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Nombre: Medina Martinez Dulce Socorro.

Tema: La discriminación.

Materia: Español y Metodología de la investigación.

Profesora: Karla Díaz Márquez.


Presentación

En esta investigación hablaremos sobre la discriminacion, sobre sus antecedentes,


sus causas, sus orígenes, también hablaremos sobre cómo afecta la vida de las
personas, a corto y largo plazo.

Esta investigación está planeada para dar a conocer muchas partes de la


discriminacion que muy pocos conocen, porque no solo se trata de discriminacion
por color de piel, sino que en cualquier lugar y en cualquier momento todos
podemos sufrir de discriminacion, ya sea por colegas de instituto o colegas de
trabajo. También por su parte todos podemos hacer que ciertas personas se sientan
discriminadas por nuestra forma de actuar con ellas y con otros, como lo es la
discriminacion inconsciente, esto puede traer problemas generalmente porque
muchas personas tienden a creer que no son capaces por ser discriminados la
mayor parte de sus vidas.

Por esto, hoy nos dedicamos a investigar sobre lo que es la discriminacion, para
comprender cómo podemos parar o al menos frenar un poco la discriminacion, con
esta investigación se pretende dar a conocer las causas de este acto. Por su parte
también veremos lo que es el derecho a la no discriminacion.
Es importante saber que cada acto trae consigo muchas consecuencias, por eso
mismo es importante que no discriminemos a las personas.

1
Índice

Presentación… 1.

Índice… 2.

Introducción… 3.

¿Qué es la discriminación?... 4.

La discriminación en México…. 5.

Discriminación a grupos sociales… 7.

Los efectos de la discriminación en el mundo… 8.

¿CÓMO ACTUAR ANTE UNA SITUACIÓN DE DISCRIMINACIÓN?... 10.

¿Qué actitudes discriminatorias observamos en nuestra sociedad?... 11.

Discriminación en contra de la población indígena en México… 13.

Estrategias para combatir la discriminación inconsciente… 14.

Derecho a la NO discriminación… 15.

La discriminación desde un enfoque psicosocial… 16.

Conclusiones… 18.

Bibliografía … 20.

2
Introducción

La discriminación es un problema social que ha cobrado gran relevancia en la


actualidad, aun cuando es un fenómeno histórico. En la medida en que las naciones
han cobrado consciencia de las implicaciones que ésta tiene para el desarrollo
económico y social de los países, han surgido tratados internacionales que protegen
los derechos humanos para todas las personas y, dadas las desigualdades
históricas que obstaculizan el goce de estos derechos en condiciones de igualdad
de trato, formal y sustantiva, para ciertos grupos sociales por su condición e
identidad, también ha sido necesario protegerlos de manera específica y prioritaria
dada esa situación patente de discriminación. En 1945, la Carta de las Naciones
Unidas postuló los derechos fundamentales del hombre, basados en la dignidad y el
valor de la persona humana, así como la igualdad de derechos de hombres y
mujeres, y de las naciones grandes y pequeñas, enfatizando en la práctica de la
tolerancia y la convivencia pacífica como un medio para mantener la paz y
seguridad internacional, señalando en su artículo 1° la importancia de desarrollar y
estimular el respeto a los Derechos Humanos y las libertades fundamentales de
todos, sin hacer distinciones por motivos de raza, sexo, idioma o religión.1 En 1948,
la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), adoptó la
Declaración Universal de Derechos Humanos, que establece que todos los seres
humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, por lo que no es justificable
distinguir, restringir o excluir el acceso, ejercicio y goce de los derechos humanos a
persona alguna. Esta concepción se ha retomado como parte fundamental del orden
jurídico internacional en materia de derechos humanos y se ha convertido en un
principio universal para todos los instrumentos de protección a estos derechos, a
saber; la Convención Internacional sobre la Eliminación de la Discriminación Racial
(CERD), la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación
contra la Mujer (CEDAW), el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
(PIDCD), el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
(PIDESC), la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), la Convención
Internacional sobre la Protección de los Derechos de todos los Trabajadores
Migratorios y sus Familiares (CMW) y la Convención sobre los Derechos de las
Personas con Discapacidad (CRPD), los cuales han sido ratificados por el Estado
mexicano.

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¿Qué es la discrminación?

En comportamiento social, la discriminación es el trato desigual hacia una persona o


colectividad por motivos raciales, religiosos, diferencias físicas, políticas, de sexo,
de edad, de condición física o mental, orientación sexual, etc. En filosofia moral se
ha definido a la discriminación como un trato o consideración «desventajosa». Esta
definición es comparativa: una persona no tiene que ser dañada para ser
discriminada, simplemente tiene que ser tratada «peor» que otras por razones
arbitrarias. La reacción o interacción inicial que le sucede un grupo influencia el
comportamiento real del individuo hacia el propio grupo o a su líder, restringe a
miembros de un grupo de privilegios u oportunidades disponibles para otro grupo, lo
que conduce a la exclusión del individuo o a entidades basadas en una toma de
decisiones ilógica o irracional.

La mayor parte de las personas afectadas por la discriminación son individuos


pertenecientes a las denominadas minorias, pequeños grupos dentro de una
sociedad, aunque hay muchos casos en los que estos grupos no son pequeños.
Existen tradiciones, políticas, ideas, prácticas y leyes discriminatorias en muchos
países e instituciones en todas partes del mundo, incluso en territorios donde la
discriminación está mal vista. En algunos lugares se ha intentado beneficiar a
quienes habían sido tradicionalmente víctimas de discriminación a través de
mecanismos de discriminación positiva, como el establecimiento de leyes de cuotas
para favorecer el acceso de la mujer a los cargos de representación o para
favorecer la contratación de personas con discapacidad.

¨Toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de


raza, color, linaje u origen nacional o étnico, que tenga por objeto o por
resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en
condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades
fundamentales.¨ (El 21 de diciembre de 1965, la Asamblea General)

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La discriminación en México

Al inicio de este milenio, México se enfrenta a múltiples retos. Entre los más
apremiantes se encuentran los compromisos que, como nación, tiene con sus
ciudadanos independientemente de su edad, sexo, origen y pertenencia cultural o
étnica. En este sentido, el reconocimiento a nivel constitucional del carácter
pluricultural del país fue uno de los más importantes avances del siglo pasado. Sin
embargo, este reconocimiento no se ha implementado en la realidad de manera
integral. La mayoría de los grupos minoritarios del país se encuentran en situación
de vulnerabilidad. Gran parte de los grupos con características minoritarias reciben
un trato hostil, tanto por parte de las autoridades como del resto de la sociedad
(Rincón Gallardo, 2005: pp. 20-21).

Por lo tanto, sus oportunidades de desarrollo físico, mental, emocional y


socioeconómico son relativamente limitadas. La relevancia del presente trabajo
radica principalmente en que la gran mayoría de las políticas públicas dedicadas a
combatir la pobreza, la intolerancia y la discriminación carecen de sustento teórico y
empírico. Además, a pesar de que la relación entre la discriminación y las
condiciones socioeconómicas y culturales pudiera parecer básica, la literatura
existente es muy limitada. Por lo tanto, la investigación que aquí se propone
constituye tanto un llamado de atención hacia un terreno fértil para nuevas
investigaciones, como un apoyo para las políticas públicas dirigidas al combate de la
exclusión social.

Una mirada a la discriminación en México

El artículo 4º de la Ley Federal para Prevenir la Discriminación define a la


discriminación como “toda distinción o exclusión basada en el origen étnico o
nacional, sexo, edad, discapacidad, condición social o económica, condiciones de
salud, embarazo, lengua, religión, opiniones, preferencias sexuales, estado civil o
cualquier otra, que impida o anule el reconocimiento o el ejercicio de los derechos y
la igualdad real de oportunidades de las personas” (Ley Federal para Prevenir y
Eliminar la Discriminación, 2003). Esta es la definición que utilizó a lo largo de este
trabajo. La discriminación tiene dos caras. Por un lado, la percepción de
discriminación constituye una realidad psicológica entre los grupos
vulnerables en nuestro país, independientemente de su estatus dentro de la
sociedad o del grado de integración que experimenten (Dion y Kawakami,
1996: 204). Por otro lado, para contar la historia completa es necesario tener en
cuenta la motivación de quienes ejecutan actos discriminatorios. En consecuencia,
tanto los datos estadísticos sobre las actitudes discriminatorias, como de
discriminación percibida disponibles a través de encuestas son útiles para conocer
las causas y consecuencias de las dinámicas de discriminación. En este trabajo

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analizo ambas partes. Tanto las percepciones como las actitudes que reflejan las
encuestas son maneras objetivas de obtener información subjetiva de un grupo de
población específico. Los datos derivados de la ENADIS nos permiten conocer los
principales factores que generan sentimientos de exclusión entre los integrantes de
los grupos vulnerables, así como los que contribuyen a la formación de creencias y
acciones 12 discriminatorias (es decir, que tienen como consecuencia directa un
trato negativo y diferenciado a grupos específicos de la población). La primera parte
de la encuesta se aplicó a la población en general. De ésta es posible obtener datos
acerca de las actitudes que el ciudadano promedio tiene ante grupos vulnerables.
Esta parte muestra la ambivalencia, incongruencia inclusive, de las opiniones de la
población general. Si bien más del 50% de los encuestados respondió que estaría
en desacuerdo con negarle el empleo a una mujer embarazada o negar algún
servicio público a una persona indígena, casi la mitad de la muestra no aceptaría
que en su casa viviera una persona homosexual y cerca del 40% considera que las
mujeres deben trabajar sólo en tareas propias de su sexo (SEDESOL-CONAPRED,
2003). Una segunda parte consistió en encuestar a miembros de distintos grupos en
situación de vulnerabilidad. Estos resultados, en términos de discriminación
percibida, muestran la gravedad del problema: nueve de cada diez mujeres,
indígenas, discapacitados, ancianos, homosexuales y pertenecientes a minorías
religiosas consideran que en México existe discriminación hacia las personas de su
condición. Además, uno de cada 3 entrevistados declaró haber sufrido
personalmente algún tipo de discriminación (SEDESOL-CONAPRED, 2003). Es
claro que, en el contexto del fortalecimiento democrático, tales actitudes representan
un obstáculo para la construcción de una sociedad igualitaria e incluyente (Rincón
Gallardo, 2005: p. 24). Como se puede ver, es posible argumentar que el fenómeno
de la discriminación en México se ha convertido en una hidra de múltiples cabezas.
Es por ello que, más allá de la posibilidad de probar la presencia de dinámicas
discriminatorias en la experiencia diaria de los mexicanos, es necesario explorar los
factores que la determinan. Si bien la literatura 13 sobre discriminación señala la
necesidad de una política educativa y preventiva para las nuevas generaciones,
también es cierto que las políticas públicas dirigidas a corregir los orígenes de tales
conductas son imperativas.

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Discriminación a grupos sociales.

Existen diferentes grupos sociales que están en situación de vulnerabilidad de ser


discriminados en nuestro país, tal es el caso de:
•Adultos mayores
• Afrodescendientes
• Creencias religiosas
• Etnias
• Migrantes y refugiados
• Mujeres
• Niñas y niños
• Personas con discapacidad
• Personas que viven con VIH
• Diversidad sexual
• Jóvenes
• Trabajadoras del hogar.

La ENADIS 2010 refirió que los grupos sociales vulnerables tienen diferentes
problemas que los estigmatiza y afecta. Una de cada dos personas lesbianas,
homosexuales o bisexuales (52%), uno de cada cinco encuestados de los grupos
étnicos (19.5%) y discapacitados (20.4%), 2.3% de los jóvenes, 9.9% de las mujeres
embarazadas y 9.2% de los adultos mayores consideran a la discriminación como
su principal problema. Además, tres de cada diez personas que pertenecen a
alguna minoría religiosa (28.7%) consideran que su principal problema es el
rechazo, la falta de aceptación, la discriminación y la desigualdad; mientras que una
proporción similar (28.1%) considera que su principal problema son las burlas, las
críticas y la falta de respeto. Por su parte, los problemas que las niñas y los niños
señalan con mayor frecuencia es que les hayan dicho groserías y, para dos de cada
diez, haber sido objeto de burlas. 12.7% señaló que les han pegado. En tanto,
65.3% de los migrantes considera que sus derechos son pocos o nada respetados.
De acuerdo con la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la
Organización de las Naciones Unidas (OACDH) prácticamente la totalidad de las
naciones cuentan con minorías nacionales o étnicas, lingüísticas y religiosas. Sin
embargo, “muchas violaciones de los derechos civiles, políticos, económicos,
sociales y culturales ocurren a causa de la discriminación; el racismo y la exclusión
por motivos étnicos, religiosos, nacionales o raciales propios del grupo afectado”.

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Los efectos de la discriminación en el mundo

La discriminación genera desconfianza, resentimiento, violencia, crimen e


inseguridad, afirmó hoy la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos
con motivo de celebrarse mañana el Día de esos derechos.

Los niños no son ajenos a los problemas de discriminación ser víctimas de actos de
racismo u otros prejuicios discriminatorios.
Los niños más afectados son:
•Los niños de comunidades étnicas y minoritarias que no se han integrado en la
sociedad.
• Los niños en situación de discapacidad, que tienen necesidades específicas: más
de 200 millones de niños en el mundo (10% de los niños del mundo) están en
situación de discapacidad; de los cuales, más de las tres cuartas partes (¾) no
tienen acceso a la educación, el cuidado y la ayuda que necesitan.
•Las niñas que son víctimas de actitudes discriminatorias en ciertas culturas: la
discriminación impide que más de 20 millones de niñas obtengan educación.
• Los niños de entornos más pobres.

La discriminación puede afectar a áreas vitales de la persona como son la


dificultad para conseguir empleo, abandono escolar, exclusión social,
desembocando posteriormente todo esto en mayores consecuencias a nivel
psicológico con síntomas de ansiedad, tristeza, a mayor grado, depresión y sobre
todo sentimientos de soledad.
Como vemos, la discriminación siempre tiene consecuencias psicológicas sobre la
persona/víctima.
La discriminación ya sea individual, en el trabajo, en grupo… nos deja en una
situación de suma vulnerabilidad pudiendo ocasionar graves daños en nuestro
autoconcepto.
Una de las áreas a nivel individual a las que afecta de manera profunda es a la
autoestima de la persona. Ya sea por un motivo racial, de género, o por el aspecto
físico… La autoestima se puede ver mermada por este tipo de insultos, comentarios,
generando mucha inseguridad en las relaciones con los otros, llegando incluso a
producir aislamiento social. Y si se produce de forma muy continuada puede
llevarnos incluso al trauma.

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Sufrir discriminación también puede limitar la calidad de vida de la persona.
Como ya hemos mencionado anteriormente en áreas como el empleo, entablar
relaciones de amistad o pareja, crear nuevos vínculos.

Las consecuencias por discriminación también pueden ser heredadas de generación


en generación, lo que llamamos herencia transgeneracional. Si nuestros padres
han sufrido discriminación o han sido avergonzados por alguna de sus
características puede que proyecten en nosotros esa inseguridad, tratando de
protegernos de esas mismas situaciones y desde ahí exigirnos que cuidemos esos
aspectos. O por ejemplo, si han sufrido una discriminación por raza o lugar de
procedencia y para conseguir adaptarse y ser aceptados y pertenecer a la nueva
sociedad han aprendido a desarrollar comportamientos de sumisión van a tratar
de enseñarnos esos mismos comportamientos para evitar que pasemos por el
mismo sufrimiento.

Otro camino diferente a la sumisión es la violencia , personas que desde la


inseguridad padecida por la discriminación convierten su agresividad natural en
violencia. Hacemos un inciso para no olvidarnos que todos tenemos agresividad y
que es necesaria, nos ayuda a poner límites con los demás, a indicar de igual a
igual lo que nos gusta y lo que no, y sin embargo la violencia es un abuso de poder,
es desde la desigualdad. La discriminación nos vuelve aún más defensivos
pudiendo llegar a la violencia física.

A los cimientos que más afecta la discriminación es a nuestro sentimiento de


pertenencia, que viene a ser la satisfacción que todos sentimos por ser integrantes
de un grupo. La pertenencia nos hace sentir que somos iguales al resto de personas
que forman el grupo, sociedad, etc…

“La paz no es solamente la ausencia de la guerra; mientras haya


pobreza , racismo , discriminación y exclusión difícilmente podremos
alcanzar un mundo de paz .”(RIGOBERTA MENCHÚ 16/08/2016)

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¿CÓMO ACTUAR ANTE UNA SITUACIÓN DE DISCRIMINACIÓN?

Ante todo es conveniente analizar la situación en la que nos encontramos, para


saber si estamos ante una situación de discriminación o no, ya sea en el ámbito
laboral o en cualquier otro ámbito.

Si estamos ante una situación de discriminación el Ministerio de Sanidad, Servicios


Sociales e Igualdad nos informa que hay respuesta institucional para estos hechos
cuando hay denuncia o reclamación por discriminación, aunque sabemos que los
procesos son lentos, pero hay que denunciar o acudir a ONGs u organismos
especializados que nos informen según el caso discriminatorio en el que nos
encontremos.

Buscar recursos que nos ayuden a salir del aislamiento social y las trabas que nos
pone la discriminación es una de las soluciones más beneficiosas a largo plazo.
El apoyo psicológico es uno de los recursos a los que acudir cuando nos sentimos
desbordados emocionalmente debido a la situación que estamos padeciendo.
Contar con un acompañamiento y apoyo seguro, un espacio de cuidado y sin juicio
donde poder expresarnos es de gran ayuda. Incluso si la discriminación no es actual
y ha dejado secuelas como por ejemplo, un trauma , la terapia puede ser una
herramienta muy beneficiosa para deshacernos de todo ese pasado tan doloroso y
que tanto nos limita.

Como dijo Fritz Perls “Sé quien eres y di lo que sientes, porque aquellos que se
molestan no importan y los que importan no se molestarán”

¿Qué actitudes discriminatorias observamos en nuestra sociedad?

Algunos prejuicios instalados desde hace décadas en el inconsciente colectivo, la


sutileza con que algunas organizaciones defienden sus finanzas antes que a sus
afiliados y afiliadas y, el vacío legal existente en muchos casos; son situaciones que
han favorecido que determinadas personas no gocen de los mismos derechos que
el resto de la ciudadanía. Esto ha ocurrido hasta el punto de que muchas veces
estas personas perjudicadas ni siquiera son concientes de que son objeto de
discriminación y que se encuentran en condiciones de exigir el cumplimiento de sus
derechos.

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Conocer las formas que asume la discriminación, ayuda a derrumbar muros.
Permite la conformación de una sociedad más inclusiva y, por ende, más
enriquecida.

Por una cuestión de género

La discriminación basada en el género se refiere a la diferencia de roles que se da a


cada persona a partir de su sexo biológico. Se convierte a la diferencia sexual en
una desigualdad social. Todo lo masculino es valorado como superior respecto de
los atributos considerados femeninos.

Aspectos

• En el trabajo

Diferencias salariales; doble jornada en el trabajo y en el hogar; dificultad para


acceder a cargos directivos.

Debido a pautas culturales que asignan roles femenino y masculino en la sociedad,


las mujeres que trabajan o desean trabajar viven una situación de doble
responsabilidad -hogar/trabajo- que les provoca una serie de conflictos, para su
desarrollo personal y profesional. Esto implica realizar esfuerzos de
compatibilización de las tareas domésticas con las laborales que inciden
negativamente en su disponibilidad para el trabajo o para la formación profesional.

Por otro lado, desde la demanda, los empleadores despliegan una serie de
prejuicios con relación al trabajo femenino, que obstaculizan el acceso de las
mujeres a los empleos. Esta actitud se sustenta en el supuesto impacto que sobre
los costos laborales tiene la función biológica de la maternidad y el hacerse cargo de
las responsabilidades familiares.

• Trata sexual

La falta de oportunidades coloca a las personas, especialmente a las mujeres y


niñas, en una situación de vulnerabilidad frente al accionar de redes de tratantes de
personas.

La trata de personas es una actividad criminal asociada a la prostitución y al tráfico


de drogas. Es un fenómeno que afecta a todas las regiones y a la mayoría de los
países del mundo. Aunque las rutas de los tratantes cambian, el factor que
permanece constante es la distinción económica entre los países de origen y los
países de destino.

• Violencia doméstica:

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La conducta violenta abarca todo aquello que provoca daño físico, moral o
emocional en quien la sufre. Una de las razones de esta lacra social se basa en la
creencia arraigada en la sociedad de que los hombres tienen autoridad para
controlar y mantener subordinadas a las mujeres.

Su ejercicio viola la integridad, la autonomía y libertad personal de la víctima del


maltrato y menoscaba el pleno goce de sus derechos humanos. Es un acto
discriminatorio que tiene efectos traumáticos de manera inmediata y mediata en las
mujeres, sus hijos e hijas y toda la sociedad.

Por orientación sexual

Los distintos puntos de vista de los pueblos hacen que se puedan extraer
conclusiones diferentes de sus vivencias. La sociedad occidental históricamente
legitimó una concepción de sexualidad única, normal, sana y legal, que contraponía
a cualquier otra concepción de sexualidad. Pero en los seres humanos, el género no
es una variable puramente dicotómica, ni tampoco continua.

La identidad sexual se construye a través de un complejo proceso en el que operan


una multiplicidad de variables que operan en la vida de una persona. Este proceso
se da como resultado de factores biológicos, psicológicos y sociales.

El término fobia se define como aversión, odio, antipatía a alguien o algo. Las
posiciones homófobas y misóginas evidencian posiciones y actitudes intolerantes
que tienen como objetivo controlar las vidas de las personas y limitar su autonomía
a través de procedimientos particularmente agresivos y poco respetuosos de la
pluralidad.

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Discriminación en contra de la población indígena en México

Los pueblos y comunidades indígenas en nuestro país, constituidas por 15.7


millones de personas, enfrentan cotidianamente formas sistemáticas, estructurales
e históricas de discriminación. En cuestión de ejercicio de derechos y acceso a
oportunidades para el desarrollo de vidas satisfactorias y dignas existe todavía una
gran desigualdad que se deriva principalmente de conductas, prejuicios y
concepciones sobre el origen étnico, los rasgos culturales o el color de piel entre
otros, que tienen fuertes contenidos discriminatorios y que finalmente se traducen
en niveles injustificables de exclusión, marginación y pobreza.

La situación de discriminación de las personas indígenas se agrava cuando dos o


más factores de exclusión o vulnerabilidad se ligan, por ejemplo; la condición de
pobreza, condición de género, alguna discapacidad, condición migrante, pertenencia
a alguna minoría religiosa, etc. Esto amplía aún más la brecha de la desigualdad
para el ejercicio de los derechos y la calidad de vida digna para ese grupo de
población.

Es importante comprender que la discriminación rebasa el esfuerzo hecho en


materia normativa y que es imprescindible que estos procesos sean acompañados
de políticas integrales en favor de la inclusión y la igualdad de las personas.

No ha bastado la promulgación de la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la


Discriminación, que promueve expresamente la eliminación de las desigualdades de
trato y de acceso a derechos y oportunidades entre las personas, la del Convenio
169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Declaración de las
Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Por el contrario, la
discriminación en contra de este grupo de población es todavía estructural y
sistemática en nuestro país, tiene fuertes contenidos culturales arraigados, obedece
a una historia de subordinación que conduce a creer que unas personas merecen
más que otras.

Las bases de la discriminación deben ser erradicadas desde la raíz, sin embargo,
para ello es absolutamente necesaria una transformación cultural de fondo que
involucre y sea impulsada por la sociedad, el Estado y las instituciones para que a
este grupo le sean reconocidos y garantizados todos sus derechos y tenga acceso
a oportunidades al igual que otras personas y grupos de población.

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Estrategias para combatir la discriminación inconsciente

1. Consciencia personal. Es el proceso de mirarse a uno mismo hacia dentro para


reconocer las creencias y los valores que pueden comportar discriminación
inconsciente. El reconocimiento puede facilitar el desarrollo de comportamientos de
autorregulación que mitiguen la influencia del sesgo en las interacciones con los
pacientes. La adquisición de esta conciencia propia requiere un ritmo interno que se
emplee para guiar las interacciones diarias. Este compás puede ayudar a las
enfermeras a reconocer actitudes y comportamientos aceptables e inaceptables y a
mantenerse en el camino correcto al afrontar el reto continuo de la discriminación
inconsciente. Ello requiere una mirada interna continua y crea consciencia de cómo
son percibidas por los demás, lo que establece el fundamento para la relación
terapéutica enfermera-paciente.

2. Reconocimiento. Sin reconocimiento de que el problema existe, no se puede


establecer ninguna acción para solventarlo. El reconocimiento conlleva aceptación
de la responsabilidad que permite marcar la diferencia. Las enfermeras y los demás
profesionales de la salud deben trabajar para erradicar la discriminación
inconsciente iniciando respuestas que fortalezcan las conductas positivas, tales
como la empatía.

3. Empatía . Los profesionales de la salud deben empatizar con los pacientes y sus
circunstancias para comprender lo que están sintiendo. Las enfermeras pueden
desarrollar empatía haciendo un esfuerzo consciente para comprender la situación
de cada paciente, hacer una inmersión completa desde el punto de vista del
paciente y obtener y dar sentido a lo que debe de representar para él 4. La mayoría
de personas tienen empatía de forma natural, pero algunos pacientes y algunas
situaciones puede representar una barrera a la empatía. Por ejemplo, cuidar a un
paciente que ha sido partícipe de comportamientos de riesgo que provocan eventos
adversos puede hacer más difícil la relación empática. El rechazo a reconocer esta
necesidad emocional puede producir resultados negativos durante las interacciones
y la prestación de cuidados a los pacientes. Para superar estos obstáculos a la
empatía, los profesionales de la salud deben concienciarse de hacer un esfuerzo
para reconocer que existen barreras e implementar de forma consciente prácticas
que se alineen con una atención no discriminatoria.

4.Defensa de los derechos del paciente . Apoyar al paciente en sus transiciones


por el sistema de salud es lo que se denomina defensa de sus derechos. La
enfermera puede actuar como abogado defensor ayudando al paciente en la
comunicación con otros miembros del equipo, en la identificación de las mejores
opciones terapéuticas, y en la garantía del respeto a los derechos del paciente. En
presencia de situaciones de discriminación inconsciente, la defensa del paciente por

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parte de la enfermera le ayudará a recibir los cuidados que necesita.
Las enfermeras deben defender a los pacientes con tacto, compasión y
profesionalidad, y comunicarse con los miembros del equipo para cubrir
adecuadamente las necesidades del paciente. Los pacientes deberían ser capaces
de notar que las enfermeras procuran hacer lo mejor para conseguir los mejores
resultados para ellos.

5. Educación. Potenciar el conocimiento es esencial para crear consciencia,


reconocer la existencia de discriminación inconsciente y reducir su prevalencia.

La educación puede introducirse en el currículo formal de las ciencias de la salud.


Otra opción es ofrecer formación orientada a la sensibilización y a la existencia de
discriminación inconsciente en los centros sanitarios. Las enfermeras pueden formar
a otros profesionales durante sus interacciones para contribuir a crear consciencia
acerca de la discriminación inconsciente. Las reuniones habituales de los miembros
del equipo pueden también emplearse como foro para la formación, ofreciendo a las
enfermeras la oportunidad de compartir sus experiencias y creencias, así como para
explorar alternativas para mitigar este problema.

La educación sobre la discriminación inconsciente ayuda a crear un entorno que


fomenta la equidad en el cuidado, con un abordaje abierto y de aceptación del otro.
Además de reforzar la base de conocimiento, la educación crea una atmósfera de
promoción de la relación terapéutica basada en la empatía y la comprensión, que al
final produce como resultado unos cuidados equitativos y de alta calidad.

Derecho a la NO discriminación

Este derecho forma parte del principio de igualdad y protege a las personas de ser
discriminadas por cualquier motivo; su fundamento es la dignidad humana. La
Declaración Universal de Derechos Humanos establece que todos los seres
humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, por lo que no es justificable
distinguir, excluir o tratar como inferior a persona alguna, si no existe un fundamento
razonable para ello.
El derecho a la no discriminación es una norma común en los principales tratados
de derechos humanos, así como en las constituciones de los Estados; se le
considera un derecho que va más allá de lo jurídico, cuya función es que todas las
personas puedan gozar de todos sus derechos humanos en condiciones de
igualdad, pues cada vez que un derecho se vulnera se acompaña de la violación de

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al menos otro derecho humano.

En nuestro país, el quinto párrafo del artículo 1o. de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos prohíbe expresamente la discriminación de la siguiente
forma: Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el
género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condi- 20 ciones de
salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier
otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar
los derechos y libertades de las personas.

La Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, reglamentaria del quinto


párrafo del artículo 1o. de la Constitución, es la encargada de desarrollar
normativamente el principio de no discriminación y establece como su objeto la
prevención y eliminación de todas las formas de discriminación ejercidas contra
cualquier persona, así como la promoción de la igualdad de oportunidades y de
trato. En virtud de esta ley (a. 2), corresponde al Estado promover las condiciones
para que la libertad y la igualdad de las personas sean reales y efectivas. Los
poderes públicos federales deberán eliminar aquellos obstáculos que limiten en los
hechos su ejercicio e impidan el pleno desarrollo de las personas, así como su
efectiva participación en la vida política, económica, cultural y social del país, y
promoverán la participación de las autoridades de los demás órdenes de Gobierno y
21 de los particulares en la eliminación de dichos obstáculos.

Asimismo, no se considerarán discriminatorias las acciones afirmativas que tengan


por efecto promover la igualdad real de oportunidades de las personas o grupos.
Tampoco será juzgada como discriminatoria la distinción basada en criterios
razonables, proporcionales y objetivos cuya finalidad no sea el menoscabo de
derechos (a. 5).
Las conductas discriminatorias pueden ser por actos, omisiones o prácticas sociales
atribuidas a particulares, personas físicas o morales, así como a personas
servidoras públicas federales, y a los poderes públicos federales, e impondrá en su
caso las medidas administrativas y de reparación

La discriminación desde un enfoque psicosocial


Un hecho particular de este enfoque psicosocial, es que la percepción de la
discriminación grupal es muy superior a la de la discriminación individual. Muchas
experiencias muestran cómo existe una subestimación de la discriminación
individual y una sobrestimación del efecto grupal. De esta manera, en la

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discriminación interpersonal, las víctimas reaccionan oponiéndose directamente a la
persona, en tanto que en la discriminación institucional, las víctimas recurren a
acciones colectivas.

Como ya lo hemos expresado, la discriminación es un objeto particularmente


propicio a generar una multiplicidad de enfoques: ella se observa y se experimenta
en las experiencias más comunes de la vida cotidiana. Pero es al mismo tiempo
connotada por las desigualdades históricamente constituidas entre los grupos y las
culturas. Clásicamente en el estudio de la discriminación, desde el enfoque
psicosocial, se explora y analiza las situaciones en donde la discriminación busca
emerger, construirse y desarrollarse. El evento constituye, entonces, el centro del
análisis, no en su pura facticidad sino ofreciendo ocasión y materia a los procesos
de integración cognitiva. Los trabajos sociológicos, por otra parte, se interesan sobre
la manera como las estructuras sociales, históricamente construidas, tienden a
suscitar, difundir, generalizar y estabilizar los actos de discriminación. Cuando se
trabaja desde esta segunda perspectiva, el analista trata, por lo general, las
relaciones entre grupos categorizados comúnmente como fundamentalmente
distintos y generalmente desiguales. Los trabajos de los psicólogos sociales
muestran que toda división intergrupos es construida cognitivamente y comporta de
esta manera, grados y modalidades distintas. En ese sentido, es importante que la
psicología social tome en cuenta el rol estructurante de las ideologías que podemos
llamar esencialistas, naturalistas, innatistas, etc., porque, según la creencia
socialmente existente, el otro es naturalmente inferior y yo puedo actuar hacia él de
manera discriminatoria, con una legitimidad que ni siquiera se discute. La
categorización de las desigualdades está entonces expuesta como inscrita en un
orden ''natural'' (la historia aparece a veces como susceptible de producir una
''naturaleza'' no biológica) a la cual los sujetos se someten asegurando el equilibrio
social. Esta naturalización de las relaciones sociales, que es un tema dominante de
los enfoques socio-históricos, es abordado por la psicología social en términos de
procesos cognitivos (Oriol, 2006).

Una orientación relativamente general en las ciencias sociales y humanas, consiste


en explicar los prejuicios a través de factores negativos. Los trabajos de Fein y
Spencer (1997), ilustran perfectamente este enfoque, demostrando que seguido a
un fracaso personal que amenaza la autoestima, los individuos tienen tendencia a
estigmatizar al otro. Desde este punto de vista, la función de los prejuicios es la de
reparar la imagen de sí mismo. Las implicaciones de esta perspectiva, en materia de
lucha contra la discriminación, parecerían ser que sería suficiente tratar los
problemas de autoestima de los individuos para que todo estuviera en orden.

El estudio del rol de la gratificación relativa, al contrario, permite resaltar la función


social de los prejuicios: la justificación de la superioridad económica y social de los
grupos dominantes. De esta manera, algunas investigaciones (Guimond & Dambrun
(2002), muestran de diversas formas que cuando se les da ciertos privilegios

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económicos y sociales a los grupos, eso conduce a sus miembros a adoptar
prejuicios y a estigmatizar los miembros de grupos desfavorecidos.

Los prejuicios no son simplemente una cuestión de autoestima. Se trata de actitudes


intergrupos que emergen de relaciones entre los mismos. Para cambiar los
prejuicios no es suficiente mejorar la autoestima de los individuos, inclusive si esto
es sin duda una consecuencia. Mejor, el estudio de la gratificación relativa sugiere
que sería necesario anexar la lucha contra la discriminación, a la lucha contra las
desigualdades económicas y sociales. Pero para entender mejor este proceso
psicosocial, es necesario comprender mejor la relación dinámica que explica el
efecto de los prejuicios y los estereotipos en las formas de discriminación.

''... La categorización de las desigualdades está entonces expuesta


como inscrita en un orden 'natural', a la cual los sujetos se someten
asegurando el equilibrio social''.

Conclusiones

Para garantizar el derecho a la igualdad y la no discriminación


Mejores marcos legales y sistemas de defensa y protección eficaces, con sanciones
para los actos de discriminación.
El fortalecimiento de convicciones y de saberes a favor de la igualdad, mediante
sistemas educativos formales e informales que promuevan la diversidad.
Políticas públicas eficaces con mecanismos de medición de efectos y seguimiento
de resultados.
Un debido y justo acceso a la justicia.
Mecanismos que garanticen el ejercicio de derechos para que se hagan vigentes.
En la actualidad algunas ideas de intelectuales todavía fomentan la existencia de
formas de discriminación racial y plantean la superioridad de unos grupos sobre
otros. La violencia racial es una forma extrema de discriminación, por lo que
cualquier ofensa que contengan elementos racistas debe ser perseguida como un
delito de mayor sanción.
Tiene que haber leyes que eliminen los obstáculos para la participación política de
las minorías raciales y étnicas.
Los medios de comunicación juegan un papel importante para combatir la
discriminación racial, por lo que deben procurar fomentar un lenguaje incluyente,

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evitar los estereotipos, reflejar la diversidad y adoptar un discurso
antidiscriminatorio.
La regulación de las redes sociales constituye un desafío para los gobiernos, con la
finalidad de que no se vuelvan un medio para reclutar o promover el racismo o
ideologías raciales. El desafío actual es impulsar códigos de conducta, capacitación
a periodistas y la autorregulación.
Un paso importante para promover la defensa de los derechos humanos, es poner
mayor atención en la esfera de la educación para impulsar el cambio cultural
necesario de manera permanente.
Concientizar y movilizar a distintos organismos sociales, privados y
gubernamentales a nivel local, estatal y federal, para que trabajen en campañas a
favor de los derechos humanos y la antidiscriminación.

Educar a las nuevas generaciones en los cambios sociales, adecuando las


herramientas educativas en materia de DDHH. De manera individual hay muchas
formas para unirse a este tipo de campañas, tales como: fotografías, videos,
mensajes antidiscriminatorios en línea, monitoreo y notificaciones de discursos de
odio en línea.
Promover el cambio para que los gobiernos o parlamentos impulsen legislaciones
nacionales que atiendan la problemática en torno al discurso de odio en internet.

Es necesario tomar conciencia de que los derechos humanos, como el derecho a la


igualdad, es un derecho de primer nivel que no puede verse relegado al olvido en
ningún momento, ni siquiera en los tiempos de crisis donde las soluciones a la
misma deberían tener la igualdad como enfoque principal.

Por todo lo anterior, entendemos que es fundamental llevar a cabo medidas que
consigan:
Seguir concienciando a las víctimas de su derecho a la igualdad de trato e informar
de los procedimientos a seguir para reclamar por las situaciones de discriminación.

Avanzar en la legislación contra la discriminación estableciendo medidas


sancionadoras efectivas contra los distintos agentes discriminadores.

Avanzar en la recogida de datos de casos de discriminación para poder tener una


idea más global y rigurosa de la dimensión de la discriminación.

Avanzar en una postura fi rme por parte de los poderes públicos de defensa de los
derechos humanos e intolerancia de las situaciones de discriminación, con la
instauración de mecanismos rápidos de reacción.

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