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“Año del Bicentenario del Perú: 200 años de Independencia”

“Madre De Dios Capital De La Biodiversidad Del Perú”

Carrera : Derecho y Ciencias Políticas

Curso : Bases Romanísticas

Tema : Transmisión de Obligaciones

Docente : Nancy Humani Lima

Estudiantes : Mamani Molina, Santiago Alex


: Pariona Espinel, Armando
: Huillca Luna, Nicol
: Hinojosa Trigoso, Mayra

Semestre : 2021-II
Agradecimiento

Agradezco a todos los docentes de la Universidad Nacional Amazónica de Madre de


Dios, que son las personas las cuales nos transmite sus conocimientos respecto al
Derecho, que día tras día nos inculcan e incentivan a investigar las distintas ramas del
derecho y sobre todo en el derecho romano, que es uno de los pilares del derecho actual
el cual venimos estudiante puesto que el derecho romano es imperecedero.
DEDICATORIA.
El presente trabajo es dedicado a todas las personas que
de una u otra manera vienen apoyándonos a cada uno
de los miembros de este grupo de trabajo en poder
seguir los estudios de derecho y ciencias políticas en la
Universidad Nacional Amazónica de Madre de Dios, y
de especial manera dedicar un agradecimiento a
nuestros padres los cuales son los principales
impulsores de todo lo conseguido en esta etapa
universitaria; de igual manera agradecer a todos
nuestros docentes que día a día nos transmiten sus
conocimientos referidos a el derecho y las ciencias
políticas y finalmente agradecer a nuestra alma mater,
la Universidad Nacional Amazónica de Madre de Dios
por albergaron en esta bella etapa.

PRESENTACIÓN
Este trabajo de investigación se centra en el estudio de la transmisión de obligaciones en
el Derecho Romano. Donde el hombre no puede bastarse a sí mismo en todo aspecto,
este tiene necesidad de la industria, de relacionarse, de la actividad de y con sus
semejantes; lo cual es obtenido mediante las obligaciones. Y son las transmisiones de
las obligaciones, mecanismos mediante los cuales los hombres reciben u otorgan
servicios u acciones recíprocas.

Ya que, cuanto más se civiliza una nación, más se desenvuelve en ella el Derecho de
obligaciones; de donde surge la importancia capital de esta materia, que no ha cesado de
perfeccionarse desde los orígenes de Roma hasta nuestros días.

La transmisión de obligaciones constituye el objeto de la obligación de las acciones que


se ha realizar por parte del sujeto deudor para satisfacer los derechos del acreedor,
puede consistir en dar o entregar alguna cosa en hacer algo o en abstenerse de alguna
conducta, estas acciones son a transmisiones son asociados al contenido patrimonial, es
decir susceptible de valoración económica en dinero.

A través de la transmisión de obligaciones se puede desarrollar cambios dinámicos de


deberes y/o obligaciones adquiridos (permite que existan cambio de titulares), esto
cambios se pueden realizarse sin alterar la verdadera esencia de la obligación, así
cumplían de roma.
1. ÍNDICE

1. ÍNDICE......................................................................................................................5

1. INTRODUCCIÓN.....................................................................................................1

2. Definición y elementos de la transmisión y obligación.............................................2

2.1. Transmisión............................................................................................................2

2.2. Elementos de la obligación.....................................................................................2

3. Transmisión de las obligaciones................................................................................3

3.1. Cesión de créditos...................................................................................................4

3.2. Cesión de deudas....................................................................................................7

4. Conclusiones..............................................................................................................8

5. Bibliografía................................................................................................................9
BASES ROMANÍSTICAS DEL DERECHO CIVIL

1. INTRODUCCIÓN

Este trabajo de investigación monográfica abarcara exclusivamente sobre la transmisión de


las obligaciones del Derecho romano, la obligación era considerada como un vínculo
estrictamente personal, que confiaría al acreedor poderes efectivos sobre otra persona (deudor
consecuentemente). Inicialmente, los derechos y obligaciones eran intrasmisibles de tal modo
que el cumplimiento sólo era exigible al deudor originario, y es a partir de este, que nace esta
institución importante, que es un fenómeno jurídico que se presenta cuando se tiene lugar una
sustitución en la persona del acreedor o del deudor, siempre que la causa de ese fenómeno se
relacione con la persona del sujeto que ha quedado sustituido. 

El fenómeno de la transmisión de la obligación supone un contenido inmutable que


permanece idéntico a sí mismo, con el aditamento invariable de los accesorios y garantías, y
un cambio en el elemento personal del acreedor o deudor. Si la obligación primitiva también
hubiera cambiado, ya no habría transmisión, sino renovación. Según sea el principio de
división que se adopte, pueden distinguirse diversas clases de transmisión.

Según el origen de la transmisión, ella puede ser legal o voluntaria, donde la primera deriva
de la ley (acciones de sucesión, entro otros) y la transmisión voluntaria proviene de la
voluntad del individuo en cuyos derechos se sucede a través de un contrato (cesión de
crédito).

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2. Definición y elementos de la transmisión y obligación.

2.1. Transmisión.

La palabra transmisión viene del latín transmissio y significa enviar de un lado a otro. La
palabra transmisión resulta equivalente a cesión, traspaso, transferencia; algunos autores dan
como equivalente a la sucesión, dejación, enajenación. Y todas producen efectos jurídicos.
En general, todos los objetos pueden ser susceptibles de transmisión; los sujetos debern reunir
los requisitos de ser capaces de derecho y, de hecho.
Una vez que la obligación ha sido creada pueden ocurrir dos cosas: que esta se extinga por
los diversos modos, o que se transmita a una tercera persona distinta del deudor y acreedor.

2.2. Obligación.

Es un lazo de Derechos que nos constriñe en la necesidad de pagar alguna cosa conforme al
Derecho de nuestra ciudad. La obligación está así comparada a un lazo que une una a otra a
las personas entre las cuales ha sido creada; es, por otra parte, un lazo puramente jurídico.
Pero si se sujeta al deudor, se limita su libertad, no hemos de sacar de ahí la conclusión de
que sea una molestia en la sociedad.

El hombre no puede bastarse a sí mismo. Tiene necesidad de la industria, de la actividad de


sus semejantes; es por medio de las obligaciones por lo que obtiene y por lo que da por sí
mismo servicios recíprocos. Cuanto más se civiliza una nación, más se desenvuelve en ella el
Derecho de obligaciones; de donde surge la importancia capital de esta materia, que no ha
cesado de perfeccionarse desde los orígenes de Roma hasta nuestros días.

2.3. Elementos de la obligación.

De la definición de la obligación surgen los tres elementos de que se compone:

a) Un sujeto activo, el acreedor; puede haber uno o varios. Al acreedor pertenece el


Derecho de exigir del deudor la prestación que es objeto de la obligación. El Derecho
Civil le da, como sanción de su crédito, una acción personal; es decir, la facultad de
dirigirse a la autoridad judicial para obligar al deudor a pagarle lo que se le debe. Esta
sanción organizada según los principios del Derecho Civil Romano, caracteriza a las
obligaciones civiles, las únicas que son verdaderas obligaciones, que consisten en un
lazo de Derecho.

En ciertos casos, sin embargo, se encontró bien admitir que una persona pudiese más
que según el Derecho Natural; era un simple lazo de equidad. Resulta de

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consecuencias que los jurisconsultos y el pretor acabaron por precisar. Pero estas
obligaciones imperfectas, calificadas de naturales, no han sido jamás sancionadas por
una acción.

Aquel en provecho del cual habían sido reconocidas no podía contar más que con una
ejecución voluntaria de parte del deudor;

b) Un sujeto pasivo, el deudor, es la persona que está obligada a procurar al acreedor


del objeto de la obligación. Puede haber en ella uno o varios deudores, como uno o
varios acreedores.

c) Un objeto. El objeto de la obligación consiste siempre en un acto que el deudor debe


realizar en provecho del acreedor, y los jurisconsultos romanos lo expresan
perfectamente por medio de un verbo: facere, cuyo sentido es muy amplio, que
comprende a una abstención. Al lado de esta fórmula general están más precisos
ciertos textos.

Distinguen en tres categorías los diversos actos a los cuales puede ser obligado el
deudor, y los resumen en estos tres verbos: dare, praestare, facere.

La obligación tiene siempre por objeto un acto del deudor, que esta personalmente
obligado; resulta de ello que nunca ni aun cuando ella consiste en dare, transfiere por
si misma ni la propiedad ni ningún otro Derecho real. El deudor está obligado
solamente a efectuar esa transferencia por medio de los modos especiales creados para
este efecto.

3. Transmisión de las obligaciones.

Al hablar de la transmisión de las obligaciones, se hace necesario distinguir entre la


transmisión del derecho de crédito que tiene el acreedor y la transmisión de la deuda o deber
de pagar a cargo del deudor.

Por tanto, es posible afirmar que tanto el crédito como la deuda pueden transmitirse; cuando
se transmite un crédito, el acreedor lo cede a favor de otra persona, mientras que, en la
transmisión o cesión de deuda, es un nuevo deudor quien asume la deuda original o primaria.

Pero es importante mencionar que en la obligación romana implicaba una atadura física, la
transmisión de créditos y deudas, en un principio, sólo fue permitida a título universal, como
en el caso de la herencia. Sin embargo, al considerar que los derechos son bienes

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comerciables, la técnica jurídica romana usó más tarde diversos mecanismos para poder ceder
un crédito o transmitir una deuda de forma particular. 

En ese contexto, en la primitiva legislación romana no era reconocida la posibilidad de


transmitir o ceder obligaciones, puesto que la obligatio solo era un vínculo netamente
personal que implicaba una atadura de la propia persona del deudor al acreedor.

Fuera de la sucesión a título universal (hereditas y bonorum possessio), no se concibe una


transmisión de las relaciones obligatorias, debido al carácter personal de la obligación
romana. En principio general el traspaso de las obligaciones activa y pasivamente sólo podía
tener lugar a consecuencia de una sucesión universal mortis causa, que tenía el efecto de
hacer del heredero el continuador de la personalidad jurídica del causante.

A través del desenvolvimiento histórico del derecho romano y ante las exigencias de un
tráfico comercial en creciente desarrollo, fue imponiendo la idea de que la obligación,
especialmente el crédito obligacional era un bien incorporal que pertenecía al patrimonio de
su titular y por lo tanto podía ser comerciable, y la jurisprudencia romana con su espíritu
práctico llegó a despersonalizar la obligación, reconociendo la posibilidad de transmitir los
créditos y hasta las deudas por actos inter vivos. (Hernández R, 2014).

Como ya se mencionó líneas arriba, en el derecho romano, no era aceptable el cambio de uno
u otro sujeto de las obligaciones, sin extinguirse el vínculo jurídico originario, a menos que
hubiera un traspaso total del patrimonio como en la adrogatio o en las transmisiones de
mortis causa.

El fundamento de la intransmisibilidad de las obligaciones en el derecho primitivo era que,


desde que estas no eran transmisibles a los herederos, no podían serlo por el acreedor a
ninguna otra persona por vía de cesión. Este principio consagrado por Gayo, fue admitido
siempre en Roma, pero como tal rigorismo perjudicaba las transacciones y, por otra parte, las
perjudicaba la teoría de la no representación que complicaba el mandato, que se idearon
recursos para soslayar el obstáculo, con dos procedimientos:

Pero el derecho romano a través de la evolución del derecho en materia de obligaciones


usó medidas indirectas como son las siguientes:

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 Delegatio. - que era el acto por el cual, una persona tomaba el lugar del deudor o del
acreedor.  Delegatio solvendi o Delegatio obligando. Podía hacerse por estipulación
en que se extinguía la primera obligación.
 Procuratio in rem suma. - operaba como un mandato judicial, no era una cesión de
créditos, porque no se cedía el derecho sustancial del crédito, se obtenía el mismo
resultado y el nuevo acreedor tenía la actio iudicati para conseguirlo en ejecución
forzosa.

Ya en la actualidad, la transmisión de las obligaciones es posible efectuarlas a través de 3


instituciones: la cesión de derechos, la cesión de deudas y la subrogación.

En dichas formas existe una variación de la naturaleza y modalidades del vínculo jurídico,
pero se mantiene la misma relación de derecho, reconociendo una modificación desde un
punto de vista subjetivo con el cambio del sujeto activo o pasivo de la obligación, en su caso.

3.1. Cesión de créditos.

En la cesión de créditos tenemos la sustitución del acreedor por otra persona a quien se le
transmiten los derechos nacidos del vínculo obligacional. El acreedor original que transmite
el crédito recibe el nombre de cedente el nuevo acreedor, que adquiere el crédito, se llama
cesionario, el deudor que es el mismo se designa como cassus cedido.

La cesión podía fundarse en las más valiosas causas:

 la compraventa

 donación

 constitución de dote

 etc.

Cedido el crédito a título oneroso, el cedente responde de su existencia (verum nomen) pero
no de la solvencia del deudor (bonum nomen). Si la cesión se hizo a título oneroso, el cedente
está obligado a garantizar al cesionario la real existencia del crédito y que su acción no podrá
ser paralizada mediante una excepción perpetua (nomen verum), mas no la solvencia del
deudor (nomen bonum), a menos que expresamente se hubiera comprometido a ello o hubiere
actuado dolosa o fraudulentamente. Si la cesión se hizo a título gratuito, el cedente ni siquiera
respondía de la existencia del derecho, salvo que hubiese procedido con dolo o fraude.

La cesión de créditos se hacía por delegatio nomins o por procuratío in rem suam.

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a. Delegatio nominis.- institución que no era otra cosa que una novación por cambio de
acreedora. En virtud de una convención tripartita acreedor cedente, deudor y
cesionario estipulaban la extinción de la obligación existente entre los dos primeros, y
la creación en sustitución de ella, la otra obligación en la que quedaba como acreedor
el cesionario.

Este medio no importaba una verdadera cesión de crédito, sino la creación de otro
distinto del primero.

b. Procuratio in rem suam.- A través de esta figura la cesión se llevaba a cabo


haciendo uso de la representación procesal. El cedente le otorgaba un mandato al
cesionario autorizándole a cobrar el crédito en su nombre, pero en beneficio propio,
cediéndole de esta manera, más que el crédito el derecho de acción para poder
cobrarlo en juicio.

La forma particular de operar una cesión de crédito presentaba también algunos


inconvenientes. Así el mandato al procurador (cesionario) era esencialmente revocable como
todo mandato, y por consiguiente hasta que no se llegase el proceso a la litis contestatio, que
fijaba definitivamente todos los elementos del juicio, el acreedor cedente podía eliminar del
pleito al procurador cesionario. Además, siendo el mandato un contrato que se extinguía por
la muerte de cualquiera de los contrayentes, el fallecimiento del cedente o del cesionario
antes de la litis contestatio hacía que este último viera frustrado su derecho de proseguir el
pleito y de cobrar el crédito transmitido.

Por otra parte, conservando el cedente su carácter de mandante y de titular del crédito, nada le
impedía recibir el pago de la deuda o hacer remisión de ella con prescindencia del
mandatario, burlando así sus legítimos derechos.

Para remediar las anteriores situaciones se establecieron diversas medidas:

En primer término, a través de la denuntiatio o notificación que el cesionario debía hacer al


deudor, en el sentido de que había adquirido el crédito; el pago que este último hiciera al
cedente no tendría efecto liberatorio

En segundo lugar, el cesionario, podía mediante la actio doli, pedir una indemnización al
cedente que de mala fe hubiera revocado el mandato, perdonado la deuda o concedido una
prórroga al deudor.

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Por último, se estableció que en caso de muerte del cedente no se extinguieran los derechos
del cesionario.

Más adelante y en algunos casos determinados, se le otorgaba una actio utilis al cesionario
para que pueda proceder en contra del deudor, esta acción fue admitida ampliamente en el
derecho justinianeo.

La muerte del cedente o del cesionario no afecta a la cesión a título oneroso, que en
consecuencia vale a favor de los herederos de éste y debe ser respetada por los de aquél.
Justiniao extendió esta regla a las cesiones a título gratuito (Guzman, 1996).

Desde que el cesionario notifica el hecho de la cesión al deudor cedido (denuntiatio) queda
éste impedido de pagar al acreedor cedente, si no hace, no se libera; si le paga antes de la
notificación, se extingue la obligación.

Esta innovación quizá ya pertenezca a la última época clásica. Una vez pagada la deuda por
el deudor cedido, dispone de una exceptio doli contra el acreedor cedente para el caso de que
éste pretenda cobrarle de nuevo una obligación.

En el derecho postclásico y justinianeo están prohibidas algunas acciones: la cesión de


créditos litigiosos, la cessio in potentiorum, esto es, a persona de posición social superior,
para excluir un tráfico perjudicial al deudor, la cesión al tutor de créditos tenidos frente al
pupilo.

Una constitución de Anastacio, completada por Justiniano y tendente a librar al deudor de


ilícitas especulaciones, estableció que puede liberarse pagando, al cesionario la misma suma
que éste satisfizo al cedente como precio a la adquisición del crédito.

4. Derecho Código Civil de 1984 Peruano

De acuerdo con el artículo 1206 del Código Civil, La cesión es el acto de disposición en

virtud del cual el cedente trasmite al cesionario el derecho a exigir la prestación a cargo de su

deudor, que se ha obligado a transferir por un título disti nto. La cesión puede hacerse aun sin

el asentimiento del deudor.

La transmisión de créditos, de las deudas y de la posición jurídica de cualquiera de los

contratantes es un fenómeno de gran relevancia práctica en las transacciones comerciales. En

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la vida económica, hay varias hipótesis en las que la satisfacción de las obligaciones

pecuniarias no se materializa en especie. En estos casos, la transmisión de la obligación de

una persona a otra es un instrumento esencial para estimular la circulación de la riqueza,

otorgando crédito. Y el crédito siempre se ha visto como elemento integrante del patrimonio

del acreedor, susceptible de transmisión como cualquier otro de sus componentes, a título

gratuito o a título oneroso. Vale la pena señalar que la obligación a menudo no se extingue,

sino que es reemplazada. Por lo tanto, se identifican tres tipos de transmisión de

obligaciones: cesión de crédito, cesión de deuda y cesión de posición contractual.

Por tanto, entendemos por cesión de créditos a aquel negocio jurídico celebrado entre un

acreedor originario (cedente) y un tercero mediante el cual aquel le transfiere o cede a este, su

derecho de crédito (parte activa), o sea el derecho a exigir una prestación a cargo del deudor

del acreedor originario. No habiendo necesidad de comunicarse tal negocio jurídico al deudor

cedido ni esperarse su aceptación.

4.1. Cesión de deudas.

La transmisión de las deudas sólo era actuable, al principio, mediante novación, en la figura
de la expromissio.

Este resultado práctico también podía conseguirse constituyendo al nuevo deudor en


mandatario in rem suam, es decir, en perjuicio propio-, pero legitimado pasivamente lo era
sólo el deudor antiguo:

El acreedor no estaba obligado a aceptar el juicio contra el cesionario de la deuda, ni podía


obligarle a tomar parte activa en el proceso (Iglesias, 1994)

La idea de la cesibilidad de las deudas fue más difícil de admitir por la legislación romana,
puesto que la persona del deudor era fundamental en la relación obligatoria.

Para el acreedor no podía ser indiferente su sustitución, toda vez que el vínculo seguramente
se había creado en consideración a la capacidad patrimonial del sujeto pasivo de la
obligación, que debía responder al pago de sus deudas con todos los bienes corpóreos o

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incorpóreos que integraran su patrimonio. Por ello, la transmisión de las deudas sólo tuvo
cabida en el derecho romano si se la hacía con la conformidad del acreedor mediante una
novación por cambio del deudor (expromissio). El efecto trasmisorio también pudo lograrse
constituyendo al nuevo deudor en mandatario in rem suam, es decir, en perjuicio propio; pero
legiitimado pasivamente era sólo el antiguo deudor, por lo cual el acreedor no estaba
obligado a aceptar el juicio contra el cesionario de la deuda, ni podía obligársele a asumir un
papel activo en el proceso (Iglesias, 1994; Arguello, 1981)

Para asumir deudas, podía valer también el constitutum debati alieni. Mediante él, un tercero
asume, con conocimiento del acreedor, el pago de una deuda ajena, de tal modo que el deudor
no quedaba liberado, ya que puede ser demandado por el acreedor. Éste puede a su vez actuar
contra este tercero, en realidad está cumpliendo un papel de fiador- por la actio depecunia
constituta. (Di pietro, 1996).

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5. Conclusiones.

 Conclusión de Nicol Huillca: 

De acuerdo al presente trabajo se puede concluir que la transferencia significa la transmisión


o transmisión de la propiedad creada como acreedor o deudor a otro, que teóricamente puede
provenir de la voluntad del cedente o del cedente que vende el propio o de un acto de quien la
ley tiene esta virtualidad atribuida a la sustitución, por ejemplo, muerte, según disposición
“los derechos activos y pasivos que constituyen la herencia de un superviviente fallecido que
la ley o el testador exige recibir".

Y por lo tanto para aclarar: El fenómeno de la transferencia de la obligación asume un


contenido inmutable que permanece idéntico a sí mismo, con la adición inmutable de
accesorios y garantías y un cambio en el elemento personal del obligante o del obligado.

 Conclusión Mayra Hinojosa:

Por otra parte, algunos legisladores consideran a la cesión de derechos o de obligaciones


como una extinción de las obligaciones. En la transmisión de derechos cambia el acreedor y
en la transmisión de las obligaciones cambia el deudor. Habrá cesión de derechos cuando el
acreedor transfiere a otro que lo tenga contra su deudor. El que transmite se llama cedente y
el que adquiere los derechos se llama cesionario

 Conclusion Santiago Alex Mamani Molina:

La transmisión de las obligaciones era netamente personal de toda obligación no se concibió


en roma que una de las dos partes de la relación obligacional fuera sustituida por otra, sin
alterar la esencia obligacional. Tampoco admitía que un acreedor acepta aun nuevo deudor,
en la actualidad está permitido en nuestra normatividad jurídica es una institución muy
importante.

 Conclusion Armando Pariona Espinel:

Finalmente, la transferencia de obligaciones se detalla que ésta nació en civilización romana


y desde ahí que se da preponderancia hasta la actualidad, sin antes pasar por adecuaciones
propias de cada sociedad. La transferencia de obligaciones con el pasar de tiempo fue
albergando mayores aspectos dentro del derecho Privado y mercantil. Dentro de la

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civilización romana como el presente trabajo detalla inicialmente no era obligatorio, pero con
el pasar de los años se fue regulando.

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6. Bibliografía.

 Arguello L. R. (1981). Manual de Derecho Romano -Historia e Instituciones-, 2 da.


Edición corregida. Editorial ASTREA, Buenos Aires.

 Di pietro A. (1996). Derecho Privado Romano, Ediciones DEPALMA, Buenos Aires,


1996

 Hernadez, R. C. (2014). Derecho Romano Historia e instituciones. Jurista editora


E.I.R.L.

 Lima – Perú.

 Guzmán A. B. (1996). Derecho Privado Romano, Tomo II, Editorial Jurídica de


Chile, Santiago.

 Iglesias J. (1994). Derecho Romano -Historia e Instituciones - Undécima edición,


editorial ARIEL, S.A. Barcelona.

 Ramirez CH. (2013). Derecho Romano. Primera edición. Lima-Peru.

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