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La Escuelas Filosóficas: Positivismo Vs Idealismo

Son muchas las concepciones que existen en torno a la filosofía, una definición general podría ser el
estudio de la sabiduría, y por sabiduría entiendo no solamente la prudencia en la acción, sino
también un conocimiento perfecto de todas las cosas que el hombre puede conocer, tanto para
orientar su vida y conservar su salud como para la invención de todas las artes. En este sentido, en
el transcurrir de la historia se ha evidenciado como el hombre ha desarrollado diversas corrientes del
pensamiento en su afán de dar explicación al mundo que los rodea y encontrar la verdad; corrientes
que han moldeado la mente del mismo hombre. Es evidente, que el desarrollo del conocimiento está
íntimamente relacionado con la corriente que se asuma. Con esta disertación se pretende hacer una
comparación de los supuestos de dos grandes escuelas filosóficas como lo son el positivismo y el
idealismo, con el objeto de suscitar y despertar en los lectores el conocimiento del mundo y de la
realidad desde estos dos sistemas filosóficos.
Para iniciar la disertación, es de utilidad dar una descripción sobre la concepción de las escuelas
filosóficas, estas consisten en un grupo de pensadores que comparten puntos de vista comunes
entre sí, acerca de la realidad y los fenómenos, sus interpretaciones y propuestas se basan en un
marco doctrinario, diferenciado de las pertenecientes a otras escuelas.

El positivismo.

El positivismo surge en Francia a inicios del siglo XIX. Se considera como el despertar del estudio
del hombre, su historia, lengua, instituciones sociales, entre otros. Para Kolakowski (1988) el
positivismo es un conjunto de reglamentaciones que rigen el saber humano y que tiende a reservar
el nombre de “ciencia” a las operaciones observables en la evolución de las ciencias modernas de la
naturaleza. Durante su historia, dice este autor, el positivismo ha dirigido en particular sus críticas
contra los desarrollos metafísicos de toda clase, por tanto, contra la reflexión que no puede fundar
enteramente sus resultados sobre datos empíricos, o que formula sus juicios de modo que los datos
empíricos no puedan nunca refutarlos.
El surgimiento de esta corriente se da porque el hombre es desafiado por un acontecimiento que
conmovió los cimientos del mundo social, La Revolución Francesa. En este momento histórico la
ciencia natural estaba asentada sobre los pilares de la tradición galileana y unas ciencias humanas
con logros y pretensiones científicas.
En este orden de ideas, la concepción filosófica del positivismo se basa en la experiencia y el
conocimiento empírico de los fenómenos naturales, en el cual la metafísica y la teología son
sistemas de conocimientos imperfectos e inadecuados. Esta corriente afirma que el único
conocimiento auténtico es el conocimiento científico. Su filosofía se basa en explicar causalmente los
fenómenos por medio de leyes generales y universales.
Según se evidencia, esta escuela se caracteriza por:
 El rechazo de la metafísica y de toda proposición no vinculada con los hechos constatados.
     El rechazo de los juicios de valor, en cuanto no se apoyan en certezas y en leyes
científicas.
     El empirismo es el único medio de llevar a cabo observaciones sistemáticas y ciertas, para
deducir conclusiones válidas.
      El fenomenalismo que solo acepta la experiencia obtenida por la observación de los
fenómenos.

Cabe considerar, a su principal representante, Augusto Comte, cuya filosofía radicaba en la asunción
de la razón y la ciencia como únicas guías de la humanidad capaces de instaurar el orden social sin
apelar a oscurantismos teológicos o metafísicos. Comte afirma que únicamente la ciencia positiva o
positivismo podrá hallar las leyes que gobiernan no sólo la naturaleza, sino nuestra propia historia
social, entendida como la sucesión y el progreso de determinados momentos históricos llamados
estados sociales. La humanidad en su conjunto y el individuo como parte constitutiva, está
determinado a pasar por tres estados sociales diferentes que se corresponden con distintos grados
de desarrollo intelectual: el estado teológico o ficticio, el estado metafísico o abstracto y el estado
científico o positivo.

Según se evidencia, para Comte el conocimiento y la sociedad, de la mano del conocimiento, deben
pasar evolutiva y progresivamente por estos tres estadios, como lo hace una persona que pasa de la
niñez, hacía la juventud y hacía la vida adulta. De esta evolución dependía en todo sentido el
progreso social, tanto como para decir que una sociedad científica debía ser también una sociedad
civilizada. Sin embargo, esa confianza excesiva en el conocimiento científico ha sido desmentida por
los mismos avances de la historia y de la ciencia. Para nosotros en esta época es evidente la
ingenuidad de Comte y de buena parte de los modernos, pues sabemos que los avances científicos
no conducen necesariamente a los avances sociales, sino que incluso, pueden traer nuevos
problemas sociales.

El Idealismo.

Por su parte, el idealismo tiene sus orígenes en Alemania en el siglo XVIII. Fue Leibniz quien empleó
el término idealista al referirse a Platón y a otros autores para quienes la realidad es la forma o la
idea. Estos autores idealistas o formalistas sostienen doctrinas diferentes de las ya propuestas por
otros autores, como, por ejemplo, Epicuro, calificado de materialista.
Por esto, la filosofía idealista de la época moderna se funda igualmente en las ideas. Según el
idealismo, lo que verdaderamente existe puede ser comprendido por el entendimiento, pero no
percibido por los sentidos, pues es inmaterial. De esta manera se reduce la realidad a pensamiento,
pero no a una clase de pensamiento que no fuera más que una representación subjetiva, sino a
existencias reales, incorpóreas e invisibles, pero no ininteligibles. Algunos postulados son:

      Plantear que no conocemos las cosas tal y como son en sí.


      El sujeto construye, a menos en parte el objeto.
      El conocimiento es independiente de la experiencia.

Tal como se ha visto, el Idealismo utiliza como herramienta, principalmente, la deducción, reduciendo
todo conocimiento y toda acción a principios de valor absoluto. Por lo demás, busca un origen
sobrenatural a estos principios y admite una suerte de “espontaneidad”, fuera de los mecanismos
puramente materiales, que conduce a la vida hacia la eternidad.
Asimismo, los idealistas declaran que lo único real es el pensamiento, que todo lo demás no
podemos conocerlo, que no sabemos ni podemos saber si existe o no el mundo exterior. Dicen que
el mundo exterior es el producto de nuestras ideas, es el reflejo de éstas, que el mundo sólo existe
en la medida en que pensamos que existe. Vienen a decir que no podemos saber si en el universo
hay algo más que nuestra conciencia.
Platón, uno de los principales exponentes del idealismo, considerado el primer idealista, mantenía
que el ser está constituido por las formas o ideas, las ideas no tienen origen, no cambian ni
desaparecen y que los objetos materiales tienen origen, cambian y desaparecen.

En resumen, la corriente filosófica difiere radicalmente del positivismo. Para los positivistas, lo único
real y existente era aquello que puede ser experimentado, medido y catalogado a través del método
científico. Todo lo demás era falso e ilusorio. Por lo tanto, las proposiciones del idealismo no pueden
considerarse como verdaderas, pues sus contenidos no provienen de la experiencia.
El positivismo, como se ha dicho, parte de lo material y confía en que el ser humano mediante los
sentidos y la experiencia es capaz de llegar a una versión cercana de la verdad objetiva externa;
todo lo que queda fuera de lo físico (o sea, lo metafísico) no puede ser captado por los sentidos y,
por lo tanto, debe ser rechazado. Por su parte el idealismo no tiene inconveniente en aceptar todo
tipo de explicaciones abstractas e imaginarias de los sucesos, como por ejemplo la creencia en Dios,
algo que, según la sociología de la religión es una cuestión emocional, afectiva y cultural.
Aceptar a Dios u otros fenómenos sobrenaturales es defraudar a la racionalidad propia del ser
humano y a su madurez intelectiva, al poner en un mismo plano la realidad desvelada por las
ciencias y la experiencia, por un lado, y la mera imaginación, por otro. Pero en cualquier caso la
historia enseña que la religión está tan ligada al ser humano (pues llena de sentido su precaria
existencia) que es difícil pronosticar, o incluso imaginar, si en alguna época futura los hombres serán
capaces de desenvolverse sin creencias de este tipo.

“Ciencia, y por lo tanto previsión; previsión, y por lo tanto


acción: tal es la fórmula que expresa con exactitud la relación
general que existe entre ciencia y arte, tomando estos
dos términos en su acepción más amplia”.
Auguste Comte
REFERENCIAS
Kolakowski, L. (1966). La filosofía positiva. Madrid: Ediciones Cátedra.
Vargas-Mendoza, J. E. (2006) Teoría del conocimiento. México: Asociación Oaxaqueña de
Psicología A.C. En http://www.conductitlan.net/conocimiento.ppt [Consulta: junio 12 del 2014]

Preguntas

1. Con sus palabras explique en qué radica la diferencia entre el idealismo y el positivismo. Para
afianzar su explicación, tome un ejemplo de la vida cotidiana.
2. ¿Por qué razón o razones, el positivismo rechaza la metafísica? Justifique su respuesta.
3. En el texto se dice que se tuvo una excesiva confianza en el conocimiento científico, pero que
se avance no necesariamente condujo a progresos sociales y que, incluso, pudo o puede
generar nuevos problemas. Proponga un ejemplo real para explicar como la ciencia a
demostrado avances, pero también ha creado otros problemas.
4. En cuanto al idealismo ¿es posible que el ser humano tenga ideas sin que haya el concurso
de los sentidos y de la experiencia? Proponga un ejemplo para explicar tanto si su respuesta
es afirmativa o negativa.
5. ¿Qué posición les parece más válida? ¿Cuál defenderían? Justificar su respuesta.

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