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ENSAYO DE
CONTENSIOSO ADMINISTRATIVO SOBRE LA
UNIDAD 5.
Abg.: Bachilleres:
1. AMPARO CONSTITICIONAL:
La acción de amparo procede en Venezuela para la protección de todos los derechos
constitucionales enumerados en el texto de la Constitución (artículos 19 a 129: derechos
civiles, políticos, sociales y de las familias, culturales y educativos, económicos, de los
pueblos indígenas, y ambientales), y en los tratados internacionales sobre derechos
humanos, que conforme al artículo 23 de la Constitución.
tienen jerarquía constitucional, y además respecto de todos aquellos otros derechos
inherentes a la persona humana que no figuren expresamente, ni en la Constitución o en
dichos tratados internacionales (artículo 22 de la Constitución), los cuales, además,
prevalecen incluso sobre el orden interno si contienen regulaciones más favorables para
el goce y ejercicio de los derechos.
Por tanto, no hay derechos o garantías constitucionales y fundamentales que no sean
justiciables mediante la acción de amparo, correspondiendo su ejercicio a todas las
personas tanto naturales como jurídicas o morales debiendo estas últimas estar
domiciliadas en el país (artículo 1o. de la LOA). Lo único que se re-quiere para que
proceda el amparo, sin embargo, es que sea violación inmediata, directa y clara del
derecho constitucional.8 La consecuencia de esta universalidad del amparo es que, en
Venezuela, el llamado derecho de hábeas corpus se haya configurado como parte del
derecho de amparo9 o, si se quiere, como una
Del derecho de amparo, a cuyo efecto, la Ley Orgánica de Amparo establece en su
artículo 1o. que “La garantía de la libertad personal que regula el hábeas corpus
constitucional, se regirá por esta ley”; destinando a ello los artículos 38 a 47 de la misma.
Por otra parte, de acuerdo con la Constitución, el amparo constitucional procede contra
cualquier acto, hecho u omisión de autoridades o de particulares que viole derechos o
garantías constitucionales o amenace violarlos. Por tanto, así como no hay derechos y
garantías excluidos del amparo, tampoco hay actos, hechos u omisiones que escapen de
la protección de la misma. Ello se precisa en el artículo 2o. de la Ley Orgánica, cuando
indica que:
La acción de amparo procede contra cualquier hecho, acto u omisión provenientes de los
órganos del Poder Público Nacional, Estadal o Municipal. También procede contra el
hecho, acto u omisión originados por ciudadanos, personas jurídicas, grupos u
organizaciones privadas, que hayan violado, violen o amenacen violar cualquiera de las
garantías o derechos amparados por esta Ley.
Por tanto, además de proceder el amparo contra particulares, sin distinción alguna,10
procede contra todas las perturbaciones provenientes de autoridades públicas, igualmente
sin distinción alguna, ya sea que se trate de actos estatales u omisiones, así como de
actos materiales y vías de hecho de las autoridades públicas (artículo 5o. de la LOA). Así,
ninguna actuación u omisión pública escapa al amparo, únicamente excluidos de la
acción, conforme se estableció en el artículo 6,6 de la Ley Orgánica, “los actos de la Corte
Suprema de Justicia”.11 Por ello, la antigua Corte Suprema de Justicia en Sala Político
Administrativa, en sentencia del 31 de enero de 1991 (caso Anselmo Natale), af i rmó
enfáticamente que “no puede existir ningún acto estatal que no sea susceptible de ser
revisado por vía de amparo, entendiendo ésta […como] un medio de protección de las
libertades públicas cuyo objeto es restablecer su goce o disfrute, cuando alguna persona
natural o jurídica, o grupos u organizaciones privadas, amenace vulnerarlas o las
vulneren efectivamente”.12 En cuanto al amparo contra leyes y demás actos normativos,
de acuerdo al artículo 3o. de la Ley Orgánica:
También es procedente la acción de amparo cuando la violación o amenaza de vio-lación
deriven de una norma que colida con la Constitución. En este caso, la providencia judicial
que resuelva la acción interpuesta deberá apreciar la inaplicación de la norma impugnada
y el Juez informará a la Corte Suprema de Justicia acerca de la respectiva decisión.
A. COMPETENCIA
Como punto previo debe tenerse presente que los pronunciamientos emitidos por la Sala
Constitucional sobre la competencia en materia de amparo constitucional funcionarial
estaban referidos al Tribunal de la Carrera Administrativa, no obstante, dado que sus
competencias fueron atribuidas ahora a los Juzgados Superiores Contenciosos
Administrativos, dichos criterios jurisprudenciales resultan perfectamente aplicables a
estos Tribunales.
C. PROCEDIMIENTO
En cuanto al procedimiento aplicable debe distinguirse como lo ha hecho la jurisprudencia
de la Sala Constitucional, entre el supuesto en que se ejerza una acción autónoma de
amparo o se ejerza como medio cautelar conjuntamente con la querella, pues en uno u
otro caso el procedimiento a seguir es distinto.
5. Una vez concluido el debate oral o las pruebas, el juez estudiará individualmente el
expediente o deliberará y podrá:
a. Decidir inmediatamente; en cuyo caso expondrá de forma oral los términos del
dispositivo del fallo, el cual deberá ser publicado íntegramente dentro de los cinco (5) días
siguientes a la audiencia en la cual se dictó la decisión correspondiente.
b. Diferir la audiencia por un lapso que en ningún momento será mayor de cuarenta y
ocho (48) horas, por estimar que es necesaria la presentación o evacuación de alguna
prueba que sea fundamental para decidir el caso, o por así solicitarlo alguna de las partes
o el Ministerio Público.
6. Contra la decisión dictada en primera instancia, podrá apelarse dentro de los tres (3)
días siguientes a su publicación del fallo y, en su defecto, está será remitida en consulta
obligatoria al Tribunal Superior respectivo.
2. HABEAS DATA:
Recurso por el cual una persona puede tener acceso o pedir la corrección, modificación y
eliminación de los datos que se tengan de ella en cualquier banco de datos, así como
conocer el destino y las políticas de protección de información que le puedan afectar.
Ejemplo: “Todo paciente de un hospital tiene el derecho de acceder a sus informes
médicos”.
Sentencia de la Sala Constitucional:
«(…) la acción de habeas data no procede contra cualquier tipo de información
almacenada en la variedad de archivos y registros con los que cuentan nuestro país; de la
lectura del citado artículo 28, se deduce que el derecho a conocer, y el llamado habeas
data en general, no funciona en relación a expedientes personales de orden laboral que
reposan en un archivo, a datos sueltos que alguien tenga sobre otro, anotaciones en
diarios o papeles domésticos o comerciales, sino que funciona con sistemas -no solo
informáticos- de cualquier clase de ordenación de información y datos sobre las personas
o sus bienes, con fines de utilizarlos en beneficio propio o de otros, y que real o
potencialmente pueden serlo en forma perjudicial contra aquellos a que se refiere la
recopilación, se trata, por lo tanto, de bancos de datos, no referidos a alguien en
particular, con independencia de que estén destinados a producir informaciones al
público». Ver sentencia completa.
Artículo 28 de la Constitución:
“Toda persona tiene derecho de acceder a la información y a los datos que sobre sí
misma o sobre sus bienes consten en registros oficiales o privados, con las excepciones
que establezca la ley, así como de conocer el uso que se haga de los mismos y su
finalidad, y a solicitar ante el tribunal competente la actualización, la rectificación o la
destrucción de aquellos, si fuesen erróneos o afectasen ilegítimamente sus derechos.
Igualmente, podrá acceder a documentos de cualquier naturaleza que contengan
información cuyo conocimiento sea de interés para comunidades o grupos de personas.
Queda a salvo el secreto de las fuentes de información periodística y de otras profesiones
que determine la ley”.
3. RECURSOS DE HECHO:
El recurso de hecho, llamado en otras legislaciones recurso de queja por denegación, es
la garantía procesal del recurso de apelación.
En sistemas como el nuestro, que confiere al tribunal a quo la facultad de admitir o negar
la apelación interpuesta (Artículo 293 C.P.C.), el recurso de apelación podría quedar
nugatorio si la negativa de la apelación o la admisión de la misma en un solo efecto,
cuando debía ser oída libremente, no tuviere en el tribunal superior un contralor de
aquella facultad.
Es evidente que en el caso de la absoluta negativa de la apelación, el apelante no tendría
ya la oportunidad de lograr en la alzada la revocación del fallo que le produce gravamen,
el cual quedaría con autoridad de cosa juzgada; y, en el caso de admisión de la apelación
en el solo efecto devolutivo, podría ejecutarse en perjuicio del apelante la sentencia que lo
grava, por no producirse el efecto suspensivo de la apelación.
A evitar estos perjuicios al apelante ya asegurar la vigencia de las reglas que determinan
el modo de admitir la apelación, tiende este recurso de hecho, que es en esencia, como
se dijo antes, la garantía procesal del derecho de apelación.
Puede interponerse como recurso ante el tribunal superior contra la decisión del juez a
quo que niega la apelación o la admite en un solo efecto, solicitando se ordene oír la
apelación o admitirla en ambos efectos, conforme a la ley.
Se dice que el recurso de hecho es propiamente un recurso, puesto que impugna una
resolución judicial cuya eficacia trata de eliminar, y debe ser decidido por un tribunal
distinto de aquel que dictó la providencia recurrida.
Por su parte el tratadista Duque Corredor citado por Rodrigo Rivera Morales ha señalado:
“Es un recurso de procedimiento breve y objeto limitado pues se agota en el conocimiento
del Juez de Alzada para declarar si la inadmisión de la apelación es correcta o no. Si se
declara que es incorrecta debe ordenar la admisión de la apelación. Es, pues, un recurso
muy especial”
El recurso se propone contra el auto del juez a quo que niega la apelación o la
admite en un solo efecto que es la providencia que causa gravamen al apelante; de
modo que no es admisible contra los autos que nieguen la apelación interpuesta
contra actos que no constituyen decisiones judiciales, como ocurriría, si se apelase
de un acto de remate que no tiene tal carácter y se negase el recurso de hecho
contra la negativa de dicha apelación.
Debe proponerse dentro del plazo de cinco días más el término de la distancia,
computado conforme a la regla del Artículo 197 C.P.C. y el término de la distancia,
según la regla del Artículo 205 eiusdem, a partir del día siguiente al de la fecha del
auto en que fue negada la apelación u oída en un solo efecto.
“El recurso de hecho debe interponerse dentro de los cinco (5) días de despacho
siguientes a la negativa del tribunal de la causa, más el término de la distancia.”
Este lapso es perentorio y preclusivo, de modo que el recurso interpuesto una vez vencido
el mismo, es extemporáneo y no surte efecto.
Asimismo, debe decidirse en el término de cinco días contados desde la fecha en que
haya sido introducido, o desde la fecha en que se acompañen las copias de las actas
conducentes, si el recurso hubiese sido introducido sin estas copias.
Con el recurso debe acompañarse copia de las actas del expediente que la recurrente
crea conducentes y de aquellas que indique el juez de quien se apele (Art. 305 C.P.C.);
pero el tribunal superior debe darlo por introducido aunque no se acompañen con el
escrito las indicadas copias de las actas conducentes (Artículo 306 C.P.C.).
La expedición de las copias solicitadas, es un deber imperativo del juez de la causa y la
negativa de las mismas, o él retardo injustificado en su expedición, son causa de una
multa que debe imponer el tribunal de alzada al juez negligente, la cual no será menor de
quinientos bolívares ni mayor de dos mil; todo sin perjuicio del derecho de queja de la
parte perjudicada por la negativa o por el retardo (Art. 308 C.P.C.).
Es difícil precisar, en general, cuáles son las actas conducentes cuyas copias deben ser
anexadas al recurso, pero es evidente que no deben faltar: la copia de la sentencia
apelada; de la diligencia de apelación y la copia del auto que niega la apelación o la oye
en un solo efecto, y cualquiera otra parte recurrente, la contraparte o el tribunal indiquen
como conducente para el recurso, de todas las cuales aparecerá la naturaleza del fallo
apelado; las razones del tribunal para negar la apelación o admitirla en un solo efecto; la
fecha del auto respectivo u otros elementos que permitan al superior decidir no solamente
sobre el fundamento del recurso, sino también sobre su admisibilidad misma, su
extemporaneidad o caducidad.
Las expresadas copias excluyen, en nuestro sistema, el pedido de informes del superior al
inferior, previsto en otras legislaciones. Que puede asumir la forma del "pedido de
informes con autos", que obliga al inferior a remitir el expediente, con la consiguiente
paralización del asunto y suspensión de la ejecución del auto recurrido.
Es evidente que sin la presentación de las copias, no puede el superior dictar decisión
sobre el recurso; y se ha planteado en la práctica del foro la cuestión del tiempo necesario
para la caducidad o perención del mismo. y mientras una jurisprudencia de la antigua
Corte Federal y de Casación sostenía que no podía darse por perecido el recurso sino
hasta después de transcurrido el término ordinario de la perención 10, en cambio,
decisiones más recientes han establecido para el recurso de hecho ante casación,
previsto en el Art. 427 C.P.C. de 1916 (ahora Art. 316 del nuevo código) que él debe ser
decidido dentro de los cinco días siguientes a la fecha de recibo de las copias, pero que
este término no puede ser indefinido, por lo cual, introducido el recurso sin las copias, si
éstas no son producidas dentro de los cinco días fijados en el primer aparte del Art. 316
C.P.C., más el término de distancia previsto en el Art. 305 C.P.C., no le queda otra cosa al
alto tribunal, sino decidir" el recurso, para cumplir así con lo ordenado en el citado aparte
segundo del Art. 316.
Aceptar que las copias puedan presentarse en un tiempo mayor, dice la Corte, por lo
menos durante los años fijados para la perención y no en el término arriba señalado y
que, por tanto, hasta que eso ocurra debe la Corte demorar su decisión, sería contrariar
los principios que se dejan sustentad y que encontraron con consagración en los artículos
citados. Decisión que será, necesariamente, la de declarar que no hay materia sobre qué
decidir, toda vez que no se acompañaron las copias que constituían los elementos de
juicio para ese pronunciamiento.
La falta de presentación de las copias al tribunal superior, impide pues a éste conocer del
recurso y provoca en muchos casos la caducidad del mismo.
Tal ocurre, cuando la falta de presentación de las copias se prolonga a tal punto que el
recurso se encuentre en suspenso al momento de dictarse la sentencia definitiva sobre el
fondo de la controversia que ha pasado al conocimiento del superior, pues en este caso,
no es permitido al tribunal conocer del recurso de hecho en la sentencia definitiva.
Lo mismo ocurriría, cuando siendo la sentencia apelada interlocutoria, se hubiere dictado
después la definitiva y ésta se hubiere ejecutoriado por no haber sido apelada. En este
caso, el juicio ha terminado en lo principal y lógicamente también en lo accesorio.
Pero en la misma hipótesis, si la definitiva fuere apelada, el superior conocerá de ella sin
atender al recurso de hecho, que indudablemente habrá caducado por no tener ya el
objeto.
Como se ve, dice Marcano Rodríguez, en ambas hipótesis caducas el recurso por la
naturaleza de las circunstancias y la presentación de las copias carecerá en absoluto de
oportunidad y de finalidad práctica.
4. REVISION CONSTITUCIONAL.
Potestad de revisión de sentencias por parte de la Sala Constitucional.
De conformidad con el articulo 336 numeral 10 de la Constitución, la Sala tiene la facultad
de revisar las decisiones definitivamente firmes dictadas por los Tribunales de la
República, en materia de amparo constitucional o cuando hayan ejercido el control difuso
de la constitucionalidad de las leyes, con el objeto de garantizar la uniformidad de la
interpretación de la normas y principios constitucionales, la eficacia del texto fundamental
y la seguridad jurídica. Sin embargo, la propia Sala, sin fundamento jurídico alguno, ha
hecho extensiva dicha potestad a toda clase de sentencia definitiva, incluso aquellas
dictadas por las otras Salas que conforman el Tribunal Supremo de Justicia. Ejemplo: “La
revisión constitucional de una sentencia debe ser en los términos y límites de la
Constitución”.
CONCLUSION:
BIBLIOGRAFIA: