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Centro Regional de Formación Profesional Docente de Sonora

Centro Regional de Educación Normal


“Rafael Ramírez Castañeda”

SABER LO QUE ES LEER: PRÁCTICAS E IDEAS DE LECTURA

Actividad:

Nota Explicativa.

Curso:

Desarrollo de competencia lectora.

Docente:

Brenda Janeth Lara Villegas.

Alumna:

Heydi Marisol Chaira Padilla.

Grupo:

Tercer semestre “A” LEPRI.

Navojoa, Sonora. 16 de septiembre de 2022.


SABER LO QUE ES LEER: PRÁCTICAS E IDEAS DE LECTURA.

Introducción:

En la presente nota explicativa se abordan los temas analizados en el curso


“Desarrollo de la competencia lectora”, para la realización del mismo se hace uso
de las lecturas que se analizaron a lo largo de la unidad, dichos temas son los
siguientes: “el lector, el texto y el contexto: elementos de una situación de lectura”;
“los quehaceres del lector; comprensión y competencia lectora, ¿son lo mismo?”, y
“la lectura con sentido y su antítesis escolar”.

El objetivo de la nota explicativa, como su nombre bien lo dice, es explicar aquello


que engloba la cultura y el lenguaje escrito, es decir, lo que compete a la lectura, su
comprensión, sus implicaciones, sus dificultades, aportes y enseñanzas.

El lector, el texto y el contexto: elementos de una situación de lectura.

Antes de abordar los aspectos e implicaciones del lenguaje escrito, debemos


analizar primeramente el concepto de leer.

Leer es una interacción que tiene lugar en un contexto determinado y entre un lector
y un texto (Arroyo, 2009).

El concepto que da Arroyo refleja los 3 elementos de una situación de lectura: el


lector, texto y contexto. Dichos elementos contribuyen y repercuten en la forma en
la que un texto se lee, debido a que el lector es el que hace el acto de leer, el cual
interpreta, analiza, reflexiona y comprender el texto, por otra parte, el texto es el que
establece como se debe leer dependiendo su tipología, estructura, propósito,
etcétera, mientras que el contexto son las circunstancias en las que se da lectura.

Es así como el lector, el texto y el contexto se vinculan y forman parte de los


elementos de una situación de lectura.
Los quehaceres del lector.

Los quehaceres del lector son lo que los alumnos deben saber hacer para participar
de manera adecuada en las prácticas sociales del lenguaje y convertirse, como dice
Lerner, en “miembros plenos de la comunidad de lectores y escritores”. Al actuar
dentro de una situación de lectura el lector pone juego distintos saberes
multidimensionales implícitos en cada acción, estos son los quehaceres del lector.

Por ello, los quehaceres del lector forman parte de la enseñanza de la lectura como
contenidos, ya que el objeto de enseñanza se construye tomando como referencia
las prácticas de lectura y escritura y ello supone acordar un lugar importante a lo
que hacen los lectores y escritores.

Es así como un contenido está en acción cada vez que es puesto en juego por el
maestro o por los alumnos al leer o al escribir, y es objeto de enseñanza y de
aprendizaje aun cuando no sea objeto de ninguna explicitación verbal; ese mismo
contenido puede constituirse en otro momento en objeto de reflexión, cuando los
problemas planteados por la escritura o por la lectura así lo requieran. (Lerner,
2001).

Comprensión y competencia lectora, ¿son lo mismo?

Parte de lo que el lector debe apropiar es la competencia y comprensión lectora,


indispensables y necesarias para adentrarse y formar parte del lenguaje escrito, por
lo general suelen confundirse y es importante aclarar que no son lo mismo, veamos
entonces sus definiciones para aclarar las diferencias:

- “La comprensión lectora es la capacidad de un individuo de captar lo más


objetivamente posible lo que un autor ha querido transmitir a través de un texto
escrito”. (Jiménez, 2013).
- “La competencia lectora es la habilidad de un ser humano de usar su
comprensión lectora de forma útil en la sociedad que le rodea”. (Jiménez, 2013).

De esta forma, la comprensión lectora es el hecho abstracto dependiente de la


capacitación individual de cada persona y la competencia lectora la materialización
concreta llevada a cabo en dependencia de la relación del individuo con la
sociedad”. (Jiménez, 2013).
La lectura con sentido y su antítesis escolar.

Para que el alumno logre desarrollar su comprensión y competencia lectora es


indispensable que el estudiante disfrute de la lectura, aprenda con ella, piense sobre
lo que se ha leído, para ello, se requiere de una lectura implicada y comprometida.

Durante ese transcurso, hay un sinfín de implicaciones y factores que repercuten en


cómo el lector se envolverá con los textos, a continuación, se mencionan los
siguientes:

 Entre los factores que conducen a representarse una tarea de un modo u otro
intervienen sin duda las propias características de la tarea.
 Se pueden acercar a los textos como lectores distintos: como el lector
reproductivo, que busca decir lo que dice lo que dice el texto; o como el lector
crítico, capaz de interpretarlo y de pensar acerca de lo que comprende.
 Los contextos que promueven actividades de lectura y de aprendizaje de distinto
nivel de dificultad ayudan simultáneamente a leer mejor y a concebir la lectura,
el conocimiento y el propio rol de aprendiz de forma más ajustada y madura.
 La motivación influye en la lectura, también el hecho de leer y de hacerlo bien.

Como bien sabemos, no todo recae en el alumno, el docente debe de hacer uso de
metodologías para involucrar a los alumnos dentro del lenguaje escrito. Y como dice
Solé “la implicación profesional y afectiva del profesor incide en el compromiso y
motivación de los alumnos y ambos en su éxito académico”. (Solé, 2010).

Además, Solé recalca lo siguiente, “la lectura no es una técnica que se aprende y
una vez aprendida se aplica sin más a textos muy diversos que se presentan en
formatos y soportes diferentes y que leemos para satisfacer finalidades diversas. La
capacidad lectora se reconstruye y se hace más compleja a medida que
participamos en situaciones significativas de lectura que requieren “estirar” dicha
capacidad e incorporarle nuevas competencias”. (Solé, 2010).

Algunas condiciones que contribuyan a motivar hacia la lectura son las siguientes:
en términos generales, ofreciendo buenas razones para leer, intentando que todos
los alumnos puedan percibirse progresivamente competentes, puedan experimentar
éxitos en su proceso de aprendizaje. En términos más específicos, se puede probar
con lo siguiente:

- Siempre que sea posible, conceder autonomía para que los alumnos puedan
escoger entre diversas opciones: entre los libros que pueden leer, entre el tipo y
secuencia de actividades de lectura.
- La lectura es más comprometida cuando se vincula a proyectos globalizados, a
tareas académicas relacionadas con la realidad y a las que los estudiantes
pueden dar sentido.
- La accesibilidad de una amplia oferta de libros y documentos variados en todos
los formatos incide en la motivación por la lectura; sin embargo, ello no sirve de
mucho si los docentes no muestran ellos mismos su interés por leer mediante lo
que dicen y, sobre todo, lo que hacen.

Conclusión:

Sin duda, adentrar a los niños a que sean lectores competentes es una tarea que
como todo docente se debe asumir, para lograr efectuar esto, es importante hacer
uso de las distintas metodologías para que el alumno esté siempre activo y progrese
así en su competencia y comprensión lectora. Debemos fomentar que los
estudiantes asuman y ejecuten sus quehaceres lectores, tomando en cuenta el texto
y el contexto con el que el alumno se esté moviendo.

Tal y como lo dice Lerner “lo necesario es preservar el sentido del objeto de
enseñanza para que el sujeto del aprendizaje pueda incorporarse a la comunidad
de lectores y escritores, lo real es llevar a la práctica lo necesario es una tarea difícil
para la escuela. Conocer las dificultades y comprender en qué medida se derivan
(o no) de necesidades legítimas de la institución escolar constituyen pasos
indispensables para construir alternativas que permitan superarlas”. (Lerner, 2001).
Referencias:

Lerner, D. (2001). Leer y escribir en la escuela: lo real, lo posible y lo necesario.


México: Fondo de Cultura Económica.

Jiménez, E. (2013). Comprensión lectora vs Competencia lectora: qué son y qué


relación existe entre ellas. En revista Investigaciones sobre el lenguaje, pp65-74.

Solé, I. (2010). Ocho preguntas en torno a la lectura y ocho respuestas no tan


evidentes. En Con firma 2010. Leer para aprender. Leer en la era digital. España:
Ministerio de Educación.

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