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“Viento del mar” (Gabriel)

Yo misma me levanto, me alzo escaleras arriba, canto. Aprovecho que Andrew ha


salido a observar la tormenta que está revolviendo el mar. Necesito pastorear su
cuadro. Quiero peinar las fibras del aire que entran por la ventana y juegan con las
golondrinas de ganchillo, que han vuelto a volar.
Necesito cuidar de Andrew, de su cuadro, del prado por el que he gateado esta
mañana, quiero cuidar de todo porque, de esta forma, todo cuidará de mí. Sé que esas
hojas de hierba me necesitan, que hostigo las nubes que pasan rápidas, que soy
imprescindible para que se mantenga el vuelo de los pájaros a través del viento que
llega del mar, que, sin mí, Andrew estaría perdido.

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