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Pontificia Universidad Javeriana Cali

Seminario de ética
Catalina Vásquez B
El controvertido bueno en sí

Cuando se habla comúnmente de cuestiones éticas y morales, se menciona lo bueno en sí,


pero ¿qué hace que algo sea bueno por sí mismo? ¿Cómo entendemos lo bueno? Este texto
pretende exponer en forma de relatoría la idea de lo bueno en sí respecto al deber basado en
los postulados kantianos del texto "La fundamentación de la metafísica de las costumbres".
Para cumplir con este propósito, se propone la siguiente agenda: primero, se expondrá en
términos generales el tema del texto leído; segundo, se expondrá, según mi consideración, la
tesis del texto leído; tercero, se mencionarán las categorías y conceptos que se desarrollan en
la lectura; como cuarto, se explicará la buena voluntad como lo único bueno. Continuando, se
realizarán algunos comentarios sobre el entendimiento de lo bueno en sí. Quinto, se expondrá
la cuestión del deber según Kant. Sexto, se explicará el sentido de lo universal y lo humano
en el imperativo categórico. Para finalizar, se realizarán algunas consideraciones personales y
se concluirá.

Consideraciones sobre el texto:

Tema: El deber como base racional de la moralidad y la importancia de la ley moral.

La tesis: La ley moral es el fundamento de lo moral si va de acuerdo al deber.

Conceptos y categorías:

Ley moral: Para Kant, la ley moral es el principio fundamental que gobierna todas las
acciones morales. Esta ley moral es incondicional e universal, y se expresa en los imperativos
categóricos.

Imperativos categóricos: Los imperativos categóricos son mandatos morales que se aplican a
todas las personas, independientemente de su situación o deseos individuales. Estos
imperativos son universales e incondicionales, y son la expresión de la ley moral.

Voluntad: La voluntad es la capacidad de elegir y llevar a cabo acciones. Para Kant, la


moralidad depende de la voluntad, ya que es la voluntad la que determina si una acción es
moral o no.

Autonomía moral: La autonomía moral es la capacidad de las personas para actuar de


acuerdo con su propia razón y no simplemente en respuesta a factores externos. La autonomía
moral es esencial para la justificación racional de la moralidad.
Libertad: La libertad es la capacidad de las personas para actuar sin ser determinadas por
factores externos. La libertad es esencial para la autonomía moral y para la justificación
racional de la moralidad.

Deber: Acción necesaria por respeto a la ley moral

La Argumentación:

Kant empieza el capítulo 1 de la fundamentación de la Metafísica de las costumbres diciendo


que lo único bueno en el mundo y fuera de él es la buena voluntad. Dice contradiciendo a
Aristoteles que las características o cualidades humanas no son buenas en su totalidad. Es
decir que hasta la más favorable virtud puede dejar de ser buena por su propósito interno. Es
así como introduce lo bueno en sí, que en este caso es la buena voluntad, la cual es buena
porque actúa por deber.

¿Cómo algo puede ser objetivamente bueno en sí? Yo diría que lo bueno se deriva de la idea
del deber ser que a consideración general es un postulado totalmente subjetivo. No obstante,
Kant responde que la buena voluntad es buena en sí debido a que el deber no es del todo
subjetivo porque parte de la idea de lo universal y lo humano que explicaremos
posteriormente.

Para llegar a la idea de lo universal y lo humano como las cualidades que hacen del deber lo
bueno en sí debemos tener en cuenta las diferentes clases de actos. Hay unos actos hechos en
contra del deber, lo cual para Kant es totalmente inmoral. Actos conforme al deber que
suponen una inclinación egoísta ya que la máxima de estos no es moral. Por último, actos por
deber, los cuales son genuinamente morales.

¿Cómo diferenciar los actos uno de los otros?


Ejemplo: una persona altruista se dedica a ayudar a quienes lo necesitan, los actos de esta
persona benefician a otros por lo tanto tiene consecuencias buenas, no obstante, según Kant
lo que determina si las acciones morales son buenas nunca son las consecuencias y resultados
de los actos y como bien se dijo anteriormente tampoco influye el carácter o las cualidades
humanas, ya que no definen la conducta moral de un individuo. Kant expone el siguiente caso
"si el desdichado desea la muerte, más indignado con su destino que pusilánime o abatido,
pero conserva su vida sin amarla. No por inclinación o miedo, sino por deber, entonces
alberga su máxima un contenido moral" (Kant, 2007, IV 398, pag 87). En este sentido, el
valor moral de la acción recae en la máxima, que hace referencia al propósito o la intención
del acto. Es decir, que el querer debe ser siempre el actuar por deber.

Actuar por deber es actuar por reverencia a la ley moral ¿qué se entiende por ley moral?
Según Kant todo dentro del ámbito natural está regido y actúa por leyes necesarias, las cuales
son conocidas por medio de la sensibilidad y el entendimiento, los humanos tenemos la
facultad de actuar por representación de las leyes, en otras palabras, actuamos por principios
o mandatos. Existen tres clases de imperativos o mandatos, los técnicos, que son reglas que se
siguen para adquirir una habilidad, los pragmáticos, los cuales nos dan consejos o pautas para
ser feliz y los categóricos, los cuales representan una acción objetivamente buena por sí
misma, además que son incondicionados y absolutos ya que ordenan acciones porque son
necesariamente buenas. En esta última se expresa la ley moral.

La fórmula del imperativo categórico es: “obra sólo, según una máxima tal que puedas querer
al mismo tiempo que se convierta en ley universal” (Kant, 2007). Aquí se introduce la
primera condición necesaria para que el deber sea objetivo y es la idea de lo universal. Para
entenderlo expondremos el siguiente ejemplo: Alguien necesitado quiere pedir dinero a un
amigo y promete devolverlo cuando sabe que no podrá, es decir que hace una falsa promesa.
¿Una falsa promesa puede llegar a ser una ley universal? Si decimos que sí, estaríamos
afirmando que es lícito hacer falsas promesas, lo cual es una contradicción lógica porque
nadie creería en las promesas de los otros si este fuese el caso. Es así “como la razón bajo la
fórmula universal sabría distinguir muy bien cuanto es bueno, malo conforme o contrario al
deber” (Kant, 2007).

De este modo, el imperativo categórico tiene un valor de base que en palabras simples es: , el
hombre debe ser siempre un fin y nunca un medio. En palabras de Kant “obra de tal modo
que uses a la humanidad en tanto en tu persona como en los otros siempre como un fin y
nunca solamente como un medio” (Kant, 2007). Aquí surge la segunda condición necesaria
para que el deber sea objetivo y es que la ley moral tiene un sentido de humanidad.
Volviendo al ejemplo anterior, se diría que hacer una falsa promesa a alguien para conseguir
algo es igual a usar a la persona como un medio y no como un fin.

Universalidad y humanidad son los principios fundamentales del imperativo categórico. No


obstante, estos dos son impensables sin la autonomía de la voluntad . Debido a que la ley
moral surge del mismo sujeto y no de ningún condicionante externo. Se podría decir que el
fracaso de la éticas anteriores radica en que el motivo de la voluntad se buscaba en algo
exterior: la felicidad, los sentimientos, el placer, etc. que son de naturaleza subjetiva.

Cabría ahondar más sobre el funcionamiento de la autonomía de la voluntad que según


entiendo solo puede ser posible si es libre. Libertad entendida como postulado de la razón, la
cual es condición de posibilidad del imperativo categórico. No obstante, a mi consideración
es problemático que no se pueda demostrar la existencia de la libertad porque todo lo explica
bajo unos parámetros racionales casi que medibles para, en este sentido me pregunto ¿La
libertad no dejaría que entren postulados subjetivos que puedan ser cobijados por el
imperativo categórico? Si es así lo bueno en sí que es la voluntad derivada del deber queda en
la cuerda floja. ¿Dejar la libertad sin explicación no volvería subjetiva la cuestión del deber?

En conclusión, la buena voluntad es lo único bueno en sí mismo porque es lo que permite que
la ley moral esté acorde al deber entendiendo que la libertad es guiada por esa buena
voluntad. Si le quitamos a los postulados Kantianos de la moral la buena voluntad, la libertad
haría lo que quisiera con la ley moral. El carácter de la buena voluntad permite que se tomen
decisiones de acuerdo con el deber. Respondiendo a la pregunta de la introducción, se diría
que entendemos lo bueno como lo que permite que se lleve a cabo la ley moral, lo bueno no
se reduce a las características ni a cualidades del carácter sino que lo bueno en sí un principio
que hace posible el imperativo categórico.

Referencias:

Kant, I. (2007). La fundamentación de la metafísica de las costumbres. Alianza Editorial.

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