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CURSO: DIAGNÓSTICO E INFORME PSICOLÓGICO

AULA Virtual

TURNO Noche

TEMA Diagnóstico Funcional

ESCUELA Psicología

PROFESORA Gladys Altez Juscamaita

CASO CLÍNICO SESIÓN 7

I.
DATOS DE FILIACIÓN:


Nombres y apellidos : Juan


Edad : 45 años


Lugar y fecha de nacimiento : Lima 15 de setiembre


Estado civil : Casado


Grado de instrucción : Superior


Ocupación : Contador


Dirección : Los Cipreses 330

II.
PROBLEMA ACTUAL:

MOTIVO DE CONSULTA: Incremento de la conducta de Fumar.

Juan refiere que hace más de tres años que fuma demasiado, comenzó fumando dos cigarrillos al día y ha llegado a fumar en ocasiones hasta

una cajetilla por día (20 cigarrillos). Cuenta que el inicio de su problema fue cuando nació su primer hijo, cuando su esposa estaba en la última

semana de dar a luz fue llevado de emergencia al hospital e internada, él la acompaño, los médicos le dijeron que el estado de su esposa era

delicado y debía esperar fuera del hospital, se sentía nervioso, y preocupado tenía miedo de que algo malo sucedería. En esas circunstancias

se va a tomar un café y un señor le invita un cigarrillo, “como era de noche y hacía frío lo acepte” manifiesta, como no recibía noticias de la

situación de su esposa decidió comprar más cigarrillos y fue la primera vez que fumó 4 cigarrillos. A partir de esa fecha “le agarré un gustito”

fuma en las reuniones familiares y sociales cuando toma alcohol, después de tomar un café, en el trabajo, cuando ve a sus amigos fumar,

cuando siente el olor del humo del cigarro, cuando se encuentra solo en la casa, en su oficina lo cierra y fuma. Cuando lee o esta aburrido,

enfadado o con hambre. Piensa “un cigarrito me caería bien” enciende uno y seguidamente otro. “Últimamente por mi puesto de trabajo tengo

que tomar decisiones de despedir gente y ello me provoca tensión y me veo en la necesidad de fumar y pienso “esto calmará mis nervios y

estas últimas tres semanas he fumado un promedio diez cigarros al día, generalmente entre las 3 y las 6 después de un buen almuerzo con

los amigos de paso que conversamos y antes de reuniones con la gerencia, ya me han dicho algunas personas que huelo a tabaco y que es

desagradable ese olor. Luego de fumar me siento más tranquilo me reduce la tensión, más aliviado, y placer por hacerlo, difícil de explicar.

Cuando fumo más de diez cigarros siente dolores de cabeza, embotamiento y cansancio. No ha tenido tratamiento anterior, pero piensa que si

sigue fumando puede contraer cáncer por lo tanto cree que ya no fumará, pero lo sigue haciendo. Y cuando deja de fumar siento un vacío en

el estómago, náuseas, mareos, temblores en las manos.


Su esposa le ha dicho que gasta mucha plata en “su vicio” y le manda a la azotea cada vez que quiere fumar, él le ha prometido que dejara de

fumar.

III. DEFINICIÓN OPERACIONAL


Dependencia al tabaco
a) Fumar en diversas situaciones de la vida diaria

b) Seguir fumando a pesar de las posibles consecuencias.

c) Dejar de fumar le provoca reacciones fisiológicas.

IV. ANÁLISIS FUNCIONAL DE LA CONDUCTA.

Estímulo Antecedente: Su esposa se encontraba delicada y estaba a punto de dar a luz.

Respuesta: Sintió nervios, preocupación y miedo, fumó un cigarro, luego de ello unos cuantos más, hasta llegar a fumar en diversas

situaciones de su vida diaria.

Estímulo Consecuente: Luego de fumar siente tranquilidad, se reduce la tensión, se siente más aliviado, además de sentir placer por hacerlo

y al dejar de hacerlo siente un vacío en el estómago, náuseas, mareos, temblores en las manos.

V. DIAGNÓSTICO FUNCIONAL DE LA CONDUCTA.


Exceso

 Fumar demasiado (promedio diez cigarros al día)

 Siente dolores de cabeza, embotamiento y cansancio, al fumar más de 10 cigarros.

 Siente vacío en el estómago, náuseas, mareos y temblores en las manos, al dejar de fumar.


Debilitamiento

 Fuma en diferentes situaciones, piensa que eso calmará sus nervios.

 Presenta dificultades en sus relaciones interpersonales.


Déficits Conductuales

 Inhabilidad social.
 Dificultades interpersonales.
VI. TRATAMIENTO

Psico-social y Farmacológico. Ambos deberían incluirse en el apoyo a cualquier persona que solicite ayuda para dejar de fumar.

Bello (2011) Mencionó que Las estrategias psico-sociales, que mayoritariamente tienen un enfoque cognitivo-conductual, están destinadas a

que el fumador reconozca su adicción, sus características personales, modifique pautas de comportamiento, desarrollando estrategias y
habilidades para lograr y mantenerse en abstinencia, lo que habitualmente significa cambiar rutinas y estilos de vida, es decir aprender a "vivir

sin tabaco".

Terapia cognitivo conductual (TCC). La terapia cognitivo conductual ayuda a los pacientes a identificar los factores desencadenantes

personas, lugares o cosas que incitan el comportamiento y les enseña habilidades para evitar las recaídas (por ejemplo, técnicas de relajación)

y estrategias efectivas para evitar fumar frente a situaciones estresantes o factores desencadenantes.

Referencia Bibliográfica:

Bello, S. (2011). Tratamiento del tabaquismo. Revista chilena de cardiología, 30(3), 230-239. Recuperado de:
https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?pid=S0718-85602011000300007&script=sci_arttext

CASO CLÍNICO MARTÍN

DATOS DE FILIACIÓN:

a. Nombres y apellidos : Martín

b. Edad : 15 años

c. Lugar de nacimiento : Lima

d. Grado de instrucción : 3ro de Secundaria

II. DEFINICIÓN OPERACIONAL


Conducta Disruptiva:

a) Tirar y romper objetos.

b) Agredir y faltar el respeto.

c) Sustraer dinero.

d) Escapar de casa.

e) Consumir drogas.

f) Provocar incendio.

g) Autolesionarse.

III. ANÁLISIS FUNCIONAL DE LA CONDUCTA.

Estímulo Antecedente:

Sufrió abuso sexual por un hombre mayor, ausencia y alcoholismo del padre, su madre se fue a España.

Respuesta:

Inició sintiendo cólera, continuamente es impulsivo, irritable, impaciente y con conductas violentas; junto con ello (a causa del viaje de su

madre), animo depresivo, tristeza, desánimo y disminución del apetito.

Estímulo Consecuente:
Sustracción de dinero ajeno, pensamientos agresivos y dificultades para controlar la ira, consumo de sustancias ilícitas y autolesiones.

IV. DIAGNÓSTICO FUNCIONAL DE LA CONDUCTA.


Exceso:

 Cólera, irritabilidad e impulsividad e impaciencia.

 Animo depresivo, tristeza y desánimo.

 Conducta agresiva y autolesión.

 Consumo de sustancias y disminución del apetito.


Debilitamiento:


Dificultad para controlar la conducta agresividad.


Dificultad en las relaciones interpersonales.


Dificultad para el manejo de la ira.


Déficits Conductuales:

 Desobediencia

 Discusiones con adultos

 Comportamiento antisocial

 Rechazo al aprendizaje

V. TRATAMIENTO
Con respecto al tratamiento, González y Carrasco (2006) han detallado las siguientes propuestas:

Técnicas cognitivas y cognitivo-conductuales

Entrenamiento en autoinstrucciones. - Se basa en la modificación de aquellas autoinstrucciones desadaptativas que acompañan la conducta

agresiva y la instauración de autoinstrucciones más positivas y adaptativas que sustituyan a las anteriores.

Entrenamiento en habilidades sociales. - Se trata de una secuencia de procedimientos que tienen como objetivo promover el desarrollo o

aumento de las habilidades para responder adecuadamente a situaciones interpersonales específicas. Este entrenamiento parte de dos

premisas: a) la comprensión de las conductas agresivas, como productos de la falta de habilidades para negociar competentemente en

situaciones de conflicto y b) la influencia de los iguales. Se utilizan como estrategias específicas: instrucciones, modelado, role playing o

ensayo conductual, discusión, retroalimentación y asesoramiento. Se ha utilizado con eficacia en adolescentes delincuentes, como lo muestra

el informe de casos presentado por Elder, Edelstein y Narick (1979). Estos autores aplicaron el entrenamiento en los contextos específicos en

los cuales los sujetos habían presentado la conducta violenta. Los resultados mostraron mejoría en las habilidades entrenadas, así como en la

conducta social general.


Entrenamiento en autocontrol. - Es una intervención destinada a lograr la autorregulación de la conducta mediante autoobservación,

autoinstrucciones, autorreforzamiento y estrategias de autorregulación de la activación fisiológica. Esto último, a través del entrenamiento en

técnicas de respiración y relajación. En este entrenamiento se enseña al sujeto a atender y percibir correctamente las claves fisiológicas que

indican el comienzo de la ira y la agresividad.

Entrenamiento en solución de problemas sociales. - Este entrenamiento pretende fortalecer las habilidades para solucionar problemas

interpersonales y evitar conflictos y el consecuente riesgo de conductas violentas. Se suele realizar en intervenciones breves, entre 6 y 12

sesiones (Nangle, Erdley y Carpenter, 2002). La intervención pionera se aplicó a niños preescolares (Spivack y Shure, 1974) y posteriormente

ha sido adaptada a otros rangos de edad. Dentro de este entrenamiento se incluyen estrategias específicas, tales como entrenamiento en

auto-dirección de la atención a ciertos aspectos de la tarea o situación; modelado y reforzamiento de conductas prosociales como respuesta a

las situaciones. En este tipo de intervenciones, el terapeuta tiene un rol activo modelando los procesos cognitivos, haciendo manifestaciones

verbales, dando feedback, etc.

Entrenamiento en control de la ira. - Se trata de una de las más extendidas técnicas de intervención cognitivo-conductual referida a la

conducta agresiva. Las formas predominantes de tratamiento para la ira, desde los años 70, han sido las terapias basadas en inoculación de

estrés (Meichenbaum y Deffenbacher, 1988), y más concretamente su adaptación por parte de Novaco (1975). Además, varias intervenciones

para la ira se han basado en la teoría cognitivo-social y usan procedimientos cognitivo conductuales para acceder a modificar los mediadores

cognitivos que se cree que están relacionados con la experiencia de la ira: procesos atribucionales, percepción sesgada de las claves sociales

y deficientes habilidades de solución de problemas sociales. Novaco (1975), en su adaptación del entrenamiento en inoculación de estrés de

Meichenbaum (1975), desarrolla una intervención en tres fases. La primera de ellas consta de: reencuadre cognitivo, entrenamiento en

relajación, uso de imágenes, modelado, y role-playing para mejorar el afrontamiento con las situaciones problemáticas. La segunda fase,

incluye el desarrollo de habilidades de relajación. Finalmente, en la fase de ensayo, el cliente es expuesto a situaciones provocadoras de ira

durante las sesiones, utilizando imágenes o role-playing. Esta línea de tratamiento puede ser complementada con técnicas alternativas como

resolución de problemas, manejo de conflictos y entrenamiento en habilidades sociales como se muestra en el modelo de Lochman y Lenhart

(1993). En una intervención grupal intensiva breve sobre el manejo de la ira, destinada a 87 delincuentes jóvenes en prisión, Ireland (2004)

refiere disminución significativa de la conducta de ira observada, igualmente de las conductas autoinformadas, pensamientos y sentimientos.

Las técnicas cognitivo conductuales, aplicadas para el manejo de la ira, se han estructurado frecuentemente en 3 fases: a) preparación

cognitiva, donde se incluye la identificación de las situaciones a trabajar, la identificación de las claves ambientales y las auto-afirmaciones

para reencuadrar la situación y facilitar respuestas adaptativas; b) adquisición de habilidades de relajación, en presencia del estímulo o

situación provocadora de ira, y c) fase de repetición, en la cual los sujetos son expuestos a situaciones provocadores de ira usando role-

playing o imaginación (Beck y Fernández, 1998)

Terapia de pares o iguales. La terapia de pares es una modalidad de tratamiento desarrollada dentro de una perspectiva evolutiva y desde un

marco sociocognitivo. Principalmente, se dirige a las dificultades sociales encontradas a lo largo del desarrollo. Se trata de un proceso en el

cual se replican las relaciones de amistad de larga duración. No se trata sólo de una intervención terapéutica, sino más bien de un método de
prevención útil en diversos contextos (Selman y Schultz, 1990). La propuesta de Selman y Schultz (1990) consiste en veinticuatro sesiones de

una hora de duración a lo largo de doce semanas. En las sesiones participan dos estudiantes y un terapeuta con un doble propósito: por una

parte, el control de los alumnos de sus expresiones de ira y, por otra, la disminución de las conductas agresivas en clase. En dichas sesiones

se trabaja el aumento del nivel de entendimiento interpersonal implicando a los participantes en una relación de amistad. Entre sus

componentes destacan, el uso del role-playing y la exposición de sus propias percepciones, pensamientos, sentimientos y conductas

manifiestas en aquellas situaciones que han reaccionado con ira y agresión.

Intervenciones farmacológicas

Además de las técnicas psicológicas mencionadas, en ocasiones, y sobre todo para casos de alto nivel de agresión y violencia, como pueden

ser casos de autolesión y riesgo de daño a otras personas, se suelen realizar intervenciones farmacológicas. Estas intervenciones

frecuentemente se presentan en paralelo a la intervención psicológica. La farmacoterapia es de elección en dichos casos y, especialmente, en

casos con patología orgánica, psicótica o de retraso mental. También está indicada en aquellas personas cuyas conductas agresivas no logran

ser reducidas o en el transcurso de un proceso terapéutico. El tratamiento farmacológico de la agresividad presenta dos vertientes: una,

destinada al tratamiento de los episodios de agresividad aguda, y la otra, referida al tratamiento de la agresividad crónica (para una revisión,

López-Muñoz, Álamo y Cuenca, 1999).

Referencia Bibliográfica:

González, M. & Carrasco, M. (2006).  Intervención Psicológica en Agresión: Técnicas, Programas y Prevención. Acción Psicológica, 4 (2), 83-

105. Recuperado de:  https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=3440/344030758004

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