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En Buenos Aires, a los 10 días del mes de marzo del año dos mil dieciséis, hallándose
reunidos en acuerdo los Señores Vocales de la Sala III de la Excma. Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal a fin de pronunciarse en los autos “Creativ
SRL c/ Antonio María Delfino Sanyc s/ incumplimiento de contrato”, y de acuerdo al orden
de sorteo, la Dra. Medina dijo:
La demandada reconoció el contrato celebrado con la actora y sostuvo que actuó como
transportador contractual, emitiendo los BL agregados a la causa y negó haber incumplido
ninguna orden impartida por el expedidor. Arguye que ni bien recibió la orden de “no
entrega de la mercadería” por parte de la actora, notificó de inmediato a su agente marítimo
de destino Robinson Air Service, quien negó la entrega de la mercadería al consignatario
comunicándole los motivos.-
Explicó que a partir de ese momento se suscitó un serio conflicto entre Titan Energy
System y el agente marítimo Robinson Air Service, en virtud de que la consignataria le
exhibió constancias del pago que le efectuara a la actora por la mercadería en cuestión
mediante transferencia bancaria y por la suma de u$s 66.177,75 en pago de la factura 1045,
explicando que la diferencia de u$s1460,02 se debía a que la actora le remitió 617,68 kg de
PV RIBBON SOLCOND 5.00 x 0,150 de la carga, conforme surge de la carta de porte, en
lugar de los 819 kg. comprometidos y cotizados por la actora tal cual surge de su factura
proforma del 13.08.08 a través de la cual se cotizaba la compraventa en la suma de u$s
66.177,75.-
II. Para decidir el rechazo de la demanda, la magistrada consideró que la actora emitió la
orden de no entrega de la mercadería en cuestión -fs. 38- sin especificar cuál era la
diferencia adeudada, no obstante que para ese entonces ya había recibido la transferencia
correspondiente al embarque y tampoco mencionó que la orden estuviera vinculada a un
supuesto saldo deudor de su cuenta corriente con la consignataria. De esta manera, subrayó
la sentenciante que ante la falta de precisiones acerca del alcance de la deuda invocada
como fundamento de la orden de fs. 38 y su falta de vinculación con otros negocios ajenos
al embarque y/o con un saldo deudor existente en una relación contractual anudada entre la
actora y la consignataria, que es ajena a la relación entablada entre la primera y la aquí
demandada, pudo hacerle creer a esta última que la entrega podía formalizarse, máxime
cuando constató la transferencia efectivamente realizada por la consignataria con relación
al embarque que motivó el sub examine.-
El fallo fue apelado por la actora (ver escrito de fs. 298 y auto de concesión de fs. 299),
quien expresó agravios a fs. 305/308, cuyo traslado contestó la contraria a fs. 310/311.-
Hay, también un recurso contra la regulación de honorarios (ver fs. 298), el que será tratado
al final del acuerdo, según las conclusiones a las que el Tribunal arribe (arg. art. 280 del
Código Procesal, texto según ley 26.939, DJA).-
IV. Con carácter previo a la consideración de los agravios reseñados, me permito recordar
que conforme reiterada doctrina de la Corte Suprema, no he de seguir todas las
argumentaciones presentadas, sino solo las conducentes para resolver el conflicto (Fallos
258:304, 262:222, 272:225, 278:271 y 291:390, entre otros más), sin perjuicio de señalar
que mi reflexión no se ha limitado sólo a ellas, sino que he ponderado cada uno de los
argumentos planteados por las partes y los expuestos por el a quo en su decisorio.-
V. Comienzo adelantando que una lectura atenta de la causa y de la expresión de agravios
me ha llevado a la convicción firme de que en el caso de marras corresponde modificar el
fallo apelado en los términos que a continuación expondré.-
En primer lugar, debo señalar que corresponde confirmar la sentencia apelada en lo atinente
al rechazo del reclamo formulado por la actora respecto de la factura 1070 por cuanto no
fue materia de agravios.-
Dicho esto, analizaré el primer agravio de la apelante el cual refiere que la consignataria
retiró la mercadería sin presentar el único documento válido a tales fines, cual es el
conocimiento de embarque o Bill of Landing, ello en contravención de lo dispuesto por la
normativa que rige la materia.-
Se encuentra fuera de discusión que Creativ SRL contrató con la demandada el transporte
de la mercadería amparada por la factura 1045, con destino a Titan Energy System con
domicilio en la India y que ésta emitió como prueba de dicho contrato el conocimiento de
embarque o Bill of Landing identificado como DELBUE11069/IIOOV08040D del
28.09.08.-
Respecto al alcance que tiene el conocimiento de embarque podemos decir que el mismo
resulta ser un documento harto tradicional en el Derecho de Navegación, toda vez que
prueba o instrumenta el contrato de transporte por agua. Dicho documento prueba que el
transportador recibió la mercadería a bordo o para ser embarcada y constituye título
representativo de las mercaderías, probando el derecho del tenedor legítimo del
conocimiento de embarque a disponer de las mercaderías. Vele decir que la entrega del
conocimiento produce la tradición ficta de las mercaderías.-
Los usos y costumbres del negocio naviero nos indican que el transportador emite, para su
entrega al cargador, hasta tres ejemplares originales del conocimiento más el número que
este último le solicite, al margen de dichos originales, pero como copias no negociables. De
los tres ejemplares que suele recibir el cargador, éste remite uno al receptor de la carga,
ejemplar que es el único que puede conceptuarse como título-valor, ya que sólo él
incorpora el crédito de su tenedor legítimo frente al transportador. Luego de entregada la
mercadería en destino, ante la presentación de uno de los ejemplares originales, los demás
pierden su valor como documentos originales (conf. art. 301, Ley de la navegación). Debe
añadirse que el transportador debe entregar las mercaderías en el puerto de destino indicado
en el conocimiento de embarque, de conformidad con lo que éste disponga, con las
disposiciones aduaneras y portuarias y los usos y costumbres locales, al legítimo tenedor
del conocimiento de embarque. (Rodolfo A. González-Lebrero, Manual de Derecho de la
Navegación, 4ta. Edición, ampliada y actualizada, Ed. Depalma).-
En tal sentido, cabe recordar que el conocimiento de embarque es el documento que emite
el porteador y a través del cual se instrumenta el contrato de transporte por agua (Conf. Sala
I de la Cámara Civ. y Com. Fed, expte. Elma SA c/ Astilleros Corrientes SA s/ Cobro de
Fletes del 3/4/97). Ha dicho este Tribunal que entre otras funciones, el conocimiento de
embarque constituye un título de crédito representativo de los efectos transportados.
Entonces, la posesión o la tenencia del documento confiere, como regla, al consignatario el
derecho de requerir la entrega de la carga y, en su caso, a ser indemnizado por la pérdida o
averías de ésta, haciéndose parte en el contrato de transporte cuando recibe o reclama la
mercadería, aun cuando no haya abonado el flete. (Sala III, en la causa Memotec SA c/ cap
y/o arm y/o prop del buque Sea Lion s/ Faltante y/o avería de carga de transp. marítimo, del
22/9/95).-
De lo expuesto hasta aquí, surge con claridad meridiana que para hacerse de la mercadería
en cuestión en el puerto de destino, la consignataria debía entregar el conocimiento de
embarque o Bill of Landing o dicho en otros términos, no podía exigir la entrega de la
misma sino contaba todavía con dicho documento.-
En tal sentido, adviértase que el testigo cuya declaración luce agregada a fs. 247/248, quien
fuera empleado de la demandada hasta mayo de 2012 y tuviera relación con el caso de
autos por las tareas que realizaba, al contestar la primer repregunta sostiene que el BL
original es necesario para la liberación de la mercadería. A su vez, al contestar a la segunda
repregunta manifestó que para poder retirar la mercadería en destino, la empresa Titan
Energy System debió presentar el BL original y acreditar el pago del flete.-
Ahora bien, aquí comienzan a tallar otras cuestiones, las cuales analizaré a continuación.-
La demandada sostuvo que la empresa Robinson Air Service (Forwarding Agent), quien en
definitiva -según sus afirmaciones- decidió liberar la mercadería en destino, fue designada
por la consignataria.-
Ateniéndome a las constancias obrantes en la causa, debo decir que ninguna prueba
concreta hay de ello. Es más, del intercambio de mails habido entre actora y demandada,
surge en forma palmaria que ésta última se refiere a “su agente” (ver fs. 40/44). A su vez, la
propia accionada al contestar demanda reconoce haber sido contratada como agente
marítimo a fin de posibilitar el transporte y entrega de la carga en cuestión.-
Como consecuencia de lo dicho hasta aquí, resulta que la demandada es responsable por la
entrega de la mercadería a la consignataria cuando ésta no tenía aun el BL ni dio fianza
alguna, contrariando así las órdenes expresas que le había impartido la actora y lo que
establece la normativa en la materia. Adviértase que la demandada, en virtud de la actividad
que desarrolla, tenía el deber de obrar con prudencia y pleno conocimiento de la cosas
(conf. artículo 902 del Código Civil).-
Contrariamente a lo sostenido por la magistrada de grado, ninguna relevancia tiene sobre
este punto la transferencia realizada por la consignataria con fecha 2.9.08. En tal sentido,
debe señalarse que de la traducción obrante a fs. 84/89 no surge en modo alguno que dicha
transferencia se impute al monto correspondiente a la factura 1045. Al margen de ello, no
era el comprobante de una supuesta transferencia el documento idóneo para retirar la
mercadería y eso ha quedado claro. Así las cosas, no la exime de su responsabilidad el
hecho de que la consignataria se presentara en el puerto de destino intimando al agente a
entregar la mercadería bajo apercibimiento de iniciar acciones legales con reclamo de
daños, toda vez que su obligación era para con la actora, quien había dado órdenes expresas
de no entregarlas por no haber recibido el pago total de la mercadería en cuestión por parte
de la consignataria.-
Es erróneo el razonamiento que supone que la accionada pudo creer que la entrega podía
formalizarse y ello por dos motivos: 1) la consignataria no contaba con el respectivo BL y
2) con ninguna de las constancias obrantes en autos se acreditó fehacientemente que la
transferencia realizada por la consignataria estaba directamente relacionada con el
embarque en cuestión.-
No puedo tener en cuenta los dichos de la demandada en punto a que la actora consignó de
manera caprichosa y unilateral en sus libros contables que la transferencia mencionada -la
que fuera realizada a través del State Bank of India por la suma de u$s 66.127,75- fue
imputada de la siguiente manera: u$s12.313,85 a un saldo deudor que al 29.8.08 mantenía
Titan Energy con Creativ SRL y 2) u$s53.813,90 a la factura 1045. Ello así porque la perito
contadora sostuvo en su informe que los registros contables de la actora son llevados en
legal forma. Cabe recordar que conforme lo dispuesto por el art. 63 del Código de
Comercio los libros contables harán prueba en favor de sus dueños cuando su adversario no
presente asientos en contrario, hechos en libros arreglados a derecho u otra prueba
concluyente.-
En tal sentido cabe destacar que tal postura se ve reforzada con la normativa impuesta por
el nuevo Código Civil y Comercial Unificado que en su artículo 330 establece que la
contabilidad, obligatoria o voluntaria, llevada en la forma y con los requisitos prescritos,
debe ser admitida en juicio, como medio de prueba.-
Ya he señalado en varias ocasiones en cuanto a que el magistrado no puede desvincularse
arbitrariamente de la opinión del experto, debiendo en todos los supuestos fundar su
discrepancia en elementos de juicio que permitan desvirtuar el informe, concluyendo
fehacientemente en el error o el inadecuado uso que el experto hubiera hecho de los
conocimientos científicos de que su profesión o título habilitante necesariamente ha de
suponerse dotado. Es que entiendo que si el órgano judicial ha considerado que para llegar
a resolver el caso controvertido eran necesarios conocimientos técnicos científicos o
artísticos determinados, no puede con posterioridad hacer caso omiso al dictamen pericial,
salvo que en la sentencia haga una valoración adecuada de la prueba razonando la
ineficacia de la misma, la insuficiencia del razonamiento o la falta de claridad en las
conclusiones ofrecidas. (conf. esta Sala en la causa N°45.424/95 de fecha 01.09.2005).-
A mi criterio, no existen en autos elementos de peso que permitan dejar de lado lo dicho
por el perito, máxime si se tiene en cuenta el grado de especialidad con el que cuenta en la
materia, encontrándose de este modo en mejor posición que el juzgador para establecer la
manera en que sucedieron los hechos.-
Sin perjuicio de ello, debo señalar que las desavenencias comerciales que pudieran haber
existido entre Creativ SRL y Titan Energy System, no alteraban en absoluto la obligación
de la demandada de cumplir con lo requerido por la actora, toda vez que había sido con ella
con quien había contratado (conf. art. 1197 del Código Civil). A mayor abundamiento y a
modo de refuerzo doctrinario, me permito señalar que el artículo 961 del nuevo Código
Civil y Comercial Unificado establece que los contratos deben celebrarse, interpretarse y
ejecutarse de buena fe. Obligan no sólo a lo que está formalmente expresado, sino a todas
las consecuencias que puedan considerarse comprendidas en ellos, con los alcances en que
razonablemente se habría obligado un contratante cuidadoso y previsor.-
VII. La suma indicada, devengará intereses a partir del vencimiento del plazo de la
intimación cursada a la demandada mediante la carta documento de fs. 79. La tasa será la
activa vencida que en operaciones de descuentos a treinta días aplica el Banco de la Nación
Argentina (conf. esta Cámara, Sala II, plenario de hecho en la causa 6.378/92 del
08/08/95).-
VIII. Respecto del régimen de costas de primera instancia, teniendo en cuenta que la
demanda ha prosperado en forma parcial en atención al rechazo del reclamo de la actora
respecto de la factura 1070, considero que deben ser impuestas en un 80% a la accionada y
en un 20% a la actora (conf. art. 71 y 280 del Código Procesal, texto según ley 26.939,
DJA).-