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2.

Los paradigmas cuantitativo y cualitativo en la investigación

Guillermo González Martínez

I. La noción de paradigma

El término “paradigma” fue acuñado por Thomas S. Kuhn (1922-1996) en 1962 en su


obra La estructura de las revoluciones científicas, denominó “paradigmas” a las
realizaciones científicas universalmente reconocidas que, durante cierto tiempo,
proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad científica” (Kuhn.
1971: 13).

Gaeta y Gentile (1998:13-14) en su obra “Thomas Kuhn: de los Paradigmas a la Teoría


Evolucionista”, señalan que estas realizaciones alcanzadas por la ciencia constituyen
logros que atraen a un grupo duradero de partidarios, alejándolos al mismo tiempo de
otras discusiones.

Un paradigma incluye tanto teorías como sus aplicaciones y los instrumentos que los
científicos utilizan en ese momento, es decir, proporcionan modelos de los que surgen
tradiciones coherentes de investigación científica. Es precisamente el estudio de estos
modelos lo que prepara al estudiante para entrar a formar parte de una comunidad
científica particular.

Patton (1990, citado por Merino 1995:34) reconoce la existencia de cuatro funciones
básicas de los paradigmas.

a) La primera es coordinadora, dirige los esfuerzos de sus seguidores para explorar la


realidad, favoreciendo el establecimiento de “líneas” de investigación y “escuelas”
de pensamiento.

b) La función estabilizadora, trata de conservarlo y mantenerlo inmutable; es


responsable de cerrar la entrada a nuevas ideas que contradigan sus supuestos
básicos.

c) La función integradora crea un marco conceptual, un lenguaje que facilita a sus


seguidores identificarse como afiliados a un mismo paradigma.

d) Mediante su función organizadora, facilita el establecimiento de criterios y normas


para elegir los temas o problemas a investigar, diseñar y seleccionar los métodos, las
técnicas y los instrumentos adecuados para arribar a la interpretación de los
resultados.

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Los paradigmas poseen un sentido histórico, ya que al ser aceptados por una comunidad
científica se identifican con un interés y posición comunes respecto a lo que es posible y
a los límites de lo aceptable en la investigación y la producción científica. Los paradigmas
tienen también una connotación política, ya que el desarrollo histórico de la ciencia ha
estado ligado a las posiciones hegemónicas que se han articulado en torno al
conocimiento científico.

Kuhn distingue dos sentidos diferentes del término paradigma:

a) Un sentido global que abarca todos los compromisos compartidos por un grupo de
científicos a lo que Kuhn propone denominar matriz disciplinar que incluye
generalizaciones simbólicas como leyes, principios y fórmulas, y valores (creencias
arraigadas que guían la conducta) y preferencias.

b) Un sentido más específico que agrupa una clase de compromisos más acotados y
constituye, en consecuencia, un subconjunto del primero: corresponde a lo que Kuhn
denomina ejemplares. Los ejemplares son soluciones concretas a problemas
concretos que la comunidad científica acepta como modelos.

II. Las tradiciones cuantitativa y cualitativa en la investigación

Autores como Fernández y Pértegas (2002:1) coinciden en que el terreno de la


investigación ha sido enriquecido históricamente por una tradición cuantitativa y otra
cualitativa que articulan, en sus respectivos ámbitos, una serie de componentes teóricos,
metodológicos y técnicos. Esta articulación desde luego no es rígida y mucho menos
estable, lo cual significa que se ha visto sometida a múltiples presiones en la medida en
que el pensamiento humano analiza y evalúa el desarrollo de las disciplinas científicas y
sus resultados.

Iniciemos destacando los aspectos conceptuales que diferencian ambas tradiciones.


Bunge (1999), abre un primer espacio de reflexión al plantear que la objetividad pertenece
a la esencia de la ciencia, así como la subjetividad pertenece a la esencia del arte”. Esto
es trascendente porque la diferenciación entre lo objetivo y lo subjetivo ha sido uno de
los debates conceptuales en torno a una perspectiva cuantitativa “objetiva” y una
perspectiva cualitativa “subjetiva”. Sin el afán de agotar el tema, recuperemos las
palabras de Bunge, para quien la explicación de un hecho o de un grupo de hechos es
objetiva o impersonal, si y sólo si, describe uno o más hechos presentes en el mundo
externo. Por otro lado, un enunciado es subjetivo o personal, si y sólo si, habla de los
sentimientos y creencias propias, sea cual sea su valor de verdad. Finalmente, una
explicación es intersubjetiva dentro de una comunidad determinada, si y sólo si, todos o
casi todos los miembros de la comunidad están de acuerdo con ella, sea cual fuere su
valor de verdad (Bunge, 1999: 454).
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Los científicos de las ciencias naturales (como Física, Química y Biología) son
objetivistas, pero es más difícil ser objetivo acerca de los fenómenos humanos que acerca
de la naturaleza. Esto es así porque es difícil interpretar adecuadamente las actitudes y
las intenciones de otras personas, ya que influyen en nosotros las convenciones sociales
y las experiencias personales, con sus intereses, expectativas, emociones y prejuicios
concomitantes; y la ideología, a menudo orientada por intereses políticos y/o económicos
condiciona nuestras percepciones y juicios de los hechos sociales e incluso nos impide
acercarnos a ellos de manera desinteresada (Bunge, 1999 :450).

Todos los científicos naturales han sido o por lo menos se han comportado como
realistas. Hirst, citado por Bunge (1999:450-451), señala que el realismo es “la visión de
que los objetos materiales existen fuera de nosotros y de manera independiente de
nuestra experiencia sensorial”. Hasta hace poco, casi todos los científicos sociales
también eran realistas: daban por hecho la realidad del mundo social y asumían
tácitamente que su tarea era describirla y quizá también explicarla de manera tan objetiva
y tan exacta como fuera posible.

Cuando el paradigma cuantitativo de la investigación, sobre todo en el terreno de las


ciencias sociales entró en crisis, como consecuencia del obsesivo interés por considerar
a los fenómenos sociales como “cosas” que pueden ser descritas de manera totalmente
objetiva, se dio la emergencia de posiciones antagónicas que empezaron a conformar lo
que actualmente se conoce como paradigma cualitativo. Pasemos a continuación a una
breve revisión de los aspectos fundamentales que permitieron la emergencia del
paradigma cualitativo.

Generalmente se considera que la ciencia moderna se caracteriza por el triunfo del


método experimental e inductivo, los cuales se empezaron a desarrollar desde el siglo
XVI con Galileo Galilei (1564-1642) . Dicho método exige que se reúnan varias
condiciones: desvinculación de toda reserva metafísica, libertad de pensamiento,
desarrollo de los medios de observación, matematización y especialización. La historia
del pensamiento científico relata la difícil conquista de estas condiciones (Grawitz,1975:
31).

No obstante, el uso del enfoque científico y el empleo de su método experimental para el


estudio del mundo social se empieza a tomar un rumbo diferente a partir de enfoques
desarrollados en Alemania, los cuales contrastaban con el pensamiento positivista
imperante. Dentro de la tendencia idealista de la filosofía, el primero en resaltar un cambio
en la concepción metodológica de las ciencias sociales fue Dilthey1. Sus argumentos se
basan en que las ciencias físicas estudian objetos inanimados, en cambio en el estudio

1 El filósofo alemán Wilhelm Dilthey (1833-1911) afirmaba que todo saber debe analizarse a la luz de la
Historia. De no cumplirse dicha premisa, el conocimiento sería incompleto. Su pensamiento hermenéutico
ejerció una importante influencia en autores posteriores como Hans-Georg Gadamer.
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de las ciencias sociales se dificulta separar el pensamiento de las emociones, la
subjetividad, los valores y las creencias. La complejidad del mundo social presenta
cambios constantemente y es imposible establecer leyes similares a las existentes en las
ciencias físicas. La posición de Dilthey consiste en proponer a las ciencias del hombre
ser más descriptivas y concentradas en la comprensión interpretativa que en ser
predictivas o explicativas (Gutiérrez ,2001:5)

El paradigma cualitativo se fundamenta en un relativismo ontológico2; éste afirma que los


seres humanos y los objetos materiales existen en el mundo exterior, pero su
conocimiento no puede darse de una manera plenamente acabada y objetiva, porque es
mediatizado por la cognición humana. La realidad se percibe y aprehende selectivamente
y se interpreta de acuerdo al sentido que tiene para el sujeto cognoscente, sentido que
es reconocido en el marco de su contexto y de su historia (Merino, 1995: 36).

Las explicaciones logradas por el paradigma cualitativo se basan principalmente en la


lógica inductiva, buscando encontrar el significado que tienen los hechos desde la
perspectiva de los sujetos estudiados, sin imponerles expectativas o explicaciones
predeterminadas. El investigador posee un doble sentido de libertad, la que le es
necesaria para desarrollar su creatividad en la exploración de un fenómeno y la que él
concede al fenómeno o situación para expresarse plenamente, sin las constricciones de
requerir respuestas obligadamente mensurables que faciliten su estandarización
(Merino,1995: 36).

De acuerdo con Merino (1995a, 36–39) los elementos que conforman el paradigma
cualitativo en la investigación se pueden resumir en los siguientes puntos:

1. El uso de métodos cualitativos se fundamenta en una perspectiva holística que


pretende comprender un fenómeno en su carácter de totalidad, como un sistema
abierto. En la búsqueda de la totalidad, es indispensable la descripción y la
comprensión del entorno social, cultural y político donde se ubica el individuo o la
colectividad observada. A ello habrá que agregar la necesidad explicativa de lo
histórico referido al mismo entorno y a la participación del individuo o del grupo en el
mismo.

2. Es naturalista en el sentido de que no intenta hacer manipulación alguna sobre el


fenómeno bajo estudio, a diferencia de la investigación experimental, no se hace
nada para crear “condiciones especiales” que, a manera de variables independientes,
permiten manipular el escenario de la investigación. No existen reglas rígidas para
recolectar los datos.

2Con arreglo a su etimología griega, la antología significa “ciencia del ente” en cuanto tal y de lo que
esencial y directamente le pertenece. Ontológico denota el ente que ha sido dilucidado en su ser por el
espíritu y que de esta manera se ha convertido en una misma cosa con él (Brugger, 1994:406).
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3. Los investigadores cualitativos reconocen que los fenómenos humanos están
inmersos en situaciones que además de ser notablemente complejas, son dinámicas
y cambiantes. Bajo esas condiciones, los proyectos de investigación no pueden ser
rígidos, sino que, por el contrario, requieren de un planteamiento flexible. En tanto el
marco se mantenga abierto, podrá enriquecerse continuamente, razón que lleva al
investigador a no aferrarse, como lo hace el método positivo a supuestos invariables
o especificar hipótesis definitivas sobre las relaciones lineales o correlativas entre
variables predeterminadas y operacionalizadas.

4. La principal actividad del investigador cualitativo es el trabajo de campo. Le permite


establecer un contacto directo y personal con los sujetos estudiados, dentro de su
medio ambiente cotidiano. La búsqueda de cercanía con ellos tiene la finalidad de
entender directa y personalmente las percepciones que tienen sobre su vida
cotidiana, su pasado y su futuro. El investigador suele pasar un tiempo considerable
con las personas, buscando compartir sus experiencias y construir un sentimiento de
confianza mutua.

5. La investigación cualitativa se basa en la información que se obtiene de la


observación de lo verbal, no verbal o escrito obtenida en entrevistas, videos,
participación directa, etc. También acude a la consulta bibliográfica y a la lectura de
documentos, cartas, composiciones, diarios, cuestionarios, etc., con el empleo de
esta diversidad de fuentes, la investigación cualitativa genera información abundante
que, al principio, puede parecer abrumadora o enmarañada; desentrañarla,
depurarla, organizarla e interpretarla es precisamente la tarea del análisis cualitativo.

Así entonces, desde la perspectiva del paradigma cualitativo se tiene la convicción de


una realidad modelada y construida por nuestros pensamientos, percepciones, valores,
acciones, etc., en donde investigamos de acuerdo a como formemos parte de esa
realidad y desde nuestra perspectiva y posibilidad para conocerla. Asimismo, el hecho
social adquiere relevancia en su carácter subjetivo y su descubrimiento se realiza a través
de lo que piensa el sujeto que actúa. Entre el investigador y el objeto de estudio se
establece una relación de interdependencia e interacción (Gutiérrez, 2001: 7-8).

En contraste con lo anterior, en el paradigma cuantitativo, el investigador es un ser capaz


de “despojarse” de sus sentimientos, emociones, subjetividad, de tal forma que podemos
estudiar el objeto, la realidad social y humana “desde fuera”. La relación entre el sujeto y
el objeto de investigación es de independencia.

Para concretar lo planteado en este apartado, se resumen en el siguiente cuadro los


rasgos fundamentales de cada uno de los paradigmas revisados.

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Cuadro No. 1 Rasgos generales de los paradigmas
Paradigma Cuantitativo Paradigma Cualitativo
Busca los hechos o causas de los Interesado en comprender la conducta
fenómenos sociales, prestando humana desde el propio marco de
escasa atención a los estados referencia de quien actúa.
subjetivos de los individuos.
Énfasis en lo objetivo Énfasis en lo subjetivo
Al margen de los datos, perspectiva Próximo a los datos, perspectiva "desde
"desde afuera" adentro"
Orientado a la comprobación, Orientado a los descubrimientos,
reduccionista, y experimental exploratorio, expansionista, descriptivo.
Datos sólidos y repetibles Datos ricos y profundos
Particularista, analítico, Holista, integral, sistémico
reduccionista
Supone una realidad estable Supone una realidad dinámica

Méndez señala que la separación de paradigmas parece una idealización, ya que


estrictamente lo que se ha dado es una preponderancia fuerte del paradigma cualitativo
en ciencias sociales y del cuantitativo en las naturales, sin embargo, en la actualidad se
observa un acercamiento cada vez mayor entre los dos paradigmas. Las ciencias
sociales incorporando cada vez más atributos del paradigma cuantitativo, como la
estadística, los experimentos y los controles, a sus métodos tradicionales. Por otra parte,
las ciencias naturales retomando aspectos del paradigma cualitativo, tales como: la
extrapolación de resultados de un contexto a otro con base en la teoría y el enfoque
sistémico.

III. Acercamiento entre los paradigmas cuantitativo y cualitativo

Kuhn asumió que un paradigma sucumbe frente a otro, al igual que un movimiento
revolucionario en la sociedad acaba con el viejo régimen, tal es el caso de la astronomía
de Ptolomeo frente a la de Copérnico, pero no ocurre así en el caso de la física clásica
frente al de la física cuántica en donde se observa una complementariedad. Lo anterior
significa que el cambio paradigmático no tiene por qué llevarnos a un abandono drástico
de un cuerpo de teorías y que, en algunos casos, muy significativos, por cierto, se dan
las condiciones para que dos o más paradigmas convivan sin negar claro el
enfrentamiento hegemónico que se establece entre los mismos.

Revisemos en qué medida es posible entender la dialéctica y posible síntesis entre los
dos paradigmas, para esto hagamos una lectura de los juegos que históricamente han
llevado a cabo las disciplinas sociales –incluidas las ciencias de la educación– para
ajustarse a los paradigmas en lo que Bericat (1998:13-14) denomina estrategias: de
oscilación, de compartimentación y de compromiso.
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La estrategia de oscilación se manifiesta con claridad en la propia historia de la ciencia
y de la investigación social, que nunca ha renunciado al uso de las dos orientaciones
metodológicas. Ahora bien, emulando el movimiento de un péndulo, la historia
metodológica de la ciencia social ha oscilado entre el uso y la legitimidad de la
metodología cuantitativa en unas épocas, y el uso y la legitimidad de la metodología
cualitativa en otras. Esta estrategia muestra, por tanto, que en la ciencia social nunca
una orientación metodológica ha logrado un dominio pleno, y muestra, por otra parte, en
tanto historia de la ciencia, que siempre ha utilizado las dos, ha hecho sucesivamente lo
uno y lo otro.

La segunda respuesta usada por la ciencia social para sortear la ambivalencia ha sido la
estrategia de compartimentación. En este caso la dicotomía metodológica no ha
operado a través del proceso temporal histórico, sino a través de la segmentación
espacio–tiempo. La investigación social, se divide en dos comunidades que aplican la
metodología cualitativa o la metodología cuantitativa.

La tercera respuesta es la estrategia del compromiso. Más allá de la alternancia


histórica entre los métodos, más allá de su excluyente compartimentación, la ciencia
social busca hoy nuevos espacios de integración desde los que observar la realidad. Esto
exige, en primer término, la aplicación simultánea de ambas orientaciones metodológicas
a un mismo objeto de investigación.

Al considerar la estrategia de compromiso como un camino viable hacia la integración de


paradigmas y la resignificación del objeto de investigación, se debe mostrar especial
interés a la subjetividad. Méndez señala, que si subjetivo es lo "influido por el juicio
humano", entonces todas las investigaciones son subjetivas, ya sea que se apeguen a
uno u otro paradigma; ya que todos los hechos se estudian y evalúan a la luz de la teoría,
por lo que al menos son parcialmente subjetivos. La asignación de números y el empleo
de métodos matemáticos (estadísticos) no garantiza nunca la objetividad, así un
experimento en un ambiente controlado lleva la subjetividad, por lo menos en la elección
de las variantes en estudio (tratamientos) y en las características del ambiente
controlado. Si se toma por subjetivo, la medición de creencias y sentimientos, entonces
una encuesta de opinión, enmarcada tradicionalmente en el paradigma cuantitativo,
resulta subjetiva.

Asimismo, Méndez considera que, para las ciencias sociales en particular, está
ocurriendo un cambio de paradigma, que se refleja en el uso cada vez mayor de la
estadística y las matemáticas en general, en áreas como ciencias políticas, sociología,
psicología, y ciencias afines. Por otro lado, en las llamadas ciencias naturales como la
física, química y biología; el reconocimiento de la falibilidad de la observación y de la
interacción entre el observador y el objeto observado, ha llevado también a un cambio de
conceptos y métodos. En estas últimas ciencias, se reconoce actualmente la naturaleza
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no representativa del conocimiento obtenido y que no es posible ser totalmente objetivo.
Lo anterior choca con los métodos específicos derivados del neopositivismo, que
preconizan la medición numérica objetiva que refleje la realidad, como única manera
válida de estudiar el mundo. Se llegó a decir que no es ciencia la que no usa las
matemáticas. Fue de hecho el positivismo el que dio origen a la estadística, inmersa en
el paradigma cuantitativo de las ciencias naturales.

Finalicemos reiterando que “es imposible concebir la objetividad perfecta. Pero la


ausencia de objetividad supone una cantidad de matices, desde la descripción errónea y
la parcialidad hasta el simple hecho de la preferencia por una orientación teórico–
conceptual y el empleo de una técnica. El grado de objetividad necesaria varía según la
esfera y el tipo de observación de que se trate. Hay que distinguir la descripción de los
hechos que debe ser siempre objetiva de la interpretación, que puede ser más personal
a condición de que no se confundan ambas cosas” (Grawitz.,1975: 270).

Así como una comunidad científica –integrada por científicos sociales y científicos
naturales– dialoga con el positivismo lógico, así como Thomas S. Kuhn paso del campo
de la física teórica a dialogar con el pensamiento humanístico; o así como lo objetivo
y lo subjetivo establecen puentes de comunicación, así nosotros debemos darnos la
oportunidad para comprender esta dialéctica que por supuesto no se enriquece del
enfrentamiento, sino de un acercamiento tendiente a una complementariedad que
posiblemente conduzca a un nuevo paradigma en la investigación.

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Referencias bibliográficas

Bericat, E. (1998). La integración de los métodos cuantitativo y cualitativo en la


investigación social. Significado y medida. Barcelona: Ariel.

Brugger, W. (1994). Diccionario de filosofía. Barcelona: Herder.

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Fernández, P., Pértegas, D. (2002). Investigación cuantitativa y cualitativa. Unidad


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Grawitz, M. (1975). Métodos y técnicas de las ciencias sociales. Tomo I. Barcelona:


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Gutiérrez, B., L. (2001). Paradigmas cuantitativo y cualitativo en la investigación socio–


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Méndez, R. I. El paradigma cuantitativo vs. el cualitativo en la investigación. México:


IIMAS – UNAM. (Mimeo)

Merino, C. (1995). Investigación cualitativa e investigación tradicional ¿incompatibilidad


o complementariedad? 1era parte. Revista Siglo XXI Perspectiva de la educación
desde América Latina. México, Año 1, No. 1.

Merino, C. (1995a). Investigación cualitativa e investigación tradicional ¿incompatibilidad


o complementariedad?”. 2da parte. Revista Siglo XXI Perspectiva de la
educación desde América Latina. México, Año 1, No. 2.

Para citar este texto (Formato APA)

González, G. (2020). Los paradigmas cuantitativo y cualitativo en la investigación. En:


M.E., Bellido (Ed.), Práctica docente e investigación educativa. UNAM FES
Zaragoza.

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