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70 CATULO

calla la noche, vigilan los furtivos amores de los seres húma­


lo nos, tantos son los besos, dados por ti, que le bastan para sa­
ciarse al loco de Catulo, de forma que ni los curiosos podrían
contarlos, ni hechizarlos una lengua maligna.

Poema típico de la renuntiatio amoris.


Estructura del contenido.- 1-2: planteamiento del conflicto; 3-8:
sentimientos amorosos del pasado; 9-13: renuncia amorosa del presen­
te; 14-18: futuro de la amada; 19: seguridad del poeta en su renuncia.
Monólogo del poeta renunciando a su amor, posiblemente inspi­
rado en la Comedia Nueva, aunque se da en la épica y en la tragedia,
sobre todo en Eurípides. Se citan de Menandro, Sicionio 397 y ss.;
Díscolo 213 y ss.; Samia 111 y ss.
La sencillez con que está escrito el poema, su antirretórica, es lo
que más nos interesa. Luego, su cuidada simetría que encierra una
profunda y contenida emoción.
El enunciado «romántico» del v. 5: amata nobis quantum amabi­
tur nulla, se convertirá en un clásico lema de la poesía amorosa de to­
dos los tiempos.

Desdichado Catulo, deja de cometer locuras y lo que ves


perdido, dalo por perdido. Brillaron un día radiantes soles para
5 ti, cuando ibas y venías a donde te llevaba la joven jam ada por
mí como ninguna otra será amada) Cuando allí surgían aque­
llos numerosos juegos amorosos, que tú querías y la joven no
desdeñaba, brillaron, en verdad, radiantes soles para ti. Ahora
ella ya no los quiere. Tú, no seas débil; <no los quieras) tampo-
ío co. Ni persigas a quien huye, ni vivas desdichado; resiste con
obstinación, aguanta. Adiós, joven, ya Catulo resiste. No te
buscará, ni irá a rogarte en contra de tu voluntad. Pero tú sufri­
POEMAS 71

rás, cuando nadie se dirija a ti. Maldita, ¡ay de ti! ¡Qué vida te
aguarda! ¿Quién se te va a acercar ahora? ¿A quién le parece­
rás hermosa? ¿A quién vas a amar ahora? ¿De quién se dirá
que eres? ¿A quién vas a besar? ¿A quién le morderás los la­
bios? Pero tú, Catulo, aguanta sin ceder.

Poesía de bienvenida a su amigo Veranio.


Estructura del contenido - 1-2: saludo elogioso al amigo; 3-7: el
encuentro familiar y anécdotas vividas; 8-10: evocación del encuentro
entre los dos amigos y alegría final.
Desde la Odisea, con las sucesivas llegadas a ítaca de Telémaco
y Odiseo reconocidos y recibidos sucesivamente por el porquero, el
aya, Penélope y Odiseo (XVI 11-67, 187-234; XVII 28-60; XXIII
205-230, y XXIV 345-412), la bienvenida se convierte en un topos,
cuyas derivaciones en la poesía latina las podemos encontrar también
en Hör., Od. 136, y Juv., Sát. 12.
Ésta es una de las muestras de la poesía de Catulo aparentemente
llenas de una alegría espontánea, pero sometidas al control de su rigu­
rosa perfección formal.

Veraniol7, de todos mis amigos el preferido entre trescien­


tos mil. ¿Has regresado a casa junto a tus penates1S, tus herma­
nos bien avenidos y tu anciana madre? Has regresado. ¡Oh fe­
liz noticia para mí! Volveré a verte sano y salvo y te oiré
hablar de los lugares, de los acontecimientos y de los pueblos

” Aparecerá con Fabulo en los poemas 12, 28 y 47. En el poema 12 están


los dos juntos en Hispania. En el 28 y 47 están a las órdenes de Lucio Calpur­
nio Pisón, mientras Catulo sirve a las órdenes de G. Memmio en Bitinia.
" Divinidades del hogar. Eran objeto de culto como los Lares, de los que
se diferencian por ser más íntimos y personales.

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