Está en la página 1de 6

CURIOSIDAD INTELECTUAL, MOTIVACIÓN INTRÍNSECA

El propósito de este tema es hablar acerca de la importancia de la curiosidad


intelectual y la motivación intrínseca, así conocer acerca de la literatura analizada en
torno al proceso y desarrollo en los infantes, lo cual condesciende a un crecimiento al
concepto en el área del desarrollo cognitivo y su analogía con las labores educativas. El
progreso del escrito inicialmente abarca las concepciones de la curiosidad y el vínculo de
ésta con varias características del desarrollo humano, con el objetivo de considerar la
importancia del concepto, sus alcances y limitaciones; posteriormente, se explorará sobre
la terminología de la motivación intrínseca.

En el entorno contemporáneo de la educación, se ha convertido en algo más


notable el tema de los factores cognitivos que benefician el aprendizaje de los infantes.
No obstante, es necesario hacer un balance histórico en la investigación sobre la
curiosidad, para ellos iniciaremos con Berlyne, psicólogo e investigador, el cual recibe el
nombre del “padre de la curiosidad” (Day, 1968). Sus estudios, que emprenden en los
inicios de la década del 50 y se amplían a lo largo de 25 años, se han convertido en
elementos para diferentes estudios. Berlyne cree que la curiosidad es una energía, una
fase motivacional constante que conlleva a la conducta exploratoria (Berlyne, 1960;
Berlyne 1978), estando presente con gran intensidad en unas personas que, en otras,
pensamiento que es retomado por otros psicólogos como Maslow (1970), Berlyne y Day
(1971) y Klausmeier (1973).

Teniendo en cuenta lo dicho hasta aquí, seguidamente, se presentarán la


definición más apreciable sobre el concepto de ‘Curiosidad Intelectual’.

CURIOSIDAD INTELECTUAL

Se afirma que la curiosidad compone una habilidad cognitiva, la cual personifica


rasgos que animan, motivan, y dirigen las destrezas hacia un pensamiento productivo,
particularidad que se hace cierta en las pautas del comportamiento voluntario,
comúnmente expuesto. Conjuntamente, la presencia y fuerza de estas prácticas
consienten pautas de comportamiento, pautas de pensamiento, pautas de interacción,
que, evidentes en vinculo, conforman la representación, más puntualmente el carácter
intelectual de la persona (Ritchart, 2002).

Para comprender mejor, la disposición a ser curioso promueve a la persona a


investigar el mundo, ejecutar interrogantes acerca de este, y preguntarse ante este, como
ha sido señalado por Berlyne (1960). Esto surge a partir de la distinguida curiosidad de
los niños, siendo esta la encargada de preparar su recorrido en los nuevos ámbitos. La
curiosidad intelectual está asociada a la curiosidad innata, direccionada a no solo
maravillar o simplemente a deleitarse en la novedad y en la emoción, ya que se envuelve
hallar lo sugestivo y complejo del día a día, lo terrenal y lo corriente, como además en lo
imprevisto. Igualmente, interviene como promotor del interés y productor de interrogantes
e inconvenientes. En consecuencia, la curiosidad no es un fin en sí misma, sino el inicio
de un asunto de descubrimiento o resolución de problemas, en armonía con lo trazado
por Dewey (1989) y Shukina (1968).

Al finalizar la indagación de este término, cabe sintetizar la idea anteriormente


expuesta, mencionando que la curiosidad hace parte del entorno, despertando instintos,
basándose en comportamientos o impulsos de observación y experimentación con el
medio.

La curiosidad intelectual se logra comprender como la disposición en que las


personas se conciernen por nuevas meditaciones e ideas más convencionalistas y
sociales. Una persona intelectualmente curiosa será la encargada de indagar un poco
más en cualquier idea que se le aparezca por la cabeza.

El siguiente aspecto trata sobre la “Motivación Intrínseca”, convirtiéndose este


concepto en uno de los más notorios en la educación. Actualmente se relacionará con
las ideas de Ryan y Deci, a partir de la teoría de la auto - determinación y la teoría de la
evaluación cognitiva. En este escrito se exterioriza una reseña de este concepto y sus
definidos vínculos con la motivación intrínseca. Se debe agregar que, se presenta una
serie de recomendaciones para docentes que desean incitar la motivación intrínseca en
sus estudiantes.
Antes de profundizar en el tema es necesario mencionar una idea muy amplia y es
la que sustenta que una persona motivada se convierte en una más fructífera que otra
que no lo está. Así que las compañías pequeñas, medianas y grandes, laborales,
educativas y sin fines de lucro, invierten recursos y tiempo en la búsqueda de realzar el
desempeño de su personal en las tareas diarias, en otras palabras, que se comprometan
e involucren más. De esta manera los colaboradores, estudiantes o voluntarios perciban
los fines organizacionales como suyos, oportunos o por lo menos contiguos o
herramientas a su progreso personal.

La contribución teórica y empírica de Ryan y Deci (2000; 2000a; 2002; 2006) es


un guía muy completa sobre la motivación intrínseca. A continuación, se presenta se una
síntesis sobre “Motivación Intrínseca”, y sus ideas que actualmente dan sustento al
concepto:

MOTIVACIÓN INTRÍNSECA

El símbolo de una motivación intrínseca ha sido estudiado por diferentes autores


y estos le conceden un papel sobresaliente. Surgió como objeción al psicoanálisis y su
imagen a una energía psíquica íntima e incontrolable y como renuencia al conductismo y
su idea del organismo humano únicamente de dominios o contingencias del exterior.
Murray para los años 30 tenía detallado un estilo humano basado en la independencia
(HUERTAS, 2001), sin embargo, coexistirán los psicólogos humanistas como Rogers y
Maslow los que estipulan un nuevo concepto del ser humano como individuo autónomo
de su presencia y competente de alcanzar su autorrealización (JIMÉNEZ, 2007).

La motivación intrínseca para diferentes autores, es la auténtica motivación, la cual


se debería buscar encaminada en despertar en las personas y de esta forma obtener un
cambio o mejora real frente a su conducta (AMBROSE; KULIK, 1999). Estar motivado
intrínsecamente es afrontar un inconveniente como desafío propio. Es afrontarlo
adecuadamente hasta ser hallada una solución, sin pensar o pretender recibir una
distinción externa por realizarlo (JIMÉNEZ, 2007). Lo anterior ha estado evaluado
empáticamente. Sirva de ejemplo, Amabile (1997) consiguió explicar que son razonables
las personas que se adjudican a la resolución de sus conflictos para alcanzar el placer
personal, las que proyectaron derivaciones más creativas que aquellas que deseaban
una recompensa perceptible o procedían por una motivación extrínseca. La motivación
intrínseca nace de los estímulos que reposan en la ocupación misma, en su trance, en el
reto e incitación que personifica para el sujeto comenzar dicha acción y querer ultimar
complacidamente (PALMERO; MARTÍNEZ, 2008). Deci y Ryan (apud REEVE, 2010, p.
130) exterioriza que:

“Es la inclinación innata de comprometer los intereses propios y ejercitar las


capacidades personales para, de esa forma, buscar y dominar los desafíos
máximos […] La motivación intrínseca emerge de manera espontánea de las
necesidades psicológicas orgánicas, la curiosidad personal y los empeños
innatos por crecer.”

Figura 1 La Motivación Intrínseca: Características Y Variables Que La Afectan

La Figura 1, hecha acorde con los conceptos estudiados, contando con el objetivo
de sintetizar las características que sustentan a la motivación intrínseca y las variables
que la afectan.
Referencias Bibliográficas

Ainley, M. (1987) The factor structure of curiosity measures: Breadth and Depth of interest
curiosity styles. Australian journal of Psychology, 39 (1), 53-59.

Alberti, E. y Witryol, S. (1994) The relationship between curiosity and cognitive ability in third
and fifth grade children. The Journal of genetic Psychology, 155(2), 129-145.

Amabile, T. Motivating creativity in organizations. On doing what you love and loving what you
do. California Management Review, 40, p. 39 – 58, 1997.

Ambrose, M.; Kulik, C. Old friends, new faces: motivation research in the1990s. Journal of
Management, 25, p. 231-292, 1999.

Buendía, L. (2001). Métodos de investigación en psicopedagogía. Madrid: McGraw Hill.

Callejo, J. (2002). Observación, entrevista y grupo de discusión: El silencio de tres prácticas de


investigación. En: Revista especial de Salud Pública, 5, 14-28.

Caron, A. (1963) Curiosity, achievement and avoidant motivation as determinants of epistemic


behavior. Journal of abnormal and social psychology, 67( 3), 535-549.

Fernández-Abascal, E.; Jiménez, M.; Martin, M. Emoción y motivación: La adaptación humana.


Madrid: Centro de Estudios Ramón Acelles S. A., 2007.

Gardner, H. Mentes creativas. Barcelona: Paidós Ibérica S.A.,1993.

Jiménez, M. Motivación intrínseca. Competencia, autodeterminación y control. En:

Kusurkar, R.; Croiset, G.; Olle, T.; Ten, C. Twelve tips to stimulate intrinsic motivationin students
through autonomy-supportiveclassroom teaching derived fromSelfDetermination Theory.
Medical Teacher, v. 31, p. 978–982, 2011.

Ryan, R.; Deci, E. Intrinsic and extrinsic motivations: Classic definitions and new directions.
Contemporary Educational Psychology, v. 25, p. 54-67, 2000.
Vidler, D. y Karan, V. (1975) A study of curiosity, divergent thinking, and test-anxiety. Journal of
Psychology, 90(2), 237-243.

Vigostky, L. (1977). Pensamiento y lenguaje. Buenos Aires: La Pléyade.

Zuckerman, M. (1979). Sensation seeking: Beyond the optimal level of arousal Developmental
Psychology, 5(3), 325-329.

También podría gustarte