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ARTRITIS REUMATOIDE INTERFALANGICA

La artritis reumatoide es una enfermedad inflamatoria autoinmunitaria crónica que puede


afectar a cualquier articulación sinovial, se trata de la enfermedad inflamatoria crónica del
sistema osteomuscular; afecta a las articulaciones, es característica la inflamación
simétrica de articulaciones periféricas como ser: muñecas, articulaciones metacarpo
falángicas.
La artritis reumatoide afecta a cerca del 1% de la población. Es de 2 a 3 veces más
frecuente en mujeres que en varones. El inicio puede ser a cualquier edad, con mayor
frecuencia entre los 35 y los 50 años.
Es una enfermedad que comienza a mediana edad y afecta más a mujeres. Se denomina
enfermedad sistémica porque en ocasiones puede dañar órganos y sistemas. Se estima
que afecta de un 0,2-2% de la población mundial. En los dos primeros años de evolución
de la enfermedad, esta provoca daño articular grave e irreversible. El tratamiento
temprano del paciente aumenta la probabilidad de controlar la inflamación y reducir los
posibles daños estructurales, las articulaciones que se ven afectadas con mayor
frecuencia son las metacarpofalángicas, interfalángicas proximales de las manos y
muñecas.
CARACTERISTICAS
Otra característica de la artritis reumatoide es que, conforme progresa, van surgiendo
diversas deformidades articulares y óseas. Se calcula que, a los 3 años de evolución,
prácticamente una tercera parte de los pacientes presenta deformidades en los dedos de
las manos. La más habitual es una desviación cubital de los dedos, también conocida
como ráfaga cubital.
También puede apreciarse una desviación radial de los dedos de la mano, aunque es
mucho más rara. Otras deformidades comúnes son:

 Dedo en cuello de cisne, que consiste en una contractura en flexión de la


articulación metacarpofalángica, con hiperextensión de la articulación
interfalángica proximal y flexión de la IFD1,54,59-61 . Con mucha menor
frecuencia aparece un dedo en ojal, que consiste en una contractura en flexión de
la articulación interfalángica proximal con hiperextensión de la IFD.
 Dedo en martillo, debido a una rotura del tendón extensor de la articulación IFD, lo
que ocasiona una caída de la falange distal. Normalmente es consecuencia de un
traumatismo mínimo arroparse en la cama) y es posible que el paciente ni siquiera
lo recuerde, lo que puede demorar su diagnóstico y tratamiento. Cuando un
paciente consulte por un dedo caído a la altura de la articulación IFD y no lo
pueda extender de forma activa, aunque sí pasivamente, ha de realizarse una
radiografía simple para comprobar si hay una fractura asociada en la falange
distal.
CAUSAS
Se desconoce la causa de la artritis reumatoide pero se sabe que es el propio sistema
inmune del paciente el que ataca a las propias articulaciones por lo que a esta
enfermedad se la encuadra dentro de las enfermedades autoinmunes.
Se plantean una serie de posibles factores causales o participantes en la génesis de esta
enfermedad:
 Genética
 Hormonal
 Ambiental
 Tabaquismo
SIGNOS Y SINTOMAS
Normalmente la enfermedad comienza de forma lenta y en ambos lados del cuerpo por
igual. Los síntomas iniciales pueden ser dolor articular leve, rigidez y fatiga.
En algunas personas aparece de forma leve y aparece por períodos de agudización con
inflamación de articulaciones, en otras personas es permanente y continuo.
Con el tiempo la rigidez matutina de más de una hora de duración es habitual, más tarde
se pierde rango de movimiento y comienzan la aparición de deformidades.
Dentro de las deformidades que encontramos en el caso de mano es deformidad en ojal
del pulgar, desviación cubital de las articulaciones metacarpofalángicas, y deformidad en
cuello de cisne de los dedos.
En las articulaciones afectadas los síntomas pueden ir desde hinchazón, ardor,
hipersensibilidad, dolor frecuente, enrojecimiento y dificultad a la movilidad. Los pacientes
pueden presentar fiebre, tener poca energía, pérdida de apetito y anemia. Otros síntomas
pueden ser dolor torácico al respirar, nódulos bajo la piel, dificultad para dormir,
entumecimiento, ardor y hormigueo de manos y pies, sequedad o secreciones en ojos.
El comienzo de la artritis reumatoide suele ser insidioso, con síntomas sistémicos y
articulares. Los primeros incluyen rigidez matinal en las articulaciones afectadas,
cansancio y malestar generalizado por la tarde, anorexia, debilidad generalizada y, en
ocasiones, fiebre baja. Los síntomas articulares incluyen dolor, hinchazón y rigidez.
Ocasionalmente, la enfermedad comienza abruptamente, imitando un síndrome viral
agudo.
La enfermedad progresa más rápidamente durante los primeros 6 años, sobre todo el
primero; el 80% de los pacientes desarrolla algún tipo de anormalidad articular
permanente dentro de los 10 años. La evolución es impredecible en pacientes
individuales.
Sin embargo, puede afectar cualquier articulación, a excepción de las interfalángicas
distales, que son afectadas. Lo mismo ocurre con el esqueleto axial, a excepción de la
columna cervical superior. Puede detectarse el engrosamiento sinovial. Con frecuencia, el
paciente mantiene las articulaciones en flexión para minimizar el dolor, debido a la
distensión de la cápsula articular.
DIAGNOSTICO FISIOTERAPEUTICO

El diagnóstico de la AR se debe realizar basándose en la historia clínica, la exploración


radiográfica y los hallazgos de laboratorio, después de descartar otras enfermedades
No hay ninguna prueba actualmente que pueda determinar con certeza la artritis
reumatoide. El médico se basará en la historia clínica y en el estudio físico. Para un mayor
estudio se realizan rayos X de las articulaciones afectadas así como un estudio sanguíneo
donde se puede estudiar el factor reumatoide y la proteína C reactiva. Para el diagnóstico
de un paciente al menos tiene que presentar 4 de los 7 criterios que cito a continuación:
1. Rigidez matutina de más de una hora.
2. Artritis de 3 o más articulaciones.
3. Artritis de las articulaciones de la mano.
4. Artritis simétrica.
5. Nódulos reumatoides.
6. Factor reumatoide positive.
7. Disminucion de la fuerza mudcular.
EXAMENES COMPLEMENTARIOS
Historia clínica
En un caso típico se observa dolor articular de ritmo inflamatorio, con rigidez matutina
prolongada (muchas veces superior a 30 minutos), aumento de temperatura e impotencia
funcional de varias articulaciones (poliartritis), en forma simétrica, durante un período
mayor de dos meses. Hay ligera leucocitosis,+ anemia asociada con un proceso crónico,
aumento de la velocidad de sedimentación, factor reumatoide positivo y datos bioquímicos
habitualmente normales. Sin embargo, muchas veces el cuadro clínico no es tan
concluyente.
Radiología
Todas las articulaciones afectadas por la enfermedad presentan características
radiológicas comunes como resultado de la inflamación crónica local.
Cuando la enfermedad avanza se producen alteraciones de la alineación de las
articulaciones (subluxación) y, por la persistencia de la actividad inflamatoria, aparecen
erosiones óseas marginales y geodas intraóseas. La presencia de erosiones es habitual
en la AR y permite diferenciarla de otras artropatías inflamatorias de carácter autoinmune
como el lupus eritematoso sistémico, donde no suelen existir.
TRATAMIENTO FISIOTERAPEUTICO

El tratamiento de pacientes con artritis reumatoide se va a centrar en la disminución del


dolor, reducir la hinchazón, reducir o enlentecer el daño de la articulación, ayudar a las
personas a mantenerse activas el mayor tiempo posible y aumentar su bienestar.
Es importante la actividad física y el reposo, la actividad física ayuda a mantener el tono y
la fuerza muscular así como un buen estado físico general. Se recomienda que en
periodos donde no hay inflamación se realice el ejercicio físico, y en periodos de mucha
inflamación permanecer en reposo.
Con fisioterapia se puede trabajar de diferentes formas:
1. Laser de baja potencia y TENS: disminuyen el dolor a corto plazo.
2. La combinación de parafina y ejercicios activos también son eficaces contra el
dolor.
3. La aplicación de frío/calor.
4. Uso de férulas para ayudar a mantener posturas y prevenir deformidades.
5. Masoterapia y terapia manual: Se debe evitar en períodos de inflamación. Deben
de ser suaves, superficiales y progresivas, tienen efectos sedativos, circulatorios y
tróficos.
6. Reeducación muscular: Se realiza mediante ejercicios isométricos de todos los
movimientos posibles dependiendo de la articulación afectada. En caso de una
mano se pueden realizar ejercicios isométricos hacia la flexión, extensión y
desviaciones cubitales y radiales, se sostiene durante unos segundos la
resistencia y se relaja. Estos ejercicios tienen la ventaja que como no existe
movimiento articular en momentos de inflamación no están desaconsejados.
7. Movilización articular: Es importante para mantener lo más flexible posible las
articulaciones. Hay que prestar más atención a los períodos de inflamación. Se
puede realizar ejercicio activo, recomendados en la fase aguda, si el paciente no
completa arco de movimiento se puede realizar activo-asistido; por otro lado
los ejercicios pasivos, en fase aguda no se recomienda ya que pueden aumentar
la inflamación, aumentando la presión intraarticular y provocando una rotura de la
cápsula articular.
8. Estiramientos: Para evitar contracturas y mantener la amplitud articular.
Contraindicados cuando existe inflamación.
9. Hidroterapia. El trabajo en piscina es muy recomendable en estados de
inflamación, la flotación ayuda a proteger las articulaciones y facilita los
movimientos.
10. Ejercicio aeróbico: Puede ser caminar o montar en bici, ayuda a bienestar
general y a mantener una salud física buena.

 
UNIVERSIDAD MAYOR REAL Y PONTIFICIA DE SAN FRANCISCO
XAVIER DE CHUQUISACA
FACULTAD CIENCIAS TECNOLÓGICAS DE LA SALUD

CARRERA DE KINESIOLOGÍA Y FISIOTERAPIA

ARTRITIS REUMATOIDE INTERFALANGICA

Interna: Mirian Nava Yucra

Nombre del tutor: Lic. Maria Elena

Sucre – Bolivia

2021

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