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Este documento discute la noción de lo contemporáneo propuesta por Giorgio Agamben y cómo puede servir como medio de resistencia a las sociedades de control descritas por Gilles Deleuze y Michel Foucault. Define lo contemporáneo como aquello que no coincide perfectamente con su época y se niega a someterse a sus pretensiones, lo que permite cuestionar el presente e irrumpir en ámbitos donde la oscuridad amenaza la claridad. Explica la transición de las sociedades de soberanía a las disciplinarias y luego a
Descripción original:
Reflexionar lo contemporáneo
como medio de resistencia a las sociedades de control
Este documento discute la noción de lo contemporáneo propuesta por Giorgio Agamben y cómo puede servir como medio de resistencia a las sociedades de control descritas por Gilles Deleuze y Michel Foucault. Define lo contemporáneo como aquello que no coincide perfectamente con su época y se niega a someterse a sus pretensiones, lo que permite cuestionar el presente e irrumpir en ámbitos donde la oscuridad amenaza la claridad. Explica la transición de las sociedades de soberanía a las disciplinarias y luego a
Este documento discute la noción de lo contemporáneo propuesta por Giorgio Agamben y cómo puede servir como medio de resistencia a las sociedades de control descritas por Gilles Deleuze y Michel Foucault. Define lo contemporáneo como aquello que no coincide perfectamente con su época y se niega a someterse a sus pretensiones, lo que permite cuestionar el presente e irrumpir en ámbitos donde la oscuridad amenaza la claridad. Explica la transición de las sociedades de soberanía a las disciplinarias y luego a
como medio de resistencia a las sociedades de control
Hay un concepto puntual con el que Giorgio Agamben define lo contemporáneo, a
saber “lo contemporáneo como intempestivo” (Agamben, 2008, pág. 1). Esta idea la desglosa a lo largo de su escrito ¿Qué es lo contemporáneo? ¿Pero cómo entender lo intempestivo? En términos generales, como aquello que acontece fuera de tiempo. Sin embargo, es más que ello. Lo contemporáneo es algo que nos corresponde a todos. No es acontecer fuera de tiempo, únicamente, sino pensarnos desde este punto de la historia que nos ha correspondido vivir. Es “contemporáneo aquel que no coincide perfectamente con él (tiempo) ni se adecua a sus pretensiones y es por ello, en este sentido, inactual;” (Agamben, 2008, pág. 1). Este concepto de inactual profundiza, un poco más, acerca de lo que es ser contemporáneo. Lo inactual es aquello que ha quedado en la historia y que puede reinterpretar nuestro mundo contemporáneo. Implica que el individuo se sitúe en su punto histórico y reconozca la oscuridad que ha opacado la claridad del conocimiento y el mismo rumbo del hombre. Lo inactual es un punto de encuentro con la historia, en donde a partir de un acto de “rebeldía”, de rebelión, propiamente, el hombre se niega a vivir un momento histórico condicionado, al que le han arrebatado la libertad. Lo inactual es el punto de partida para comprenderme como ser contemporáneo, como ser actual. Lo inactual es el reconocimiento del tiempo que me ha correspondido vivir en el aquí y en el ahora e irrumpir en aquellos ámbitos en los que la oscuridad se quiere imponer sobre la claridad. Se es contemporáneo cuando se le da sentido a lo que está pasando. Se es contemporáneo cuando se tiene una inquietud constante sobre la historia y el tiempo que se vive. El contemporáneo es el que se está construyendo constantemente. El que se enfrenta a lo que no está dicho. El que se enfrenta a aquello que es desconocido. Esta definición de lo contemporáneo es, en grado sumo, importantísima, porque es una manera de resistir a lo que son las sociedades de control ampliamente estudiadas por Gilles Deleuze y Michel Foucault. Tema que a continuación referenciaré. Antes de hablar de las sociedades de control, se hace necesaria esbozar brevemente las sociedades que le antecedieron. La primera sociedad, fue la sociedad de soberanía; esta sociedad esta caracterizada por “(gravar la producción más que organizarla, decidir la muerte más que administrar la vida)” (Deleuze, 1972-1990, pág. 5). Esta sociedad, grosso modo, es en la que el poder de disponer sobre la vida recaía en las manos del soberano, siempre en beneficio de la supervivencia del más fuerte. Esta sociedad fue reemplazada por las sociedades disciplinarias. “Estas sociedades alcanzan su apogeo a principios del siglo XX. Operan mediante la organización de grandes centros de encierro” (Deleuze, 1972-1990, pág. 4). Estas últimas, están siendo reemplazadas por las sociedades de control. “"Control" es el nombre propuesto por Burroughs para designar al nuevo monstruo que Foucault reconoció como nuestro futuro inmediato” (Deleuze, 1972-1990, pág. 5) El tema central que Gilles Deleuze quiere trabajar en este texto es que los centros de encierro (la cárcel, el hospital, la fábrica, la escuela, la familia) experimentan una crisis. La sociedad disciplinaria ha decaído pues el ideal de reformar y disciplinar al hombre ha fracasado y por el contrario se han intensificado el crimen y las conductas de aquellos que habitan la cárcel, por ejemplo. También han decaído por el poder político que se ha ejercido sobre ellas; en las que la disciplina funciona en favor del poder de manera arbitraria, permitiendo ciertos comportamientos en algunos casos y penalizándolos en otros. A pesar de la decadencia de estas sociedades de control, estas todavía se mantienen porque se hace necesario mantener a las personas ocupadas mientras se terminan de instalar los nuevos dispositivos de control. A pesar de lo anterior, y notando la decadencia de las sociedades disciplinares, surge la “sociedad de control”, que se caracteriza, contrario a las sociedades disciplinares, por ejercerse en espacios abiertos (des territorializados). Ejemplo de ello, son los dispositivos electrónicos, las redes tecnológicas, las registradurías, los psico-fármacos, la televisión, la banca, el consumismo, etc. En esta sociedad, las fabricas son cambiadas por las empresas, que apelan al uso de la tecnología para desplazar la mano de obra, ejerciendo la disminución de costos y a la vez permitir la acumulación de riqueza y poder ejercer mayor control, pues esto permite poder sanear las necesidades de otros y al poder hacer esto, también se permite el control de la vida. Una diferencia que puedo hallar entre las sociedades disciplinarias y las sociedades de control es que en la primera el encierro se daba de manera obligatoria para reformar; por el contrario, la sociedad de control fomenta la iniciativa de permanecer en casa, que es lo mismo que sucedía en las sociedades de control, pero esta vez no bajo la obligación del encierro sino de la obligación de cosas como la deuda. El hombre ya no va a estar encerrado sino endeudado y por voluntad propia el hombre va a asumir quedarse en el centro de encierro (casa) para superar esta condición; sin embargo, el ideal de la sociedad de control es que le hombre jamás logre esto. Finalmente, sitúo, la reflexión de lo contemporáneo como medio de resistencia a las sociedades de control, porque estas tienen la pretensión de oscurecer la claridad (libertades). Situarme en este punto de la historia, pensarme y cuestionarme sobre lo que acontece y hallar caminos para resistir a eso me hace contemporáneo a mi época. Si el ideal de las sociedades de control es que el individuo permanezca endeudado, una manera de resistir es evadiendo adquirir los productos crediticios de los bancos. Son medidas pequeñas que en algún momento generaran una fuga a las sociedades de control y si lo sumamos con otras estrategias, se podrá allanar un camino para superarlas. Tales estrategias como apagar el televisor, no vivir la sexualidad a partir de los contenidos sexuales que hay en la red, la no dependencia de los psicofármacos, la no construcción sexual a partir de los medicamentos y de los estereotipos existentes, etc. Todo lo anterior se presenta como punto de irrupción y sirve para que superemos la posición de sujetos dóciles y obedientes a los cuales les es dominada la vida y la libertad. Bibliografía 1. Agamben, G. (2008). Que es lo contemporáneo. Deleuze, G. (1972-1990). Post-scriptum sobre las sociedades de control. Pretextos.