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PROCESO DE AMPARO

CAPITULO I

MARCO TEÓRICO

GENERALIDADES DE LA CONSTITUCIÓN Y EL PROCESO DE AMPARO

1.1. Constitución y proceso

Al ser la Constitución norma suprema del Estado, requiere de institutos


jurídicos que permitan garantizar dicha supremacía. Por ello, el constituyente
peruano ha previsto una serie de instrumentos de naturaleza judicial para
resguardar no solo su posición dentro del ordenamiento jurídico, sino también
asegurar la vigencia efectiva de los derechos, principios y valores que reconoce y
garantiza.

Asimismo, ha previsto un instituto para la resolución de las controversias


que surgen entre los poderes públicos y los diferentes niveles de gobierno. Estos
instrumentos son los procesos constitucionales que se encuentran incorporados
en los artículos 200 y 202 de la Constitución:

− El proceso de inconstitucionalidad y la acción popular, cuya finalidad es


garantizar la supremacía jurídica de la Constitución frente a la ley, las ordenanzas
regionales y locales y demás normas administrativas;

−Los procesos de amparo, hábeas corpus, hábeas data y cumplimiento que


tienen por objeto proteger los derechos fundamentales frente a hechos o actos de

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las autoridades públicas (leyes, resoluciones judiciales, actos administrativos) y de
los particulares

−El conflicto de competencias mediante el que se resuelven las


controversias entre los poderes del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial),
organismos constitucionalmente autónomos (JNE, BCRP, SBS, entre otros) y los
niveles de gobierno central, regional y municipal, por el ejercicio de competencias
y funciones asignadas por la Constitución.

La incorporación de estos instrumentos en el seno de la Constitución lleva a


reflexionar en torno a su relación con el proceso. Su entendimiento resulta
medular para comprender cómo el proceso, influenciado por la Constitución, se
constituye como un mecanismo de protección de los derechos, principios y reglas
constitucionales y, a su vez, como el instrumento que permite concretizar y
actualizar sus contenidos normativos.

Por ello, debemos partir de una idea de Constitución como norma suprema
del ordenamiento, la fuente de las fuentes del sistema jurídico a la que todas se
subordinan, que es también una realidad viva que responde a una formación
histórica que legitima el presente a través de los hechos del pasado. Estos dos
aspectos constituyen, respectivamente, un concepto racional-normativo y un
concepto histórico. Adicionalmente, debemos tener siempre en cuenta un
concepto sociológico, es decir la realidad del momento actual o los casos en que
se aplica la norma. Estos conceptos se encuentran en permanente tensión en el
quehacer de los jueces constitucionales, por lo que, dentro de los linderos del
proceso constitucional, debe integrarse y buscarse una solución armonizadora de
los conflictos en la cual se logre la unidad constitucional de los diferentes intereses
en controversia.

1.2 Funciones de los procesos constitucionales

Las funciones que cumplen los procesos constitucionales vienen


establecidas a partir de los fines que cumple cada uno de estos procesos.

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En esa dirección, tenemos procesos que cautelan el principio de
supremacía constitucional, en tanto otros protegen los derechos de la persona. De
igual manera, se ha establecido un instrumento para resolver controversias que se
suscitan por el ejercicio de competencias y funciones constitucionales.

1.2.1. Controlar la supremacía jurídica de la Constitución.

Los procesos de inconstitucionalidad y de acción popular tienen como


función cautelar el principio de supremacía constitucional en términos objetivos y
abstractos, en principio, sin referencia a un caso o situación particular.

Se busca garantizar, de manera objetiva, la Constitución en tanto norma


jurídica. Tal función presupone el reconocimiento del principio constitucional de
jerarquía normativa, según el cual el sistema jurídico es un ordenamiento
jerarquizado de normas de diferente tipo, en donde la Constitución es la norma
suprema, la de mayor rango y valor; por lo que las demás, las leyes del Poder
Legislativo y los reglamentos del Poder Ejecutivo, se encuentran subordinados a
ella.

Por ello, si alguna ley o reglamento resulta contrario a los mandatos


constitucionales, ya sea porque no respeta los procedimientos establecidos para
su producción o porque lesiona el contenido protegido de los derechos
fundamentales, cabe su control a través de los procesos de inconstitucionalidad y
de acción popular, con la finalidad de que sean expulsados del ordenamiento
jurídico.

1.2.2. Proteger los derechos fundamentales

Los procesos de amparo, hábeas corpus, hábeas data y cumplimiento,


todos, tienen por finalidad la protección de los derechos fundamentales de la
persona, natural y jurídica, frente a las lesiones o amenazas de lesión que
provengan de las autoridades públicas y de los particulares.

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Ello supone que los derechos fundamentales de la persona son oponibles al
Estado, tanto si el acto que lo lesiona o amenaza es una ley del Congreso, un
reglamento o acto administrativo del Ejecutivo o de un organismo constitucional
autónomo o una resolución judicial (eficacia vertical).

Asimismo, los derechos resultan oponibles y vinculantes para los


particulares, por lo que actos como el despido arbitrario, la expulsión de un
asociado, la discriminación en el consumo, o los actos que lesionan la libre
competencia, como un contrato con cláusulas exorbitantes o desproporcionadas,
pueden ser controlados en el seno de un proceso constitucional. Esta función
pone el acento en la garantía y protección de los derechos subjetivos
constitucionales de las personas, la que complementa la función de control
normativo, de carácter objetivo.

1.2. La doble dimensión de los procesos constitucionales

Los procesos ordinarios, como el civil, penal, laboral o contencioso


administrativo tienen como norte la tutela de intereses y derechos basados en la
ley. Por ello, su aproximación a la controversia parte del interés o derecho
subjetivo del demandante.

En cambio, en los procesos constitucionales la controversia tiene como mira


la protección de la Constitución, en sentido objetivo, y de los derechos
fundamentales de la persona, en sentido subjetivo.

Los procesos que tienen por finalidad la tutela de derechos fundamentales


si bien restablecen el ejercicio o goce del derecho lesionado (dimensión subjetiva),
también reafirman el carácter constitucional de ese derecho y, en buena cuenta, la
supremacía de la Constitución como norma jurídica (dimensión objetiva). Por ello,
en procesos como el amparo, el hábeas data, el hábeas corpus o el cumplimiento,
cabe aplicar el control difuso e inaplicar una ley en el caso concreto.

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De igual manera, a fin de tutelar el derecho conculcado en sentido objetivo,
es decir, con prescindencia de la afectación concreta, en la medida en que esta
haya devenido en irreparable, el CPConst. establece en el segundo párrafo de su
artículo 1 la posibilidad de que el juez constitucional declare fundada la demanda y
que el demandado no vuelva a incurrir en el mismo tipo de conducta lesiva sobre
el derecho en cuestión.

En esa misma dirección, cuando el TC emite un precedente vinculante


establece una regla que, aunque nace en un caso concreto (dimensión subjetiva),
terminará teniendo efectos generales (dimensión objetiva). De esta manera, se
persigue tutelar el derecho fundamental en tanto principio objetivo del
ordenamiento constitucional.

De igual manera, sobre procesos como el de inconstitucionalidad, acción


popular o conflicto de competencias, que son fundamentalmente objetivos,
también cabe predicar una dimensión subjetiva. En estos procesos, suele suceder
que el fundamento de las demandas contra la ley o el reglamento radica en la
posible afectación del contenido esencial de derechos fundamentales.

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CAPITULO II

ANTECEDENTES DE LA ACCIÓN DE AMPARO

2.1 Antecedentes

Si se trata de remontarse en el tiempo podría decirse que el amparo tiene


Ios antecedentes lejanos en la colonia. Se trata de los llamados "reales amparos",
provenientes de los interdictos posesorios de Castilla y Aragón. Están
'comprendidos entre las Leyes de Indias como instrumentos procesales
de naturaleza interdictal vinculados a la protección de la posesión y
la propiedad privada. En su Diccionario de la Legislación Peruana, Francisco
García Calderón tiene incluido el vocablo amparo de posesión, con el cual se
refiere al interdicto. Desde esta perspectiva, se puede hablar de un amparo
colonial peruano, que puede ser un antecedente de nuestro Amparo, aunque es
justo señalar que los orígenes de nuestro proceso constitucional son más
recientes, como podremos oportunidad de ver más adelante.

En el plano legislativo, el amparo en el Perú está atado al hábeas corpus.

En 1916 el Congreso aprobó la ley N° 2223 en cuyo artículo 7° se amplió el


ámbito protector del hábeas corpus hacia los derechos comprendidos en el Título

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IV de la Constitución de 1860, vigente en ese entonces. Literalmente, el artículo 7°
de esta Ley establecía:

"Todas las garantías contenidas en el artículo IV de la Constitución del


Estado, darán lugar a recursos destinados a amparar a los habitantes de la
República que fueren amenazados en el goce de sus libertades o hacer cesar las
restricciones indebidas impuestas por cualquier autoridad.

Son aplicables a estos recursos las disposiciones de la ley de Hábeas


Corpus en cuanto a las autoridades que deben conocer de ellos, a las personas
que puedan presentarIos y a las reglas de su tramitación".

El ámbito de protección del hábeas corpus hacia otros derechos distintos a


la libertad corpórea ejerció su influencia hasta la llegada de la Constitución de
1979. En otras palabras desde el año 1916, el amparo existió en nuestro país pero
subsumido en la esfera del hábeas corpus. Incluso el artículo 185° del
célebre Anteproyecto de Constitución elaborada por la Comisión presidida por
Manuel Vicente Villarán proponía:

"Todas las garantías otorgadas por la Constitución darán lugar al recurso de


hábeas corpus, destinado a amparar a los habitantes de la República que fueren
amenazados en el goce de sus libertades, o hacer cesar las restricciones
indebidamente impuestas por cualquier autoridad"

. La Constitución de 1933 dispuso en su artículo 69° que "todos los


derechos individuales y sociales reconocidos por la Constitución, dan lugar a
la acción de hábeas corpus". Al igual que en México, pero a la inversa, el hábeas
corpus ocupaba el puesto de un mega proceso protector de todos los derechos
constitucionales. En otras palabras se trataba de un amparo con nombre de
hábeas corpus.

- El decreto ley 17083 del 24 de octubre de 1968 del cual ya hemos hablado
al referimos a la evolución legislativa del hábeas corpus, estableció dos formas de
tramitación. Una, ante los jueces penales para la protección de la libertad física, la

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inviolabilidad de domicilio y la libertad de tránsito; y otra, ante la Sala de Turno de
la Corte Superior del Distrito Judicial, "en los demás casos decía el artículo 1° del
referido decreto ley- en los que la Constitución autorice la acción de hábeas
corpus". Es decir, para tutelar todos los otros derechos individuales y sociales,
distintos a la libertad física, la inviolabilidad de domicilio y la libertad de tránsito.
Habida cuenta, es éste el antecedente legislativo más cercano del amparo, de
cara su consagración constitucional en el año de 1979.

- El Decreto Ley 20554 del 13 de marzo de 1974, instituyó un llamado


recurso de amparo que tenía como objeto impugnar los decretos supremos que
afectaban la propiedad agraria. Es un error equipararlo al proceso de acción
popular, como sostiene un sector de la doctrina, pues ésta se interpone para
impugnar con efectos erga omnes la ilegalidad o inconstitucionalidad
de normas generales inferiores a la ley. El recurso de amparo que creaba este
decreto, se dirigía a atacar decretos supremos de expropiación que consistían en
normas autoaplicativas. El artículo 10del decreto ley 20554 disponía:

"Si un propietario estimare que no ha incurrido en causal de afectación o de


declaración de abandono, podrá interponer recurso de amparo ante el Tribunal
Agrario dentro del término de quince días computados a partir de la notificación del
correspondiente decreto supremo de expropiación o de extinción de dominio,
exponiendo los fundamentos de hecho y de derecho, sin cuyo requisito será
denego. La interposición del recurso será puesta
en conocimiento del Poder Ejecutivo por intermedio de la Dirección General de
Reforma Agraria y Asentamiento Rural, dentro de dos días de recibida. Mientras
se resuelva el recurso de amparo, no se interpondrá la demanda de expropiación
de las tierras afectadas. Los decretos supremos que no sean impugnados dentro
del término señalado, causarán ejecutoria".

Como no se trataba en verdad de un amparo en estricto sensu, sino de una


suerte de proceso administrativo destinado a impugnar la expropiación de la
propiedad agraria a través de un decreto supremo, la derogada ley N° 23506,
dispuso en su artículo 43° tratarlo con el nombre de Recurso de Exceso de Poder.

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"El instrumento procesal contemplado en el artículo 1° del Decreto Ley N° 20554,
se denominará "Recurso de Exceso de Poder" y continuará tramitándose
conforme lo establece dicho Decreto Ley. La nueva Ley Orgánica del Poder
Judicial contemplará la nueva denominación de este recurso".

. La Constitución de 1979 constitucionalizó el amparo y le otorgó carta de


naturaleza. El articulo 295°de este Código Político señalaba en su
segundo párrafo: "La acción de amparo cautela los demás derechos reconocidos
por la Constitución que sean vulnerados o amenazados por cualquier autoridad,
funcionario o persona".

La ley N° 23506 desarrolló su trámite. Posteriormente, el Congreso de la


República aprobó la Ley N° 25398 con el objeto de complementar algunos vacíos
y deficiencias que se hicieron ostensibles en la praxis judicial.

La Constitución de 1993 conservó el amparo. Pero incorporó reformas que


perfeccionaron su configuración actual. Estableció que no procedía contra normas
legales ni contra resoluciones judiciales emanadas de procedimiento regular.
Dispuso su regulación por ley orgánica y declaró que su ejercicio no se suspende
durante los estados de excepción, en cuyo caso el juez deberá evaluar la
razonabilidad y proporcionalidad de los actos de ejecución contra derechos
restringidos o suspendidos, sin que le competa pronunciarse sobre la oportunidad
de la declaración del estado de emergencia o de sitio.

- La ley N° 28237,que aprobó el Código Procesal Constitucional, regula


Actualmente el amparo .

2.2. La situación actual: La vigencia del Código Procesal Constitucional

En el Perú, seis profesores de Derecho Constitucional, Procesal,


Administrativo y Penal, a iniciativa de Juan Monroy y Domingo García Belaunde,
se reunieron para elaborar un anteproyecto de Código Procesal Constitucional,

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en el marco de la Carta vigente. Luego de culminarlo, lo remitieron a un grupo de
abogados, jueces, fiscales y profesores, quienes formularon valiosos aportes.

En octubre de 2003, el texto fue publicado y divulgado a la comunidad jurídica


y académica. Posteriormente, el 15 de diciembre de 2003, fue acogido y
presentado como proyecto de un grupo multipartidario de congresistas
integrantes de la Comisión de Justicia y Derechos Humanos (Proyecto de Ley
9371). Dicho proyecto contó con dictámenes favorables de la Comisión de
Constitución y Reglamento, y de la Comisión de Justicia y Derechos Humanos,
las cuales introdujeron contadas modificaciones.

El 6 de mayo de 2004, el Congreso lo aprobó por 72 votos a favor, y el 28


del mismo mes fue promulgado por el Presidente de la República. De esta
manera, el 31 de mayo de 2004 se publicó la Ley 28237, que aprobó el primer
Código Procesal Constitucional peruano.

Posteriormente, el 23 de julio del mismo año se publicó la nueva Ley


Orgánica del Tribunal Constitucional, Ley 28301, la cual comenzó a regir cuando
entró en vigencia el Código Procesal Constitucional. El Código sistematiza y
ordena los siete procesos constitucionales previstos por la Carta de 1993.
Además, introduce cambios sustanciales al proceso de amparo.

Ante el cuestionamiento del proceso de amparo, debido a públicos


excesos cometidos por algunos jueces así como para dejar de lado criterios
asumidos por el Tribunal Constitucional, el Congreso ha modificado algunos
artículos del Código Procesal Constitucional.

Una primera reforma la introdujo la Ley 2864256, que trató de impedir el


cuestionamiento de las decisiones del Jurado Nacional de Elecciones. El referido
dispositivo modificó el inciso 8 del artículo 5 del Código Procesal
Constitucional con la finalidad de impedir el cuestionamiento de las decisiones de
dicho organismo electoral, lo cual, a nuestro juicio, constituye una limitación
desproporcionada. Dicha ley fue objeto de una demanda de
inconstitucionalidad, declarada fundada por el Tribunal Constitucional.

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La segunda reforma al Código Procesal Constitucional fue incorporada por
la Ley 2894658, que ha efectuado diversas modificaciones al proceso de
amparo. Así: (i) establece un procedimiento especial cuando se trata de un
proceso de amparo contra normas auto aplicativas, precisando que en tales
casos las decisiones serán elevadas en consulta a la Sala Constitucional y
Social de la Corte Suprema; (ii) dispone que las excepciones y defensas previas
se resolverán previo traslado a través de un auto de saneamiento procesal
que antes no existía; (iii) modifica el procedimiento para la expedición de
medidas cautelares, especialmente cuando se cuestionan normas auto
aplicativas; y, (iv) se reforma la regulación existente sobre la competencia
del juez y algunos aspectos del procedimiento del amparo.

La tercera modificación se introdujo a través de la Ley 2936459, cuya


Segunda Disposición Derogatoria dispuso que las demandas de amparo
contra resoluciones judiciales se presentarán ante el Juez de primera instancia y
no ante la Sala Civil de la Corte Superior respectiva.

Y la última reforma fue la Ley 2963960, que estableció un


procedimiento especial cuando la medida cautelar solicitada pueda afectar
derechos administrativos referidos al uso, aprovechamiento, extracción o
explotación de recursos naturales hidrobiológicos.

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CAPITULO III

LA ACCIÓN DE AMPARO

3.1. La naturaleza jurídica del amparo

Como derecho humano y a su vez como acción y proceso (garantía


constitucional), el amparo se caracteriza por ser:

 Inalienable: no puede transmitirse a terceros.

 Irrenunciable: por tratarse de un derecho humano no puede celebrarse un


acto jurídico unilateral o bilateral, por medio del cual se renuncie a la
acción específica del amparo.

 Universal: todo ser humano tiene derecho de amparo, sin importar su


nacionalidad, sexo, edad, raza, ideología, orientación sexual, capacidad
civil, ni cualquier otra circunstancia.

 Inviolable: no se suspende ni se restringe por ningún motivo, ni siquiera


bajo los estados de excepción.

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 Eficaz: es un recurso idóneo, en el sentido que debe ser capaz de proteger
los derechos constitucionales de modo efectivo. No basta un proceso con
el nombre de amparo para cumplir con la obligación de su reconocimiento
como derecho humano fundamental, sino que tiene que ser un recurso que
cumpla con su finalidad en todos los casos de violación o amenaza de los
derechos que forman parte de su ámbito de protección.

 Jurisdiccional: es un proceso que se tramita y se decide por órganos


jurisdiccionales.

3.2. Características procesales del amparo

El amparo es un proceso cuya tramitación se inspira en los siguientes


principios:

 Principio de celeridad: se tramita y resuelve en el tiempo más corto que


sea posible.

 Principio de bilateralidad: aun cuando el artículo 7° del Código Procesal


Constitucional establece que la no participación del demandado no afecta
la validez del proceso, a diferencia del hábeas corpus, el amparo es un
proceso bilateral. En consecuencia, no es posible excluir al demandado
quien tiene derecho a hacerse oír por el juez.

 Principio de preferencialidad: se tramita y se resuelve antes que cualquier


otro proceso judicial.

 Principio de iniciativa o instancia de parte: el legitimado para interponer la


demanda es solo el afectado. Salvo la legitimación procesal extraordinaria
a cargo de la Defensoría del Pueblo.

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 Principio de definitividad: el amparo no procede si no se ha agotado la vía
previa.

 Principio de agravio personal y directo: sólo procede contra lesiones


ciertas, concretas, palmarias, objetivamente personales, no ilusorias.

 Principio de procedencia constitucional: el amparo sólo se dirige a


proteger el contenido constitucionalmente protegido del derecho
invocado.

 Principio de prosecución oficiosa: interpuesta la demanda, el proceso no


cae en abandono. Se impulsa de oficio. Sólo está permitido el
desistimiento.

 Principio de no simultaneidad: la demanda es declarada improcedente si


el agraviado ha recurrido previamente a otro proceso judicial para pedir
tutela respecto de su derecho constitucional. No proceden las vías
paralelas.

 Principio de tramitación escrita y de defensa cautiva: la demanda se


presenta por escrito con los requisitos señalados en la ley y debe ser
autorizada por abogado.

 Principio de primacía del fondo sobre la forma: tanto los jueces como el
Tribunal constitucional tienen la obligación de adecuar las formalidades
procesales al logro de los fines del proceso.

3.3. Concepto o definición

Según lo establecido en el artículo 200 inciso 2 de la Constitución de 1993, el


proceso de amparo es un instituto procesal que tiene por finalidad proteger los

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derechos fundamentales no protegidos por el hábeas corpus, el habeas data ni el
proceso de cumplimiento. Se constituye en el principal mecanismo de tutela de los
derechos constitucionales.

El amparo se caracteriza por ser un proceso orientado a proteger derechos


fundamentales de sustento constitucional directo, por eso tiene un carácter
residual o subsidiario e integra la denominada tutela judicial de urgencia.

El amparo es un proceso cuya finalidad es la tutela del contenido esencial de


los derechos fundamentales del bloque constitucional: derechos de origen
constitucional, así como los de fuente internacional, de configuración legal y
jurisprudencial, y los derechos fundamentales implícitos del artículo 3 de la
Constitución.

El proceso de amparo es residual o subsidiario porque se emplea para


proteger los derechos fundamentales de las personas cuando esta protección no
se puede obtener en el marco de los procesos judiciales ordinarios.

3.4. Objeto de protección

El proceso de amparo protege los otros derechos reconocidos en el artículo 2


de la Constitución, entre los que se encuentran: el derecho a la vida, el derecho al
libre desarrollo de la personalidad, a la libertad de conciencia y religión, el derecho
a la igualdad y no discriminación, las libertades de expresión e información, la
libertad de contratación, la libertad de trabajo, el derecho de propiedad y herencia,
identidad, medio ambiente, el trabajo, la salud, la educación y la seguridad social,
así como la libertad de empresa, etc.

Además, el artículo 37 del CPConst. enunciativamente complementa y precisa


este listado de los derechos protegidos por el proceso de amparo. Cabe precisar
que esta no es una lista cerrada, porque el artículo 3 de la Constitución establece
que los derechos fundamentales reconocidos en su artículo 2 «[...] no excluye los
demás que la Constitución garantiza, ni otros de naturaleza análoga o que se

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fundan en la dignidad del hombre, o en los principios de soberanía del pueblo, del
Estado democrático de derecho y de la forma republicana de gobierno». Además,
su Cuarta Disposición Final y Transitoria señala que las disposiciones que
reconocen derechos y libertades «[...] se interpretan de conformidad con la
Declaración Universal de Derechos Humanos y con los tratados y acuerdos
internacionales sobre las mismas materias ratificados por el Perú».

Esta disposición es reiterada por el artículo V del Título Preliminar del


CPConst., que establece: «El contenido y alcances de los derechos
constitucionales protegidos por los procesos regulados en el presente Código
deben interpretarse de conformidad con la Declaración Universal de Derechos
Humanos, los tratados sobre derechos humanos, así como de las decisiones
adoptadas por los tribunales internacionales sobre derechos humanos constituidos
según tratados de los que el Perú es parte».

Entonces, mediante el proceso de amparo se protegen los derechos


fundamentales reconocidos por el bloque de constitucionalidad. Este bloque alude
a una suma de normas que, a pesar de no tener rango constitucional desde una
perspectiva formal, materialmente son normas de contenido constitucional. Al
respecto, los tratados de derechos humanos contienen normas constitucionales,
puesto que reconocen los derechos básicos de la persona. Entre estos
instrumentos internacionales tenemos a la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Convención
Americana de Derechos Humanos, el Protocolo Adicional a la Convención
Americana de Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales
y Culturales, etc. De igual manera, las decisiones que emitan los órganos de
control de dichos instrumentos, como la Corte Interamericana de Derechos
Humanos respecto de la Convención Americana de Derechos Humanos, sirven
como material interpretativo de las disposiciones constitucionales que reconocen
derechos fundamentales con la finalidad de ampliar su contenido esencial. En esa
misma dirección, algunas normas de rango legal son materialmente
constitucionales en tanto regulan contenidos de los derechos fundamentales,

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como la Ley General de Educación y la Ley Universitaria, en tanto regulan
diversos aspectos del derecho fundamental a la educación. En este bloque
también podemos considerar a la jurisprudencia del propio TC, en tanto sus
sentencias de inconstitucionalidad de la ley y sus precedentes desarrollan diversos
aspectos de los derechos fundamentales. Por ejemplo, la sentencia sobre la
reforma del régimen de pensiones del Decreto Ley 20530 desarrolló diversos
aspectos de la garantía institucional a la seguridad social y del derecho a la
pensión (sentencia del Exp. 0050- 2004-PI/TC y otros expedientes acumulados); la
sentencia sobre el amparo en materia laboral desarrolló los aspectos
constitucionales del derecho al trabajo (sentencia del Exp. 0206-2005-PA/TC); la
sentencia que a propósito de la declaración como zona rígida del Centro Histórico
de Lima desarrolló el derecho de reunión (sentencia del Exp. 4677-2004-PA/ TC),
entre otras muchas.

Por lo señalado, la jurisprudencia del TC, junto a los otros instrumentos


normativos, se integra al material interpretativo para determinar el contenido
esencial o constitucionalmente protegido de los derechos.

Derechos incorporados en la protección del amparo por el Código


Procesal Constitucional

 A no ser discriminado por razones de orientación sexual, condición


económica y social.
 Al honor.
 A la intimidad.
 A la voz.
 A la imagen.
 A la rectificación de informaciones inexactas o agraviantes.
 A la seguridad social.
 A la remuneración.
 A la pensión.
 A gozar de un ambiente equilibrado y adecuado al desarrollo de la vida.
 A la salud.

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 A la huelga.
 A la negociación colectiva.
 A participar en el proceso educativo de los hijos.

Derechos que han sido excluidos del ámbito de protección del amparo
por el Código Procesal Constitucional

 A la inviolabilidad de domicilio. Si bien el término exacto a utilizar no es


"eliminación", puesto que el Código lo ha reubicado entre aquellos que
son protegidos por el Hábeas Corpus.

 Libertad de trabajo.

 A la exoneración tributaria en favor de las universidades, centros


educativos y culturales.

 Libertad de prensa.

3.5. Objeto de control

En el amparo, el juez ejerce un control sobre una amplia gama de actos que
pueden ser calificados como actos lesivos, es decir, acciones u omisiones que
vulneran o amenazan con lesionar los derechos fundamentales. Los actos lesivos
pueden ser actos de los poderes públicos y de los agentes privados. Entre los
primeros tenemos:

a) El amparo contra normas: si bien el artículo 200 inciso 2 de la


Constitución establece que no procede el amparo contra normas legales, la
jurisprudencia del TC admite la procedencia del amparo contra normas. Para ello,
se introdujo la diferencia entre normas auto-aplicativas y normas hetero-
aplicativas. Las primeras se aplican de forma directa a una situación concreta, por
ejemplo, una ley de expropiación a un particular o los decretos leyes que cesaron
a jueces y fiscales luego del autogolpe de Estado del 5 de abril de 1992. En
cambio, las normas heteroaplicativas para desplegar sus efectos requieren de

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actos adicionales de ejecución, tales como la emisión de un reglamento o actos
administrativos de ejecución (al respecto puede verse la sentencia del Exp. 04677-
2004-PA/TC, fundamentos 3 a 6). Esta posición del TC ha sido recogida en el
CPConst, cuyo artículo 3 establece: Cuando se invoque la amenaza o violación de
actos que tienen como sustento la aplicación de una norma autoaplicativa
incompatible con la Constitución, la sentencia que declare fundada la demanda
dispondrá, además, la inaplicabilidad de la citada norma. Son normas
autoaplicativas, aquellas cuya aplicabilidad, una vez que han entrado en vigencia,
resulta inmediata e incondicionada [...].

b) El amparo contra resoluciones judiciales: el artículo 200 inciso 2 de la


Constitución establece que no procede el amparo contra resoluciones judiciales
emanadas de procedimiento regular. Esta última expresión ha sido objeto de un
amplio desarrollo jurisprudencial, entendiéndose, en un primer momento, a partir
de una interpretación en sentido contrario, que el amparo procedería contra una
resolución judicial que emane de un procedimiento irregular. Luego, que este
procedimiento irregular debía entenderse como aquella situación en la que se
lesionan los derechos que integran el derecho al debido proceso (defensa,
procedimiento predeterminado, pluralidad de instancias, motivación, etc.) y la
tutela jurisdiccional (acceso a la justicia y ejecución de resoluciones judiciales).
Finalmente, se ha comprendido también que un proceso irregular no solo significa
que no se hayan respetado los derechos procesales de las partes, sino también
sus derechos sustantivos (ver la sentencia del Exp. 03179-2004-PA/TC,
fundamentos 18 a 21). Un supuesto excepcional dentro de esta categoría es el
denominado amparo contra amparo. El artículo 5.6 del CPConst. establece que no
proceden los procesos constitucionales contra las resoluciones recaídas en otro
proceso constitucional, es decir, que prohíben el amparo contra el amparo. No
obstante, la jurisprudencia del TC ha establecido que el amparo contra el amparo
tiene sustento constitucional directo en el artículo 200 inciso 2 de la Constitución,
porque un proceso constitucional también puede ser irregular. Por ello, el amparo
resultaría procedente para remediar las lesiones que un primer proceso de amparo

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produzca en los derechos fundamentales de las partes (revisar la sentencia del
Exp. 4853- 2004-AA/TC, fundamentos 5 a 10).

Otro supuesto dentro de esta categoría es el amparo contra laudos arbitrales.


La jurisprudencia del TC ha señalado que el arbitraje es una jurisdicción de
excepción (ver los fundamentos 5 a 14 de la sentencia del Exp. 06167-2005-
PHC/TC), por lo tanto, un laudo arbitral sería equivalente a una sentencia judicial.
Además, el artículo 59 de la Ley de Arbitraje (decreto legislativo 1071) otorga
autoridad de cosa juzgada a lo resuelto mediante un laudo arbitral, siendo este
definitivo, inapelable y de obligatorio cumplimiento para las partes. Si bien la
Duodécima Disposición Complementaria de la Ley de Arbitraje señala que el
recurso de anulación de laudo es la vía igualmente satisfactoria para la tutela de
los derechos lesionados en un arbitraje, el TC ha establecido los supuestos en que
procede un proceso de amparo para cuestionar un laudo arbitral:

a. Cuando los árbitros resuelven contra precedentes del TC;


b. Cuando los árbitros inaplican una ley cuya constitucionalidad ha
sido confirmada por el TC; y
c. Cuando se lesionen derechos de terceros totalmente ajenos a la
controversia arbitral (revisar la sentencia del Exp. 00142-2011-
PA/TC, fundamento

c) El amparo contra resoluciones electorales: la Constitución en sus


artículos 142 y 181 establece una especie de inmunidad para las decisiones del
JNE porque no cabía un control judicial sobre sus resoluciones en materia
electoral. No obstante, la jurisprudencia del TC ha señalado que vía amparo es
posible revisar las decisiones del ente electoral cuando lesionan derechos
fundamentales. Entonces, en principio no cabe el control de las decisiones del
ente electoral cuando estas respetan los derechos constitucionales (puede
revisarse las siguientes sentencias: Exp. 02366-2003-AA/TC, Exp. 05854- 2005-
PA/TC, Exp. 02730-2006-PA/TC y Exp. 0007-2007-PI/ TC).

20
d) El amparo contra resoluciones del Consejo Nacional de la
Magistratura en materia de destitución y ratificación de jueces y fiscales.
Según el artículo 142 de la Constitución no son revisables en sede judicial las
resoluciones del Consejo Nacional de la Magistratura en materia de evaluación y
ratificación de jueces, en tanto que el artículo 5.7 del CPConst. contiene una
disposición similar como causal de improcedencia del amparo. No obstante estas
disposiciones, el TC ha entendido que es posible efectuar un control de las
decisiones del Consejo en las materias aludidas en la medida en que los jueces y
fiscales no pierden sus derechos fundamentales en dichos procedimientos,
sometiéndose el mismo CNM a los principios que se derivan del debido proceso
(ver la sentencia del Exp. 03361-2004-AA/TC, fundamentos 2 a 8).

e) El amparo contra actos de la administración pública: los actos de las


entidades del Poder Ejecutivo y de los gobiernos regionales y locales son
controlables mediante el proceso de amparo. El deber de respetar y preferir el
principio jurídico de supremacía de la Constitución también alcanza a la
administración pública. Esta, al igual que los poderes del Estado y los órganos
constitucionales, se encuentra sometida, en primer lugar, a la Constitución de
manera directa y, en segundo lugar, al principio de legalidad, de conformidad con
el artículo 51 de la Constitución. De tal modo, la legitimidad de los actos
administrativos no viene determinada por el respeto a la ley —más aún si esta
puede ser inconstitucional— sino, antes bien, por su vinculación a la Constitución
(revisar la sentencia del Exp. 03741-2004-AA/TC, fundamento 6).

f) Amparo frente a actos lesivos en estados de excepción: según lo


establecido en el artículo 137 de la Constitución, mediante decreto supremo puede
suspenderse el ejercicio de algunos derechos fundamentales con la declaración
de los estados de emergencia y de sitio. El primero opera cuando ocurren
perturbaciones de la paz o del orden interno, de catástrofe o graves circunstancias
que afecten la vida de la Nación.

3.6. Legitimación procesal activa

21
Pueden interponer la demanda de amparo:

 El afectado, quien puede comparecer por medio de representante.


 Cualquier persona cuando se trate de amenaza o violación del medio
ambiente u otros derechos difusos (aunque pensamos que en este caso
se trata también en esencia de un afectado por el acto lesivo).
 Las entidades sin fines de lucro, también para la protección del medio
ambiente u otros derechos difusos frente a violaciones o amenazas de
estos derechos, siempre que dichas entidades hayan sido creadas con
el objeto de defender esta clase de derechos.
 La Defensoría del Pueblo.

3.7. Legitimación procesal pasiva

El legitimado pasivo para contestar la demanda es el autor del agravio al


derecho, quien puede ser una autoridad, funcionario público o persona. En este
último caso se hallan comprendidas las personas jurídicas de derecho privado o
las empresas estatales con personería jurídica de derecho privado.

La expresión "autoridad" .o "funcionario público" comprende también a los


jueces o a cualquier órgano público que ejerciendo funciones formal o
materialmente jurisdiccionales, afecta los derechos constitucionales de la persona

3.8. La procuración oficiosa

Frente a situaciones especiales o extraordinarias, el Código permite la


procuración oficiosa, que consiste en que cualquier persona puede comparecer en
nombre de quien no tiene representación procesal, cuando ésta se encuentra
imposibilitada para interponer la demanda por sí misma, sea por atentado
concurrente contra la libertad individual, por razones de fundado temor o por
cualquier otra causa análoga.

22
Cuando el afectado se halle en posibilidades de interponer la demanda tiene
que ratificar la presentada por el procurador oficioso y toda la actividad procesal
que nevó a cabo. Si no la convalida el proceso se extingue de pleno derecho.

3.9. Órgano competente

El juez competente para conocer el amparo es el juez civil o mixto, siempre


que el proceso no se interponga contra resolución judicial, pues en este caso la
demanda será de conocimiento de la Sala Civil de Turno de la Corte Superior de
Justicia que corresponda.

En ambos casos, debe tenerse en cuenta que el afectado puede elegir el lugar
donde interpondrá la demanda, según las siguientes reglas: a) donde se afectó su
derecho; y, b) donde tiene su domicilio principal. No está permitida la prórroga de
la competencia territorial.

3.10. Amparo y vías previas

Al respecto, el artículo 5.2 del CPConst. establece que no proceden los


procesos constitucionales, el amparo entre ellos, cuando existan vías judiciales
específicas igualmente satisfactorias para la protección de los derechos
fundamentales.

La expresión «vía igualmente satisfactoria» es un concepto jurídico


indeterminado, por lo que no es una tarea sencilla determinar bajo qué
condiciones un proceso judicial ordinario (laboral, penal, contencioso
administrativo, civil) se constituye como una vía igualmente satisfactoria que el
amparo para la tutela de los derechos fundamentales. Por ello, el TC en la
sentencia de Exp. 02383-2013-PA/TC en su fundamento 15 ha establecido los
supuestos que deben evaluarse para determinar que una vía judicial ordinaria es
una vía igualmente satisfactoria. Estos son:

23
a) La estructura del proceso ordinario es idónea para brindar tutela al
derecho.
b) La sentencia podría brindar adecuada tutela al derecho invocado en la
demanda.
c) No existe riesgo de que se produzca la irreparabilidad de la lesión sobre
el derecho.
d) No existe necesidad de una tutela urgente derivada de la relevancia del
derecho o de la gravedad de las consecuencias.

Estas condiciones deberán ser evaluadas en conjunto por el juez


constitucional cuando determina la procedencia de la demanda de amparo. Debido
a la importancia de proteger el contenido esencial de los derechos fundamentales,
el proceso de amparo integra la tutela de urgencia, en la medida en que la
protección que brinda debe ser otorgada de manera rápida, sencilla y efectiva.
Para ello no se requiere una intensa actividad probatoria, basta con acreditar que
el presunto acto lesivo existe, y corresponde al juez constitucional valorar y
determinar si ese acto efectivamente lesiona o amenaza el derecho fundamental
invocado en la demanda.

No es necesario agotar la vía previa en los siguientes casos:

a) Cuando una resolución, que no es la última en la vía administrativa, se


ejecuta sin que haya vencido el plazo para que quede consentida;
b) Cuando recorrer el camino de la vía previa :la puede convertir el
derecho en irreparable;
c) Si la vía previa no está regulada o ha sido innecesariamente iniciada
por el agraviado;
d) Si no se resuelve en los plazos fijados.

En aplicación del principio pro actione, en caso de duda sobre el agotamiento


de la vía previa se preferirá dar trámite al amparo.

3.11. Plazo para la interposición de la demanda

24
El plazo para la interposición del amparo es de 60 días hábiles de producido el
acto lesivo. Siempre que el afectado haya estado en condiciones de tomar
conocimiento de él o en posibilidades de interponer la demanda. En caso
contrario, el plazo sólo empieza a correr desde que ha sido removido el
impedimento.

Cuando se trata de resoluciones judiciales que violan la tutela procesal


efectiva, el plazo es de 30 días hábiles contados desde que la resolución ha
quedado firme, bien se trate de auto, sentencia o decreto.

El Código establece las siguientes reglas para el cómputo del plazo:

 Comienza a contarse desde que se produce el acto lesivo, aun ante la


eventualidad de que la orden haya sido dictada con anterioridad.
 Si tanto la orden como el acto lesivo son ejecutadas al mismo tiempo, el
plazo empieza a correr de inmediato.
 Cuando el acto lesivo es de ejecución continuada el plazo se cuenta
desde que ha cesado totalmente su ejecución.
 No se cuenta si se trata de omisiones o amenazas.
 Sólo comienza a correr si la vía administrativa ha quedado agotada.

3.12. Requisitos y contenido de la demanda

La demanda se presenta por escrito. No se pagan tasas judiciales y debe


contener, cuando menos, los siguientes datos y anexos:

1) La designación del juez ante quien se interpone.


2) Nombre, identidad y domicilio procesal del demandante.
3) Nombre y domicilio del demandado.
4) La relación numerada de los hechos que produjeron o habrán de producir
la afectación del derecho constitucional.
5) La indicación de los derechos constitucionales que se consideran
vulnerados.

25
6) El petitorio en forma clara y concreta (qué es lo que se pide).
7) La firma del demandante o de su representante o de su apoderado. No
puede ser rechazada por el personal administrativo del Juzgado. Por
ningún motivo.

3.13. Procedimiento del proceso de amparo


Admitida a trámite la demanda, el juez correrá traslado al demandado con un
plazo de cinco días para que la conteste.

Luego de admitida la demanda a trámite, el demandante puede solicitar


medidas cautelares o de suspensión del acto lesivo, para lo cual deberá acreditar
apariencia de derecho, peligro en la demora y que el pedido cautelar sea
adecuado o razonable para garantizar la eficacia de la pretensión, es decir, la
protección del derecho fundamental amenazado o vulnerado (artículo 15). Con la
contestación, el demandado puede proponer excepciones o defensas previas, las
cuales son trasladadas al demandante en el plazo de dos días, luego de los cuales
el juez dictara un auto de saneamiento procesal. El auto de saneamiento procesal
puede ser apelado por las partes y se concede con efecto suspensivo cuando se
acoge alguna excepción, en caso contrario la apelación no tiene efecto
suspensivo.

Luego del saneamiento, el juez tiene cinco días para resolver el fondo de la
demanda. Aunque puede citar a una audiencia a las partes para esclarecer los
hechos de la controversia, el juez puede emitir sentencia en la misma audiencia o
dentro de los cinco días (artículo 53). Si esta es favorable al demandado puede
solicitarse su ejecución inmediata (artículo 22). La sentencia puede ser apelada
dentro de los tres días de notificada, y el expediente se eleva al superior en grado
dentro de los tres días de notificado el concesorio de la apelación.

Recibido el expediente, la sala superior concede un plazo de tres días al


apelante para que exprese agravios. Recibidos o no estos, se corre traslado a la
otra parte señalando fecha y hora para la vista de la causa. Las partes y sus
abogados pueden solicitar hacer uso de la palabra. La sala superior expedirá

26
sentencia dentro de los cinco días de realizada la vista de la causa (artículos 57 y
58). Si la sentencia de segunda instancia declara infundada o improcedente la
demanda, dentro de los diez días de notificado, el demandado podrá interponer
recurso de agravio constitucional a fin de que el TC se pronuncie en última y
definitiva instancia (artículo 202.2 de la Constitución y artículos 18 y 20 del
CPConst.).

Resuelta la demanda en última instancia, si es declarada fundada retorna al


juzgado de primera instancia que admitió la demanda, a fin de que se decrete la
ejecución de lo ordenado en la sentencia (artículo 59). Si luego de ejecutada la
sentencia sobreviniera un acto sustancialmente homogéneo al declarado lesivo,
podrá ser denunciado ante el juez de ejecución a fin de que se declare la
homogeneidad y se amplíe la protección del amparo, incorporando y ordenando la
represión del acto lesivo sobreviniente (artículo 60 del mismo CPConst.).

3.14. Acumulación subjetiva de oficio

Si hay necesidad de notificar a terceros que no han sido emplazados, el juez


integra la relación procesal si de la demanda o de la contestación se hace
evidente que el fallo los va a afectar. Su participación puede ser como terceros
coadyuvantes de cualquiera de las partes o como liltisconsortes necesarios.

3.15. Acumulación objetiva de oficio o a pedido de parte

Cuando un mismo acto, hecho, omisión o amenaza afecta a varias personas


que han ejercido por separado su derecho de acción, a pedido de parte o de oficio,
el juez puede ordenar la acumulación de todos los procesos.

La resolución que concede o rechaza la acumulación es inimpugnable.

3.16. Intervención litisconsorcial facultativa

27
Si alguien considera que en un proceso de amparo tiene un interés
jurídicamente relevante, puede apersonarse y solicitar que sea declarado
litisconsorte facultativo. Admitido, se le notifica la demanda ingresando al proceso
en el estado en que se encuentre.

La resolución que concede o rechaza la intervención litisconsorcial es


inimpugnable.

3.17. Impedimentos

En el amparo no procede la recusación. Pero el juez deberá abstenerse de


conocer el proceso cuando concurren las causales de impedimento previstas en el
Código Procesal Civil. Si existiendo causal el juez no se abstiene o si lo hace
cuando no se produce ninguna de ellas, será responsable disciplinaria y
penalmente.

3.18. Costas y costos

Si la demanda es declarada fundada el juez impone a la parte vencida las


costas y costos correspondientes.

Si la sentencia desestima el amparo, el demandante puede sufrir el pago de


costas y costos si es que actuó con temeridad.

El Estado sólo puede ser condenado al pago de costos. En todo aquello que
no esté expresamente establecido en el Código, los costos se regulan
supletoriamente por lo establecido en los artículos 410º al 419° del Código
Procesal Civil.

3.19. La sentencia en el amparo y su ejecución

La sentencia que declara fundada la demanda de amparo contedrá alguno o


algunos de los pronunciamientos siguientes:

28
 Identificación del derecho constitucional vulnerado o amenazado.
 Declaración de nulidad de la decisión, el acto o la resolución que haya
'impedido el ejercicio del derecho y los efectos de esta declaración.
 El restablecimiento del agraviado en el pleno goce de sus derechos
constitucionales, ordenando que las cosas vuelvan al estado anterior a la
vulneración.
 Orden y definición precisa de la conducta a cumplir con la finalidad de'
hacer efectiva la sentencia.
 Los efectos de la sentencia para cada caso concreto.

La sentencia se cumple dentro de los dos días de notificada, salvo que se trate
de omisiones en cuyo caso el plazo se duplica. Si el obligado no cumple, el juez se
dirige a su superior para que lo obligue a cumplir y disponga el procedimiento
administrativo, si corresponde.

Si transcurren dos días y el superior no cumple la orden judicial, el juez


ordenará que se le abra procedimiento, si corresponde, y adoptará todas las
medidas para el cabal cumplimiento de su mandato.

Sin perjuicio de la responsabilidad penal que corresponda, el Juez podrá


aplicar tanto al superior como al responsable al pago de multas fijas y
acumulativas hasta que acaten su sentencia.

El juez deberá, en todo caso, establecer los demás efectos de su fallo para el
caso concreto, manteniendo competencia hasta que el derecho esté totalmente
restablecido.

Si el obligado a cumplir es un funcionario público, el juez puede expedir


sentencia ampliatoria para sustituir la omisión del funcionario a fin de regular la
situación injusta conforme al decisorio de la sentencia. Si se impugna, ambas
sentencias se examinan al mismo tiempo.

Si la sentencia contiene una prestación monetaria y si el obligado se


encuentra en imposibilidad material de cumplirla, lo hará saber al juez quien podrá

29
concederle un plazo no mayor a cuatro meses. Si se vence este plazo y no cumple
se aplican las medidas coercitivas señaladas en el artículo 59º o 22º del Código
Procesal Constitucional.

3.20. Represión de actos homogéneos

Si acabado el proceso, sobreviene un acto sustancialmente homogéneo al


declarado lesivo, la parte interesada podrá denunciarlo ante el juez de ejecución.
El juez resuelve con el previo traslado a la otra parte por el plazo de tres días. La
resolución es apelable sin efecto suspensivo.

La decisión que declara la homogeneidad tiene como efecto ampliar el ámbito


de protección del amparo hacia la represión del acto homogéneo sobreviniente.

30
CAPITULO IV

JURISPRUDENCIA Y LEGISLACIÓN COMPARADA

4.1 Sentencia 5854-2005-PA/TC El caso Lizana Puelles, precedente sobre


el amparo electoral.[ CITATION TAN18 \l 10250 ]

El artículo 181º de la Constitución Política del Estado establece que: Las


resoluciones emitidas por el JNE en materia electoral o de referéndum y otro de
consulta popular son emitidas en instancia final y definitiva, no siendo revisables,
ni procediendo recurso alguno.

Asimismo, el artículo 142º de la Constitución, dice que: No son revisables


en sede judicial las resoluciones del Jurado Nacional de Elecciones en materia
electoral, ni las del Consejo Nacional de la Magistratura en materia de evaluación
y ratificación de jueces.

Entonces, la Constitución establece que dichas resoluciones no son materia


de revisión, a través de la justicia ordinaria; pero, a lo que se debe tener
referencia, es que ya hay un pronunciamiento y una sentencia vinculante por parte
del Tribunal Constitucional, que es la Sentencia 5854-2005-PA/TC, en el cual
el TC trató el tema relativo al alcalde de Piura.

31
Él fue vacado por un tema de nepotismo, y asistió al JNE como último
recurso para que se pronuncie, pero el JNE no se pronunció a favor y, por el
contrario, ratificó la decisión que se había adoptado anteriormente. Este alcalde
acudió a un proceso constitucional, y finalmente el Tribunal Constitucional se
pronunció, precisando que, si bien es cierto que el texto constitucional establece
una imposibilidad de que las decisiones que emita el JNE puedan ser revisadas a
través de un proceso judicial; sin embargo, puede ser visto cuando se afecta
cualquier derecho fundamental. Es decir, el abanico se abrió, y permitió que, frente
a la vulneración de cualquier derecho fundamental, las decisiones en materia
electoral puedan ser objeto de control jurisdiccional a través de un proceso de
amparo.

Pero el Tribunal Constitucional dejó algunas atingencias en este


precedente. Podemos mencionar la siguiente: Si se observa una afectación a los
derechos fundamentales, el juez va a declararlo como tal, pero el límite que tiene,
es que no se puede interrumpir el calendario electoral y el proceso electoral en
trámite.

En dicho sentido, podemos tener claro que el Tribunal Constitucional ya


delimitó que no se puede interrumpir de modo alguno el proceso electoral; sin
embargo, si se evidencia que hay algún tipo de afectación, se va a desmaterializar
esto en la decisión, y se tomarán algún otro tipo de acciones, pero lo que no se va
a hacer es retrotraer el proceso electoral hacia el momento de la vulneración.

Como se puede ver, el panorama está un poco claro, en torno al resultado


que puede tener la interposición del proceso de amparo dentro de este proceso
electoral. Y también, para llegar a la Corte Interamericana de Derechos, primero
se tiene que pasar por la Comisión Interamericana y se tiene que agotar toda la
vía interna nacional, es decir, no te puedes saltar toda la vía interna nacional, para
acudir hacia la vía internacional.

Pero ahora vamos a recordar unas cuestiones previas, en torno a lo que es


el proceso constitucional de amparo. Nos ampararemos en

32
alguna jurisprudencia relevante y el avance jurisprudencial que ha tenido
el Tribunal Constitucional en torno a este tema

4.2 Expediente 140-2020-37-0401-JR-DC-01 Medida cautelar contra


gobierno regional por no implementar protocolo contra el covid-19

La jueza civil de Arequipa, Silvia Sandoval Corimayta, ordenó que en el plazo


de 24 horas, el Ministerio de Salud, Gobierno Regional de Arequipa y la Gerencia
Regional de Salud, implementen el protocolo de “Prevención y atención a las
personas afectadas con el COVID-19” e informen de estas acciones inmediatas de
manera permanente.

Esta disposición está contenida en la medida cautelar que dictó ayer la


magistrada en referencia, en favor del ciudadano, Pool Alarcón Barrionuevo, quien
presentó una demanda de amparo para exigir a las autoridades cumplan con su
rol de proteger la salud pública.

La jueza, designa como órganos de auxilio judicial al ministro de Salud, Victor


Zamora Mesia y al presidente del Gobierno Regional de Arequipa, Elmer Cáceres
Llica para que den cumplimiento cabal a las medidas dictadas y cumplan con los
deberes funcionales que les corresponda

4.3 Precedente Elgo Ríos Expediente N° 02383-2013-PA/TC [ CITATION


LaL15 \l 10250 ]
El Tribunal Constitucional ha establecido cuatro criterios que los jueces deberán
aplicar conjuntamente para identificar cuándo la vía ordinaria resulta idónea e
igualmente satisfactoria que el amparo

Este nuevo precedente, establecido en la sentencia recaída en


el Expediente N° 02383-2013-PA/TC, es el resultado de sistematizar lo que el
propio Colegiado ha dicho anteriormente en su jurisprudencia. Y lo hace desde

33
dos perspectivas: una objetiva, referida al análisis del proceso ordinario, y otra
subjetiva, referida a la evaluación del derecho fundamental en cuestión.

Primer criterio: estructura idónea

Desde una perspectiva objetiva (es decir, vinculada a la vía propiamente


dicha), debe analizarse si la regulación del procedimiento es, en efecto, rápida y
eficaz. En otras palabras, debe evaluarse si el proceso ordinario tienen una
estructura idónea para proteger los derechos supuestamente vulnerados.

Segundo criterio: tutela idónea

Este criterio, que también parte de la perspectiva objetiva, se refiere a la


idoneidad de la protección que podría recibirse en la vía ordinaria. En este punto,
debe analizarse si en la vía ordinaria será posible resolver debidamente el caso
que se ponga a su consideración.

Tercer criterio: urgencia como amenaza de irreparabilidad

Desde la perspectiva subjetiva, debe analizarse si la vía ordinaria pone en


grave riesgo el derecho afectado. Aquí es necesario evaluar si acudir a ella puede
volver irreparable la afectación alegada. Esta situación puede existir incluso si un
proceso ordinario es considerado como “vía igualmente satisfactoria” desde una
perspectiva objetiva.

 Cuarto criterio: urgencia por la magnitud del bien involucrado o del daño

También desde la óptica subjetiva, este criterio exige analizar la necesidad


de tutela urgente sobre la base de la relevancia que tenga el derecho involucrado
o la gravedad del daño que podría ocurrir.

Agregando

a. El TC ha establecido que estos cuatro criterios deben cumplirse


copulativamente. Esto significa que la ausencia de uno de estos significará que no
existe una vía idónea alternativa al amparo, y dicha vía constitucional quedará
habilitada para emitir pronunciamiento de fondo.
34
b. Sobre la aplicación temporal de estos criterios para interpretar el artículo 5,
inciso 2, del Código Procesal Constitucional, el Colegiado ha dispuesto que, hasta
que se publique la sentencia, deberá habilitarse un plazo para que en la vía
ordinaria el justiciable pueda demandar el reclamo de sus derechos.

c. ¿En qué se diferencia este precedente del referido a las sentencias


interlocutorias denegatorias (precedente Vásquez Romero)? En que este último se
refiere a los supuestos para rechazar un recurso de agravio constitucional (RAC)
por: carecer de fundamentos, plantear cuestiones de derecho sin especial
trascendencia constitucional o que contradigan precedentes vinculantes del
Tribunal Constitucional, o porque se ha desestimado casos sustancialmente
iguales. En ese sentido, es distinto del análisis sobre la pertinencia de la vía
constitucional, porque mientras este exige analizar comparativamente las
cualidades de la vía ordinaria y la constitucional, aquel estableció estándares para
evaluar los argumentos que sostienen un RAC.

4.4 SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL EXP. N.° 02437-2013-


PA/TC, LIMA

Emblemática sentencia del TC que permitió ingreso de invidentes con


perros guía a supermercado
A través de la sentencia expedida por el Tribunal Constitucional en el
proceso signado con número de expediente 02437-2013-PA/TC interpuesto por
Margarita Cósar, Marcos Antonio Segura y Juan Pérez contra Supermercados
Peruanos S.A. Plaza Vea, el Tribunal Constitucional ordenó a dicha empresa
permitir a los demandantes ingresar a sus instalaciones acompañados de sus
perros guía, y permanecer en las mismas, de manera ilimitada, constante y
sin trabas.

El Tribunal Constitucional fundamenta su sentencia en los derechos


constitucionales a la igualdad y no discriminación (art. 2.2), al libre desarrollo y
bienestar (art. 2.1) así como en el derecho a un ambiente adecuado para el
desarrollo de su vida (art. 2.22).

35
Esta sentencia resulta un aporte especialmente valioso en el proceso hacia
la realzación efectiva de los derechos fundamentales de las personas con
discapacidad, así como en favor de la constitución de una sociedad que no les
imponga barreras para su participación plena y autónoma.

Al respecto, hay que destacar que la sentencia se apoya en


una concepción o modelo social de la discapacidad, que asume que ésta no
debe ser considerada sólo en función de las características individuales relativas a
una deficiencia en el estado de salud físico o mental de las personas, sino en
relación con el entorno social en las que ellas se desenvuelven, caracterizado por
la inexistencia de condiciones adecuadas y necesarias para su plena realización
personal. Así, se entiende que las personas con discapacidad resultan víctimas de
una sociedad “incapacitante” antes que de las particularidades de sus condiciones
físicas o mentales.

El modelo social de la discapacidad es el que fundamenta el contenido de la


Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (en adelante la
Convención), la misma que es usada por el Tribunal Constitucional para interpretar
el contenido de los derechos fundamentales que recoge nuestra Constitución
aplicables al caso materia de comentario. Desde la perspectiva del modelo social
de la discapacidad, la Convención establece que constituye un deber del Estado
realizar “ajustes razonables” en el entorno, entendidos como modificaciones y
adaptaciones necesarias y adecuadas, para garantizar a las personas con
discapacidad el goce o ejercicio en igualdad de condiciones, de todos los
derechos humanos y libertades fundamentales (art. 2° de la Convención).

Ello da lugar a que el Tribunal Constitucional resalte el deber del Estado de


establecer ajustes razonables orientados a promover las condiciones necesarias
en nuestra sociedad para la eliminación de las exclusiones de las que las
personas con discapacidad han sido víctimas históricamente. En esta línea, y en
relación con la discapacidad visual invoca la legislación nacional que el Perú ha
desarrollado en cumplimiento de las obligaciones, que sobre el particular, se

36
derivan de la Convención y nuestra Constitución. Así, refiere que la Ley 29830,
Ley que promueve y regula el uso de perros guía por personas con discapacidad
visual, concreta parte de las obligaciones estatales de realizar ajustes razonables
en el entorno social, garantizando el libre acceso para hacer uso de perros guía en
lugares públicos o privados de uso público, así como su permanencia en tales
lugares de forma ilimitada, constante y sin trabas.

A diferencia de la asistencia humana-que la empresa pretendía hacer valer


como medida sustitutiva a la del perro guía- la asistencia del perro guía garantiza
a las personas con discapacidad visual desarrollarse con autonomía y la mayor
independencia posible, permitiendo una plena movilidad personal. En el mismo
sentido, se pronunció la Clínica Jurídica en Discapacidad y Derechos Humanos de
la Pontificia Universidad Católica del Perú, a través del amicus curiae que aportó
al referido proceso de amparo. Indicó que la sustitución de la asistencia del perro
guía por la asistencia humana, desconoce el principio de autonomía individual,
bajo la consideración de que las personas con discapacidad son objetos jurídicos
que merecen la tutela y orientación de terceros, lo que les impone una barrera que
les impide desplazarse lo más independientemente que su deficiencia les permita.

Es importante anotar, asimismo, que el Tribunal Constitucional a través de


esta sentencia identifica como un supuesto de discriminación, el tratamiento
indiferenciado o neutro de situaciones que presentan diferencias significativas en
relación con las personas o colectivos en dichas situaciones, conllevando como
resultado un perjuicio al grupo, colectivo o persona en especial condición de
vulnerabilidad. En el presente caso, la empresa demandada estableció, por
razones de sanidad, una prohibición con carácter general respecto del ingreso de
animales a sus instalaciones, especificando que para el caso de personas con
discapacidad se les ponía a su disposición al personal del supermercado. Ello da
lugar a un supuesto de discriminación por indiferenciación, pues la empresa no
distingue entre las personas con discapacidad visual y aquellas que no presentan
dicha discapacidad. Con ello se desatiende o invisibilizan las particularidades de
las personas con discapacidad visual, entre las que se encuentra la relevancia del
37
perro guía para la realización de su autonomía, independencia, libre desarrollo de
su personalidad así como su derecho a un entorno adecuado.

Finalmente, la sentencia permite traer a colación la reflexión sobre la


constitucionalización del Derecho o del ordenamiento jurídico, entendido como el
proceso de transformación progresiva de dicho ordenamiento hacia su total
impregnación por las normas constitucionales y los derechos fundamentales. Así,
en el presente caso, la actuación de una empresa en el ámbito de sus relaciones
comerciales no puede estar exenta de la fuerza normativa de la Constitución y de
la consiguiente obligación de respetar los derechos fundamentales que se
contienen en ella, entre los que se encuentra el derecho a la igualdad y no
discriminación por razón de discapacidad. El Estado debe supervisar que los
particulares, incluidas las empresas que ofrecen servicios al público, se
encuentren libres de prácticas discriminatorias que constituyen, en el caso
específico, una barrera para el libre desarrollo de la personalidad de las personas
con discapacidad visual. La intervención del Tribunal Constitucional a través de la
presente sentencia constituye un aporte en este camino.

4.5 SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL


EXP. N° 04650-2007 -PA/TC “AMPARO CONTRA AMPARO”
Recurso de agravio constitucional interpuesto por Cooperativa de Ahorro y
Crédito de Sub-Oficiales de la Policía Nacional del Perú "Santa Rosa de Lima
Ltda." ., contra la sentencia de la Sala de Derecho Constitucional y Social de la
Corte Suprema de Justicia de la República, de fojas 39 del segundo cuaderno, su
fecha 9 de mayo de 2007, que declaró improcedente la demanda de autos.

Fundamento 3. Por otra parte y de acuerdo con lo señalado en la sentencia


recaída en el Expediente N. 0 4853-2004-AA/TC, modificada parcialmente por el
fundamento 8 de la sentencia recaída en el Expediente N. 0 3907-2007-P.A/TC, se
han establecido una serie de reglas constitutivas de precedente vinculante así
como criterios doctrinales de observancia obligatoria en materia de amparo contra
amparo. Conforme se desprende de ellas, la procedencia de dicho régimen

38
especial se encuentra sujeta a las siguientes líneas de razonamiento: a) su
procedencia se condiciona a los casos en que la vulneración constitucional resulte
evidente o manifiesta , b) su habilitación sólo opera por una sola y única
oportunidad; c) resulta pertinente tanto contra resoluciones judiciales estimatorias
como contra las desestimatorias; d) su habilitación se condiciona a la vulneración
de uno o más derechos constitucionales independientemente de la naturaleza de
los mismos; e) procede en defensa de la doctrina vinculante establecida por el
Tribunal Constitucional; f) se habilita en defensa de los terceros que no han
participado en el proceso constitucional cuestionado y cuyos derechos han sido
vulnerados, así como respecto del recurrente que por razones extraordinarias no
pudo acceder el agravio constitucional; g) resulta procedente como mecanismo de
defensa de los precedentes vinculantes establecidos por el Tribunal
Constitucional; y h) no procede en contra de las decisiones emanadas del Tribunal
Constitucional.

Fundamento 5 …En este sentido y conforme a los apremios previstos en el


Código Procesal Constitucional, el Juez que recibe el segundo amparo deberá
verificar, antes de admitir a trámite la demanda, si el empleador ha dado
cumplimiento a la sentencia que ordena la reposición, de modo que el segundo
proceso no pueda significar en ningún caso una prolongación de la afectación de
los derechos del trabajador. Si el Juez constatara que al momento de presentarse
la demanda en un segundo proceso de amparo, el empleador no ha cumplido con
lo ordenado en el primer amparo, la demanda será declarada liminarmente
improcedente, dictándose de inmediato los apremios del artículo 22° y 59° del
Código Procesal Constitucional. Admitida a trámite la demanda del segundo
amparo, si ésta resultara infundada, la instancia judicial correspondiente, o en su
caso el Tribunal Constitucional, impondrán una multa por temeridad procesal
recurrente, conforme lo prevé el artículo 56° del Código Procesal Constitucional.

39
4.6 STC 03179-2004-AA/TC. Caso Apolonia Collca. Amparo contra
resoluciones judiciales. Canon para el control constitucional de
resoluciones judiciales
Una sentencia sin duda relevante para el trabajo judicial en sede constitucional
en el rubro de amparo contra resoluciones judiciales, es la STC 03179-2004-
AA/TC, caso Apolonia Collca, el cual presenta, entre otros, 2 lineamientos
jurisprudenciales a destacar:

1. Fija un canon para el control constitucional de resoluciones judiciales, a


través de los estándares de razonabilidad, coherencia y suficiencia, a efectos de
que solo después de estos exámenes, podamos advertir si corresponde dejar sin
efecto una decisión jurisdiccional que goza de la calidad de cosa juzgada. Esto es
sumamente importante pues advirtamos que una sentencia consentida o
ejecutoriada,  en un proceso judicial concluido, denota el carácter de res
iudicata, esto es , es definitiva. Por tanto, una sentencia estimatoria en un proceso
constitucional contra resolución judicial firme, debe satisfacer tales exámenes
respecto a la demanda, para que se deje sin efecto una decisión judicial ejecutable
en todos sus términos. Por tanto, el juez constitucional debe ponderar si la
sentencia materia de examen constitucional, deba quedar sin efecto solo después
de merituar la razonabilidad, coherencia y suficiencia de la pretensión.

2.  Amplía el ámbito del amparo contra resoluciones judiciales, circunscribiendo


la legitimación de la afectación a cualquier otro derecho fundamental tutelado por
la Carta Fundamental y ya no únicamente, a la protección de los derechos que
integran la tutela procesal. La perspectiva anterior resultaba en extremo cerrada,
en tanto para que una demanda de amparo contra resolución judicial prosperara,
solo tenía lugar si se infringía el principio de proceso “regular”, cerrando así la vía
de demanda a otras pretensiones iusfundamentales. Por tanto, el amparo contra
decisión judicial procederá, a partir del caso Collca, contra todo otro derecho
fundamental que una resolución judicial vulnere. En el caso Collca, la vulneración
en examen, por ejemplo, corresponde al derecho de propiedad.

40
En suma, los nuevos estándares fijados resultan útiles para entender la
dimensión ex novo del amparo contra resoluciones judiciales,  en cuanto  una vez
admitida la pretensión, importa fijar un canon de control vía razonabilidad,
suficiencia y coherencia de la pretensión. De la misma forma, la tutela de derechos
fundamentales no puede resultar restringida en su ámbito de protección.
[ CITATION Edw11 \l 10250 ]

4.7 STC 03741-2004-AA/TC. Caso Salazar Yarlenque. Distinción entre


precedente judicial y precedente constitucional. Control difuso en
sede administrativa

La sentencia en comento grafica esta idea con la siguiente precisión:

§8. La necesaria distinción entre precedente judicial y precedente


constitucional

47. Para que una decisión de este Colegiado, planteada en forma de


precedente vinculante pueda convertirse en una herramienta útil en la expansión
de los efectos de una sentencia que, en principio, debiera tener solo efectos inter
partes, resulta necesario establecer la distinción entre los efectos del precedente
vinculante emitido por un Tribunal Constitucional, y lo que son los efectos del
precedente judicial en los sistemas del Common Law.

48. Es conocido que el precedente judicial en el sistema del Common Law se


ha desarrollado como precedente vinculante en sentido vertical; es decir, aplicable
desde la Corte Suprema (para el caso norteamericano) hacia las cortes y juzgados
inferiores de todo el sistema judicial. Osea, el efecto vinculante se establece aquí
básicamente respecto de los jueces. Cualquiera que invoque un precedente, para
que éste logre sus efectos, deberá acudir ante un juez, quien deberá aplicarlo en
un caso concreto.

41
49. El precedente constitucional en nuestro sistema tiene efectos más
generales. La forma como se ha consolidado la tradición de los tribunales
constitucionales en el sistema del derecho continental ha establecido, desde muy
temprano, el efecto sobre todos los poderes públicos de las sentencias del
Tribunal Constitucional. Esto significa que el precedente vinculante emitido por un
Tribunal Constitucional con estas características tiene, prima facie, los mismos
efectos de una ley. Es decir, que la regla que el Tribunal externaliza como
precedente a partir de un caso concreto, es una regla para todos y frente a todos
los poderes públicos; cualquier ciudadano puede invocarla ante cualquier
autoridad o funcionario sin tener que recurrir previamente ante los tribunales,
puesto que las sentencias del Tribunal Constitucional, en cualquier proceso, tienen
efectos vinculantes frente a todos los poderes públicos y también frente a los
particulares. Si no fuese así, la propia Constitución estaría desprotegida, puesto
que cualquier entidad, funcionario o persona podría resistirse a cumplir una
decisión de la máxima instancia jurisdiccional.

En adición a lo expresado, esta sentencia igualmente es útil pues fija los


parámetros del control difuso en sede administrativa, elemento de relevancia para
asumir que en nuestro país no solo se aplica el control difuso por parte de los
jueces. La resolución amplía esta potestad contralora de constitucionalidad
también a los órganos colegiados de la Administración Pública, en la premisa que
la defensa de la Lex Legis representa una exigencia para todos los órganos con
un rango de poder de decisión.

El precedente fijado es el siguiente:

50. (…) Regla procesal: El Tribunal Constitucional, de acuerdo con el artículo


VII del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, tiene la facultad
jurídica para establecer, a través de sus sentencias que adquieren la autoridad de
cosa juzgada, un precedente vinculante cuando se estime una demanda por
violación o amenaza de un derecho fundamental, a consecuencia de la aplicación
directa de una disposición por parte de la administración pública, no obstante ser

42
manifiesta su contravención a la Constitución o a la interpretación que de ella haya
realizado el Tribunal Constitucional (artículo VI del Título Preliminar del Código
Procesal Constitucional), y que resulte, por ende, vulneratoria de los valores y
principios constitucionales, así como de los derechos fundamentales de los
administrados.

Regla sustancial: Todo tribunal u órgano colegiado de la administración pública


tiene la facultad y el deber de preferir la Constitución e inaplicar una disposición
infraconstitucional que la vulnera manifiestamente, bien por la forma, bien  por el
fondo, de conformidad con los artículos 38.º, 51.º y 138.º de la Constitución. Para
ello, se deben observar los siguientes presupuestos: (1) que dicho examen de
constitucionalidad sea relevante para resolver la controversia planteada dentro de
un proceso administrativo; (2) que la ley cuestionada no sea posible de ser
interpretada de conformidad con la Constitución. [ CITATION Edw111 \l 10250 ]

4.8 STC 4853-2004-PA. Caso Direccion General de Pesquería de la Libertad.

El presente caso fue resuelto por los magistrados del Tribunal Constitucional,
que mediante la Sentencia N° 4853-2004-PA/TC -LA LIBERTAD, realizan un
análisis, sobre el tema, el régimen jurídico del recurso excepcional denominado
“amparo contra amparo” a la luz de lo establecido en el Código Procesal
Constitucional; se tiene que el Objetivo es analizar el recurso extraordinario
interpuesta por la Dirección Regional de Pesquería de La Libertad contra la
Resolución expedida por la Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte
Suprema de Justicia de la República que declara improcedente la demanda de
amparo.

Material y Métodos; se empleó una ficha de análisis de documentos,


analizando una muestra consistente en un expediente judicial, a través del Método
Descriptivo Explicativo, cuyo diseño fue no experimental es post facto. Entre el
Resultado, declarado infundada la demanda de autos y establece como

43
precedente vinculante conforme el articulo VII del Título Preliminar del Código
Procesal Constitucional, acerca de las nuevas reglas del “amparo contra amparo”
expuesto en el fundamento N° 39; asi como las reglas indicadas para la admisión
de recursos de agravio a favor del precedente expuesto en el fundamento N° 40
de la sentencia. En conclusión, a través de la presente sentencia, se establece
como precedente vinculante los presupuestos para “amparo contra amparo” y las
reglas de admisión de recursos de agravio.

Las nuevas reglas del "amparo contra amparo"

39. Sentado lo anterior resulta necesario establecer las reglas procesales y


sustantivas del precedente vinculante para la procedencia, tanto del "amparo
contra amparo" como también respecto del recurso de agravio constitucional a
favor del precedente. Estas reglas deben ser interpretadas siempre atendiendo a
los principios constitucionales pro homine y pro actione, a fin de que el proceso
constitucional cumpla su finalidad de tutelar la supremacía jurídica de la
Constitución y los derechos fundamentales. A) Regla procesal: El Tribunal
Constitucional de conformidad con el artículo 201 y 202.2 de la Constitución),.. así
como de acuerdo con el artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal
Constitucional, tiene la facultad jurídica para establecer, a través de sus
sentencias que adquieren el carácter de cosa juzgada, precedente vinculante.

En virtud de ello la presente sentencia, en tanto constituye cosa juzgada, se


establece como precedente vinculante y sus efectos normativos se precisan en la
siguiente regla sustancial. · Regla sustancial: Para la procedencia, por única vez,
de una demanda de "amparo contra amparo'', el juez constitucional deberá
observar los siguientes presupuestos: (1) Objeto.- Constituirá objeto del "amparo
contra amparo":

a) La resolución estimatoria ilegítima de segundo grado, emitida por el Poder


Judicial en el trámite de un proceso de amparo donde se haya producido la
violación manifiesta del contenido constitucionalmente protegido de los derechos
fundamentales, o que haya sido dictada sin tomar en cuenta o al margen de la
44
mejor protección de los derechos establecida en la doctrina jurisprudencial de este
Colegiado, desnaturalizando la decisión sobre el fondo, convirtiéndola en
inconstitucional.

b) La resolución desestimatoria de la demanda, emitida en segundo grado por


el Poder Judicial en el trámite de un proceso de amparo, cuando ésta haya
quedado firme en el ámbito del Poder Judicial y cuando en su trámite se haya
violado, de modo manifiesto, el contenido constitucionalmente protegido de los
derechos fundamentales de un tercero legitimado, cuya intervención en el proceso
haya sido rechazada o en el que no haya solicitado intervenir por desconocer de
dicho trámite; o tratándose del propio interesado, cuando éste, por razones que no
le sean imputables, no haya podido interponer oportunamente el respectivo
recurso de agravio constitucional.

c) En ningún caso puede ser objeto de una demanda de "amparo contra


amparo" las resoluciones del Tribunal Constitucional, en tanto instancia de fallo
última y definitiva en los procesos constitucionales.

(2) Pretensión.- El nuevo amparo podrá incluir como pretensión lo que ha sido
objeto del primer amparo sólo si la violación del contenido constitucionalmente
protegido del derecho fundamental es de tal intensidad que desnaturaliza la
decisión misma y la convierte en inconstitucional; caso contrario, no procederá el
"amparo contra amparo" por haberse configurado la cosa juzgada constitucional.
También puede invocarse como pretensión en el nuevo amparo el desacato
manifiesto de la doctrina jurisprudencial de este Tribunal, conforme a los
supuestos establecidos en el fundamento 17 de esta sentencia.

(3) Sujetos legitimados.- Las personas legitimadas para interponer una


demanda de "amparo contra amparo" son las siguientes:

a) Frente a la resolución estimatoria ilegítima de segundo grado, emitida por el


Poder Judicial en el trámite de un proceso de amparo, donde se haya producido la
violación del contenido constitucionalmente protegido de los derechos

45
fundamentales, o se haya desconocido la doctrina jurisprudencial de este
Colegiado, desnaturalizando la decisión sobre el fondo convirtiéndola en
inconstitucional; podrán interponer una demanda de "amparo contra amparo" los
directamente afectados, siempre que tal afectación haya sido debidamente
denunciada al interior del primer proceso de amparo y no haya sido respondida
por el órgano judicial o lo haya sido de forma insuficiente. También están
legitimados los terceros afectados por lo resuelto en el primer amparo que no
hayan sido emplazados o no se les haya permitido ejercer su derecho de defensa
al interior del primer amparo

b) Frente a la resolución denegatoria de segundo grado, emitida por el Poder


Judicial en el trámite de un proceso de amparo, cuando ésta haya quedado firme
en el ámbito del Poder Judicial, y cuando en su trámite se haya violado, de modo
manifiesto, el contenido constitucionalmente protegido de los derechos
fundamentales, podrá interponer una demanda de "amparo contra amparo" el
tercero legitimado que, pese a haber solicitado su intervención en el primer
amparo, no haya sido admitido o, teniendo la calidad de litisconsorte necesario, no
haya sido notificado con la demanda. / Asimismo lo podrá interponer el interesado
que, por razones probadas, se hubiera encontrado imposibilitado de presentar el
recurso de agravio constitucional oportunamente. En estos supuestos, será
indispensable que, en el primer proceso de amparo, no exista pronunciamiento del
Tribunal Constitucional a través del recurso de agravio constitucional, sin importar
quién lo haya interpuesto.

Finalmente, conforme a lo señalado supra, sólo se ha de admitir por una única


vez, sea que lo plantee el agraviado directamente o terceros. (4) Juez
competente.- A efectos de obtener un pronunciamiento de conformidad con el
valor superior justicia y con el derecho fundamental a un juez imparcial, el juez de
primer y segundo grado no deberá haber conocido 1 la primera demanda de
amparo.

46
La reglas vinculantes del recurso de agravio a favor del precedente 40. A
partir de lo desarrollado supra, este Colegiado procede a precisar las reglas
aplicables para el trámite del nuevo supuesto establecido a través de esta
sentencia, para la procedencia del recurso de agravio tratándose de una sentencia
estimatoria de segundo grado.

A) Regla procesal: El órgano judicial correspondiente deberá admitir de manera


excepcional, vía recurso de agravio constitucional, la revisión por parte de este
Colegiado de una decisión estimatoria de segundo grado cuando se pueda alegar,
de manera irrefutable, que tal decisión ha sido dictada sin tomar en cuenta un
precedente constitucional vinculante emitido por este Colegiado en el marco de las
competencias que establece el artículo VII del C.P.Const. En cualquier caso el
Tribunal tiene habilitada su competencia, ante la negativa del órgano judicial, a
través del recurso de queja a que se contrae el artículo 19 del Código Procesal
Constitucional.

B) Regla sustancial: El recurso de agravio a favor del precedente tiene como


finalidad restablecer la violación del orden jurídico constitucional producido a
consecuencia de una sentencia estimatoria de segundo grado en el trámite de un
proceso constitucional. El recurso puede ser interpuesto por la parte interesada o
por un tercero afectado directamente y que no haya participado del proceso, sea
por no haber sido emplazado o porque, tras solicitar su incorporación, le haya sido
denegada por el órgano judicial respectivo. El Tribunal resuelve en instancia final
restableciendo el orden constitucional que haya resultado violado con la decisión
judicial y pronunciándose sobre el fondo de los derechos reclamados.

4.9 Otras sentencias


 STC N.° 3760-2004-AA, Caso Gastón Ortiz Acha (Inhabilitación Politica)

 STC N.° 1150-2004-AA, Caso Banco de la Nación(Procesos


Constitucionales entre entidades de derecho publico. Derecho de defensa)

47
 STC Nº 2791-2005-AA, Caso Julio Soberon Marquez (Inhabilitación
Política. Acceso a los medios de comunicación del Estado. Partidos
Políticos)

 STC N.° 2302-2003-AA, Caso Inversiones Dreams S.A. (Agotamiento de la


via previa en materia tributaria)

 STC N.° 1417-2005-PA, Caso Manuel Anicama Hernández (Amparo


Provisional. Contenido esencial del derecho a la pensión)

 STC Nº 349-2004-PA, Caso Maria Contrina Aguilar (Libertad de Transito.


Bien jurídico seguridad ciudadana)

 STC N.° 5854-2005-PA, Caso Pedro Lizana Puelles (Amparo Electoral)

 STC N.° 2802-2005-PA, Caso Julia Benavides García(Libertad de empresa.


Amparo en materia municipal)

 STC N.° 0206-2005-PA, Caso César Baylón Flores (Procedencia del


amparo laboral)

 STC N.° 3361-2004-AA, Caso Jaime Amado Álvarez Guillén (Ratificación


de magistrados. Tutela procesal efectiva)

 STC N.° 4677-2004-PA, Caso Confederación General de Trabajadores del


Perú – CGTP (Derecho de reunión)

 STC N.° 4227-2005-PA, Caso Royal Gaming S.A.C. (Impuesto casinos y


tragamonedas)

 STC N.° 4635-2004-PA, Caso Sindicato de Trabajadores de


Toquepala(Jornada trabajadores mineros. Jornadas atipicas)

 STC N.° 5189-2005-PA, Caso Jacinto Gabriel Angulo (Ley 23908. Pensión
mínima o inicial)

48
 STC N.° 3075-2006-PA, Caso Escuela Internacional de Gerencia High
School of Management – Eiger (Medidas preventivas o cautelares en sede
administrativa) 

 STC N.° 3362-2004-PA, Caso Prudenciano Estrada Salvador (Derecho de


rectificación)

 STC N.° 1333-2006-PA, Caso Jacobo Romero Quispe (Ratificacion de


magistrados – reingreso a la carrera judicial)

 STC N.° 9381-2006-PA, Caso Félix Vasi Zevallos (ONP – Bono de


reconocimiento)

 STC N.° 7281-2006-PA, Caso Santiago Terrones Cubas (Desafiliación de


las AFP´s)

 STC N.° 4853-2004-PA, Caso Dirección General de Pesquería de La


Libertad (Amparo contra amparo. Recurso de Agravio Constitucional)

 STC Nº 6612-2005-AA, Caso Onofre Vilcarima Palomino (Pensión Vitalicia.


Pensión de invalidez. Enfermedad profesional)

 STC Nº 10087-2005-AA, Caso Alipio Landa Herrera (Pension vitalicia.


Pension de invalidez. Enfermedad profesional. Decreto Ley 18846. Ley
26790)

 STC N.° 0061-2008-PA, Caso Rímac Internacional (Arbitraje voluntario y


obligatorio del D.S. 003-98-SA. Seguro Complementario de Trabajo de
Riesgo)

49
CAPITULO V

LEGISLACIÓN COMPARADA

El nombre que recibe este recurso puede variar, así en Bolivia (antes se
denominaba: “Recurso de Amparo”), Ecuador, Perú y Venezuela se denomina
“acción de amparo”, en Colombia “acción de tutela” y en Brasil “mandato de
seguridad”; llegando inclusive a pensarse en su momento que al recurso que se
interpone ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, se lo podría
denominar “amparo interamericano”.

5.1 Proceso de amparo en México

El amparo en el sistema mexicano, fue en este país donde nace y


evoluciona el juicio de amparo y como hoy lo conocemos, pese a que esta
institución, reconoce aportes del derecho comparado.

La primera referencia a este recurso, se advierte en la Constitución Federal


de los Estados Unidos Mexicanos de 1857, la cual postula por primera vez como

50
ley fundamental, las garantías individuales y un procedimiento para proteger
dichas garantías llamado amparo.

Este juicio es reglamentado finalmente en la "Ley Orgánica Constitucional


sobre el Juicio de Amparo" de 20 de enero de 1869, siendo ésta una aportación de
México al Mundo.

En México, en La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de


1917 las sentencias en el amparo, a diferencia de otros países, no tiene efectos
generales, y sólo afectarán a las partes que intervinieron en éste, pues está
configurado como un verdadero juicio.

En 2013, se abrogó la Ley de Amparo de 1936, reglamentaria de los


Artículos 103 y 107 constitucionales, creándose una nueva Ley de Amparo y
reconociendo expresamente la procedencia del juicio de amparo en contra de
actos positivos, negativos y omisivos no sólo en contra de actos de autoridad, sino
también en contra de actos de particulares que actúen como autoridades cuando
se reclame o estime la violación de un derecho humano reconocido tanto en la
Constitución Mexicana, como en los Tratados Internacionales.

De conformidad con el artículo 133 de la Constitución Política de los


Estados Unidos Mexicanos, ésta conjuntamente con los tratados internacionales
son la "Ley suprema de toda Unión" y deben de prevalecer sobre cualquiera otra
ley y sus disposiciones referentes a los derechos fundamentales, deben ser norma
limitativa de la actuación de todas las autoridades, porque tales derechos son
base imprescindible de la convivencia social y, en consecuencia, su efectividad
práctica debe ser reconocida y aplicada por los órganos gubernativos a fin de que
sus actividades se desarrollen sin violación de ninguno de los derechos
fundamentales. No obstante lo anterior, las violaciones a tales principios y
derechos constitucionales son inevitables, situación por la cual desde el año de
1840, en la Constitución de la República de Yucatán, se creó el juicio de amparo.

El juicio de amparo es un medio de control constitucional a posteriori del


sistema jurídico mexicano al igual que la acción de inconstitucionalidad y

51
la controversia constitucional. A diferencia de estos dos últimos, el juicio de
amparo es promovido por cualquier particular que considere que sus derechos
humanos han sido violentados por normas generales, actos de autoridad o de
particulares señalados en la ley. Por ello es que se considera que el juicio de
amparo es un control concreto de la constitucionalidad, pues verifica la regularidad
constitucional de un acto en particular emitido en una situación en particular.

Los efectos generados por virtud de una sentencia de amparo son inter


partes, lo cual es razonable al considerarse que el juicio de amparo no busca la
protección de la totalidad de los principios constitucionales, sino que únicamente
analiza la violación a derechos fundamentales de un acto de autoridad en
concreto. Es por esto que no es factible otorgar efectos generales a una resolución
de amparo, pues el análisis de regularidad constitucional se constriñe a un
supuesto en específico, por lo que no es dable generalizar el análisis hecho de un
supuesto en particular.

Este juicio de amparo se extiende a un minucioso control de la


constitucionalidad y legalidad, el cual tiene la finalidad de evitar que los actos de
autoridades contravengan lo previsto por la constitución (control de
constitucionalidad) o las leyes que rigen en nuestra nación (control de legalidad),
limitándose a amparar a los afectados (quejosos) o no contra el acto de autoridad
que estimaron violatorio de sus derechos fundamentales. Cabe destacar que el
amparo se ha extendido de ser una herramienta de control constitucional a ser
también un juicio de control de legalidad toda vez que es un derecho fundamental
reconocido por la Constitución que las autoridades realicen una correcta aplicación
de la ley.

El referido medio de protección constitucional es un procedimiento judicial


propiamente dicho y entraña una verdadera contención entre la persona agraviada
que lo promueve y la autoridad que dicho promovente considera que ha afectado o
trata de afectar sus derechos garantizados en la Constitución, situación de
derecho que se explica mejor de la siguiente manera:

52
 El agraviado o "quejoso" asume el papel de actor en la controversia y la
autoridad designada como responsable interviene como demandada;

 La materia de la controversia es el acto concreto o la omisión de autoridad


que el interesado considera lesivo de sus derechos fundamentales;

 La decisión incumbe a los tribunales judiciales federales.

5.2 Argentina

Antes del año 1957, en la República Argentina no existía esta acción hasta


que la Corte Suprema de Justicia de la Nación la introdujo en el caso "Siri" con el
antecedente del caso "San Miguel" de 1950 con fallo en disidencia del Dr. Tomás
D. Casares. Al año siguiente el caso "Kot" añadió nuevos elementos de
procedencia del amparo. Es entonces, a partir del año 1957, sin existir ley alguna
en el orden federal, que el amparo quedó reconocido —pretorianamente— como
una garantía arraigada en la Constitución Nacional.

En 1966, se dicta la ley 16.986, sobre amparo contra actos estatales, y


en 1968 —por la ley 17.454— se incorporó al Código Procesal Civil y Comercial
de la Nación el amparo contra actos de los particulares.

Finalmente, la acción de amparo recibió rango constitucional, cuando fue


introducida en la Constitución Nacional en la reforma de 1994, creándose un
Segundo Capítulo en la Primera Parte de la misma, titulado Nuevos derechos y
garantías.

Artículo 43 (primer párrafo): Toda persona puede interponer acción


expedita y rápida de amparo, siempre que no exista otro medio judicial más
idóneo, contra todo acto u omisión de autoridades públicas o de particulares, que
en forma actual o inminente lesione, restrinja, altere o amenace, con arbitrariedad
o ilegalidad manifiesta, derechos y garantías reconocidos por esta Constitución,

53
un tratado o una ley. En el caso, el juez podrá declarar la inconstitucionalidad de
la norma en que se funde el acto u omisión lesiva.

5.3 Colombia

La acción de tutela es como se denomina un mecanismo previsto en el artículo


86 de la Constitución Política de Colombia, que busca proteger los Derechos
constitucionales de los individuos "cuando cualquiera de éstos resulten vulnerados
o amenazados por la acción o la omisión de cualquier autoridad pública".La acción
procede en algunos casos cuando se viola de manera directa ciertos derechos de
carácter fundamental, como mecanismo transitorio cuando se busca evitar un
perjuicio irremediable o en aquellos casos en los cuales no haya ningún
mecanismo idóneo para proteger un derecho fundamental

“Artículo 86. Toda persona tendrá acción de tutela para reclamar ante los
jueces, en todo momento y lugar, mediante un procedimiento preferente y
sumario, por sí misma o por quien actúe a su nombre, la protección inmediata de
sus derechos constitucionales fundamentales, cuando quiera que éstos resulten
vulnerados o amenazados por la acción o la omisión de cualquier autoridad
pública. La protección consistirá en una orden para que aquel respecto de quien
se solicita la tutela, actúe o se abstenga de hacerlo. El fallo, que será de inmediato
cumplimiento, podrá impugnarse ante el juez competente y, en todo caso, éste lo
remitirá a la Corte Constitucional para su eventual revisión. Esta acción solo
procederá cuando el afectado no disponga de otro medio de defensa judicial,
salvo que aquella se utilice como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio
irremediable. En ningún caso podrán transcurrir más de diez días entre la solicitud
de tutela y su resolución. La ley establecerá los casos en los que la acción de
tutela procede contra particulares encargados de la prestación de un servicio
público o cuya conducta afecte grave y directamente el interés colectivo, o

54
respecto de quienes el solicitante se halle en estado de subordinación o
indefensión.”

Es la garantía constitucional del derecho que tiene toda persona a la protección


judicial de sus derechos fundamentales a través de un recurso efectivo.

La constitución señala claramente que: "La protección consistirá en una orden


para que aquél respecto de quien se solicita la tutela, actúe o se abstenga de
hacerlo". El fallo, que será de inmediato cumplimiento, podrá impugnarse ante el
juez competente y, en todo caso, éste lo remitirá a la Corte Constitucional para su
eventual revisión. Esta acción sólo procederá cuando el afectado no disponga de
otro medio de defensa judicial, salvo que aquella se utilice como mecanismo
transitorio para evitar un perjuicio.

La acción de tutela una garantía Constitucional del Derecho que tiene toda
persona a la protección judicial de sus derechos fundamentales a través de un
recurso efectivo.

"En ningún caso podrán transcurrir más de diez días hábiles entre la
solicitud de tutela y su resolución, en todo caso el mecanismo de tutela siempre es
preferente y goza de prelación frente a otras actuaciones judiciales".

El marco legal se basa en el Decreto extraordinario 2591/91 de Colombia, el


cual trata del reglamento para el ejercicio de la acción de tutela.

 Objeto de la acción de tutela

Según el artículo 1 del Decreto 2591 de 1991, toda persona tendrá derecho acción
de tutela para reclamar ante los jueces en todo momento y lugar, mediante un
procedimiento preferente y sumario, por sí misma o por quien actúe a su nombre,
la protección inmediata de sus derechos constitucionales fundamentales, cuando
crean que estos resulten vulnerados por la acción u omisión de cualquier autoridad
pública o de los particulares en los casos que señale este decreto. Todos los días
y horas son hábiles para interponer la acción de tutela, siendo este un mecanismo
preferente y residual.

55
 Derechos protegidos por la acción de tutela

Según el artículo 2, del Decreto 2591 se garantizan los derechos fundamentales.


Cuando una decisión de tutela se refiera a un derecho no señalado expresamente
por la constitución como fundamental, pero cuya naturaleza permita su tutela para
casos concretos, la corte constitucional le dará prelación en la revisión en esta
decisión. Protege los derechos humanos ratificados por Colombia.

Según la Corte Constitucional de Colombia,4 el que un derecho sea fundamental


no se puede determinar sino en cada caso en concreto, según la relación que
dicho caso tenga con uno u otro derecho fundamental; es decir, la Constitución no
determina de una manera clara cuáles son los derechos fundamentales, de tal
manera que como tales no se puede considerar únicamente a los que la
Constitución de 1991 enuncia en el Capítulo I del Título II.

5.5 Chile

El recurso de amparo es una acción constitucional que cualquier persona


puede interponer ante los tribunales establecidos por la ley, a fin de solicitar que
se adopten inmediatamente las providencias necesarias para restablecer el
imperio del derecho y asegurar la debida protección al afectado, dejando sin
efecto o modificando cualquiera acción u omisión arbitraria o ilegal que importe
una privación, perturbación o amenaza a la libertad personal o seguridad
individual, sin limitaciones y sin que sea trascendente el origen de dichos
atentados.

El recurso de amparo es una manifestación de las facultades


conservadoras de los tribunales de justicia, pues busca restablecer el imperio de
los derechos constitucionales de la libertad personal y seguridad individual.

Se encuentra regulado en el artículo 21 de la Constitución Política de la


República; en los artículos 306 al 317 del Código de Procedimiento Penal y en el

56
Auto Acordado de la Corte Suprema sobre Tramitación y Fallo del Recurso de
Amparo, del año 1932.

El Código Procesal Penal no regula el recurso de amparo, sin embargo, establece


una figura autónoma denominada amparo ante el juez de garantía. Su
reglamentación se encuentra en el artículo 95 del citado cuerpo legal.

CAUSALES DEL RECURSO DE AMPARO.

 CAUSAL GENÉRICA.

El artículo 21 de la Constitución Política de la República establece que es


procedente interponer el recurso de amparo para obtener protección del afectado
frente a cualquiera acción u omisión ilegal que importe una amenaza, perturbación
o privación de la libertad personal o de la seguridad individual.

En consecuencia, el recurso de amparo sólo protege los derechos de libertad


personal y seguridad individual mencionados en el artículo 19, número 7 de la
Carta Fundamental.

 CAUSALES ESPECÍFICAS.

Conforme a los artículos 306 y 314 del Código de Procedimiento Penal, procede
en los siguientes casos:

 Si la orden de detención, prisión o arraigo proviene de una autoridad que


carece de facultades para decretarla;
 Si la orden ha sido expedida fuera de los casos previstos en la ley;
 En caso de que la orden haya sido expedida con infracción de las
formalidades legales;
 En caso de que la orden haya sido expedida sin mérito ni antecedentes; y,
 Finalmente, por cualquier demora en tomar declaración al inculpado.

Téngase presente que, no procede la interposición del recurso de amparo si se


han deducido cualesquiera otros recursos procesales ordinarios, tales como el de
reposición o apelación.

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TRIBUNALES QUE INTERVIENEN EN EL RECURSO DE AMPARO.

En primera instancia, es la Corte de Apelaciones dentro de cuyo territorio


jurisdiccional se ha dictado la orden ilegal o arbitraria, o bien la Corte en cuyo
territorio se encuentre el sujeto privado de libertad. En segunda instancia es
competente la Corte Suprema. Ambos tribunales conocen en sala y previa vista de
la causa.

PLAZO PARA INTERPONER EL RECURSO DE AMPARO.

No se contempla plazo alguno y, en consecuencia, podrá interponerse mientras se


encuentre pendiente la amenaza, privación o perturbación de la libertad o
seguridad individual.

TRAMITACIÓN DEL RECURSO DE AMPARO.

 SUJETO ACTIVO.

El sujeto activo es el afectado, que solo puede ser una persona natural. Se
interpone la acción por el afectado o por cualquier persona a su nombre, capaz de
parecer en juicio, aunque no tenga mandato para ello.

 SUJETO PASIVO.

El recurso de amparo se dirige en contra del Estado o el agresor si se le conoce,


en consecuencia puede ser cualquiera. En tal sentido, no es necesario que se
determine con exactitud la persona del ofensor.

5.6 España
El recurso de amparo constitucional, en España, es la vía de recurso que se
interpone ante el Tribunal Constitucional frente a las vulneraciones de los
derechos fundamentales recogidos en los artículos 14 a 29 y en el 30.2 de
la Constitución, causadas por disposiciones sin rango de ley, actos jurídicos o vías
de hecho del Estado, las Comunidades Autónomas y demás entes públicos
institucionales o corporativos.

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Este es un recurso de carácter subsidiario, en tanto en cuanto se prevé
como “último remedio”, pues la sede natural (y primera) para su subsanación será
la jurisdicción ordinaria. Únicamente, como excepción, es posible su interposición
directa cuando la violación provenga del Poder Legislativo.

El plazo para la interposición del recurso de amparo contra decisiones


parlamentarias es de tres meses. Los plazos para la interposición del recurso de
amparo contra decisiones gubernativas o administrativas y del recurso de amparo
contra decisiones judiciales es de veinte y treinta días, respectivamente, desde la
notificación de la resolución que pone fin a la vía judicial previa.

El recurso de amparo, en España, se encuentra regulado en los artículos


53, 161 y 162 de la Constitución, dentro del Título IX, referido «Del Tribunal
Constitucional» y en los artículos 41 a 58 de la Ley Orgánica 2/1979, de 3 de
octubre, del Tribunal Constitucional.

La ley orgánica del Tribunal Constitucional establece tres tipos básicos de


recursos de amparo, frente a las violaciones de los derechos y libertades
originadas por:

 Las decisiones o actos sin valor de Ley, emanados de las Cortes o de


cualquiera de sus órganos, o de las Asambleas legislativas de las
Comunidades Autónomas, o de sus órganos, que violen los derechos y
libertades susceptibles de amparo constitucional (art. 42 LOTC).

 Las disposiciones, actos jurídicos, omisiones o simple vía de hecho del


Gobierno o de sus autoridades o funcionarios, o de los órganos ejecutivos
colegiados de las comunidades autónomas o de sus autoridades o
funcionarios o agentes que violen los derechos y libertades susceptibles de
amparo constitucional. Estas violaciones podrán dar lugar al recurso de
amparo una vez que se haya agotado la vía judicial procedente (art. 43
LOTC).

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 Los actos u omisiones judiciales que violen los derechos y libertades
susceptibles de amparo constitucional, de modo inmediato y directo (art. 44
LOTC).

Están legitimados para interponer recurso de amparo constitucional:

 Las personas directamente afectadas o las partes en el proceso judicial


previo;

 El Ministerio Fiscal;

 El Defensor del Pueblo

Aunque con carácter general "La interposición del recurso de amparo no


suspenderá los efectos del acto o sentencia impugnados" (artículo 56.1 LOTC),
este mismo artículo permite la suspensión de tales efectos, adoptada por la sala o
sección de oficio o a instancia de parte" con dos requisitos:

 "La ejecución del acto o sentencia impugnados produzca un perjuicio al


recurrente que pudiera hacer perder al amparo su finalidad".

 "La suspensión no ocasione perturbación grave a un interés


constitucionalmente protegido, ni a los derechos fundamentales o libertades
de otra persona".

También pueden adoptarse medidas provisionales.

Para aplicar estas medidas, debe concederse audiencia a las partes y


al Ministerio Fiscal por plazo común de tres días (artículo 56), y podrá solicitarse
informes o imponerse fianzas o cauciones. Estas medidas pueden ser modificadas
a lo largo del procedimiento (artículo 57).

Los artículos 51 y 52 LOTC regulan el procedimiento del recurso de amparo:

Artículo 51.

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Uno. Admitida la demanda de amparo, la sala requerirá con carácter
urgente al órgano o a la autoridad de que dimane la decisión, el acto o el hecho, o
al Juez o Tribunal que conoció del procedimiento precedente para que, en plazo
que no podrá exceder de diez días, remita las actuaciones o testimonio de ellas.

Dos. El órgano, autoridad, Juez o Tribunal acusará inmediato recibo del


requerimiento, cumplimentará el envío dentro del plazo señalado y emplazará a
quienes fueron parte en el procedimiento antecedente para que puedan
comparecer en el proceso constitucional en el plazo de diez días.

Artículo 52.

Uno. Recibidas las actuaciones y transcurrido el tiempo de emplazamiento,


la sala dará vista de las mismas a quien promovió el amparo, a los personados en
el proceso, al Abogado del Estado, si estuviera interesada la Administración
Pública, y al Ministerio Fiscal. La vista será por plazo común que no podrá exceder
de veinte días, y durante el podrán presentarse las alegaciones procedentes.

Dos. Presentadas las alegaciones o transcurrido el plazo otorgado para


efectuarlas, la Sala podrá deferir la resolución del recurso, cuando para su
resolución sea aplicable doctrina consolidada del Tribunal Constitucional, a una de
sus Secciones o señalar día para la vista, en su caso, o deliberación y votación.

Tres. La Sala, o en su caso la Sección, pronunciará la sentencia que


proceda en el plazo de 10 días a partir del día señalado para
la vista o deliberación.

La sentencia puede otorgar o denegar el amparo (artículo 53 LOTC). Si otorga


el amparo, el fallo puede consistir (artículo 55.1 LOTC) en:

 La mera declaración de nulidad del acto, omisión o vía de hecho que haya


vulnerado derechos fundamentales. El Tribunal Constitucional resuelve
sobre el fondo del asunto, sustituyendo al órgano a quo, cuando la
vulneración de derechos fundamentales fue sustantiva. Si tenía carácter
procesal la vulneración, reenvía el caso al momento inmediatamente

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anterior a aquel en que se produjo la vulneración, salvo que fuese en
la sentencia firme, en cuyo caso el TC resolverá sobre el fondo.

 El reconocimiento del derecho o libertad pública.

 El restablecimiento del recurrente en la integridad de su derecho mediante


la adopción de las medidas adecuadas. La doctrina ha discutido si
el Tribunal Constitucional puede conceder indemnizaciones.
Tradicionalmente, el TC había rechazado tal posibilidad, aplicando por
analogía el artículo 58.1 LOTC, a cuyo tenor "Serán competentes para
resolver sobre las peticiones de indemnización de los daños causados
como consecuencia de la concesión o denegación de la suspensión los
Jueces o Tribunales, a cuya disposición se pondrán las fianzas
constituidas". Sin embargo, este artículo solo se refiere a la suspensión.
Pero recientemente el TC ha concedido indemnizaciones (Sentencia
221/2004).

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