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Apuntes bachillerato – Raquel Benítez

ORTEGA Y GASSET

CONTEXTO HISTÓRICO, CULTURAL Y FILOSÓFICO

Respecto al ámbito histórico y político, hay que resaltar “el problema de


España”, heredado de la Generación del 98. En este sentido, Ortega considera que
para modernizar España era necesario seguir el modelo Europeo y especialmente
apostar por la ciencia. De la misma forma fue crítico con la dictadura de Primo de
Rivera (1923-1929), período en el que dimitió de su Cátedra de Metafísica de Madrid y
mostró su entusiasmo con la llegada de la II República, DE LA QUE POSTERIORMENTE
FUE CRÍTICO. Las ideas políticas de este pensador se pueden considerar como
elitistas. En su obra España invertebrada señala que la misión de las masas es la de
seguir a los mejores, en vez de intentar suplantarlos. El “hombre masa” no quiere
supeditarse a la moral alguna y tiene todos los derechos pero ninguna obligación.

En cuanto a la renovación cultural de España, el krausismo es un movimiento


de renovación social, político y educativo que cobró auge en nuestro país durante los
siglos XIX y XX. La figura más importante de esta corriente fue Francisco Giner de los
Ríos, fundador de la Institución Libre de Enseñanza, una nueva forma de entender la
pedagogía y la educación de los niños fomentando la libertad y la razón.
Por otro lado, el Regeneracionismo será otra posición importante, estando
emparentada con la mentalidad positivista y científica: plantea la solución al
“problema de España” con remedios científicos. Joaquín Costa será su máximo
representante.
Por último, señalar las dos generaciones de intelectuales de este momento: la
Generación del 98 (Pío Baroja, Machado, Azorín, Valle-Inclán, Unamuno), a quienes les
une la preocupación por la pobreza del país y sus soluciones; y la Generación del 14 (a
la cual pertenece Ortega y Gasset junto con Juan Ramón Jiménez, Gregorio Marañón),
quienes se identifican con el interés por europeizar España, e introducir la ciencia y el
republicanismo en ella.

Un aspecto a resaltar en el ámbito filosófico es la crítica de Ortega a toda la


tradición moderna que comienza con Descartes. El racionalismo ha dejado en
suspenso la vida misma centrándose en el “Yo”. Por lo tanto, es preciso reformar la
filosofía y los conceptos clásicos que viene utilizando (sustancia, idea, causa, ser, etc).
El vitalismo como corriente filosófica surge de la propuesta nietzscheana. Para
Nietzsche, la fuerza de Dionisos en su despliegue creativo e ilimitado, y la voluntad
de poder es lo que define la vida. La crítica que Ortega hará a este pensador es que
su filosofía acaba abocando a un irracionalismo con el que él no estará de acuerdo.
La Razón debe ser recuperada para la misma.
Del mismo modo, cabe mencionarse la influencia del historicismo de Dilthey
(siglo XIX –importancia de la historia como forma de interpretar los conceptos
filosóficos) respecto al concepto de Razón Histórica en Ortega. Así mismo,
destacamos las filosofías existencialistas de Heidegger y Sartre y la problemática
existencial de la realidad humana como fundamento de toda reflexión filosófica,
aspecto que entronca con su reflexión sobre la vida en Ortega.
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COMPARACIÓN DE ORTEGA Y GASSET CON OTRA POSICIÓN FILOSÓFICA

A continuación, pasamos a comparar a Ortega con Descartes, ya que en la


Doctrina del punto de vista se establece una crítica contundente al racionalismo.
Mientras que para Ortega la verdad se determinaría con la concatenación de
diferentes puntos de vista, para Descartes la Razón puede alcanzar la totalidad del
saber a través de un método (deductivo), basado en las matemáticas, que nos haga
conducir correctamente nuestros pensamientos. Y es de ese modo porque ésta puede
perderse en la búsqueda de la verdad, dejándose arrastrar por las pasiones, a través de
la intuición (momento en el que se captan las ideas innatas) y deducción (combinación
de ideas innatas para alcanzar el conocimiento). Cabe citarse que la Razón en
Descartes es una Razón pura; y en Ortega es una Razón vital, esto es, la Razón
desciende a la vida. Respecto a la Razón histórica en Ortega, condicionada por un
contexto determinado, en Descartes la Razón es omnímoda.
Las reglas que componen el método son las siguientes: REGLA DE LA
EVIDENCIA (no tomar como verdadero aquello que no se presente a mi espíritu con
suficiente claridad y distinción); REGLA DE ANÁLISIS (dividir las dificultades en partes
para facilitar el hallazgo de una solución); REGLA DE SÍNTESIS (conducir
ordenadamente los pensamientos, desde el más simple hasta el conocimiento de los
más complejos) y la REGLA DE COMPROBACIÓN ( hacer enumeraciones y revisiones
para no olvidar ninguna de las reglas anteriores).
El siguiente paso sería aplicar este método para encontrar una primera
certeza. Para ello, Descartes dudará del conocimiento procedente de los sentidos, de
la existencia del mundo al confundir la vigilia con el sueño, y de las matemáticas, por
la hipótesis del genio maligno que siempre le conduce a error. Por tanto, si duda, es
indudable que está pensando. Ya hemos encontrado la primera verdad indubitable:
“Cogito, ergo sum” (Pienso, luego existo). En contraposición, el primer principio para
Ortega es la vida.
Una vez halladas otras ideas tan claras y distintas como la anterior,
concretamente las ideas innatas (junto a las adventicias y a las facticias), que son
aquellas que emanan de la propia Razón y las posee en sí el entendimiento (por
ejemplo: idea de infinito y perfección), pasamos a exponer lo que constituiría la verdad
omnímoda en Ortega y Gasset: Dios. Para este pensador, Dios yuxtapone todas
nuestras perspectivas: nosotros inyectamos vida a Dios y todos los puntos de vista
son válidos. La existencia de Dios en Descartes viene argumentada con el argumento
ontológico de San Anselmo, por el que si se puede pensar un Ser Perfecto, es
imposible pensar nada superior a él: Dios no sólo existe en el entendimiento, sino
también en la realidad: la perfección implica existencia; y por el principio de
causalidad aplicada a Dios, por el que Dios es causa formal de nuestras ideas innatas:
si poseemos la idea de perfección en nuestro entendimiento, es porque un ser
perfecto la ha inducido en nuestra mente.
Por último, Descartes descubrirá las tres sustancias (sustancia: todo aquello
que no necesita más que ella misma para existir) de las que es imposible dudar: la
sustancia infinita o Dios (Dios es omnipotente, eterno, perfecto e inmutable), la
sustancia pensante (alma, cuyo atributo es el pensamiento), y la sustancia extensa
(cuerpo, cuyo atributo es la extensión: figura y movimiento).
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En la actualidad cobra importancia la educación y la cultura. Ortega se incluye


en una perspectiva regeneracionista de la España de su época. La sociedad sólo puede
mejorar en relación con la formación y preparación de sus ciudadanos. España
necesitaría una regeneración educativa considerando los problemas por los que se
está viendo afectada en los últimos años, como medio de solución.

APARTADO 2C: JUSTIFICACIÓN FILOSÓFICA DEL AUTOR

La concepción filosófica de Ortega es que todo filosofar debe buscar el mundo


en su integridad para ir a las raíces y a los elementos últimos del mismo. Las notas
características de lo que se puede considerar como filosofía se sintetiza en que ésta
debe plantear un problema absoluto y, además, no debe partir de creencias previas.
De igual modo, debe ser autonómica y constituye un conjunto de conceptos que puede
ser comunicable.

Ortega y Gasset realiza una crítica radical a las dos tradiciones que venían
siendo habituales en teoría del conocimiento: el realismo (la ciencia) y el idealismo
(racionalismo). Por un lado, la ciencia no tiene nada que decir acerca del ser humano.
La Razón científica se detiene y se queda extraña ante la vida humana. “El hombre no
tiene naturaleza, sino que tiene historia” – “La ciencia, cuando intenta atrapar a la
realidad humana, se le escapa como agua en una canastilla”. Respecto al idealismo,
conceptos como “ser” o “sustancia” son entidades abstractas, permanentemente
distanciadas de la vida. La alternativa es proponer que la única realidad no es la que
propone la ciencia ni las abstracciones del racionalismo, sino la vida como fundamento
sincero de toda reflexión.

El pensador no se conformará únicamente con hacer una simple descripción de


la vida, sino que formulará toda una teoría del conocimiento denominada
Perspectivismo: lo real se nos presenta a través de distintos puntos de vista, que se
van integrando unos con otros para alcanzar la verdad. La posición opuesta al
Perspectivismo sería el relativismo (Protágoras de Abdera): esta postura considera
que todas las opiniones valen lo mismo, y por tanto, no existe una verdad absoluta.
Emparentado con el concepto de Perspectivismo se encuentra el de Circunstancia: el
punto de vista, considerando que estamos encuadrados y determinados en una
circunstancia en concreto, es una peculiaridad del mundo y de alguna manera nos
limita. La conocida frase de Ortega: “Yo soy yo, y mis circunstancias” hace referencia a
esto mismo. En este caso, el “Yo” no se interpreta a la manera de Descartes como
una sustancia pasiva, sino que de éste se proyecta la vida. La circunstancia sólo tiene
consistencia aplicada a un sujeto viviente.

El planteamiento de Ortega, una vez desentrañado cuál debe ser el objeto de


reflexión por parte de la filosofía, la vida, es encontrar los atributos con los que poder
definirla. Para ello, se encuentran ciertas categorías que la hagan accesible al
pensamiento TAL COMO VIENEN DESCRITAS EN SU LIBRO “¿QUÉ ES FILOSOFÍA” (1929):
- Vivir es encontrarse en el mundo: vivir es ser consciente de ello.
- El siguiente paso será determinar de qué modo debemos estar en el mundo:
tenemos que estar ocupados en algo en función de nuestra vocación.
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- Posteriormente, se detendrá en reflexionar acerca de por qué nos ocupamos:


tenemos una ocupación porque perseguimos una meta que dé sentido a
nuestra existencia.
- La vida se concibe como anticipación y proyecto, es decir, el vivir consiste en
plantear una mirada hacia un horizonte que todavía no es pero que puede ser.
- El motivo por el que podemos proyectar nuestra vida es la libertad que
constitutivamente posee el ser humano.
- Sin embargo, esta libertad no es absoluta, puesto que las circunstancias nos
limitan.
- Por último, la temporalidad limita nuestro proyecto de vida.

Para terminar, Ortega y Gasset defiende el Raciovitalismo, esto es, una corriente
filosófica que reconoce el valor de la Razón siempre que se ponga al servicio de la
vida. Esto es consecuencia de que, a partir de Sócrates y Platón, la vida se suplantó
por la Razón.
Relacionado con lo anterior es el concepto de Razón Histórica. El hombre tiene
historia y nuestra vida es un proyecto continuo, abierto a las posibilidades y
circunstancias que ofrece el mundo.

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