TÉSIS SOBRE LA EXIGIBILIDAD DE LOS DEREECHOS, ECONÓMICOS,

SOCIALES Y CULTURALES.
MARTINEZ DE LA CRUZ, Raúl
Breve resumen de las cuatro posiciones principales.
1. TÉSIS HISTÓRICA. - en particular, de historia de los derechos. Los derechos
sociales serian conforme a ella derechos de segunda o tercera generación,
cronológicamente posteriores a los llamados derecho civiles y políticos. Para
algunos esta fórmula tendría un simple valor descriptivo y sólo intentaría hacer
visible el recorrido histórico que condujo al reconocimiento positivo de estos
derechos en constituciones y tratados internacionales. Otros han procurado en
cambio otorgarle connotaciones prescriptivas. Así, donde los derechos sociales no
se hubieran materializado, bastaría con confiar en el inexorable impulso de
evolución histórica, de la lógica garantista o del crecimiento económico para que
ello acabe por ocurrir.
2. TÉSIS NORMATIVA O FILOSOFÍA DE LOS DERECHOS. – el
fundamento inmediato de los derechos civiles y políticos sería el principio de
dignidad de la persona. Los derechos sociales, por su parte, sólo estarían ligados
de manera inmediata y atemperada a ese valor, lo que justificaría una tutela
debilitada. Esta tesis axiológica admite una formulación complementaria los
derechos civiles y políticos serían, ante todo, derechos de libertad, y contribuirían,
entre otras cuestiones, a preservar la seguridad personal y la diversidad política y
cultural de una sociedad. Los derechos sociales, por el contrario, estarían
conectados, de manera fundamental, con el principio de igualdad, y su satisfacción
tendría que ver, sobre todo, con la protección de la homogeneidad social. Escoger
entre unos u otros derechos, en definitiva, equivaldría a pronunciarse de manera
prioritaria por algunos de los valores en juego: igualdad o seguridad; igualdad o
libertad; igualdad o diversidad.
3. TÉSIS ABSTRACTA. - Sostiene que entre un tipo de derechos y otra media una
diferencia estructural tajante que impide asignarles mecanismos similares de
protección. Así, incluso quienes rechazaran las dos primeras tesis deberían
rendirse ante la evidencia: al contrario de lo que ocurre con los derechos civiles y
políticos, los derechos sociales llevarían gravado un código genético-el ser
derechos prestacionales, caros, de indeterminada configuración y de incidencia
colectiva- que dificulta su tutela.

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Alumno del XI Ciclo de la Carrera profesional de Derecho de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo,
Presidente del Centro de Estudios e Investigación Jurídica Vox Iure de la Facultad de Derecho de la
UNPRG, Investigador para la Revista Vox Iure de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la UNPRG,
Escribe para la Revista Gaceta Penal y Procesal Penal de la Editorial Gaceta Jurídica, escribe para la Revista
Actualidad Jurídica( área civil y procesal civil) de la Editorial Gaceta Jurídica; Alumno perteneciente al
quinto superior de la Carrera profesional de Derecho; Ha participado en el III Contienda de derechos
Fundamentales organizado por la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú;
Secigrista en la Corte Superior de Justicia de Lambayeque, ha estudiado Curso de Introducción a los
Derechos Humanos por la Universidad de Ginebra- Suiza, Curso de redacción de tesis por la Universidad
Autónoma de México, curso de saber penal y criminología dictado por el emérito profesor Eugenio Raul
Zaffaroni.
4. SUELE PRESENTARSE COMO EL COROLARIO OBLIGADO DE LAS
ANTERIORES Y SE INSTALA MÁS BIEN EN EL PLANO DE LA
DOGMÁTICA JURÍDICA, es decir, en la manera en que los diferentes
ordenamientos jurídicos recogen y tutelan los derechos en cuestión. Si los
derechos sociales- se argumenta desde esta perspectiva-son derechos secundarios
en el plano axiológico y presenta, en el plano teórico, una estructura totalmente
diferenciada de los derechos clásicos derechos civiles y políticos, es lógico que la
mayoría de ordenamientos jurídicos contemporáneos les haya dispensado una
protección menor. La conclusión de este razonamiento es conocida: los derechos
sociales no serían derechos fundamentales ni derechos judicialmente exigibles,
sino simples principios programáticos cuya operatividad quedaría supeditada a la
libre configuración del legislador de turno.