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lengua española
En esta elegía el poeta se lamenta por lo perdido, pero también realiza un canto a la
vida, recurriendo al tópico Carpe Diem, que hace alusión a aprovechar el tiempo, tal
como podemos ver en la "Copla número 1":
En estos versos se describe la belleza de una dama, para que así el lector recuerde la
fugacidad de la vida. Tal como en el poema anterior, se hace alusión al motivo Carpe
Diem, haciendo un llamado a disfrutar de los placeres de la juventud antes de que
sea muy tarde.
En este soneto se dirige a una rosa, una delicada creación cuya belleza cautiva, pero
es tan efímera que debe aprovecharse mientras dura.
Combatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.
Dejad de solicitar,
y después, con más razón,
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.
El va amando a otra
por la tierra en flor.
Ha abierto el espino;
pasa una canción.
¡Y él va amando a otra
por la tierra en flor!
El besó a la otra
a orillas del mar;
resbaló en las olas
la luna de azahar.
¡Y no untó mi sangre
la extensión del mar!
En este poema recrimina la pretensión social de que el hombre puede vivir su vida
como le parezca, mientras la mujer debe cumplir con ciertas exigencias para ser bien
considerada. Así, apela al lector masculino, expresando que sólo puede exigirse
aquello que se respeta en su propia persona.
Tú me quieres alba,
me quieres de espumas,
me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada.
Ni un rayo de luna
filtrado me haya.
Ni una margarita
se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
tú me quieres blanca,
tú me quieres alba.
Tú que el esqueleto
conservas intacto
no sé todavía
por cuáles milagros,
me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),
me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
¡me pretendes alba!
Huye hacia los bosques,
vete a la montaña;
límpiate la boca;
vive en las cabañas;
toca con las manos
la tierra mojada;
alimenta el cuerpo
con raíz amarga;
bebe de las rocas;
duerme sobre escarcha;
renueva tejidos
con salitre y agua:
En su obra prima lo lúdico y la estructura del laberinto, tal como puede verse en este
poema, donde nos muestra el “juego de la vida”, ya que a través del ajedrez plantea
una realidad superior que desconocemos.
Ya no será
ya no
no viviremos juntos
no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa
no te tendré de noche
no te besaré al irme
nunca sabrás quién fui
por qué me amaron otros.
No llegaré a saber
por qué ni cómo nunca
ni si era de verdad
lo que dijiste que era
ni quién fuiste
ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido
vivir juntos
querernos
esperarnos
estar.
Ya no soy más