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Modulo 1 - La Vocacio?n Del Co Nsultor - Lider-Facilitador
Modulo 1 - La Vocacio?n Del Co Nsultor - Lider-Facilitador
Módulo 1
La dinámica de la transformación
La vocación del consultor, líder
facilitador.
CONSULTORES
Alejandra Galleguillos
Hernán Blanco
Cristina Larraín
Julio Villalobos
LUGAR
Instituto los Domínicos, Santiago
FECHA
22 al 25 de Junio de 2016
La vocación del consultor
“Donde las necesidades del mundo y tu talento se cruzan, ahi yace tu vocación”
Aristoteles
Introducción
La forma en como yo y usted respondemos a estas preguntas, afecta signi-
ficativamente el modo en como nos desenvolvemos en nuestro trabajo como
consultores. Respuestas positivas definen la consultoría como punto principal
de nuestras vidas. Y respuestas negativas explican la consultoría como un
medio para alcanzar otras metas en su carrera o en su vida.
Las respuestas positivas son aquéllas que lo llevan a usted a identificarse con
vocación de Consultor.
• Valores personales.
• Misión de vida.
• Carácter.
• Experiencias vividas, etc...
Otros aspectos más objetivos ligados al “Yo”, son los relacionados a:
• Habilidades conceptuales para que a partir de una situación caótica, obtene
modelos y principios genérales.
• Habilidades sociales para saber oír, saber hablar, saberse comunicarse,
saber enseñar, capacidad para percibir situaciones sociales, etc...
• Curiosidad y preocupación constante en innovar.
• Flexibilidad para lidiar con situaciones conflictivas o aparentemente sin
salida.
La naturaleza de la calidad de cualquier servicio es percibida cuando alguien
“sirve a alguien”, el fondo de un servicio es siempre una relación humana
donde el “cliente” antes de percibir la calidad extrínseca de un servicio “siente”
la calidad intrínseca de quien lo está prestando.
Esa calidad intrínseca del servicio, que el cliente siente, es aquello que hace
de nosotros mismos como individuos, la principal herramienta de trabajo de
nuestro negocio.
Así como la conciencia de nuestros puntos fuertes debe ser nuestra ancla para
enfrentarnos a los desafíos, también la conciencia de nuestros puntos débiles
debe servir de motivo para impulsarnos en dirección a un profundo proceso de
auto- desarrollo, buscando incorporar en nuestra personalidad aquello que no
tenemos.
fondo, realista y comienza a surgir internamente a partir del entendimiento y de
la aceptación de nuestro lado oscuro.
EL AMOR
La mejor postura para trabajar con nuestro lado sombrío y para corresponder
ejercer la vocación de Consultor es tener AMOR. No el amor romántico, pero
sino como el sentimiento mayor por todo aquello que tiene algún significado
existencial para usted, esto es:
• Amor por mi trabajo. Si usted no ama su trabajo y no descubre elementos
del mismo para ser amados a lo largo del tiempo, entonces déjelo.
• Usted pasa más de un tercio de su vida trabajando. La vida es muy
importante y el trabajo también lo es para la vida, de manera que no debe
gastarla haciendo lo que no le gusta.
• Amor por las personas. Como consultores invertimos mucho tiempo con
otras personas y las organizaciones con las cuales actuamos. Si amamos
nuestro trabajo, por consecuencia amamos también a las personas con las
cuales trabajamos. El buen consultor de cambios sabe que la mejor y la mayor
energía para trabajar en cualquier proyecto surge cuando estamos trabajando
con aspectos que afectan las vidas de las personas. Esos aspectos pueden
tener como objetivo:
Debería haber un equilibrio entre la atención que damos al contenido del
problema del “cliente” y a los sentimientos que tenemos durante la interacción
con él. Quien aprende a valorizar el lado del “sentir” como un área importante
del trabajo de consultoría, puede considerarse identificado con la carrera que
eligió.
SER AUTENTICO
Ser auténtico en consultoría, es saber decir en palabras sinceras y adecuadas
todo aquello que usted está vivenciando con el cliente cuando trabaja. Ese es
el punto más eficaz para que usted tenga credibilidad e influencia junto al
cliente.
CORAJE , ESPERANZA Y REALIDAD COMO VARIABLES DE LA MISION
DEL CONSULTOR
El consultor debe saber ver la realidad como ella es, tener la capacidad de
imaginar aquello que ella puede llegar a ser y tener el coraje de transformarla.