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Peter Tassi y Filomena Tassi

Una guía de 10 pasos


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Sobre los autores

Peter Tassi ha servido como


educador y consejero de padres,
maestros y adolescentes por
veintisiete años en la capacidad
de maestro, administrador y
capellán.

Filomena Tassi trabaja con


adolescentes desde hace doce
años y en el presente es capellán
en una escuela de enseñanza
media en Ancaster,
Ontario, Canadá.
jun 15 208

Cómo despertar la
grandeza en nuestros
adolescentes

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Por LA SUPERACIÓN DEL SER HUMANO Y SUS INSTITUCIONES
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Peter Tassi e Filomena Tassi

Cómo despertar
la grandeza en
nuestros
adolescentes
Una guía de 10 pasos
para padres y educadores
Prólogo de
Josephine Lombardi

NY? PANORAMA EDITORIAL


Respete el derecho de autor.
No fotocopie esta obra.

COMO DESPERTAR LA GRANDEZA


EN NUESTROS ADOLESCENTES

Título original en inglés:


GREATNESS IN OUR TEENAGERS

Derechos Reservados
Copyright O 2009, 2010 by Peter Tassi y
Filomena Tassi

Published by Paulist Press, 997 Macarthur


Boulevard Mahwah, New Jersey 07430

Portada:
Fotografía: Photos.com

Traducido al español por:


Alejandra Medrano

Primera edición en español: 2010


O Panorama Editorial, S.A. de C.V.
Manuel Ma. Contreras 45-B
Col. San Rafael 06470 - México, D.F.

Tels.: 55-35-93-48 + 55-92-20-19


Fax: 55-35-92-02 + 55-35-12-17
e-mail: panoramaO ¡serve.net.mx
http://www.panoramaed.com.mx

Printed in Mexico
Impreso en México por:
Impresora Múltiple, S.A. de C.V.
Saratoga No. 909 Col. Portales
03300 - México, D.F., Junio 2010
ISBN 978-607-452-152-8

Prohibida la reproducción parcial


o total por cualquier medio sin autorización
por escrito del editor.
Dedicamos este libro a nuestro difunto padre, Phil Tassi, y
a nuestra madre, Irene Tassi. Dios nos ha bendecido con
estos bellos y amorosos padres, quienes nos enseñaron la
vida y el mensaje de Jesús a través de cómo vivieron, ama-
ron y se interesaron en toda la creación de Dios. Somos
moldeados por aquellos a quienes amamos y, por lo tanto,
una gran parte de nuestro trabajo es un reflejo de la belleza
de nuestros padres.
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Agradecimientos

Les damos las gracias a muchos que nos han servido de


inspiración y guía a través de los años:
Fray Lou Quinn (1928-2007), quien demostró que cada
persona es merecedora de amor, dignidad y respeto;
John Valvasori y Nat Gallo, quienes han demostrado
la importancia de guiar con dignidad y prudencia; ES
Los maestros y el personal escolar, quienes se han
entregado total y completamente al esfuerzo de actualizar
los dones de cada estudiante dados por Dios;
Sharon Boase y Paul Bentley, quienes han ofrecido apo-
yo, guía y aliento continuos en un esfuerzo por asegurar
que este libro fuera publicado.
Gracias a todos.
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2
Nutra y desarrolle la fe de los adolescentes .................... 30

3
Ayúdelos a encontrar significado en sus vidas ............... 45

4
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eofiezanes 67

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Genere un sentimiento de pertenencia .ccccococninnoncnncnnanns 89

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Ayúdelos a descubrir sus talentos y pasiones ............... 101

8
Guíelos hacia ejemplos O MEentores ..oocococinnncnononcnranennnnnos 113

9
Amelos y respételos incondicionalmente m.mmcenconroorocros». 121
10 + Índice

10
Bríndeles suficiente autonomía como para
que tensa CONAN iio ao 131

CONCÍIUSIÓN raro coatrana oracion


ateo cadoai 141
Prólogo

Cómo despertar la grandeza en nuestros adolescentes es un li-


bro muy necesario, escrito con un gran sentido de respeto
por los jóvenes y sus familias. Bendecidos con un profun-
do conocimiento del desafío de educar jóvenes en el pre-
sente y con la apreciación de sus necesidades sociales, físi-
cas y espirituales, Filomena y Peter Tassi han reunido años
de experiencia personal y pastoral.
Escrito clara y bellamente, Filomena y Peter han lo-
grado la difícil vocación de trabajar con jóvenes y ser pa-
dres. Hablan de la necesidad de misericordia, esperanza,
perdón y paciencia en nuestra lucha diaria por compren-
der y criar adolescentes. Haciendo uso de versículos bellos
de las escrituras, historias personales, agudezas de perso-
nas influyentes y sus propias plegarias sinceras, Filomena
y Peter nos presentan pasos prácticos y espirituales hacia
la comunicación efectiva con los jóvenes.
Habiendo trabajado con la juventud y siendo madre
de cuatro hijos de entre cuatro y veintiún años, he encon-
trado este libro muy útil, práctico y espiritualmente eleva-
dor. Me relaciono con las numerosas historias y ejemplos,
y me beneficio de la experiencia de Filomena y Peter. He
tenido el placer de trabajar con estos dos finos individuos
como colegas en el ministerio, en el campus, y me emocio-
12 + Prólogo

na que compartan sus dones y conocimientos con los de-


más.
Arraigado en la compasión de Cristo, este libro segu-
ramente inspirará y ofrecerá esperanza. Lo recomiendo de
todo corazón a todos los padres, cuidadores, a quienes tra-
bajan con jóvenes y a los educadores, y a todos aquellos
que comparten en el ministerio de Cristo alimentando a
los enfermos dándoles techo a los desamparados, ofrecien-
do agua al sediento y compartiendo el amor de Dios con
los solitarios y los desesperados.

Josephine Lombardi
Profesora asistente de Teología Pastoral/Sistemática
St. Agustine's Seminary, Scarborough, Ontario
Prefacio

Recuerden que estaban sin Cristo... sin tener es-


peranza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en
Cristo Jesús ustedes, que alguna vez estuvieron
lejos, han sido hechos cercanos a través de la san-
gre de Cristo.
(Efesios 2:12-13)

Nuestro objetivo en este libro es ayudarlo, como padre o


educador (incluyendo maestro, director, subdirector, asis-
tente educativo, capellán y trabajador social) para relacio-
narse con y hacer surgir lo mejor de sus hijos o estudiantes.
Ya sea que esté trabajando con un niño que esté luchando,
desesperadamente, o con otro que simplemente no parece
“encontrar su camino”, este libro fue escrito para ayudar-
lo. Hemos creado una Fórmula de 10 pasos que puede ser
aplicada a todos los jóvenes. La fórmula es fácil de enten-
der y prácticar. La tarea más difícil que se requiere de us-
ted es que se adapte a una manera nueva de “ver” a nuestra
juventud y de trabajar con ella. Si puede hacerlo, le resul-
tará posible liberar la grandeza que está en el interior de
los jóvenes. Al hacerlo, usted experimentará una gran di-
cha y una gran satisfacción.
El libro consiste de diez capítulos, cada uno revela uno
de los pasos de la fórmula. Todos incluyen historias, expe-
14 e. Prefacio

riencias personales y conocimientos, al igual que citas de


las escrituras y plegarias. Al final de cada capítulo conclui-
mos con Consejos prácticos y Puntos para reflexionar. Los con-
sejos prácticos sirven como resumen, ofreciendo una guía
sobre cómo tener éxito al aplicar la fórmula. Los puntos
para reflexionar lo ayudan a evaluar su propia actitud men-
tal y pensar en sus acciones para asegurarse de estar en el
camino correcto. Finalmente, le ofrecemos Ejercicios espi-
rituales que pueden ser conducidos en su casa o el salón
de clases. Estos ejercicios los ayudarán a usted y a sus estu-
diantes o hijos a crecer en la fe, el amor y la comprensión
mutua. Si trabaja con este libro, estamos confiados en que
tendrá éxito.
Comience consigo
mismo

Modele el amor y el perdón de Jesús


Sean imitadores de Dios, como hijos amados, y
vivan en el amor, como Cristo nos amó y se en-
tregó por nosotros, una ofrenda y sacrificio fra-
gantes a Dios.
(Efesios 5:1-2)

Jesús se acerca a los pecadores y los perdona por sus peca-


dos. En muchos casos lo hace sin que ellos pidan su per-
dón. Su acto de amor se extiende sin ninguna garantía de
que ellos se arrepientan o se conviertan. Jesús simplemen-
te intenta cambiar sus corazones y, en consecuencia, sus
vidas. Esta conversión de las vidas que tocó no podría ha-
ber sucedido sin estos actos divinos de compasión.
Jesús nos provee de un testimonio poderoso y vivo en
estas acciones. Nos alienta a ser generosos con nuestro amor
y a estar dispuestos a perdonar sin que nos lo pidan. El
acto más grande de amor de Jesús se revela cuando ofrece
amor y perdón a quienes lo hieren: “Perdónalos, Padre, no
saben lo que hacen” (Lucas 23:34). Los romanos y los ju-
díos que estuvieron involucrados en el complot para ma-
16 + Peter Tassi/Filomena Tassi

tar a Jesús no pidieron perdón. De hecho, estaban conven-


cidos de que sus acciones eran rectas y justas. Creían que
eran más merecedores de elogios que de perdón. Sin em-
bargo, Jesús le pide a su padre que los perdone, a la gente
que lo crucificó.
Debemos intentar emular la compasión de Jesús y
mostrar a nuestros jóvenes que los amamos. Tal vez no siem-
pre sintamos ese amor. Algunos de nosotros probablemente
tengamos que buscar en lo profundo de nuestro interior
para encontrarlo. Sin embargo, el amor está allí, Una vez
que lo encontramos, debemos demostrarles que, sin im-
portar lo que pase, nunca nos daremos por vencidos y siem-
pre estaremos allí para ellos. Deben llegar a saber, a través
de nuestras acciones y palabras, que nuestro amor por ellos
es poderoso más allá de toda medida y constante.
Esto no significa que estemos a favor de tolerar con-
ductas desviadas o inaceptables. No quiere decir que no
seamos firmes con nuestros hijos y que no los discipline-
mos cuando es necesario. Sin embargo, si podemos demos-
trarles una fracción del amor que Jesús nos reveló a noso-
tros, entonces habremos logrado exitosamente dos cosas:
primero, les permitimos dar un vistazo a la compasión di-
vina de Jesús. Esto los hará sentir valiosos y merecedores
de amor. Les permitirá aceptar su propia fragilidad y con-
tinuar sintiéndose bien consigo mismos a pesar de sus pro-
pios errores. Restaurará su dignidad, porque se reconoce-
rán como hijos de Dios.
Segundo, les dará poder y los llenará de confianza y
ambición. Es nuestro amor lo que les posibilitará superar
todos los obstáculos. Demostrar nuestro amor no es difícil.
Comienza con el más sencillo de los actos. Todos los jóve-
nes, incluyendo a los más problemáticos, son fuertemente
influenciados por los más simples actos de amor. Pueden
sentirse encantados por un saludo amistoso, una muestra
de interés especial por cómo les fue en el fin de semana, o
Comience consigo mismo + 17

un ofrecimiento a ayudarlos con un trabajo que encuen-


tren difícil.
Por el contrario, pueden entristecerse por los gestos
más simples, tales como no reconocer su presencia o no
prestarles atención. Usted podría ni siquiera estar conscien-
te de sus acciones. Sin embargo, preste atención a todo lo
que dice y hace, porque está siendo vigilado y lo están es-
cuchando intensamente. Nunca subestime el impacto de
sus palabras o gestos, y haga el mayor esfuerzo posible para
que sus acciones sean siempre positivas y generosas. Cuan-
do nuestros jóvenes saben que estamos allí para ellos, que
recorremos el camino con ellos, que creemos que hay gran-
deza en su interior, su propio sentido de esperanza cobra
vida.
Aceptar a nuestros adolescentes con todos sus erro-
res y pecados puede ser difícil, particularmente cuando
hemos sufrido las consecuencias de sus modos erróneos.
Sin embargo, es esencial para el éxito. Es en nuestro acto
de perdón y nuestra disposición a amarlos incondicional-
mente que podemos cambiar sus corazones. Les demues-
tra que nada es más grande que nuestro amor por ellos.
Cuando se dan cuenta de que estuvimos a su lado, aun
cuando estuvieron en el error, nuestras acciones se vuel-
ven verdaderamente sanadoras.
La siguiente historia demuestra el tipo de compasión
que poseen nuestros jóvenes. Tienen una gran capacidad
de perdonar, a pesar del hecho de que están en un mundo
que a menudo no ha perdonado.

Brenda estaba llorando cuando vino a mi oficina por prime-


ra vez. A diferencia de muchos adolescentes con problema,
Brenda exudaba una fuerza física poderosa. Sin embargo, su len-
guaje corporal y sus ojos me dijeron que estaba débil y rota. Fue
nuestro primer encuentro. Ella tenía dieciséis años de edad.
18 +. Peter Tassi/Filomena Tassi

Ni bien se sentó en la silla frente a mí empezó a sollozar. Comen-


zó a explicar que había nacido en Polonia. Su madre había abandona-
do a su padre por otro hombre cuando ella sólo tenía cinco años de
edad. La mujer se había llevado a Brenda a vivir con esta pareja nueva.
Su padre se fue del país para iniciar una vida nueva en otro lugar.
El nuevo hombre en la vida de su madre no aceptaba a Brenda.
Para él, la niña no representaba nada más que un peso. La madre tuvo
que elegir entre su hija y su novio. Eligió al hombre. Envió a Brenda a
vivir con sus abuelos ¡n Canadá.
Por diez años, Brenda lloró la pérdida de su madre. Finalmente,
la mujer dejó a su pareja y viajó a Canadá a vivir con su hija. Brenda
estaba extasiada. Perdonó a su madre de inmediato y se sintió entera y
feliz. En menos de ocho meses, la mujer conoció a otro hombre. El
tampoco aceptaba a Brenda y, una vez más, la madre la envió a vivir
con sus abuelos y salió de la ciudad para estar con esta nueva pareja.
“Mi madre eligió a un hombre en lugar de a mí” sollozó. “Con esta
son dos veces que mi madre me ha abandonado por otra persona.”
Sintiéndome triste e impotente, busqué las palabras adecuadas
para consolarla. “Brenda, lo siento” dije simplemente. Espero que se-
pas que tú estás bien y que es tu madre la que no lo está.” No supe si
Brenda se sentía un poco mejor cuando se fue de mi oficina, pero cier-
tamente yo no. Brenda se fue y yo lloré.
Aunque Brenda y yo nos vimos un par de veces más antes del
final del año, yo no sabía qué consejo darle o qué podría hacer para
mejorar su situación. Todo lo que podía hacer era escucharla y asegu-
rarle que era una joven hermosa, merecedora de amor infinito, y que no
había nada de malo en ella.
Regresamos a la escuela en septiembre. Era octubre cuando la
vi nuevamente, aproximadamente seis meses después de que su ma-
dre se fuese por segunda vez. Le pregunté si la había visto, respondió
que no, pero que hablaban por teléfono ocasionalmente.
“¿Y cómo estás?” le pregunté.
“Tengo que aceptarlo, señor” respondió.
“Cómo llegaste a esa conclusión?” inquirí.
“Entiendo que mi madre me ama, pero que su problema es que
se quiere más a sí misma. Ella es de esa manera y no puede evitarlo.”
Miré a Brenda con una expresión incrédula y preocupada. Me
preocupaba que estuviese diciendo esto sólo para que yo no me preo-
cupara por ella. No podía comprender su gran capacidad para perdo-
nar. Brenda notó mi expresión y añadió rápidamente:
Comience consigo mismo + 19

“No se preocupe, señor, sé que yo estoy bien y que mi madre no


lo está. La he perdonado por la manera en la que es.”

En este momento, el rostro de Jesús se reveló en esta


Joven. Fue una belleza más allá de las palabras.

Sea fuerte en su fe

“Les mostraré cómo es alguien que viene a mí,


escucha mis palabras y actúa de acuerdo a ellas.
Ese alguien es como un hombre construyendo
una Casa, que cavó profundamente y puso los ci-
mientos sobre la roca; cuando subió la inunda-
ción, el río golpeó esa casa, pero no pudo sacu-
dirla, porque había sido bien construida.”
(Lucas 6:47-48)

Es muy importante que mantengamos una base espi-


ritual firme y que permanezcamos arraigados en Cristo
durante el curso de este viaje. Esto nos da fuerza, compro-
miso y conocimiento. Recuerde que en este viaje sólo so-
mos mediadores, instrumentos haciendo el gran trabajo de
Dios. A fin de sobrevivir, debemos confiar e Dios y recono-
cer Su gracia en operación en nuestras vidas y en las de los
niños con los que vivimos y/o trabajamos. Dios nos está
llamando, a nosotros y a ellos. Escuchamos las palabras de
Jesús en Mateo 16:24, donde dice: “Si alguno quiere con-
vertirse en mi seguidor, déjenlo negarse a sí mismo, levan-
tar su cruz y seguirme.”
No importa qué papel tengamos en la vida de los jó-
venes, debemos ver nuestro trabajo como una vocación.
Somos llamados a inspirar y a ser inspirados. Habrá situa-
ciones como la de Brenda, en las que no podamos decir o
hacer demasiado para hacer una diferencia. No podemos
20 +« Peter Tassi/Filomena Tassi

quitarles el dolor, sufrimiento o lucha. Sin embargo, Dios


nos llama a su ministerio como padres, directores, maes-
tros, asistentes educativos, capellanes, trabajadores socia-
les o amigos. Somos instrumentos del amor de Dios y del
poder sanador de Dios. Permanezca firme en la fe y tenga
confianza en que, en todo lo que haga, Dios como Padre,
Hijo y Espíritu Santo, está presente y la gracia de Dios está
con usted.

Vea la fortaleza en la debilidad

[El Señor] me dijo: Mi gracia es suficiente para ti,


porque el poder se hace perfecto en la debilidad”.
Así que alardearé con más gusto de mis debili-
dades, para que el poder de Cristo pueda vivir
en mí.
(2 Corintios 12:9)

Reflexionamos en las enseñanzas de Jesús, como se


expresan en San Pablo en 2 Corintios 11:30, ilustrando que
en la debilidad, hay fuerza; en el fracaso, victoria, y en la
cruz, resurrección. Pablo dice: “Si debo alardear, alardearé
de las cosas que muestran mi debilidad”. A menudo, ver
la fortaleza en la debilidad es una tarea difícil. Sin embar-
go, la debilidad a menudo es la causa de la fuerza o talento
especial de una persona.
Considere la “Historia del diamante” que recuerdo
que usó uno de mis profesores en una clase de teología
hace más de treinta años para ilustrar este punto.

Hubo un rey que poseía el diamante más grande y más bello del
mundo. Era tan grande y bello que no tenía precio. Sin embargo, el
diamante tenía un defecto. En la parte superior del diamante había una
astilla que tenía una forma irregular y que sobresalía levemente. Al rey
Comience consigo mismo + 21

lo perturbaba grandemente que su invaluable diamante tuviese un de-


fecto. Llamó a artesanos de todo el reino para que reparasen la piedra
preciosa y le quitaran el defecto. Se ofrecieron muchas sugerencias:
pulir la piedra hasta que no se viera el defecto; dividirla en muchos
diamantes bellos más pequeños y descartar la parte defectuosa. Al rey
no lo complació ninguna de estas sugerencias.
El monarca emitió un segundo edicto. Le daría la mitad de su
reino y a su hija en matrimonio a cualquiera que pudiese arreglar el
diamante. Esta oferta atrajo a artesanos de muchos países. Ninguno de
ellos pudo encontrar una solución satisfactoria.
Finalmente, algunos nobles que creían que la sabiduría de este
hombre podría resultar en una respuesta que complaciera al rey, lleva-
ron a un campesino pobre ante el monarca. El hombre tomó el diaman-
te y lo sostuvo en su mano. Después de estudiar el defecto, se agachó
y tomó una roca afilada del suelo. Luego presionó la punta afilada de
ésta contra la falla en el diamante y perforó la piedra preciosa tallando
una línea ondulada y larga que iba del defecto a la parte inferior del
diamante.
“¿Qué estás haciendo? Tonto, has arruinado mi diamante” gritó
el rey.
El campesino le entregó el diamante al monarca.
“Mira” dijo.
El rey estudió el diamante y, lo que había pensado que había
arruinado su invaluable piedra había, de hecho, resaltado su belleza.
Este diamante tenía ahora, la rosa de largo tallo más bella.

Esta historia es sobre cómo encontrar la fortaleza en


la debilidad. Intentemos adoptar una nueva actitud hacia
la debilidad. La debilidad adolescente podría no sólo lle-
varnos a sus fortalezas, sino que, de hecho, éstas podrían
albergar sus fortalezas más grandes. Es en sus debilidades
que podríamos descubrir dones bellos y maravillosos. La
pregunta que se nos plantea a nosotros, los adultos es: “¿Es-
tamos dispuestos a aceptar sus debilidades y, al hacerlo,
descubrir sus dones?”
La siguiente historia es sobre Joshua, y es otro ejem-
plo útil sobre este punto.
22 e Peter Tassi/Filomena Tassi

Cuando nació, Joshua pesaba sólo poco más de cuatrocientos


cincuenta gramos. Los médicos dijeron que no sobreviviría, y que, si
vivía, sería enano, tendría incapacidades físicas y que tendría serias
lesiones cerebrales. Joshua sobrevivió y, con la ayuda de hormonas
del crecimiento y mucho amor de su familia, creció y se convirtió en un
joven amoroso, inteligente y gentil. Al mismo tiempo, vivía con muchos
desafíos físicos.
Aunque no tuvo enanismo, su estatura no sobrepasó el metro
veinte. Sus piernas estaban desfiguradas y le resultaba difícil caminar.
Sus manos y dedos estaban chuecos, lo que le dificultaba escribir y
llevar a cabo muchas tareas “normales”. Su cuerpo estaba retorcido, su
cabeza y rostro desfigurados. A pesar de todo esto, su situación nunca
le quitó el amor por la vida o el deseo de probarlo todo. Tenía una
apreciación maravillosa por las cosas más pequeñas.
Un día, Joshua vino a mi oficina y me preguntó:
“Señor, ¿usted piensa que verdaderamente hay un cielo?”
Hice una pausa mientras me pasaban por la mente muchos pen-
samientos. Luego me pregunté si Joshua estaba pasando por un mo-
mento difícil y estaba considerando un mundo mejor.
“¡Sí!” respondí. “Por supuesto que hay un cielo.”
“¿Y cómo piensa que es el cielo?” preguntó rápidamente Joshua.
“Bueno, es bello, lleno de paz, salud y amor” respondí.
“¿Usted no cree que sea mejor que aquí? ¿No es cierto, señor?”
preguntó para mi sorpresa.
“¿Qué quieres decir con que no es mejor que aquí?” pregunté.
“Aquí la vida es bella, señor. Tenemos todo y podemos hacer
cualquier cosa. A menudo me he preguntado que, si hay un cielo, cómo
podría ser mejor que la tierra. Y si no puede ser mejor que la tierra, ¿por
qué crearía Dios el cielo?”
Cuando Joshua se fue de mi oficina, reflexioné y llegué a la con-
clusión de que este joven físicamente deformado había encontrado la
belleza. Había descubierto la belleza a pesar de su debilidad y, tal vez,
dentro del núcleo mismo de su debilidad. Estaba enceguecido por la
belleza de la vida.

Cuando nos acercamos a adolescentes y trabajamos


con ellos, sin importar el estado de sus problemas pasados
o presentes, nosotros también para lograr avanzar, debe-
mos aceptarlos con toda su debilidad y entonces, nosotros
Comience consigo mismo + 23

también quedaremos enceguecidos, enceguecidos por la


belleza que se encuentra en su interior.
Esta sección concluye con una historia escuchada du-
rante una homilía en una iglesia, esperamos que le aporte
una manera nueva de ver la debilidad.

Hubo una vez un famoso concertista de piano. Venía a tocar en


un auditorio local y una madre quería llevar a su pequeño hijo. El niño
había estado tocando el piano por un año y ella pensó que sería mara-
villoso que el pequeño viese tocar a este maestro. Fue a la sala de
conciertos con su hijo y cuando se estaban sentando en sus lugares,
escuchó a una amiga llamarla por su nombre. La madre cruzó el pasillo
para saludar. Charlaron por unos momentos y luego las luces comen-
zaron a apagarse. Regresó para sentarse y notó que su hijo ya no esta-
ba en su butaca. Sintió pánico y no supo qué hacer. Justo en ese mo-
mento, se abrió el telón y los reflectores iluminaron el piano. Sentado
en éste estaba su hijo. La dominó un sentimiento de temor.
El niño comenzó a interpretar Twinkle Twinkle Little Star. Mien-
tras tocaba, el maestro salió al escenario. Se acercó al piano y se sentó
junto al niño. Susurró algo en el oído del pequeño: “Sigue tocando”. El
niño siguió tocando y el concertista comenzó a acompañarlo. El maes-
tro pudo hacer que la canción sencilla sonara verdaderamente maravi-
llosa. Cuando terminaron de tocar, el público estalló en un aplauso es-
truendoso. Concertista y niño saludaron. El maestro había transforma-
do una situación potencialmente embarazosa en una interpretación
inspiradora.

Comuníquese con amabilidad


Preferiría decir cinco palabras con mi mente para
instruir también a otros, que decir diez mil pala-
bras en lengua desconocida.
(1 Corintios 14:19)

La comunicación es la base de un hogar seguro y sano.


Es un ingrediente necesario para desarrollar una buena
24 e Peter Tassi/Filomena Tassi

relación con nuestros hijos y con nuestros estudiantes. Sin


una buena comunicación, es casi imposible lograr un avance
con los jóvenes. Ellos la desean. La comunicación toma
muchas formas: pensamiento, habla y acción.
A fin de desarrollar líneas fuertes de comunicación,
debemos decir las cosas correctas, hacer las cosas correctas
y pensar las cosas correctas.
Primero, al decir las cosas correctas nosotros, como
padres, deberíamos hacer uso de dos enunciados podero-
sos y utilizarlos tan a menudo como sea posible. Estos son:
“Te quiero” y “Estoy orgulloso de ti”. No se deje engañar
cuando sus hijos lo miren de reojo o se quejen cuando es-
cuchen estas palabras. Podrían fingir sentirse avergonza-
dos, pero no es así. Les encanta escuchar estas palabras. De
hecho, ansían escucharlas. Estas palabras tienen un impac-
to muy poderoso. Como educadores, las frases que escoge-
mos variarán, dependiendo de nuestra relación y nivel de
comodidad con cada estudiante. Hasta las frases simples
—como “¿Cómo estás hoy?” o “¿Puedo ayudarte con tus
tareas escolares?”— harán mucho por demostrar nuestro
cuidado y preocupación por nuestros estudiantes.
Segundo, debemos hacer las cosas correctas. Cuando
hacemos las cosas correctas, nuestras acciones tienen que
ser puras y nuestros motivos genuinos. Si el amor, la ama-
bilidad y la bondad están en la raíz de todas nuestras
acciones, nuestros jóvenes estarán calmados y querrán emu-
larnos. Además, como padres, tenemos que ofrecer a nues-
tros jóvenes mucho contacto físico. Esto significa una gran
cantidad de abrazos y besos. Nuevamente, podría parecer
que quieren alejarse apenados; sin embargo, de hecho an-
sían este tipo de afecto. Lo necesitan. Los afirma. El contac-
to físico es una expresión poderosa de afirmación y del amor
que sentimos por ellos.
Es lamentable que hayamos desarrollado una política
de “sin manos” en lo que se refiere a los niños que no son
Comience consigo mismo + 25

nuestros hijos. Aunque es comprensible, dado el abuso


sexual que han sufrido muchos niños, sigue siendo triste.
El contacto es una forma de comunicación poderosa, con-
soladora y sanadora. Todos necesitamos ser tocados, abra-
zados y demostraciones sanas de afecto físico. Jesús usaba
constantemente el contacto para reafirmar y sanar.
La siguiente historia muestra la importancia del con-
tacto.

Mientras trabajaba en la Casa de la Desnutrición con las Herma-


nas de la Caridad, en Haití, descubrí muchos tesoros maravillosos. Fila
tras fila, había niños sufriendo de enfermedades terribles y deplorables,
desde SIDA a desnutrición. Lloraban a causa de su sufrimiento.
Sin embargo, experimenté que, cuando los abrazaba, dejaban de
llorar. Alimentarlos, cambiarlos y medicarlos no siempre detenía su llanto.
Tan pronto como eran tomados en brazos, el llanto se convertía en un
gemido. Cuando los sostenía cerca de mi pecho y los acunaba, sus
gemidos se convertían en silencio. Se dormían en mis brazos. Todo lo
que querían, en todo su sufrimiento, era ser tocados y abrazados.

Es importante pasar tiempo y cantidad de tiempo con


los jóvenes. No se deje engañar por la teoría del tiempo de
calidad. Para nuestros jóvenes, la cantidad es tan impor-
tante como la calidad. Muchos padres nos han dicho que
sus adolescentes son independientes y que no los necesi-
tan a su alrededor. Por ejemplo, los padres reportan que,
aun cuando están en casa con sus hijos, no se habla mucho.
Los jóvenes están en sus recámaras, viendo la televisión o
usando la computadora. Sin embargo, se equivocan al con-
cluir que no es necesario que estén en casa con sus hijos.
Nuestros hijos nos quieren en casa, ya sea que nos estemos
comunicando con ellos o no. Quieren saber que estamos
allí y que pueden recurrir a nosotros en cualquier momen-
to. Encuentran seguridad y comodidad en el hecho de sa-
ber que estamos presentes para ellos.
26 + Peter Tassi/Filomena Tassi

Lo que es más, habrá breves momentos en los que


suceda algún evento y que deseen comunicarse con noso-
tros. Si estamos en casa, esta conexión tendrá lugar. Si no
estamos en casa, será una oportunidad perdida para noso-
tros y nuestros hijos. Esto no significa que tengamos que
vivir prisioneros en nuestras casas; sin embargo, el tiempo
en casa con nuestros adolescentes es un tiempo bien inver-
tido. Nuestra presencia les reasegura que estamos intere-
sados en ellos. Notan cuando elegimos estar en casa con
ellos en lugar de salir a juntas, cenas o eventos sociales.
Mucho afecto físico, combinado con cantidad y calidad de
tiempo, ayudarán a desarrollar líneas fuertes de comuni-
cación.
Tercero, tenemos que pensar las cosas correctas. Nues-
tros pensamientos deben ser puros. Nuestros hijos y, tal
vez, nuestros estudiantes, pueden “leer” nuestros pensa-
mientos. Lo que “no decimos”, al igual que nuestro len-
guaje corporal, hablan más fuerte que la palabra hablada.
Todo lo que hacemos, pensamos y decimos debe ser puro y
genuino. Debemos abandonar nuestras ideas de que los
adolescentes son egoístas, vulgares, enojados, hostiles o
perezosos. No lo son. Muéstrenos a un adolescente que
posea alguna de estas características, y por cada una de
éstos, nosotros le mostraremos cientos que no. No sucum-
ba a estos estereotipos, son erróneos, malsanos y destruc-
tivos. Debemos esforzarnos por saber, en nuestras mentes
y corazones, el gran potencial de nuestros adolescentes y
ellos serán empoderados a través de nuestra confianza en
ellos.
Desarrollar líneas de comunicación sanas y una rela-
ción fuerte con su hijo o estudiante no es complicado, pero
requiere de sacrificio y humildad. Los siguientes son los
“Diez Mandamientos de la Comunicación” basados en lo
que los adolescentes han compartido con nosotros a lo lar-
go de los años.
Comience consigo mismo + 27

Diez Mandamientos para Comunicarse con


los Jóvenes
de Escúchelos
No interrumpa. Resérvese sus comentarios y dé con-
sejos sólo cuando se los pidan.
. Mantenga una mente abierta
No asuma o prejuzgue; póngase a sí mismo en el mun-
do de ellos.
. Confíe en ellos
Deles autonomía para sostener sus propios puntos de
vista.
. Compréndalos
No se queje de lo que dicen, aun cuando pueda herirlo
o ser contrario a su propio punto de vista. Hágales
saber que es importante que usted los comprenda.
. Respételos
Respete sus palabras y sus acciones, sus elecciones y -
Juicios.
. Sea un amigo
Hable con ellos de cómo les fue en el día, de sus pro-
blemas y de sus intereses.
. Muestre apoyo
Hable de, y muestre interés en, las cosas en las que
ellos están interesados. Ofrézcales el apoyo que nece-
sitan para avanzar con convicción y confianza.
. Sea honesto
No asuma que conoce todas las respuestas o que siem-
pre tiene razón. Comparta sus pensamientos e histo-
rias honestamente.
. Sea paciente
Vea la televisión, coma y haga las compras con ellos,
dándoles cantidad y calidad de tiempo.
28 +. Peter Tassi/Filomena Tassi

10. Acéptelos
No intente convertirlos en alguien que usted quiere
que sean. Acéptelos como son.

Estos “mandamientos” en ocasiones podrían resultar


difíciles de seguir, pero en nuestra experiencia llevarán a
una comprensión mayor y una relación más cercana con
sus adolescentes.

Busque el momento
No hemos dejado de rezar por ti y de pedir que
seas colmado del conocimiento de la voluntad de
Dios en toda la sabiduría y comprensión espiri-
tual, para que puedan llevar vidas merecedoras
del Señor, agradándole en todo, al llevar el fruto
en toda buena obra y creciendo en el conocimien-
to de Dios.
(Colosenses 1:9-10)

Tal ves el punto más importante a recordar en este


capítulo sea el de buscar ese “momento”, ese “destello de
luz”. Mientras se abre camino a través de estos pasos, verá
un momento en el que se habrá conectado. Esta conexión,
o luz, se mostrará en una de muchas maneras: una palabra
que dicen, una mirada en sus ojos, un cambio en su postu-
ra, un momento de interés más profundo. Habrá una se-
ñal, tal vez muy sutil, pero una vez que se la identifique,
habrá encontrado una oportunidad. Podría ser descubierta
mientras hablan de asuntos y temas totalmente indepen-
dientes de lo que los preocupa. Sin embargo, lo verá mien-
tras hablan. Una vez que lo descubra, aprovéchelo, expló-
relo y concéntrese en ello.
Comience consigo mismo + 29

Permanezca lleno de esperanza


Nuestra esperanza por ustedes es firme, porque
sabemos que mientras comparten nuestros sufri-
mientos, también comparten nuestro consuelo.
(2 Corintios 1:7)

¡Nunca abandone la esperanza! Sea extremadamente


paciente, dedicando mucho de su tiempo y energía en tra-
bajar con sus hijos o estudiantes. Cuando se sienta frustra-
do o exhausto, asegúrese de tomarse un descanso, pero
nunca se dé por vencido. Siempre crea que se puede supe-
rar cualquier obstáculo. Sabemos que enterrado en lo pro-
fundo de nuestros jóvenes se encuentra el potencial para la
grandeza. Dios creó a cada uno de ellos a su semejanza,
con infinita belleza, sabiduría y amor. Dios le dará la forta-
leza, el valor, la paciencia y la sabiduría que necesitará para
reparar las roturas y descubrir la grandeza. Dios le ha con-
fiado a usted este niño. Por difícil que pueda ser, Dios lo
llama a ser una voz de perdón, un corazón amoroso y una
luz guiadora. No abandone la esperanza.
Consuélese sabiendo que con la esperanza llega la
fuerza, y con la fuerza llega una gran dicha. Porque aún en
medio de la lucha y el sufrimiento, estamos haciendo lo
que Dios nos está llamando a hacer.

Recuerdo haberle preguntado a una de las hermanas de la Casa


de la Desnutrición:
“Hermana, ¿le gustaría regresar a Canadá conmigo? Es bello allá
y no se ven cosas como estas. Tendrá una casa agradable, seguro
médico, oportunidad, comida y limpieza.”
“No, gracias” respondió rápidamente.
“¿Por qué prefiere esta vida a la que le ofrece Canadá?” continué
preguntando. “Porque Dios me llamó a esta vida” respondió.
30 +. Peter Tassi/Filomena Tassi

“Pero esta vida es cruel y difícil, y está llena de sufrimiento y tristeza”


respondí rápidamente.
“Cuando hacer lo que Dios te llama a hacer, recibes una gran
dicha, aun cuando estés sumido en tanto sufrimiento y tristeza” dijo
sonriendo.

Nosotros, como padres y educadores, hemos sido lla-


mados por Dios a hacer lo que es difícil. Pero recibiremos
dicha y recompensas en nuestro sacrificio, por hacer lo que
Dios nos llama a hacer.
A fin de tener éxito en el trabajo con adolescentes, pri-
mero tenemos que examinar nuestro modo de pensar, vi-
vir y trabajar. Por muy difícil que sea transformarnos, sa-
bemos que nuestro sufrimiento será bien servido en este
proceso. Nos hará más efectivos en nuestro trabajo y nues-
tras vidas serán enriquecidas. Veremos nuestro trabajo
como algo más que “ganarnos la vida”. Hacer lo que poda-
mos para marcar una diferencia en los niños con los que
trabajamos y el mundo mismo se convertirá en algo natu-
ral.
¡Al embarcarnos en esta jornada, sabemos que no es-
tamos solos!

Huellas en la arena Autor anónimo

Una noche un hombre tuvo un sueño. Soñó que cami-


naba por la playa con el Señor.
En el cielo se proyectaban escenas de su vida.
En cada escena notó dos pares de huellas en la arena:
uno le pertenecía a él, y el otro al Señor.
Cuando terminó la proyección de la última escena de
su vida,
sólo había un par de huellas en la arena.
Notó que muchas veces a lo largo del camino de su
vida,
Comience consigo mismo + 31

había sólo un par de huellas.


También notó que sucedía en los momentos más tris-
tes y peores de su vida.
Esto realmente lo molestó y cuestionó al Señor al res-
pecto:
“Señor, dijiste que una vez que decidiera seguirte ca-
minarías conmigo siempre.
Pero he notado que durante los peores momentos de
mi vida, sólo hay un par de huellas.
No entiendo por qué, cuando más te necesitaba, me
abandonaste”.
El Señor respondió:
“Hijo mío, mi precioso hijo, te amo y jamás te dejaría.
Durante tus tiempos de prueba y sufrimiento, cuando
ves un solo par de huellas,
Es porque te estaba cargando”.

Consejos prácticos
e ¡Suelte y deje actuar a Dios!
e Haga una pausa... tómese un tiempo para reponerse
espiritualmente.
e Deténgase y piense antes de actuar o reaccionar: ¿qué
haría Jesús?
e Recuerde que usted no es el Mesías, sino su humilde
y fiel sirviente.
e Reflexióne en esta cita de un sacerdote: “Soy sólo un
mendigo hambriento diciéndoles a otros mendigos
hambrientos adónde consigo mi comida”.
32 e Peter Tassi/Filomena Tassi

Puntos para reflexionar

e ¿Me resulta difícil expresar mi amor, interés y preo-


cupación por mis hijos o estudiantes? ¿Cuándo fue la
última vez que dije “Te quiero” o “Me importas” (como
padre, o “¿Cómo te está yendo hoy?” (como educa-
dor)?
Cuando mira en lo profundo de los ojos de su hijo o
de un estudiante, ¿qué ve?
¿Siente que va a tener éxito en llegar a su hijo o estu-
diante? ¿Por qué sí? ¿Por qué no?

Ejercicios espirituales

Ejercicio 1

1. Comience encontrando un lugar tranquilo y rece lo


siguiente:

“Aminora mi paso, Señor”

Aminora mi paso, Señor. Dame, en medio de la con-


fusión del día, la calma de las colinas eternas. Alivia
las tensiones de mis nervios y músculos con la
tranquilizadora música de los arroyos cantarines que
viven en mi memoria. Ayúdame a conocer el poder
mágico y restaurador de la relajación. Enséñame el arte
de tomarme vacaciones de un minuto para aminorar
mi paso y ver una flor, conversar con un amigo, acari-
ciar un perro, leer unas pocas líneas de un buen libro.
Recuérdame cada día la fábula de la liebre y la tortu-
ga, que pueda saber que la carrera no siempre es ve-
loz. Hay más en la vida que aumentar su velocidad.
Comience consigo mismo + 33

Permíteme ver hacia arriba, hacia las ramas del alto


roble y saber que creció grande y fuerte porque creció
lentamente y bien. Aminora mi paso, Señor, e
inspírame a enviar mis raíces a lo profundo de la tie-
rra de los valores duraderos de la vida, y a que pueda
crecer hacia las estrellas de mi más grande destino.
Amén.
. Récele a Jesús pidiéndole que lo ayude y que esté cer-
ca suyo.
Vea la siguiente imagen concentrándose en los
cuatro puntos negros del centro por treinta segundos,
y luego, cierre suavemente los ojos. Hable desde el
fondo de su corazón a la persona que se le aparezca.
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Nutra y desarrolle la fe de
los adolescentes

“En verdad les digo que, a no ser que cambien y


se vuelvan como niños, jamás entrarán en el rei-
no de los cielos.”
(Mateo 18:3)

Les enseñamos a los jóvenes sobre Dios, sin embargo


muchos de ellos ya “conocen a Dios”. Podemos enseñar la
historia de la iglesia, teología sacramental, y las escrituras,
pero muchos adolescentes ya piensan, respiran y viven los
evangelios.
En ese momento los discípulos se acercaron a Je-
sús y preguntaron: “¿Quién es el más grande en
el reino de los cielos?” El llamó a un niño, a quien
puso entre ellos, y dijo: “En verdad les digo que,
a no ser que cambien y se vuelvan como niños,
jamás entrarán en el reino de los cielos. Aquel
que se vuelve humilde como este niño es el más
grande en el reino de los cielos. Aquel que recibe
a uno de estos niños en mi nombre, me recibe a
mi.
A

(Mateo 18:1-5)
36 + Peter Tassi/Filomena Tassi

Cuando leemos este pasaje, vemos que Jesús debe


haber visto el reino de Dios cuando observó la fe de los
niños. Nos preguntamos: “¿Qué es lo que vio Jesús?” La
gente de su época ciertamente no lo veía; trataban de evi-
tar que los niños viesen a Jesús. Consideraban que los ni-
ños no eran merecedores y que no tenían estatus.
En el área de la educación, nuestra función es dar a
los estudiantes tanto conocimiento y teología como sea
posible. No podemos subestimar la importancia del estu-
dio de la religión y las escrituras. Este conocimiento ayu-
dará a nuestros jóvenes a conocer y entender mejor a Jesús.
Sin embargo, es un error ver nuestro papel solamente como
el de impartir conocimientos, seamos educadores o padres,
o modelos a seguir. Profundizar la relación de los jóvenes
con Jesús va mucho más allá de la transmisión de conoci-
mientos.
Muchos niños ya tienen buenas bases para el desarro-
llo de la fe. Les fue dada en el nacimiento y ha sido nutrida
en su aprendizaje y experiencias de la infancia a la adoles-
cencia. Es importante reconocer que hay una diferencia
entre ser religioso y ser espiritual. Los niños y los adoles-
centes son espirituales pero, a veces, no religiosos. Mues-
tran un gran potencial en sus actos de bondad, su genero-
sidad innata hacia los pobres, el apoyo que se brindan
mutuamente, su profunda sensibilidad y su pureza e ino-
cencia de corazón. Su compasión y actos son la personifi-
cación de su espiritualidad. Nuestra misión es arraigar esta
espiritualidad en Jesús, nuestro salvador.
El desarrollo de la fe y crecimiento espiritual son fáci-
les de fomentar en nuestros jóvenes. Es a través de nues-
tros propios actos de amor, amabilidad, comprensión, pa-
ciencia, consideración y estímulo que enseñamos a estos
niños sobre Jesús. Ellos se preguntarán a sí mismos por
qué los adultos actúan de esta manera, por qué se acercan
así, por qué se sacrifican por hacer que las vidas de otros
Nutra y desarrolle la fe en los adolescentes + 37

sean mejores. Nuestra gente joven entenderá entonces que


la respuesta reside en nuestra fe, en nuestra humanidad,
en quienes somos realmente. Identificarán que cada uno
de nosotros vive de esta manera porque es lo que “somos
realmente” como seres humanos. A la vez, esto cultiva su
ya existente deseo de ser uno con su verdadera naturaleza
propia, con su naturaleza-Cristo.
Se sentirán reconfortados al ver que la fe exige más
que seguir mandamientos. La fe es una manera de vivir,
amar, y solidarizarse. Nuestro testimonio vivo tendrá un
impacto profundo en nuestros jóvenes porque, instintiva y
naturalmente, verdaderamente son gente de fe con el de-
seo, en lo profundo de su ser, de ser uno con la naturaleza
divina de Cristo. Nuestros adolescentes ya están llenos de
Cristo. Allí reside, en lo profundo de su ser, belleza infini-
ta, sabiduría y amor. Tal vez al observar a algunos de nues-
trosjóvenes tengamos problemas para ver que están llenos
de fe. Muchos se rebelan y se alejan del aspecto institucional
de la religión, particularmente cuando es presentada de
una manera agresiva. No quieren más reglas. No quieren
que se les diga qué hacer o a quién rendir culto. Sin embar-
go, poseen una gran fe. Su espiritualidad es profunda y
debemos acercarnos a ellos de una manera nueva, desa-
fiándolos a convertirse en líderes de nuestra comunidad y
nuestra iglesia. Podemos hacerlo de dos maneras.
Primero, tenemos que pensar en maneras creativas de
que espiritualidad, fe e iglesia cobren vida para ellos. En
nuestra experiencia, los viajes al Tercer Mundo son pro-
fundamente transformadores. Sin embargo, esta oportuni-
dad no siempre está disponible para todos, así que sugeri-
mos trabajar localmente con los necesitados. Esto hace que
los jóvenes sientan que están haciendo una contribución
significativa. Además satisface el amor y belleza que ya
residen en su interior. Comienzan a formular preguntas
más profundas y a buscar respuestas. Esta es una gran opor-
38 e Peter Tassi/Filomena Tassi

tunidad para que ellos entren en contacto con su naturale-


za-Cristo.
Segundo, tenemos que demostrarles cuánto los nece-
sita la iglesia e invitarlos a convertirse en miembros acti-
vos de su propia iglesia. Aceptarán el aspecto institucional
de su religión y la recibirán con los brazos abiertos cuando
podamos hablar su idioma y hacerlos sentir bien recibidos
y necesarios. Aceptarán a la iglesia institucional cuando la
reconozcan como un modelo de servicio más que como un
modelo de reglas. Acogerán a la iglesia institucional cuan-
do crean que su voz es escuchada, que sus opiniones son
respetadas y que sus contribuciones son valoradas.
Debemos reconocer que su aporte y participación son
importantes y tenemos que lograr que los jóvenes también
lo comprendan. ¿Quién necesita a quién? ¿Necesitan sus
jóvenes a la iglesia, o es la iglesia la que necesita a nuestros
jóvenes? Cuando los jóvenes rechazan a la religión, se les
debe señalar que son personas espirituales y que su espiri-
tualidad es una inspiración para nosotros. Al igual que Je-
sús, debemos alejar a los que no creen e insistir en que nues-
tros jóvenes se acerquen. Tenemos que darles la seguridad
de que son personas llenas de fe que pueden inspirarnos.
Su fe inocente, pueril, refleja el reino de Dios. Es nuestra
responsabilidad, como padres y educadores, cultivar esta
espiritualidad que ya existe, confirmando lo que ellos ya
creen: que su verdadera naturaleza es la naturaleza-Cris-
to. Nosotros somos facilitadores de Dios.
Losjóvenes más espirituales y compasivos que hemos
conocido fueron criados por padres que rara vez citaban a
las escrituras y que no recordaban constantemente los man-
damientos a sus hijos. Ellos vivían las escrituras, y eso era
mucho más importante. Mostraban el modo de Jesús en la
manera en la que trataban a los demás y en cómo eran per-
sonas amorosas, consideradas, compasivas y cuidadosas.
Sus hijos se llenaron de fe a través del ejemplo, y testigos
Nutra y desarrolle la fe en los adolescentes + 39

vivientes de todo lo que decían hacían y pensaban sus pa-


dres.
Nosotros podemos dar muchos ejemplo de evidencias
de esta espiritualidad profunda que existe en el interior de
nuestros jóvenes. Uno de esos ejemplos es su disposición a
acercarse a los necesitados. Cuando se les pide que lleven
ropa a los desamparados, llevarán un camión lleno. Cuan-
do se los llama a salir a alimentar a los hambrientos, llena-
rán todo un camión. Cuando se les solicita que junten di-
nero para los pobres, recaudarán miles.
Uno de nuestros jóvenes dio generosa y calladamente
su tiempo, tal como ilustra la siguiente historia.

El presidente del consejo estudiantil pasó por mi oficina. Me pre-


guntó sobre un evento próximo en el que estábamos trabajando juntos.
Estaba bostezando y se veía muy cansado. Esto no era lo común en él,
que siempre estaba lleno de energía y altamente motivado. Le pregun-
té si era el trabajo escolar lo que lo mantenía despierto hasta tarde.
“No, señorita, es que me levanté muy temprano esta mañana.”
“¿Qué tan temprano?” pregunté.
“A las 5:00 a.m.” respondió.
No podía imaginar por qué se había tenido que levantar tan tem-
prano.
“¿Por qué te levantaste tan temprano?” indagué.
“Adopté un niño del Tercer Mundo y, para mantenerlo, reparto
periódicos en una ruta matutina. El dinero que gano se lo envío al niño”
contestó.
Quedé profundamente conmovida. El lo contó como algo que no
era “nada del otro mundo”. Dijo que todas las mañanas, veía el rostro
del niño en una foto que había puesto en la puerta del refrigerador, y
que eso le daba la energía para repartir los periódicos. Yo había traba-
jado con este estudiante durante cuatro años, y esta era la primera vez
que lo escuchaba hablar del gran sacrificio que había hecho para ayu-
dar a alguien que estaba muy lejos y que tenía una gran necesidad.
Tomó esta iniciativa por sí mismo y estaba muy feliz de hacerlo, a su
propia manera callada y humilde.
A A A A
40 +. Peter Tassi/Filomena Tassi

Otro ejemplo que nos demuestra la gran espirituali-


dad de nuestros jóvenes es su comportamiento en los ser-
vicios religiosos y el respeto que les dan a los líderes reli-
giosos. Durante nuestros servicios de plegaria en la escuela,
reunimos hasta mil ochocientos estudiantes en un gimna-
sio. Durante estos servicios, se puede escuchar caer a un
alfiler. Algunas de las escuelas en las que hemos trabajado
son establecimientos de zonas pobres, donde muchos es-
tudiantes consumen drogas o roban coches durante los fi-
nes de semana. Algunos son promiscuos y se ganan la vida
en las calles. Sin embargo, cuando el clero y los ministros
pastorales visitan la escuela, el lenguaje en los pasillos y el
volumen del caos y ruido cambian rápidamente. Este cam-
bio no es producido por el miedo, ya que muchos de estos
jóvenes no conocen el temor. Su respuesta es un reflejo de
su profunda espiritualidad y de su respeto por los líderes
espirituales. Para los jóvenes, éstos representan la bondad
e integridad de la vida. La conducta de los estudiantes re-
fleja lo que hay en lo profundo de su interior que quiere
salir. El gimnasio se convierte en un “lugar sagrado” al que
pueden ir a descansar sus cabezas y corazones, a encontrar
solaz y paz y, tal vez, alejarse de este mundo por un rato
para hablar con Dios, que los entiende.
Siga buscando la profunda espiritualidad que reside
en el interior de los jóvenes. Tal vez no se describan a sí
mismos como religiosos o llenos de fe, pero sin embargo lo
son. Recuerdo haber entrado en una clase de religión en la
que el maestro preguntó:
“En una escala del uno al diez, cómo se califica cada
uno de ustedes en términos de cuán religioso es?”
Un par de estudiantes respondieron seis o siete; sin
embargo, la mayoría de los demás se calificó por debajo
del cinco. Después de una discusión completa sobre “qué
significa ser religioso”, la mayoría se dio cuenta de que en
realidad calificaba como nueve o diez.
Nutra y desarrolle la fe en los adolescentes + 41

En última instancia, nuestra meta es arraigar su espi-


ritualidad en Jesús. Esta es, de hecho, una tarea sencilla.
Nuestros jóvenes se relacionan con Jesús. Aman a Jesús,
que trabajó en pro de la justicia; mostró compasión, amor y
comprensión interminables; que se asoció con pecadores,
defendió a los pobres y luchó por los débiles y los oprimi-
dos. Los adolescentes aman amar, y les encanta imitar el
modo de Jesús. Es algo natural para ellos. Las reglas, regla-
mentos, dogmas y doctrinas son secundarios para ellos. Se
interesan en estos temas sólo cuando aceptan que su igle-
sia, su sociedad y su Jesús están interesados en el amor, y
que este amor se expresa en actos de servicio y de caridad.
Al concluir con este segundo paso, asuma siempre que
dentro del niño hay una gran espiritualidad y una natura-
leza a semejanza de Cristo. No tenemos que enseñársela
sino, más bien, debemos hacer que aflore de ellos. Tene-
mos que desafiarlos a dirigir, inspirar y mostrarnos el ca-
mino. Este enfoque exuda confianza y una nueva dirección
para nuestros jóvenes.

Querido Dios:
Le has dado a cada niño una profunda
espiritualidad cuando nació.
Tienen esta gran capacidad para vivir una vida
iluminada, una vida de fe, esperanza y caridad.
Danos las herramientas que necesitamos para
ayudar a nuestros niños a revelar este gran don que
reside en lo profundo de su interior.
Entonces, Señor, te pedimos que les des
el valor para vivir su fe para que puedan, a su
propia manera, transformar el mundo.
Amén.
42 e Peter Tassi/Filomena Tassi

Consejos prácticos
e Busque a Dios en cada niño; ¡Dios está allí!
e No deje que la renuencia del hijo o estudiante a
definirse como religioso le haga creer que no lo es; los
niños están llenos de fe.
Invite a los jóvenes a estar en la iglesia —tienen mu-
cho que ofrecer.
Arraigar la fe en Jesús es sencillo —él ya es el héroe y
el amigo de los jóvenes.

Puntos para reflexionar


¿Ve a Dios en sus hijos o estudiantes?
¿Por qué es Jesús tan atractivo para nuestros jóvenes?
¿Qué atributos consideran más atractivos?
¿Qué puede hacer usted para que nuestros estudian-
tes o hijos conozcan a Jesús más íntimamente?

Ejercicios espirituales

Ejercicio Uno

1. Cuente historias de héroes inspiradores que hayan


sacrificado sus vidas por otros. Estos podrían ser hé-
roes de su propia comunidad o historias que haya es-
cuchado de otros estados o países. Tales relatos pue-
den incluir a la madre que luchó contra un puma para
proteger a sus hijos; a la del padre que saltó al agua,
aunque no podía nadar, para salvar a su hijo que se
estaba ahogando, a la del transeúnte que entró en una
casa en llamas para salvar a la gente que estaba aden-
tro; a la del adolescente que golpeó a un oso en la ca-
Nutra y desarrolle la fe en los adolescentes + 43

beza, con una rama, para alejarlo de su amigo, que


estaba siendo atacado.
. Pregúnteles a sus hijos o estudiantes: “¿Qué hace que
una persona arriesgue su vida?” y “¿Por qué la gente
hace cosas que no parecen lógicas a fin de salvar a
otros?” Discuta las respuestas.
. Pida a los estudiantes o hijos que escriban una res-
puesta de una o dos cuartillas a la siguiente pregunta:
“¿Por qué causa estás dispuesto a morir tú?”
. Al completar estos ejercicios espirituales, lea Juan
15:13: “Nadie tiene más amor que este, el de entregar
su vida por sus amigos”. Discuta su interpretación de
este texto de los evangelios.
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IA pe me ze
uy
i A : C
. Ñ E e q
E Clas A
e ' A
Ayúdelos a encontrar
significado en sus vidas

Ahora hay variedades de dones, pero el mismo


Espíritu; y hay variedades de servicios, pero el
mismo Señor; y hay variedad de actividades, pero
es el mismo Dios el que activa todo ello en todos.
A cada uno se le da una manifestación del Espí-
ritu para el bien común.
(1 Corintios 12:4-7)

Salirse de uno mismo

Hay un alto número de intentos de suicidio entre nuestros


jóvenes. cuando un adolescente habla del suicidio, o cuan-
do de hecho intenta quitarse la vida, está clamando por
ayuda. Nuestra experiencia es que la mayoría de los ado-
lescentes no quieren quitarse la vida; nos piden ayuda a
gritos, queriendo escapar de su sufrimiento. Planean un
intento que fallará y esperan, en lo profundo de su ser, que
les demos la atención y terapia necesarias. Lamentablemen-
te, en ocasiones estos intentos de suicidio son exitosos.
46 +. Peter Tassi/Filomena Tassi

Es absolutamente crítico que los adolescentes que es-


tán deprimidos por largos periodos de tiempo, o que han
caído en una depresión profunda, reciban atención médi-
ca. Los médicos, psicólogos y psiquiatras, pueden salvar a
un joven diagnosticándolos adecuadamente y prescribién-
doles los medicamentos y terapia adecuados. Si a usted no
le resulta posible obtener ayuda a través de su programa
de asistencia médica, debe invertir el tiempo y el dinero
necesarios para asegurar que su hijo reciba la ayuda que
requiere. Sino cuenta con los recursos financieros suficien-
tes, tal vez desee averiguar en los servicios para estudian-
tes o departamento de asistencia social en la escuela (en
ocasiones pueden ayudar u ofrecer una guía).
Muchos jóvenes sufren la oscuridad y la depresión
porque no le encuentran significado a sus vidas. Han per-
dido su entusiasmo para vivir porque no hay nada por lo
que valga la pena vivir. Esta carencia de propósito es la
causa de una ansiedad enorme y de un vacío doloroso.
Victor Frankl escribió un libro describiendo la importancia
de que la vida propia tenga significado, Man's Search for
Meaning. En su libro, Frankl señala los efectos devastadores
de una vida sin sentido. Para los adolescentes, esto puede
llevar a las drogas (adicciones), el crimen (agresión) y el
suicidio. Nuestros jóvenes se sienten perdidos porque sus
vidas pierden el sentido. Su incapacidad de entender la
razón para vivir. puede llevar a resentimientos, amargura,
una actitud negativa y la ira, llevándolos finalmente a ac-
ciones destructivas en contra de sí mismos. |
A pesar de sus sentimientos de desesperación y oscu-
ridad, es importante que crean que hay una luz. Esta es
nuestra tarea, ayudarlos a ver esta luz. Tenemos que ase-
gurarles que, aunque sus sentimientos son poderosos, no
representan un estado permanente. Un día —ya sea con el
tiempo, la terapia, los medicamentos, o las tres cosas— es-
tos sentimientos de desesperación y soledad desaparece-
Ayúdelos a encontrar significado en sus vidas + 47

rán. La depresión puede ser temporal. Hay una luz y, por


muy pequeña que parezca, brilla arriba de ese pozo pro-
fundo en el que se encuentran. Necesitan subir un par de
escalones para ver el destello de la luz. Nosotros podemos
ayudarlos a subirlos llevándolos sobre nuestros hombros.
Una vez que vean ese destello de luz, comenzarán lenta-
mente a creer que hay esperanza.
Hay diferentes formas de suicidio entre nuestros jó-
venes. Para algunos, es la muerte rápida y violenta del ahor-
camiento, el disparo, la sobre dosis o el corte de arterias
críticas. Pero, para la mayoría, es un método más lento que
involucra cortarse a sí mismos, beber en exceso, consumir
drogas ilegales, unirse a pandillas o cometer crímenes.
Aunque hay muchas otras razones para participar en tales
actividades, los jóvenes saben, subconscientemente, que tal
participación puede llevarlos a la muerte y que probable-
mente así será.
Estos jóvenes a menudo poseen cualidades maravi-
llosas tales como amabilidad, gentileza y compasión. Su
conducta suicida, de hecho, ejemplifica un sentido de falso
ser, lo opuesto a lo que verdaderamente se encuentra en su
interior. Para algunos representa un cambio total de carác-
ter. Cuando se vuelven melancólicos y deprimidos, casi son
irreconocibles. Comienzan a formularse preguntas más
profundas y a sentir aislamiento y soledad a un nivel mu-
cho más intenso. Se alejan más y más de nosotros. No po-
demos evitar preguntarnos a nosotros mismos: “¿Cómo es
posible que este joven bello, gentil, sensible, pueda estar
involucrado en un acto tan violento en contra de sí mis-
mo?”
Es complejo comprender totalmente por qué no tie-
nen deseos de vivir y por qué creen que no tienen razón
para hacerlo, particularmente en una sociedad en la que
hay tantas oportunidades y prosperidad para ellos. Tam-
bién resulta difícil entender sus sentimientos de vacío, so-
48 + Peter Tassi/Filomena Tassi

ledad, desesperación y dolor profundo. Podría ser compli-


cado comprender y tal vez no tenga sentido, pero es muy
real.
Muchos adolescentes transitan por este largo camino
de destrucción, esperando que algún mesías llegue y los
rescate. No lo expresarán pero, de hecho, ese es su deseo
profundo. Sin embargo, no debemos sorprendernos de su
reacción cuando nos acercamos a ayudar. A menudo los
jóvenes no responderán, o harán un esfuerzo por distan-
ciarse de nosotros. No se sienta desalentado. Esto no se
debe a que no quieran ayuda. Podría ser porque no creen
que podamos ayudar o tal vez se sientan avergonzados y
sean demasiado orgullosos como para admitir que requie-
ren de ayuda. Muchos tienen miedo y están convencidos
de que no los entenderemos. Sin embargo, nuestros esfuer-
zos deben continuar.
La pregunta se convierte en: “¿Que hacemos para ayu-
darlos?” Podemos empezar por hablar con ellos sobre nues-
tras razones para vivir, de las cosas que nos cargan de energía,
de las “causas” en el mundo que requieren de nuestros ser-
vicios. Luego nos enfocamos a ellos y les hablamos sobre
causas que requieren de su atención y dones. Tienen una
responsabilidad de usar los dones que les fueron dados, y
en las circunstancias a las que se enfrentan. Lo más impor-
tante, el mundo necesita lo que tienen ellos para ofrecer.
Tienen que darse cuenta de que, al vivir con este propósi-
to, al responder a esta necesidad, encontrarán significado
en sus vidas, porque sus acciones tendrán el resultado di-
recto de hacer del mundo un lugar mejor.
En esta conversación, estamos intentando volver su
atención a algo fuera de sí mismos. Queremos dirigirlos a
algo que valoren y que sea más grande que ellos. Puede
ser una meta que lograr, una persona a la que amar, un
talento que desarrollar, una sensibilidad para compartir,
una misión que cumplir —todo lo cual será visto por ellos
Ayúdelos a encontrar significado en sus vidas + 49

como una causa más allá de sí mismos que es más grande


que ellos. Queremos que vean que hay significado en sus
vidas, una razón y propósito en sus existencias. Cuando
pueden salirse de sí mismos y cumplir con un propósito o
responder a una necesidad, sus vidas obtendrán un signi-
ficado más grande y, eventualmente, encontrarán signifi-
cado. Para cada adolescente, este significado en la vida será
diferente, ya que cada uno de ellos es único. Tendrán dones
distintos, talentos distintos y enfoques del mundo distintos.
También necesitan saber que hay una fuerte red de
gente a quienes les interesan y que los aman. Desean amor
- desesperadamente, y nos necesitan a nosotros para que les
recordemos que los amamos y que Dios los ama. No im-
porta lo inútiles y difíciles de amar que se sientan, se les
tiene que asegurar constantemente el amor que tenemos
para ellos y el amor que tiene Dios para ellos.
La siguiente historia muestra cómo los niños necesi-
tan ser amados:

Valerie entró en mi oficina abatida y deprimida. Era una de los


muchos jóvenes en nuestra escuela que vivía en la calle. Su madre no
tenía paciencia para cuidarla y su padre tenía una orden de restricción
en su contra. Debido a asaltos sexuales previos que había sufrido a
manos de su propio padre, éste había sido advertido legalmente de que
no tuviese contacto con su hija. No pude evitar notar las marcas en su
muñeca.
Después de una larga discusión, me contó que todavía veía a su
padre, que se encontraba con él en su camión en lugares secretos,
después de la escuela. Me explicó cómo ella lo satisfacía sexualmente.
Cuando le pregunté por qué seguía permitiendo ser abusada y
tratada de esta manera, me respondió:
“Necesito amor.”
Tomé su mano y la sostuve por un momento.
“No necesitas el amor de tu padre. Tienes un padre en el cielo
que te ama” fue todo lo que pude pensar en decirle.
Ella lloró y lloró.
_——_—_—__—_—_—_—_————A—2——
A _a
50 +. Peter Tassi/Filomena Tassi

La importancia de enseñar valores


Uno de los roles más importantes que tenemos como pa-
dres y educadores es enseñarles valores a nuestros jóve-
nes. Los evangelios proveen un gran recurso para determi-
nar los valores que necesitamos adoptar en nuestras vidas
diarias. Recurrimos a la vida de Jesús a fin de encontrar los
valores que son importantes y que vale la pena desarrollar.
A medida que nuestros jóvenes viven sus vidas apegados
a los valores de los evangelios, llegarán a reconocer su infi-
nito valor.
Nuestra tarea aquí no es una tan sencilla, porque los
valores que apoya en el presente América del Norte a me-
nudo son contrarios a aquellos de los evangelios. Debemos
reeducar y reenfocar a nuestros jóvenes en la dirección de
los valores del evangelio. Hay muchos ejemplos para ilus-
trar este punto. Uno común es el área del materialismo.
muchos estudiantes a los que hemos asesorado provienen
de familias pudientes. Tienen la oportunidad de la educa-
ción, una carrera, ropa de diseñador, automóviles nuevos
y muchos otros lujos. Son bombardeados con mensajes que
indican que el materialismo es la llave a la felicidad. Viven
en un mundo que les dice “El dinero trae felicidad”, “Más
es mejor” y “Demasiado no existe”. Está claro que la acu-
mulación de posesiones materiales no lleva a la felicidad.
Muchas personas tienen posesiones materiales y están per-
didos, confundidos y son infelices.
Compartimos la siguiente experiencia de una de nues-
tras estudiantes. Ella no encontraba significado o felicidad
en el lugar que sus padres pensaban que los encontraría.

Temprano, una mañana de domingo, escuché que tocaban


frenéticamente a la puerta de mi casa. Eran los padres de una de mis
estudiantes, desesperados porque su hija había escapado de casa. Pasé
Ayúdelos a encontrar significado en sus vidas + 51

un par de horas haciendo llamados telefónicos antes de, finalmente,


encontrar a Tracy. La fui a buscar y la traje a mi casa.
Esta jovencita nunca había sido un problema en la escuela, era
una estudiante con honores con un promedio de noventa por ciento, y
tenía una personalidad maravillosa y una disposición angelical. Había
escapado de su hogar por varios motivos: expectativas personales y
académicas irrazonablemente altas, formas físicas de disciplina y una
falta total de libertad y autonomía. Sus padres eran tan estrictos y
controladores que estaban destruyendo a su dotada, inteligente y enér-
gica hija.
Al mismo tiempo, Tracy sabía que todo lo que hacían sus padres
por ella surgía del amor. Aunque se trataba de un concepto distorsionado
del amor, era amor de todas maneras. Tracy amaba a sus padres. De
hecho, creía que el amor entre ella y sus padres era poderoso y casi
profundo pero, al mismo tiempo, era retorcido, disfuncional y destructivo.
Tracy se quedó con mi familia durante la semana siguiente. Mien-
tras se quedó conmigo enlisté a otro consejero que comenzó el proce-
so de negociación entre Tracy y sus padres. Este proceso requirió de
siete días antes de que pudiesen acordar algunos términos civiles y un
contrato temporal escrito para el propósito de que Tracy regresase a su
casa.
Durante esa semana visité a los padres varias veces. Vivían en
una casa de lujo de trescientos setenta y dos metros cuadrados. Des-
plegaba muebles europeos de cuero, incluyendo el roble y la caoba.
Cada metro cuadrado de la casa tenía los pisos, alfombras y decora-
ción más finos. Tracy estaba ahora en mi casa, que era un bungalow
modesto. De hecho, era un trabajo artesanal. Tenía noventa y tres me-
tros cuadrados, pocos muebles y cero decoración.
Tracy dejó muy claro, después de sólo tres días, que quería vivir
conmigo y mis tres hijos. No deseaba regresar a su casa. “¿Por qué
querrías dejar un hogar tan lujoso con todas las posibles posesiones
materiales que uno podría pedir, al igual que a unos padres que te
aman y se preocupan por ti?” le pregunté.
“Si pudiera vivir aquí contigo, sería feliz, porque hay felicidad en
tu hogar” me respondió.
“Pero tú tienes un hogar amoroso con felicidad” le dije.
“En mi casa hay una felicidad controlada, una falsa felicidad. En
tu casa no hay insultos, gritos o humillaciones. Hay paz en tu hogar, y
eso es felicidad. Señor, preferiría vivir en una caja de cartón y tener paz
52 e Peter Tassi/Filomena Tassi

que regresar a mi mansión. Mi casa es bella por fuera, pero tiene un


cáncer en su interior” me respondió Tracy rápidamente.

Tenemos que asegurarnos de no quedar atrapados en


los valores falsos. Todas nuestras palabras y acciones de-
berían incluir valores evangélicos. Estos valores llevan a la
felicidad. Uno de ellos es la gratitud. Enseñar a nuestros
hijos a ser agradecidos por lo que sea que tengan es muy
importante. Tienen que aprender a “apreciar” más que a
“esperar”. Cuando aprenden a apreciar y a tener gratitud
por hasta la más pequeña de las bendiciones, ven las cosas
de manera diferente y, como resultado, serán mucho más
felices.

Mientras estaba trabajando con las Hermanas de la Santa Trini-


dad en México, me llevaron a una iglesia muy especial, la iglesia de los
niños de la calle de la Ciudad de México. Era un edificio pequeño y
humilde, hecho de madera y situado en un área pobre. El interior de la
iglesia era sencillo, con bancas de madera, piso de cemento y una cruz
hecha a mano. Sin embargo, colgado sobre el altar, había un dibujo
espectacular de “la flagelación de Jesús”. Se trataba de un bosquejo a
lápiz que era tan magnífico que me atrajo como un imán.
Le pregunté a la anciana cuidadora de la iglesia si podía com-
prarlo. Ella rió y respondió que no. Le ofrecí quinientos dólares estado-
unidenses, y dijo que no. Le ofrecí mil dólares estadounidenses, y dijo
que nada. “Puede ofrecernos todo el dinero del mundo, pero aun así no
puede tener el cuadro. Hay algo en la vida que es más importante que
el dinero, y es la gratitud. El bosquejo fue hecho por un niño de catorce
años de edad, y fue donado como agradecimiento al Padre Pat, por
haberlo salvado de la calle” respondió la mujer.
Entonces supe que el dibujo jamás estaría a la venta.

Esto es vivir los valores del evangelio. Esto inculcará -


los valores que vivió Jesús en nuestros jóvenes. Piense en
un enfoque de la vida arraigado en los evangelios, un en-
foque que incluya la humildad como uno de los dones más
Ayúdelos a encontrar significado en sus vidas + 53

grandes y que reconozca que de la humildad viene la gra-


titud y de la gratitud surge la caridad, y de la caridad pro-
viene la felicidad. Sabemos que la llave a la felicidad no
proviene de las posesiones materiales, sino de nuestro in-
terior. Está arraigada en la adopción de las numerosas en-
señanzas maravillosas que Jesús nos ofreció a cada uno de
nosotros. Esto requiere de fe, confianza y creencia en todo
lo que nos dio Jesús.
Contemple por un momento esta cita de un africano
que viven en Rwanda: “Cuando el alma está llena, el estó-
mago nunca está vacío, y cuando el alma está vacía, el estó-
mago nunca está lleno”.
La siguiente historia ilustra el “estómago lleno” de la
caridad y la felicidad:

Nos estábamos preparando para un servicio de oración para todo


el cuerpo escolar. El tema era “Comunidad: apoyándonos unos a otros”.
Este servicio de oración era la conclusión de un evento para recaudar
fondos con una meta de cinco mil dólares. El objetivo había sido ofrecer
dinero para investigación a organizaciones que pudiesen ayudar a en-
contrar curas para enfermedades que habían sufrido personas de nuestra
comunidad o sus familias. Por ejemplo, dos de nuestros maestros ha-
bían perdido a sus jóvenes esposas en manos del cáncer. Lo que es
más, teníamos a algunos estudiantes con problemas mentales. Por lo
tanto, parte del dinero iría a la Sociedad del Cáncer y a la Asociación de
Salud Mental.
La recaudación de fondos fue establecida de manera tal que, si
lográbamos nuestra meta, veinte personas, entre estudiantes y perso-
nal, se rasurarían la cabeza. Yo era una de esas veinte personas y,
como mujer, tengo que admitir que tenía reservas sobre cómo me vería
con la cabeza pelada. A medida que avanzó la semana, logramos nuestra
meta. La comunidad estaba muy orgullosa y excitada. Todos espera-
ban el momento del evento en el que nos rasuraríamos la cabeza.
En el servicio de oración, uno de los maestros cuya esposa había
muerto de cáncer pronunció un discurso. Sus palabras incluyeron la
gran apreciación por el gesto que había tenido la comunidad con él y su
familia. Agradeció a todos por su apoyo y amor. Los asistentes llora-
ban. Tanto los estudiantes como el personal querían a este maestro y
54 + Peter Tassi/Filomena Tassi

quedaron muy conmovidos al verlo hablar de esta manera.


Después del servicio de oración comenzó la diversión. Nuestras
cabezas fueron rasuradas. La gente enloqueció. Todos estaban de pie
aplaudiendo. Fue un evento feliz y agradable.
A partir de este evento, muchos estudiantes comenzaron a salu-
darme en los corredores. Algunos de ellos, a quienes no conocía, me
felicitaban por haberme rasurado la cabeza. ¡Otros me decían que les
encantaba mi nueva apariencia! El respeto que me demostraron los
estudiantes después de este evento fue sorprendente. Comenzaron a
ofrecerse a ayudarme y tomaron papeles activos para señalar la vida
de fe de la comunidad escolar. Yo había tocado a estudiantes que ja-
más había soñado con tocar a través de este acto sencillo.

Muchos quedaron sorprendidos por este evento y


hablaron del tema por años. Las personas de la comunidad
que asistieron y que estuvieron dispuestas a adoptar una
causa que estaba más allá de ellos tuvo un impacto pode-
roso. Demostró que salirse de uno mismo puede producir
significado y dicha en la vida personal. ¡Hay más dicha en
dar que en recibir!

Mientras estaba en las montañas de la República Dominicana,


tuve la bendición de trabajar con los habitantes de una aldea pobre.
Una tarde, nos sentamos y conversamos.
“¿Qué es lo que hace que una persona sea feliz?” les pregunté.
Quedaron sorprendidos por la pregunta, como si fuese una duda
tonta y asumiesen que todos son felices. Como sabían que era maes-
tro, imaginaron que era un hombre inteligente. Pensaron que los esta-
ba poniendo a prueba y que estaba buscando la respuesta correcta a la
pregunta. Iniciaron una discusión en español. finalmente, pensaron que
tenían la respuesta.
“Si una persona tiene su salud, tiene su felicidad” respondieron.
Les expliqué que de donde vengo hay mucha gente que está
sana y es infeliz. Esto los confundió de nuevo, discutieron entre ellos a
fin de llegar a la respuesta correcta.
“Si una persona tiene su salud y un empleo, entonces es feliz” fue
la segunda respuesta.
Ayúdelos a encontrar significado en sus vidas + 55

Aunque sabía que sería desalentador para ellos, tuve que decir-
les que conocía a mucha gente que era sana y que tenía un buen em-
pleo y que aún así era desdichada. Esto causó una verdadera conmo-
ción, casi un estado de caos. Generó una discusión todavía más acalo-
rada y ansiosa entre ellos.
Finalmente llegaron a su tercera respuesta, esperando que estu-
viese bien.
“Señor” me dijeron, “si una persona tiene su salud y un empleo y
aún así es desdichada, debe tener problemas mentales.”

Creemos que nuestros jóvenes piensan de esta mane-


ra, en lo profundo, bajo todas las capas de propaganda con
- las que los han cubierto. Si podemos quitar el materialis-
mo y los falsos conceptos de éxito, encontraremos al ado-
lescente inocente y puro que es feliz con muy poco y que
desea contribuir con mucho al mundo a su propia manera,
a través de sus dones. Encontramos una ansiedad por vivir
los valores de los evangelios y por saber que en y a través
de esto se alcanzará la paz, la felicidad y la satisfacción.

Uso de computadoras e Internet


Nuestros jóvenes pasan una gran cantidad de tiempo en la
computadora e Internet, utilizando estas herramientas para
investigación, tareas escolares, juegos, mensajes instantá-
neos y simplemente para “navegar por la red”. Lo que es
más, con convergencia tecnológica, ahora pueden acceder
al Internet desde las computadoras que llevan consigo en
sus bolsillos —es decir en sus teléfonos celulares con co-
nexión a la red. Mientras que reconocemos y apreciamos
que estas tecnologías son parte innegable de sus vidas, su
tiempo no debería girar alrededor de sus computadoras o
teléfonos celulares.
El tiempo para la investigación y hacer las tareas es
necesario. Tiempo para jugar un poco, navegar por la red y
56 +. Peter Tassi/Filomena Tassi

los mensajes instantáneos es aceptable. Sin embargo, pasar


horas interminables jugando juegos, comunicándose con
los amigos, o explorando sitios “cuestionables” no es acep-
table. El Messenger y los sitios populares tales como
Facebook, MySpace y YouTube son sólo unos pocos de los
muchos canales de comunicación y entretenimiento dis-
ponibles para nuestros hijos y estudiantes. Necesitan am-
pliar sus horizontes. El uso responsable y limitado de estos
sitios puede probar ser benéfico, pero el uso excesivo e
imprudente es destructivo y contraproducente.
Los problemas que surgen del uso irresponsable de
Internet tienen las mismas implicaciones que experimen-
tan los estudiantes en el resto de sus vidas —ya sea a causa
de lenguaje de odio, agresión, chismes, difamación, vulga-
ridades, o el mal uso de la información. La escala y dispo-
nibilidad del Internet magnifican el problema, dado que la
información que antes era difundida lentamente entre
amigos y compañeros de clase, ahora se puede circular ins-
tantáneamente a nivel mundial. Las consecuencias son
mucho más amplias.
Es la responsabilidad de los adultos enfrentar y ha-
blar de estos temas de una manera asertiva. Al ayudar a
nuestros hijos y estudiantes a encontrar significado en sus
vidas, debemos tomarnos el tiempo de explicarles cómo el
pasar horas interminables utilizando servicios de mensa-
jes instantáneos y visitando sitios “cuestionables” es una
pérdida de tiempo valioso. Lo que es más tenemos que lo-
grar que reconozcan el potencial nocivo de estos sitios y
actividades.
Para manejar estos excesos, podríamos cabildear por
la creación de cursos educativos, o unidades dentro de cur-
sos actuales, que traten sobre las implicaciones éticas, le-
gales y emocionales que surgen del uso irresponsable de la
computadora y el Internet. Tenemos que invitar a expertos
a nuestras escuelas, que puedan hablar con los padres, per-
Ayúdelos a encontrar significado en sus vidas + 57

sonal y estudiantes, sobre los problemas y complicaciones


que fluyen de estas tecnologías —y estos expertos tienen
que estar en posibilidades de relacionarse con los estudian-
tes “a su propio nivel”. Finalmente, como padres y educa-
dores, deberíamos intentar descubrir los valores y sensibi-
lidades particulares en nuestro hijos que los atraen a estos
sitios y programas, y determinar qué acciones debemos
tomar para prevenir que se les inculquen a nuestros hijos va-
lores que son contrarios a las enseñanzas de los evangelios.
Los asuntos básicos que se encuentran en el núcleo
del uso irresponsable de la computadora nos brindan “mo-
mentos de enseñanza”. Podemos discutir con nuestros es-
tudiantes e hijos, preguntas tales como:

1. ¿Es aceptable dejar que otros lucren de la creación de


sitios o tecnologías que son dañinas para otros?
2. ¿Cómo podemos implementar un medio práctico para
asegurar que la gente sea responsable, tanto a nivel
individual como corporativo?
3. ¿Qué podemos hacer para limitar la influencia de si-
tios y actividades potencialmente destructivos?

En la raíz de estas preguntas reside un reconocimien-


to sencillo: el uso imprudente de la computadora hace más daño
que bien.
A fin de ayudar a nuestros hijos y estudiantes a com-
prender mejor la naturaleza destructiva del uso irrespon-
sable de la computadora, podemos compartir historias (de
manera confidencial, sin usar nombres) de personas ino-
centes que han sido dañadas. Podemos enseñarles el po-
tencial de la palabra escrita para causar daño. Podemos
enfatizar que una vez que se ha dicho algo, es muy difícil
borrarlo, y que los intentos por dar explicaciones a menu-
do parecen intentos de defenderse. El Internet puede des-
truir reputaciones, tanto local como globalmente —una con-
58 +. Peter Tassi/Filomena Tassi

secuencia extremadamente seria del uso irresponsable de


la palabra escrita. ¿Cómo hace uno para reponerse adecua-
damente de los rumores o afirmaciones falaces?
Una vez que los estudiantes reconocen el potencial
destructivo del Internet, se lograrán dos cosas: (1) Se senti-
rán alentados a utilizar las computadoras y el Internet con
más responsabilidad, y (2) Tendrán consciencia de la nece-
sidad de un equilibrio saludable. El Internet puede ser di-
vertido y agradable. Sin embargo, hay actividades mucho
más importantes y valiosas a las que los adolescentes tie-
nen que dedicarles su tiempo y atención, para ayudarse a
descubrir el significado de sus vidas.
Además del daño intrínseco de utilizar excesivamente
el Internet, y de jugar videojuegos y juegos de computado-
ra, los padres tienen que reconocer que estas actividades
son extremadamente adictivas. Muchos padres simplemen-
te se sienten felices de mantener a sus hijos entretenidos
en casa sin preocuparse, pero no están conscientes de, o no
tienen interés suficiente en, las consecuencias. Todavía a
un mayor grado que la televisión para las generaciones
previas, los juegos de computadora y videojuegos y el
Internet, promueven un estilo de vida sedentario y, conse-
cuentemente, tienen un efecto nocivo para la salud de nues-
tros hijos.
Los padres deben tomar un papel activo en el moni-
toreo y control del uso que hacen sus hijos de la computa-
dora y de Internet. La mayoría de los padres quedarían
impresionados ante la vulgaridad y crudeza explícitamen-
te utilizada en los programas de mensajería instantánea.
Lo que es más, los juegos de video y para computadora se
están volviendo cada vez más violentos y realistas, y debe-
rían ser considerados como inaceptables para los menores.
Los padres tienen que discutir los asuntos de interés con
sus hijos, y no confiar solamente en que los maestros im-
partirán precaución o información. Los padres deben per-
Ayúdelos a encontrar significado en sus vidas + 59

manecer en calma y ser comprensivos, porque sus hijos


podrían sentirse terriblemente privados ante la imposición
de reglas de control de uso del Internet y de sus
computadoras. A pesar de sus buenas intenciones, ellos
podrían sentir que está siendo injusto.
Entonces, ¿cómo manejamos una situación en la que
no parece haber ninguna respuesta sencilla? Lo maneja-
mos como lo hacemos siempre: enseñando valores, respon-
sabilidad y obligación. Educamos a los jóvenes sobre los
riesgos inherentes que van de la mano de las tecnologías y
discutimos nuestras preocupaciones por éstos. Mantene-
mos un diálogo activo con nuestros hijos y desarrollamos
y fomentamos un sentimiento de fe y respeto continuos.
Ellos necesitan comprender lo que esperamos de ellos, y
luego nosotros tenemos que entenderlos a ellos.

Los desacuerdos proveen de oportunidades


Tenemos que ser pacientes con nuestros hijos. Debemos
reconocer que están aprendiendo a través de nuestras pa-
labras y acciones, y que este proceso de aprendizaje lleva
un largo tiempo. Con frecuencia ellos no estarán de acuer-
do con nosotros. Durante estos momentos de discrepan-
cia, los jóvenes están procesando todo lo que se dice y hace.
Están vigilando cada movimiento y evaluando la impor-
tancia que nosotros, como padres y educadores, damos a
ciertos valores. Están evaluando el nivel de nuestro com-
promiso, la sinceridad de nuestras creencias y los sacrifi-
cios que estamos dispuestos a hacer a fin de asegurar que
nuestros valores no peligren. Esta es una experiencia im-
portante para nuestros hijos y estudiantes. Si ven que al-
gunos valores son de tal importancia que se deben hacer
grandes sacrificios para asegurar que no peligren, y nos
60 +. Peter Tassi/Filomena Tassi

ven a nosotros, los adultos, haciendo estos sacrificios, que-


darán impactados por toda la vida.
Los desacuerdos también se presentarán por cosas
simples, tales como las reglas que establecemos y los pará-
metros que creamos. Habrá discusiones por asuntos tales
como la cantidad de tiempo que pueden pasar en la com-
putadora, la hora de llegada cuando salen, las cuentas
del teléfono celular, el dinero y la elección de amigos. Los
puntos de discusión, como a quiénes aceptan en sus cuen-
tas de MySpace y Facebook, podrían parecer cosas insigni-
ficantes para nosotros, pero para ellos esto es muy impor-
tante. Con los avances en la tecnología moderna y los nue-
vos medios de comunicación que están disponibles para
ellos, estos desacuerdos tienen más posibilidades de sur-
gir. Nosotros podríamos sentirnos en desventaja porque
no tenemos el conocimiento o la apreciación de muchas de
las herramientas tecnológicas que ellos tienen a su disposi-
ción. Sin embargo, tenemos que mantener presente en las
discusiones sobre estos temas que tienen lugar, que nues-
tros hijos nos observan cuidadosamente. Buscan la consis-
tencia en nuestras reglas, lógica en nuestros argumentos y
compasión en nuestra relación con ellos. Lo más importan-
te es que nosotros, como padres y educadores, estamos
poniendo el ejemplo con cada una de nuestras acciones y
palabras. Es importante que nos tomemos el tiempo de
aquilatar y evaluar nuestros valores y asegurarnos de que
son significativos y dignos de regir nuestras vidas. Es aquí
cuando los evangelios os ayudarán. Si seguimos el ejemplo
de Jesús y vivimos con los valores de las escrituras, esta-
mos dando a nuestros hijos un cimiento que es sólido y
que los llevará a su prosperidad y felicidad.
Ayúdelos a encontrar significado en sus vidas + 61

Comprendiendo a nuestros jóvenes

Si deseamos ayudar a nuestros adolescentes, tenemos que


comprender mejor su manera de pensar. Sin un entendi-
miento y una apreciación tales, será muy difícil ayudarlos.
Nos frustraremos y hasta nos enojaremos mucho. Debe-
mos intentar caminar en sus zapatos si es que deseamos
comprenderlos y relacionarnos con ellos. Tenemos que re-
cordar que, de algunas maneras, nuestros hijos piensan y
funcionan en un mundo diferente.
Ven las cosas de manera distinta, escuchan las cosas
de manera diferente e interpretan las cosas de otra mane-
ra. Están expuestos a las canciones, los medios, la tecnolo-
gía y la publicidad que se dirige a ellos e intenta conven-
cerlos de lo que deben usar, comer, qué deberían pensar y
cómo tienen que pensar. Tenemos que estar conscientes de
que no ven estas cosas como nosotros. Somos nosotros los
que debemos querer ver el mundo como lo ven ellos para
poder entonces presentar ideas, guía y conocimientos que
tengan sentido para ellos. Nosotros no podremos hacer todo
esto a no ser que los comprendamos.
A menudo, las vidas de muchos adolescentes están
llenas con la escuela, la tarea, los quehaceres, las activida-
des extracurriculares, empleos de medio tiempo y vidas
sociales importantes. Están ocupados y no se toman dema-
siado tiempo para analizar sus vidas o a sí mismos. Es aquí
donde podemos ayudar a dirigirlos y guiarlos. Tenemos
que pasar mucho tiempo con ellos y observarlos de cerca a
fin de poder ayudarlos a discernir dónde pueden encon-
trar significado. Debemos intentar llegar a saber qué los
motiva, qué les interesa y cómo ven el mundo. Una vez
que logremos esto estaremos en mayores posibilidades de
guiarlos y dirigirlos de maneras fructíferas y significativas.
Una manera de ayudarlos a descubrir el significado
es exponerlos a tanto como sea posible. El tiempo y la ener-
62 + Peter Tassi/Filomena Tassi

gía invertidos en esto bien valen la pena el esfuerzo. Ayú-


delos a descubrir cosas que los exciten, desafíelos, y hágalos
sentirse bien sobre quiénes son y sobre los dones con los
que han sido bendecidos. Recuerde, el significado en la vida
que los estamos ayudando a descubrir no tiene que ser lo
que nosotros consideramos grandioso. Puede ser tan sim-
ple como proveer de arte para los corredores de la escuela,
crear videos para motivar al cuerpo de estudiantes a que
organicen iniciativas para recaudar fondos, cuidarle los
niños a alguien que lo necesite, o atender a los ancianos a
través del compartir sus dones musicales o artísticos, O
hacerles compañía. Podría llevar años descubrir este signi-
ficado en la vida, y es por esta razón que debemos ser pa-
cientes con la juventud. Tenga presente que con nuestro
esfuerzo mismo por ayudarlos estamos dándoles comodi-
dad y apoyo que los ayudarán a avanzar.
Lo que estamos preparando aquí queda mejor expli-
cado en las siguientes palabras del Evangelio de Mateo:
“Aquellos que pierden su vida por mí la encontrarán”
(Mateo 10:39b). Aun si estos adolescentes encuentran difícil
apreciar en su totalidad el significado de este texto profun-
do, es importante que nosotros tengamos estas palabras en
mente al ayudarlos en su jornada. Podrían subestimar su
habilidad para contribuir, y podrían carecer de la motiva-
ción; sin embargo, encontrar su significado en la vida los
proveerá de lo necesario con lo que necesitan para salir
adelante. Ayudará a empujarlos a un camino diferente y a
revelarles una realidad nueva. La realidad es que tienen
esta grandeza enterrada en lo profundo de su ser, una gran-
deza que refleja la belleza, sabiduría y amor de su Creador.
Una vez en este camino, están en el camino a llevar vidas
satisfactorias y felices.
La razón para vivir de una persona es única para sí
misma. Una vez que descubrimos nuestra(s) propia(s)
razón(es) para vivir, vivimos la vida con un vigor renova-
Ayúdelos a encontrar significado en sus vidas + 63

do, y enfrentamos cada día con entusiasmo y un buen es-


píritu. Tenemos que ayudar a cada uno de nuestros ado-
lescentes con problemas a encontrar su significado en la
vida.

Querido Jesús:
Mantenme firme en mi papel para alentar los dones
de [nombre del joven].
Dame la paciencia para superar las luchas y los de-
sacuerdos.
Mantenme sensible a la importancia de todas y cada
una de mis palabras y acciones.
Que todo lo que haga refleje los valores que enseñaste
y que esto sea un testimonio vivo y poderoso para
todos.
Amén.

Consejos prácticos
e Aliente a los jóvenes a salirse de sí mismos respon-
diendo a una necesidad o causa que sea más grande
que ellos.
+. Manténgase dispuesto a hacer sacrificios en su propia
vida a fin de incluir los valores de los evangelios. El
sacrificio personal es la mejor herramienta de ense-
ñanza para sus hijos o estudiantes.
+ Edúquese a sí mismo sobre el uso del Internet y hable
del tema con sus hijos.
e No se sienta desalentado con los desacuerdos, éstos
proveen de oportunidades para enseñarles a sus hi-
jos.
e Póngase en el lugar de su hijo o estudiante — intente
vivir “un día en la vida de nuestros jóvenes”.
64 + Peter Tassi/Filomena Tassi

Puntos para reflexionar


e Las acciones hablan más alto que las palabras. ¿Qué dicen
mis acciones?
e Los valores se deben vivir. ¿Qué valores tengo? ¿Cómo
son mis acciones diarias evidencia de mi compromiso
con estos valores?
e ¿Qué.eventos y actividades ayudarán a nuestros hijos
o estudiantes a salirse de sí mismos? ¿Qué evento o
actividad voy a organizar o planear?

Ejercicios espirituales

Ejercicio Uno

Lea la siguiente adaptación de The Star Thrower,


de Loren Eiseley.

Había una vez un hombre sabio que solía ir al


océano a hacer sus escritos. Tenía el hábito de
caminar por la playa antes de comenzar a traba-
jar.
Un día, estaba caminando por la orilla. Al
mirar a la distancia, vio una silueta humana que
se movía como un bailarín. Sonrió para sus
adentros al pensar que alguien le bailase al día.
Así que comenzó a caminar más rápido para al-
canzar a la persona.
A medida que se acercaba, vio que era un
joven y que no estaba bailando. Se estaba aga-
chando, recogiendo algo, y lanzándolo luego al
mar con mucha suavidad. Cuando el hombre sa-
bio se acercó más dijo:
Ayúdelos a encontrar significado en sus vidas + 65

“¡Buenos días! ¿Qué estás haciendo?”


“Lanzando estrellas de mar al océano” res-
pondió el joven haciendo una pausa. “El sol está
fuerte y la marea está bajando, y si no las pongo
en el agua, morirán.”
“Pero jovencito, ¿no te das cuenta de que hay
millas y millas de playa y estrellas de mar por
todas partes? ¡Es imposible que hagas una gran
diferencia!”
El joven escuchó amablemente. Luego se
agachó, recogió otra estrella de mar y la lanzó al
océano, más allá de donde rompían las olas.
“Hice una diferencia para esa” dijo”.

Pídales a sus hijos o estudiantes que escriban una re-


flexión de una cuartilla basándose en las siguientes pre-
guntas: ¿Estaba haciendo algo significativo el hombre que
lanzaba las estrellas de mar al océano? ¿Por qué sí, o por -
qué no? ¿Estaría llevando una vida significativa si hiciese
esto todos los días? ¿Cómo medimos nosotros, como socie-
dad, lo que es significativo? ¿Somos justos en nuestra valo-
ración?

Ejercicio Dos

Pídales a sus hijos o estudiantes que creen un crono-


grama de sí mismos. Solicite que registren los eventos sig-
nificativos o experiencias sobresalientes que crean que han
sido importantes en sus vidas, desde su nacimiento hasta
el día de hoy.
Luego pídales que escriban una reflexión de una cuar-
tilla sobre uno de los eventos en el cronograma y que ex-
pliquen su significado en sus vidas. ¿Por qué fue significa-
tivo? ¿Qué es lo que más recuerdan de éste? ¿Los cambió
de alguna manera?
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Cree oportunidades
para ellos

Porque somos lo que Dios nos ha hecho, creados


en Jesucristo para las buenas obras, que Dios pre-
paró de antemano para que sean nuestro modo
de vida.
(Efesios 2:10)

Iniciamos este capítulo compartiendo una historia:

Durante el concurso de pósteres en nuestra escuela, un estu-


diante trajo un trabajo maravilloso. Su talento se reconocía de inmedia-
to. Le pedí que me mostrara más. Me trajo trabajos de caricaturas que
había hecho por años y que eran tan brillantes que-me sentí impulsada
a presentar a una empresa de caricaturas de Nueva York afamada en
todo el mundo.
Quedaron impresionados. Me contactaron y solicitaron una en-
trevista con el estudiante. Los padres de éste se negaron. Tenían otros
planes para su hijo. No pensaban que dibujar caricaturas fuese una
carrera adecuada o estable. Pensaban que no sucedería nada signifi-
cativo si su hijo escogía ser caricaturista como carrera. Querían que
trabajara en la tienda de la familia. ¡Qué poco sabían!
68 + Peter Tassi/Filomena Tassi

Tal vez el miedo al fracaso, la falta de confianza, o una


desconfianza básica en las habilidades de nuestros adoles-
centes nos vuelve renuentes a darles las oportunidades que
podrían hacerlos grandiosos. Cualquiera que sea la razón,
las oportunidades tan grandes como esta rara vez llegan
en la vida. Trágicamente, cuando se presentan, a menudo
nosotros también las dejamos escapar. Para los adolescen-
tes, éstas se presentan con todavía menos frecuencia, a
menudo debido a nuestra renuencia para brindarles la opor-
tunidad.
Provea de y cree oportunidades para los adolescen-
tes. Es un trabajo difícil que desafía nuestra creatividad y
requiere de conocimientos. En ocasiones, esto involucrará
correr riesgos. Sin embargo, valdrá la pena. En la mayoría
de los casos, nuestros jóvenes nos sorprenderán por lo ca-
paces que son y con las grandes cosas que pueden lograr.
Aun cuando fallen en un proyecto, seguirán impresionán-
donos por lo mucho que han aprendido y el crecimiento
que se ha producido en su interior.
Jesús tenía una gran fe en los hombres jóvenes que
eligió como apóstoles. Escogió a hombres que la mayoría
de nosotros jamás soñaría con elegir. Pedro era un joven de
mal genio, impredecible y agresivo. Simón era un fanático
que atacaba y mataba romanos en las noches. Jesús hasta
eligió a pablo, un hombre que capturaba cristianos y los
hacía encarcelar y matar. Jesús le dio a cada uno de estos
hombres, al igual que a las mujeres que escogió para estar
con él, una oportunidad de acentuar su grandeza. Esta opor-
tunidad que ofreció fue una invitación. Ninguno de ellos
fue forzado. A pesar de sus debilidades, y tal vez al propio
miedo de Jesús a sus fallas potenciales, él creyó en ellos y
no dudó en darles esta oportunidad.

Patricia era una joven muy entusiasta, ambiciosa e inteligente.


Sin embargo, carecía de aptitudes sociales. Le resultaba difícil llevarse
Cree oportunidades para ellos + 69

bien con sus compañeros y, aunque era una buena estudiante, a menu-
do chocaba con los profesores y compañeros estudiantes. Intentó
involucrarse en algunos grupos y actividades escolares, pero tuvo nu-
merosos problemas. En ocasiones, era terca, perseverante y agresiva.
Tal vez hayan sido estas cualidades las que no le permitían llevarse
bien con sus compañeros, especialmente cuando trabajaban juntos en
proyectos o cuando formaba parte de un grupo escolar.
Acababa de entrar en el segundo año así que, contando ese año,
le quedaban tres años más para graduarse. Yo quería que trabajara en
sus aptitudes sociales y que aprendiese a trabajar en equipo y produc-
tivamente con otros. Tres años más de fricciones perjudicarían su cre-
cimiento, harían de la preparatoria una experiencia traumática y, final-
mente, afectarían su educación posterior y vida adulta. Creía que su
inteligencia, creatividad, ambición y hasta su terquedad y agresividad,
habían marcado a Patricia para grandes cosas.
No creía que hacerla formar parte de un grupo escolar fuese a
resultar productivo. Ella ya había sido parte de un par de éstos y sim-
plemente no había funcionado. Decidí correr un riesgo con Patricia y
hacerla presidenta de un proyecto de recaudación de fondos de la es-
cuela. Su trabajo era organizar un comité de estudiantes voluntarios
que presentarían una noche de entretenimiento. Esto involucraba tra-
bajar con estudiantes, maestros, padres y actores. La tarea fue esta-
blecida y ella tuvo la oportunidad de aplicar sus habilidades y hacer
algo significativo.
Dada la reputación de Patricia, de ser una persona difícil con la
que trabajar, algunos miembros del personal y estudiantes expresaron
sus críticas por la decisión de darle un puesto de autoridad y responsa-
bilidad. Esperaban fricciones y caos. No se daban cuenta de que esta
oportunidad le permitiría utilizar sus dones. Este papel de liderazgo le
permitiría ascender a mayores alturas.
El éxito en esta nueva tarea significaba tanto para ella, que esto
la obligó a evitar algunos de sus excesos. Como resultado, creció. Aho-
ra era más que parte del grupo, era la líder. Esto le dio la oportunidad
de cambiar sus modos para lograr el éxito. Generó la presión suficiente
para iniciar el doloroso proceso de cambio interno, porque lograr algo
grandioso significaba más para Patricia que la comodidad de lo fami-
liar. La responsabilidad de su papel la impulsó a examinar sus errores
porque, si no lo hacía, el proyecto colapsaría a su alrededor.
Ahora, no hubo pocos problemas durante el proyecto. A menudo
Patricia chocó con el personal y sus compañeros voluntarios. Yo podía
ver cómo se desarrollaba la lucha interna. Intentamos promover sus
70 +. Peter Tassi/Filomena Tassi

cualidades de liderazgo a través de la humildad, la flexibilidad y el ser-


vicio. Fue desafiada a ver que los grandes líderes son personas que
sirven más de lo que desean ser servidos. Gradualmente se dio cuenta
que ser brusca no funcionaba. Se volvió empática con las personas con
las que trabajaba, poniéndose a sí misma en el lugar de los demás a fin
de comprender por qué respondían de la manera en la que lo hacían.
Fue desafiada a ser democrática en su liderazgo.
Aunque le resultó doloroso, eventualmente cambió sus modos.
El proyecto fue un gran éxito. Para Patricia, el éxito fue doble. La comu-
nidad escolar quedó complacida con la cantidad significativa de dinero
que recaudó pero, lo más importante, comenzaron a ver a Patricia bajo
una nueva luz. En lugar de ser vista como una persona dura y difícil,
ahora se la percibía como una persona capaz y hasta “chida”.

Esta oportunidad guió a Patricia a aprender maneras


nuevas de comunicarse, guiar y dirigir. Ella aprendió a tra-
bajar con otros al dirigir conjuntamente. La ayudó a descu-
brir sus fuerzas y habilidades, y a identificar y comenzar a
corregir sus debilidades. En última instancia, la hizo sentir
mejor sobre sí misma.
Es importante crear situaciones y organizar eventos
que den a los adolescentes la oportunidad de hacer algo
grande. No deberíamos tener miedo a dejar que nuestros
jóvenes respondan a las oportunidades. Tenemos que ser
- valientes, correr riesgos, y demostrar una confianza inque-
brantable en ellos. Hasta los jóvenes más duros y rudos
pueden sorprendernos con sus capacidades y disposición
a aceptar un desafío. Es nuestra confianza en ellos, aunada
a su propio talento, la que finalmente generará el éxito.
Al caminar este camino con ellos, permanezca un paso
tras ellos, nunca se ponga al lado o adelante. Estamos allí
para levantarlos si se caen, o para empujarlos cuando du-
dan. Permítales dirigir y luego hágalos saber que son una
inspiración para nosotros.
EE
Cree oportunidades para ellos + 71
a

La siguiente historia demuestra la importancia de


equilibrar nuestros miedos con el darles oportunidades a
nuestros adolescentes.

Era época de exámenes. El verano estaba llegando y los estu-


diantes estaban ansiosos de librarse de la escuela. Estudiantes ansio-
sos y ruidosos se congregaron en mi oficina. Uno de los estudiantes
había traído un reproductor de DVDs y una película. Quería ver una
película en mi oficina con sus compañeros antes de un examen. El
problema era que yo tenía agendada una cita afuera del edificio. La
política de la escuela dictaba que no podía dejar estudiantes en mi
oficina sin mi atención, sin embargo, no me sentía cómodo pidiéndoles
que se fueran. El joven que había traído el reproductor de DVDs me
llamó a un aparte y me preguntó si sus amigos y él se podían quedar.
Era un joven bello que siempre se esforzaba por ayudar. Sin
embargo, temía que hubiese problemas, para ellos y para mí.
“Está bien, Matthew” le dije en privado, “pero estás a cargo. Si
hay algún problema te haré responsable.”
Anuncié que me iba, enuncié algunas reglas para los jóvenes, y
les informé que Matthew estaba a cargo.
Cuando volví, los estudiantes se habían ido a hacer su examen.
Mi oficina se veía diferente. Estaba más limpia. Todas las sillas habían
sido puestas en su lugar, el bote de la basura estaba limpio y los escri-
torios y el sillón estaban acomodados. El lugar se veía muy bien. Ins-
tantáneamente, sentí pánico. Me imaginé que administración había des-
cubierto a los estudiantes y les había dicho que limpiasen.
Esperé nerviosamente que algún estudiante o alguien del perso-
nal viniese a darme la noticia de que los estudiantes se habían portado
mal o estaban en problemas. Media hora después, Matthew regresó.
“Hola maestra” dijo. “¿Cómo estuvo su junta?”
“Muy bien” respondí. Matthew simplemente sonrió. “¿Estuvo todo
bien por aquí?” pregunté.
“Sí, muy bien, maestra.”
“¿Quién limpió todo?” inquirí.
“Ah, fui yo” respondió con tono casual. “¿Le gustó?”

Tenemos que creer en nuestros jóvenes para que ellos


puedan creer en sí mismos. No tenemos que permitir que
nuestro temor al fracaso evite que les demos oportunida-
72 e Peter Tassi/Filomena Tassi

des. Todos hemos visto la valentía de los jóvenes en tiem-


pos de guerra, su creatividad en las obras de arte, su com-
pasión en tiempos de necesidad, y su esperanza en tiem-
pos de desesperación. No tenemos que esperar hasta que
haya una guerra, o un desastre mundial, para darles la opor-
tunidad de que usen sus dones. La vida presentará mu-
chas oportunidades para empoderar a nuestros adolescentes.
Trate de no hacer a un lado a los adolescentes que pre-
sentan un exterior rudo y duro. A menudo hemos seleccio-
nado a los estudiantes más improbables para actuar como
ministros durantes los servicios de oración. Esto no es sen-
cillo. Con frecuencia se resisten, y debemos ser creativos
para lograr su cooperación. Cuando cooperan, se sorpren-
den a sí mismos con lo mucho que disfrutan dirigir a la
comunidad en un servicio espiritual. Pensamos que esta
experiencia también les revela a ellos su propia espirituali-
dad. De hecho, su profundidad espiritual podría sorpren-
derlos y dejarlos perplejos a ellos mismos. Estos jóvenes
aparentemente “profanos” pueden, exitosa y fielmente,
dirigir en las plegarias a una congregación de mil ocho-
cientos estudiantes. Esta breve experiencia puede dar fru-
tos a largo plazo. Comenzarán a ver la grandeza y la bon-
dad adentro de sí mismos, porque otros la han visto en
ellos.
La paciencia es la clave en este proceso. Tenemos que
ser pacientes. Las Hermanas de la Santa Trinidad en Méxi-
co me enseñaron a ser paciente con los adolescentes.

Mientras trabajaba con las hermanas observé y me maravillé del


grandioso trabajo que hacían con las jovencitas en sus misiones. Sin
embargo, hubo una noche que encontré particularmente fascinante.
Mientras estaba sentado conversando con algunas de las hermanas,
observé a la distancia, al fondo de la sala, a una hermana mayor traba-
jando con una de las niñas más jóvenes.
La religiosa trabajó por dos horas con esta joven adolescente
desenredando un carrete de hilo. Estaba completamente enredado y
Cree oportunidades para ellos + 73

lleno de nudos. Ahora era necesario desenredarlo y desanudarlo para


que se pudiese volver a usar. El hilo era muy importante en la misión
porque la costura se enseñaba como una habilidad importante.
Observé con incredulidad mientras las dos trabajaban calmada y
pacientemente desenredando el hilo. Conversaban y reían, disfrutando
de la mutua compañía. Ocasionalmente, levantaban la mirada y me
observaban a mí y a las otras hermanas, y nos sonreían.
Esa noche regresé a mi cuarto para reflexionar sobre nuestro
trabajo en las calles con los pobres y el desenredo del hilo. Al reflexio-
nar y leer las escrituras, me di cuenta de que la hermana mayor le
estaba enseñando a la joven algo mucho más valioso que a ahorrar
unas pocas monedas rescatando el hilo. Le estaba enseñando pacien-
cia y apreciación. Le enseñaba que el trabajo más simple, cuando se
hace con apreciación y paciencia, puede ser satisfactorio y divertido.

Como padre o educador, dé los pasos necesarios para


proveer a sus adolescentes de oportunidades para la gran-
deza. No tema correr riesgos. Rece pidiendo paciencia y
enfrente las normas tradicionales con valor. Cuando su
adolescente comience a ver la grandeza que reside en su
interior, comenzará la transformación.

Querido Dios:
Oramos por el conocimiento para reconocer las
oportunidad para nuestros jóvenes.
Si no hay oportunidades adecuadas,
que tengamos la creatividad y la sabiduría para
crear unas que inspiren y alientes a nuestros
jóvenes.
Concédenos la confianza en nuestros adolescentes
para que podamos empoderarlos para que acepten
la oportunidad y experimenten la dicha del éxito
y el logro.
Concédenos la paciencia para trabajar con ellos
y para superar todas las dificultades y obstáculos.
Amén.
74 +* Peter Tassi/Filomena Tassi

Consejos prácticos
e No permita que sus propios miedos limiten las opor-
tunidades que crea para los adolescentes.
e ¡Desarróllelos! Sea una fuente constante de estímulo,
particularmente cuando ellos caen. |
e Imprima en ellos la importancia de intentar y arries-
gar. Incúlqueles que sus esfuerzos desarrollan su ca-
rácter.

Puntos para reflexionar


e ¿Qué piensa cuando ve a un joven con el cabello rosa
caminando por la calle o los corredores de la escuela?
e ¿Permite que sus impresiones de la gente afecten las
oportunidades que les ofrece?
e Jesús creó oportunidades para gente que muchos cues-
tionarían — personas como Pedro y Pablo. ¿Crearía us-
ted oportunidades para personas como Pedro y Pa-
blo?

Ejercicios espirituales
Ejercicio Uno

Pablo trabajó cercanamente con los líderes religiosos de su


época para encarcelar y matar a los cristianos (vea Actos
de los Apóstoles 8:1-3). Pablo parecía ser un candidato muy
improbable para ser escogido para servir a Jesús. Sin em-
bargo, Jesús se le apareció y le ofreció un mundo totalmen-
te nuevo y una oportunidad de iniciar una vida totalmente
nueva (Actos 9:1-22).
Cree oportunidades para ellos + 75

Revise las siguientes preguntas con sus hijos o estu-


diantes:

da ¿Por qué el Señor le habría dado esta oportunidad a


una persona como Pablo?
2 ¿Piensa que Pablo hizo la elección correcta, dado que
sufrió el martirio doce años después?
3, ¿Ve oportunidades para usted en la vida, aun cuando
podría considerarse poco merecedor o incapaz? ¿Cuá-
les son estas oportunidades y cómo respondió o res-
ponde?

Ejercicio Dos

dL: Pídales a sus hijos o estudiantes que enumeren cinco


cosas que les gustaría lograr, ya sea en la escuela o en
la comunidad. Estas podrían ser programas que de-
searían iniciar, tareas que desean completar, o políti-
cas que desean que se pongan en efecto.
. Después de que hayan realizado esta tarea, pregúnte-
les a qué obstáculos se enfrentan que evitan que lo-
gren estas cosas.
Finalmente, pregúnteles qué pueden hacer ellos u
otras personas en su vida para ayudar a que sus me-
tas se logren.
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Desatfíelos

“El reino de los cielos es como una semilla de


mostaza que alguien tomó y sembró en su cam-
po; es la más pequeña de todas las semillas, pero
cuando ha crecido es el más grande de los arbus-
tos y se convierte en un árbol, para que los pája-
ros del aire vengan y aniden en sus ramas.”
(Mateo 13:31-32)

Joseph tenía catorce años de edad, estaba en noveno año, y


tenía problemas en la escuela. Era un niño italiano de baja estatura,
guapo, con una tremenda energía. Sin embargo, su energía estaba sien-
do canalizada en la dirección equivocada. Las infracciones de Joseph y
el grupo rudo de jovencitos con los que se estaba asociando, preocu-
paban a la vicedirectora. Le inquietaban la conducta y las elecciones
del adolescente. Sabía que ¡iba por el camino equivocado y quería en-
caminarlo. Cuando cometió la última infracción, decidió que en lugar de
suspenderlo por tres días, lo obligaría a trabajar con el capellán de la
escuela. Para Joseph, el tiempo con el religioso sería una forma de
penitencia. Pero no tenía más elección que obedecer.

En nuestra primera reunión, me enteré de muchas cosas sobre


Joseph. Era inteligente, enérgico y muy sociable. Sin embargo, estaba
confundido y la escuela lo aburría. Lo que es más, sufría por su deseo
interno de vivir sus propias expectativas. Proveniente de una familia de
abogados exitosos, empresarios y políticos, las expectativas que tenía
78 + Peter Tassi/Filomena Tassi

sobre sí mismo eran bastante altas. Necesitaba sentir que era “alguien”
y que estaba logrando algo.
Yo pensaba que las expectativas que tenía Joseph de sí mismo
eran irrealistas e injustas. Creaban en él ansiedad y confusión que lo
llevaban a conductas inapropiadas. Ir bien en la escuela no era sufi-
ciente para Joseph. El pensaba que a cualquiera podía irle bien en la
escuela. El quería hacer más. Su compulsión rogaba por más estudios,
pero había que hacer algo inmediatamente para corregir su conducta
inapropiada. El joven tenía que ser desafiado.
Durante nuestra tercera reunión, le dije a Joseph que pensaba
que era un jovencito con grandes dones, que tenía potencial para hacer
grandes cosas, y que la vida lo estaba desafiando a vivir a la altura de
sus potenciales. Joseph era renuente a aceptar halagos, pero estaba
dispuesto a continuar con nuestras sesiones. Era una paradoja. Por un
lado, esperaba mucho de sí mismo y no se sentiría satisfecho a no ser
que hiciese grandes cosas. Por el otro, era un muchacho joven que
estaba inseguro sobre sus propias habilidades y que temía correr ries-
gos. En alguna parte de este laberinto, Joseph encontraba la mala con-
ducta como un canal para sus frustraciones.
Durante nuestra siguiente reunión, le dije al joven que era nece-
sario para ayudar con un programa importante para recaudar fondos
para los pobres en nuestra comunidad. Estaba siendo desafiado a ha-
cer algo grande por otras personas. El joven aceptó trabajar en el pro-
yecto. En ese momento, se sembraron las semillas de un gran camino
para Joseph.
Durante los siguientes cuatro años, Joseph logró muchas cosas
positivas y maravillosas. Contendió exitosamente para el consejo estu-
diantil. Sirvió dos años como tesorero y durante su último año fue elegi-
do presidente. Trabajó en numerosas recaudaciones de fondos, reunien-
do miles de dólares para los pobres de nuestra comunidad. Las organi-
zaciones comunitarias solicitaron al joven que formase parte de sus
consejos directivos. Recibió numerosos premios, incluyendo una me-
dalla de oro por ser un estudiante sobresaliente. Fue el tema de artícu-
los en los periódicos locales, recibió becas para la universidad y se
convirtió en un ejemplo para, y mentor de, otros niños.

Inicialmente Joseph tomó malas decisiones. Vemos


esto repetidamente en nuestros jóvenes. Nos preguntamos
por qué jóvenes maravillosos toman malas decisiones y se
involucran en conductas negativas y destructivas. Una mala
Desafielos +. 79

imagen personal, problemas en casa, la presión de sus com-


pañeros, simple aburrimiento, o la necesidad de excitación,
pueden detonar la mala conducta. Tal vez saben, en lo pro-
fundo de su ser, que a pesar de sus inseguridades, son ca-
paces de hacer grandes cosas. ¡Necesitan ser desafiados!
Cuando Jesús se acercó al hombre que no podía cami-
nar y que se había pasado la vida sobre un colchón, le dijo:
“Ponte de pie, toma tu lecho y anda” (Juan 5:8). Con estas
palabras, Jesús lo desafió a encontrar el valor para levan-
tarse y caminar. Este hombre había pasado su vida entera
sobre un colchón y, aunque quería caminar, se sentía “có-
modo” sobre esa cama.
De la misma manera, en ocasiones nuestros adoles-
centes se llegan a sentir “cómodos” en el mundo en el que
están, porque temen aventurarse afuera de éste. La inse-
guridad evita que corran el riesgo y salgan del mundo en
el que se sienten confortables. Es comprensible que alguien
se sienta cómodo con el caos y la miseria cuando todo lo
que conocen es el caos y la miseria. Todos podríamos en-
contrar confort en un estado incómodo si estamos familia-
rizados con él. Tal vez queramos salir, pero dudemos de
abandonar aquello que conocemos, dudamos de aceptar el
cambio.
Muchos de nuestros adolescentes se han acomodado
a las vidas que viven. Podría ser una vida improductiva o
destructiva, pero es lo que conocen. Se ha convertido en su
zona de confort. Sin embargo saben, en lo profundo de sí
mismos, que hay algo mejor y desean esa vida mejor. Ne-
cesitan ser desafiados, que se les dé el valor para “levan-
tarse y andar”.
¿Cómo desafiamos apropiadamente a nuestros jóve-
nes? Primero nos centramos en una de sus influencias más
poderosas: sus amigos. Ellos aman a sus amigos y se es-
fuerzan mucho por apoyar, proteger y defenderlos. Escu-
chan a sus amigos, aceptan sus consejos y los siguen. Por
80 + Peter Tassi/Filomena Tassi

esta razón, desarrollar amistades sanas es extremadamen-


te importante. Es crucial que escojan amigos que los desa-
fíen y les den el valor para vivir esa vida mejor.
No podemos decirles a nuestros hijos quiénes deben
ser sus amigos, pero podemos guiarlos y dirigirlos. Pode-
mos alentarlos a cultivar amistades que hagan surgir lo
mejor de ellos. Podemos enfatizar la importancia de ami-
gos que nos lleven al éxito, que nos eleven, que nos hagan
sentir bien de hacer el bien, que nos llenen de valor y nos
presenten desafíos. Podemos utilizar el ejemplo de nues-
tros propios amigos al guiar a nuestros hijos y estudiantes;
compartiendo situaciones en las que las grandes cualida-
des de nuestros propios amigos que nos permitieron supe-
rar tiempos difíciles y nos alentaron en nuestro éxito. Al-
gunos dicen que somos sólo tan exitosos como aquellos con
quienes nos asociamos. Así que aliente a sus hijos o estu-
diantes a escoger amigos que los eleven a terrenos más al-
tos e incúlqueles la importancia de hacer lo mismo con sus
amigos.
Lamentablemente, algunos de nuestros jóvenes han
escogido amigos que tienen una influencia negativa sobre
ellos y que los hacen tomar malas decisiones, crear una
imagen personal inferior y que los alientan a canalizar su
energía en la dirección equivocada.

María era una bella jovencita de dieciséis años de edad que ha-
bía tenido un novio por un año. Los padres de la joven estaban muy
preocupados por el muchacho con el que salía. El la traía a casa tarde
por la noche, le gustaba beber y ellos sabían que estaba consumiendo
drogas. De hecho les agradaba el joven, pero no les gustaba su estilo
de vida. Los padres decidieron que era mejor separar a su hija de él.
María sabía que la conducta de su novio, en ocasiones, carecía de
buen juicio; sin embargo estaba demasiado apegada a él como para
terminar su relación. Sus padres decidieron que la mejor solución era
que la joven viviese con su padre a unos pocos cientos de kilómetros
de distancia. Ella aceptó.
Desafíelos + 81

Un fin de semana, mientras María visitaba a su madre, el joven


habló y la invitó a salir. Un grupo de adolescentes iban a salir juntos, y
la madre los conocía. Renuentemente, la mujer aceptó después de que
María le aseguró muchas veces que estaría bien.
A las 10:00 p.m. María le habló a su madre para asegurarle que
todo estaba bien y que la amaba. A las 11:00 p.m. la madre de María
recibió un llamado telefónico informándole que había habido un acci-
dente terrible y que tenía que presentarse en el hospital. Cuando la
mujer llegó al hospital, le dijeron que su hija había muerto. Falleció en el
impacto cuando el automóvil que manejaba su novio chocó contra un
poste. Todos los demás que viajaban en el vehículo, incluyendo al no-
vio, sobrevivieron. El joven fue encarcelado por conducir en estado de
ebriedad. En las demandas legales que siguieron, se presentó eviden-
cia de que también había consumido drogas. Cumplió una condena en
la cárcel.
Los padres de María quedaron devastados. Su dolor y sufrimien-
to continúa hasta el día de hoy. La madre de la joven sigue involucrada
con MADD (siglas en inglés de Madres En Contra de Conducir en Esta-
do de Ebriedad) y ha dado conferencias para advertir a los jóvenes
sobre los peligros de beber y conducir. Es doloroso para ella compartir
su historia, pero espera que ésta evite que otros sufran la misma pérdi-
da. Ambos padres llorarán para siempre la pérdida de su bella y amoro-
sa hija.

El anterior es un ejemplo de los padres que toman


acciones serias por amor a su hija. No fue sencillo enviar a
una joven de dieciséis años a vivir en otra ciudad o estado.
Tuvieron razón cuando actuaron así, dado que la influen-
cia de este joven en su hija era nociva y resultó ser fatal.
Lamentablemente, su amor, apoyo y acciones prudentes
no pudieron prevenir esta tragedia. Como padres, habrá
momentos en los que podamos hacer todas las cosas co-
rrectas pero, aún así, las cosas malas suceden. Lo impor-
tante es que hagamos todo lo que podamos para ayudar a
nuestros hijos a transitar el camino correcto.
Podemos crear desafíos para nuestros jóvenes, como
padres o educadores. Tenemos que ser creativos y presen-
tar desafíos más allá de las rutinas diarias de cortar el pas-
82 e Peter Tassi/Filomena Tassi

to, llevar la hoja de asistencia a la dirección, o lavar la ropa.


Es necesario que los desafiemos a hacer grandes acciones.
Preséntele a un adolescente el desafío correcto y lo excita-
rá y motivará y lo llenará de confianza. Lo que es más, de-
muestra que nosotros creemos en ellos. Causará torrentes
de adrenalina y les dará algo hacia lo cual pueden dirigir
su ilimitada y joven energía. Un desafío tal los hará sentir
valorados y valiosos. “La buena persona saca cosas buenas
de un buen tesoro” (Mateo 12:35a). El desafío los impulsa-
rá a alturas todavía mayores. Se convertirá en una oportu-
nidad para probarse a sí mismos y a otros que son impor-
tantes y que tienen talentos que merecen halagos.

Estaba planeando un servicio de oración para la comunidad de


nuestra escuela y buscaba a un orador que pudiese inculcar en los
estudiantes y el personal la importancia del servicio. Elegí el tema “Ca-
dena de Favores” basándome en la película del mismo nombre, que
había sido estrenada recientemente. Invité a un estudiante llamado
James para que fuese nuestro orador. Era un payaso de la clase que
sufría del síndrome de Tourette. James era una elección improbable.
Sin embargo, lo desafié a escribir un discurso y se notaba que estaba
excitado por la oportunidad.
Regresó a mi oficina unos días después para compartir conmigo
su discurso. Le pedí que lo leyese como si lo estuviese pronunciando
ante la escuela. Estuvo nervioso y rígido al hablar —no se veía su per-
sonalidad por ninguna parte. Con cuidado de no demostrarle mi desilu-
sión, le pedí que reescribiese el discurso y que intentara hacerlo más
suyo, a fin de asegurar que se reflejase su personalidad en el contenido
y la disertación. Me preocupaba si tendría la confianza suficiente en sí
mismo como para lograr su tarea.
Dos días después, regresó a mi oficina. Pronunció el discurso y
quedé encantado y sorprendido. Había hecho del discurso algo propio
y lo había pronunciado de una manera que reflejaba su personalidad.
Al dar su discurso en el servicio, James provocó tanto risas como
lágrimas en los estudiantes y el personal. Hizo un trabajo magnífico y
recibió una ovación de pie. Su disertación fue poderosa y memorable.
¡Había estado a la altura del desafío!
Desafíelos + 83

Encontrar el desafío adecuado no siempre es sencillo.


Puede haber numerosas pruebas y errores. Si usted tiene
un adolescente que no responde a los desafíos que
involucran las calificaciones, los deportes o las aventuras
empresariales, intente el área de servicio a otros. Haga que
trabajen para caridades, alimentar a los pobres, cuidar a
los ancianos o enfermos, o que pasen tiempo con los de-
samparados. Presénteles un desafío que despierte el gran
amor y sensibilidad que tienen en su interior. Los jóvenes
tienen un sentimiento de justicia y una preocupación ins-
tintiva por los oprimidos. Encamínelos hacia este trabajo y
ellos ganarán confianza y serán empoderados.
Si aceptamos la premisa de que es a través del sacrifi-
cio personal y del dar a otros que experimentamos la dicha
verdadera, entonces nuestros adolescentes descubrirán esa
dicha cuando acepten tales desafíos. En su acto de grande-
za, descubrirán cuán necesarios son en un mundo roto y el
grado al cual pueden ayudar a sanar esa ruptura. Estos ac-
tos que sanan al mundo los llevarán a sanarse a sí mismos.
Estos adolescentes, en su éxito, se dan cuenta de que
no es el adolescente el que necesita el desafío, sino que el
desafío lo necesita a él. Necesitábamos a James para escri-
bir y pronunciar ese discurso. El se dio cuenta, a través de
sus propias experiencias, los dones especiales que poseía.
Fue despertado de su estupor, encontró el valor para acep-
tar el desafío y, al hacerlo, descubrió su grandeza.
Tenemos que ejercer el buen juicio al encontrar el de-
safío correcto para cada uno de nuestros hijos y estudian-
tes. Si estudiamos al joven —sus intereses, fortalezas, do-
nes y personalidad— podremos establecer un desafío apro-
piado. Tenemos que estar con ellos a través del proceso,
demostrándoles que estamos allí y que creemos en ellos.
Nuestra confianza en ellos les dará confianza en sí mis-
mos. Si no tienen éxito, no se desaliente. Continúe con de-
safíos que sean más adecuados. Nuestras acciones, nuestra
84 +. Peter Tassi/Filomena Tassi

confianza y nuestros esfuerzos ayudarán a transformar a


estos jóvenes.

Querido Dios:
Ayúdanos a trabajar con [nombre del adolescente].
Que podamos presentarle un desafío en el que [él/
ella] tenga éxito.
Que esta experiencia le ofrezca a [nombre del adoles-
cente] la confianza en su habilidad para lograr cosas
grandes en este mundo.
Que nuestra confianza en [él/ella] y nuestro deseo de
ayudar refuercen su éxito.
Que la bondad que existe en [nombre del adolescente]
se revele, y que seamos dirigidos por el Espíritu para
ayudar a que esta bondad se revele.
Amén.

Consejos prácticos
e Piense en GRANDE al ofrecer desafíos. Los jóvenes
son extremadamente talentosos.
e Tómese el tiempo para contemplar los dones y forta-
lezas del hijo o estudiante, y ofrezca desafíos que ha-
gan aflorar estos dones.
e Ayude a crear amistades sanas, que ayudarán a crear
jóvenes sanos —haga todo lo que pueda por fomentar
las amistades sanas para sus hijos o estudiantes.
e Tenga confianza en nuestros jóvenes y los ayudará a
desarrollar su propia confianza en sí mismos. Demués-
treles su confianza en sus habilidades.
Desafielos + 85

Puntos para reflexionar


A los doce años de edad, Craig Kielburger de Thornhill,
Ontario, leyó un artículo sobre un niño en Pakistán que
había sido vendido como esclavo para trabajar en una fá-
brica de alfombras. Craig reunió a un grupo pequeño de
compañeros de su salón de séptimo año y así nació Libe-
ren a los Niños.
Al año siguiente, a los trece años de edad, Craig fue al
sur de Asia a ver por sí mismo la esclavitud infantil. Sostu-
vo una conferencia de prensa y el mundo tomó conscien-
cia de la terrible situación de estos niños. Además de Libe-
ren a los Niños, Kielburger cofundó Líderes de Hoy y ha
recibido muchos premios y honores internacionales por su
labor defendiendo los derechos de los niños.

+ Contemple los logros de nuestros jóvenes. Observe a


Craig Kielburger quien, a los doce años de edad, deci-
dió que quería marcar una diferencia. ¿Qué les per-
mite a nuestros jóvenes “marcar una diferencia”?
e ¿Qué desafíos están disponibles para ofrecer a nues-
tros estudiantes e hijos en nuestras escuelas y comu-
nidad?
e ¿Qué desafíos puede crear usted que hagan brillar a
sus hijos/estudiantes?

Ejercicios espirituales

Ejercicio Uno

Para este ejercicio necesitará los siguientes mate-


riales:

un frasco de vidrio con tapa


86 e Peter Tassi/Filomena Tassi

alrededor de doce piedras del tamaño de un puño


grava
arena
agua

Esconda todos los ingredientes.


. Tome el frasco de vidrio y saque las piedras, una a la
vez, y colóquelas dentro del frasco hasta que lo llenen
hasta el borde. Luego pregúnteles a sus hijos o estu-
diantes: “¿Está lleno?”
. Tome la grava, vuélquela dentro del frasco y sacúdalo
a fin de que se disperse en su interior. Luego pregun-
te: “¿Está lleno ahora?”
. Luego tome la arena, vuélquela dentro del frasco y
pregunte: “¿Está lleno ahora?”
. Luego tome el agua, viértala dentro del frasco y pre-
gunte: “¿Cuál piensan ustedes que es el objetivo de
este ejercicio?” Puede que obtenga respuestas diferen-
tes, incluyendo; “No importa cuán llena esté tu agen-
da, siempre puedes lograr que quepa algo más”. Esa
no es la respuesta. Si le responden esto, puede decir:
“Eso podría ser lo que quiere que creas esta sociedad,
pero no es la respuesta”.
. Revele: el objetivo de este ejercicio es el de demostrar
que si no pones primero las piedras grandes, nunca
lograrás meterlas.
. Pida a sus hijos o estudiantes que respondan las si-
guientes preguntas:

¿Cuáles son las “piedras grandes” en tu vida? ¿Tiem-


po con la familia o amigos, tus sueños, marcar una
diferencia, una causa valiosa?
¿Cómo puedes quitar las capas que a menudo escon-
den quién eres a fin de ayudarte a determinar cuáles
Desafíelos + 87

son tus propias piedras? ¿Cómo crees que puedes lle-


gar al fondo de tu ser?
* ¿Cómo puedes asegurarte de que esas cosas que te
definen, “tus piedras”, sean una prioridad en tu vida?
¿Cómo puedes asegurarte de que las “pequeñas co-
sas” no eviten que te conviertas en quien realmente
eres?

Ejercicio Dos

1. Discuta con sus hijos o estudiantes cómo Jesús invita


a los apóstoles a que lo sigan. No los obliga. Más bien
los invita (lea Marcos 1:16-20). Confirme cómo él tam-
bién nos invita a cada uno de nosotros.
2. Lea o reparta la siguiente carta de Jesús:
Querido amigo: (puede personalizar cada carta si las
reparte, al sustituir con el nombre del estudiante la
palabra amigo)
Acabo de enviarte una nota para decirte cuánto de amo
y me intereso en ti. Ayer te vi cuando hablabas con tus
amigos. Esperé todo el día deseando que quisieras
hablar conmigo.
Cuando llegó la tarde, te di la puesta de sol para
cerrar tu día y una brisa para darte descanso, y espe-
ré. No tienes una idea de cuánto ansío tener noticias
tuyas. Me duele cuando no las tengo, pero todavía te
amo porque soy tu amigo.
Anoche te vi quedarte dormido y ansié tocar tu
rostro. Nuevamente esperé, queriendo bajar corrien-
do para que pudiésemos hablar. Te levantaste tarde y
te fuiste corriendo a la escuela.
Hoy te veías como si algo te estuviese molestan-
do. Esperaba que hablases conmigo. Me encantaría
ayudarte. ¡Te amo! Trato de decírtelo en el cielo azul y
88 e Peter Tassi/Filomena Tassi

en el tranquilo pasto verde. Lo susurro en las hojas y


en los árboles, y lo respiro en los colores de las flores.
Te lo mostré en la majestad de las montañas y en
las canciones de amor de los pájaros. Te caliento con
el sol y endulzo el aire con las esencias de la naturaleza.
Mi amor por ti es más profundo que el océano y
más grande que el deseo o necesidad más grande de
tu corazón. Si tan solo supieras cuánto quiero cami-
nar y hablar contigo. Sé lo difícil que es en la tierra.
¡Realmente lo sé! Quiero ayudarte. Quiero que conoz-
cas a mi Padre. El también quiere ayudarte. Mi Padre
es así, ya sabes. ¡Sólo llámame —pídeme— habla con-
migo! Siempre estoy esperando tener noticias tuyas.
Con amor, Jesús
. Pídales a sus hijos o estudiantes que respondan lo si-
guiente:

¿Qué te está ofreciendo Jesús?


¿A qué obstáculos te enfrentas diariamente que evi-
tan que respondas a la invitación de Jesús?
¿Cómo puedes superar estos obstáculos?
¿Qué pasos concretos vas a dar a fin de responder a
esta invitación?
Genere un sentimiento de
pertenencia

“¿Cuál de ustedes, teniendo cien ovejas, al per-


der una de ellas no deja a las noventa y nueve en
la espesura y va tras aquella que está perdida
hasta que la encuentra? Cuando él la ha encon-
trado la pone sobre su hombro y se regocija. Y
cuando llega a casa, reúne a sus amigos y veci-
nos diciéndoles: “Regocíjense conmigo, porque
he encontrado a mi oveja, que estaba perdida”.
(Lucas 15:4-6)

Los padres de Paul se acercaron para hablarme de su hijo. Ha-


bían notado un cambio en su comportamiento cuando cumplió los doce
años y tenían problemas con él desde entonces. A los quince años de
edad, se fue de casa para vivir con su novia. Paul y ella recibían bene-
ficencia y estaban involucrados en drogas y el crimen. Después de un
par de años, su relación se agrió y Paul regresó a casa con la intención
de enderezar su vida. Habiendo sido heridos varias veces por las men-
tiras del joven, sus padres tuvieron muchas dificultades para confiar en
él. Los padres y el hijo menor, Steve, resentían a Paul, cuyo estilo de
vida había desecho a la familia de muchas maneras y les había causa-
do un gran dolor. Lo culpaban por haber destruido la unidad y cohesión
90 +. Peter Tassi/Filomena Tassi

que había existido alguna vez en su hogar. Encontraban difícil perdo-


narlo y creer que era sincero en su intención de comenzar de nuevo.
Me reuní con Paul cuatro sesiones de una hora. Era un joven
hermoso con energía y talento obvios. Tenía un gran potencial. Duran-
te nuestras sesiones fue evidente que los padres de Paul eran altamen-
te ambiciosos e impulsados por sus carreras. Además, Steve, el her-
mano, era un estudiante sobresaliente, ansioso por aprender y ocupa-
do en actividades orientadas a su carrera. Steve y sus padres tenían
todos intereses, pasiones y ambiciones. Paul no, y esto lo hacía sentir
diferente y excluido de su familia.
Aunque era muy brillante, Paul encontraba la escuela aburrida y
frustrante. Además no estaba de acuerdo con los conceptos modernos
del éxito. En casa no cabía en las conversaciones y actividades, y tam-
poco compartía la filosofía del éxito o las aspiraciones de su familia.
Paul siempre se sintió perdido y fuera de lugar. No tenía motivos para
estar en la escuela, ni social ni escolásticamente, y tampoco tenía razo-
nes para ser parte de su familia. Para Paul parecía que todos tenían un
lugar menos él. No tenía sentimiento de pertenencia.
Buscaba desesperadamente un lugar al que pertenecer, motivo
por el cual había recurrido a su novia y a sus amigos que vivían en la
calle. Ellos le ofrecían una comunidad. Compartían sentimientos simila-
res y podían comprender su problema. Ellos también sentían que te-
nían poco en común con su familia y el mundo en general.

Paradójicamente, el aislamiento unió a estos jóvenes.


Compartían la creencia común de que no tenían razones
para existir ni lugar al cual pertenecer. Estas experiencias y
sentimientos compartidos forjaron lazos fuertes entre ellos.
El problema de existir dentro de una fraternidad tal
es que no hay dirección. Una fraternidad que se basa en
“no pertenecer” no busca, al menos a un nivel consciente,
una manera de pertenecer dentro de la sociedad. Tampoco
hay una visión o misión que mantenga unido al grupo. En
su lugar, sólo hay comodidad en la experiencia comparti-
da de “no pertenecer”. A pesar del hecho de que querer
pertenecer es un impulso humano básico, los miembros del
grupo funcionan en un estado de descontento mutuo, lo
que se convierte en su zona de confort.
Genere un sentimiento de pertenencia + 91

Esta dinámica de grupo lleva a un camino de destruc-


ción: crimen, adicción a las drogas y otros actos nocivos. A
pesar de los fuertes lazos de lealtad dentro del grupo, esta
dinámica no alienta a la integridad o totalidad dentro de
sus miembros. El grupo se basa en lo roto. Los miembros
se buscan unos a otros para llenar su sentimiento de vacío.
Sin embargo, cada uno de ellos es incapaz de llenarlo.
Como en el caso de tantos jóvenes, la situación de Paul
no era culpa de los padres. Como padres, tendemos a cues-
tionar nuestras aptitudes y estilo para criar a un hijo, a
menudo culpándonos a nosotros mismos. Los padres de
Paul lo querían muchísimo y le dedicaron mucho de su
tiempo y atención. Habían soportado un dolor tremendo y
ejercitaron una gran paciencia. Son personas espirituales,
amorosas y dedicadas que trabajaron incansablemente para
descubrir los intereses de este joven y para generar en él
un sentimiento de pertenencia y propósito. Sin embargo,
Paul era diferente. Esto es difícil para la familia y la comu-
nidad, que encontraron difícil comprenderlo totalmente y
aceptarlo.
Para apreciar totalmente la experiencia de Paul y de
muchos otros como él, intente imaginarse viviendo en un
mundo en el que no cabe. Todos parecen tener un lugar
menos usted, es como un nómada, buscando un lugar que
llamar hogar. Ve a otros que se conectan y disfrutando pa-
sar el tiempo juntos. Los ve reírse y llorar juntos, relacio-
nándose sin esfuerzo. Usted parece pertenecer, pero no es
así. Se siente aislado y solo. Si no puede imaginárselo, in-
tente recordar una cena a la que haya asistido en la que no
tuviera nada en común con los otros invitados. Todo lo que
pudo pensar durante ese tiempo fue en volver a casa. Cuan-
do finalmente se fue, seguramente sintió un gran alivio.
Ahora, imagínese que no hubiese tal escapatoria, que no
hubiera tal comodidad en casa. Imagínese no tener un re-
fugio y no contar con ningún sitio al que recurrir. Imagíne-
92 +e Peter Tassi/Filomena Tassi

se estar atrapado permanentemente en una situación de


gran incomodidad y aislamiento.
En nuestro sistema carcelario son comunes los
ofensores reincidentes. Los convictos sirven su condena y
son liberados, sólo para volver a prisión con nuevos car-
gos. Muchos de ellos, subconscientemente, cometen nue-
vos delitos a fin de volver a la cárcel, donde experimentan
un sentimiento de comodidad y pertenencia en un entorno
familiar y predecible. Los internos llegan a verse entre sí
como a una familia, forjando lazos basados en su mutuo
quebranto. Pero estos lazos no son sanos. No tienen cimien-
tos sólidos. De la misma manera, dentro de los cultos y de
la cultura callejera, se alimentan la soledad entre sí, y cuan-
do se pertenece al vacío, en realidad no se pertenece a nada.
Eventualmente, tales relaciones colapsarán.
El mundo de Paul eventualmente colapsó con su fa-
milia callejera adoptada y volvió a casa. Sin embargo, el
desafío de ajustarse no sólo es de Paul, sino también de sus
padres y hermano.
Tal como en la parábola del hijo pródigo, el padre y la
madre deben recibir a su hijo con amor, los brazos abier-
tos, celebración y la disposición a continuar juntos la jor-
nada. Ellos, incluyendo a su otro hijo Steve, tienen que es-
tar dispuestos a perdonar y, de hecho, celebrar, el regreso
de Paul. Si se aferran a la amargura, la ira o la desconfian-
za, no podrá haber sanación.
En mis sesiones con Paul teníamos tres objetivos: pri-
mero, identificar y demostrar que Paul tenía grandes ta-
lentos y habilidades; segundo, señalarle que no tenía nada
de malo sentirse diferente y fuera de lugar; tercero, hacer-
le saber que había un lugar sano para él en el mundo, en el
que era necesario y en el que su identidad sería validada.
Juntos, hablamos de mucha gente grandiosa que ne-
cesitó de toda una vida antes de descubrir su amor y su
lugar en la vida. Sin embargo, a través de la paciencia y el
Genere un sentimiento de pertenencia + 93

trabajo duro, junto con la determinación, la gente encuen-


tra su nicho en la vida y con éste un sentimiento de perte-
nencia. A través de la persistencia, triunfan y llegan a des-
cubrir que pertenecen y encuentran paz en su mundo.
Paul se dio cuenta de que no había respuestas fáciles.
Algunas de las mentes más grandes de la historia, tales
como Tomas de Aquino y Albert Einstein, rara vez experi-
mentaron un sentimiento de pertenencia. De hecho, algu-
nas de las personalidades de la historia fueron víctimas del
ridículo y la persecución por parte de sus colegas, familia,
amigos y la sociedad en general. Sin embargo, cuando des-
- cubrieron sus grandes dones y cómo usarlos, repentina-
mente fueron los dueños del mundo.

A los tres meses de haber regresado a su casa, Paul se inscribió


en un programa de una universidad tecnológica. No estaba interesado
en el curso, pero se dio cuenta de que tenía que hacer algo para ganarse
la vida. Esto le compraría tiempo hasta que encontrase su nicho. Tam-
bién tomó algunos empleos de medio tiempo, intentando cosas diferen-
tes que lo ayudasen a encontrar su nicho.
Siendo productivo y proactivo, el joven comenzó a sentirse me-
jor. La única diferencia entre el Paul de antes y el de ahora es que en el
presente está dispuesto a ser paciente. Acepta que es talentoso y tiene
dones y que es sólo una cuestión de tiempo para que encuentre la
pasión de su vida y su lugar en el mundo.

Cada niño tiene una “razón de ser” y pertenece en


alguna parte. Sin importar cuán contrarias sean sus actitu-
des, qué extraña sea su apariencia o lo rebelde que sea su
conducta, todo niño tiene una “razón de ser” y un lugar en
el que estar. Hay una función y un lugar para ellos en este
mundo. Son parte del plan de Dios y El conoce íntimamen-
te a cada uno de ellos. “Y hasta todos los cabellos de tu
cabeza están contados” (Mateo 10:30).
La ironía es que los jóvenes como Paul, que marchan
a un ritmo diferente, a menudo se convierten en líderes
94 + Peter Tassi/Filomena Tassi

empresariales o sociales. Por años sienten como si no per-


tenecieran, y luego llega el día en el que son tan exitosos
que todos quieren estar con él. Necesitamos ser pacientes
y comprensivos. Nunca podremos encontrar su “razón de
ser” o el lugar al que pertenecen, pero podemos ayudarlos
a que lo encuentren. Tenemos que hacerles saber que los
apoyamos en su camino, aun cuando intenten caminos no-
tradicionales. Es importante recordarles que es su caracte-
rística de únicos lo que hace de este mundo un lugar inte-
resante, fascinante y glorioso.

Brad era un estudiante maduro que regresó a la escuela después


de años en la calle. Se sentó en mi oficina y sollozó incontrolablemente
mientras me relataba sus experiencias pasadas. Como Paul, él tam-
bién se sentía como si nunca hubiese pertenecido ni en la escuela ni en
su casa. Esto lo llevó a unirse a un capítulo de una pandilla internacio-
nal de motociclistas en el que lo convirtieron en un sicario.
Como adolescente, fue expuesto a un estilo de vida peligroso y
violento que él sabía que estaba mal. Sin embargo, la fraternidad y el
sentimiento de pertenencia que le ofrecía la pandilla eran más fuertes
que el vacío y la soledad que sentía cuando vivía en la sociedad tradi-
cional. No fue sino hasta que uno de los otros motociclistas recibió un
disparo y murió en sus brazos que se dio cuenta, aunque tenía un valo-
rado sentimiento de pertenencia a la pandilla, que era un grupo que
cultivaba la destrucción y la muerte.
Hizo falta esta experiencia traumática para hacer que Brad se re-
solviera a cambiar su vida y buscar su nicho en otra parte de la sociedad.

Afortunadamente, el camino no es tan severo para la


mayoría de los jóvenes que simplemente se sientes fuera
de lugar. Estos estudiantes buscarán un lugar en la escuela
en el que no sean juzgados, donde puedan expresar sus
opiniones sin ser ridiculizados, y donde puedan ser ellos
mismos sin sentirse inseguros. Estos son lugares en los que
se los alienta a compartir sus conocimientos, ofrecer sus
ideas y trabajar para hacer del mundo un lugar mejor. Tie-
SGenere
N un sentimiento de pertenencia
Pe + 95

nen grandes cosas que ofrecerle al mundo, pero son como


pájaros jóvenes aprendiendo a volar. Cuando emprenden
el vuelo son realmente asombrosos. Hay educadores espe-
ciales que les darán un espacio de comodidad y nosotros
debemos apoyar todos los esfuerzos por crear tales sitios.
Las Hermanas de la Santa Trinidad salían a recorrer
las calles de México para asegurarse que todos los niños
“pertenecieran”. Tuve un verdadero sentimiento de perte-
necer con estos niños cuando los visitábamos.

Estos niños vivían en casuchas, bajo los puentes y en las cloa-


cas. Siempre había una invitación abierta para ellos a entrar en la mi-
sión. Muchos de ellos eran tan adictos a las drogas, a la vida en la calle
y/o a la prostitución que les resultaba una decisión difícil de tomar. Las
hermanas no intentaban convencerlos de que entrasen. Ellas iban to-
dos los días a verlos, a aconsejarlos, a enseñarles y a ofrecerles ali-
mento y consuelo. Hacían que estos jóvenes se sintiesen como parte
de la familia. Ellos estaban mal emocional, psicológica e higiénicamente.
Sin embargo, antes de que comiéramos juntos en la calle, los
niños siempre insistían en rezar. Nos uníamos en un círculo, poníamos
nuestros brazos unos alrededor de los otros, y orábamos. En medio de
su caos y su sufrimiento, veían que era importante rezar. Era importan-
te para ellos que fuésemos una familia, compartiendo juntos en plega-
ria, forjada en nuestra compasión mutua y unidos por una visión común
de una vida mejor.
Sí, un sentimiento de pertenencia.

Tenemos que intentar hacer todo lo posible para ofre-


cer aliento, apoyo y guía a nuestros hijos y estudiantes. Ya
sea que estemos con ellos en casa, en la comunidad o en las
escuelas, tenemos que trabajar para ofrecerles lo que nece-
- sitan para que logren un sentimiento de pertenencia. Sabe-
mos que una vez que lo tengan, se tornarán motivados y
energizados. Al ayudarlos a sentir que pertenecen, los ayu-
damos a descubrir su “razón de ser”. Entonces podemos
sentarnos y observar las cosas maravillosas que hacen y la
gente grandiosa en la que se convierten.
06 «e Peter Tassi/Filomena Tassi

Querido Jesús:
Sabemos que muchos en este mundo se sienten como
si no pertenecieran a nada.
Se sienten aislados, solos y fuera de lugar.
Ayúdanos a comprender mejor a estos jóvenes y a
alcanzarlos.
Que tengamos conocimiento de sus sentimientos
y creemos oportunidades para ayudar a estos
jóvenes a encontrar su camino.
Que podamos seguir tu ejemplo al llegar a otros que
no son aceptados.
Tal como tu amor se reveló en todo lo que hiciste por
ellos, que nuestras acciones revelen tu amor
incondicional.
Concédenos la dirección, paciencia y confianza para
caminar junto a estos jóvenes, provee para ellos un
lugar al que pertenezcan, y otórgales un nuevo
inicio.
Amén.

Consejos prácticos
e Recuerde que cada joven “pertenece” porque son una
parte de la creación de Dios.
e Cree entornos sanos, particularmente en las escuelas,
donde los estudiantes puedan “ser ellos mismos”.
e Recuerde a los jóvenes que mucha gente exitosa lu-
chó por “pertenecer”. Sin embargo, eventualmente,
el mundo les perteneció a ellos. *

Puntos para reflexionar


e ¿Qué significa “pertenecer”?
Genere un sentimiento de pertenencia + 97

e ¿Dónde y cuándo se siente más cómodo su hijo o es-


tudiante?
e ¿Piensa que Einstein sentía que pertenecía?

Ejercicios espirituales
Ejercicio Uno

1. Haga que sus hijos o estudiantes dibujen “el lugar”


en el mundo en el que se sienten más cómodos.
2. Pídales que describan por qué escogieron ese lugar.

Ejercicio Dos

1. Lea el siguiente poema a sus hijos o estudiantes:

“Por favor escucha lo que no estoy diciendo”

No te dejes engañar por mí.


No te dejes engañar por el rostro que uso,
porque es una máscara, mil máscaras,
máscaras que temo quitarme,
y ninguna de ellas soy yo.

Fingir es un arte que es mi segunda naturaleza,


pero no te dejes engañar, por el amor de Dios, no te
dejes engañar.
Te doy la impresión de ser seguro...
esa confianza es mi nombre y la tranquilidad mi
juego...
y que no necesito a nadie,
pero no me creas...
98 e Peter Tassi/Filomena Tassi

Tengo miedo de no ser nadie en lo profundo


y de que me veas así y me rechaces.

Así que juega mi juego, mi desesperado juego de


fingir...
Te digo todo lo que en realidad no es nada,
y nada de lo que lo es todo...
Por favor escucha con cuidado y trata de oír lo que no
estoy diciendo...

Tienes que extender tu mano


Aunque parezca que eso es lo último que deseo...
Sólo tú puedes llamarme a la vida.
Quiero que sepas eso.
Quiero que sepas lo importante que eres para mí...

No te resultará sencillo...
Cuanto más te me acerques
Más ciego pareceré ser...
Lucho contra aquello que más ansío.
Pero me dicen que el amor es más fuerte que el muro
más fuerte y es en esto que reside mi esperanza.

Te preguntarás quién soy.


Soy alguien que conoces muy bien.
Porque soy cada hombre que te encuentras
y soy cada mujer que te encuentras.
Charles C. Finn

2. Escoja uno de los dos siguientes:


a) Pida a sus hijos o estudiantes que escriban una re-
flexión sobre este poema. ¿Piensan que es cierto?
¿Les gusta? ¿Por qué sí? ¿Por qué no?
Genere un sentimiento de pertenencia + 99

b) Pida a sus hijos o estudiantes que dibujen y/o des-


criban algunas de las máscaras que usan. Si tiene
arcilla, puede pedirles a sus estudiantes que mol-
deen o esculpan la máscara.
3. Invítelos a dibujarse o describirse a sí mismos sin
máscaras.
4. Discuta: ¿pueden hacer esto? ¿Por qué sí? ¿Por qué
no?
O
vo Y iaonarcdi ardor ne ano. A
1. a
E 4 e . 3

bi: , . . o . e

e Dori rut tercer -


.
y up amara otenbais ando
Ñ lor sep ¿otrsibudes aus e mbribsq sho prin
Asi que joepa au Aqggia emsgn de
e e abran le e satidimesh o serejudib's zolatival eSa
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2)Pida a má hijos o estudias
Ayúdelos a descubrir sus
talentos y pasiones

Tenemos dones que difieren de acuerdo a la gra-


cia que nos ha sido dada: la profecía, en propor-
ción a la fe; el del servicio en servir; el que ense-
ña en enseñanza; el que exhorta en exhortación;
el que da en generosidad; el líder en diligencia;
el compasivo en alegría.
(Romanos 12:6-7)

Todo adolescente tiene un talento único. Nunca hemos co-


nocido a uno que no fuera dotado o talentoso de alguna
manera. Muchos tienen talentos que son obviamente com-
partidos por otros en el mundo. Sin embargo, cuando se
combina ese talento con la personalidad única del joven y
la historia de la vida personal, se convierte en su propio
talento único. Es realista creer que cada adolescente tiene
un talento. El problema es tratar de encontrar ese talento y,
una vez que se lo ha encontrado, determinar si éste es su
pasión.
El primer paso es asegurar que el adolescente crea que
es talentoso. Para lograrlo, debemos ayudarlos a creer en
sí mismos y a superar la baja autoestima, si existe. Algunos
jóvenes realmente creen que tienen poco valor para el gran
102 + Peter Tassi/Filomena Tassi

mundo y que no tienen nada que ofrecer. Hay muchas ra-


zones para ello. Para algunos, surge de los compañeros que
lo han agredido constantemente. Para otros, proviene de
los padres que los abusaron o insultaron verbalmente, o
que los descuidaron emocionalmente. Sun embargo, para
otros, resulta ser endurecidos por una sociedad fría que
mide la belleza y el éxito de una manera limitada y vende
productos de manera tal que los dejan sintiéndose insegu-
ros y horribles. Esto es alimentado, además, por un siste-
ma educativo que mide los dones y habilidades de los ado-
lescentes de una manera limitada. Las disciplinas que se
enseñan son limitantes, y los métodos de evaluación
se basan primariamente en la memoria; éstos podrían no
revelar los talentos de nuestros jóvenes. Cada uno de estos
obstáculos les dificulta creer que tienen algo único y pro-
ductivo que ofrecer al mundo. A menudo están desilusio-
nados, perdidos y derrotados. Son llevados a creer que nunca
podrían lograr las metas establecidas para ellos. Tenemos
que trabajar diligentemente para convencer a nuestros hi-
jos y estudiantes de que están, de hecho, dotados y que el
mundo espera sus dones. Esto constituye, en ocasiones, un
proceso lento y doloroso. A veces tenemos que comenzar
con las cosas más pequeñas y convencerlos de que hicie-
ron un trabajo maravilloso.
Tenemos que “salir de la caja” y ver la grandeza que
reside dentro de nuestros hijos y estudiantes. Una vez que
lo vemos, tenemos que ayudarlos a ellos a verlo. Entonces
podemos recordarles que estos dones y talentos no son de
ellos para poseer, que tienen el deber y la responsabilidad
de compartir de compartir sus talentos con la humanidad.
Este es el regalo de Dios para ellos, y ahora es su deber
compartirlos con el mundo. Dios les desea la felicidad. Dios
les ha otorgado su ser único y sus talentos especiales a fin
de que puedan experimentar la felicidad a través de las
grandes obras que harán y las contribuciones que realiza-
Ayúdelos a descubrir sus talentos y pasiones + 103

rán. El descubrimiento de talentos es, obviamente, más di-


fícil con adolescentes problemáticos. A menudo sus talen-
tos están enterrados bajo la inseguridad, el quebrantamien-
to y las conductas desviadas. Tenemos que usar todos los
recursos para ir quitando las capas. A veces, tenemos que
investigar de maneras sutiles, para que no sientan la pre-
sión.
A través de todo este proceso, debemos ser implaca-
bles. Es trabajo duro. No permitamos que los fracasos u
obstáculos se interpongan. Tenemos que hablar con los
maestros, amigos, entrenadores, padres, familiares y todos
- que trabajen con nuestro hijo o estudiante, tanto dentro
como fuera del entorno escolar. Tenemos que trabajar con
toda esta gente hasta que la perla sea descubierta. Enton-
ces, debemos observar todas las acciones y estar atentos a
cada cosa, porque se podría abrir una ventana por la que
podamos espiar. En ocasiones, tenemos que ver a través de
una pequeña ventana, y no una gran puerta.
Permanecer con la mente completamente abierta du-
rante esta búsqueda es un desafío difícil para nosotros, los
adultos. El talento que descubramos podría no ser aquel
que habíamos deseado. El talento que descubramos podría
no ser uno que encuentre merecedor de mérito nuestro sis-
tema educativo o sociedad. El talento que descubramos
podría ser uno oscuro, que parezca improductivo, y que
no tenga un valor práctico o monetario de acuerdo a las
medidas tradicionales. Podríamos terminar descubriendo
que su talento reside en el pensamiento filosófico, una
sensibilidad muy desarrollada, percepciones agudas, o una
creatividad que no haga promesas de seguridad o estabili-
dad en el mundo. ¡Sin importar cuál sea su talento, es un
talento! Hemos descubierto un tesoro. Es irónico que a
menudo sean estos jóvenes que poseen dones raros e
imprácticos, los que vuelven altamente exitosos y próspe-
ros y logran la satisfacción personal.
104 + Peter Tassi/Filomena Tassi

Los problemas de aprendizaje de Carson eran numerosos. Para


él la escuela era una pesadilla. Sus padres lo intentaron todo. La mayo-
ría de sus maestros eran demasiado impacientes, y aquellos con pa-
ciencia estaban agotados. Durante una de nuestras sesiones juntos, le
pregunté si quería ir conmigo por un café y luego a buscar un par de
cosas en una tienda que necesitaba comprar para mi familia. El aceptó.
¡Hubiese aceptado cualquier cosa que lo mantuviera alejado de las cla-
ses!
Tomé un café, él un chocolate caliente. Luego fuimos al súper
local y compré algunas cosas. Cuando llegamos a la caja, observé mien-
tras la cajera pasaba los artículos. Noté que Carson la estaba obser-
vando. No entendía por qué la miraba con tanta intensidad. Mientras
embolsaba las compras, la cajera y yo charlamos brevemente. Luego,
Carson y yo salimos de la tienda.
Cuando salíamos, escuché una voz que sonaba como la de la
cajera, con los mismos exactos tono e inflexión. Volteé y observé a
Carson; él se detuvo y me miró. Sonreí y continuamos nuestro camino.
Cuando regresamos al coche, le pedí que imitara a la cajera. Al princi-
pio estaba renuente, pero eventualmente aceptó. Imitó su voz y mane-
rismos a la perfección. Su precisión era extraña. Lo que era todavía
más sorprendente era su habilidad para captartodas sus idiosincrasias.
Las pequeñas expresiones y la manera en la que ella pronunciaba cier-
tas letras con diminutos gestos —había leído todos ellos como una com-
putadora y luego los había devuelto. También podía exagerar estas
características satirizándolas de una manera que me hizo reír. Estas
fueron todas cualidades que noté subconscientemente en la cajera, pero
jamás hubiese podido recordarlas.
Cuando volví a mi oficina, le pedí que imitara maestros y estu-
diantes de la escuela a los que ambos conociéramos. Lo que observé
fue brillante. Ninguna persona común podría hacer lo que él hacía. Nin-
gún estudiante brillante podía hacer lo que él hacía. Su percepción de
estas cualidades era tan precisa que era atemorizante. ¡Este jovencito
es talentoso! Me hizo recordar a Jim Carey. Tal vez continuará sufrien-
do en el sistema educativo y no estará a la altura de los estándares
establecidos por la sociedad. ¡Sin embargo hay algo que sabemos con
seguridad, su incapacidad para tener éxito no estaba causada por su
falta de talento!
Ayúdelos a descubrir sus talentos y pasiones + 105

Algunos de los dones que poseen nuestros adolescen-


tes hasta podrían ser raros, extraños, bizarros o increíbles.
Sin embargo, son dones reales que pueden ayudar a sanar
a un mundo roto.

Mientras estaba trabajando en México, conocí a una mujer pobre


de la calle en una basílica, tenía noventa años de edad. Estaba rezan-
do en uno de los altares de un rincón.
Después de que una de las hermanas nos presentó, habló con
ella brevemente sobre adónde había estado y adónde iba. La anciana y
yo no hablamos.
Cuando nos íbamos, me dio un abrazo de despedida y dijo que
rezaría por mí y por mis hijos. ¿Cómo sabía que yo tenía hijos? No
estaba usando un anillo de matrimonio. ¿Cómo sabía ella que, en el
presente, mis hijos pasaban por momentos difíciles y que necesitaban
de plegarias? Dios nos da, a cada uno de nosotros, dones grandiosos y
especiales.

Cuando los talentos no se ajustan a las


pasiones
Una vez que descubrimos el talento, esperamos que sea la
pasión del adolescente. Algunos tienen un gran talento o
don, pero ninguna pasión por éste. Podría ser extremada-
mente dotado en lo académico, pero no tener interés en
ello. Es difícil comprender esta química. Uno podría pen-
sar que el área en la que están dotados es la misma por la
que tienen interés o pasión. Tiene sentido creer que ésta es
una de las razones por las cuales serían dotados en dicha
área.
Sin embargo, muchos adolescentes tienen dones y no
están interesados en las áreas en las que están dotados. Su
interés podría ser disminuido por la presión de sus com-
pañeros, la incapacidad para reconocer el valor, las presio-
106 + Peter Tassi/Filomena Tassi

nes familiares o sociales, o la confusión durante la adoles-


cencia. O, tal vez, podría ser que su pasión simplemente
está en otra parte. Es difícil de comprender y podría ser
frustrante para los padres y los educadores.
Cuanto más intentan los padres y los educadores em-
pujar al adolescente hacia el área para la que están dotados
pero no en la que están interesados, más se alejará el joven
de ésta. No podemos obligar a nadie a sentir pasión por
nada, ni siquiera en un área para la que tienen grandes
dones. Por desalentador y frustrante que sea, es una reali-
dad que debemos aceptar. Podemos crear situaciones que
intenten alentar o crear un interés, pero no se puede for-
zar. Podemos esperar que, con el paso del tiempo, desarro-
llen un interés en el área para la que están dotados, pero
no podemos hacer que eso suceda.
Si determinamos que nuestros estudiantes o hijos es-
tán apasionados por algo, debemos hacer todo lo que po-
damos para alentarlos. Jamás debemos subestimar lo que
pueden producir la pasión y la determinación. La pasión
puede impulsarlos a ser muy buenos en cosas para las que
no están naturalmente dotados. A menudo puede ir más
lejos que los dones naturales. Con frecuencia vemos esto
en atletismo. El atleta natural sobresaldrá y será la estrella
por años. Sin embargo, el atleta no tan talentoso, que tiene
una pasión real por el juego y trabaja constantemente en el
desarrollo de sus aptitudes, llegará a ser un profesional.
Veamos el ejemplo de Daniel “Rudy” Ruettiger. Su histo-
ria es tan poderosa que hicieron una película titulada Rudy
describiendo su esfuerzo determinado para realizar su sue-
ño. Fue uno de catorce hermanos y trabajó en una refinería
de petróleo. Soñaba con jugar fútbol para Notre Dame, pero
tuvo que superar muchos obstáculos para convertir su sue-
ño en realidad.
Trabajó incansablemente en sus estudios, se enfrentó
al rechazo de admisión, tuvo muy poco apoyo, y durmió
Ayúdelos a descubrir sus talentos y pasiones + 107

en el cuarto de mantenimiento hasta que, finalmente, fue


admitido en Notre Dame y entró en el equipo de fútbol
como jugador suplente. Asistía a todas las prácticas aun
cuando no estaba jugando. Finalmente, en el último juego
de su último año, la asistencia comenzó a cantar “Rudy,
Rudy, Rudy”. El entrenador lo puso en el juego durante los
veinte segundos finales de ese juego. Mientras estuvo en el
campo, volteó al defensa y la multitud enloqueció.
Esperemos que nuestros jóvenes realicen sus sueños
aun cuando no estén dotados en esa área. Podemos apo-
yarlos y alimentar sus pasiones, aun cuando todo en nues-
-tro interior nos diga que este adolescente debería estar de-
sarrollando el área de sus dones.
Uno de los dones más grandes en la vida es estar apa-
sionado por, o en, algo. El aburrimiento, las mentes ocio-
sas, la falta de motivación y el desinterés en el mundo son
ponzoñosos. No tener interés en nada lleva a la apatía y a
la depresión. Tener una pasión en algo es energizante,
vivificante y de la mayor importancia para vivir una vida
satisfactoria.
Algunos adolescentes se dedican a un área de la vida
porque han sido empujados a ella. Podrían convertirse en
médicos o abogados dado que esta profesión les generará
una vida cómoda, estatus y prestigio. Sin embargo, podrían
no encontrar la felicidad jamás. Tal vez satisfagan a sus
padres o cumplan con las normas mundanas del éxito, pero
nunca encontrarán paz. Además de engañarse a sí mismos,
podrían haberle quitado al mundo grandes contribuciones
que hubiesen hecho en el área de su verdadera pasión.
No estamos recomendando que nuestros adolescen-
tes sean tontos. Sin embargo, sí aconsejamos que sueñen y
trabajen en hacer realidad sus sueños. No queremos que
sigan una pasión que resulte en la pobreza, pero tampoco
queremos que busquen una vida que los deje empobreci-
dos en medio de su riqueza.
108 + Peter Tassi/Filomena Tassi

Los adolescentes tienen que manejar muchas frustra-


ciones, cambios y presiones en su vida. Forzarlos a desta-
car en un área que no les interesa sólo los llevará a más
estrés y ansiedad —¡aun cuando sean buenos en ella! Mu-
chos jóvenes han compartido su frustración con nosotros.
Sus padres reconocen su talento y los empujan a una carre-
ra que les generará una vida lucrativa y cómoda. El único
problema es que los adolescentes no están interesados, y la
presión que les causa les genera una gran ansiedad.

Recuerdo haberle enseñado a una estudiante atractiva, talentosa


e inteligente en la clase de religión del doceavo año. Su padre era un
profesional reconocido y respetado en la comunidad. Ella podría haber
hecho casi cualquier cosa en la vida, gracias a sus aptitudes académi-
cas y su maravillosa personalidad. Sin embargo, su única y verdadera
pasión era bailar.
Me explicó su tremendo amor y respeto por sus padres, su deseo
de hacerlos felices y cumplir con sus expectativas. Sus padres, espe-
cialmente su padre, no veían ni valor ni ventaja en una vida de baile y
desaprobaban la danza como carrera.
Como resultado, dejó ir una oportunidad de asistir a una renom-
brada escuela de danza en Estados Unidos. Debido a su imposibilidad
de hacer una carrera en esto, explicó, nunca sería completamente feliz.
Sentí lástima por ella, y a menudo me he preguntado cómo esto habrá
afectado su vida.

Alentemos las actividades de nuestros adolescentes


en la vida, aun cuando no parezcan ser lucrativas o ni si-
quiera prácticas. Sus pasiones se podrían convertir en sus
pasatiempos más adelante en la vida, cuando se dediquen
a áreas que provean de una vida cómoda. Ahora, habre-
mos logrado lo mejor de ambos mundos.

Una trabajadora de uno de los orfanatos en Haití dijo:


“He conocido a mucha gente de las américas. Me han dicho mu-
chas cosas que no comprendo. Tal vez lo más sorprendente que los he
Ayúdelos a descubrir sus talentos y pasiones + 109

escuchado decir sea “El tiempo es dinero". ¿Se imagina pensar de esta
manera cuando todo el dinero del mundo no puede comprar ni un se-
gundo de tiempo?”
Esta haitiana me enseñó a vivir cada momento de mi vida más
preocupado de mi pasión que de mis posesiones.

Por muy difícil que resulte de aceptar, tenemos que


determinar que hay algo más importante que el estatus y
la comodidad financiera; es responder a la pasión que resi-
den en nuestro interior. Descubrir y desarrollarla traerá paz,
alegría y dicha. Si somos pacientes y damos a nuestros hi-
jos o estudiantes la oportunidad de descubrir y cultivar sus
pasiones, quedaremos sorprendidos y satisfechos con el
resultado.

Querido Dios:
Sabemos que le has dado dones a cada uno de
nuestros hijos.
Ayúdanos a asistirlos para que descubran los dones
con los que fueron bendecidos.
Que podamos mantener una mente abierta y que
estemos dispuestos a muchos intereses diferentes
para ayudarlos a realizar su potencial y su pasión.
Ayúdanos a concentrarnos en nuestros hijos
y a no dirigirlos o gobernarlos para que satisfagan
los sueños que tenemos para ellos.
Mantennos abiertos a permitirles que vivan sus
sueños.
En ti confiamos siempre, Dios,
sabiendo que con tu gracia podemos lograr esta tarea.
Amén.
110 e Peter Tassi/Filomena Tassi

Consejos prácticos
No proyecte sus sueños en sus hijos —empodérelos
para que logren sus propios sueños.
Determine los dones de sus hijos o estudiantes. De-
termine la pasión de sus hijos o estudiantes.
Atesore las pasiones. Son un don, un combustible para
la dedicación, que a menudo supera los dotes natura-
les.

Puntos para reflexionar


¿Cuáles son sus sueños para sus hijos o estudiantes?
¿Está presionando a su adolescente para que adopte
ciertos sueños? Por ejemplo, piense en cosas que dice
O hace respecto a las ocupaciones.
¿Cuáles son los sueños de sus hijos o estudiantes?
¿Qué dice la sociedad sobre el sueño de su hijo o estu-
diante?
¿Qué piensa sobre el sueño de su hijo o estudiante?
¿Qué puede hacer para ayudarlos a que realicen sus
sueños?

Ejercicios espirituales

Ejercicio Uno

1. Lea la siguiente reflexión escrita por Marianne Wi-


lliamson:
Nuestro miedo más profundo no es el de ser inade-
cuados. Nuestro miedo más profundo es ser poderosos
más allá de toda medida. Es nuestra luz, no nuestra
oscuridad, lo que más nos asusta. Nos preguntamos:
Ayúdelos a descubrir sus talentos y pasiones e 111

¿“Quién soy para ser brillante, maravilloso, talento-


so, fabuloso?” De hecho, ¿quién eres tú para no serlo?
Eres el hijo de Dios. Tu subestimación no sirve al mun-
do... Nacimos para hacer manifiesta la gloria de Dios
que está en nuestro interior. No está sólo en algunos
de nosotros, está en todos. Y a medida que dejamos
que nuestra propia luz brille, inconscientemente les
damos permiso a los demás para que hagan lo mis-
mo. Mientras somos liberados de nuestro propio mie-
do, nuestra presencia automáticamente libera a los
otros.” Marianne Williamson, A Return to Love: Reflec-
tions on the Principles ofa Course in Miracles (Nueva York:
Harper Collins, 1992), 190-91.

. Haga que sus hijos o estudiantes escriban o hablen de


sus opiniones sobre la reflexión de Marianne William-
son. ¿Están de acuerdo con lo que dice? ¿Cómo pode-
mos intentar vivir demostrando la grandeza que está
en nuestro interior? ¿Qué evita que lo hagamos?

Ejercicio Dos
dl: Lea Mateo 25:14-29 (una parábola del evangelio sobre
los talentos).
e Pida a sus hijos o estudiantes que enumeren los cinco
sueños principales que les gustaría realizar.
3, Pídales que escriban sobre los obstáculos que enfren-
tarán para lograr sus sueños.
. Pídales que hablen de cómo superarán estos obstácu-
los a fin de alcanzar sus sueños.
. Concluya con Mateo 5:13-16 (sal de la tierra/luz del
mundo).
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cuaidos. Nuestro nedo más qu
a quie allá: de toda medida.

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O his
Sl O A IR
Guíelos hacia ejemplos
o mentores

Vístanse con el nuevo ser, creado de acuerdo a la


semejanza de Dios en verdadera rectitud y santi-
dad.
(Efesios 4:24)

Todos los adolescentes necesitan modelos de rol y


mentores. Muchos padres sirven como excelentes ejemplos
para sus hijos. No hay nada que quiera más un hijo que
sentirse orgulloso de su padre o madre y ser igual a ellos.
El deseo de imitar a un padre es casi instintivo. Por este
motivo nosotros, como padres, debemos hacer todos los
esfuerzos posibles por ser personas sobresalientes. En la
vida que vivimos, la carrera que escogemos, las palabras
que decimos, los pensamientos que pensamos, las leccio-
nes que enseñamos: tenemos que ser lo mejor de nosotros
mismos. Este es el desafío más grande al que nos tenemos
que enfrentar en la vida. Tenemos que ejercitar el amor, la
paciencia, la prudencia y la sabiduría en todos los aspectos
de nuestra vida. Cuando lo hagamos, nuestros hijos verán
nuestra grandeza y querrán imitarla.
Desde una edad muy temprana, deseamos tener a al-
guien en quien buscar una inspiración y un modelo. Mu-
114 +. Peter Tassi/Filomena Tassi

chos jóvenes evitarán las conductas desviadas sólo porque


aman y respetan tanto a sus padres que no quieren defrau-
darlos. Algunos adolescentes se preguntarán “¿Qué pensa-
rán mis padres?” antes de decidir hacer algo. Algunos ad-
miten haber pensado “¿Qué pensaría Dios?” No se cuestio-
nan esto por miec.o, sino más bien por amor y respeto.
Sin embargo, no todos los adolescentes tienen padres
que pueden o deben servir como sus modelos. Si usted está
dentro de esta categoría, nunca es demasiado tarde para
hacer los cambios necesarios. Recuerde, sus hijos quieren
que usted sea quien los oriente. No tema reconocer sus pro-
pias debilidades y recuerde que nuestros hijos no esperan
que seamos perfectos.
También hay casos en los cuales los padres son exce-
lentes modelos de rol. Sin embargo, por uno u otro motivo,
su adolescente no los ha elegido a ellos como su héroe a
imitar. Podría ser que la visión que tiene la sociedad de un
héroe es muy diferente a la establecida en el hogar. Tal vez
se deba a la influencia poderosa que tienen sus amigos en
ellos. En este caso, sigue siendo importante estar dispues-
tos a servir de modelo y mentor, porque en cualquier mo-
mento dado ellos podrían recurrir a nosotros en busca de
esta guía. Sin embargo, hay ocasiones en las que nuestros
jóvenes recurren a modelos de rol inapropiados y malsa-
nos. Pueden encontrarse en pandillas y ver a los líderes de
éstas como a sus héroes. Una pandilla no juzgará su con-
ducta en los modos tradicionales del mundo. No los re-
prenderán por conductas desviadas o comportamientos que
no se ajusten a la definición social tradicional.
Muchos adolescentes encuentran confort en este mun-
do de pandillas. Lo que el joven no puede ver es que estos
“mentores” se alimentarán de su vulnerabilidad y miedos
a fin de satisfacerse a sí mismos. Lo que es más, los miem-
bros y líderes de las pandillas tienen un estilo de vida bas-
tante cómodo, excitante, aventurero y casi romántico. Para
Guíelos hacia ejemplos o mentores + 115

el joven adolescente que no confía en la sociedad y que no


tiene modelo de rol, esta vida en la pandilla es posible, ro-
mántica y atractiva. El deseo inicial a aspirar a una vida
buena y productiva ha muerto y ha sido reemplazado por
el deseo de ser como el traficante de drogas local que con-
duce un coche lujoso, es temido por los demás, tiene po-
der, y posee mucho dinero. El joven se sentirá atraído ha-
cia el líder de la pandilla que, cree, nunca lo guiará mal,
siempre le será leal y será honesto con él. Para el adoles-
cente desilusionado por la sociedad, esta oferta es atracti-
va. Estas son las cualidades que al joven le ha resultado
difícil encontrar en la sociedad.
Aunque la mayoría de los adolescentes no recurren a
las pandillas en busca de guía, algunos recurren a otros
lugares que podrían no ser sanos. Cuando trabajamos con
jóvenes tenemos que lograr que regresen a las aspiracio-
nes “inocentes” y que vean la recompensa abundante en
vivir una vida pura con trabajo duro y dedicación. Para
hacerlo, tenemos que exponer a nuestros jóvenes a perso-
nas que tengan valores firmes y una ética de trabajo dili-
gente. Una vez que el adolescente ha sido expuesto a este
tipo de gente —ya sea un atleta popular, un trabajador so-
cial, o un misionero— aspirarán a ser como ellos. Los jóve-
nes aman a los héroes y necesitan modelos que seguir. To-
dos los requerimos.
Uno de los lugares a los que a menudo recurren nues-
tros jóvenes es el salón de clases. Los educadores pueden
ser excelentes modelos de rol. El profesor del salón, por
ejemplo, hace más que impartir conocimientos. El Internet
o la biblioteca pueden dar ese servicio. Un maestro puede
ser el héroe de un estudiante. Cuando un alumno se conec-
ta con un educador, por lo general el éxito es lo que sigue.
Como educadores, debemos ser genuinos, interesar-
nos verdaderamente, ser empáticos y preocuparnos siem-
pre por el bienestar de nuestros estudiantes. Ésto es más
116 + Peter Tassi/Filomena Tassi

importante que las calificaciones. Los estudiantes respeta-


rán y aspirarán a emular al maestro que se relacione con
ellos, que se preocupe por ellos, y que se esfuerce por ayu-
darlos. Para muchos de estos jóvenes, los maestros se con-
vierten en sus padres fuera de casa, al igual que en sus
mentores y héroes.
Hemos visto a muchos estudiantes que regresan a vi-
sitar a sus maestros. Llegan a verlos, saludarlos y enterarse
de las novedades. También vienen por otra razón. Quieren
expresar su gratitud y apreciación por el amor, inspiración
y guía que el educador les dio. Vienen a dar las gracias.
Estos maestros a menudo son invitados a sus bodas, hoga-
res a cenar y al bautismo de sus hijos.
Para nuestros adolescentes, un gran maestro es pri-
mero y antes que nada una persona que tiene una gran
capacidad de amar. Un gran maestro es aquel que hace que
los estudiantes se sientan bien respecto a quiénes son y que
cree que éstos tienen algo significativo que ofrecerle al
mundo. Los buenos educadores elevan a sus estudiantes,
haciéndolos sentirse importantes y valiosos.
Existes otras oportunidades de conectar con héroes a
nuestros hijos o estudiantes. Podemos conectarlos con otros
adolescentes que ejercen influencia por su popularidad y
buen carácter. A los estudiantes que están luchando, pode-
mos conectarlos con personas que hayan tenido experien-
cias similares, que hayan hecho malas elecciones y que ha-
yan sufrido algunas consecuencias severas. Los estudiantes
con problemas escucharán a estas personas. Cuando al-
guien ha vivido tiempos difíciles y está dispuesto a com-
partir esas experiencias, los estudiantes escuchan ansiosa
e intensamente.

Recordamos a John, un individuo a quien ambos le pedimos que


visitase nuestra escuela y hablara de su vida y de algunas de las elec-
ciones que tomó con los estudiantes. John tiene parálisis cerebral y
Guíelos hacia ejemplos o mentores + 117

está confinado a una silla de ruedas. Habló abiertamente sobre lo que


fue para él crecer y estar en la escuela. Recordó que en lugar de mon-
tar una moto Harley Davidson, que era su sueño, manejaba su silla de
ruedas. Habló sin tapujos sobre otras experiencias difíciles: salir con
chicas, amistades y cuidado personal.
Una de las historias más poderosas que contó fue la de su intento
de acabar con su vida. Relató, con gran emoción, cómo quiso lanzarse
con su silla.a un barranco. Cuando estaba a punto de caer, cambió de
idea. Redirigió su silla con su control electrónico y ésta cayó de costa-
do. Afortunadamente no cayó al precipicio.
Los estudiantes escucharon a John intensa y respetuosamente.
El comparte con ellos sus decisiones y luego reflexionó sobre por qué
éstas no fueron buenas. Reconoció sus errores y admitió sus equivo-
caciones. Esto no significa que la vida de John se haya vuelto fácil.
Nunca será sencilla. Sin embargo, les demostró a los jóvenes cómo
encontró paz y felicidad en su silla. Para algunos adolescentes, John
se convirtió en un mentor y en un héroe en la escuela. Fue honesto,
franco y humilde. Estuvo dispuesto a admitir sus errores y, lo principal,
a pesar de su sufrimiento eligió hacer lo mejor que pudiese con su vida.

Es importante que los adolescentes tengan modelos


de rol y mentores. Podemos interpretar un gran papel en
dirigirlos a gente que pueda guiarlos y dirigirlos en la toma
de elecciones sanas. Es necesario que exploremos oportu-
nidades que están disponibles para nosotros. Busque den-
tro de la comunidad a personas que puedan ser buenos
mentores para su hijo. Lo más importante nosotros, como
padres y educadores debemos estar, nosotros mismos, vi-
viendo una vida que nos haga ser merecedores de ser los
modelos y mentores de un adolescente.

Querido Dios:
Te pedimos la guía del Espíritu Santo
para poder ser dirigidos a una persona, o gente,
que sirva de buen modelo de rol y mentor para [nom
bre del joven].
118 + Peter Tassi/Filomena Tassi

Que podamos seguir siendo creativos y abiertos en


nuestra búsqueda.
Que seamos dirigidos en una dirección que ayude a
[nombre del joven] a tomar decisiones buenas y
sanas.
Que nuestras palabras, acciones y estilo de vida sean
merecedores de ofrecer dirección
y que [nombre del joven] encuentre energía renovada y
dirección al tomar sus decisiones.
Amén.

Consejos prácticos
e Desarrolle la imagen de que todos somos creados a
imagen de Dios, y esto ofrecerá un gran modelo para
sus hijos o estudiantes.
e Investigue y familiarícese con varias personas que es-
tén en las escuelas, arenas, centros recreativos u otras
instalaciones a las que asistan sus hijos. Conecte a sus
hijos con estas personas que son excelentes modelos
de rol, en estos sitios.
e Invite a gente que merezca nuestro respeto y admira-
ción a sus salones y hogares a fin de que compartan
sus historias.

Puntos para reflexionar

e ¿Qué está haciendo para contribuir a la elección y pro-


moción de modelos de rol sanos en nuestras escuelas
y en nuestras comunidades?
e ¿A quiénes está definiendo como a nuestros héroes?
e ¿Cuál es su medida para el éxito? ¿Qué utiliza la so-
ciedad para medir el éxito?
Guíelos hacia ejemplos o mentores + 119

Ejercicios espirituales
Ejercicio Uno

Pida a sus hijos o estudiantes que escojan a una persona


(viva O muerta) que sea su héroe más grande. Solicíteles
que den detalles sobre los motivos para elegir a este indi-
viduo. ¿Qué hace que sea un héroe para ellos?

Ejercicio Dos

1. Repase las Beatitudes que se encuentran en Mateo 5:12.


2. Pídales a sus hijos o estudiantes que escriban sobre
una persona en sus vidas que viva mejor las Beatitu-
des. Pídales que den ejemplos específicos de cómo la
persona vive cada Beatitud. Finalmente, pídales que
comenten sobre cómo esta persona ha impactado sus
vidas.
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Amelos y respételos
incondicionalmente

Por lo tanto yo, el prisionero en el Señor, les ruego


que lleven una vida merecedora de la vocación a
la que han sido llamados, con toda la humildad
y la gentileza, con paciencia, soportándose unos
a otros en el amor.
(Efesios 4:1-2)

Cuando uno entra a la casa de una persona pobre en las


montañas de la República Dominicana, es saludado inme-
diatamente con amor y respeto. No saben quién es uno,
cuál es su estatus o qué ha logrado. Lo aman y lo respetan
debido a su humanidad. No tienen comida y pasan todo el
día trabajando duro para sobrevivir. Están consumidos por
una pobreza devastadora. Sin embargo, lo tratan como si
fuese de la realeza. Encuentran comida que guisar, e insis-
ten en que coma. Siempre le sirven la comida antes de co-
mer ellos.
Uno tiene un lugar de honor en su mesa. Ellos invier-
ten gran energía en entretenerlo y conversar, se interesan
en su bienestar en ese momento. Cuando se va, a menudo
buscan un regalo que ofrecerle. Después de que se ha ido,
122 +. Peter Tassi/Filomena Tassi

se siente triste, porque los extraña a ellos y a la experiencia


de amor y respeto incondicional que le dieron.
En nuestro mundo, a la juventud generalmente no se
le ofrece respeto y amor incondicionales. Con frecuencia
no se confía en ellos y se los considera sospechosos de malas
acciones. A menudo hemos escuchado a adultos decir que
los jóvenes se tienen que “ganar” el respeto. El respeto no
es algo que tenga que ser ganado. Nuestro ser mismo lo
garantiza, se nos otorga cuando nacemos. Sin embargo, el
respeto sólo puede perderse, no es necesario ganarlo.
El amor es el otro componente importante. Probable-
mente este sea el elemento más importante al trabajar con
adolescentes. Tenemos que amar como Jesús nos pide que
hagamos: “Ama como te he amado yo” (Juan 13:34). Todos
afirmamos amar a nuestros hijos y a nuestros estudiantes.
Sin embargo, el amor tiene significados distintos para dife-
rentes personas. Deberíamos referirnos siempre al amor y
respeto que ejemplificó Jesús. Si amamos incondicional-
mente, con humildad y con compasión divina, esto sacará
lo mejor de nuestros adolescentes.
El amor y el respeto son el terreno necesario para ha-
cer que el crecimiento sano sea posible. El amor y respeto
generarán confianza, seguridad, convicción y valor. Muy a
menudo, vemos el respeto de una manera jerárquica. Cuan-
to más se triunfa, de acuerdo a la visión del éxito que tiene
nuestra sociedad, más respeto se recibirá. Vivimos en un
mundo en el que el respeto se le otorga mayormentea aque-
llos que tienen poder, dinero o fama. Idealmente, el respe-
to debería dársele a cada persona desde el nacimiento por
la naturaleza de su humanidad. Este respeto debería conti-
nuar durante todo el curso de la vida de la persona, desde
la infancia hasta la adultez.
Las mujeres han soportado un gran sufrimiento a lo
largo de la historia porque se les negó el respeto que mere-
cían. Los niños eran obligados a soportar trabajos horri-
Amélos y respételos incondicionalmente + 123

bles y a grandes sufrimientos porque ellos también reci-


bían menos respeto. Aquellos que estaban deformados, que
tenían alguna incapacidad física, o que padecían alguna
enfermedad mental, recibían poco respeto y a menudo eran
encerrados fuera de la vista pública.
Piense en lo diferente que sería el mundo si todos fue-
ran tratados con respeto. Si no le damos respeto a toda la
gente, hasta a los marginados, hemos perdido el mensaje
de Jesús y, en su lugar, creamos un mundo roto y divisivo.
Jesús nos recuerda repetidamente que es en esta gente mis-
ma que se lo encuentra y, a su vez, se encuentra lo divino
—en los débiles, en los que sufren, y en aquellos que están
más necesitados. Recuerde las palabras de Jesús en Mateo
25:40: “Tal como le hiciste al más pequeño de ellos... me
hiciste a mí”.
Irónicamente, es en estas personas en las que a menu-
do encontramos los aspectos más grandiosos de nuestra
humanidad. Cuando vemos a una persona desamparada
en la banca de un parque, a menudo hacemos juicios sobre
ese tipo de gente. Pensemos por un minuto, tal como ha-
cen nuestros adolescentes, en el sufrimiento y las experien-
cias de vida que podría haber sufrido esa persona para lle-
gar a esa banca.
Recuerde las palabras de Jesús cuando le habló a San
Pablo en su conversión:

“Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”


“Quién eres tú, Señor?” preguntó Saulo.
“Soy Jesús, a quien estás persiguiendo.”
(Hechos 9:4-5)

Cuando persigue al más pequeño de sus hermanos y


hermanas, persigue a Jesús. Todos nuestros prejuicios,
preconcepciones y opiniones deben ser aniquiladas, y de-
bemos estar unidos por nuestra humanidad como herma-
124 +. Peter Tassi/Filomena Tassi

nos y hermanas. Cuando no podemos desnudarnos para


convertirnos en uno con toda la humanidad, otorgando res-
peto a todos, nos hemos apartado de nuestra verdadera
naturaleza y hemos perdido nuestra verdadera libertad.
A menudo son los niños con quienes hemos trabajado
quienes nos demuestran la importancia de no juzgar, de
perdonar y abrazar a la humanidad para que toda la gente
pueda ser lo mejor posible.
Podría ser un restaurante de comida rápida, una cafe-
tería, o una tienda. Adonde sea que vaya, podrá ver ado-
lescentes trabajando duro. En su mayoría, no son adultos
los que realizan estos trabajos sino adolescentes, que están
dispuestos a trabajar duro por el salario mínimo, y a me-
nudo lo hacen con una sonrisa. Los adolescentes, por mi-
les, donan tiempo a grupos de servicio y caridades, tam-
bién trabajan en el Tercer Mundo.
¿Cómo es, entonces, que podemos pensar negativa-
mente sobre nuestros adolescentes? La mayoría son traba-
jadores y ambiciosos y enfocan la vida con dicha. Los ado-
lescentes aceptan estos empleos además de su trabajo
escolar, tareas domésticas y actividades extracurriculares.
Este tipo de ética laboral y ambición merece nuestro ma-
yor respeto. No podemos permitir que unos pocos que se
comportan mal envenenen nuestra actitud hacia todos los
adolescentes. Si tenemos a un joven que está en la escuela
y no le va bien, no tenemos que retirarle el amor y el respe-
to que le hemos dado hasta entonces. Debemos determi-
nar por qué no le está yendo bien. ¿Qué experiencias o lec-
ciones se les han enseñado para causar esta conducta? ¿Qué
tipo de actitud les impartimos y les toleramos? ¿Están de-
primidos? ¿Padecen un problema bioquímico? Hay muchas
preguntas que formular, y los médicos y terapeutas califi-
cados pueden ayudar.
Los buenos educadores aceptarán que cada estudian-
te en su escuela o clase tiene potencial. Un gran educador
Amélos y respételos incondicionalmente + 125

es aquel que dice: “No importa con qué grupo o clase esté
trabajando, sé que hay un estudiante que es más talentoso
que yo y que tiene un gran potencial para hacer una gran
diferencia en el mundo”. Este enfoque humilde por parte
de los educadores y los padres facilitará niveles más altos
de respeto hacia todos los adolescentes y, finalmente, lle-
vará a que éstos florezcan.

Mientras estuve en las montañas de la República Dominicana,


pasé un tiempo con una familia numerosa y pobre. Era una familia ex-
tendida de alrededor de quince personas, incluyendo tíos y tías. Todos
vivían en una casa de un cuarto de ladrillos. Sabía que estaba explo-
rando áreas pobres para volver a casa y recaudar dinero para esta
gente.
Podrían haberme pedido que juntara dinero para otra casa, comi-
da, ropa, medicamentos, pollos, cabras o una vaca. En su lugar, me
suplicaron que recaudara fondos para construir una escuela para ellos
y sus hijos. Escogieron una escuela por encima de sus necesidades
más básicas.
Una de las hijas de dieciséis o diecisiete años de edad estaba
callada y se limitaba a escuchar. Era avasalladoramente bella. Justo
cuando me estaba por ir me dijo: “Señor, si junta el dinero y el Padre
Lou construye una escuela, le prometo que no me casaré nunca y que
dedicaré mi vida a convertirme en maestra para enseñar a mis herma-
nas menores y a todos los niños del pueblo.”
Quedé impresionado, inspirado y sacudido. Luego, pensé “¿Qué
hombre afortunado perderá en la vida si no puede casarse con esta
bella joven?”
“Recaudaremos el dinero y les construiremos la escuela. Pero
recuerda, en ocasiones los maestros que están casados son mejores
educadores” le respondí. Ella sonrió cuando me iba. Gracias a la gene-
rosidad de la gente en casa, reunimos veinte mil dólares para construir
esa escuela.

Al amar y respetar a los adolescentes infinita e incon-


dicionalmente, les enseñaremos que el respeto no se trata
de “hacer”, sino de “ser”. Les enseñaremos que el respeto
126 + Peter Tassi/Filomena Tassi
o 5

no se trata de estatus, posición, riquezas o poder. El respe-


to se trata de nuestra humanidad y calidad humana. Les
mostraremos que, aunque estamos allí para cuidarlos y
guiarlos, también somos recipientes esperando a ser invi-
tados a sus vida a fin de poder recibir y ser guiados por
ellos. Si podemos hacer esto, nos descubriremos entrando
a un mundo lleno de sabiduría, inocencia, aventura y di-
cha. Ese es el mundo de nuestros adolescentes.
Tal vez recuerde el dicho popular: “No te preocupes de
ayer. Es historia. No te preocupes de mañana. Es un misterio.
Sólo disfruta de hoy, que es un regalo de Dios. Es por eso que lo
llamamos el presente”.
Demasiado pensamiento analizando el ayer y planean-
do para mañana reducen la espontaneidad de hoy. Cuan-
do observamos a nuestros hijos, podemos ver cómo el ayer
y el mañana no los consumen. Esta es una de las razones
por las que son espontáneos y por las que saben como amar
tanto la vida.
A medida que crecemos, nuestras fuertes opiniones,
juicios y tradiciones, podrían aprisionarnos. Las altas ex-
pectativas puestas en nosotros por nuestra sociedad y no-
sotros mismos, sólo hacen que nos sintamos más culpables,
y que nos volvamos más amargos y cínicos. Nuestros hijos
pueden enseñarnos a liberarnos de este tipo de prejuicios
preestablecidos. Pueden enseñarnos que todos somos
merecedores de amor sólo porque “somos”. Nos desafían
a respetar a toda la gente, sin importar el color de su piel,
etnia, popularidad o logros.
Los altos estándares que establecemos para nuestros
hijos sólo sirven para encerrarlos y limitarlos a que se con-
viertan en lo que somos nosotros, lo que nosotros queremos
que sean, o en lo que nosotros desearíamos habernos con-
vertido. Tiene más que ver con nosotros que con ellos. Te-
nemos que ponerles fin a nuestros prejuicios y juicios so-
bre el mundo y luego podremos ponerles fin a nuestros
Amélos y respételos incondicionalmente + 127

prejuicios sobre nuestros adolescentes. Tenemos que dar-


les a ellos y al mundo el respeto y el amor que reciben
inherentemente al nacer, no el respeto y el amor por los
que tienen que trabajar interminablemente para intentar
ganar. Lo más importante, tenemos que dejar de hacerlos
las víctimas de nuestros propios fracasos y recelos. No po-
demos temer que nos enseñen y hasta recurrir a ellos en
busca de ayuda y apoyo.
La perla más grande en todo esto es que ellos nos guia-
rán e inspirarán. Irónicamente, descubriremos que cuando
fracasamos y caemos, ellos no nos juzgarán a nosotros. En
su lugar, estarán allí para levantarnos. Recuerde, muy en
lo profundo, seguimos siendo sus héroes, y hasta los hé-
roes necesitan ayuda porque hasta un hombre justo caerá
varias veces al día.
San Pablo lo dijo bellamente: “Como los elegidos de
Dios, santos y amados, vístanse con compasión, bondad,
humildad, modestia y paciencia. Soporten unos con otros
y, si alguno tiene queja contra otro, perdónense; tal como
el Señor los ha perdonado a ustedes, por lo que ustedes
también deben perdonar. Sobre todo, vístanse de amor, que
une todo en perfecta armonía” (Colosenses 3:12-14).
Una historia bella de niños en la República Dominica-
na, y el tipo de respeto y amor que se demuestran entre sí,
es una manera útil de terminar este capítulo.

Uno de los estudiantes canadienses que viajaron a la República


Dominicana tenía una nueva playera de Batman que había comprado
para darles a los pobres. Se había hecho amigo de un joven dominica-
no y se la regaló a él. El niño recibió la playera con una gran alegría.
Al día siguiente, el estudiante se dio cuenta de que otro niño do-
minicano tenía puesta la playera de Batman. Era un amigo del jovencito
al que se la había regalado. No dijo nada.
Un día después, el estudiante vio que otro niño dominicano usa-
ba la misma playera de Batman. Nuevamente, no dijo nada.
128 +. Peter Tassi/Filomena Tassi

Al otro día, sucedió de nuevo. Un niño distinto traía puesta la


misma playera. El estudiante se dio cuenta de que, sin importar lo gran-
dioso del regalo, ni cuán grande fuera el placer de recibirlo, la gente
dominicana recibía la dicha más grande al compartir.

Si podemos darles a nuestros adolescentes el amor y


el respeto que merecen, ellos actuarán en concordancia con
ese amor y respeto. Lo más importante, nos inspirarán a
nosotros y nos introducirán al mundo inocente y dichoso
que podríamos haber dejado atrás cuando dejamos a nues-
tra propia juventud.

Querido Dios:
Ayúdanos a cada uno de nosotros a ver tu imagen en
cada uno de nuestros hijos.
Que los tratemos con el amor y el respeto que
merecen.
Que todos ellos reciban la dignidad, el respeto y el
amor que tú, Señor, deseas para ellos.
Que nosotros seamos tus instrumentos para
entregarles esto a ellos.
Amén.

Consejos prácticos

e Déalos jóvenes respeto y amor. Lo merecen.


e Ofrezca amor y respeto para promover la dignidad y
proveer fortaleza.
e Déa los jóvenes amor incondicional y se revelará lo
divino dentro de ellos.
Amélos y respételos incondicionalmente + 129

Puntos para reflexionar

e ¿Amausted a sus hijos/estudiantes incondicionalmen-


te?
e ¿Piensa que nuestros jóvenes son merecedores de
nuestro respeto?
¿Qué podemos hacer para destacar algunos de los
grandes logros de nuestros jóvenes?

Ejercicios espirituales
T Coloque algunas piedras en una bolsa de arpillera.
Tómela y pida a su hijos o estudiantes que tomen una
piedra y pasen la bolsa al siguiente. Pídales que sos-
tengan la piedra en sus manos. Luego lea Juan 8:1-11.
. Discuta con ellos la respuesta de Jesús. Comente el
hecho de que, a diferencia de la gente que le llevó la
mujer a Jesús, él no estaba interesado en el chisme o el
pecado.
. Pida a sus hijos o estudiantes que piensen en un acto
por el que deseen ser perdonados —un acto del que
no estén orgullosos, o algo que desearían que no hu-
biese sucedido.
. Pase una bolsa y haga que cada joven coloque nueva-
mente la piedra en el saco.
. Recuérdeles el amor incondicional que tiene Jesús por
ellos y la compasión que ofrece. Lea las palabras que
dijo Jesús en el momento de su crucifixión: “Padre,
perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas
23-34).
. Recuérdeles que Jesús nos pide que estemos llenos de
compasión y perdón. ¿Cuántas veces nos pide Jesús
que perdonemos? Luego lea Mateo 18:21-35.
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Bríndeles suficiente
autonomía como para que
tengan confianza

Así, permite que ya no nos juzguemos unos a


otros, sino que en su lugar resolvamos jamás po-
ner una piedra de tropiezo o un obstáculo en el
camino de otro... Déjanos buscar aquello que ayu-
da a la paz y a la edificación mutua.
(Romanos 14:13, 19)

Cuando los adolescentes se van de casa para asistir a la


universidad, aquellos que estuvieron bajo reglas estrictas
en casa, sin autonomía, generalmente terminan celebran-
do un poco demasiado. Aquellos a los que se les dio dema-
siada libertad, carentes de reglas o regulaciones, a menu-
do siguen festejando con el mismo espíritu. Aquellos que
vivieron con reglas y libertades que fueron establecidas en
la vida hogareña democrática, en la que el adolescente te-
nía autonomía, son los estudiantes que probablemente en-
cuentren el equilibrio adecuado. Ejercitan la mayor canti-
dad de disciplina y pueden destacar en los estudios.
Afortunadamente, muchos de nosotros sentimos re-
nuencia a dar a nuestros adolescentes demasiada libertad.
132 e. Peter Tassi/Filomena Tassi

Tememos que abusen de la libertad, pierdan el sentido de


la responsabilidad asociado con la libertad, y se dejen guiar
por sus instintos y deseos, carentes de cualquier pensamiento
racional. Cuando se nos da demasiada libertad a cualquie-
ra de nosotros, esto puede suceder. Aun como adultos, ne-
cesitamos estructura y parámetros. Muy pocos de nosotros
podemos manejar la libertad total. Necesitamos ser guia-
dos por los empleadores que son buenos líderes, que se
nos recuerden nuestras responsabilidades en casa, y ser
regulados diariamente por las leyes gubernamentales. Sin
estas guías, nuestras vidas se tornan confusas, caóticas y
destructivas. Muy pocos estamos completamente auto-
motivados, auto-regulados y auto-disciplinados.
Los adolescentes no son diferentes. No pueden ma-
nejar la libertad total. No sólo que esto traerá el caos y la
destrucción a sus vidas, sino que les da la impresión de
que su familia, la escuela y la iglesia realmente no se inte-
resan en su bienestar. Por lo tanto, los adolescentes necesi-
tan reglas, regulaciones, restricciones y expectativas esta-
blecidas para ellos. Las reglas deben ser creadas porque
nosotros nos preocupamos por ellos, y queremos proteger-
los. También queremos trabajar hacia la preservación del
bien común. Las reglas justas, creadas de manera demo-
crática, son señales de amor y preocupación.
La diferencia entre el mundo adulto y el mundo ado-
lescente es que-en el primero se nos da una voz para esta-
blecer las reglas y las restricciones. En el trabajo, tenemos
sindicatos que hablan por nosotros a fin de mantener li-
bertades justificadas. A un nivel gubernamental, tenemos
la libertad de votar y elegir a aquellos que nos representa-
rán y estarán atentos a nuestras opiniones y filosofías. En
el sistema judicial, tenemos el derecho a demandar o dis-
putar las injusticias o restricciones que nos imponen y a las
que consideramos injustas. En muchas situaciones, tene-
mos árbitros a nuestra disposición. A un nivel personal,
Bríndeles suficiente autonomía como para... + 133

por lo general tenemos una sociedad igualitaria con nues-


tros cónyuges en el establecimiento de las expectativas y
responsabilidades de la vida familiar. Los adolescentes no
disfrutan de ninguno de estos privilegios. De esta manera,
a menudo están limitados en su autonomía.
Cuando observamos cualquier imperio o reino de la
historia, vemos que las revoluciones y caídas eventuales
ocurrieron cuando la gente fue privada de su autonomía y
se le negó la voz. Los adolescentes se descubren a sí mis-
mos como receptores de reglas, regulaciones, restricciones
y expectativas impuestas. Tienen poca o ninguna voz en el
_ gobierno, la escuela, la sociedad o su hogar. No pueden
solicitar apoyo a un sindicato poderoso y, en la mayoría de
los casos, no contratarán a un abogado o árbitro para que
actúen en su defensa. Los políticos les prestan poca aten-
ción a los adolescentes, tal vez porque no votan y, aquellos
"que pueden, tienen un bajo porcentaje de presencia. Toda-
vía muy dependientes de la familia y la sociedad por nece-
sidades financieras y personales, se permiten estar sujetos
sin rebelión.
Algunos adolescentes, sin embargo, han estado bajo
una autoridad tan fuerte que corren el riesgo y se defien-
den. Esto podría suceder más a menudo con adolescentes
que han experimentado el abuso de autoridad en casa. La
autoridad expresada en un hogar a través de los gritos, los
insultos, las humillaciones y las críticas constantes, endu-
recerá a un niño. Cuando la autoridad no les permite ex-
presar sus opiniones o tener una voz en la vida, la respues-
ta de un adolescente se puede volver explosiva. Dejan de
temer a las consecuencias de la familia o la sociedad. Im-
pulsados por la ira y la frustración, se rebelarán y, al hacer-
lo, a menudo escogen un camino al desastre. Careciendo
del conocimiento y la sabiduría para tomar las decisiones
correctas y, al estar motivados por la ira, a menudo están
destinados al desastre.
134 +. Peter Tassi/Filomena Tassi

Debemos cambiar nuestros enfoques. Muchos jóve-


nes, ahora en la edad de la razón, están dotados de una
tremenda sabiduría y tienen todo el derecho a ayudar a
moldear y dirigir sus propias vidas. Tenemos que darles
un poco de libertad para que participen en el establecimien-
to de sus reglas, regulaciones y responsabilidades. Este
enfoque democrático les da su autonomía, control y auto-
ridad sobre sus propias vidas. El hogar, la escuela y la so-
ciedad, deberían otorgarles a los jóvenes una voz, tal como
hacen con los adultos. Cuando les entregamos este tipo de
autonomía a nuestros hijos, crearemos en ellos un sentido
más fuerte del ser, un enfoque más maduro a la vida y un
desarrollo más responsable e íntegro.
Estamos bien conscientes de la importancia entre el
equilibrio entre las leyes y las libertades; sin embargo, con
los adolescentes tendemos a olvidarlo. Ellos deben inter-
pretar un papel democrático en el establecimiento de estas
reglas y libertades. Tienen que tener este rol importante y
responsable en su hogar, escuela y comunidad.
Un adolescente de dieciocho años de edad dijo una
vez: “Puedo manejar un coche, que es el arma más letal de
nuestra sociedad. Se espera que logre calificaciones sobre-
salientes en la escuela, que tenga un empleo para costear
mis propios gastos y colegiaturas, me podrían enviar a la
guerra y podría dar la vida por mi país, pero no puedo
beber una cerveza hasta que no cumpla los diecinueve años
y no tengo opinión en cómo se maneja nada”. Ciertamen-
te, hay muchas contradicciones en nuestra sociedad, y nues-
tros adolescentes lo ven.
Cuando les damos a nuestros jóvenes más autonomía
en la dirección de sus vidas, en la toma de decisiones que
componen su mundo, crearemos a una generación adoles-
cente más fuerte y sana. Un sentimiento de autonomía
involucra más que dar forma al mundo externo del adoles-
cente. Tiene un efecto poderoso en el moldeo del interior
Bríndeles suficiente autonomía como para... + 135
E AAA A Ri e A bel

del individuo. Este sentimiento de autonomía trae consigo


un sentimiento de identidad, importancia y, más que nada,
de dignidad.
Cuando educamos y trabajamos con adolescentes, una
gran parte de lo que deberíamos hacer es escucharlos a
medida que descubren las respuestas. Alentarlos a dirigir.
Desafiarlos a tomarse libertades y responsabilidades y a
que moldeen sus vidas. Esperar que ellos creen las reglas
que regularán sus propias vidas. Cuando saben que sus
opiniones, valores y juicios son respetados, desarrollan un
fuerte sentido de la responsabilidad y, con esta libertad,
podemos trabajar juntos de manera democrática para lle-
gar a lo que es íntegro.
Una vez que les damos esta autonomía, ganan con-
fianza en sí mismos y en lo que tienen para ofrecer. Serán
contribuyentes más responsables y productivos, en lugar
que sólo receptores. Desarrollar este sentimiento de con-
fianza y responsabilidad a través de darles autonomía es
algo crítico. Es una experiencia frustrante encontrar a un
adolescente que tiene talento y habilidad tremendos pero
que carece de confianza. Todos los adolescentes tienen do-
nes, y ganar confianza ayuda a que éstos florezcan.

La escuela se preparaba para su “piensa rápido” anual, en el que


los estudiantes ayunan por treinta y cinco horas y pasan la noche en la
escuela. Es un evento durante la noche que generalmente congrega a
una multitud. Es tan exitoso que la cifra de participantes se limita con
anticipación. Los estudiantes eran atendidos por orden de llegada. Aman
este evento y lo esperan con ansias. El dinero que recaudan ayuda a
los pobres en países en desarrollo.
Fue mucho trabajo y no siempre lograba la asistencia de los estu-
diantes. Ayudaban con la planeación de actividades y la organización
general de eventos que se llevan a cabo durante las treinta y cinco
horas.
Un año tuve un estudiante que me dijo que estaría dispuesto a
hacerse cargo en mi lugar. Organizaría todo el evento. Lo pensé por un
momento y luego acepté.
136 + Peter Tassi/Filomena Tassi
e 5 55 5 55 _-=-_———

Cuando se fue, comencé a preocuparme y me pregunté: “¿Cómo


podrá lograr todo lo que hace falta hacer él solo? ¿Cómo podía estable-
cer las reglas, tomar las decisiones y organizar todo el evento?” Estaba
seguro de que esto estaba más allá de su habilidad o de la de cualquier
otro estudiante. ¡Si apenas podía manejar la tarea yo mismo que soy
adulto!
Este estudiante rie probó que estaba equivocado. Organizó todo
el evento y no hubo ni una falla. Los estudiantes dijeron que el evento
había sido el mejor de todos los tiempos. Las actividades fueron fantás-
ticas, las reglas fueron razonables y la atmósfera fue disfrutable. Que-
dé muy sorprendido.
Esta experiencia me reveló que dudé cuando no lo tendría que
haber hecho. Estaba renuente a darle a este estudiante y su equipo la
flexibilidad y el poder de tomar sus propias decisiones y dirigir el even-
to. El estudiante, sin embargo, sabía cuándo necesitaba mis consejos y
venía a verme antes de tomar decisiones. Le di autonomía y esto le dio
confianza. ¡Los resultados fueron increíbles!

Todo adolescente y adulto merece y necesita confian-


za. Todos necesitamos tener confianza en nosotros mismos
y en nuestras habilidades. Requerimos del valor para co-
rrer riesgos en la vida, para intentar nuevas aventuras, para
explorar diferentes caminos y para hacerlo con orgullo y
confianza. La confianza y el valor son ingredientes indis-
pensables para el éxito. Parte de ese valor y confianza será
impartido cuando les demos a nuestros adolescentes la li-
bertad y la autonomía para comenzar a moldear su mundo
antes de la adultez.
Usted puede tener dos adolescentes con el mismo ni-
vel de inteligencia, pero es el estudiante con confianza el
que destacará. El estudiante al que se le dio autonomía so-
bre su vida y que ha tenido un papel activo en moldear su
vida será el exitoso.
Una vez que les da valor y confianza a los hijos y estu-
diantes al apoyar sus dones y darles autonomía, ellos triun-
farán. Podemos entonces avanzar hacia desafíos más difí-
ciles que facilitan más libertad y autonomía. Aun si tenemos
Bríndeles suficiente autonomía como para... + 137

que ayudar un poco tras bambalinas, lo hacemos para ase-


gurar que triunfen. A medida que se desarrolla su confian-
za, se volverán más independientes y audaces. Este es un
buen momento para recordarles que una persona nunca es
un fracaso a no ser que renuncie.
Desarrollar la confianza e impartir autonomía es críti-
co para empoderar a los jóvenes para que desarrollen todo
su potencial. La diferencia en su habilidad es sorprenden-
te una vez que saben que su opinión será valorada y utili-
zada para dar forma a su mundo.

Querido Dios:
Déjanos ver a nuestros adolescentes como personas
poderosas y valiosas más allá de toda medida.
Permítenos ver las grandes contribuciones
que pueden hacer para hacer de este mundo un
lugar mejor.
Ayúdanos a aprender sobre ellos,
íntima y cuidadosamente para poder proveerlos
de la autonomía y confianza en sí mismos
que les permita sobresalir.
Amén.

Consejos prácticos
+ Recuerde que nuestros jóvenes son sabios y que a me-
nudo pueden ver a través de las cosas que nublan la
mente adulta.
e Incluya a los jóvenes al formular las reglas que go-
biernas sus vidas.
+ Haga que lajuventud forme parte del proceso de toma
de decisiones y estarán más dispuestos a hacerse car-
go y aceptar las consecuencias.
138 e Peter Tassi/Filomena Tassi

Puntos para reflexionar


e ¿Cuándo fue la última vez que sus hijos o estudiantes
dieron sus aportes al establecer las reglas, hora de lle-
gada o expectativas?
¿Valora y respeta los aportes de nuestros jóvenes? ¿Es-
cucha y toma en cuenta sus comentarios y sugeren-
cias?
¿Cómo se siente cuando está sujeto a una decisión para
cuya toma no fue consultado? ¿Cómo se siente cuan-
do fue consultado y claramente sus comentarios no
fueron tomados en cuenta?

Ejercicios espirituales

Ejercicio Uno

mA Dígales a sus estudiantes que para este ejercicio ellos


serán los responsables de crear y dirigir su propia es-
cuela.
. Pídales que, como clase, establezcan las reglas y
lineamientos más importantes para asegurar que la
escuela se dirija con justicia y bien. (Deben hacerlo
solos. Usted, como maestro, simplemente observará.)
. Pídales que califiquen y enumeren las cinco reglas y
lineamientos más importantes.
. Al final del ejercicio, usted participa en la discusión.
Hable con ellos sobre cuáles puntos podrían imple-
mentarse en el salón a la semana siguiente. Llegue a
un acuerdo con ellos (asegúrese de estar escuchando
y aceptando los aportes). Asegúrese de que el plan
incluya consecuencias y castigos por las violaciones.
Bríndeles suficiente autonomía como para... + 139

5. Cuando termine la semana, discuta la experiencia.


¿Cómo funcionó? ¿Sintieron que fue justo? ¿Pudieron
apegarse al plan?

Ejercicio Dos

Este es un ejercicio que se puede utilizar para romper el


hielo y desarrollar la confianza. Tiene el objetivo de hacer
que los estudiantes se sientan cómodos en dato El confort
desarrolla la confianza.

1. Todos los participantes forman un círculo.


2. La primera persona comienza por decir su nombre.
3. La segunda persona del círculo repite el nombre de la
primera y añade su nombre. Por ejemplo: “Ella es Katie
y yo soy Patrick”. También puede pedirles a sus estu-
diantes que aplaudan y que mantengan el ritmo du-
rante las respuestas. Cada persona debe decir los nom-
bres de todos los que lo dijeron antes. Usted completa
esto para todo el círculo. Si un estudiante no puede
recordar un nombre, la persona cuyo nombre fue ol-
vidado puede ayudar.
4. Luego usted comienza de nuevo, y esta vez, cada per-
sona añade una palabra que describa una característi-
ca personal. La palabra que usen deberá comenzar con
la misma letra de su primer nombre. Por ejemplo: Dora
la Dulce, o Blas el Bromista. El círculo continúa en el
mismo formato, donde la persona que sigue debe re-
petir las respuestas de todos los anteriores.
5. Una vez que termine, añada una vuelta más. Esta vez,
cada persona dice su nombre, su característica y aña-
de una acción o gesto —lo que puede querer decir cual-
quier cosa tan sencilla como hacer una señal de la paz,
una cara chistosa, o utilizar espontáneamente los ob-
jetos que haya a la mano. Algunos estudiantes son más
140 +. Peter Tassi/Filomena Tassi

expresivos, con pasos de baile, o más. La siguiente


persona, nuevamente, repite todas las respuestas y
gestos de los que hablaron antes y luego añade el pro-
plo.

Las primeras dos vueltas son muy graciosas y funcio-


nan mucho mejor que los rompe hielos tradicionales. La
tercera, por supuesto, es la más graciosa y une a la clase en
un “grupo” real.
Conclusión

Luz y esperanza

“Puedo hacer todas las cosas a través de Él [Cris-


to] que me fortalece.”
(Filipenses 4:13)

Usted está en esta jornada con sus hijos o estudiantes por-


que Dios lo ha llamado. Usted se ha tomado el trabajo de
leer y trabajar la fórmula que se presenta en este libro por-
que se interesa. Sabe que Jesús está con usted en cada paso
del camino. Como resultado, debe estar lleno de esperanza
y confianza.
El sufrimiento y la dicha son solamente dos lados de
la misma moneda, íntimamente conectados de una mane-
ra misteriosa y espiritual. Mientras sufrimos en nuestra
lucha y deseo de elevar a nuestros estudiantes e hijos, sa-
bemos que nuestro cuidado, interés y amor por ellos tie-
nen resultado. Esto es comprensible, lógico y razonable.
Tenemos que poner esto en perspectiva y jamás permitir
que nos consuma, nos conquiste o nos supere.
Jesús nos habla directamente cuando dice: “Vengan a
mí, todos ustedes, que están cansados y que llevan cargas
pesadas, y yo les daré descanso. Tomen mi yugo con uste-
des, y aprendan de mí; porque son amables y humildes de
corazón, y encontrarán descanso para sus almas. Porque
mi yugo es fácil y mi peso es ligero” (Mateo 11:28-30).
142 +. Peter Tassi/Filomena Tassi

Dios los ha llamado a usted y a sus hijos para que sean


la luz del mundo. “Ustedes son la luz del mundo. Una ciu-
dad construida en una colina no puede esconderse. Nadie,
después de encender una lámpara la pone bajo un canasto,
sino sobre una mesa, y ésta alumbra toda la casa. De la
misma manera, dejen que su luz brille ante los otros, para
que ellos puedan ver sus buenas obras y darle gloria a su
Padre en el cielo” (Mateo 5:14-16). Cuando desarrollamos
a nuestros hijos y estudiantes nos desarrollamos nosotros
mismos. Traemos luz al que, a menudo, es un mundo oscu-
ro. ¡Siempre tenemos que trabajar para dejar que la luz bri-
lle!

Al dejar la misión en México, las hermanas señalaron la puerta de


mi cuarto y dijeron:
“Peter, ¿ves esa puerta? ¡Siempre estará abierta para ti!”
La puerta siempre está abierta para nuestros adolescentes, y
adentro hay un lugar en el que ellos pueden encontrar su hogar, descu-
brir cuán grandiosos son y tener una oportunidad para cambiar el mundo.

Concluimos nuestro viaje con esta plegaria (en la pá-


gina siguiente) escrita en el primer aniversario del marti-
rio del Arzobispo Oscar Romero (y a menudo erróneamente
atribuido a él). Como dice la plegaria, que continuemos
reconociendo que tal vez no podamos hacerlo todo. Sin
embargo, hay grandeza en lo que podemos hacer, intentan-
do hacer que aflore la grandeza en nuestros adolescentes.
Conclusión + 143

“Profetas de un futuro que no es nuestro”


Una reflexión sobre el martirio
del Arzobispo Oscar Romero

Dar un paso atrás y observar de lejos ayuda ahora, y


ayudó entonces.

El reino no sólo está más allá de nuestros esfuerzos,


hasta está más allá de nuestra vista.
En nuestra vida logramos sólo una pequeña fracción
de la magnífica empresa que es la obra de Dios.
Nada que hagamos está completo, lo que es una
manera de decir que el reino siempre está más allá
de nosotros.

Ninguna declaración dice todo lo que se podría


decir.
Ninguna plegaria expresa toda nuestra fe.
Ninguna confesión trae la perfección.
Ninguna visita pastoral trae la integridad.
Ningún programa logra la misión de la iglesia.
Ningún grupo de metas y objetivos lo incluye todo.

De eso se trata.
Plantamos semillas que algún día crecerán.
Regamos las semillas ya plantadas, sabiendo que son
una promesa futura.
Sentamos bases que necesitarán más desarrollo.
Proveemos de levadura que produce más allá de
nuestras capacidades.

No podemos hacerlo todo, y hay un sentimiento de


liberación cuando nos damos cuenta.
Esto nos permite hacer algo, y hacerlo muy bien.
144 +. Peter Tassi/Filomena Tassi

Tal vez esté incompleto, pero es un comienzo,


un paso en el camino,
Una oportunidad para que la gracia del Señor entre
y haga el resto.
Tal vez nunca veamos los resultados finales, pero
esa es la diferencia entre el jefe de obras y el peón.

Nosotros somos peones, no jefes de obra; ministros,


no mesías.
Nosotros somos profetas de un futuro que no nos
pertenece.
Ken Untener, Obispo de Saginaw, fallecido en 2004

¡Que Dios lo bendiga!


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