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BACHILLERATO TEOLÓGICO
HISTORIA DE LA TEOLOGÍA
Pbro. Dr. Jesús Ma. Aguiñaga Fernández
G R U P A L
Ciudad de México, 08 diciembre 2019.
1
Í N D I C E
V. REPRESENTANTES 8
2. TEOLOGÍA MONÁSTICA
(PRE ESCOLÁSTICA O CAROLINGIA) (S. XVIII-XI) 9
V. REPRESENTANTES 12
V. REPRESENTANTES 17
2
VI. APORTACIÓN DE ESTA TEOLOGÍA A LA TRADICIÓN Y
A LA VIDA DE LA IGLESIA. 17
V. REPRESENTANTES 21
V. REPRESENTANTES 27
3
IV. FUENTES QUE UTILIZA 31
V. REPRESENTANTES 32
V. REPRESENTANTES 38
V. REPRESENTANTES 44
9. B I B L O G R A F Í A 51
10. C O L A B O R A D O R E S 52
4
1.TEOLOGÍA PATRÍSTICA (S. II-VII)
I. INSTRUMENTOS, CONCEPTOS Y MÉTODOS QUE DIERON
ORIGEN A ESTA TEOLOGÍA
1 Cf. J. L. ILLANES – J.I. SARANYANA, Introducción en Historia de la teología, Madrid 1995, XVII-XVIII.
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de pensamiento, escuelas, controversias y representantes ideológicos de cada una
de ellas2.
2 Cf. José Alberto HERNÁNDEZ IBÁÑEZ, Patrología didáctica, Verbo Divino, Estella 2018, 29.
3 Cf. E. VILANOVA, Historia de la Teología Cristiana, Herder, Barcelona 1987, 138.
6
después del NT y la edad apostólica. No hay que olvidar la figura del teólogo en la
época patrística, ya que a los Padres de los dos primeros siglos son “teólogos”, su
teología a la cual podemos llamar kerigmática y confesional, es la Gnosis
(conocimiento) que es demostración firme y segura de lo que se recibe por la fe.4
4 Pbro. Dr. JoséMa. AGUIÑAGA FERNÁNDEZ, Apuntes de Historia de la teología, Seminario Mayor de San
Juan de los Lagos, ad asum privatum, pro manuscipto, San Juan de los Lagos 2019, pp. 1-13
7
nada menos que Las Sagradas Escrituras, porque la relación estrecha entre la
lectura de la Biblia y la reflexión posterior sobre los datos de la fe cristiana es: el
biblicismo de los Padres. Es por eso que la Biblia se convierte en un elemento muy
importante después del segundo siglo, sobre todo a partir de Orígenes. Hay que
resaltar que toda teología cristiana antigua tiene su fundamento en las Sagradas
Escrituras, de allí la afirmación: la teología patrística es una teología bíblica.6
V. REPRESENTANTES
8
maestro, brillante teólogo. Su obra teológica fue inmensa, ejemplo de las Hexapla
es, sin duda, la obra más famosa de él, se encuentra una empresa monumental de
crítica filológica del texto bíblico de la traducción de los setenta, tamtien san
Jerónimo enumera más de 300 títulos de los libros…por el Demetrio de Alejandría.
Enseguida alcanzó un alto nivel científico en filosofía y por su método alegórico en
exégesis. Aquí la aportación más importante a la Iglesia podría decirse en cierta
manera que nació la Teología como saber científico, de la mano de Clemente y de
Orígenes. La escuela de Antioquía, un poco posterior, fue dirigida inicialmente por
Luciano de Antioquía y tuvo entre sus principales representantes en el siglo IV a
hombres de la talla de Teodoreto de Ciro y san Juan Crisóstomo. No llegó a la
altura de la de Alejandría, pero su labor fue también muy considerable.
San Agustín de Hipona, por la gran amplitud de su obra literaria más de mil
obras… porta una originalidad al desarrollo de la teología sin comparación. Agustín
es el primero que logra articular un sistema teológico coherente y bastante
completo, utilizando una filosofía de corte platónico. Para san Agustín el
conocimiento de los misterios Fe debe ir inseparablemente unido a la
contemplación de Dios caridad. Agustín es un consumado exegeta; aparte de
numerosas obras de comentarios a libros concretos de la Biblia, todo su trabajo
teológico está impregnado de citas y desarrollos a partir de textos escriturísticos.
San Jerónimo, cuya su contribución a la teología y a la iglesia se debe
particularmente a sus estudios bíblicos, de una competencia científica muy
elevado. Él que puso la Biblia en el centro de su vida: la tradujo al latín, la comentó
en sus obras y, sobre todo, se esforzó de vivirla.
2. TEOLOGÍA MONÁSTICA
(PRE ESCOLÁSTICA O CAROLINGIA) (S. XVIII-XI)
I. INSTRUMENTOS, CONCEPTOS Y MÉTODOS QUE DIERON
ORIGEN A ESTA TEOLOGÍA
Conceptos
La denominación Teología Monástica es de época reciente y con ella se intenta
designar la teología realizada por los monjes, pero, sobre todo, un estilo propio de
teologizar característico de este período pre-escolástico, el cual presenta rasgos
parecidos a la teología oriental, más espiritual y mística. Tal teología tenía lugar
9
fundamentalmente en los Studia o Escuelas monásticas de las abadías
altomedievales.
Durante esta etapa intermedia entre la patrística y la escolástica se hace
presente una viva conciencia de transmitir la valiosa herencia patrística a la
posteridad, la herencia de los Antiqui: los teólogos son ante todo continuadoras y
transmisores. Se ha concluido un período creador cuya herencia es necesario
conservar, se percibe a las claras una voluntad general de asimilar el rico legado
patrístico y entregarlo a las generaciones medievales, más que innovar.
Instrumentos y métodos
La gran veneración y respeto con el que se recibe el legado patrístico,
conservándolo a través de copias manuscritas realizadas con todo cuidado en los
monasterios (labor iniciada ya por Casiodoro en los monasterios de Calabria).
Gracias a esta inmensa labor de los monjes, todo el patrimonio patrístico será
preservado de su desaparición en las bibliotecas monásticas. Serán obras típicas de
este período las «cadenas» y «florilegios» de textos patrísticos, que serán
ampliados en el período siguiente con las obras de Sentencias de los Santos Padres.
Junto a todo ello también se hereda y se transmite en este momento una
parte importante de la cultura clásica contenida en el plan de estudios del Trivium
y el Quadrivium que llegan a través de Boecio y Casiodoro. Reviste especial
importancia para la teología posterior la conservación de la lógica aristotélica
traducida del griego por Boecio, que constituye la primera recepción de Aristóteles
en Occidente (la así llamada, lógica vetus) se trataba de una parte significad. del
Organon del estagirita, cuyo conocimiento se completará en los siglos XII y XIII.
10
III. GESTIÓN DEL DIALOGO FE-RAZÓN
Abría que partir como lo expresa E. Bertola7, que la teología monástica sería
una scienza del cuore, ordenada a la acción, con las notas de existencialismo,
humanismo, subjetivismo y filosofía de lo concreto. Por ello, en el claustro se hace
teología en función de una experiencia monástica, afirma Vilanova, en que andan
juntos la búsqueda de la verdad y el esfuerzo por la perfección. La teología
monástica 8 habla en imágenes y comparaciones extraídas de la Biblia y que
incluyen al mismo tiempo la riqueza y la oscuridad propias del misterio a que se
aproximan.
La gestión del dialogo fe-razón se palpa en uno de los preescolasticos
Anselmo de Canterbury9, figura en cuanto a la gestión de la fe-razón de la teología
monástica, ya que el intenta demostrar la existencia de Dios a partir de la fe en
Dios, con un razonamiento independiente de la autoridad de la Sagrada Escritura o
de la tradición patrística. El argumento es una razón necesaria, como
argumentaciones estrictamente racionales, de carácter apodíptico, que no admiten
ninguna réplica, y que se llevan a cabo en el interior de la propia fe, una vez
supuesta la fe. Lejos de demostrar la fe misma, lo que intentan es demostrar a la
razón que antes, con su acto de fe, no ha cometido una infracción de las leyes del
razonamiento, es decir, que no ha procedido de un modo absurdo10. En base a lo
anterior, Anselmo desarrollo cuestiones teológicas donde fe y razón interactúan
como la Trinología, soteriología, mariología, libertad y gracia, etc.
7Cfr. Evangelista VILANOVA, Historia de la Teología Cristiana. De los Orígenes al siglo XV, Herder,
Barcelona 1987, 365.
8 Ibid., 374.
9 Cfr. Jose ILLANES-SARANYANA Josep, Historia de la Teología, BAC, Madrid 1995, 18.
10 Ibidem.
11Cfr. David FLURIACH, La teología monástica: un itinerario eclesial. Cristo y el Dios de los cristianos.
Hacia una comprensión actual de la teología, XVIII Simposio Internacional de Teología de la Universidad de
Navarra, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Navarra 1998, 95-103.
11
imágenes y en comparaciones que son transcritas de la Biblia; la tratan con respeto
y se acercan a ella con un método preciso. En la atenta lectura de la Biblia, la
teología monástica usa el simbolismo y la alegoría. La Palabra que contiene la
Escritura se prolonga en una palabra interior, una experiencia propia que resulta
particular en cada uno. De tal manera que la teología monástica nace de aplicar el
método de la lectio divina a la Palabra de Dios.
La mayoría de los teólogos de esta época, sabios o no, comulgaron en una
misma idea de la Escritura, que a sus ojos era consubstancial a su fe12 . Más allá de la
simple ciencia exegética, es decir, de la búsqueda del sentido de la Escritura, hay
también un esfuerzo de comprensión de la fe, cuyo análisis más penetrante y
objetivo, por el hecho de su recurso directo a las fuentes. Las diversas facetas
teológicas de la época se muestran en el claustro, como la collatio monástica no
como una lectio magistral, proviniendo de una fuente común, pero con una
metodología propia.
Se puede afirmar que la existencia de una teología monástica bíblica13, es
decir, de una teología que tiene su primer fundamento en la palabra de Dios: se la
podría definir simplemente como la teología de la primacía de la Biblia.
V. REPRESENTANTES
Rabano Mauro
12 Cfr. VILANOVA, Evangelista, Historia de la Teología Cristiana. De los Orígenes al siglo XV, 362.
13 Ibid., p. 363.
12
para todos los libros bíblicos del AT y del NT, con una finalidad claramente pastoral.
Un gran compilador de "Penitenciarios".
Odón de Cluny
Odón fue el segundo abad de Cluny. Había nacido hacia el 880, en los
confines entre Maine y Turena, en Francia. Profundiza en la Regla de san Benito, se
subrayar en Odón la "virtud de la paciencia", entre otras virtudes como el
menosprecio del mundo, el celo por las almas y el compromiso por la paz de las
Iglesias; merece particular mención la "devoción" al Cuerpo y a la Sangre de Cristo.
A pesar del realismo de su diagnóstico sobre la situación de su tiempo, Odón no se
rinde al pesimismo. En cuanto a su aportación teológica, ha sido un verdadero guía
espiritual tanto para los monjes como para los fieles de su tiempo, amaba
detenerse en la contemplación de la misericordia de Cristo. No dejaba de ejercitar
como "fuente sobreabundante", el ministerio de la palabra y del ejemplo, "llorando
este mundo como inmensamente mísero"; trasluce su amor por la interioridad, una
visión del mundo como realidad frágil y precaria de la que hay que desarraigarse,
una inclinación constante al desprendimiento de las cosas consideradas como
fuente de inquietud; y valora la vida interior abierta al otro, al amor por el prójimo,
y precisamente así transforma la existencia y abre el mundo a la luz de Dios.
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3. TEOLOGÍA ESCOLÁSTICA (S. XI-XII)
(PRIMERA ESCOLÁSTICA)
I. INSTRUMENTOS, CONCEPTOS Y MÉTODOS QUE DIERON
ORIGEN A ESTA TEOLOGÍA
La teología escolástica acoge la filosofía y la ciencia griega, árabe y judía más que
la teología monástica. Dentro de la escolástica hay dos tendencias: * recibir a San
Agustín y su herencia del neoplatonismo (autor tipo: San Buenaventura) *
concepción que busca una elaboración de la teología de modo científico (autor
tipo: Santo Tomás)
El Papa Celestino V (1294), de carácter débil, había renunciado a los pocos meses de
ser elegido. 3. El Imperio germánico se había debilitado mucho con la muerte de
Federico II Hohenstaufen (+1250) y poco después se extinguía esta dinastía
alemana (1268), iniciándose así la presencia de los monarcas franceses en el sur de
Italia y su intromisión en los asuntos pontificios. 4. Los conflictos entre el papa y el
emperador, que habían comenzado a mediados del siglo XII, fueron ahora
sustituidos por los conflictos entre el papa y el rey de Francia.(p. 81)
14
formación religiosa no en una escuela, bajo un escolástico, por medio de la
quaestio, sino individualmente, bajo la dirección de un abad, de un padre espiritual,
por la lectura de la Biblia y los Padres. De tendencia contemplativa. Las escuelas de
los clérigos son muy diferentes. En ellas nace la Teología Escolástica. Los hombres
del siglo XII tuvieron conocimiento claro de esta distinción. Los medios monásticos
y escolásticos no están habitualmente en oposición, presentan contraste, pero
están en relación el uno con el otro. La Escolástica trata de un saber, y el medio
para alcanzarlo era la quaestio. Se definen términos y se proponen divisiones. En el
método monástico, el objeto es el discurso contemplativo. No está ordenado a la
ciencia, sino a la espiritualidad, exige se sobrepasen los medios racionales. Supone
un don de Dios, una gracia. El que enseña es Dios. Es a Él a quien hay que orar. No
hay teología sin oración.» (J. Leclercq, Cultura y vida cristiana.
A finales del siglo XI, principios del XII, hay ya dos tendencias, una más
contemplativa y otra más intelectual. De esta segunda nace la Escolástica. San
Anselmo de Canterbury será el último intento de unión. Poco a poco se separarán
cada vez más. Monásticos s. XII Intelectuales s. XII - San Bernardo - Anselmo de
Laón - Guillermo de Saint-Thyeri - Gilberto de Poitier - Ruperto de Deutz - Pedro
Abelardo - Arnaldo de Bonnevall - Pedro Lombardo - Hugo de San Víctor - Alain de
Lille - Isaac de la Estrella - Pedro el Venerable Hay diferencias entre las dos
tendencias: en las fuentes y, en la mayor o menor conexión con oriente en la
tendencia contemplativa. Los monjes no desconocen la teología escolástica.
15
III. GESTIÓN DEL DIALOGO FE-RAZÓN
Para finalizar esta gestación es necesario mencionar que el diálogo entre fe y razón
se concentró en las aulas de las universidades donde los teólogos profundizan
sobre el dato revelado en la filosofía retomando particularmente a Platón y
Aristóteles.
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V. REPRESENTANTES
Representantes
- San Anselmo de Canterbury
- San Pedro Abelardo
Aportaciones en la teología y de la vida de la Iglesia
Pedro Abelardo
17
particulares (y en esto Abelardo se acerca a los nominalistas) el conocimiento vago
que proporcionan los conceptos universales también tiene un fundamento real.
Como puede verse, la postura de Abelardo es muy semejante a la de Aristóteles
(salvo en valorar más el conocimiento de lo particular que de lo universal).
A mediados del siglo XII comenzaron a conocerse otros escritos aristotélicos que
constituyeron la lógica nova. Con esta irrupción de los escritos lógicos del
Estagirita se difunde también la Física, los tratados sobre la generación, sobre el
cielo, sobre los meteoros, sobre el alma.
En este periodo viene una serie de conceptos que son los que van a llevar a la
escolástica a desarrollar sus métodos. Los conceptos son: desarrollo dogmático
filosófico, Dios creador, el bien, la verdad, el hombre, la gracia en general, los
18
ángeles, la esencia divina, Dios Trino, Dios en sí mismo, la encarnación del verbo, la
moral. Prevalece el esquema bíblico cronológico y el esquema filosófico dual.
Los diferentes autores de esta época van desarrollando su propio método, lo cual
da origen a esta época. Pero la base en la que la mayoría de estos autores se basa,
es sobre la filosofía de Aristóteles. Durante y después de la edad medieval hubo un
gran crecimiento intelectual, por el cual vienen las universidades y con ello la
ciencia, esto da pie a que algunos de los representantes de esta época (Santo
Tomás, San Buenaventura, San Alberto Magno) comienzan a responder a todas las
interrogantes y filosofías. También se hace filosofía partiendo siempre de la
filosofía de Aristóteles.
Es una época que nos va a conectar con el siglo de oro de la edad media o de la
escolástica, que es la madurez de la edad media. En la alta escolástica: tenemos
síntesis, summas. Hay una incidencia por el racionalismo. Surgen las órdenes
mendicantes. Aparecen los teólogos en las universidades. Surge un nuevo método
para hacer teología: La Lectio, la Questio y la Disputatio. Es un método dialectico.
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La teología monástica era una continuación de la lectio divina. El maestro
procuraba meter el alma de los discípulos el fruto de su experiencia espiritual,
construyendo la teología no como una ciencia en sentido estricto, según los usos
de la dialéctica aristotélica, sino como una ciencia del corazón. Sin embargo, el gran
desconocimiento de las cuestiones metafísicas, produjo un gran desarrollo de la
lógica. Se realiza amplios comentarios a la Sagrada Escritura.
Por lo tanto, se podría hablar de una veneración latréutica, que sería propia
de Dios, o latría en sentido absoluto o simple; y también se podría hablar de una
prosqínesis de honor o prosquínesis timetiqué, que se daba a los santos y a las
imágenes. En los libros carolingios se impugna todo culto a las imágenes, incluso
culto relativo, y solamente se permitía el culto de ellas. En el Concilio de Frankfurt
condena la “adoración” e incluso al Concilio de Nicea; a finales del siglo IX, la
polémica había terminado.
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d) Controversia eucarística: Se desarrolla a mediados del siglo IX; comenzó
cuando el monje Pascasio Radberto, escribió en 831 un opúsculo titulado de
corpore et sanguine Domini; Ratramino de Corbie, escribe una obra con el mismo
título; en él se defiende la identidad entre el cuerpo histórico de Cristo y su cuerpo
eucarístico, y al mismo tiempo se sostiene que hay una diferencia entre el modo de
ser y de estar o de ser de Cristo cuando vivía en palestina. Sin embargo, Ratramino
no comprendió el alcance de su doctrina y pensó que al afirmar la identidad
sustancial entre el cuerpo histórico y el cuerpo eucarístico se estaría cayendo en el
error cafarnaítico, en alusión al pasaje de san Juan (Jn 6,60-66).
V. REPRESENTANTES
21
Guillermo de Auxerre, Alejandro de Hales, Felipe el canciller quienes elaboraron
sumas independientes a la de las sentencias de Pedro Lombardo.
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5. TEOLOGÍA ESCOLÁSTICA (BAJA ESCOLÁSTICA) (S. XIV-XV)
(CRISIS DE LA TEOLOGÍA ESCOLÁSTICA MEDIEVAL)
I. INSTRUMENTOS, CONCEPTOS Y MÉTODOS QUE DIERON
ORIGEN A ESTA TEOLOGÍA
23
Qatalina de Siena; pero ninguno de ellos impugnó las estructuras de la Iglesia,
ninguno quiso ir en contra de la dirección señalada por la reforma gregoriana. El
final del siglo XIV va mucho más allá que la época de Aviñón en el análisis del mal y
en los proyectos terapéuticos; esta época fue tan radical en ese sentido que pareció
que quería modificar la misma constitución de la Iglesia.
Este término reforma, en las circunstancias de la época hacen que esté
constantemente asociado a la idea del cisma. Por otra parte, dado que la idea
conciliar se relaciona estrechamente con la preocupación del cisma, la palabra
reforma está siempre en relación con la mención de los concilios, ya que éstos son
efectivamente y ante todo concilios reformadores: el de Constanza y el de Basilea.
En ese período se opera un despertar que no consiguió reconstruir
suficientemente, a lo largo del siglo XV, ni la vida ni el pensamiento cristianos. Este
despertar se suele denominar con el término polémico de prerreforma; porque
después llegó la Reforma, la que dividió la Iglesia, porque procedía de la dislocación
parcial de las condiciones de salvación en la Iglesia, pero también, ocasionalmente,
porque la pusilanimidad intelectual e institucional de los dirigentes responsables
no supo detectar a tiempo, mesurar y satisfacer las necesidades; pretendían
moralizar al enfermo sin rehacer las fuerzas de su organismo. Savonarola tuvo que
sufrir la hoguera (1498). Quince años después llegó Lutero.
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o al menos patrística, cerrar el paréntesis que a los propios ojos representaba la
escolástica y limitarse a una teología meramente positiva. Pero, en realidad, la
revolución de Wiclef va más allá: desconoce que la Iglesia transmite íntegramente
el mensaje y rechaza las mediaciones propias de la comunidad. El tema tiene un
alcance eclesiológico.
Wiclef publicó, también en 1378, su tratado De Ecclesia, el más importante
de los que escribió. Hay en esta obra una dura crítica a la Iglesia de los clérigos. Al
ser inculpado por la jerarquía, sólo podía escapar de la sentencia negando a los
jueces el derecho a condenarlo. Pero, más allá de esta tesis oportunista, Wiclef no
quiere que los fieles identifiquen Iglesia y clero; cae así en el «clericalismo» que
insistía en el papel mediador de la jerarquía hasta llegar a olvidar el contacto
personal con Dios. Por otra parte, buscando fórmulas decisivas, define a la Iglesia
como universitas praedestinatorum. Así, para corregir lo que en la Iglesia de su
tiempo había de demasiado humano y arrancarla de ese mundo sensible en la que
tendía a hundirse, Wiclef sacrifica el elemento visible de la Iglesia, de suerte que su
carácter sobrenatural aparezca más claro. Después descubre, una tras otra, las
consecuencias de una concepción de esa índole, que afecta a la institución
pontificia, los sacramentos, las indulgencias. Sobre la eucaristía, su pensamiento es
fluctuante: admite, al parecer, la presencia real, pero concilia mal la
transubstanciación con la filosofía realista. Respecto a la confesión, recomienda la
confesión pública y niega a los presbíteros en pecado mortal el derecho a perdonar
las faltas.
En 1378, la muerte de Gregorio XI y el cisma retrasaron la represión de sus
doctrinas. La gran actividad de Wiclef se sitúa en esta época hasta 1382. Durante
cierto tiempo, las circunstancias favorecen su causa reformista: el escándalo que
para la cristiandad representa el cisma le permite, después de un corto período de
admiración por Urbano VI, ataca violentamente la persona de dicho pontífice, y
después la misma institución del papado.
Al final de su vida sufrió un ataque de parálisis (1382) que no le impidió, sin
embargo, una intensa actividad literaria.
Parece que sus numerosos escritos, muchos de ellos inéditos aún, no
tuvieron ninguna influencia directa sobre Lutero.
25
III. GESTIÓN DEL DIALOGO FE-RAZÓN
Diálogo fe y razón
Fuentes
26
Media, tiene su punto culminante en la crisis del Gran Cisma de Occidente
(concilios de Constanza y Basilea) y Pisa (1511) por Luis XII de Francia contra el
Papa Julio II.
V. REPRESENTANTES
REPRESENTANTES:
En el siglo XIV aparecería Juan Duns Escoto (1266-1308), franciscano escocés; y
Guillermo de Ockham (1290-1349), célebre por su principio de “La navaja
de Ockham”.
Por un lado, Duns Escoto observará que la demostracion tomista "a posteriori" del
efecto a la causa, no es verdaderamente demostrativa y que muchas verdades de fe
quedan fuera de su alcance. El número de proposiciones teológicas
indemostrables se multiplica considerablemente, desde la existencia misma de
Dios hasta los mandamientos de la ley de Dios. La teología deja de ser
considerada una verdadera ciencia ya que es incapaz de demostrar su
afirmaciones fundamentales, convirtiéndose en un saber "práctico" que conduce al
hombre hacia la salvación eterna.
27
cognoscibles sobrenaturalmente), infundidos por Dios en el intelecto. La teología
quedaba, de este modo, desposeída casi totalmente de objeto propio, lo cual
implicaba la inauguración de una nueva época.
El paso de la historia medieval a la historia moderna está marcado por tres hechos
capitales: el primero se presenta en el plano económico-social, el segundo, más
estrictamente político y el tercero se sitúa en el plano estrictamente espiritual, el
cual, consiste en la irrupción de una nueva concepción de la vida y de una nueva
civilización, que se conocen con el nombre de Humanismo y de Renacimiento14.
En Occidente durante el siglo XIV se da un profundo cambio cultural, conocido
como Renacimiento, y por su versión literaria, el Humanismo. El Renacimiento
mira hacia el pasado clásico auténtico como modelo de reforma, pero también es
un movimiento de renacer y novedad, dedicado a la educación de una nueva
generación con medios de comunicación “modernos”, particularmente con la
imprenta que estaba invadiendo Europa a partir de la mitad del siglo XIV.
Por otra parte, el Renacimiento contribuirá en la mundanización de la Iglesia,
haciendo de Roma un fulcro de cultura renacentista. La reforma de la Iglesia no
tiene como fondo una reforma de la doctrina y de la teología, sino la manera de
14 Cf José Luis LUANES - Josep Lgnasi SARANYANA, Sapientia Fidei Serie de Manuales de Teología Historia de la
Teología, BAC, Madrid 1995.
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administrar y vivir. Los cambios sociales de la época al inicio del siglo XV hicieron
sentir el desvarío de esta falta de formación y una sociedad civil que se hace más
urbanizada y culta. De aquí los esfuerzos por una formación sacerdotal más
cuidada, estos esfuerzos aterrizaron el decreto sobre la institución de los
seminarios en el concilio de Trento.
La “escuela”, el lugar privilegiado de la teología, se convertirá en un punto de
tensión con el Humanismo, que tuvo una contribución importante para el
desarrollo del método teológico. Independientemente de la propuesta de nuevas
ideas y problemas, la cultura humanista tuvo un efecto estimulante sobre las otras
disciplinas: puso a disposición nuevas fuentes clásicas desconocidas al momento,
consideró las fuentes antiguas desde un nuevo método filológico e histórico, e
introdujo nuevas formas de argumentación, nueva terminología y nuevos modos
de exposición literaria. Esto vale también para la teología.
El panorama teológico cambió no sólo a causa de la Reforma protestante, sino
también a causa del nuevo acercamiento “humanista” y “literario”. Hay una nueva
manera de acercase a las fuentes y los textos, que será una contribución a la
teología positiva, diversa de la escolástica y de la monástica. Con la mejoría
espiritual, moral y la imitación de Cristo, fundado sobre una familiaridad con la
Biblia, enmendada según criterios filológicos y llevada en cierta manera a la pureza
de los orígenes. La división entre la Iglesia occidental y oriental se experimentó
sobre todo como el cumplimiento de una alienación secular entre dos culturas
diversas y geográficamente separadas. La división provocada por la Reforma
protestante provocó un trauma interno de la Iglesia occidental que continúa hasta
nuestros días, y evoca espectros lúgubres en la memoria de las iglesias. La Reforma
protestante, es en primer lugar una reforma teológica.
El acontecimiento de la Reforma protestante condujo a una erogación, tanto en
sentido positivo como negativo, de Martin Lutero: para unos es “el Reformador”
por antonomasia, elegido por Dios para reformar la Iglesia. Por el contrario, para
otros es la personificación de todas las herejías. El Lutero histórico se encuentra
junto con el hombre de gran fe, un teólogo embebido como pocos de su tiempo por
un grande amor al conocimiento de la Sagrada Escritura, y un pastor y predicador
dedicado a la Palabra de Dios. No se puede olvidar que la Reforma protestante
quiere ser sobretodo y aún bajo todos los condicionamientos políticos y sociales,
un movimiento de renovación religiosa. En este sentido, no se puede minusvalorar
la importancia que tuvieron por la propagación del mensaje, los escritos y la
predicación de varios reformadores locales y las repercusiones que tuvieron sobre
los auditores y la sed espiritual que éstos tenían.
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El acontecimiento eclesiástico central del siglo XVI fue la celebración del
Concilio de Trento (1545-1563). El anterior concilio ecuménico, V de Letrán, había
concluido en 1517, justamente la fecha en que Lutero hacía públicas, desde
Wittenberg, sus noventa y cinco tesis. En el concilio debían intervenir no
solamente los obispos y los clérigos, sino también los seglares, y se había de
proceder «cristianamente», o sea, se había de juzgar únicamente según el criterio
de la Sagrada Escritura. Un acontecimiento eclesial tan destacado debía de afectar
al desarrollo de la ciencia teológica, en este sentido, el papel de los teólogos fue
relevante, lo cual estimuló mucho la reflexión teológica, sobre todo de las
universidades15.
La teología de los siglos XVI-XVII viene calificada por los estudiosos, en
analogía con el estilo artístico y literario del barroco, como “teología barroca” o
“escolástica barroca”. El inicio de esta fase teológica coincide en ámbito católico con
Francisco de Vitoria (+1546), considerado el fundador de la escuela de Salamanca;
en ámbito protestante, con Filippo Melantone (+1560), padre de la ortodoxia. En
la Universidad de Salamanca se prepararon buena parte de los más destacados
teólogos de Trento. La primera generación de la «Escuela de Salamanca», iniciada
por Francisco de Vitoria, fue una corriente filosófica y teológica que surgió desde la
Facultad de Teología de la Universidad de Salamanca entre la segunda mitad del
siglo XVI y la primera del XVII. Sus figuras más conocidas son Domingo de Soto,
Francisco Suárez y Martín de Azpilcueta, pero muchos otros contribuyeron al gran
número de ideas filosóficas, teológicas, jurídicas y económicas de la Escuela16.
El siglo XVII es un momento de grandes cambios, tanto en lo político como en
lo cultural. No hay unidad de lengua, ni de mentalidad. El eje del poder había
estado en el Mediterráneo, ahora se traslada a centroeuropa. Se pasa de la unidad
política a los estados nacionales. La escena intelectual, tradicionalmente
escolástica, pasa a estar dominada por otras líneas de pensamiento: el racionalismo
de origen francés y el empirismo de origen anglosajón. Descristianización
intelectual de Europa. De igual forma, se presenta una ruptura espiritual e
intelectual que se manifestará en el siglo XVIII. Un mundo que ha sido cristiano y
deja de serlo, esto para la Teología es importante. A lo largo del siglo XVIII hay una
decadencia.
En el siglo XIX inicia un proceso de renovación, a través de la vuelta a las
Fuentes bíblicas y patrísticas, la recuperación de la tradición escolástica en su
15 Cf. Jesús Ma. Aguiñaga Fernández, Historia de la teología del Renacimiento a la época Contemporánea, Apuntes de
clase, 2019.
16 Cf. Miguel CATALÁN, «La escuela de Salamanca. Filosofía y Humanismo ante el mundo moderno », revista filosófica
eikasia, n.73 (2017) http://www.revistadefilosofia.org/73-18r.pdf (14.11.2019), 311-313.
30
momento de esplendor y el diálogo con algunas corrientes del pensamiento
moderno.
Renacimiento.
Con el concilio de Basilea-Florencia, termina la Edad Media. Se recuerda no solo los
acontecimientos históricos, sino también la diferencia de puntos de vista, la unión
entre las dos Iglesia de Oriente y Occidente.
La caída de Constantinopla, lleva consigo en Oriente la división en Constantinopla,
considerada herética e infiel a la ortodoxia.
Humanismo
La cultura humanista, puso a disposición nuevas fuentes clasistas desconocidas al
momento.
La Escuela de Salamanca
Su iniciador y fundador es Francisco de Vitoria. +1546. Quien dice que toda
autoridad es legítima, su fuente reside en Dios, causa del hombre naturalmente
social. Retoma las cuatro causas de Aristóteles: causa eficiente, causa material,
causa formal. También aplica el criterio moral. También es creador del derecho de
gentes, que justificaba la solidaridad. En ámbito protestante con Filippo Melantone
+ 1560. Padre de la ortodoxia.
31
Fuentes utiliza.
V. REPRESENTANTES
Humanismo.
a) Erasmo de Rotterdam (1488-1536) y Alcalá: Innovación teológica. Perspectiva:
(1) Renovación humanista de la teología: (1) Aprovechar, con moderación, los
logros del humanismo. (2) Renovación de la exégesis Bíblica: Sin conocer la lengua,
sin individuar el contenido histórico cultural en el cual nació el texto, no se puede
intentar afrontarlo. Para Erasmo la finalidad de la teología es descubrir a Cristo,
fuera de formalismos. Por eso, la práctica de la religión debe ser iluminada con las
fuentes originales: la Palabra de Dios y los Padres de la Iglesia.
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b) Escuela de Salamanca: Renovación teológica. Perspectiva: Renovación de la
teología escolástica: Aprovechar los logros del humanismo, método histórico-
critico de las fuentes.
La primera generación salmantina (1526-1563) está constituida fundamentalmente
por los cuatro teólogos dominicos que se sucedieron en la ocupación de la cátedra
de prima de la Universidad y tenían como objetivo una renovación de la teología
escolástica, así como la refutación de los errores de Lutero, a partir de una teología
de controversia y del reestudio de cuestiones importantes, como Iglesia, gracia,
justificación, etc.
1) Francisco de Vitoria (1492-1546). a) Vida: (1) Fundador de Salamanca. (2)
Conocedor del humanismo y nominalismo en París. (3) Tiene muchos discípulos,
Soto y Cano, que serían grandes protagonistas en la controversia con el
protestantismo. b) Línea teológica: 1. Sigue a Tomás, pero con apertura de
pensamiento, 2. Orientación moral y jurídica, 3. Superación del nominalismo.
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d) Protestantismo: Lutero (1483-1545)
a) Datos biográficos: (1) Sacerdote agustino. (2). Teólogo alemán. (3) Reformador
protestante: Exhortaba a la iglesia cristiana a regresar a las enseñanzas originales
de la Biblia.
b) Principios teológicos: (1) Solus Christus 1 Co 3,11; 1 Tm 2,5-6: Significa que el
individuo debe rendir cuentas sólo a Dios (Col 2,8). (2) Sola Gratia (sólo la gracia)
Rm 3,23, “simul iustus et peccador”. (3) Sola fide (sólo la fe) Rm 1,17: Lutero negaba
radicalmente la idea de una participación humana porque así no sería posible que el
hombre se abra totalmente por Dios y mantenga sus dudas en la falta de algo para
conseguir la gracia y la atención de Dios. (4) Solus Christus (sólo Cristo) 1 Co
3,11; Tm 2,5-6: Significa que el individuo debe rendir cuentas sólo a Dios (Col 2,8).
(5) Sola Gratia (sólo la gracia) Rm 3,23, “simul iustus et peccador”. (6) Sola fide
(sólo la fe) Rm 1,17: Lutero negaba radicalmente la idea de una participación
humana porque así no sería posible que el hombre se abra 100% por Dios y
mantenga sus dudas en la falta de algo para conseguir la gracia y la atención de
Dios.
e) Doctrina:
a) Theologia crucis. b) Justificación por la fe. c) Sólo hay dos sacramentos: el
bautismo y la santa cena, d) Ética: La gracia de Dios no nos obliga de hacer buenas
obras, nos libera y entusiasma a actuar en amor.
Lutero tuvo muchos discípulos, pero no todos fueron igualmente influyentes.
Entre ellos, quizá haya sido Juan Calvino (1509-1564) el de un influjo más notable y
duradero. La secuencia de los hechos podría narrarse sumariamente de la siguiente
forma: las enseñanzas de Ulrico Zwinglio (1484-1531), fuertemente «regalista» y
nacionalista, reformador de Zurich, Basilea y Berna, no se perdieron después de su
muerte en la batalla de Kappel (1531) contra los cantones católicos.
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En este ámbito madura también la obra de Reforma, sobre todo teológica,
de Martín Lutero que más allá de su polémica con la Iglesia de Roma, que lo llevará
a la ruptura, se debe señalar el esfuerzo de renovación religiosa, de dar vida a una
teología más bíblica, más vital, capaz de hablar al corazón de las gentes. En este
sentido no se puede minusvalorar la importancia que tuvieron por la propagación
del mensaje, los escritos y la predicación de varios reformadores locales y las
repercusiones que tuvieron sobre los auditores y la sed espiritual que éstos tenían.
Estas instancias de regreso a las fuentes de la teología, Escritura y Padres, se
harán propias de aquellas generaciones de teólogos legados al concilio de Trento,
que fue sin duda el momento significativo para el desarrollo de la teología católica,
cuyas dos grandes preocupaciones fueron la definición de la doctrina católica
frente al protestantismo y la reforma de la Iglesia. Se trata de teólogos formados
por mayor parte en las dos más famosas universidades españolas, Alcalá y
Salamanca, que responden a los problemas espirituales, comerciales, políticos y
económicos de su tiempo con un método psicológico, exegético y teológico que
habla los hombres de aquella época.
Gracias a estos autores la escolástica y mística, humanismo y teología, razón
y fe, coexisten armónicamente en un todo unitario. Surgirá así una nueva figura de
teólogo, donde algunas características ya están presentes en los controversistas y la
apologética que apoyándose en los loci propios de la ciencia teológica individuados
por Cano, se limitará esencialmente a comentar la Summa Theologiae de san
Tomás y a interpretar la teología del magisterio que aparecerá en el Denzinger.
La teología de los siglos XVI-XVII viene calificada por los estudiosos, en analogía
con el estilo artístico y literario del barroco, como “teología barroca” o “escolástica
barroca”. El inicio de esta fase teológica coincide en el ámbito católico con
Francisco de Vitoria († 1546), considerado el fundador de la escuela de Salamanca;
en ámbito protestante, con Filippo Melantone († 1560), padre de la ortodoxia. El
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siglo XVII es un momento de grandes cambios, tanto en lo político como en lo
cultural. No hay unidad de lengua, ni de mentalidad. El eje del poder había estado
en el Mediterráneo, ahora se traslada a centroeuropa. Se pasa de la unidad política
a los estados nacionales. La escena intelectual, tradicionalmente escolástica, pasa a
estar dominada por otras líneas de pensamiento: el racionalismo de origen francés
y el empirismo de origen anglosajón. Descristianización intelectual de Europa.
Ruptura espiritual e intelectual que se manifestará en el siglo XVIII. Un mundo que
ha sido cristiano y deja de serlo, esto para la Teología es importante17.
En este periodo se pueden considerar tres aspectos que dejarían huella al método
teológico:
17 Notas de clases. Algunos autores le llaman a este periodo “Teología positivo-escolástica”, que abarca la
“euforia Tomista” (s. XVI); la “teología de controversia” (s. XVI); y la “teología barroca” (s.XVII), que tiene
como representantes principales las escuelas Jesuítica y Dominicana. (cf. Evangelista VILANOVA, Para
comprender la teología, Verbo Divino, Navarra 1995,45.
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teología se reduce a la trasmisión y a la formulación ortodoxa de la fe contra la
herejía y enseguida contra «el mundo»19.
Hay una corriente especulativa, propuesta por los dominicos llamada “teología de
las conclusiones”; y otra corriente positiva de carácter apologético representada
por los jesuitas. Melchor Cano († 1560) realiza la síntesis de estas dos orientaciones
y con su método, degradado dio origen a una teología que veía a la escritura no
como principio para construir la teología, sino como material para apoyar tesis
preestablecidas. Es la llamada teología de la thesis probatur20.
20 Cf. Clodovis BOFF, Teoría del método teológico, Dabar, México 1998, 151.
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El siglo XVII tiene a Francia por epicentro con tres figuras que suman una
visión teológica y filosófica de la realidad: Descartes, Pascal y Bérulle. Ofreciendo
razones para superar el escepticismo y luego razones para creer.
Ante la Ilustración y el Idealismo que surgen por la Revolución francesa en el
siglo XVIII, la Teología no tiene figuras a la altura del tiempo nuevo que eleven a la
reflexipon integradora y crítica los nuevos horizontes, habrá que esperas hasta el
siglo XIX, en el que aparezcan los grandes nombres del protestantismo.
V. REPRESENTANTES
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Descartes, Pascal, Bérulle. Por otro lado, se tiene a: Juan de Timoneda, Lope de
Vega, José de Valdivielso, Tirso de Molina y Calderón de la Barca. Por lo que
respecta a América los representantes son: Ramón Pané, Pedro de Córdoba y fray
Juan de Zumárraga (1468/75-1548).
Ahora bien, «durante el siglo XVIII se prepara la Revolución Francesa con la
Ilustración como fermento y presupuesto. Teológicamente no existen figuras a la
altura del tiempo nuevo que eleven a reflexión integradora y critica los nuevos
horizontes, teniendo que esperar hasta el siglo XIX, en el que aparecen los grandes
nombres del protestantismo»23.
23 Ibid, 620.
24 Ibidem, 619.
25 José Luis ILLANES-Josep Ignasi SARANYAN, Historia de la Teología, BAC, Madrid 1995, 135.
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Por su parte, Melchor Cano su aportación reside en los sintetizados diez
lugares teológicos: «dos lugares propios fundamentales: la Sagrada Escritura y las
tradiciones de los Apóstoles; cinco lugares propios declarativos: la Iglesia católica,
los concilios, la Iglesia de Roma, los Padres de la Iglesia y los teólogos escolásticos;
y tres lugares auxiliares: la razón, los filósofos y juristas, y la historia con sus
tradiciones humanas»26.
En Domingo de Soto es «Muy destacable la participación en las polémicas
sobre los títulos legítimos de conquista. En 1542 fueron promulgadas las Nuevas
Leyes de Indias, que provocaron una vivísima resistencia por parte de los españoles
traspasados a América. Recogiendo el descontento general, Juan Ginés de
Sepúlveda, cronista del emperador, compuso un opúsculo, titulado Democrates
secundus, donde sostenía que es justo someter por las armas, si no se puede de
otro modo, a quienes son esclavos por naturaleza, pues —como habían enseñado
los más célebres filósofos de la antigüedad— es justo hacerles la guerra si se
resisten a aceptar pacíficamente el dominio de los hombres libres» 27.
Entre otras de las aportaciones que se da a la teología de este tiempo es la de
Pascal, con él se abre un dialogo con la razón de todos los libertinos salidos de
control en la Francia del siglo XVII.
En suma, los siglos XVI, XVII y XVIII son siglos en los que la teología debió
luchar con problemas nuevos, a los cuales se propuso como reto no dejarlos a la
intemperie por muy delicados que estos hubieran resultado. La teología enfrento el
tiempo de la edad moderna donde la razón cobro fuerza sobre la fe. Aunque todo
esto le dio paso para estar más o menos preparada para enfrentar los retos de los
próximos siglos XIX, XX y XXI.
27 Ibidem, 143.
40
Siglo XIX renovación teológica, pues el espíritu romántico aspiró a una renovación
de la teología por medio no solo de la incorporación de los estudios de teología
positivo, sino la valoración de la historia en cuanto tal. Escuela de Tubinga dos
facultades de teología una protestante y la otra católica. Unión del método
histórico con la especulación. Rosmini, emplea instrumento la cuestión teorética
fundamental, conexión del hombre con Dios. Recuperación de la Escolástica, un
pensamiento romántico, con diversidad de corrientes intelectuales. La tradición
aporta a la renovación de la teología. Restauración científica de estudios
eclesiásticos. Empleo del método escolástico-deductivo. Tendencia especulativa de
orientación teológica- positiva en preparación para primer Concilio Vaticano. Se
abordan conceptos como el orden de la gracia como superior al orden de la
naturaleza, pero no desconectados; en sintonía con los Padres Griegos.
41
método de la correlación. Teología de la secularización, por la emancipación del
mundo moderno de la tutela del cristianismo, mundo mayor de edad. Se configura
como un sistema de estructuras eclesiástico-sacramentales.
42
En el siglo XIX se fue extendiendo un progresivo desencanto respecto a los grandes
sistemas idealistas, e imponiéndose una mentalidad o actitud más concreta, y, en
consecuencia, más apegada al dato histórico y a la experiencia inmediata. Las ideas
de signo deísta, agnóstico o panteísta continuaron, no obstante, difundiéndose,
contribuyendo a una secularización de la vida social, progresiva, aunque en
muchos aspectos latente.
43
de inflexión y de impulso, ya que planteó con toda crudeza el problema del
estatuto de la metodología histórico crítica, lo que, una vez superado un primer
momento de incertidumbre, redundó en la busca de una exégesis que, asumiendo
los métodos filológicos e históricos, los situara en un contexto reducidamente
teológico ";
V. REPRESENTANTES
44
concreta; esta historia santa, no se reduce a hechos inconexos, sino que obedece a
un designio eterno de Dios que se manifiesta en el tiempo.
45
El ontologismo de Rosmini, ayudó para que algunos autores cristianos que
creían que con este planteamiento se podía superar el racionalismo, afirmando la
apertura de la mente a la verdad y al ser.
Jaime Balmes (1810-1848): Contribuyó poderosamente a la restauración
de la escolástica, al igual que en sentido pleno el dominico y cardenal Ceferino
González (1831-1895).
Matthias Joseph Scheeben (1835-1888) Centró sus reflexiones en la
conexión distinción entre naturaleza y gracia. Intentó definir el estatuto de la
sobrenaturaleza (gracia) o el orden de la gracia visto como distinto, superior,
trascendente al orden de la naturaleza, aunque no separado ni desconectado de él.
En su doctrina, subraya la acción santificadora del Espíritu Santo que, haciéndose
presente en el alma, la eleva a la identificación con Cristo y a la comunicación con
Dios Padre. Esto lo condujo a esforzarse por superar toda separación entre teología
dogmático especulativa y teología mística, punto más meritorio de su síntesis
teológica.
46
por la existencia de una realidad que si se dieran, plenificarían por entero el
dinamismo que la sostiene; el espíritu aspira a una comunión con Dios, que no se
puede producir ni demostrar como posible, pero si se puede presentir y presentar
como una hipótesis deseable.
47
realidad mostrenca o vacía, sino un proceso dotado de sentido; el teólogo debe
escucharla, dirigir a ella su atención para detectar así los signos de los tiempos, y
consecuencia, percibir el ritmo inmanente del acontecer.
48
Con terminología y enfoques heideggerianos, Rahner presenta, al hombre
como ser que, situado en el mundo, toma en relación con ese mundo, conciencia de
sí; más concretamente como ser que al confrontarse con el mundo advierte su
apertura al infinito, y puede, desde esa conciencia de relación con el infinito,
enfrentarse adecuadamente con el propio y personal existir.
Karl Barth (1886-1968): Dios es el totalmente otro, al que ningún
concepto y ninguna realidad humana puede alcanzar. Infinitud divina y fnitud
humana resultan así dialécticamente contrapuestas, en orden a presentar a Cristo,
y la palabra de la predicación que lo anuncia que lo anuncia y evoca ante nosotros,
como la única fuente de vida y de verdad; sólo en Cristo en quien se desvelan a la
vez la realidad del pecado y la oferta de la salvación encuentra el hombre un
camino a la salación, hacia Dios; fuera de Cristo no hay sino orgullo y extravío,
cerrazón existencial.
Rudolf Bultmann (1884-1976): en su trabajo, las perspectivas exegético
históricas y las teológico especulativas se entremezclan, en mutuo apoyo. Su
planteamiento exegético, le condujo a poner en tela de juicio la historicidad de las
narraciones evangélicas, y en consecuencia, a dudar de toda posibilidad de alcanzar
un conocimiento científicamente cierto respecto a la vida real de Jesús.
La imposibilidad de conocer la verdad histórica de Jesús, no connota
dramaticidad alguna, lo que cuenta es el kerigma, el anuncio, que al proclamarlo
como salvador, invita a decidir en referencia a él la propia existencia. Esto
presupone que Jesús existió, por lo tanto, el kerigma es una invitación a la
conversión dirigida en y a partir de Jesús que realmente vivió y murió. La tera del
teólogo es entonces, descubrir la llamada de Dios que invita a la decisión
existencial.
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J.A. Möhler, quien es el exponente de la Escuela de Tubinga, aporta a la
Teología y a su vida, el leer la realidad cristiana teniendo ante los ojos lo que Kant,
Hegel y el idealismo han supuesto.
J.H. Newman aporta a la Teología cuáles son los caminos interiores que
llevan a certeza de la fe y cuáles los que le llevaron a él a ver la plenitud del
cristianismo realizado fundamentalmente en la Iglesia católica; esto desde la
perspectiva de la patrística por un lado y en diálogo con la actitud empirista y
pragmática del mundo inglés, por otro.
Esta teología de los siglos XIX y XX aportan a la tradición y a la misma vida
de la Iglesia, el movimiento ecuménico, que incita a los cristianos al encuentro en
la audición de la palabra de Dios, a la oración, a la acción y a la esperanza activa; el
movimiento litúrgico, que recupera la celebración eucarística y los sacramentos
como el lugar concreto de la presencia activa de los misterios de Cristo para el
hombre.
El P. Congar aporta a la teología y a la vida misma de la Iglesia una
aspiración de reforma, que encontró su interpretación del pasado y su programa
para el futuro con su obra Verdadera y falsa reforma en la Iglesia (1950), esto a raíz
de los retrasos en las estructuras de la Iglesia y su “distonía” en la evolución de la
sociedad.
Cabe destacar la recuperación del pensamiento de Tomás de Aquino por
parte de P.M.D. Chenu y la inserción de los movimientos de la Acción Católica
dentro de las corrientes del mundo obrero, la ideología de socialismo y comunismo
ascendentes en el siglo XX.
Carlos de Foucauld y Madeleine Delbrêl tenía la preocupación de situar a la
Iglesia en las almas, la fe en las conciencias, el evangelio en las masas, la esperanza
de Cristo en el corazón del mundo. Y desde esta actitud hicieron una relectura de la
anterior historia de la Iglesia y de la teología.
El P. De Lubac aporta con su teología una nueva visión de la tradición como
dinamismo para la creación contemporánea y a través del estudio en alto del
tesoro creado por los mejores hijos de la Iglesia como Orígenes, Gregorio de Nisa,
Máximo el Confesor y san Agustín; mostrar el empobrecimiento que supone
reducir la inspiración de la teología a lo que ella ha sido en el occidente latino y en
la forma tan peculiar de la neoescolástica. Aquí se fermenta la aportación que más
tarde hará Hans Urs von Balthasar con su estudio de patrística y de teología actual.
De los aportes anteriores nace un nuevo vigor para pensar las realidades
cristianas, la Iglesia y la existencia creyente, en diálogo con todos pero sin ser
tributarios de cosmovisiones exteriores ni de filosofías de las que se esperase que
ofrecieran el fundamento de la racionalidad de la teología y de su legitimidad
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histórica. La teología del siglo XX cumplió con la eterna tarea de comprender,
interpretar y sistematizar con rigor racional las realidades cristianas del momento.
El concilio Vaticano II supuso la embocadura de todos esos impulsos, a la vez que
su decantación en principios de comprensión teórica, de vida interior para la Iglesia
y de criterios para su actuación en el mundo.
9. BIBLIOGRAFÍA
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COLABORADORES
AGUILAR ROSALES EMMANUEL
RUIZ FIDEL
SEDEÑO OLIVIA