La importancia de la burótica, desde la década de los 70 del pasado siglo, reside en la mejora y

agilización de multitud de procesos. A su vez, dichos avances requirieron una gran inversión en
el ámbito de la electrónica.

Con el avance de la burótica y la consiguiente automatización de procesos, la mayoría de las

empresas ha optado por ir incorporando a sus oficinas una mayor cantidad de recursos o
herramientas que aceleren los procesos. De ese modo, se dirigen hacia un punto óptimo,
persiguiendo un nivel mayor de eficiencia.

Paralelamente, la aparición y posterior extensión de las redes de Internet en todos los niveles
de la sociedad también ha supuesto un punto y aparte en términos de burótica. Esto, por las
mayores facilidades para la conexión y traspaso constante de información.

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Además, un aspecto a destacar desde el punto de vista empresarial es que indudablemente la

adopción de las nuevas técnicas y herramientas ofimáticas supone una importante reducción
de costes y tiempos para las compañías.

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Procesos ofimáticos que engloba la burótica

Estos son los principales procesos englobados dentro de la burótica:

Almacenamiento y archivo de información, así como su ágil traspaso y transformación.

Telecomunicaciones, de especial importancia en un entorno económico globalizado.

Creación y desarrollo de informes y documentación.

Disminución de problemáticas como la pérdida de información.

Robótica y maquinaria más sofisticada.

Críticas al efecto de la burótica

El hecho de que cada vez un mayor número de tareas sea automatizado es también mal visto.
Así, a la burótica se le suele criticar la consecuente reducción del esfuerzo humano en los
procesos de trabajo.

Existen mercado como el de los seguros, por ejemplo, donde la evaluación de carteras de
clientes se ha automatizado. En consecuencia, la toma de decisiones respecto a las pólizas se
realiza por medio de aplicaciones informáticas y distintos algoritmos.