address the outside envelope to the Penitenziaria Apostolica -without any addressee.
2. No petitions/questions will be received via telephone.
3. It is recommenced that petitions be sent via the Apostolic Nunciature.
4. The following information is to be presented in the petition:
-age and status of petitioner
-indicate single offense or multiple offenses of the same delict
-assurances for secrecy
-confessor gives his common sense votum

The petition can be written in any modern language.

6. If Latin is not understood, indicate this in the petition. The reply will then be sent in the vernac-
ular.

7. If the confessor cannot read the Latin rescript, he should return it to the dicastery and request it
in the vernacular. Since the process operates within the internal forum, it should not be given to
another party for translation.

8. Once the rescript is communicated, the confessor is to destroy it. The recipient of the rescript
should preserve the protocol number.

También podría gustarte