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METABOLISMO ENERGÉTICO DURANTE EL ESFUERZO FÍSICO:

HACIA UNA CONCEPTUALIZACIÓN ACTUAL EN LAS CIENCIAS


DE LA ACTIVIDAD FÍSICA Y EL DEPORTE

Petro, Jorge Luis


Universidad de Córdoba, Montería, Colombia.

Bonilla, Diego Alexander


Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Bogotá D.C., Colombia

Resumen

La comprensión y análisis del metabolismo energético constituye un punto central


en el entrenamiento deportivo y las ciencias de la actividad física. Sin embargo, aún
persisten conceptos que requieren ser analizados y colocados en contexto con la
literatura científica actual. En este sentido, la presente revisión tiene como propósito
analizar algunos conceptos que ameritan ser replanteados y posiblemente
desterrados del vocabulario del entrenamiento deportivo y de las ciencias de la
actividad física. Se argumentará que los términos “anaeróbicos” y “aeróbico”, para
clasificar los ejercicios o actividades deportivas, son incorrectos e imprecisos. Del
mismo modo, el empleo persistente del término “ácido láctico” y el fenómeno de la
“acidosis láctica” es algo que carece de sustento bioquímico riguroso y es
necesario, por lo tanto, un reenfoque conceptual acorde con lo documentado
recientemente en la bioquímica y la biología molecular del ejercicio. Se analizarán,
por consiguiente, los siguientes planteamientos: a). La clasificación del
metabolismo energético, y de esta forma los ejercicios, en “anaeróbicos” y
“aeróbicos”; b). El planteamiento de la producción del ácido láctico y de la acidosis
láctica y c). La interacción y contribución de los sistemas energéticos durante los
esfuerzos físicos: malinterpretaciones que han derivado en errores conceptuales.
Palabras Claves: Ejercicio, Lactato, Metabolismo Energético.

Introducción
Un punto central del entrenamiento deportivo y de las ciencias de la actividad física,
ha sido el estudio y análisis del metabolismo energético durante el esfuerzo físico.

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Desde el entrenamiento hacia el alto rendimiento deportivo hasta el entrenamiento
con fines de mejorar el nivel del fitness y la salud, la comprensión suficiente de los
fundamentos básicos de los procesos energéticos celulares es imprescindible para
una correcta intervención a través del ejercicio físico.

Los avances tecnológicos y el cúmulo de investigación en las ciencias de la


actividad física (e.g. Bioquímica, Fisiología y Biología Molecular del Ejercicio) en las
últimas décadas, han permitido comprender mejor la complejidad de los procesos
metabólicos que se desarrollan en las fibras musculares y cómo éstas responden a
las distintas demandas energéticas (impuestas por el esfuerzo físico). Pese a esto,
hoy en día persisten conceptos que no representan la realidad metabólica del tejido
muscular, en condiciones fisiológicas, y que deben ser sometidos a discusión para
que existe una mayor claridad sobre estos fenómenos. Bajo esta posición, la
presente revisión temática tiene como objetivo analizar algunos conceptos que –de
acuerdo a las revisiones de la literatura científica actual- ameritan ser replanteados
y posiblemente desterrados del vocabulario del entrenamiento deportivo y de las
ciencias de la actividad física. De este modo, se analizarán los siguientes
planteamientos:

• La clasificación del metabolismo energético y los ejercicios en “anaeróbicos”


y “aeróbicos”.
• El planteamiento de la producción del ácido láctico y de la acidosis láctica.
• La interacción y contribución de los sistemas energéticos durante el esfuerzo
físico: malinterpretaciones que han derivado a errores conceptuales.

La clasificación del metabolismo energético y los ejercicios en “anaeróbicos”


y “aeróbicos”
Las investigaciones sobre este tema, han demostrado que no se presenta una
verdadera “anaerobiosis” durante esfuerzos físicos intensos y que, por lo tanto, ésta
no sea la causante del incremento de la formación del lactato en estos tipos de
esfuerzos. Los estudios realizados en la década del 80 en músculos de animales
(Wolfe et al. 1987) y posteriormente realizados por Richardson et al., (1997) en
músculos de humanos, establecieron que la producción de lactato durante el

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esfuerzo físico no se relacionaba con los niveles de hipoxia intracelular. Un aspecto
notable, es que se ha reportado que la máxima caída de la presión parcial de
oxígeno (O2) en actividad muscular extenuante puede llegar a 10 mm Hg, 9 veces
más que la mínima cantidad de O2 necesaria para que la mitocondria funcione
(Gonzales & Rivas, 2002). Esta evidencia indica que no hay un verdadero estado
de “anaerobiosis” durante esfuerzos físicos intensos.

En el contexto del metabolismo energético aplicado a la actividad física, una


publicación reciente de Chamari et al., (2015), plantea que el término "anaeróbico"
se ha entiendo erróneamente, pensándose que se refiere a la ausencia de O2; de la
misma forma, el término "aeróbico” también parece que implica la ausencia de
cualquiera contribución energética de algún proceso "anaeróbico". Es importante
señalar que el metabolismo “anaeróbico” no es una vía que funciona en ausencia
de oxígeno, sino que la misma “no utiliza oxígeno”, es decir, son oxigeno no
dependiente (Chamari et al., 2015)

Según lo descrito anteriormente, a los dos mecanismos metabólicos de restauración


de ATP que son independiente del oxígeno, se propone denominarlos como
sistemas metabólicos energéticos “extra-mitocondriales o independiente de
oxígeno”, siendo éstos:

• Sistemas de las vías de los Fosfágenos


• Sistema Glucolítico

Es importante destacar que el término “alactico”, para hacer mención al sistema de


los fosfágenos, puede considerarse como poco apropiado, debido a que, si bien es
cierto que este sistema no produce lactato, éste siempre se está produciendo (la
glucólisis no se “desactiva” en ningún momento), ya sea en estado de reposo o en
esfuerzo físico. Esta mala denominación conllevó a clasificar a los ejercicios
explosivos (de corta duración y alta intensidad) como “ejercicios alácticos”. Del
mismo modo, no se recomienda nombrar al sistema de la glucólisis como “sistema
anaeróbico láctico” (por lo expresado anteriormente en relación al termino
anaeróbico).

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En cuanto al sistema aeróbico, la presente propuesta plantea denominarlo como
Sistema Oxidativo Mitocondrial, dándose en el mismo el mayor aporte de
producción o resíntesis de ATP (capacidad energética) a través del proceso de
fosforilación oxidativa.

De acuerdo con la revisión realizada, la Figura 1 muestra la propuesta para la


clasificación de los sistemas energéticos.

Figura 1. Propuesta de clasificación de los sistemas energéticos.

Planteamiento de la producción del ácido láctico y de la acidosis láctica


El lactato, sin lugar a dudas, ha sido unos de los indicadores bioquímicos más
estudiados desde su descubrimiento. Cambios de perspectivas se han dado en
relación al lactato como combustible energético y su transporte inter e intracelular
(Brooks 1986, 2000, 2009; Gladden 2001, 2008a, 2008b; Hashimoto et al. 2007,
2007), a su rol en la acidosis metabólica durante el ejercicio (Robergs, 2001;
Robergs et al. 2004), y entre otras funciones que lo vinculan con la adaptación
celular al ejercicio físico (Hashimoto et al. 2007, 2008).

De acuerdo con la revisión de Cote & Petro (2012) estos nuevos planteamientos y
cambios de perspectivas se resumen a continuación:

• El lactato no es un producto final de desecho que se produce en condiciones


anaeróbicas en la célula muscular durante el esfuerzo físico (condiciones

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fisiológicas), sino un metabolito que se produce y remueve constantemente
a diferentes tasas.
• Asimismo, la concentración del lactato depende del equilibrio entre la tasa de
aparición y la tasa de remoción o el “turnover del lactato”.
• El lactato, al contrario de lo que creía, es una molécula que provee sustrato
intra-esfuerzo, sirviendo como fuente energética para las células musculares
y otros tipos de células (e.g. células del miocardio, del tejido nervioso y
células hepáticas).
• El planteamiento del mecanismo del transporte o lanzadera del lactato
(Lactate shuttle), ha sido un revolucionario concepto en el entendimiento de
esta molécula como un metabolito energético de gran relevancia. Este shuttle
se da gracias a la existencia de unas Proteínas Transportadoras de
Monocarboxilatos (MCT), que permiten el transporte del lactato a través de
la membrana celular hacia la sangre o, de igual forma, facilitando la inclusión
de moléculas de lactato hacia el interior de las células (en dependencia de la
isoforma de la MCT presente en la membrana plasmática). Se destaca la
existencia del shuttle del lactato corto o intracelular (se plantea la capacidad
que tienen algunas células –fibra muscular tipo I- para oxidar el lactato dentro
de la mitocondrial) y del shuttle “célula a célula” (e.g. de Fibra Muscular IIX a
Fibra Muscular I).
• Las publicaciones en las últimas décadas han señalado que no hay apoyo
bioquímico para sostener que se produce ácido láctico y, subsecuentemente,
la acidosis láctica, a pH fisiológico. El resultado de la glucólisis es piruvato
(tampoco se alcanza formar ácido pirúvico) y lactato.
• El lactato tiene un rol de gran importancia en el equilibrio ácido-base. No
obstante, aún persisten puntos controversiales en los que los investigadores
más relevantes en esta temática no han podido llegar a consenso (e.g.
influencia del lactato en la acidosis metabólica durante el esfuerzo físico)

Interacción y contribución de los sistemas energéticos durante el esfuerzo


máximo: malinterpretaciones que han derivado a errores conceptuales.

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Los estudios de los modelos de interrelación y contribución de los sistemas
energéticos inician en la década del 60, realizados por el grupo del Dr. Fox y
colaboradores (Gastin, 2001), a partir del análisis de gases ventilados y mediciones
sanguíneas de lactato, donde introdujeron el concepto del “continuum energético”.
Sin embargo, subsiguientemente aparecieron algunas mal interpretaciones entre los
profesionales del ejercicio y entrenadores: En primer lugar, que estos sistemas
energéticos responden a las demandas de un ejercicio intenso en una manera casi
secuencial en función del tiempo y, en segundo lugar, que el “sistema aeróbico”
responde “lentamente” a estas demandas de energía, jugando un papel poco
importante en el rendimiento de los esfuerzos de duración corta. A este particular,
se expresaba que el predominio energético del sistema aeróbico era después de los
~2.5´.

Con base en la revisión de la literatura científica contemporánea, se plantea que:

• Los sistemas energéticos no se “activan” secuencialmente, pues éstos no


están “desactivados”. Las distintas vías energéticas se “aceleran” de acuerdo
a ciertos factores de regulación metabólica (e.g. regulación alostérica,
acumulación de productos metabólicos, acción hormonal y mediadores
químicos de la homeostasis energética).
• El predomino energético global, es decir, el tiempo que una vía metabólica
aporta proporcionalmente más ATP que las otras vías metabólicas en un
esfuerzo dado, depende de una serie de variables, entre las cuales estarían:
la carga de entrenamiento (e.g. intensidad), fibras musculares reclutadas
en el esfuerzo físico (en vistas que son metabólicamente especializadas en
determinadas vías energéticas, como son las fibras glucolíticas (tipo IIx) y
oxidativas (tipo I) y la disponibilidad de las reservas y sustratos
energéticos.

Aclarado lo anterior, y a modo de propuesta, los profesionales de las ciencias del


ejercicio y del entrenamiento deportivo, deberían emplear la siguiente terminología
(Chamari et al 2015):

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- Los esfuerzos explosivos (duración de hasta 6”). Predomina la vía de
los fosfágenos.
- Los esfuerzos de alta intensidad (esfuerzos comprendidos entre >6” a
~1 min). Predomina la vía metabólica glucolítica.
- Esfuerzos tipo Endurance. Los esfuerzos intensivos (para series de
ejercicios de más de 1 min). Predomina la ruta de la fosforilación
oxidativa.

Cabe resaltar que esta clasificación es para ejercicios tipo all-out, es decir,
realizado a la máxima intensidad posible desde el inicio hasta el final (Figura
2).

Figura 2. Clasificación del metabolismo energético, basado en la duración de los esfuerzos físicos (al
all-out).

Conclusiones.

Los términos anaeróbico y aeróbico para clasificar los esfuerzos físicos pueden ser
inadecuados e imprecisos, debido a que no representan los procesos bioquímicos
llevados a cabo, en condiciones biológica, en la célula muscular. En este sentido, la
predominancia de los sistemas energéticos, como la glucolisis, durante ciertos
esfuerzos depende de la demanda energética y, en esta misma línea, de los
mecanismos de regulación de las vías metabólica y no de la anaerobiosis celular.

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Con base en las últimas publicaciones, se propone que se clasifique los sistemas
energéticos en: Sistemas energéticos extra-mitocondrial o no dependiente de
oxigeno (sistema de los fosfágenos y glucolisis) y sistema energético mitocondrial.
Con base en su duración y en ejercicios “all-out”, se pueden clasificar como: a)
esfuerzos explosivos (duración de hasta 6”), predomina la vía de los fosfágenos; b)
esfuerzos de alta intensidad (esfuerzos comprendidos entre >6” a ~1 min),
predomina la vía metabólica glucolíticas; c). Esfuerzos tipo Endurance o esfuerzos
intensivos (para series de ejercicios de más de 1 min), predomina la ruta de la
fosforilación oxidativa.

En relación al metabolismo del lactato, como indicador ampliamente estudiado en


la bioquímica y fisiología del ejercicio, su acumulación es producto de la tasa de
producción frente la tasa de remoción y no a la “anaerobiosis” muscular (en
condiciones fisiológicas).

Actualmente, a este metabolito se le considera como todo un combustible


energético y que cumple un rol importante en la regulación del equilibrio ácido
básico y, también, un posible mediador en algunas de las respuestas adaptativa de
la célula muscular frente al esfuerzo físico.

Referencias

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