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INSTITUTO TECNOLÓGICO DE LAS AMÉRICAS

Ángel Andrés Ortega

2020-10889

Elisia Yoelkis G. Burgos


Populismo.

Es una expresión polisémica que utilizan algunos especialistas, periodistas y políticos para
calificar a movimientos o expresiones políticas de América Latina como «populistas». En
muchos casos la expresión es utilizada con un sentido peyorativo por grupos opositores en
el marco de la competencia política.

El concepto de populismo ha sido abordado principalmente desde el campo disciplinario de


las Ciencias Sociales. Algunos sociólogos y politólogos han analizado un sinnúmero de
casos de los países que en América Latina transitaron por sistemas de Gobierno que
calificaron de populistas, pertenecientes a las más diversas corrientes políticas.

En los años noventa, diversos científicos sociales emprendieron una revisión del término
«populismo». Carlos de la Torre, profesor en la Universidad de Kentucky en Estados
Unidos, detectó que el concepto «populismo» no solo era amplio sino además ambiguo.
Para algunos estudiosos recopilados en el libro El populismo en España y América, los
abordajes de esta categoría establecidos hasta entonces eran estáticos, lineales,
desarrollistas e incluso maniqueos. En ese mismo libro los artículos cuestionan el uso de la
expresión «populismo» qué hicieron Gino Germani, Torcuato di Tella y Octavio Ianni,
sosteniendo se limitaban a reflexionar la verticalidad de la relación entre los líderes
carismáticos y las «masas» en términos de dominación, modernización, dependencia y
desarrollo. Según el mismo libro, los textos de aquellos especialistas estaban siempre
plagados de términos económicos: exportaciones e importaciones, migración campo-
ciudad, trabajadores, oligarquías, sectores, estructura socioeconómica, lo que para ellos
hace evidente que se había producido un modelo para explicar macroestructuralmente la
existencia del populismo.Los autores que participan del citado libro ponderaron entonces la
participación de aquellos actores que desde sus consideraciones originaban el fenómeno
del populismo y pensaron a los individuos involucrados en términos de sujetos dotados de
múltiples aspiraciones y capacidades reflexivas frente al determinismo socioeconómico.
Paulatinamente, el incremento de los estudios culturales empezó a tener presencia en el
ambiente académico de las Ciencias Sociales en general y en el tema del populismo en
particular. Conceptos procedentes de la antropología como visión del mundo, creencias, de
la psicología como ethos, de la lingüística como discurso, y de la sociología como acciones,
aparecieron en la reflexión del tema. Con ese bagaje se privilegiaba la personalidad de los
actores explicada por ellos mismos, es decir, de qué manera se concebían a sí mismos.

Populismo en República Dominicana.


El populismo es un fenómeno que históricamente ha afectado sociedades con niveles de
desarrollo muy desiguales, en circunstancias históricas determinadas y en épocas muy
distintas. Es un fenómeno complejo y polifacético que ha estado presente en la historia
política de muchos países de América Latina. Una de las fases históricas de la evolución de
este concepto es el llamado populismo clásico que se desarrolló en América Latina entre la
pos-crisis económica de 1929 y la década de los años 60. En República Dominicana la
dictadura de Trujillo (1930-1961) se sitúa en ese mismo período histórico en que el
populismo clásico se desarrolló en América Latina. En este artículo se examina el régimen
de Trujillo desde los postulados que definen el populismo clásico. Estudiando a los
principales autores del populismo clásico y a los historiadores dominicanos, se analiza el
contexto en el que surge y el discurso y las prácticas que desarrolló el régimen de Trujillo, a
partir del liderazgo autoritario, mesiánico y personalista, las políticas de industrialización vía
sustitución de importaciones, el discurso sobre el pasado, la clase obrera y el campesinado,
la movilización del pueblo y el manejo de un discurso de carácter nacionalista.

Clientelismo.
El clientelismo plantea relaciones informales de intercambio recíproco de favores y
mutuamente beneficios entre dos sujetos en la cual existe la diferencias de poder y control
de recursos. En la misma existe un patrón y un cliente. El patrón proporciona bienes
materiales, protección y acceso a recursos diversos y, el cliente ofrece en cambio servicios
personales, lealtad, apoyo político o votos.

En la dinámica social el clientelismo tiene facetas diferentes, pero el clientelismo político


adquiere relevancia por sus implicaciones en la dinámica de la sociedad y sus instituciones.
Es una práctica oculta e informal que no está regulada legalmente, en la cual, el objeto del
intercambio son los recursos públicos o del Estado.

Clientelismo en R.D

En la República Dominicana el clientelismo político, en las últimas décadas, se ha


convertido en una práctica cotidiana y normal. Impulsada por la clase gobernante. Corroe y
socava el sistema democrático, penetrando los más importantes estamentos del Estado.
Desvirtúa la misión de servicios y de interés público de las instituciones, infringiendo los
aspectos técnicos de gestión, pues, se convierten en reservorios clientelares.

El clientelismo político es una actividad propia de políticos inescrupulosos, no tiene


ideologías, programas o agendas sociales. Como practica apartada del derecho y la moral
social está indisolublemente ligada a la corrupción tanto en el quehacer político, institucional
como en el social.

Facetas del clientelismo en el país

1- Institucional:

a) El Congreso Nacional, el más importante poder del Estado, llegan las intríngulis del
clientelismo político: de las 32 senadurías esparcidas en la geografía nacional, el Partido de
la Liberación Dominicana se reservó 26. Todas las reservaciones de candidatos a
senadores fueron seleccionados por el presidente del partido, presidente de la república y
aspirante a la reelección. Disposición esta, que quebranto reglamentos de carácter
electoral de la organización política y consecuentemente enajeno al conglomerado
partidario de valorar y selecciona libérrimamente los candidatos a senadores de la
organización. Otros tantos hizo, en la otra parcela, la Comisión Política del Partido
Revolucionario Dominicano.

b) Las alianzas concertadas entre partidos políticos está fundamentada en el reparto de


erario público asignados a las instituciones y ministerios. De los modelos clientelares de
este tipo existen iconos referenciales por todas partes.

2- Social: el clientelismo político tiene como caldo de cultivo la pobreza, el más relevante
segmento social en término numérico. Pobreza es la incapacidad de satisfacer necesidades
básicas: alimentación, agua potable, vivienda, educación básica y atención sanitaria
esencial. Es el medio apropiado, de necesidades impostergables, para ambos, el patrón y el
cliente, realizar la gran labor proselitista de ganar adeptos y votos. En este intercambio
desigual el pobre es el gran perjudicado porque su condición socioeconómica se mantiene
igual o empeora.

Es así como el clientelismo político y su aliado, la corrupción, engullen cantidades


descomunales de recursos. Se lo sustraen a la inversión social. Es ahí donde está, en gran
medida, la causa-efecto de la prevalencia de la pobreza en la Republica Dominicana.

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