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1. CONCEPTO DE DERECHO
Como para Aristóteles solo lo justo podía hacer derecho. Entiende la justicia como
un principio de justicia moral y religiosa y con Aristóteles la justicia se hace más
recurrente. Divide a su vez la justicia en:
-Justicia distributiva: lo justo o correcto respecto a la asignación de bienes en una
sociedad.
-Justicia correctiva: que corrigen las desigualdades ya que se preocupan de
enmendar errores.
Kelsen fue un jurista-filósofo nacido en Praga, siendo uno de los más influyentes
del SXX.
Su obra más importante es ‘La teoría pura del derecho’, siendo autor positivista.
Para Kelsen solamente es derecho aquello que es producido por el derecho mismo,
esto significa que todo aquello que se encuentre plasmado en normas escritas y
positivizadas es derecho, con lo que si alguna situación no se encuentra prevista en
una norma no es derecho.
Para Kelsen, para que una norma sea considerada derecho tendrá que ser
producida a través del procedimiento legal establecido, sin importar su contenido o
si es justa o no, ya que para él será derecho. En su teoría pura del derecho la cual
fue publica en 1934 se apreció que a el no le interesa como debe ser derecho ni
como debe de formarse, ya que el intenta estudiar el derecho en su estado más
puro, por ello, podríamos decir que se desliga de los elementos extraños como
moral, derecho natural, sociología, teología y la ética entre otros. En consecuencia,
para Kelsen el ordenamiento jurídico se compone de derecho positivo, por lo que
para él el derecho se podría definir como un orden normativo, un sistema de
normas coordinadas entre sí y dictadas por el poder soberano.
Hunt nació en Inglaterra en el siglo XX. Su principal libro es ‘the Concept Law’ y se
puede apreciar la conceptualización del derecho que nos da. En este libro trata de
reconstruir los conceptos del derecho, de norma jurídica, y del deber jurídico que
subyacen a su uso en el lenguaje y la práctica de los juristas.
Las normas jurídicas para Hunt son una subclase de reglas que se distinguen de los
meros hábitos, ya que suscita a la crítica ante la desviación de los participantes en
una práctica, por ejemplo, el inadecuado uso de los cubiertos para comer.
Bajo esta premisa se oficia que hay determinados casos de incertidumbre sobre si
de sebe de ofrecer la constitución o alguna ley cuando perjudica gravemente sus
derechos morales. Dworkin sostiene con firmeza llevando la contraria a la
hegemonía del positivismo jurídico realizado por Hart y Kelsen que los derechos
jurídicos y constitucionales representan derechos morales y pueden ejercerse
incluso en contra del gobierno, llegando a sostener que un derecho fundamental
que en si mismo debe de consagrar el respeto a la dignidad humana e igualdad
política, debe de prevalecer y hacerse respetar incluso si la mayoría está de
acuerdo derogarse.
Mas adelante en 1986 en su obra ‘El imperio de la justicia’ viene a defender una
teoría de la justicia sustentada en un principio legislativo que ordena a tratar el
conjunto de leyes como una coherencia desde el punto de vista moral y en lo
respectivo a los jueces un principio adjudicativo que sea lo más congruente posible
en relación con la postura del legislador. Esta concepción del derecho que el mismo
denomina integridad en el derecho consiste que el derecho niega que las
declaraciones del derecho sean informes objetivos regresivos de convencionalismo
o programas instrumentales progresivos del pragmatismo legal.
Sostiene que los reclamos legales son juicios interpretativos y por lo tanto combina
elementos progresivos y regresivos, de modo que el derecho como integridad
rechaza por inútil la antigua cuestión de si los jueces encuentran o inventan la ley.
Sugiere que entendemos el razonamiento legal para entender el sentido en el que
hace ambas cosas o ninguna por lo que podemos concluir que para Dworkin el
derecho consiste en la mejor interpretación argumentativa que justifique y
comprenda en su totalidad el sistema jurídico, cuyos argumentos en los tribunales
son inevitablemente cuestiones relativas a las convenciones morales y políticas de
los jueces dado que es parte de su función interpretativa.
DEFINICIÓN DE DERECHO
-El derecho como el orden justo de la convivencia social que implica la atribución a
cada persona de lo que como tal le corresponde.
-El derecho como norma o conjunto de normas que rige en un orden social en una
comunidad políticamente organizada la cual hace referencia al carácter sistemático del
derecho, a la sociedad a la que se dirige y las necesarias notas con las que se presenta
la normatividad.
-El derecho como facultad o pretensión que exige una garantía del estado y una
reciprocidad en las relaciones sociales.
El derecho como ciencia, como un modo de saber que tiene por objeto todas las
manifestaciones de los juristas
Todas estas nociones sirven para perfilar alguna de las características con las que se
puede presentar el concepto del derecho en nuestra vida, por ello, para elaborar un
concepto científico de derecho, cabría tres tipos de metodologías:
● Lingüístico: parte del análisis del lenguaje, tanto usual como el científico o
técnico. A la hora de analizar la palabra derecho no solo se tienen en cuenta
los conceptos jurídicos y semánticos, sino todo el lenguaje y en especial el
jurídico.
Es un lenguaje dinámico que puede variar en función del momento
histórico y del cambio que se ha podido producir tanto en las instituciones
jurídicas como en la sociedad que el derecho regula y organiza. Esta
metodología nos puede mostrar una serie de problemas, como por ejemplo
la ambigüedad porque con el concepto de derecho nos podemos referir a
muchas ideas, por ejemplo, derecho a la inviolabilidad del domicilio o no
hay derecho a que se desarrolle una situación. Otro problema sería el de
vaguedad que puede ser intencional o conativa que hace referencia al
conjunto de propiedades que abarca un concepto y de donde resulta
imposible concretar que notas distintivas tiene el derecho, o una vaguedad
extensional o denotativa que es la referida al ámbito de aplicación del
concepto donde nos referimos al derecho (público, civil, laboral….), lo cual
viene a evidenciar que la metodología lingüística no puede proporcionar un
concepto del derecho ya que depende de donde lo utilicemos adquiere una
determinada significación.
● Inductivo: parte de la observación, que va de lo concreto a lo particular y de
ello a lo abstracto. Se trata de un proceso de generalización progresivo
mediante el cual se conforman conceptos cada vez más universales. Este
método cuenta con una serie de pasos:
o 1.Observar las distintas maneras en las que se manifiesta el derecho
en nuestra vida cotidiana
o 2. Las formas típicas de manifestar el derecho sería el derecho
subjetivo o la coacción.
o 3. Se separan y se seleccionan las notas características o distintitas
de sentir el derecho.
o 4. Se prescinde de lo que es particular en cada una mediante un
proceso de adaptación continua y se va decantando lo que es
común a todas ellas para obtener un concepto genérico de derecho.
La problemática de este método es que es material tan es amplio y
diferente que intenta conseguir un concepto general del derecho que es
imposible.
● Deductivo: se parte de un concepto general o universal del derecho en el
que tratan de expresar las distintas notas que tiene el derecho al margen de
una experiencia determinada, como, por ejemplo, el derecho es un punto
de vista de la justicia, en el que tendríamos que ligar todos los conceptos
jurídicos fundamentales y de éstos a su vez los derivados a llegar a lo
particular.
Si unimos estos tres métodos se podría hacer uno a la idea de lo que queremos que se
acerque al concepto derecho, siendo una realidad cultural que varia en referencia a
todas las singularidades y características que hemos señalado pese a lo cual podríamos
definir el concepto del derecho entorno a tres ideas:
-Ideas de la justicia.
-Ideas de la norma, siendo la mas extendida entre los juristas.
-Poderes que competen a cada persona, en el que podemos rescatar la definición
Kantiana, el derecho como el conjunto de condiciones bajo el arbitrio de cada uno que
combina con el arbitrio del resto bajo la ley de la libertad, el derecho de uno finaliza
donde empieza el derecho de otro.
Podemos definir también el derecho como norma social y valor. El derecho se expresa
siempre a través de normas y esta estructura normativa es el primer dato que ofrece la
experiencia jurídica.
El sentido básico y fundamental de cualquier norma consiste en la pretensión que se
realicen conductas determinadas o que no se realicen de acuerdo con lo prescrito en
las mismas. En este sentido podría determinarse que las normas jurídicas son
expresión de un deber ser, lo cual significa que existe la posibilidad de inadecuación
entre comportamiento que aparece como debido en la norma y la conducta que se
realiza.
En segundo lugar, el derecho pretende regular las relaciones sociales entre los
miembros de un determinado grupo, y ahí que el concepto de derecho no puede
desconocer que lo jurídico pretende regular la vida del hombre en sociedad, esta
afirmación fue realizada por Gregorio Peces Barbas.
En tercer lugar, los valores del derecho pretenden una neutralización de este que
basta con que nos dirijamos al contenido de las normas jurídicas y averiguar cuales son
sus valores. Podríamos definir el conjunto de normas que regulan las relaciones del
grupo social según determinados criterios de justicia y que trata de imponerse con la
fuerza cuando los sujetos obligados se resisten a su cumplimiento.
2. CONCEPTO DE FILOSOFIA
Para dar un concepto de filosofía primero hay que partir de una evidencia constatable,
una serie de problemas que preocupan al hombre y que reclaman su atención. Dichos
problemas se han venido repitiendo durante todas las épocas de nuestras historias y
los intentos de dar respuestas a esos problemas a constituido el núcleo básico de toda
reflexión filosófica.
Según Bobbio que era jurista italiano, fundamenta la distinción, entre los dos
procedimientos básicos que se han utilizado para la elaboración de la filosofía del
derecho:
1. El primero de ellos se refleja en aquellos que consideran la filosofía del derecho
como una filosofía aplicada, según este modo de entender, en la filosofía del derecho,
existe una filosofía general, o para ser mas preciso, existen varias orientaciones o
corrientes filosóficas que se caracterizan por las soluciones que dan a los problemas
supremos como puede ser la ética o la moral.
La tarea del filósofo del derecho consiste, en extraer de ella inspiración y guía a
principios ya elaborados para dar una solución unitaria orientada y sistemática a los
distintos problemas generales del derecho y la justicia poniendo al filósofo del derecho
en una posición inferior que el filósofo. Este modo de hacer la filosofía se encarna en lo
que denomina Bobbio como filósofos juristas que consiste en aquellos que no tienen
contacto con la experiencia jurídica y además no tienen solidos conocimientos sobre el
derecho.
La función esencial de los filósofos del derecho tendría que ser la de actuar como
intermediarios entre los haberes y prácticas jurídicas, por un lado, y el resto de las
prácticas y saberes sociales por otro. Ahora bien, quizá la forma más adecuada de
saber que es la filosofía del derecho sea la de limitación de sus campos de aplicación, o
lo que es lo mismo, la delimitación de sus temas o problemas básicos de análisis.
● Ontología jurídica o el estudio del ser del derecho, también denominada teoría del
derecho. Tiene como misión la delimitación del objeto cognitivo, esto es, la
delimitación del marco conceptual del derecho, a los efectos de poder conseguir un
concepto unitario global y totalizador del derecho. Actualmente, la ontología del
derecho o teoría del derecho trata de responder a la pregunta de ¿Qué es el
derecho? Partiendo del dato real del derecho positivo y no a la pregunta de ¿Qué
debe ser el derecho? Los problemas ontológicos son problemas de contextualización
externa, como por ejemplo problemas internos de conexión entre el derecho y el
poder político, problemas de aceptación o reconocimiento social del derecho ,
problemas de justificación de la coacción o de la pena.
● Exiologia jurídica o teoría de la justicia : esta parte de la reflexión sobre el derecho el
cual se centra fundamentalmente en el análisis de como debe ser. Es una
investigación de tipo deontológico y tiene como objetivo el estudio de los siguientes
temas: el problema general de la valoración y justificación del derecho, la elaboración
de los criterios objetividad de este y la crítica de los diferentes sistemas existentes, la
definición de los contenidos de justicia como pueden ser los valores superiores o los
principios jurídicos fundamentales y
● Los problemas éticos del derecho. Como señala Bobbio la teoría de la justicia
constituye la parte fundamental de la filosofía del derecho ya que exige una toma de
posesión frente al derecho positivo lo cual potencia la función crítica y de
transformación social del orden jurídico, establecido y realizado por aquella, y que
queda recogida en la actualidad por grandes autores como Peces-Barbas. Pues bien,
partiendo de estas posturas se podría indicar que la teoría de la justicia representa
para la filosofía del derecho la faceta mas critica y utópica frente al derecho positivo.
Si bien, para establecer como debe ser el derecho, o de formular críticas al derecho
positivo vigente, hay que tener en cuenta otra disciplina científica del derecho, como
es la sociología jurídica, que es la ciencia paradigmática de todas aquellas
denominadas ciencias sobre el derecho que pretende analizar a éste desde una
perspectiva científica externa, no normativa, y dicha sociología tiene por objeto el
estudio de los sistemas jurídicos en sus diferentes contextos sociales, como pueden
ser la cultura, economía, históricos y políticos entre otros.
Lo que se pretende determinar es si la filosofía del derecho tuvo una plena justificación
en el pasado y si todavía la tiene en el presente. Es cierto que la filosofía del derecho
aparece como una disciplina que no tiene unos contornos perfectamente delimitados,
pero es indudable que una de sus pretensiones fundamentales, ha sido, es y será la de
aportar criterios que de una forma u otra incidan en la praxis jurídica. En tal sentido, el
profesor Gil Cremades señalo que la filosofía del derecho no tiene un contenido fijo ni
un método prefijado, pero si mantiene una exigencia, suministra a la praxis jurídica
una metateoría que permita una reflexión y por tanto una crítica de la forma
normativa en que se aborda dicha praxis, así como una posibilidad de aportar otro
modelo de redacción, teoría-praxis.
Es interesante tener en cuenta cuales han sido las opiniones de los filósofos y
científicos del derecho en cuando a la justificación de filosofía del derecho. En todas las
encuestas realizadas puede encontrarse la existencia de casi una totalidad coincidencia
a la hora de justificar la filosofía del derecho. Lo verdaderamente importante es que la
respuesta haya sido mayoritariamente afirmativa con independencia de la posición de
cada autor o corriente, siempre se encuentra una justificación a la filosofía del
derecho.
Uno de los argumentos mas utilizados para la negación de la filosofía del derecho ha
sido la de su carácter y motivo ideológico y hasta cierto punto irracional. Esa
afirmación implica la negación de rigor en la actividad filosófica y por lo tanto su
destierro del ámbito de la reflexión racional. Las corrientes que manejan este tipo de
argumentaciones no llegan propiamente a la negación de la filosofía sino que
simplemente reduce su contenido, presuponiendo que la filosofía si quiere constituirse
como un saber, solamente puede ser teoría de la ciencia, lo que realmente pretende
es, sustraer el mundo de los valores o cualquier tipo de consideración racional, al
entender que los valores, son en sí mismos irracionales y que representan únicamente
la única expresión de un estado racional, esta constatación no justifica que no se
pueda discutir sobre los valores porque quiera ser o no, lo cierto es que toda realidad,
incluida la jurídica está impregnada de valores.
La filosofía del derecho es útil para la ciencia jurídica debido a que puede servirle de
fundamento y punto de partida en cuanto delimita el campo jurídico y establece las
nociones básicas de que sirve la jurisprudencia, por otro lado, puede servir de
orientación en cuanto al método más adecuado, para llevar a cabo su tarea. Así
mismo, la filosofía del derecho es útil para el hombre, para la sociedad en general,
pues en cuanto reflexión teórica y por tanto crítica sobre los problemas de la
ordenación, de la convivencia puede y debe contribuir a que ésta sea cada vez mas
justa, mas humana. Esto es un hecho que ha sido probado en la historia y que por
tanto constituye el más profundo título legitimador.
Hay dos relaciones por las que ha tendido lugar la incomunicación, por una parte, la
falta de entendimiento y por otra el alejamiento de los problemas reales.
La falta de entendimiento se debe a la falta de claridad, esta cualidad, no está
presente en las reflexiones filosóficas jurídicas, la falta de claridad en la exposición de
ideas y en la localización de los problemas es la consecuencia del perjuicio consistente
en la identificación de claridad con la falsa de seriedad, dicho de otro modo, parece
que se comprende fácilmente incluso para aquellos que no son expertos en la materia
tiene que ser algo carente de profundidad y de rigor. Sin embargo, el hecho de que el
lenguaje sea riguroso no implica necesariamente que resulte incomprensible.
La segunda razón es el alejamiento de los problemas reales, la filosofía del derecho
debe tener la pretensión de transcender los datos que suministra la realidad, las
reflexiones filosóficas deben de realizarse partiendo de los datos que suministra la
experiencia. A titulo de ejemplo debemos pensar en el avance vertiginoso de las
ciencias y que ha supuesto la posibilidad de manipulación de la realidad hasta grados
insospechados, como por ejemplo las transformaciones que han dado lugar la
informática o las nuevas técnicas de investigación médica por el que los problemas de
significación (¿) y libertad o la autonomía de los hombres no pueden ser analizados en
todas sus consecuencias si se prescinde de estas nuevas técnicas que incide sobre la
propia existencia del ser humano, en definitiva, se trata de conectar con los problemas
reales que de una forma u otra afectan a las personas, solo si se produce esa conexión
podrá haber una mayor receptividad de los juristas respecto de lo que escriben los
filósofos. Sin bien es verdad, que la situación actual dista mucho de ser la deseable
desde hace algunos años se viene produciendo un cierto acercamiento y una cierta
comunidad de intereses entre las preocupaciones de los filósofos del derecho y los
juristas.
El filósofo Guido Fasso definió el iusnaturalismo como la doctrina según la cual existe y
puede conocerse un derecho natural, ósea, un sistema de normas de conducta
intersubjetiva, distinto del constituido por las normas establecidas por el estado, el
derecho positivo, y éste derecho natural tiene validez por si mismo, es anterior y
superior al derecho positivo y en caso de conflicto, el derecho natural debe de
prevalecer sobre el derecho positivo, por lo que el ius naturalismo es por tanto la
doctrina opuesta al llamado positivismo jurídico, según la cual, el único derecho es el
que establece el estado y cuya validez es independiente de cualquiera de sus
referencias a valores éticos.
En esta sintonía encontramos el profesor Delgado Pinto, el cual señaló que entre los
aspectos perturbables de la tradición iusnaturalista se encontraba la idea fundamental
de que el conjunto de reglas por la que se rige la convivencia humana es algo abierto a
la fundamentación nacional, es decir, que dichas reglas no porque se apoyen en la
fuerza de la tradición, pues son impuestas por el poder, pues le es inherente también
la pretensión de valer como justas o rectas, como racionalmente fundamental.
2. La cognoscibilidad del derecho natural. El derecho natural puede ser conocido por
todos los hombres, al menos en sus principios fundamentales.
5.El derecho natural como limite a la actividad del legislador. El derecho natural
cumple una función de delimitar la función del legislador, en el sentido de que no
estará autorizado para establecer normas que de una forma u otra conculquen sus
preceptos, esto quiere decir que la voluntad del legislador no es omnipotente, sino que
está determinada a ciertas limitaciones con lo que la actuación irregular del legislador
conllevaría a la falta de validez de las normas en oposición al derecho natural.
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Dentro de las teorías iusnaturalistas existen la ontológica y la deontológica.
La ontológica es la que entiende que el derecho natural es el ser del derecho, de tal
forma que el derecho positivo para ser derecho debe estar de acuerdo con el derecho
natural o no se considera derecho. En cuanto al deontológico entiende que el derecho
natural es el deber-ser del derecho positivo, es el modelo de moralidad que debe de
respetar las leyes positivas.
Para defender la existencia de un derecho natural hay una serie de rasgos como son:
- Se trata de un derecho distinto al derecho positivo a diferencia de este último
que ha sido puesto ya que es una creación artificial. El derecho natural tiene su
origen en la naturaleza y es atemporal.
- Su contenido, expresión de la verdadera justicia y del verdadero derecho es
constituido por valores, principios y normas universales e inmutables, validos
en todo momento y lugar.
POSITIVISMO JURIDICO
La otra gran corriente del pensamiento jurídico que ha condicionado las reflexiones
acerca del derecho es el llamado positivismo jurídico o iuspositivismo, la cual empezó
en el SXIX.
Existen ciertamente una serie de nociones que constituyen la base de toda reflexión
positiva como son la idea misma del derecho en tanto que objeto de pensamiento
filosófico, la limitación de lo cognoscible en el campo empírico y la adivinación de los
problemas axiológicos como fundamentalmente inasequible al hombre tal y como
señaló González Vincen en su obra ‘El positivismo en la filosofía del derecho
contemporáneo’ de todo ello se puede deducir que el derecho positivo es el único
existente, el único que merece el calificativo como tal.
Como teoría del derecho el positivismo jurídico es caracterizado por Bobbio como
aquella concepción particular del derecho que vincula el fenómeno jurídico a la
formación de un poder soberano capaz de ejecutar la coacción, el estado.
Se trata de aquella común identificación del positivismo jurídico con la teoría estatal
del derecho. Esta teoría estatal del derecho va acompañada de otra serie de
características tales como la coactividad, la imperatividad, la supremacía de la ley
como fuente del derecho, la creencia de que el sistema jurídico es pleno y coherente y
por último el carácter esencialmente lógico de la tarea del jurista.
Siguiendo el estudio que realizo Bobbio sobre el positivismo jurídico se hace necesario
establecer tres coordenadas.
5.Escuela de exégesis que aparece expresado el postulado de que no hay más derecho
que el positivo. Dicha escuela fue un movimiento de interpretación del derecho que se
inició en Francia después de la publicación del CC de Napoleón y que tuvo su auge en
el siglo XIX, en ella consideraban a la ley como fuente suprema del derecho y al juez
como su interprete.
Una segunda vertiente sería una determinada teoría del derecho que según Bobbio
partiría de seis concepciones fundamentales:
-Teoría coactiva del derecho, siendo la coacción elemento esencial y típico del
derecho.
-Teoría legislativa del derecho a través de la cual se defiende la prioridad de la ley
sobre las restantes fuentes del derecho.
-Teoría imperativa del derecho que implica mantener que las normas jurídicas poseen
una estructura de mandato.
-Teoría de la coherencia del ordenamiento jurídico, esto es, la defensa de la ausencia
de contradicciones entre las normas que componen el ordenamiento o la existencia de
mecanismos para solucionar dichas contradicciones.
-Teoría de la plenitud del ordenamiento jurídico que no es otra cosa que negar la
existencia de lagunas en el derecho.
-Teoría de la interpretación lógica o metafísica del derecho.
Las tres primeras constituyen el pilar de la teoría del derecho y las tres últimas tienen
una importancia secundaria, por lo que es posible diferenciar positivismos jurídicos en
sentido amplio que seria aquel que se caracteriza por defender las tres primeras y
positivismo jurídico en sentido estricto que defiende las tres restantes.
La última vertiente que vemos es una determinada ideología sobre el derecho que en
opinión de Bobbio el positivismo jurídico ha conseguido adoptar una posición neutral
frente al derecho ya que contiene una determinada pretensión sobre como debe de
ser éste, siendo una expresión de una actividad valorativa del hombre frente a la
realidad, en definitiva, una ideología. Esta ideología podría describirse como el
postulado de la existencia de un deber absoluto e incondicionado de obedecer la ley
en cuanto tal que es expresión de lo que se denomina positivismo épico y que Bobbio
distingue entre versión fuerte y débil.
La versión débil afirma que el derecho ya de por si pose un determinado valor, el del
orden, independientemente de su justicia, no es un valor final sino instrumental por lo
que si queremos obtener ese bien debemos de obedecer al derecho.
KELSEN
Fue un filósofo-jurista austriaco. La doctrina de Kelsen representa la imposibilidad de
transcender el formalismo, de contemplar una finalidad más allá de la legalidad.
Kelsen transforma la teoría pura del derecho en una teoría pura del estado,
estableciendo la identidad entre estado y derecho. Se encamina hacia la aceptación
pasada, la pura coacción de toda norma jurídica creada por el legislador estatal, es
decir, lleva la reducción de todo el derecho positivo a la ley.
Este ordenamiento jurídico se justifica por dos notas, el hecho de que tal
ordenamiento es real y eficaz y que su eficacia y realidad deviene por estar sostenida
al estado.
Fundamentación positivista.
Es la concepción general de los fundamentos de tipo positivista. Los derechos humanos
solo existen si están reconocidos en el ordenamiento positivo y han de aparecer como
derechos subjetivos amparados por normas jurídicas válidas.
El positivismo jurídico, aunque puede en alguna de sus modalidades reconocer al
derecho valores morales se desentiende de cualquier fundamentación ética no
convencional y ello se debe a que considera que los diversos argumentos
iusnaturalistas son imposibles de reducir a una razón válida o bien porque niegan la
posibilidad misma de cualquier tipo de conocimiento cierto sobre los juicios morales.
-Dualismo: sostenido por Peces Barbas que, partiendo de la posición positivista fuerte,
es decir, que los derechos no son tales hasta que no están positivados, afirma que en
los mismos radica la necesidad de una valoración moral de la legislación positiva, es
decir, se formula una doble vertiente de los derechos fundamentales como derechos y
como valores.
-El positivismo radical: defendido por Roberto Vernengo, filósofo argentino que
sostiene que la noción de los derechos humanos como derechos subjetivos como una
construcción teórica de los juristas que no precisa de tener una correspondencia
ontológica real identificando cualquier afirmación de normas reales con un realismo
épico subjetivista sin intereses y con fundamento filosófico de los derechos humanos.
-El realismo: las posiciones amparadas por esta modalidad afirman que el fundamento
de los derechos humanos está en que una persona o grupo determinado y relevante
de personas o grupo social amplio reconoce de hecho la normatividad de estos.
Las explicaciones empiristas de este tipo son defendidas por las escuelas del realismo
escandinavo que ofrece una alternativa en el debate entre el iusnaturalismo y el
iuspositivismo a partir de la convención del que positivismo desarrollado en el SXIX
arrastra la epistemología y el método del iusnaturalismo racional por lo que se
encuentra lejos de construir una explicación científica del derecho.
Para esta corriente, en el Derecho hay fuentes, pero no todo el Derecho está basado
en fuentes. Hay normas cuya validez no descansa sobre criterios formales, sino
materiales. Este es el caso de las normas implícitas, como de las normas necesarias. La
juridicidad de las normas implícitas depende su coherencia valorativa con otras
normas del sistema que sí son válidas formalmente. Pero, además, en los sistemas
jurídicos hay normas necesarias, hay normas materialmente válidas y cuya validez no
tiene sentido remitir a una o algunas normas formalmente válidas. Se trata de normas
inderogables, en el sentido que su eliminación implicaría no el cambio de alguna
norma, sino el cambio del sistema jurídico, como por ejemplo la legítima defensa,
imparcialidad de los jueces, etc.
El derecho tiende a verse como una realidad social muy compleja, que desborda por
completo el anterior marco de objetivación. Se parte de la idea de que la existencia,
estructura y contenidos del derecho dependen radicalmente de las creencias de
aquellos que usan el derecho. El Derecho no es algo que está fuera de los sujetos sin
más, sino algo que depende muy centralmente de su propia práctica social, por lo
que no hay oposición entre la objetividad y su práctica. Ello supone una inversión
total de la noción misma del conocimiento jurídico, pues este ya no puede pretender
ser meramente descriptivo y pasa a ser constructivo de una práctica social, que, si bien
está dotada de sentido, nunca es homogénea para que sea posible realizar sin más una
descripción completa de la misma.
En cuanto a la práctica del derecho, presenta múltiples elementos que se hallan en una
tensión interna, cuya armonización operativa obliga a realizar elecciones llamadas a
ser justificativas, no a ser descritas. Dentro del postpositivismo podemos encontrar
tres corrientes:
1. La primera, postpositivismo constitucional. Es la forma más corriente y
explícita, la que adoptan la mayoría de los autores y filósofos, denominada
constitucionalismo o neoconstitucionalismo, y se origina en la pretendida
incompatibilidad del positivismo jurídico con la nueva realidad del Estado
constitucional, y en tener un enfoque exclusivo del Derecho como sistema, y
no como práctica social.
Un modelo normativo de teoría jurídica se hace posible a partir de la idea del punto de
vista jurídico que se origina con el giro hermenéutico de Hart: cuando plantea la
obligatoriedad del Derecho sólo puede valorarse desde un punto de vista en
particular, el de participante, es decir, el agente práctico que adopta los estándares
jurídicos como razones para la justificación y crítica de la conducta tanto propia como
ajena, al identificar la normatividad del Derecho con un punto de vista comprometido,
que reclama razones para la acción, pero al mismo tiempo negar que los términos
normativos clásicos del derecho tengan por naturaleza un sentido moral. Una vez que
se reconoce que el Derecho está conceptualmente sujeto a evolución normativa, se
hace imposible pensar en un posible derecho amoral, con alguna pretensión de
obligatoriedad.
Dentro del dominico normativo, las razones son razones para alguien, alguien que
adopta un cierto punto de vista particular. Por tanto, una aproximación teórica del
punto de vista jurídico requiere un abordaje normativo irreductible a partir de la
pregunta de un agente moral sobre lo que debe hacer, es decir, sobre la base de cuáles
razones corresponde determinar el curso de acción a seguir entre múltiples
disponibles.
Una caracterización del punto de vista jurídico debe dar cuenta a partir de una cierta
concepción de la objetividad moral, de cómo las instituciones pueden cumplir un rol
específico en la postura del agente práctico a quienes sus exigencias están dirigidas, de
modo tal que pueden considerarse normativas. Identificar el derecho supone
reconocer criterios de acción perentorios e independientes de contenido, que
pueden determinarse en función de las reglas creadas por instituciones. Aplicarlo
consiste en adoptar decisiones cuyo impacto en el mundo aparezca ordenado por el
derecho.
Desde un punto de vista jurídico, todos los elementos del sistema son sometidos al
escrutinio de las razones morales para la acción, pues la normativa, una vez planteada,
no tiene un límite previamente definido. La búsqueda de reconstrucción integral del
punto de vista jurídico implica la adopción de un programa postpositivista en tanto la
tesis social constituye un dato sobre el cual hay que determinar el modo en que
impacta en las razones concretas que los participantes de un sistema jurídico
dispongan para actuar.
TEMA 3
a) Estado de Derecho
Para Peces Barba, desde una perspectiva normativa amplia, sólo cabría hablar en
propiedad del Estado de Derecho en su versión de estado social y democrático de
Derecho, cuyo ejemplo normativo se viene a recoger en el artículo 1.1 de nuestra
Constitución, que viene a decir: “España se constituye en un Estado social y
democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento
jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político”.
Sin embargo, hay otros autores como Eusebio Fernández, que viene a manifestar su
preferencia por el Estado social de Derecho, aunque comprensivo de la garantía de
ciertos derechos sociales, propugnando así la existencia de algunos elementos
nucleares como caracterizadores del Estado de Derecho en la actualidad, como son: el
imperio de la ley, la división de poderes, la legalidad de la administración o la garantía
de derechos y libertades fundamentales.
b) Constitucionalismo
GRASSO filósofo italiano del s. XX, en ‘El problema constitucionalismo después del
Estado moderno’ viene a recoger que el derecho constitucional fue concebido con la
función de sustituir al derecho natural, en su doble concepción enunciada como la
visión clásico-cristiana o como la moderna racionalista.
En lo que respecta a la clásica cristiana, una vez caída con la reforma la unidad religiosa
cristiana, iniciando el proceso de secularización, había ido afirmándose la exigencia de
establecer un principio de responsabilidad política y jurídica de los gobernantes, que
debía hacerse valer con procedimientos y sanciones de derecho positivo o legales, con
independencia del llamamiento a la justicia divina y referencias a mandamiento
heterónomos para responsabilidad para con Dios.
Como señaló un jurista español del s. XX, el Sr. Cantero, la constitución sería la fuente
de las fuentes de derecho, rigiéndolo de la siguiente manera. En la jerarquía
normativa, el sistema de fuentes, el 1º lugar, lo ocupa con todas sus consecuencias, de
forma que los tribunales están obligados cuando sea preciso a su directa aplicación.
La norma constitucional se configura como el resultado del más amplio consenso social
y como expresión de los valores más básicos y fundamentales, supra ordinada al resto
del ordenamiento, puede jerarquizar las fuentes de derecho e imponer al mismo
tiempo su contenido justo.
Por otro lado, es la norma que regula la existencia de otras fuentes del derecho, la CE
es en sí misma es un límite para las fuentes enumeradas en el art. 1 CC: la ley, la
costumbre, los principios generales del derecho y la jurisprudencia.
De la UE han derivado toda una serie de normas de distinto rango que en todo caso
afectan a las normas propias del EEMM, de manera que el sistema de fuentes
establecido no queda afectado desde un punto de vista formal, pero si en cuanto a la
soberanía del EEMM, que pierde su capacidad legislativa en el sentido de ser la única
voluntad para tomar en consideración. El derecho comunitario tiene una aplicación
directa, lo que denominamos el principio de eficacia directa, que no exige medida
alguna del EEMM para determinar su aplicación, generando derechos y obligaciones
para el EEMM y para los ciudadanos mismos. Otro principio para tomar en
consideración, la primacía del derecho comunitario, en caso de conflicto entre norma
de derecho interno y de derecho comunitario, prevalece el derecho comunitario, por
lo que afecta soberanamente al sistema de fuentes establecido.
Como otra relevancia encontramos (2) el marco interpretativo. Las normas están
sujetas a normas interpretativas definidas como guías y limites por el OJ. Dado que han
de ser respetadas por el intérprete. El (3) carácter valorativo es otra relevancia. El
derecho está orientado a la realización de determinados valores lo que condiciona
necesariamente el significado de la interpretación, lo cual lo complica al tener en
cuenta que el intérprete lo … subjetivamente. Tres tipos interpretación:
En nuestro OJ, el art. 3.1 CC señala que la norma se interpreta según el sentido propio
de sus palabras, en relación con su contexto, antecedentes históricos y legislativos, y
realidad social tiempo en que se deben aplicar, atendiendo fundamentalmente al
espíritu de aquellas.
Otra peculiaridad es la de que junto a las normas han de interpretarse los hechos
sobre lo que estas se aplican, para lo que han utilizarse criterio jurídicos y
extrajurídicos, esta es la labor concreta de la función judicial. En todo caso, la
interpretación, aunque se practique desde un concepto amplio, no puede suponer
creación de derecho en términos similares a los del legislador. Debe sujetarse a limites
que constriñen tanto los parámetros de su actividad como la pertinencia de su
resultado.
En cuanto aplicación del derecho, la tradición jurídico continental ha respondido a la
técnica de la subsunción, surgida con la ola codificadora Revolución Francesa, que
pretende prever normativamente a todos los avatares que pueden acontecer durante
la vida del individuo, asignando una consecuencia jurídica mediante el esquema del
silogismo lógico de primer grado. Que sería:
2) Supuestos en que las premisas del silogismo necesitan justificación, en relación con
la premisa mayor, existen ocasiones en las que hay que optar entre varias normas, y la
elegida no está del todo clara o tiene que construirse, en relación con la premisa
menor, es evidente que los hechos tienen que quedar fijados, lo que exige la
realización actividad probatoria que no puede describirse, al menos en su totalidad.