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Año:2019
El autor realiza un análisis de las letras de grupos de rock y hace referencias a la forma de vida, vestir y
en algunos casos de pensar de los jóvenes de la época. Se analiza de una forma completa las letras y lo
que llegaron a representar, sin embargo, el texto se siente algo incompleto como si faltara una premisa
mas para darle un mejor cierre
El trabajo realizado por Julio César Espinosa Hernández de nombre “Les caemos por la espalda y los
demás por el costado…: violencia juvenil en la ciudad de México y sus representaciones en el rock (1980-
1990)” hace una crítica muy específica acerca de cómo algunas canciones realizadas por grupos de rock
muestran como los jóvenes eran tratados y abusados por las autoridades de la cuidad como en el caso
específico de una canción de la maldita vecindad “apañon”donde describe como un joven por contestar
a la autoridad es golpeado, robado y rapado solo por ser un adolescente.
Otro punto a rescatar es el análisis de dos canciones de rock urbano “el no lo mato” del grupo Haragán
donde se narra la historia de un joven que fue asesinado por un oficial de policía, pero no se culpa al
oficial sino a la sociedad donde el joven vivía ya que creció entre golpes, violencia, robo y una gran falta
de educación, por otro lado en otra canción “dios salve a las bandas “de la banda Bostik se hace una
critica a la violencia que ejercían las pandillas entre si y narra la historia de una pelea campal entre dos
pandillas asi como el uso de drogas algo que la banda de rock criticaba y pedía que dejara de realizarse
Por otra parte, el autor hace una pequeña investigación acerca de las mas de 300 pandillas que existían
en la ciudad. Mostro en su investigación que existían pandillas conformadas por niños y adolescentes de
7 a 24 años que tenían que reunirse para poder sobrevir en una ciudad que los rechazaba, así como
existieron pandillas conformadas por mujeres en su totalidad. Otro punto de esta investigación fue la
creación del Consejo Popular Juvenil (CPJ) que inicio algunos acuerdos entre pandillas. Los acuerdos
logrados por el CPJ fueron reducir la violencia y los asaltos dentro de las colonias, no cometer violaciones
en contra de las mujeres, exigir un cese a la represión de las pandillas e impulsar proyectos culturales y
deportivos que alejaran principalmente a los niños del consumo de drogas y los acercaran a una mejor
formación educativa. Para aquel momento, muchos jóvenes ya tenían claro cuáles eran sus
inconformidades deseaban progresar a través del trabajo o el estudio para dejar de “vivir al día”,
buscaban que se les dejara de considerar delincuentes sólo por pertenecer a un estrato social.