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DORIAN ESPEZUA
Alumna:
Lima - Perú
2022
1. Según la tipología de personajes propuesta por T. Parsons y seguida por T. Pavel
usted debe identificar y justificar su ubicación de un personaje autóctono o nativo, un
personaje inmigrante y un personaje sustituto en cada una de las novelas.
Antes de clasificar a los personajes según las tipologías propuestas por Parsons y Pavel, es
preciso describir en qué consiste cada tipo de personaje.
En primer lugar, los personajes autóctonos son creados por el autor, seres que no existen en
otro lugar más que en el mundo creado por el autor.
Respecto a los personajes inmigrantes, estos son los que tienen características no creadas por
el autor, pero se integran a la diégesis, vienen con sus propiedades, acciones y descripciones.
De algún modo son trasladados del mundo en el que existieron al nuevo mundo en el que van
a existir.
En cuanto a los personajes sustitutos, aluden a una entidad real cuyas propiedades han sido
modificadas. Tienen características modificadas o alteradas, sustituyen a alguien real.
Empezando por la primera novela, podemos considerar a Higenamota como una personaje
autóctona de esta novela, puesto que ha sido creada por el propio autor para cumplir una
función en su propia narración. En este caso Higenamota representa a una princesa en Cuba
que le entrega a Atahualpa los barcos con los cuales realizará su viaje a Europa. Claramente
este personaje femenino nunca existió en la realidad que conocemos, por lo cual es un
personaje creado para responder a los propósitos de este mundo que se construye en la ficción
que intenta representar el autor.
Como personaje inmigrante, podríamos decir que Enrique VIII podría entrar dentro de esta
clasificación, ya que se traslada sus acciones que realizó en la historia que conocemos, para
trasladar paralelismos en torno a los hechos por los cuales es un personaje recordado. Por
ejemplo, el hecho de que tuvo muchas esposas y por eso creo el anglicanismo se toma en esta
novela y se altera para que se sume a otra religión y no cree la propia, pero aun así funcione
como método para su poligamia.
Como personaje sustituto, consideraré a Cervantes dentro de este marco, puesto que es un
personaje real que se traslada a este mundo ficcional. El autor hace que dentro de su narrativa
Cervantes haga cosas que en la realidad no sucedieron, como la encarcelación y conversación
que tuvo con el pintor conocido como “el greco”.
En cuanto a la novela de Dumett, el personaje autóctono que se debe destacar es al espía que
participa en este complot para liberar a Atahualpa, se refiere a este como Yunpacha, Salango
y Oscollo. Este personaje solo existe en este mundo ficcional creado por Dumett, con lo cual
no refiere a otro, tiene características y acciones creadas por el autor.
Como personaje inmigrante tenemos a Felipillo, quien según algunos historiadores fue
intérprete de Pizarro y Almagro, en esta novela Felipillo también funciona como intérprete,
pero se le aluden acciones que realmente no se sujetan a la realidad, como el hecho de que
estuvo en presencia de Bartolomé Diaz o que también contribuyo al complot de liberar a
Atahualpa.
Respecto a personajes sustitutos, el que más se destaca es Atahualpa, puesto que al ser un
personaje histórico se le extrae de nuestra realidad en la cual existió y el autor lo transporta a
esta nueva realidad ficcional en la cual no es solo encarcelado y ejecutado, sino que sus
allegados intentan rescatarlo, lo cual realmente no sucedió y responde a una ficcionalización.
Para entender los procesos de ficcionalización que se presentan en las novelas de Laurent
Binet y Rafael Dumett, es preciso comprender cómo se desarrolla el proceso de
ficcionalización.
En esa línea, se tiene que mencionar que la ficcionalización comprende lo que podríamos
denominar cuatro procesos: la pérdida del referente real, la pérdida de la memoria, la pérdida
del sentido semántico de los términos y la pérdida del lenguaje.
En primera instancia, la pérdida del referente real refiere a la ausencia de la persona real a la
cual se hace alusión en el marco narrativo. Cuando cierto personaje deja de existir en nuestro
plano del mundo real, la única manera en la cual puede permanecer es simbólicamente a
través del lenguaje y el recuerdo, con lo cual atraviesa un proceso de ficcionalización.
En segundo lugar, tenemos a la memoria, la cual trabaja con el pasado y lo tergiversa. Toda
visión del pasado es una visión idealizada. escribir sobre el pasado implica un proceso de
ficción, aun así, se escribe algo que se ha vivido. El pasado es manipulado desde el proceso,
por eso es un proceso de ficcionalización
Un tercer proceso de ficcionalización tiene que ver con la pérdida del sentido semántico de
los términos. Es decir, si los términos en su aspecto semántico en un tiempo x se refería a “b”
y en un tiempo y se refiere a “c”, quiere decir que la palabra no se refiere a un mismo objeto,
sino a dos objetos referidos. Cuando el sentido de un término cambia con el tiempo, estamos
frente a un proceso de ficcionalización.
Procediendo con la obra de Rafael Dumett, El espía del inca. Así como Binet, Dumett
también se refiere a la figura de Atahualpa y se suma a este proceso de pérdida del referente
real que se presenta en la ficcionalización.
Finalmente, en cuanto a la pérdida de memoria, en El espía del inca el autor utiliza el hecho
histórico de la captura de Atahualpa por los españoles y alrededor de ello crea un plan de
espionaje que no responde a la memoria colectiva que implanta la historia, clasificando como
un proceso de ficcionalización.