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Examen final de corrientes éticas

Obligatoria:

1) Explique qué lugar ocupa el imperativo categórico en el pensamiento


moral de Kant. (12 ptos).

Kant concibe la voluntad como posibilidad de bondad y daño. Para él, tanto
los talentos del espíritu, que son internos. Así como, los dones de la fortuna,
que son externos (bienestar y felicidad). No determinan la bondad o maldad
del obrar humano. Tampoco, ninguna ley externa al sujeto.

Por tanto, debe haber un principio que regule a esta voluntad, para que el
obrar moral no sea fruto de la mera casualidad. En palabras de Kant, la
razón es la gobernanta de la voluntad. Una buena voluntad, corrige el
elemento de posibilidad de obrar de forma dañina.

Kant piensa al ser humano con dos disposiciones. Una racional, que
produciría las leyes morales y otra de natural (compartida con plantas y
animales) que estaría relacionada con la experiencia.

La ley moral es independiente de la experiencia. Kant explica que tal ley


viene de la razón práctica pura, que es la voluntad, y son “dadas” a priori. A
esto, él le denomina juicio sintético a priori.

Además, indica que la voluntad humana es capaz de querer objetos y


principios. Cuando esta quiere objetos, se llama antropología práctica. Por
otro lado, si la voluntad humana quiere principios, entonces se le llamará
moral.

Kant distingue que la razón humana exige dos tipos de mandatos. Los
condicionales o imperativos hipotéticos. Aquellos que dependen de una
condición, y en caso no se quiera dicha condición, el sujeto no estaría
obligado. Tales imperativos son empíricos, y se subdividen en dos:
Imperativos de habilidad (si quieres X1…Xn, debes hacer Y1…Yn), e
imperativos de sagacidad (si quieres X=felicidad, debes hacer Y 1...Yn). Por
otro lado, los imperativos incondicionales o imperativos categóricos. No
dependen de ninguna condición y son producidos, a priori, por la razón.

Kant plantea una reflexión sobre los principios. Su finalidad es saber cuáles
principios son aquellos que deben guiar las acciones humanas. Es decir,
cuáles principios de acción son principios morales. Él explica que llamamos
buena a una persona porque realiza acciones morales. Acciones basadas
en una buena voluntad. Una voluntad racional, no movida por inclinaciones
(utilidad o egoísmo), aversión (miedo), o por adecuación de las pasiones.
Sino, por mor del deber, respeto a la ley moral.

Esta ley se presenta como una obligación para la naturaleza humana. Es


decir, naturaleza y razón estarían en tensión constante. La moral forzaría a
la naturaleza humana. A este mandato de la razón para con el obrar, se le
llama imperativo categórico. Un procedimiento que permite a la razón
producir leyes morales. Estas leyes morales se presentan como exigencias
para nuestra conducta. Son incondicionales. Y son elaboradas en un
procedimiento de la razón, al universalizar los principios subjetivos del obrar
(máximas). En este proceso de universalización, la máxima no debe
generar una contradicción lógica. Si la genera, entonces, el principio
discernido no se considera moral. Por el contrario, si al universalizar dicha
máxima, no se encuentra contradicción alguna, es decir, no se
autodestruye. Entonces, es posible afirmar que tal principio de obrar es
moral.

El imperativo categórico no da contenido, sino estructura en el


procedimiento. Serían reglas de la razón, válidas para todo ser racional, de
manera universal y necesaria.

El procedimiento imperativo categórico, posee tres momentos de un mismo


argumento. Primero, la fórmula de la ley universal. Actúa de acuerdo a una
máxima que puedas querer al mismo tiempo como una ley universal.
Segundo momento, fórmula de la humanidad. Obra de tal modo que trates a
la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre
como un fin y nunca solamente como un medio. Tercer momento, fórmula
de la autonomía. Actúa de manera que la voluntad pueda, en fuerza de su
máxima, considerarse a sí misma como fundadora de una ley universal.

El objetivo de Kant es que las personas puedan darse leyes morales, a


través del examen racional de sus prácticas. A esto le denominó autonomía.
Y, parte de un nuevo concepto de libertad. El cual es: Uno es libre cuando
es un ser autónomo, es decir, cuando produce las leyes morales. Leyes de
la libertad. De manera independiente de la naturaleza, para luego aplicar
dicha ley a la propia conducta.

Solo los humanos tienen la capacidad de legislarse a sí mismos.


Únicamente de esta capacidad y no del ejercicio de la misma, derivaría su
dignidad. Su valor incondicionado

ELECTIVA

2) ¿Cuál es el lugar que Hume le da a la razón en la ética? (8 ptos.).

Hume distingue tres áreas. La razón, encargada de juzgar relaciones entre


ideas. Los hechos, que se juzgan por costumbre. Por último, el sentimiento,
donde se desenvuelve la voluntad.

La razón instruye sobre las múltiples tendencias de las acciones. Pero, no


mueve a la acción. Esto, solo lo logra el sentimiento que tiene un sesgo a
favor de aquello que es útil (tendencia hacia cierto fin) y beneficioso (efecto
ventajoso para la sociedad y el individuo). Asimismo, existe un sesgo en
contra de lo dañino. Esto dependerá de las circunstancias particulares de
cada individuo.
No obstante, antes de tomar decisiones morales, todo debe ser conocido y
confirmado. Si alguna circunstancia material es desconocida. Primero, hay
que investigar y asegurarse respecto de tal circunstancia. Es decir,
debemos usar nuestras capacidades intelectuales.

Hume dice que una vez que todo esto es conocido (circunstancias y
relaciones). Entonces, el entendimiento ya no tiene más espacio para
operar, ni objeto en el que emplearse. En ese momento, la aprobación o
censura surgen de un sentimiento activo, y no de la especulación.

La virtud sería cualquier acción mental que da al espectador un grato


sentimiento de aprobación, y lo contrario, el vicio. Para Hume, el mal moral
no consiste en ciertas relaciones morales descubiertas por la razón. Sino,
que son decisiones del sentimiento.

En resumen, Hume rechaza que la razón determine el contenido de la


moral. Armoniza el beneficio y la utilidad del individuo, al de la sociedad.
Convierte las costumbres en norma.

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