Está en la página 1de 5

Estados de

conciencia!
Zaira Guadalupe Bello Miranda
Psicologia
Mtra. Catalina Salgado Navarro
Grupo 501
Matricula del alumno: 19371783
El estado de consciencia, o conciencia se puede definir como
el estado en el que se encuentran activas nuestras fuciones
neurocognitivas superiores (atención, percepción, lenguaje,
funciones ejecutivas, memoria y coordinación). Este estado se
da cuando el sujeto tiene conocimiento de si mi mismo y del
entorno que le rodea. Tener conciencia significa tener una
experiencia -la experiencia subjetiva, el fenómeno de ver una
imagen, oír un sonido, tener un pensamiento o sentir una
emoción-. Tenemos conciencia incluso cuando “soñamos
despiertos” o cuando soñamos dormidos, ya que tenemos
experiencia.
La conciencia solamente se desvanece en el sueño profundo,
en estados de anestesia general, o en otros estados que
veremos más tarde; estados en los que no experimentamos
nada. Se sabe que para tener conciencia es necesario el
correcto funcionamiento de unas estructuras cerebrales
determinadas. Aunque las experiencias son privadas,
podemos deducir que las personas tienen un estado
conciencia si están en estado de vigilia y actúan con
intencionalidad.
El nivel o estado de conciencia se suele evaluar puntuando
las funciones visuales, auditivas, verbales y
motrices utilizando escalas estandarizadas. También se
evalúa el estado de conciencia pidiendo a los participantes
que realicen conductas en respuesta a preguntas
sencillas (“Presione este botón o mire hacia arriba si ve una
cara en esta foto“). No obstante, puede existir conciencia en
ausencia de respuestas conductuales.
Por ejemplo, en el estado de mínima conciencia los pacientes están alerta
y conscientes, aunque no ofrecen ninguna respuesta aparente. El estado
de conciencia es un concepto que tiene dos grandes componentes:
El nivel de alerta (el nivel, o estado de conciencia) La consciencia del
entorno y de uno mismo (contenido de la conciencia).

Una cuestión importante, por sus implicaciones sanitarias, es si los pacientes en estado vegetativo
poseen percepción residual de dolor. Estudios que utilizan estimulación eléctrica de alta
intensidad, experimentada como dolorosa en pacientes sanos, muestran activación en zonas de
bajo nivel (tallo cerebral, el tálamo y corteza somatosensorial primaria) en pacientes
vegetativos. Curiosamente, no se activaron áreas de alto nivel en la percepción del dolor (cortezas
somatosensioral secundaria, insular, parietal posterior y cingulado anterior). De forma similar, la
estimulación auditiva activa áreas auditivas pero no áreas de alto nivel en pacientes vegetativos.
En resumen, los pacientes vegetativos aún muestran activación cerebral, pero parece estar
limitada a áreas de bajo nivel (subcorticales y corticales), y parecen mostra una desconexión de la
red fronto-parietal relacionada con la conciencia.

Es un gran reto distinguir conductualmente


pacientes en estado vegetativo con pacientes en
estado de mínima conciencia porque ambos son,
por definición, no-comunicativos. La
Neuroimagen Funcional puede ser de gran valor
para diferenciar objetivamente los patrones de
activación ante estimulación
externa. Recientemente, Schiff y cols.
uitilizaron fMRI para estudiar pacientes en
estado de mínima conciencia y sus
resultados revelaron activación en áreas de
lenguaje en respuesta a estimulación
auditiva de narrativas personales, cosa que
no ocurre en pacientes en estado
vegetativo. En conclusión, la utilización de
técnicas de Neuroimagen Funcional puede
mejorar nuestra caracterización de
pacientes supervivientes de daño cerebral
grave, no sólo en el aspecto diagnóstico, sino
también para diferenciarlos en términos de
tratamiento, predecir su evolución, y mejorar
las decisiones en las últimas fases de la vida.

También podría gustarte