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Curso

Discursos de Odio: Definiciones y Estrategias para Prevenirlo

Objetivo general

● Concientizar sobre la problemática social de los discursos de odio, una práctica

discriminatoria y dañina para la democracia

Objetivos específicos

● Definir y reconocer los discursos de odio como práctica discriminatoria y

contextualizarlos en la cultura del odio.

● Propiciar un espacio para construir herramientas para el abordaje y prevención de los

discursos de odio.

● Situar históricamente los discursos de odio como fenómeno social, en el marco de los

sistemas políticos democráticos.

● Aportar elementos para la identificación y prevención del odio en el ámbito de las TIC,

tendiendo puentes para pensar colectivamente nuevas herramientas y prácticas para

la acción, así como el trabajo formativo y la sensibilización social.


Clase 1

¿Qué es el discurso de odio?

Objetivo

● Definir y reconocer los discursos de odio como práctica discriminatoria, en el marco de

una cultura del odio.

1. Introducción

Te damos la bienvenida al curso Discursos de Odio: Definiciones y Estrategias para

Prevenirlo, una iniciativa del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el

Racismo (INADI). En el desarrollo de las 4 clases que estás comenzando, encontrarás

materiales en distintos formatos para profundizar sobre la temática. Proponemos comenzar

este recorrido a partir de una definición consensuada del concepto discurso de odio, para

luego identificar y analizar cómo se vincula con la discriminación y la exclusión.

Además, por un lado abordaremos los desafíos que nos presenta el ámbito digital y la

viralización1 de discursos odiantes, para luego pensar también cómo se desarrolla esta

problemática cómo estos se vinculan con el ámbito de la política, los sistemas de poder, su

desarrollo en la historia, el potencial vínculo con los genocidios y por qué es necesario discutir

los discursos de odio ligado a los discursos negacionistas.

Los discursos de odio y su influencia en la cotidianidad no son una novedad de este

siglo —como ya veremos— sino que atraviesan la historia de la humanidad en distintos

períodosAún sin ser novedad, en los últimos 25 años con la expansión de Internet y las

discusiones políticas con posiciones divididas, el discurso de odio es un tema que preocupa a

1
Según la RAE: la viralización es: Adquirir carácter de conocimiento masivo un proceso informático de
difusión de información. / Es viralizada aquella difusión a través de redes sociales o medios
electrónicos de algún hecho o evento que causa conmoción social.
organismos internacionales, gobiernos nacionales, organizaciones no gubernamentales, entre

otros actores. Es por ello que el INADI ha trabajado en el conocimiento y estudio sobre el

tema, y este curso profundiza en un ejercicio de sensibilización para la población en general,,

con el fin de generar herramientas de prevención y promoción de los derechos humanos.

En este curso, presentaremos la pluralidad de voces académica, estatales,

internacionales que se han consolidado en estas temáticas. Encontrarán materiales

generados desde el Instituto, recomendaciones bibliográficas, videos, libros, pódcast. Dado

que este curso es abierto a toda la comunidad, la diversidad de formatos permite acceder

desde distintos soportes a los contenidos ofrecidos. Esperamos que estos materiales les

resulten enriquecedores y que puedan difundirlos y apropiárselos. En definitiva, anhelamos

que este curso contribuya a seguir multiplicando una cultura que promueva los derechos

humanos y los principios de igualdad y no discriminación.

Les deseamos una muy buena cursada.

2. Discursos de odio: definición

A continuación, les presentamos un video realizado por el INADI que presenta la

definición de discursos de odio

INSERTAR VIDEO

https://wetransfer.com/downloads/

9442d0a4a9680cc99b0aeb427edaa3a920231018202746/822388

3. ¿Qué es la discriminación?

Dado el estrecho vínculo que existe entre la discriminación y los discursos de odio,

retomamos algunas definiciones propuestas en la Guía didáctica para docentes. Somos

iguales y diferentes. Guía para niñas y niños de prevención de prácticas discriminatorias

(INADI, 2011) y en el documento Hacia un Plan Nacional contra la Discriminación. La


discriminación en Argentina. Diagnóstico y Propuestas, elaborado por el INADI (2005) y

aprobado por el Poder Ejecutivo Nacional como Plan Nacional contra la Discriminación por

Decreto 1086/2005.

¿Qué es discriminar?

... Discriminar es arbitrariamente impedir, obstruir, restringir o menoscabar el pleno ejercicio

de los derechos y garantías de ciertos sectores sociales de la población utilizando como

pretexto su género, etnia, creencias religiosas o políticas, nacionalidad, situación social o

económica, elección sexual, edad, capacidades o caracteres físicos, etc.

Esta enumeración, no es taxativa, es decir, no es fija ni está limitada; ya que las excusas que

se utilizan para discriminar pueden ser variables, por más que, como luego veremos, todas se

generan en una misma matriz de pensamiento. Quizá una de los puntos más importantes

para destacar es que las prácticas sociales discriminatorias, no nos hablan de las víctimas

sino de quienes discriminan.

¿Qué quiere decir esto? Que los actos discriminatorios NO se explican por ninguna

característica que posea la víctima, sino por la mirada del sujeto, grupo social, sociedad o

Estado que lleve a cabo el proceso discriminatorio.

Por más que parezca que el sujeto discriminador lo hace siguiendo una lógica personal e

individual, lo cierto es que en realidad está respondiendo a un marco cultural que crea y

difunde estereotipos.

Un estereotipo es una imagen inflexible construida de manera ilógica, en base a prejuicios,

aptitudes, creencias y opiniones preconcebidas, impuestas por el medio social y cultural que

se aplican de forma general a todas las personas pertenecientes a una categoría, sea esta su

nacionalidad, etnia, edad, sexo, preferencia sexual, procedencia geográfica, etc.

Analizando en oposición a qué se construyen los estereotipos, podemos preguntarnos a

quiénes discriminamos, y la respuesta que más inmediatamente nos surge es: - al “diferente”.

¿Diferente a quién o qué? Al modelo o paradigma de “lo normal”, es decir al varón, blanco,

instruido, joven, pudiente, heterosexual, cristiano y sin discapacidad visible. La construcción

de un “paradigma” al que deben asimilarse todos los “otros“, implica que aquellos que no
tienen esos atributos son los diferentes, los inferiores. Este modelo hegemónico impone

jerarquías basadas en la dominación y la desigualdad, es decir trata de naturalizar una

supuesta “normalidad” sólo para legitimar su supremacía, argumentando el bien social,

cuando por el contrario, la discriminación empobrece al conjunto de la sociedad al privarse de

la riqueza que da la pluralidad de identidades. (INADI 2011, pp. 9-11)

¿Qué son las prácticas sociales discriminatorias?

… entendemos como práctica social discriminatoria a cualesquiera de las siguientes

acciones:

a) crear y/o colaborar en la difusión de estereotipos de cualquier grupo humano por

características reales o imaginarias, sean éstas del tipo que fueren, sean éstas positivas o

negativas y se vinculen a características innatas o adquiridas;

b) hostigar, maltratar, aislar, agredir, segregar, excluir y/o marginar a cualquier miembro de

un grupo humano del tipo que fuere por su carácter de miembro de dicho grupo;

c) establecer cualquier distinción legal, económica, laboral, de libertad de movimiento o

acceso a determinados ámbitos o en la prestación de servicios sanitarios y/o educativos a un

miembro de un grupo humano del tipo que fuere, con el efecto o propósito de impedir o anular

el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos o libertades fundamentales.

(INADI, 2005, p. 41)

¿Cómo se vinculan los discursos de odio con la discriminación, el racismo y la xenofobia? ¿Y

con la violencia?

La Anti-Defamation League (ADL), organización fundada en Estados Unidos en 1913

cuyo objetivo es “poner fin a la difamación del pueblo judío y garantizar la justicia y un trato

justo para todos” (ADL, s.f.), creó un instrumento educativo conocido como la Pirámide del

odio. Este instrumento nos muestra la forma en que socialmente se presentan los fenómenos

discriminatorios en la medida en que va incrementándose el nivel de violencia. Esto describe


la forma en que la sociedad va institucionalizando la desigualdad desde un nivel de discursos,

hacia las prácticas y acciones.

Fuente: Ajuntament de Barcelona (s.f.).

La pirámide nos muestra diferentes tipos de actos que crecen en complejidad desde

la base hacia la cúspide. Algunas de esas actitudes son más visibles, sencillas de reconocer

y de describir con facilidad. Otras, en cambio, no necesariamente se ven y corresponden a

nuestra cultura y educación, y constituyen las bases para lo que luego se hace palpable y

cotidiano.

En la base “invisible” encontramos a los estereotipos y prejuicios, los procesos de

otredad y la deshumanización. Desarrollemos estas ideas para que podamos entenderlas

mejor.
Los prejuicios y los estereotipos son ideas, patrones culturales, que circulan en la

sociedad y asignan a determinados grupos ciertas características, expectativas, roles e

incluso mandatos sociales. Por ejemplo, los prejuicios pueden sugerir desconfianza hacia una

persona o grupo por su pertenencia religiosa, también se relacionan con los estereotipos que

establecen determinadas actitudes de las mujeres, diferentes a las de los varones. En cierta

forma, los prejuicios y los estereotipos pueden guiar la manera en la que nos vinculamos en

la sociedad y muchas veces construyen valores y opiniones.

Estos prejuicios y estereotipos constituyen un paradigma en el cual se jerarquizan las

diferencias, constituyéndose como desigualdades. Los diversos grupos sociales se plantean

como sustancialmente diferentes, y a la vez homogéneos en su interior. Este proceso da

lugar a la construcción sostenida de “la otredad y la deshumanización”. .

En el marco de esa deshumanización progresiva se naturaliza que una persona trans

sea echada de su casa; que una persona indígena sea humillada ante las cámaras de

televisión por su color de piel y que no sea disonante hacer chistes frente a la situación; que

una mujer no sea elegida para ocupar un puesto laboral, pese a contar con los mismas

aptitudes para el cargo que un varón.

Estereotipos, prejuicios, otredad y deshumanización construyen la narrativa. Los

discursos de odio son la explicitación de estas ideas en una pirámide que representa el

progresivo hostigamiento hacia ciertos grupos.

En Argentina, desde 1988, la Ley N.° 23.592 de Actos Discriminatorios encuadra a la

discriminación de la siguiente manera:

ARTICULO 1°. Quien arbitrariamente impida, obstruya, restrinja o de algún modo

menoscabe el pleno ejercicio sobre bases igualitarias de los derechos y garantías

fundamentales reconocidos en la Constitución Nacional, será obligado, a pedido del

damnificado, a dejar sin efecto el acto discriminatorio o cesar en su realización y a reparar el

daño moral y material ocasionados.


A los efectos del presente artículo se considerarán particularmente los actos u omisiones

discriminatorios determinados por motivos tales como raza, religión, nacionalidad, ideología,

opinión política o gremial, sexo, posición económica, condición social o caracteres físicos.

En este sentido, la negación del acceso a derechos humanos tales como el empleo, la

vivienda, la educación, el transporte, los espacios libres de violencias, entre otros, es una

expresión sistémica de la discriminación, la xenofobia y el racismo.

Parte de estos patrones culturales discriminatorios son explicitados en discursos de

odio que venimos caracterizando. A la vez que, sobre esta base de obstrucción de derechos

por motivos discriminatorios, se montan los diversos fenómenos de violencias hacia

determinadas comunidades. Como se observa en la pirámide, la “violencia contra

propiedades y símbolos” constituye un salto a la acción directa discriminatoria. Aquí, el objeto

del ataque no es el cuerpo de alguna persona en particular.

Si bien la articulación entre estas distintas facetas de la desigualdad y exclusión no es

tan tajante y no siempre es sencillo reconocer cada una independiente de la otra, sí nos

permite analizar que los discursos de odio no son un fenómeno aislado, o un acto

comunicacional sin más, sino que tienen el potencial de impactar sustancialmente en la vida

de las personas ya que se entrocan en la discriminación como un fenómeno social

estructural. Al mismo tiempo, pone de manifiesto la imposibilidad del abordaje unilateral de

los discursos de odio. Resulta fundamental el compromiso y la corresponsabilidad de los

diversos actores e instituciones de la sociedad toda, para la desarticulación de los discursos

de odio, los prejuicios y estereotipos que hacen a la discriminación, el racismo y la xenofobia.

¿Cuáles son los principales grupos amenazados por los discursos de odio?

La discriminación, el racismo y la xenofobia son parte del sustento cultural de las

desigualdades. En este sentido, durante siglos se ha alimentado un sistema de valores que

jerarquiza social y económicamente las diferencias. Los prejuicios y los estereotipos operan
de manera tal, generando lo que llamamos paradigma de la normalidad. Se concibe como

normal aquello que se espera que sea un ciudadano estereotípico, el esperado y deseado. A

partir de este constructo de la idea de normalidad se articulan las diferencias como una

inferioridad, algo minoritario, algo no esperado, no validado. La diferencia aparece como

excepción, y eso justifica la desigualdad ante los discursos hegemónicos.

La jerarquización de ciertas características por sobre otras se enmascara en lo que

llamamos “paradigma de la normalidad”. Con este concepto, queremos decir, que se articulan

las diferencias en “normal” y “anormal”, y asi, lo normal se presenta como lógicamente

superior a lo anormal. Se enmascara la discriminación a partir de considerar la anormalidad

en dos sentidos: se presenta como minoritario, raro, excepcional, pero también es anormal en

términos biomédicos o morales: “es enfermo”, “es indeseable”, “está loco”. Este tratamiento,

cabe decir, no tiene que ver con lo numérico, ya que hasta las mujeres —que son más de la

mitad de la población— son tratadas como excepción o minoría, en una sociedad hecha a

medida de los hombres.

El paradigma de la normalidad entonces no es una cuestión estadística, sino cultural.

Es un refuerzo permanente a la desigualdad, a la jerarquización de la diferencia. Los “objetos

de odio” son aquellos grupos que se busca mantener subyugados, oprimidos. No responde a

novedades, sino que son distintas configuraciones de los sujetos que históricamente han sido

inferiorizados: son las mujeres, las personas trans, travestis y la comunidad LGBTI+ en

general, las personas racializadas, afros, las personas con discapacidad, las personas

migrantes, jóvenes, adultas mayores, entre otras.

Dentro de las identidades que son público objetivo de los discursos de odio, aparecen

también las identidades vinculadas con ciertas ideologías políticas, que se articulan con el

género, la procedencia geográfica, la etnia, la interseccionalidad de nuestras identidades. El

ataque a estas subjetividades también responde a un determinado patrón cultural que

sostiene el capitalismo, el individualismo, la meritocracia como el único modelo viable para la

humanidad.
Los discursos de odio justifican la discriminación que sostienen, mantienen una

amenaza permanente y una violencia simbólica para los colectivos históricamente

vulnerados.

4. El mapa de los discursos de odio en Argentina

En la publicación Desafíos de la democracia argentina en la pospandemia: discursos

de odio, prejuicios sociales y problemas de legitimación democrática (Ipar, E. et al., 2022), el

Laboratorio de Estudios de Discursos Autoritarios de la Universidad de San Martin (LEDA-

UNSAM) construyó una serie de datos que son útiles para cuantificar la problemática del

discurso de odio. Estos resultados responden a una metodología que elaboró un índice de

discurso de odio a partir de frases o discursos discriminadores, deshumanizadores y

segregacionistas radicalizados.

Con respecto al estudio mencionado, proponemos como lectura obligatoria el punto 1

—“El mapa de los DDO en Argentina”— del capítulo “Los DDO y los prejuicios sociales en la

Argentina contemporánea”. En dicho texto se presenta una primera serie de estadísticas para

comprender la dinámica de estos discursos en el país. Esta investigación propone describir la

adscripción a los discursos de odio vinculada a características sociodemográficas (edad,

lugar de residencia), así como a otros posicionamientos político-ideológicos, tantos través de

la construcción de indicadores de discurso de odio, como en grupos cualitativos.

Es de destacar que la población con menor porcentaje de personas que “desaprueban

los discursos de odio” es la comprendida entre los 25 y 40 años, dato que podría resultar

contraintuitivo. Se asocia esta temática fuertemente a la generación centennial (16 a 25 años)

puesto que se las asume como las personas más activas en la vida digital. También se

resalta la expansión geográfica de la problemática que se expresa federalmente y con mayor

preponderancia en el norte del país.


Para profundizar sobre los resultados de este estudio, les invitamos a leerlo, hacerse

preguntas y reflexionar sobre lo que nos propone para analizar el fenómeno que estamos

estudiando.

5. Reflexiones finales: impactos de los discursos de odio

Las dimensiones simbólicas y comunicacionales de los discursos de odio no pueden

considerarse únicamente una cuestión abstracta, del orden de las ideas, sin impacto material

sobre la vida de las personas. Están directamente vinculadas a crear las condiciones de

posibilidad para la exclusión y la violencia sobre ciertos colectivos sociales. El discurso de

odio retroalimenta la dimensión subjetiva que nos lleva a naturalizar determinadas

inequidades sociales. Se consolida una narrativa que naturaliza las violencias: permite a las

personas que las ejercen sentirse avaladas y justificadas, resguardadas en la cultura de la

discriminación y, a las personas que son víctimas, creyendo que ese es su lugar en la

sociedad.

En este sentido, la circulación creciente de estos discursos significa un límite concreto

para la construcción de una sociedad de iguales. Este fenómeno nos convoca a articularlo

con ciertas dimensiones individuales, pero también a nivel colectivo. Al igual que la

discriminación, menoscaba el pleno ejercicio de los derechos y las libertades. El odio significa

amenazas, insultos, desprecio, agresión, lo cual puede desembocar en un efectivo daño

psicológico y emocional para la persona que lo recibe.

Por otro lado, cuando hablamos a nivel colectivo, comenzamos a trabajar en la idea

de que la violencia sistemática, la búsqueda del aniquilamiento de ciertos grupos sociales es

factible y está íntimamente vinculado a la circulación colectiva de discursos de odio.

Solo es posible desear, permitir, avalar, ejecutar crímenes masivos, si efectivamente

hay una cultura de la extrema deshumanización y el odio absoluto.


Actividad

Elegir uno de los cuadros o gráficos presentados en Desafíos de la democracia argentina en

la pospandemia: discursos de odio, prejuicios sociales y problemas de legitimación

democrática —disponible en https://www.unsam.edu.ar/leda/docs/desafios-en-la-democracia-

argentina-pospandemia.pdf — y compartir una breve reflexión en el Foro, que relacione los

temas abordados en la clase 1.


Referencias

Ajuntament de Barcelona. (s.f.). ¿Qué es el discurso de odio?

https://ajuntament.barcelona.cat/bcnvsodi/es/que-es-el-discurso-de-odio/

Anti-Defamation League (s.f.). Acerca de ADL. https://www.adl.org/en-espanol

INADI (2005). Hacia un Plan Nacional contra la Discriminación. La discriminación en

Argentina. Diagnóstico y Propuestas. Buenos Aires: INADI.

https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/hacia_un_plan_nacional_contra_la_disc

riminacion.pdf

INADI (2011). Guía Didáctica para Docentes. Somos iguales y diferentes. Guía para niñas y

niños de prevención de prácticas discriminatorias. Buenos Aires: INADI.

http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/documentos/EL005365.pdf

INADI (2021). Una aproximación a los discursos de odio: antecedentes de investigación y

debates teóricos. https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/discurso_de_odio.pdf

Ipar, E., Cuesta, M., Wegelin, L. (comp.) (2022). Desafíos de la democracia argentina en la

pospandemia: discursos de odio, prejuicios sociales y problemas de legitimación

democrática. San Martín: Universidad Nacional de Gral. San Martín (UNSAM).

https://www.unsam.edu.ar/leda/docs/desafios-en-la-democracia-argentina-

pospandemia.pdf

Bibliografía recomendada

INADI (2019). Entender la discriminación. Buenos Aires: INADI.

Torres, N., Taricco, V. (2019). Los discursos de odio como amenaza a los derechos humanos.

Buenos Aires: CELE, Universidad de Palermo.

https://www.palermo.edu/Archivos_content/2019/cele/Abril/Los-discursos-de-

odio_Torres-y-Taricco.pdf
Normativa consultada

Ley N.º 23.592 de Actos Discriminatorios.

http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/20000-24999/20465/texact.htm

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