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2ºBLOQUE:
-La Ética de Kant
-Seminario de lectura: principio de universalización en Fundamentación de las costumbres
metafísicas. pg 91 a 147
-Práctica y crítica: La mentira en Sustein, Korsgaard, Langton y Mahon.
20-10-2022
Todos los tipos de elecciones se encuentran dentro del principio de máximo beneficio: intentar
hacer que las cosas funcionen, que nos beneficien.
2) Elecciones ciertas: las que se pueden hacer con un conjunto de preferencias de fondo y elegimos
lo más útil, lo que más queremos, más probable, etc. Es decir, es posible determinar cuál es la que
se va a escoger (conocemos nuestra preferencia, su utilidad,...)
«Un ejemplo sería elegir comprar tarta de manzana o de chocolate, que es inocuo.»
3)Elecciones inciertas: no conocemos muy bien nuestra preferencia, por lo que se decide por el que
existe mayor probabilidad de ser el “correcto”, el “elegido”.
«Cuando vas andando en la misma dirección y diferente sentido de alguien y os cruzáis hacia cada
lado para dejar paso y no se pasa...»
Están establecidas estas normas porque somos capaces nosotros de establecerlas de manera
anarquista, sin que Estado que nos las dicte. Estas situaciones ya no las manejamos nosotros solos,
ya que contienen un incentivo egoísta de “¿por qué yo no...puedo, hago esto,…?”. Sin embargo,
son normas que establecemos nosotros sin la intervención del Estado, aunque se acepta una
autoridad que distribuye, ...
«Que por los pasillos siempre se deba circular por el lado derecho en ambas direcciones para evitar
choques.»
6) Elección entre acciones por beneficio común: La autoridad del punto anterior debe mirar por el
bien común, poner orden= el Estado ya interviene creando normas.
Están justificadas en base a que cuando todos buscamos nuestro propio bien siempre acabamos
perjudicándonos (un ejemplo, la caza de ballena masivas ha perjudicado a los cazadores, no hay
ballenas). Seguir el principio de utilidad de forma estricta causa daño a la persona. El Estado acaba
eligiendo para el beneficio común, y así nadie resulta perjudicado.
Kant permite esta teoría para decisiones que se implican de la heteronomía (cosas externas, …), es
decir, hay fines que perseguimos; pero existen acciones que no están ligadas a la heteronomía y son
autónomas “debemos hacerlas porque debemos hacerlas, nos las hemos autoimpuesto”. Las
condiciones ya no pueden cambiar los deberes morales. Los deberes autoimpuestos siguen la
racionalidad práctica de la autoimposición, no las condiciones.
EJEMPLO DE INCONDICIONALIDAD: caso del avión alemán que bombardeaba Londres y que
la seguridad nacional desvió hacia otra zona con menos población: no importa si el fin es bueno o
malo, no se puede condicionar (que mueran menos personas en Londres,...), no se debe cambiar el
deber moral («no se debe engañar»).
→Características de los deberes morales kantianos:
1)Son obligatorios, esto es, necesarios= que son así y sólo pueden ser así (no de otra manera)
a) no de las autoridades externas (obligatoriedad moral), como el Estado o Dios (va contra la
tradición anterior: “existiría la obligatoriedad aunque no existiese Dios”)
b) ni de disposiciones externas como psicológicas,etc.
c)ni de cálculos de beneficios (“si uno quiere X, debe hacer Y”) Este “debe” es condicionado
según qué se quiere → Kant opina que se debe se quiera o no se quiera.
a)no significa que surge de un sentimiento moral (Hume). Las estructuras sentimentales para Kant
son cambiantes, lo que alteraría la naturaleza inmóvil de los deberes morales.
b)no significa que surja de una conciencia moral (Rousseau). La conciencia moral también
depende de cada individuo.
c)no significa que surja de una idea de perfección (Leibniz). Lo discute Kant en Escritos
precríticos. Lo desecha porque presupone una naturaleza teológica, esto es, Dios.
Todas estas son fuentes contingentes, no necesarias, que pueden ser así en cada individuo pero
podrían ser de otra manera.
Lo único necesario (que es así y sólo puede ser así) es el MODO DE OPERAR DE NUESTRO
ENTENDIMIENTO.
● Resumen: los deberes para Kant son necesarios, obligatorios, que son así pero podrían ser de otra
manera; ya que son deberes que nos autoimponemos desde el modo de operar de nuestro
entendimiento (creando leyes ↓), que es necesario y no contingente, creando así un mundo
ordenado lleno de leyes.
4)¿Por qué nuestra capacidad de entender el mundo se convierte en ley moral? (¿Por qué la
voluntad se convierte en racionalidad práctica?)
Porque en su comprensión uno ya sabe que es necesario el deber. La alternativa sería obligar a
nuestra racionalidad práctica a seguir fines externos, contingentes, que es lo que hacen el resto de
teorías morales.
En otras palabras, una vez que la voluntad ha dominado a las tentaciones,
sólo actúa por respeto a la ley de forma necesaria (por el modo de operar
Imperativo
de nuestro entendimiento), por lo cuál los deberes son obligatorios. (“La
acción no se condiciona por tentaciones”)
categórico
La acción debe ser un fin en sí
Existe una tensión entre la razón y el deseo, la voluntad y las tentaciones.
misma (no condicionado) y que
La moral se produce en esta tensión (si el deseo no nos motiva y la
el deber constriñe la voluntad
voluntad no pone orden no hay moral).
e impone la acción moral (frente
a las tentaciones, etc.). Es decir,
NOTA: Aquí, la virtud se reduce a una herramienta más sometida a la
se cumple por respeto a la ley
voluntad.
moral.
● Resumen: los deberes para Kant son necesarios, obligatorios, que son así pero podrían ser de otra
manera; ya que son deberes que nos autoimponemos desde el modo de operar de nuestro
entendimiento (creando leyes ↓), que es necesario y no contingente, creando así un mundo ordenado
lleno de leyes. Y en su propia comprensión uno ya sabe que son deberes necesarios porque el modo
de operar de nuestro entendimiento hace que comprenda los deberes conforme a la ley moral,
es decir, los comprenda necesarios.
Sólo un ser que es autónomo tiene valor en sí mismo y dignidad porque es capaz de
autogobernarse y tener autocontrol sobre sí mismos. El resto de las cosas tienen el valor que el ser
autónomo les dé. La buena voluntad es lo único bueno que existe en el mundo, por tanto, los actos
del deber ya son buenos en sí mismos y fundan el valor en el mundo.
● «El hombre recto, por respeto a la ley moral, comprende que los deberes son necesarios e
incondicionales una vez el modo de operar de su entendimiento, en el mundo ordenado de leyes
donde las tentaciones han sido dominadas, así lo dispone. Por tanto, se autoimpone estos deberes
desde su voluntad y actúa conforme a la ley moral, es decir, sus acciones son fines en sí mismos, y
no medios; sin importarle las consecuencias»
Por la propia forma del deber: son leyes universales autoimpuestos desde la voluntad y la
racionalidad práctica de la persona, desde el ser autónomo que las ve como necesarias por su propio
entendimiento.
Dicho de otro modo, el deber es incondicional para todos los seres racionales que son capaces de
comprenderlo como universal y autoimponérselo.
27-10-2022
Falté, si se pregunta algo de esto lo mandó Ana por el grupo:
→Imperativos técnicos: si quieres construir una silla es un fin posible puedes quererlo entonces
debe cortar la madera… para hacer la silla no te preocupas por la racionalidad del fin sólo quiero y
después hay una manera racional de construir la silla. Kant dice que si uno quiere el fin, debes de
querer los medios: debes querer cortar la madera de forma racional.
“Obra sólo según aquella máxima por la cual puedas querer que al mismo tiempo se convierta en
una ley universal”. o de otra manera:
2º
3º
resumen:
“si hay un imperativo categórico (esto es, una ley para cada voluntad de un ser racio-
nal), sólo puede mandar hacerlo todo merced a la máxima de su voluntad, como una voluntad que al
mismo tiempo pudiera tenerse por objeto a sí misma como universalmente legisladora, pues sólo
entonces el principio práctico y el imperativo al que obedece dicha voluntad es incondicionado,
habida cuenta de que no puede tener interés alguno como fundamento.” (Se fundamenta a sí misma)
- “Señalar que al actuar debemos pensarnos cada uno y a todos los demás como fines en sí mismos,
significa que no existe una autoridad externa a la que debamos someternos, y que, por ende, cada
uno de nosotros debe tomar en sus manos el papel de ser legislador. Ahora bien, el hombre sólo
puede legislar sobre aquello que está a su alcance, sobre aquello que efectivamente, en el plano de
la experiencia, puede hacer o dejar de hacer. Por ello, asumir la exigencia de pensar nuestras
máximas bajo la forma de una legislación universal significa que el deber del hombre es, de un
modo primordial, actuar libremente, esto es, bajo el principio de la autonomía. Este es, como
sabemos, el núcleo de la teoría moral de Kant, ser capaces de no ser únicamente objeto de las
inclinaciones y necesidades (heteronomía), para constituirnos, de un modo gradual, esto es
histórico, en sujetos autónomos, sujetos capaces de darnos nuestra propia ley. Como vemos, desde
esta perspectiva, el sujeto moral no es una sustancia, ni la moralidad constituye tampoco un atributo
natural; se trata sólo de una posible cualidad que los seres humanos pueden conquistar mediante sus
acciones en una vida realizada en común con otros, en una vida en comunidad”
“entonces podríamos decir que cada ser racional está invitado (en cuanto es una posibilidad) e
impelido, (en cuanto se trata de un deber) a pensarse como miembro de una comunidad de seres
racionales, esto es lo que Kant denomina un “reino de los fines”. En él cada sujeto se considerará
como legislador al representarse la posibilidad de la validez universal de su máxima, pero, al mismo
tiempo, en la medida que dicha validez depende del reconocimiento de la misma por parte de seres
igualmente legisladores, no podrá sino considerarse también como siervo en ese reino de los fines”
“Y ¿qué es lo que autoriza a la actitud moralmente buena o a la virtud a tener tan altas
pretensiones? Nada menos que la participación que proporciona al ser racional en la legislación
universal, y de este modo le hace apto para ser miembro de un posible reino de los fines […] Pero la
legislación misma, que determina todo valor, tiene que tener precisamente por eso una dignidad,
esto es, un valor incondicionado, incomparable, para el cual únicamente la palabra respeto
proporciona la expresión conveniente de la estimación que un ser racional tiene que efectuar de ella.
La autonomía es, así pues, el fundamento de la dignidad de la naturaleza humana y de toda
naturaleza racional.”