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Semestre : 2021-II
Agradecimiento
PRESENTACIÓN
Este trabajo de investigación se centra en el estudio de la transmisión de obligaciones en
el Derecho Romano. Donde el hombre no puede bastarse a sí mismo en todo aspecto,
este tiene necesidad de la industria, de relacionarse, de la actividad de y con sus
semejantes; lo cual es obtenido mediante las obligaciones. Y son las transmisiones de
las obligaciones, mecanismos mediante los cuales los hombres reciben u otorgan
servicios u acciones recíprocas.
Ya que, cuanto más se civiliza una nación, más se desenvuelve en ella el Derecho de
obligaciones; de donde surge la importancia capital de esta materia, que no ha cesado de
perfeccionarse desde los orígenes de Roma hasta nuestros días.
1. ÍNDICE......................................................................................................................5
1. INTRODUCCIÓN.....................................................................................................1
2.1. Transmisión............................................................................................................2
4. Conclusiones..............................................................................................................8
5. Bibliografía................................................................................................................9
BASES ROMANÍSTICAS DEL DERECHO CIVIL
1. INTRODUCCIÓN
Según el origen de la transmisión, ella puede ser legal o voluntaria, donde la primera deriva
de la ley (acciones de sucesión, entro otros) y la transmisión voluntaria proviene de la
voluntad del individuo en cuyos derechos se sucede a través de un contrato (cesión de
crédito).
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2.1. Transmisión.
La palabra transmisión viene del latín transmissio y significa enviar de un lado a otro. La
palabra transmisión resulta equivalente a cesión, traspaso, transferencia; algunos autores dan
como equivalente a la sucesión, dejación, enajenación. Y todas producen efectos jurídicos.
En general, todos los objetos pueden ser susceptibles de transmisión; los sujetos debern reunir
los requisitos de ser capaces de derecho y, de hecho.
Una vez que la obligación ha sido creada pueden ocurrir dos cosas: que esta se extinga por
los diversos modos, o que se transmita a una tercera persona distinta del deudor y acreedor.
2.2. Obligación.
Es un lazo de Derechos que nos constriñe en la necesidad de pagar alguna cosa conforme al
Derecho de nuestra ciudad. La obligación está así comparada a un lazo que une una a otra a
las personas entre las cuales ha sido creada; es, por otra parte, un lazo puramente jurídico.
Pero si se sujeta al deudor, se limita su libertad, no hemos de sacar de ahí la conclusión de
que sea una molestia en la sociedad.
En ciertos casos, sin embargo, se encontró bien admitir que una persona pudiese más
que según el Derecho Natural; era un simple lazo de equidad. Resulta de
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consecuencias que los jurisconsultos y el pretor acabaron por precisar. Pero estas
obligaciones imperfectas, calificadas de naturales, no han sido jamás sancionadas por
una acción.
Aquel en provecho del cual habían sido reconocidas no podía contar más que con una
ejecución voluntaria de parte del deudor;
Distinguen en tres categorías los diversos actos a los cuales puede ser obligado el
deudor, y los resumen en estos tres verbos: dare, praestare, facere.
La obligación tiene siempre por objeto un acto del deudor, que esta personalmente
obligado; resulta de ello que nunca ni aun cuando ella consiste en dare, transfiere por
si misma ni la propiedad ni ningún otro Derecho real. El deudor está obligado
solamente a efectuar esa transferencia por medio de los modos especiales creados para
este efecto.
Por tanto, es posible afirmar que tanto el crédito como la deuda pueden transmitirse; cuando
se transmite un crédito, el acreedor lo cede a favor de otra persona, mientras que, en la
transmisión o cesión de deuda, es un nuevo deudor quien asume la deuda original o primaria.
Pero es importante mencionar que en la obligación romana implicaba una atadura física, la
transmisión de créditos y deudas, en un principio, sólo fue permitida a título universal, como
en el caso de la herencia. Sin embargo, al considerar que los derechos son bienes
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comerciables, la técnica jurídica romana usó más tarde diversos mecanismos para poder ceder
un crédito o transmitir una deuda de forma particular.
A través del desenvolvimiento histórico del derecho romano y ante las exigencias de un
tráfico comercial en creciente desarrollo, fue imponiendo la idea de que la obligación,
especialmente el crédito obligacional era un bien incorporal que pertenecía al patrimonio de
su titular y por lo tanto podía ser comerciable, y la jurisprudencia romana con su espíritu
práctico llegó a despersonalizar la obligación, reconociendo la posibilidad de transmitir los
créditos y hasta las deudas por actos inter vivos. (Hernández R, 2014).
Como ya se mencionó líneas arriba, en el derecho romano, no era aceptable el cambio de uno
u otro sujeto de las obligaciones, sin extinguirse el vínculo jurídico originario, a menos que
hubiera un traspaso total del patrimonio como en la adrogatio o en las transmisiones de
mortis causa.
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Delegatio. - que era el acto por el cual, una persona tomaba el lugar del deudor o del
acreedor. Delegatio solvendi o Delegatio obligando. Podía hacerse por estipulación
en que se extinguía la primera obligación.
Procuratio in rem suma. - operaba como un mandato judicial, no era una cesión de
créditos, porque no se cedía el derecho sustancial del crédito, se obtenía el mismo
resultado y el nuevo acreedor tenía la actio iudicati para conseguirlo en ejecución
forzosa.
En dichas formas existe una variación de la naturaleza y modalidades del vínculo jurídico,
pero se mantiene la misma relación de derecho, reconociendo una modificación desde un
punto de vista subjetivo con el cambio del sujeto activo o pasivo de la obligación, en su caso.
En la cesión de créditos tenemos la sustitución del acreedor por otra persona a quien se le
transmiten los derechos nacidos del vínculo obligacional. El acreedor original que transmite
el crédito recibe el nombre de cedente el nuevo acreedor, que adquiere el crédito, se llama
cesionario, el deudor que es el mismo se designa como cassus cedido.
la compraventa
donación
constitución de dote
etc.
Cedido el crédito a título oneroso, el cedente responde de su existencia (verum nomen) pero
no de la solvencia del deudor (bonum nomen). Si la cesión se hizo a título oneroso, el cedente
está obligado a garantizar al cesionario la real existencia del crédito y que su acción no podrá
ser paralizada mediante una excepción perpetua (nomen verum), mas no la solvencia del
deudor (nomen bonum), a menos que expresamente se hubiera comprometido a ello o hubiere
actuado dolosa o fraudulentamente. Si la cesión se hizo a título gratuito, el cedente ni siquiera
respondía de la existencia del derecho, salvo que hubiese procedido con dolo o fraude.
La cesión de créditos se hacía por delegatio nomins o por procuratío in rem suam.
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a. Delegatio nominis.- institución que no era otra cosa que una novación por cambio de
acreedora. En virtud de una convención tripartita acreedor cedente, deudor y
cesionario estipulaban la extinción de la obligación existente entre los dos primeros, y
la creación en sustitución de ella, la otra obligación en la que quedaba como acreedor
el cesionario.
Este medio no importaba una verdadera cesión de crédito, sino la creación de otro
distinto del primero.
Por otra parte, conservando el cedente su carácter de mandante y de titular del crédito, nada le
impedía recibir el pago de la deuda o hacer remisión de ella con prescindencia del
mandatario, burlando así sus legítimos derechos.
En segundo lugar, el cesionario, podía mediante la actio doli, pedir una indemnización al
cedente que de mala fe hubiera revocado el mandato, perdonado la deuda o concedido una
prórroga al deudor.
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Por último, se estableció que en caso de muerte del cedente no se extinguieran los derechos
del cesionario.
Más adelante y en algunos casos determinados, se le otorgaba una actio utilis al cesionario
para que pueda proceder en contra del deudor, esta acción fue admitida ampliamente en el
derecho justinianeo.
La muerte del cedente o del cesionario no afecta a la cesión a título oneroso, que en
consecuencia vale a favor de los herederos de éste y debe ser respetada por los de aquél.
Justiniao extendió esta regla a las cesiones a título gratuito (Guzman, 1996).
Desde que el cesionario notifica el hecho de la cesión al deudor cedido (denuntiatio) queda
éste impedido de pagar al acreedor cedente, si no hace, no se libera; si le paga antes de la
notificación, se extingue la obligación.
Esta innovación quizá ya pertenezca a la última época clásica. Una vez pagada la deuda por
el deudor cedido, dispone de una exceptio doli contra el acreedor cedente para el caso de que
éste pretenda cobrarle de nuevo una obligación.
De acuerdo con el artículo 1206 del Código Civil, La cesión es el acto de disposición en
virtud del cual el cedente trasmite al cesionario el derecho a exigir la prestación a cargo de su
deudor, que se ha obligado a transferir por un título disti nto. La cesión puede hacerse aun sin
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la vida económica, hay varias hipótesis en las que la satisfacción de las obligaciones
otorgando crédito. Y el crédito siempre se ha visto como elemento integrante del patrimonio
del acreedor, susceptible de transmisión como cualquier otro de sus componentes, a título
gratuito o a título oneroso. Vale la pena señalar que la obligación a menudo no se extingue,
Por tanto, entendemos por cesión de créditos a aquel negocio jurídico celebrado entre un
acreedor originario (cedente) y un tercero mediante el cual aquel le transfiere o cede a este, su
derecho de crédito (parte activa), o sea el derecho a exigir una prestación a cargo del deudor
del acreedor originario. No habiendo necesidad de comunicarse tal negocio jurídico al deudor
La transmisión de las deudas sólo era actuable, al principio, mediante novación, en la figura
de la expromissio.
La idea de la cesibilidad de las deudas fue más difícil de admitir por la legislación romana,
puesto que la persona del deudor era fundamental en la relación obligatoria.
Para el acreedor no podía ser indiferente su sustitución, toda vez que el vínculo seguramente
se había creado en consideración a la capacidad patrimonial del sujeto pasivo de la
obligación, que debía responder al pago de sus deudas con todos los bienes corpóreos o
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incorpóreos que integraran su patrimonio. Por ello, la transmisión de las deudas sólo tuvo
cabida en el derecho romano si se la hacía con la conformidad del acreedor mediante una
novación por cambio del deudor (expromissio). El efecto trasmisorio también pudo lograrse
constituyendo al nuevo deudor en mandatario in rem suam, es decir, en perjuicio propio; pero
legiitimado pasivamente era sólo el antiguo deudor, por lo cual el acreedor no estaba
obligado a aceptar el juicio contra el cesionario de la deuda, ni podía obligársele a asumir un
papel activo en el proceso (Iglesias, 1994; Arguello, 1981)
Para asumir deudas, podía valer también el constitutum debati alieni. Mediante él, un tercero
asume, con conocimiento del acreedor, el pago de una deuda ajena, de tal modo que el deudor
no quedaba liberado, ya que puede ser demandado por el acreedor. Éste puede a su vez actuar
contra este tercero, en realidad está cumpliendo un papel de fiador- por la actio depecunia
constituta. (Di pietro, 1996).
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5. Conclusiones.
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civilización romana como el presente trabajo detalla inicialmente no era obligatorio, pero con
el pasar de los años se fue regulando.
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6. Bibliografía.
Lima – Perú.
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