Introducción............................................................................................... 7
Josefina Callicó López | Evaristo Jaime González Robles
7
volumen. Por ello, el Comité Editorial conformado ex profeso por acadé-
micos decidió dividirlos en dos tomos para su publicación, con el objetivo
de difundir más eficientemente los trabajos ahí presentados.
Este Primer Tomo de la obra titulada Jóvenes y violencia en Jalisco.
Un enfoque multidisciplinario trae al lector un total de veinte trabajos,
seleccionados y evaluados, por una comisión dictaminadora, bajo el prin-
cipio de pares ciegos, que cubren la mayor parte de los temas que se abor-
daron.
Mención especial merece el tema de La Música como Instrumento de
Cambio: los académicos y músicos que participaron en esa mesa del Foro,
además de reflexionar sobre la relación entre la música y la violencia, nos
participaron las valiosas experiencias tanto de otros países como de un
muy exitoso programa piloto en una colonia de Guadalajara. Desde ahora
podemos adelantarnos a proponer la ampliación de la enseñanza de la
música, particularmente a los niños y a los muy jóvenes, como una forma
de prevenir que estos asuman que su única alternativa de vida consiste en
participar en actividades delictivas. Existen muchos casos a nivel interna-
cional que nos permiten afirmar, sin lugar a duda, que la inversión que se
realice en extender y generalizar la enseñanza de la música tendrá conse-
cuencias altamente benéficas a mediano y largo plazo.
Justamente, en este Segundo Foro, como actividad cultural, orga-
nizamos, con el apoyo del Mtro. David Cuauhtémoc Zaragoza Núñez,
un magnífico recital en donde los asistentes al Aula Magna de la Cente-
naria Escuela Preparatoria de Jalisco pudimos ser testigos de los cambios
emocionales que experimentamos los seres humanos con la música. Parti-
ciparon en este recital: la Maestra Emérita de la Universidad de Guada-
lajara, Leonor Montijo Béraud al piano, acompañada al violín por el Dr.
Konstantin Zioumbilov, maestro de la Escuela de Música también de la
Universidad de Guadalajara; el Maestro Jorge Luis Godínez Castellanos,
catedrático de la Escuela de Música del Instituto Cabañas y de la Escuela
de Música Sacra en Guadalajara, acompañante de la Mezzosoprano Edna
Patricia Alatorre Lobato, nieta del Maestro Emérito Domingo Lobato y,
cerrando con broche de oro, la Orquesta de Cámara Higinio Ruvalcaba
cuyos directores son el Dr. Vladimir Milchtein y el Dr. Konstantin Zioum-
bilov, con 22 músicos. Queremos expresar a todos ellos un enorme reco-
introducción 9
Desde luego, agradecemos su aportación financiera al Supremo Tribunal
de Justicia de Jalisco para la edición y publicación de este Primer Tomo,
así como el brindarnos todo su apoyo para la realización de algunas de las
mesas de este Segundo Foro. Muchas gracias también a las otras Sedes,
la Casa de la Cultura Jurídica “Ministro Mariano Azuela Rivera” y el
Congreso del Estado, por su colaboración en la realización de los trabajos
de este interesante encuentro. Finalmente, deseamos expresar nuestro reco-
nocimiento al Mtro. Itzcóatl Tonatiuh Bravo Padilla, Rector General de la
Universidad de Guadalajara, por su apoyo para que este libro vea luz rápida
y eficientemente.
Rogelio Marcial1
Palabras iniciales
11
Después de numerosos estudios sobre la juventud mexicana contempo-
ránea podemos deducir que los problemas más lacerantes que afectan a este
sector social (violencias, desempleo, inseguridad, migración, deserción
escolar) tienen que ver con fallas del modelo estructural vigente. Pueden
destacarse dos en concreto: primero, la falta generalizada de empleos
formales y con seguridad social; segundo, la corrupción e impunidad que
reina en las estructuras políticas y empresariales en todos los niveles. Esto
trae una sencilla pero avallasadora consecuencia: las jóvenes no logran
vislumbrar proyectos de futuro seguros y asertivos para su emancipación
social dentro de sus trayectorias biográficas. No pueden planear sus vidas
e invertir sus esfuerzos para lograr sus objetivos en una sociedad en la
que las condiciones de bienestar y seguridad están ausentes. Y cuando se
pierde esta visión de futuro, las actividades de riesgo, las “salidas fáciles”
y los placeres coyunturales resultan las ofertas más atractivas, aun cuando
se sabe que se esté transitando por veredas propias de la paralegalidad e,
incluso, de la ilegalidad.
Sabemos que para nuestra organización social, las decisiones centrales
se toman en los lobbies de la política formal de acuerdo a los lineamientos
exigidos por organismos internacionales como la OCDE, el FMI, el BID,
la OMC, el BM, etc., para permitir a las naciones endeudadas ser evaluadas
positivamente y mantener esta relación perversa de financiamiento/endeu-
damiento. Las repercusiones de esta relación finalmente las sufre la
sociedad civil mediante el despojo de tierras a sus pobladores originales,
la privatización de servicios que deben ser cubiertos por el Estado, la falta
de representatividad de todas las fuerzas e ideologías sociales dentro de la
política formal, la enajenación de bienes públicos y su uso irresponsable
por parte de funcionarios, el alejamiento del Estado de sus compromisos
inherentes a favor del bienestar social e, inclusive, la delegación de deci-
siones que afectan directamente a la soberanía de cada nación del sur del
globo terráqueo.
Cada vez más es evidente que los espacios políticos formales para la
toma de decisiones (Congresos, Cámaras, Comisiones) son meros teatros en
los que se escenifican procesos democráticos y representativos de “todas”
las fuerzas sociales para legitimar decisiones tomadas a espaldas de la
población y acordadas de antemano por un número reducido de personajes
12 rogelio marcial
político-económicos con intereses muy particulares, ligados a los intereses
provenientes más allá de nuestras fronteras nacionales, que se imponen
como si fueran los intereses de la población en su conjunto. Dentro de todo
este contexto, millones de jóvenes actúan dentro de los márgenes en los
que se les permite mover so pena de ser violentamente reprimidos si los
transgreden, lo cual sucede cada vez con mayor frecuencia.
2 El mejor ejemplo de esto sucedido no sólo en México sino en otros países iberoamericanos. Es
el estigma hacia aquellos jóvenes que por esas desigualdades e inequidades estructurales no tienen
acceso al empleo y a la educación, y que fueron calificados como “Ninis” (ni estudia, ni trabaja)
desde el gobierno y los medios masivos de comunicación. Lo que buscó perversamente culpabi-
lizar a estos jóvenes de su situación concibiéndolos como “holgazanes” que individualmente “no
se les deba la gana” realizar alguna o ambas actividades. Cuando el origen de esta realidad tiene
que ver más bien con fallas estructurales de falta de empleo formal y lugares suficientes en las
instituciones de educación básica, media y superior.
14 rogelio marcial
La gente que pide constantemente la intervención del gobierno está echando la
culpa de sus problemas a la sociedad. Y, ¿sabe usted?, no hay tal cosa como la
sociedad. Hay individuos, hombres y mujeres, y hay familias […] no hay tal cosa
como el derecho. Y ningún gobierno puede hacer nada si no es a través de la gente,
y la gente primero debe cuidar de sí misma. Es nuestro deber cuidar de nosotros
mismos y después, también, cuidar de nuestros vecinos (Tatcher, 1987).
16 rogelio marcial
contubernio con quienes nos deben proteger y garantizar nuestros derechos
fundamentales.
Por otra parte, el segundo proceso de control hacia la juventud tiene que
ver con la criminalización de la pobreza, el cual desde la crisis económica
de los años ochenta del siglo xx ha construido una mirada de alerta hacia el
pobre, el que carece de lo más elemental, porque puede “arriesgarlo todo” en
cualquier momento. Por eso también hay que identificarlo para controlarlo
y reprimirlo a través de la marcación de características corporales (raciales
y de vestimenta), al estilo del racial profile en los Estados Unidos que
funciona como un agravante y siembra sospechas en determinados sectores
empobrecidos de la población tan solo por ser pobres. Y finalmente está
un tercer proceso de criminalización de la disidencia social, viene desde la
llamada “guerra secreta” de hace cinco décadas y actualmente tiene que ver
con las medidas impuestas desde los Estados Unidos enmascaradas en una
supuesta lucha contra el terrorismo internacional, que aún en regiones muy
distantes, “pone en peligro” su seguridad nacional y por ello se justifican
las intromisiones en otros países y las medidas represivas hacia quienes
disienten políticamente de estas miradas globales y neoliberales. Bajo esta
trampa se han consolidado procesos de criminalización hacia los movi-
mientos sociales que desatan una fuerte represión y que imputan delitos
como “daños a la nación”, “sedición”, “terrorismo”, “subversión”, “inci-
tación a la guerra” a quienes expresan, desde sus derechos más elemen-
tales, sus desacuerdos políticos, sus manifestaciones públicas y sus posibi-
lidades de reunirse, organizarse y expresarse al respecto. Tales “delitos” en
México son catalogados como “graves” y muchas veces quienes participan
en marchas y mítines son inculpados (además con procesos judiciales
llenos de trampas e irregularidades) haciéndose acreedores a sentencias
de encierro muy prolongadas y sin derecho a fianzas. Así las cosas, aquel
joven de estratos empobrecidos que decide, con todo derecho, a manifestar
su disentimiento social es un sujeto “altamente peligroso” y objeto de la
represión institucional más cruenta: Ayotzinapa nos viene gritando desde
hace un año y medio en este sentido. Todo lo anterior queda “blindado” a
partir de los medios masivos de comunicación en nuestro país (específica-
mente lo que se ha llamado el duopolio televisivo: Televisa y TV Azteca),
3 Se hace referencia al caso de un inmueble, una residencia, cuyo valor alcanza los 7 millones y
medio de dólares, propiedad del Presidente Enrique Peña Nieto. Al llegar este caso a los medios de
comunicación, el gobierno mexicano argumentó que la casa había sido comprada por la esposa del
Presidente, Angélica Rivera, gracias a su salario como actriz profesional de Televisa. En realidad,
esto nunca se comprobó fehacientemente.
18 rogelio marcial
cuencias de su presencia en sociedad. Las construcciones discursivas de los
representantes del poder institucional y de los medios masivos de comuni-
cación suelen instalarse socialmente aparentando que son las únicas y que
son muy certeras en sus visiones sobre los jóvenes, y sobre las acciones
que se llevan a cabo hacia ellos (desde las inocuas e inoperantes políticas
públicas hasta las cruentas acciones represivas).
Los jóvenes también dan su versión de los hechos, pero sus cons-
trucciones discursivas suelen ser invisibilizadas y desestimadas por las
instituciones de la sociedad. Es necesario, estoy convencido, posicionar
también un discurso proveniente de la academia que aporte un conocimiento
certero sustentado en la teoría social. Su función debe ser anteponerse a
esos discursos oficiales claramente tendenciosos y falaces provenientes del
mundo institucional y, muchas veces, desde la racionalidad y moralidad
de los representantes del poder público que olvidan que deben gobernar
para todos, incluyendo a la amplia diversidad juvenil que hoy caracteriza a
muchas de las ciudades del mundo occidental.
En tal contexto, las instituciones más importantes (educativas, reli-
giosas, culturales y políticas) se encuentran fuertemente desafiadas por
parte de los jóvenes (pero no sólo por ellos). Las escuelas sirven hoy
a muchos jóvenes solo para ver a sus “cuates” (amigos). No les repre-
senta seguridad alguna para la movilidad social mediante la obtención de
grados académicos, y las pedagogías existentes les presentan una escuela
sumamente aburrida y totalmente desvinculada con la realidad que viven
cotidianamente. A pesar de que muchos profesan creencias religiosas, las
juventudes contemporáneas suelen distanciarse de las iglesias y de sus
representantes, no coinciden con buena parte de sus valoraciones morales
y éticas, y se alejan cada vez más de los recintos dedicados a los rituales de
culto. Las instancias oficiales dedicadas a la cultura y el acceso a ésta por
parte de las juventudes suelen trabajar sin interesarse en lo mínimo en lo
que le interesa a los jóvenes y suelen juzgar sus propuestas culturales como
“nada interesantes”, “peligrosas”, “copiando cosas que no son de México”
y que “poco” o “nada” contribuyen a la exaltación de “nuestra cultura” (sea
lo que sea esto). Los partidos políticos, los sindicatos y buena parte de las
organizaciones civiles suelen imprimirles desconfianza y desinterés; son
quienes peor la libran en los imaginarios sociales de estas juventudes de
20 rogelio marcial
El resquebrajamiento o desarticulación de las trayectorias juveniles
otrora más certeras, que con el Estado benefactor de décadas anteriores
allanaron un camino lineal y coherente de inserción social juvenil, cuyo
inicio arrancaba en la familia parental (en su calidad de hijos e hijas),
lo que les permitía acceder a la educación formal (escuela) y con ella al
mundo laboral, y que les llevaba hasta la posibilidad real de conformar
una familia propia (como jefes de familia), ha dejado de funcionar. Hoy
en día que los menores pertenezcan a una unidad familiar no les garantiza
(aunque así lo diga nuestra Constitución) su inserción en el sistema educa-
tivo. Que logren concluir estudios y obtener certificados (aún de posgrado)
no les garantiza un empleo con salario digno y prestaciones de ley. Y que
cuenten con un empleo informal o formal tampoco les asegura el ahorro
y la planeación de su futuro como ciudadanos emancipados y padres de
familia. Ello provoca incertidumbres y dudas de millones de jóvenes sobre
su presente y su futuro.
Lo anterior porque enfrentan cotidianamente situaciones que provocan
procesos en los que muchos jóvenes no logran ubicarse socialmente en
el presente, ya que el núcleo familiar también se desquebraja ante las
presiones económicas de su entorno por conseguir los ingresos necesarios
para la reproducción doméstica, debido a sueldos insuficientes y horarios
extenuantes. Ante esta falta de sentido del presente y carencia de proyectos
a futuro, muchos jóvenes en América Latina optan por vivir intensamente
su juventud y en buena parte de los casos ello conduce a detectar y prac-
ticar conductas de riesgo en las que las violencias están latentes.
Existen factores que propician las violencias. La zona metropolitana
de Guadalajara, por ejemplo, ha presenciado un proceso caótico e incierto
de crecimiento urbano, que no sin dejar enormes ganancias a ciertos
actores sociales (funcionarios políticos, fraccionadores urbanos, inmobi-
liarias, concesionarios del transporte urbano, inversionistas, consultores y
asesores, entre otros), han desarrollado una ciudad con pocos o nulos espa-
cios que propicien la convivencia social. Esto no solo ayuda en sus labores
al crimen organizado, sino que han provocado inconformidades de muchos
de sus habitantes ante el hecho de no poder disfrutar su ciudad, sino más
bien sufrirla cotidianamente. Tal proceso puede rastrearse hasta los años
22 rogelio marcial
la inequidad de género en relaciones de amistad, amorosas y sexuales, que
ponen en riesgo día a día tantos a unos como a las otras. Aunque siempre
son ellas las más afectadas en esta temática (Marcial, 2012 y 2013).
El incumplimiento del rol asociado al varón en tanto proveedor
económico, debido a la precaria situación laboral (en general, pero que
afecta en particular y con mayor fuerza a los jóvenes), ha provocado que
en sus complejos procesos de socialización los varones demuestren su
masculinidad a partir de actitudes y conductas agresivas, de imposición
por la fuerza. Pero ante esta precarización laboral, las mujeres cada vez
más exigen su derecho a ser proveedoras, aunque en no pocas ocasiones
rivalizan con los varones desde la lógica de la agresión y la imposición
por la fuerza. Así, se percibe un proceso de masculinización de las expre-
siones de mujeres jóvenes, en los que las agresiones físicas cada vez son
más frecuentes y más violentas. Las mujeres buscan ser reconocidas por
sus pares varones siendo tan agresivas y violentas como ellos (Marcial y
Vizcarra, 2014 y 2017).
Por su parte, en Guadalajara y su zona conurbada se presentan también
factores que detonan las violencias en los jóvenes al momento de competir
entre ellos por ciertos espacios sociales e imágenes de prestigio (barras
de fútbol, barrios y pandillas, bullying o acoso escolar, etc.). Las incerti-
dumbres y abandonos dentro del seno familiar, ocasionados actualmente
en mayor medida por las limitadas posibilidades de reproducción familiar
entre las clases empobrecidas debido al modelo económico que obliga a
los padres de familia a estar buena parte del día fuera del hogar, impulsa
a los jóvenes a buscar oportunidades de convivencia y recreación con sus
pares en las calles, en las esquinas, en los parques, en las plazas comer-
ciales. Cuando se enfrentan a problemáticas específicas que les afectan
en demasía (problemas de conducta o rendimiento en escuelas, ofreci-
miento de sustancias permitidas y prohibidas para su consumo, iniciación
y factores de protección en su vida sexual, opciones legales, paralegales e
ilegales de ingresos económicos, etc.), las soluciones aparentemente más
adecuadas se toman según las experiencias de sus amigos, de “conocidos”,
de lo que encuentran en Internet, de lo que escuchan entre otros jóvenes
similares. El abandono social que ocasiona la nula generación de infor-
mación fidedigna, científica y objetiva ante estas realidades (sin tapaojos
24 rogelio marcial
dios sobre la violencia callejera y en las escuelas, la violencia de género
e intrafamiliar, la violencia durante el noviazgo, y las violencias en los
espacios públicos de nuestra ciudad.
Por parte de la sociedad civil organizada, algunos grupos han buscado
los mecanismos para dotar de herramientas resilientes a los jóvenes tapa-
tíos. Los casos más evidentes en Guadalajara son Barrios Unidos en
Cristo, que ha trabajado incansablemente desde la religión católica para
contener la violencia callejera entre jóvenes pandilleros. Ejemplo de ello
es el Colectivo Ollin, que lleva 20 años de trabajo en la ciudad sobre la
capacitación y difusión de los derechos sexuales juveniles. Otras inicia-
tivas son Ciudad Alterna, Tianguis Cultural de Guadalajara, GDL en bici,
Ciudad para Todos. Estas han avanzado en la organización, manifestación
y elaboración de propuestas referidas a formas más armónicas, eficientes,
autogestivas, económicas e inclusivas de vivir y disfrutar la ciudad. Su
acción se ha centrado en problemáticas como la movilidad urbana, la crea-
ción de espacios culturales y artísticos, la rendición de cuentas por parte de
las autoridades locales, y la difusión de los derechos ciudadanos entre la
población de la ciudad (Morfín, 2010).
Palabras finales
26 rogelio marcial
hablar de estos temas no sucederán, dejamos a los jóvenes a la deriva y
expuestos a la información que tengan a la mano, la cual se reduce hoy en
día a sus pares (sus compañeros y compañeras) y a Internet. Y sabemos de
sobra que en ambos casos no solo encuentran una información adecuada.
Referencias bibliográficas
28 rogelio marcial
Capítulo 2.
La vida dura. Narrativas juveniles
en el confinamiento en Jalisco
I. Introducción
Es innegable que la violencia está cada vez más presente en nuestras vidas.
Ésta ya no es vista como un asunto lejano y evanescente, que, aunque
funesto, resulta ajeno. Más bien, el campo que hoy abarca lo violento
tiende a enraizarse con mayor firmeza en el plano de la vida cotidiana.
De acuerdo con lo reportado en las diferentes ediciones de la Encuesta
Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública, reali-
zada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) se tiene
que en el 2015 el 73.3 % de los mexicanos consideraba inseguro su entorno
inmediato. En buena medida, es probable que lo anterior se explique, por
ejemplo, debido a la tasa de prevalencia delictiva observada por cada 100
mil habitantes: a nivel nacional ésta ascendía, para el año mencionado,
a 28 202 delitos (en 2010 ésta era del orden de 23,993 por cada 100 mil
habitantes. Ello implica un incremento cercano al 18 % en poco más o
menos un lustro). Estas cifras constituyen un dato alarmante. No obstante,
se tornan aún más espinosas cuando se toma en cuenta que el sector juvenil
de la población mexicana –considerado el principal motor del desarrollo
del país– es al mismo tiempo tanto quien más padece la violencia como
quien más la ejerce.
En este punto es pertinente recordar que en el 2015 había más de 166
000 personas confinadas en dichos centros. Casi la mitad de éstos tenían
entre 18 y 29 años. Ello equivale al 44% del total de esta población. Hay
algunas variaciones, pero esta tendencia se observa también en las distintas
entidades federativas. Con base en estas cifras es posible afirmar que lo
29
violento en México tiene un fuerte componente anclado en lo juvenil;
lo cual requiere ser comprendido en su especificidad. ¿Cómo se vive al
interior de los centros penitenciarios? ¿Qué modelos de atención se brindan
y por quién? ¿Qué expectativas laborales y/o educativas tienen los jóvenes
al egresar de tales centros? Con esta intervención se pretende aportar
elementos que abonen en las posibles respuestas a estas interrogantes. Así,
para efectuar el análisis, en este documento se recurre a tres ejes clave,
los cuales están profundamente relacionados entre sí: 1. La implementa-
ción del llamado Nuevo Sistema de Justicia Penal en México (NSJP), el
cual busca modificar el enfoque desde el que se atiende a la población en
conflicto con la ley; 2. El caso particular de población menor a los 18 años
que se encuentra privada de su libertad en diversas instituciones, lo cual ha
sido poco documentado; y 3. Los desafíos que todo ello representa tanto
para el Estado como para la Sociedad Civil. Entre otras cosas, lo anterior
implica la implementación tanto de nuevos modelos de atención al interior
de los centros penitenciarios, como de políticas públicas más adecuadas,
enfocadas en la creación de condiciones para el desarrollo de este sector
poblacional. Estos elementos en conjunto permiten situar la reflexión en el
plano de los desafíos que plantean en términos de la gobernanza a la que
parecen apelar.
Por ende, para estructurar esta intervención se retoman los ejes citados
en el párrafo anterior. Así, en una primera parte se revisan algunos de
los principales argumentos a los que se ha recurrido para comprender y
explicar la violencia. Específicamente se ponen de relieve aquellos que
permiten explorar la relación entre violencia y juventud. Ello tiene como
objetivo servir de contexto para los argumentos que se emitirán posterior-
mente. Luego se hace un breve análisis de los cambios que trae consigo la
implementación del Nuevo Sistema de Justicia Penal, sobre todo en lo que
refiere a la población joven en conflicto con la Ley. Más adelante se mues-
tran algunos datos que esbozan el panorama del confinamiento a escala
nacional, con un acento particular en Jalisco. En una siguiente sección,
que ocupa un lugar central en este documento, se presentan algunas expe-
riencias derivadas de entrevistas y grupos de discusión llevados a cabo
con internos del Centro de Atención Integral Juvenil del Estado de Jalisco
(CAIJEJ). Finalmente, en la última sección se ponen de relieve algunos
En el 2015 había más de 166 000 personas recluidas en los centros peniten-
ciarios del país. De éstas, cerca de 75 000 tenían entre 18 y 29 años, lo cual
de entrada evidencia el peso que tiene el componente juvenil en el grueso
de esta población. De manera específica, el 24.9% se situaba entre los 18
y los 24 años, mientras que el 18.9% estaba entre los 25 y los 29 años. En
conjunto lo anterior representa el 43.8% del total (véase la Tabla 1). En este
sentido vale la pena señalar que el caso jalisciense se sitúa muy por encima
del promedio nacional. Esto es así debido a que en dicha entidad federativa
la población en centros penitenciarios que tiene entre 18 y 29 años de edad
asciende al 52.32% (a modo de contraste resulta pertinente señalar que, tal
como se muestra en la Gráfica 1, en el estado de México este dato se eleva
hasta el 68.42%).
Tabla 1. Población en los centros penitenciarios a escala nacional, 2015 (%).
De 18 De 25 De 30 De 35 De 40 De 45 De 50 De 55 De 60 No
Estados a 24 a 29 a 34 a 39 a 44 a 49 a 54 a 59 años o identi-
Unidos años años años años años años años años más ficado
Mexicanos
24.92 18.96 16.61 12.50 9.18 5.61 3.65 2.07 1.66 4.84
Fuente: Elaboración propia con base en los datos del Censo Nacional de Gobierno, Seguridad
Pública y Sistemas Penitenciarios Estatales, 2016.
Fuente: Elaboración propia con base en el Censo Nacional de Gobierno, Seguridad Pública y
Sistemas Penitenciarios Estatales, 2016. Nota: Nayarit y Michoacán de Ocampo no cuentan con
datos desagregados por edad.
Fuente: Elaboración propia con base en el Censo Nacional de Gobierno, Seguridad Pública y
Sistema Penitenciario Estatales 2016.
La vida La vida
32 337 14.18 32 337 21.95
y la integridad corporal y la integridad corporal
La libertad La libertad
2 495 1.09 2 495 1.69
y la seguridad sexual y la seguridad sexual
El patrimonio 79 077 34.67 El patrimonio 79 077 53.68
Fuente: Elaboración propia con base en el Censo Nacional de Gobierno, Seguridad Pública y
Sistema Penitenciario Estatales 2016.
La familia 13 1.53
La sociedad 1 0.12
TOTAL 852
Fuente: Elaboración propia con base en el Censo Nacional de Gobierno, Seguridad Pública y
Sistema Penitenciario Estatales 2016.
Fuente: Elaboración propia con base en el Censo Nacional de Gobierno, Seguridad Pública y
Sistema Penitenciario Estatales 2016.
Entrevistador: Oigan y ¿cómo era el cotorreo con la familia antes de estar aquí
{en el CAIJEJ}? ¿Cómo era la dinámica con familia?
S1: Muy distanciados {lo dice en un tono serio, casi melancólico}.
Entrevistador: ¿Estaban distanciados? ¿Por qué?
S1: Distanciados porque estás tú sólo. Piensas en ti, nomás. Y pues yo desde mo-
rro, pues [andaba] fuera del cantón.
Entrevistador: ¿Sí? ¿Viviste en la calle?
S1: Sí, un año.
Entrevistador 2: ¿Estabas morrito, o fue ya de grande?
S1: No, de seis años. Así tengo un puño de compas. Así me junté con un compa del
barrio Y así… pos hasta que me amarré de bien morro…
S2: Pues bien, me la llevaba bien, pero como dice mi compañero, pues ya yo me
aislaba ya, hacían reuniones pero ya yo ni iba…
Entrevistador: ¿Por andar en broncas?
S2: Sí, con los compas.
Entrevistador: ¿Cómo van los demás {se dirige al resto del grupo}? ¿Era la fami-
lia la que los orillaba {a preferir la calle/a involucrarse en actividades delictivas}?
Grupo en general: Nel. Uno mismo {fue un comentario al unísono por parte de
varios de los participantes}.
S2: Uno mismo, por andar con los compas aventándose ‘biznes’.
Entrevistador: ¿Por qué estás aquí? ¿Qué hiciste?
S2: Por robo… {Parecía que por su actitud S2 no se sentía cómodo hablando del
delito que lo tenía privado de su libertad}
3 El grupo de discusión se llevó a cabo el día 4 de abril de 2017. Se contó con la participación
de 14 internos, los cuales estaban adscritos al programa Mente Libre, anclado en una comunidad
terapéutica al interior del CAIJEJ.
Entrevistador: ¿De dónde eres? {La conversación giraba en torno a la vida antes
de estar privado de la libertad en el centro penitenciario; particularmente del con-
sumo de sustancias psicoactivas}
A3: De B de N. Y entonces pos yo decía “no, pos, qué onda ¿edá?”, pues me ha-
blaban y eso, pero lo que era pastillas y acá, y yo sí, te probaba de todo un poco
¿edá? Duré como dos años drogándome. Y pos una vez sí me enfermé; empecé
así como a vomitar amarillo. Y pues ya me decían que ya no tenía lucha y acá. Y
pues yo dije “pues ¿por qué no?, si sí se puede pos pa’ qué”. Si antes no me dro-
gaba ahora sí, ¿edá? Haga de cuenta: estoy fumando y pos me estoy dañando, pa’
qué seguir fumando, sí me recuperé; como unos cuatro cinco meses me recuperé
ya más o menos. [Pero después] vi amigos y “pos a ver, presta” {se refiere a que
volvió a consumir} ¿edá? Y pos empecé otra vez: igual a lo mismo y ya fue de mi
vida otra vez a la perdición y acá. Y pos yo en ese tiempo… Tengo una niña, ya
tiene tres años -y pues casi nunca me gusta hablar de eso, de que tengo una niña y
acá- pos pa’ darle los ejemplos van a decir “no, pos tu jefe está encerrado y es un
drogadicto”. Y pos nunca me ha gustado así platicar de eso con mis compañeros,
me ha gustado ser así como más solitario, andar así sólo […] Pero así pos nunca
me gustó robar, nunca, veía algo y pos te pasa ¿edá? “Que sí lo agarró, pero no”
y pos yo decía, “no, pos por qué ¿edá? Por qué hago eso si no es mío, mejor hay
que dejarlo ¿edá?”. Y pos sí en veces que me decían mis compañeros, así como
amigos, “no, mira que vamos a esto, y acá” {se refiere a ir a robar}, yo decía: “no,
vaya usted, haga sus cosas amigo”. A mí me gustaba andar siempre sólo, nunca
Este dato contrasta con el 70% de estas personas, quienes dijeron estar en desacuerdo con la
violencia como una forma de diversión. Asimismo, el 40.0% afirmó que habían causado daños a
la propiedad privada, y 32.56% mencionó que participaron en el robo de algún automóvil. Final-
mente se tiene que el 31.50% vendió algún tipo de sustancia ilegal como intermediario.
Reflexiones finales:
el desafío de la gobernabilidad y la gobernanza
Referencias bibliográficas
Danielle Strickland1
Introducción
Los jóvenes que viven en pobreza son el segmento de la población más
afectado por la violencia en México. Tanto las víctimas como los victima-
rios en los ámbitos de la delincuencia tienden a formar parte de este grupo
de edad (Imbusch, et al., 2011). La violencia estructural, que promueve el
abandono escolar y mantiene a los jóvenes alejados de trabajos formales
y salarios decentes, facilita su reclutamiento por grupos del crimen orga-
nizado. El creciente poder de estos grupos delictivos y sus esfuerzos para
cubrir las tareas de seguridad y justicia que corresponden al gobierno,
fomentan el miedo colectivo y el sentido de inseguridad en el país. La gente
no involucrada en el crimen organizado adopta una actitud de “sálvese
quien pueda”, esperando que su familia no tenga problemas con “los de la
plaza”. De esta forma se debilitan las redes comunitarias y los esfuerzos de
vecinos para mejorar la calidad de vida en sus colonias, contribuyendo aún
más al poder de los cárteles.
En las siguientes páginas exploraremos la delincuencia juvenil me-
diante una investigación en el Cerro del Cuatro de Tlaquepaque, estado
de Jalisco; así como la teoría de eficacia colectiva para reducir los actos
delictivos en esta zona y otras colonias marginadas. La eficacia colectiva
reconoce el potencial de las redes comunitarias para tratar el problema de
la delincuencia juvenil, mostrando cómo la cohesión social entre vecinos,
combinada con su disposición a intervenir en los problemas del barrio a
favor del bien común, puede reducir la violencia.
53
Delincuencia juvenil
2 Por definición, los rangos de edad que comprenden “la juventud” varían entre 10 y 35 años de
edad. En México, el Instituto Mexicano de la Juventud establece que los jóvenes en este país son
los hombres y las mujeres que tienen entre los 12 y los 29 años de edad.
54 danielle strickland
los jóvenes mexicanos.3 En el 2012 un tercio de todas las muertes violentas
en México correspondió a jóvenes y el 44.2% de ellas fueron homicidios,
principalmente con armas de fuego (Instituto Nacional de Estadística y
Geografía, 2013).
Por ende, no es sorprendente que la Encuesta Nacional de Victimiza-
ción y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) revelara en 2012
que la preocupación principal para jóvenes de 18 a 29 años sea la insegu-
ridad (56.4%), por encima de cuestiones como la pobreza, el desempleo y
el aumento de los precios. De acuerdo con la misma encuesta el 27.8% de
jóvenes fueron víctimas de crímenes en el 2011. Los encuestados citaron el
desempleo como la principal causa del aumento de la inseguridad (41.7%),
seguido por la pobreza (41.3%), las drogas (39.9%), la corrupción (30.1%)
y familias desintegradas (22.9%).
La falta de oportunidades para los jóvenes también es parte funda-
mental de la problemática. Retomando las palabras de Rogelio Marcial
(2016: 129), en el caso particular de la zona metropolitana de Guadalajara
(ZMG),
3 Para recalcar la gravedad del problema en México, se puede comparar la tasa (95.6) con la de los
Estados Unidos de América (8.3) y la de Canadá (2.1), los cuales ocupan la 14ª y la 27ª posición,
respectivamente.
56 danielle strickland
cohesionadas para que sean más seguras. La eficacia colectiva depende
de “la confianza en la colaboración conjunta (working trust) y en la dispo-
sición compartida de los residentes para intervenir en aras de conseguir
el control social” (Sampson, 2004: 238). La actitud egoísta de “salvarse
quien pueda” y “ver por los suyos” que sale en las entrevistas realizadas
en el Cerro del Cuatro obviamente perjudica la posibilidad de poner en
marcha la eficacia colectiva en México. Para que funcione se requieren
redes sociales basadas en la confianza y la interacción social de los vecinos.
En la mayoría de los casos estudiados en los Estados Unidos, la policía
ha sido fundamental en el éxito de la eficacia colectiva. Debido a la extrema
corrupción de la policía en México y la falta de confianza de la comunidad
en este órgano de seguridad (Jalisco Cómo Vamos, 2017b; Reguillo, 2008),
considero mejor partir de un estudio en Boston, donde la eficacia colectiva
se logró con el apoyo de la iglesia en lugar de la policía. Es decir, por
lo menos inicialmente, organizaciones comunitarias y grupos religiosos
pueden facilitar la creación de redes entre los colonos.
No hay que olvidar que la eficacia colectiva no es una respuesta
singular, requiere ser implementada junto con políticas públicas para
atender la violencia estructural que viene siendo la raíz de la delincuencia.
Como explica Sampson (2004: 246):
[…] la buena comunidad es una en la que la legitimidad del orden social proviene
en parte de un compromiso mutuo y negociado entre los residentes, las institucio-
nes mediadoras y las agencias encargadas de aplicar la ley. De forma inevitable
ello implica que debemos estar dispuestos a crear oportunidades constructivas de
resolver los conflictos en la producción de bienes sociales.
5 Antes de las entrevistas presenté un resumen del proyecto por escrito a los participantes, el cual
incluye los riesgos, beneficios, objetivos y fines de la investigación, así como dos copias de los
términos de consentimiento firmado por el/la entrevistado(a) y por mí, como investigadora. Todos
los datos recolectados en las entrevistas son confidenciales y protegidos bajo las normas éticas
internacionales.
58 danielle strickland
para facilitar el análisis de los datos. Además, documenté otras observa-
ciones en un diario de campo. En adición al trabajo de campo, la inves-
tigación ha incluido la revisión de literatura y noticias sobre el miedo, la
violencia urbana, juventud, delincuencia y el Cerro del Cuatro.
Hoy en día el polígono de la ZMG ampliamente conocido como el
Cerro del Cuatro comprende 56 colonias de los municipios de Guadalajara,
Zapopan y San Pedro Tlaquepaque.6 Como se puede ver en la Imagen 1,
las colonias de enfoque para esta investigación se encuentran en el punto
más alto del polígono, llegando a las antenas que distinguen el Cerro del
Cuatro.
Imagen 1. Mapa Cerro del Cuatro, Tlaquepaque, Jalisco
6 Los datos en esta sección provienen de una base de datos compilada para el “Diagnóstico
de Asociacionismo, Acción Colectiva y Conflictividad” del Programa Integral Juan Alfonso de
Polanco del ITESO (2017), con información del Directorio Estadístico Nacional de Unidades
Económicas (DENUE) y el Mapa General de Jalisco. Aplicaciones disponibles en línea del INEGI
y del IIEG Jalisco.
60 danielle strickland
Al momento de esta investigación, la Secretaría de Desarrollo e Inte-
gración Social (SEDIS) del gobierno del Estado de Jalisco reportó apoyos
a residentes de la zona mediante seis programas asistenciales: Atención
a Adultos Mayores (AAM), Bienevales para Estudiantes (BEST), Biene-
vales para Adultos Mayores y Personas con Discapacidad (BAMYPCD),
Becas Indígenas (BI), Apoyo a Mujeres Jefas de Familia (AMJF) y Jalisco
Incluyente (JI). Por su parte, el municipio de Tlaquepaque reportó tres
programas de apoyo con beneficiarios en las colonias de interés: Queremos
Cuidarte (QC), Te Queremos Preparado (TQP) y Te Queremos Jefa (TQJ).
La Tabla 1 resume cada programa y el número de beneficiarios de la zona.
Fuente: Elaboración propia con base en los datos proporcionados por la Secretaría de Desarrollo
e Integración Social del Gobierno del Estado de Jalisco (SEDIS) 2017, recopilados en el Diagnós-
tico de Asociacionismo, Acción Conflictiva y Conflictividad (ITESO, 2017).
62 danielle strickland
colonia Buenos Aires. La Tabla 3 caracteriza los negocios de la zona, inclu-
yendo algunos informales que carecen de nombre como los que se dedican
a la venta de comida desde la puerta de una casa.
Tabla 3. Establecimientos económicos con 0 a 5 trabajadores en las colonias Buenos Aires,
Fco. I. Madero y Fco. I. Madero 2ª sección
TOTAL 498
Pues como que ya son muchos comprados, corruptos, les conviene, dicen. “Me
pagan bien aquí, ya no puedo ni decir nada, ni hablar”. ¿Dónde vas a encontrar un
policía que es derecho, que es honrado? Yo siento que eso ya se acabó hace mucho
tiempo.
64 danielle strickland
También coinciden los entrevistados que su presencia es escasa en el
Cerro. “De hecho no hay [policías en el Cerro], solo suben pero a recoger
su cuota, o sea su dinero, y pues ya se bajan y no hacen nada,” explicó
un joven de 15 años. “Aquí en todos mis 16 años no he visto una patrulla
que se meta para acá, se meten más para allá abajo…pero acá no se mete
nada, por eso ya todos se sienten con esa seguridad de ah ¿no viene nadie?
déjame tonchar acá afuera,” reiteró otro joven.
Más allá del Cerro, la desconfianza en la policía es la norma en otras
colonias impactadas por la delincuencia juvenil. Mediante 8,793 encuestas
en escuelas y hogares de colonias violentas donde operaban proyectos del
PRONAPRED en la ZMG, el 66.3% de estudiantes de secundaria, el 78.7%
de estudiantes de preparatoria y el 83.3% de los encuestados en hogares (de
12 a 65 años de edad) reportaron que la policía les inspira “poca” o “nada”
de confianza en su colonia (Jalisco Cómo Vamos, 2017b).
Los de la plaza aprovechan el incumplimiento de la policía para forta-
lecer su posición en el Cerro y otras zonas. Un joven de 22 años relató la
siguiente anécdota en su entrevista:
[Si me robaran] sería más bien avisarle a uno de ellos [de la plaza]. Es que también
ellos a veces sí te hacen el paro, a veces, como hace mucho había un muchacho
que se subía a robar a los camiones y la misma gente lo reportó…es del Cerro de
hecho, creo que ahorita está encerrado y pues le dijeron [a los de la plaza] y yo
me acuerdo ese día, fue una mañana temprano, yo salí de trabajar…e iba pasando
una camioneta de la plaza, con unos policías, pero pues vieron que yo salí y se me
quedaron viendo así como sospechosamente, como diciendo ‘¿será?’, y ya fueron
y tocaron hasta la puerta del muchacho para sacarlo, los policías y todavía los de
la plaza, juntos.
Pues a la vez está bien porque si no estuviera la plaza, estaría lo mismo de antes…
podemos hacer lo mismo, meternos a las casas o abrir los carros, o así, pero mien-
tras que esté eso… aquí está prohibido robar… o sea no se puede hacer eso porque
si tú llegas hacer, por decirlo, una jalada, provocas a la ley a que suba. Ahora cuan-
do es más pesado que hay una bronca o uno empieza a dispararle al otro, pues es
obvio que hasta suben los wachos, los estatales, la fuerza única y hasta es pérdida
para ellos, no les conviene y es lo que más prefieren evitar… de que no hagas tu
desmadre o si lo haces te va peor, se cargan al que está empezando.
Antes había muchos robos, no podía estar una camioneta fuera porque ya le quitan
las pilas…Y ahorita ya no hay robos ¿por qué? porque los mismos que venden son
los que controlan todo, la plaza. Si por decir, a mí una vez que mi esposo trajo el
camión, le quitaron todas las cosas y yo fui y le conté al muchacho [de la plaza] y
me dice [mi esposo]: “no, no le hubieras dicho”. Y le dije: “No, yo le conté porque
una vecina me dijo que ‘ve y habla con ellos’”. Pasó en la mañana y en la noche
ya tenía las cosas completas… más me tardé en hablar, explicarle y decirle que
cuando ya tenía yo al muchacho y me dice: “mira ¿son todas estas tus cosas? No
pues que sí. Pero ya, ya lo arreglamos”. Le dije: “a pues muchas gracias”.
Si no andas ahí relacionándote… pues no te hacen nada y pues a la vez como que
te cuidan a veces, porque ya no suben mucho las patrullas. Como le digo, no sé si
tengan algún tipo de trato con policías, o yo qué sé, pero ya casi no suben por lo
mismo…se ha calmado también, ellos han calmado a las pandillas.
Antes no había un grupo delictivo que estuviera controlando el cerro; antes cada
quien vendía por su cuenta, y ahorita no, ahorita ya le trabajan para un solo jefe,
pues, se podría decir, y antes no, antes cada quien por su cuenta, tu comprabas tu
mercancía donde tú supieras y tú la vendías al precio que tú querías y lo que tú
sacabas era para ti. Ahora ya de lo que venden un tanto por ciento es para el jefe y
un tanto por ciento es para ti. Todo es de donde mismo, si alguien viene con mer-
66 danielle strickland
cancía de otro lado, los sacan pues, primero le advierten, que no pueden vender y
si no entiende pues ya van a medidas más drásticas, más graves.
Las “medidas más drásticas” a las que se refiere este joven fomentan
el miedo colectivo, limitando las interacciones comunitarias entre colonos
que no están vinculados con el crimen organizado. Una madre que recien-
temente se mudó de la Francisco I. Madero a la Buenos Aires reveló la
pérdida de confianza entre vecinos en el Cerro con esta historia:
Cuando nosotros llegamos a vivir recién allá, los vecinos nos preguntaron: “oiga,
¿que usted ya conoció muchos vecinos? ¿Le gusta platicar?”. Como que sacaba
plática, para entonces no, porque todavía me iba a vender y le digo: “no, como yo
me salgo temprano a vender y ya llego tarde, vengo llegando como 10 o 9:30 ya
está solo”. “¿Ah sí? y de ahí con sus vecinos ¿cómo se lleva?” “No pues casi no
sale nadie, no veo a nadie”. Y me dice: “ah pues por este pinche olor que huele [a
gasolina] ¿verdad?, ya ves lo que tiene allá con usted y ¿qué piensan de eso?” “Ah
no, pues no sabemos nosotros, a lo mejor ellos tienen, sabe, pero yo con ellos no
me meto, ya sabrán si quieren tener”. Pero ni sabíamos que eran uno de ellos, y
andaban buscando a ver qué decimos y le digo [a mi esposo]: “no, imagínate que
hayamos dicho que hay que meterlos con los policías para que los quiten”, y ya nos
enteramos que eran los mismos de la plaza y le digo: “no, imagínate que hayamos
abierto la boca”.
7 Si no aparece otra referencia, toda la información sobre la UCI viene de Shefner, 2008.
68 danielle strickland
sobre todo un panadero conocido por todo el Cerro como el “Hermano
Javier”. En estas fechas, él reconoció que el problema de la delincuencia
juvenil era más urgente que la instalación de los servicios básicos que aún
faltaban en el Cerro.
En el 2013, en honor del ahora fallecido Hermano Javier, cuatro miem-
bros de la UCI abrieron la Casa Comunitaria Hermano Javier en la parte
inferior de la segunda sección de Francisco I. Madero, cerca de la Avenida
8 de julio, con la esperanza de enfrentar la creciente problemática de droga-
dicción entre los niños y jóvenes de la colonia.
Al momento de esta investigación, había varias actividades para niños
y jóvenes coordinadas desde este centro. Estaban trabajando en la remode-
lación del inmueble, y además ofrecían un curso de repostería a señoras de
la colonia, capacitaciones en los oficios de electricista y fontanero; y pres-
taban las instalaciones a integrantes del ITESO para asesorar a vecinos sobre
la regularización de sus terrenos. El centro no recibe ingresos fijos pero
cuenta con apoyo de la Comunidad de Vida Cristiana de México (CVX) y
los dirigentes han organizado bazares para procurar fondos. Según los inte-
grantes, la intención del nuevo proyecto es “promover una conciencia entre
los vecinos para desarrollar una mejor sociedad”. También están buscando
ofertar alternativas a los jóvenes para evitar su involucramiento con crimen
organizado y la delincuencia dominante en la zona.
Conclusiones
Uno tiene miedo de hacer una denuncia o algo porque no sabes por dónde te va a
llegar, entonces a veces yo digo que por eso se hacen grandes ellos, por el miedo
de uno mismo. Entonces, pues sí, mejor decimos: “así calladitos nos vemos más
bonitos”, pero siempre como dicen también por ahí: “el valiente vive hasta que el
cobarde quiere”. Entonces a veces sí es necesario la unión de la gente para acabar
con eso.
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70 danielle strickland
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72 danielle strickland
Capítulo 4.
El deber ser de la masculinidad tradicional
hegemónica que habla a través de la violencia,
en las escuelas secundarias de la Zona Metropolitana
de Guadalajara1
73
técnico. Es suficiente contar con un smartphone, una computadora y cone-
xión a internet. Esto representa un fenómeno de alcances masivos, ya que
son miles las reproducciones que un video puede llegar a tener en muy
poco tiempo, y mucho más si llegara a hacerse viral en las redes sociales
virtuales como Facebook o YouTube.
Ahora bien, la violencia protagonizada por niños, niñas y jóvenes
escolarizados ya era un tema de interés en otros países y en años anteriores.
Desde la academia se retomaron y propusieron conceptos que buscaban
explicar lo que se advertía como la punta del iceberg de la violencia
escolar. Se hablaba entonces de “bullying” (Olweus, 1993), “maltrato entre
iguales” (Valadez, 2008) y de “juego rudo” (Mantilla, 1991), entre otros
términos que nacieron de la observación de las interacciones violentas cara
a cara que se manifestaban en el espacio escolar.
Sin restarle importancia o reconocimiento a los esfuerzos por concep-
tualizar, medir, explicar o comprender las problemáticas que hemos
mencionado, desde mi perspectiva no se contemplaba un aspecto nodal
para comprender un fenómeno tan complejo ante al que nos posicionamos
intelectual, ética y políticamente quienes estamos interesados en realizar
acciones de prevención de violencias sociales. Los primeros esfuerzos
no consideraban tan relevante incorporar en sus análisis la perspectiva de
género y, mucho menos cuestionar la socialización entre pares que sucede
en el espacio escolar bajo esa mirada.
La respuesta de autoridades escolares y la prensa en México ante esta
situación fue centrarse en los videos, no en las prácticas que los originan,
y señalar el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunica-
ción (TICs) como la causa de un supuesto aumento de la violencia en las
escuelas. Acto seguido, docentes, instituciones, intelectuales y medios de
comunicación comenzaron a nombrar indistintamente bullyng o cyber-
bullying a las prácticas violentas mediadas o no por las TICs, donde el
alumnado era protagonista, incluidas las peleas subidas a internet. Así, por
ejemplo José Aguilar, director de la organización Democracia y Sexualidad
(Demysex) mencionaba justo que la violencia en las escuelas no era una
novedad, pero que la diferencia radicaba en la posibilidad de la difusión
masiva, lo que para él significa mayores riesgos. Aguilar explicó que:
[…] a diferencia de las relaciones que los niños y jóvenes mantienen con los adul-
tos, en las relaciones entre los mismos niños o adolescentes domina la igualdad
de estatus; es decir, se mueven en el plano de la simetría horizontal, de aquí la
consideración de ‘iguales’ (Valadez, 2008: 5).
5 Comencé conversando con quien pudiese: jóvenes de mi familia, del vecindario, personas
conocidas, hijos de amistades, alumnos. Intenté incluso contactarlas por medio de redes sociales
virtuales sin tener mucho éxito hasta que entrevisté a jóvenes que yo no conocía, dentro y fuera
de sus escuelas. Cuando me encontraba por cerrar el trabajo de campo no había conseguido entre-
vistar a alguna joven que hubiese sido protagonista de alguna pelea. En ese momento llegué a una
secundaria preguntando a varios jóvenes varones: ¿Aquí quién es la chingona para los madrazos?
Fue muy interesante ver como entre ellos mismos se conocen de tal manera que efectivamente,
me llevaron a donde podía encontrar a la alumna señalada por las autoridades escolares por su
participación frecuente en riñas que llegaban, en muchos de los casos, a golpes y que además era
realmente muy buena “para el trompo”.
6 Dos videos protagonizados por varones y otros dos por mujeres.
7 Se hace esta precisión puesto que la información obtenida fue vasta y comprendió no solamente
a la indagación de las motivaciones para pelearse sino todo lo relacionado a la práctica de produc-
ción, distribución y consumo de videos de peleas entre estudiantes de secundaria.
[…] la violencia emerge como un terreno clave de la lucha. Por una parte, es una
forma importante de entretenimiento mediático, y los medios informativos sacan
provecho de las imágenes espectaculares de confrontación violenta. […] la vio-
lencia representa un recurso potencial en la lucha por la visibilidad pública […]
(Juris, 2005: 198).
Jesús Zamora1
“We will rock you” es la más remota línea rebelde que recuerdo en la vida.
La escuché por primera vez en la afligida Guadalajara de 1977, año de
los bombazos efectuados por la organización guerrillera de la Unión del
Pueblo en el centro de ciudad. Fue ese también el año de los sangrientos
motines de octubre en la Penitenciaría de Oblatos. La sobrevigilancia
policíaca en las zonas suburbanas del oriente o al este de la urbe ante la
latencia de la insurrección comunista, era parte de nuestro ambiente. El
coro de aquella canción sonó en el aire mientras jugábamos un partido de
futbol. Una camioneta cargada de instrumentos pasó a la mitad de nuestro
imaginario campo que cubría lo largo de la calle 48 del Sector Libertad.
Lentamente avanzó y sobre la caja del vehículo dos o tres muchachos, ya
mayores y de cabello largo, cantaban y tocaban los tambores de una batería
desarmada al ritmo de la ya histórica canción de Queen.
“Son los de La Solemnidad”, dijo alguien al verlos pasar. Los vimos
alejarse y desaparecer en la oscura esquina de la calle Industria, en el
barrio de San Juan Bosco. Fue ese un lapsus en el juego que me marcó,
pues nunca más olvidé ese ritmo ni esa imagen casi fantasmal de aquella
nave cruzando desde entonces y hasta hoy en la memoria, como una nube
perpetua. Años después de ese momento, entendí qué era todo aquello de
“La Sole”, como se le conoció popularmente a La Solemnidad, quienes
junto al grupo Toncho Pilatos fueron, por su arrastre entre los jóvenes,
dos de las bandas de rock más importantes en el este de la ciudad durante
los años setenta y parte de los ochenta. La Sole grabó poco material
original, puesto que lo suyo era la ejecución de covers o imitaciones de las
89
canciones de rock en inglés que sonaban en la radio de la época. Contando
con un amplio repertorio de hits, poco a poco el grupo se colmó de un vasto
número de seguidores, muchos de ellos pertenecientes a las incontables
pandillas del este de la ciudad. A estos jóvenes adeptos a la música de La
Sole se les conoció como “los soleros”. Dentro de la misma dimensión de
los grupos de rock de la Guadalajara setentera, encontramos que Toncho
Pilatos, también contó con un amplio grupo de prosélitos, conocidos como
“los tonchos”.
Foto 1. Foto de joven pandillero detenido durante la década de los setenta.
90 jesús zamora
rock luego del Festival de Avándaro, en 1971, fue la evidencia contundente
de un hecho de relación doble en términos del dominio hegemónico y la
resistencia cultural juvenil: ni los jóvenes del este de la ciudad de Guada-
lajara estuvieron del todo impedidos de los márgenes de acción para crear
su propio mundo, ni el gobierno del Estado tuvo la suficiencia institucional
represiva necesaria como para impedir la consolidación de la cultura de
estas dos comunidades, independientemente de los ataques dosificados
del sistema policíaco en su contra. Más adelante encontraremos que esta
violencia de Estado ejercida contra este sector juvenil está fundada como
un recurso político autocontenido que se expresa como la razón de la auto-
ridad para frenar las desviaciones sociales que ocurren en aquellas zonas
en la que al ojo vigilante de las instituciones públicas encargadas de la
seguridad, le resultaba difícil penetrar.
Siguiendo al historiador inglés Derek Sayer (1994), las instituciones
tratan de imponer lo que podríamos llamar una cultura hegemónica de
Estado respecto a la juventud, la cual consiste en la conservación de crite-
rios de comportamiento estandarizados mediante la creación de aque-
llos modelos juveniles que debían ser imitados, en especial la del joven
respetuoso de la autoridad. Sin embargo, un sistema político que opera de
manera disfuncional en su interior, difícilmente puede imponerse del todo
a todos los sectores de la sociedad, en especial a aquellos como los de una
juventud marginada que era perseguida y reprimida constantemente. En
otras palabras, la hegemonía era en cierta medida una ficción, puesto que
las instituciones “exponen un desfase constante en donde, detrás de las
máscaras del Estado, lo que de hecho encontramos repetidamente es lo
insignificante, lo personal, lo corrupto, lo traicionero, el teje y maneje”.2
Es dentro de ese contexto en el que, por un lado encontramos una
tendencia juvenil emergente tratando de generar sus propias categorías
culturales. Por otra parte, veremos cómo mediante una serie de dispositivos
policíacos el gobierno trató de regular desde diferentes ángulos este tipo
de brotes sin lograrlo del completamente, sobre todo en la década de los
ochenta. He llamado a esta tendencia en la cual se incumple la posibilidad
2 Derek Sayer, “Everyday forms of state formation: some dissenting remarks on ‘Hegemony’”,
en Gilbert Joseph y Daniel Nugent (eds.), Everyday forms of State formation. Revolution and the
negotiation of rule in modern México, Durham, N. V: Duke University Press, 1994. p. 373.
Pandillas de Guadalajara
92 jesús zamora
cardinales de Guadalajara y obligaban a los miembros de estos grupos a
una mayor competencia por el reconocimiento.
Imagen 1. Señalando los campos de dominio del movimiento toncho y solero
a lo largo de los años setenta y ochenta en el este de la ciudad.
¿Recuerdas la película Los Guerreros? Pues haz de cuenta. Nosotros nos íbamos
en el trolebús. Éramos de la pandilla de “Vidrio”. Nos juntábamos en Washing-
ton y ahí esperábamos a abordar rumbo al Casino Arlequín a ver a La Sole. En
el trolebús ya venía gente de la Tuzanía, de Liverpool, de Los Federales, los de
Mezquitán. Luego se subían los de la Morelos, los de Nazaret, Los Doceavos,
Los Olivos, los de La Higuerilla, Las Juntas, Los Ferral, los de El Calzón Miado
3 Entrevista con el solero Edmundo Fuentes Ramírez, 14 de mayo del 2016, en el Tianguis
Cultural.
4 El Informador (14 de enero de 1980) “Hay mayor paz ciudadanos, dicen los paterfamilias”.
94 jesús zamora
despectivo se daban los comentarios en las páginas de opinión de los dia-
rios locales, en los cuales se hablaba de las pandillas como un problema
que al inicio de los 80 ya había sido superado.
Todavía causa temor entre los habitantes de diversas colonias de la capital ja-
lisciense recordar que las pandillas que alcanzaron triste celebridad. Dejaron la
secuela por el sistemático empleo de la violencia. Podría decirse que nuestras
pandillas, en su mayoría, no representan peligros inminentes aunque obviamente
molestas y generadoras de problemas para el vecindario. La mayoría de las ve-
ces, estas pandillas suelen disgregarse ante alguna presión ligera de intervención
policíaca.5
Fuente: Imagen sin autor ubicable. Disponible en los archivos de Facebook de Toncho Pilatos
Tercera Vez, Karlos Rubén Aldave Pándura y Antonio Rodríguez Esqueda.
96 jesús zamora
Otoño de 1982
Ángel Fuentes Ambriz, autor del artículo fue invitado a una de las
caravanas, y desde esa experiencia ofrece un valioso testimonio periodístico
sobre la estructura operativa de la procuraduría en alianza con el sistema
policíaco, así como con el Ayuntamiento de la ciudad.
El 35% de los detenidos son menores de edad y hay una mujer por cada 25 pandi-
lleros arrestados. La edad de los infractores oscila entre los 16 y 23 años. El jefe de
la Policía Judicial del Estado señaló que “se formó un grupo especializado integra-
do por agentes del Ministerio Público, agentes de la policía judicial, trabajadoras
98 jesús zamora
Por ejemplo, en el casino Dos Patios cuando tocaba La Sole o El Toncho, no bien
había terminado el concierto y llegaba la perrera. Esta era una especie de camio-
neta grande cuadrada y se ponía justo afuera del evento. Al terminar tenías que ser
ágil para salir por una de las dos puertas del casino, pero los polis se ponían por
todos lados, y así empezaban a cargar con todos los que iban saliendo. Sin motivo,
sin que hicieras nada, sólo era una cacería, encerrarnos para sacarnos dinero o para
que no nos juntáramos más.10
10 Antonio Rodríguez Esqueda, citado. Por otro lado, un exsolero que prefirió mantenerse en el
anonimato me contó el siguiente pasaje cuando eran detenidos por los convoy policíacos: “Nos
subían a la perrera, nos sentaban y de ahí a la primera parada. Una celda semivacía en las instala-
ciones de la policía municipal en la Calzada Independencia Norte. Luego nos formaban en varias
filas en el patio, junto a las patrullas estacionadas. Desde ahí veíamos como iban llegando otras
camionetas con más detenidos, muchos de ellos compas que también estaban en el toquín de La
Sole. Un policía se paraba al frente y nombraba lista. Gritan tú apellido, respondes con tu nombre,
de ahí al Cerro del 4. Nos trasladaban en la misma camioneta. Te digo que le decíamos La Bimbo
o La Perrera –era una Chevrolet Vanette 84 de seis cilindros–. Allá nos metían a una celda que
era como para 10, pero éramos más de 20. A la mañana siguiente, después de mal dormir oyendo
las quejas, y las chingas a otros presos, apenas despertábamos y a barrer. Nos daban de desayuno
un plato como con veinte lentejas con un caldo frío y baboso. Se hacían las doce y ya alguien
pagaba la multa. Deslumbrados y de nuevo a las calles, con el trip encima de ser vigilados, perse-
guidos (Entrevista anónima, 25 de septiembre 2015, aplicada en la Colonia Santa María del Sector
Libertad)
11 Las Gitanas era una pandilla de mujeres que seguía a La Solemnidad. Eran muy celosas del
espacio en los eventos en que se presentaba el grupo. Una testimoniante que reservó su nombre
recuerda: “Llegábamos a la tocada y a la entrada se ponían Las Gitanas y en general nos atacaban
a las mujeres, no les gustaba que los muchachos que iban con ellas bailaran con nosotras, y si
así ocurría, eran unos golpes seguros (Entrevista con testimoniante acompañada de Francisco
Guzmán, 28 de noviembre del 2014).
12 El Informador (8 de noviembre de 1982). A las detenciones de los integrantes de esas pandillas
se deben sumar otras más, entre ellas: “Será una campaña permanente y debo aclarar que se está
atacando a las pandillas de todos los rumbos de la ciudad sin distinguir clases sociales, enfatizó
González Padilla. En lo que va de la campaña –continuó– se han desintegrado y detenido a miem-
bros de un sinnúmero de pandillas, entre las cuales destacan las llamadas Doors, formada por trece
mujeres que se reunían frente al 729 de Venustiano Carranza; Los Vicky Bing, Los Tonchos, El
Triángulo, Los Pelamuertos, El Escalón, Los Mártires, Los Vikingos, Los Tenis, La Rupia, Banda
Disco, Banda del Nopal, Banda 13 y Rol, La Colmena, Los Balcones, Los Piedras, Los Chicos
Malos, Banda Ferrocarril, Banda de San Andrés, y Los Peyoyos, entre otros muchos grupos de
pandilleros”.
La imagen debe ser de finales de los setenta. Pertenece al archivo de Francisco Guzmán.
Introducción
105
Actualmente, y de manera interrelacionada con el incremento gene-
ralizado de los índices de violencia y delincuencia en el país, se suma un
nuevo participante a la pugna que libran “grupos de esquina” y corpora-
ciones policíacas por el control de las calles: “la plaza”.4 Debido a lo ante-
rior, comienza una restructuración de prácticas, dinámicas y discursos de
las múltiples violencias que se entretejen y son parte de este fenómeno. Lo
anterior sucede a la par de la diversificación de estrategias institucionales
para contener los conflictos entre los grupos juveniles. Mientras tanto, el
componente cultural de estas grupalidades experimenta un cambio o una
diversificación que denomino “cambio generacional”.
Uno de los cambios de mayor trascendencia en lo que a violencia se
refiere es la disminución de la magnitud tanto cualitativa como cuantita-
tiva de las riñas colectivas entre barrios y pandillas. Esto repercute en una
disminución en el número de muertes que se producían como resultado de
las mismas. Esto no significa que exista una disminución en los homicidios
originados por dicha rivalidad, como han sostenido en ocasiones las autori-
dades y los medios. Lejos de experimentarse un descenso, considero que se
acrecienta y complejiza. De igual manera se amplifica el grado de interio-
rización de las múltiples violencias que comienzan a ser consideradas por
todos los que habitan dichas colonias como parte de su vida cotidiana. Esto
aumenta el riesgo y la posibilidad de que algunos jóvenes o grupos pasen
a formar parte del crimen organizado, más que por aspectos relacionados
con sus adscripciones identitarias por el grado de impunidad con el que se
violan reglamentos y leyes en estos contextos.
Puntos de partida
Informantes Pandilleros y
Pandilleros y Pandilleros y Nunca
vecinales e Eventos expandilleros Total
expandilleros expandilleros pandilleros
institucionales asistentes
16 Recientemente en varios países asiáticos como Tailandia, Vietnam y Japón, han aparecido
grupos de jóvenes que imitan los rasgos culturales de las pandillas chicanas y mexicanas. Al
respecto, Mr. Yosie Locote mencionó que desde la península nipona le han comprado CDs. Véase:
Chicano, Dir. Louis Ellison y Jacob Hodgkinson, Japón (2016); además Southland to Japan, Dir.
Gerardo Gurrola, EUA, (2013). También puede consultarse, Los oscuros secretos de los japoneses
que decidieron convertirse en cholos, en Cultura Colectiva, 2017 (https://culturacolectiva.com/
fotografia/los-oscuros-secretos-de-los-cholos). Para el caso tailandés, se recomienda The Cholos
of Bangkok, reportaje de Coconuts TV, 2014.
17 Por ejemplo, en Sudamérica. El primero continúa siendo uno de los estelares del evento “Viva
La Raza”, este 2017, que se celebra anualmente en Sao Paolo (Brasil). Por otra parte, comenzó a
abrirse paso en el continente asiático el 16 de septiembre de este año. El segundo realizó una gira
en 2016 que incluyó presentaciones en Bolivia, Argentina, Uruguay y Venezuela, por mencionar
algunos. Efectuará su segunda serie de conciertos en países europeos durante el 2017. Entre ellos
se encuentran: Polonia, Alemania, Checoslovaquia, Rumania, Bosnia y Bulgaria.
18 Se refiere al abuso de drogas, principalmente ilegales.
19 Pandillas o barrios.
20 “Tirar barrio” o el “placazo”, se refiere al empleo de manos y brazos para hacer señas que
simbolizan letras, de manera que se hace alusión a las iniciales del nombre de su grupo y/o a la
“S” (sureño) o “N” (norteño). En el caso del segundo también se alude a grafitear el nombre o
siglas del mismo.
21 Resulta interesante que prácticamente la totalidad de grupos hacían referencia a no “buscar
broncas” pero aseguran “que el que busca, encuentra” y ellos también “traen con qué quererlos”.
Asimismo, refieren continuamente la necesitad de vigilar su territorio, lo que significa que los
“otros” sí lo afectan, suscitándose un círculo vicioso.
22 Utilizo las comillas debido a que es la manera en que estos sujetos hacen referencia a dichos
conflictos. Por otra parte, aclaro que dicha práctica se realiza para realizar un reconocimiento o
un tributo por parte del grupo. Al mismo tiempo refuerzan la cohesión grupal y la construcción de
héroes, leyendas y mártires. Todo esto conforma la justificación necesaria para vengar su muerte.
En algunos casos encontramos sujetos con playeras que hacían esta misma alusión.
23 Hace referencia a morir asesinados o de resultar encarcelados como resultado de algún hecho
realizado en o por el barrio o la pandilla, así como a permanecer en una clínica de salud mental o
“anexo” por el abuso de drogas.
24 Adaptación del término gang, que significa pandilla en el idioma inglés.
25 Hago un breve paréntesis para enfatizar que desde mi perspectiva dicha corriente musical no
es el principal origen ni el fundamento de dicha violencia. Los problemas derivados de este fenó-
meno social no cesarán ni disminuirán censurando dicho elemento cultural. Para ello es necesario
atacar las raíces que se encuentran en la marginación, las pocas oportunidades y principalmente la
impunidad de quienes cometen cualquier tipo de actos ilícitos.
26 Motivo principal por el que es una de las estrategias más empleadas en los proyectos de inter-
vención realizados con estos jóvenes.
Ellos se los ponen, yo pienso por lo que han hecho ¿no? Cada significado, ellos
han de tener su alucín. Al igual nosotros, pero no igual que ellos. Como cuando
dicen que cuando asesinas a alguien: que una lagrimita, ¿eda? Nosotros no, si no-
sotros picamos a alguien y nos lo fumamos, nos ponemos una calaca o no sé, el día
que fue o algo así. O algo, pero que tú sepas que ese fue (…) Todo el jale chicano
y azteca que tengo en la espalda, también fue por gusto, nomás del codo pa’ abajo,
sí son de lo que te estaba hablando (H19LJTIPA).
27 Algunos de los grupos presentan una jerarquización de sus miembros, los nombres que utilizan
corresponden en ocasiones a los rangos de la carrera militar como: comandante y soldado (raso).
En estos grupos, los “veteranos” (los de mayor edad y antigüedad como miembros) adquieren una
posición especial. Paradójicamente, se hace una referencia continua a que todos los miembros del
grupo son iguales y que no hay diferencias entre ellos.
28 Este fue uno de los dos temas en los que encontramos una mayor resistencia a ser tratado
durante las entrevistas y grupos focales. En los casos que las referían como parte de las prácticas
del grupo de pertenencia, se limitaban a explicar a grandes rasgos lo que es una “misión”. Por lo
general se negaron a relatar experiencias personales o del grupo.
29 Es decir, participando en la defensa del territorio y del resto de los miembros frente a los
rivales.
30 Ambos términos se refieren a haber estado encarcelado. El primero ha sido utilizado por
décadas en este contexto. El segundo es una apropiación del castellano de Colombia.
31 Situaciones que solo fueron referidas por miembros jóvenes, entre los veteranos y grupos de
tradición no se comentan o no existen.
32 Precisamente esta es la imagen que se ha exportado al extranjero, de ahí que los dos raperos
de calle locales con mayor reconocimiento fuera del país pertenezcan a la “vieja escuela” y sean
considerados por sus pares como “veteranos”. Como los ya mencionados: Mr. Yosie Locote y
Panchas Psyco.
33 Aunque sí se encuentra relacionado con la edad de los sujetos. Quienes se identifican con la
“nueva generación” son jóvenes.
34 Nombre con el que designan a los pantalones cuando se usan varias tallas más grandes a las de
su cuerpo, comúnmente de las marcas: Ben Davis y Dickies, empresas estadounidenses especiali-
zadas en la fabricación y el diseño de ropa de trabajo.
35 Personaje de ficción y protagonista de la película Cara Cortada, dirigida por Brian De Palma
en 1983. Un narcotraficante de origen cubano que se convierte en un gran capo de la ciudad de
Miami Florida. El personaje es interpretado por Al Pacino.
36 El primero es de origen sudamericano, frecuentemente utilizado en Colombia como el caso
descrito anteriormente de estar “encanado”. El segundo es uno de uso extendido entre este tipo de
grupos en Centroamérica, como son las llamadas Maras.
37 Medios de transporte modificados o “pimpeados”. El primero se refiere a las bicicletas. El
segundo, a vehículos de automotor. Este último corresponde principalmente a carros y camionetas
de modelos clásicos que, entre otros, arreglos sufren alteraciones en su sistema de suspensión para
hacerlos brincar.
Uno de los periodos en que se registraron los más altos índices de violen-
cia relacionados con el pandillerismo en la ZMG corresponde, aproxima-
damente, al comprendido entre los 5 y 10 años atrás. Entonces se expe-
rimentó un crecimiento exponencial, tanto cuantitativo como cualitativo,
en las riñas entre grupos de esquina; así como entre ellos y los elementos
policíacos. De gran importancia para lo anterior fue la cobertura que los
medios de comunicación comenzaron a dar al tema. Ello no significó que
los grupos de esquina desaparecieran o dejaran sus conflictos atrás. Uno de
sus miembros refiere que
Eso no se ha acabado, siguen las pandillas y sí sigue la gente con su ideal de pan-
dilla. Y si te distraes, pues te encajan un cuchillo, o te golpean, o te intentan hasta
matar. Está más tranquilo, pero eso no quita las pandillas (H17LPTAPA).
38 El uso de bombas molotov fue confirmado por vecinos, grupos de esquina y policías. Aunque,
éstos últimos solo lo reconocieron entre ellos (pandillas y barrios). Lo anterior, en colonias como
San Juan de Ocotán, Santa Ana Tepetitlán, Oblatos, Santa Cecilia y Lomas del Paraíso.
Sí, llegaron con pistolas y todo, ahí, al barrio, pues a querer intimidar, porque
obviamente no van a llegar a hablarte bien, porque son cosas ilegales, no van a
llegar hablarte bien, con el té… Van a llegar con armas y queriéndote intimidar,
y sí, a mí me tocó cuando llegaron, y fue lo que dijeron, que no querían riñas
(H17LPTAPA).
Referencias biblográficas
Introducción
125
detenidos por el delito de narcomenudeo en su modalidad de posesión
simple, por lo que es muy probable que, más que vendedores, los encarce-
lados sean sólo consumidores. Se trata de personas que viven una incerti-
dumbre jurídica debido a que dos terceras partes no han sido sentenciados.
Esto pone de relieve que en el Estado de Jalisco se castiga más a quien
consume que al que vende alguna sustancia prohibida. El trasfondo es la
consolidación de un panorama en el que no se atenta contra los grandes
intereses del negocio y, en cambio, sí se detona la emergencia de “chavos
expiatorios” para legitimar el supuesto combate al narcotráfico.
3 Entrevista realizada a un agente de la Fiscalía Regional adscrita a la FGE. Por razones éticas y
de confidencialidad se omiten sus datos personales.
[…] porque dea cuerdo a leo. esto eatus juridico emergen nuevos actores para
el tratamiento del narcomenudeo, ya que: a en realidad [lo que] se buscó en este
paquete de reformas legales fue poner orden y transparentar diversos conceptos
que, en la práctica procesal, no estaban perfectamente delineados. A partir de estos
cambios se especifica –en cuanto a la persecución y castigo de la distribución de
drogas– qué tanto es competencia de la Federación y cuál el ámbito donde las
entidades federativas pueden intervenir.
[...] Nosotros conocemos a grandes rasgos nada más de estas sustancias, si vienen
hongos o alguna sustancia que no contemple la tabla no conocemos, va directa-
mente al federal. Entonces, esto es para su consumo personal, esta tablita ya te
tiene la conversión, por decir la marihuana menos de cinco kilos compete para
nosotros, pero si excede de cinco kilos compete al federal […] Aquí nomás para
que te familiarices con las conductas (DN FR 220416).
5 Entrevista realizada a un agente de alto rango de la Fiscalía Central adscrita a la FGE. Por
razones éticas y de confidencialidad se omiten sus datos personales.
[...] es una droga de mayor circulación y altamente adictiva, la cual por cada gra-
mo de ella se obtiene un promedio de diez dosis, llamados globitos, ya que cada
uno pesa alrededor de cien miligramos, cantidad que rebasa en más del doble los
cuarenta miligramos permitidos por la tabla, es decir, respecto a esta droga no se
cumple con la finalidad para la cual fue creada la reforma, que es la de permitir
a los adictos la posesión de narcóticos en cantidad necesaria para su consumo y
castigar la posesión de cantidades mayores (García, 2012: 9).
-Entrevistador: ¿Desde su perspectiva, cuáles cree que son las alternativas para
afrontar el narcomenudeo?
-Yo creo que reformas a la Ley de Salud, es lo más importante. Varíale la cantidad
de sustancia. Mira te voy a poner un ejemplo: “5 gramos es una bolsita de mari-
guana y ya tienes que consignarlo”. Entonces sí hay mucha razón de que estás
metiendo mucha gente enferma a la cárcel. Por eso las variantes de los jueces que
dicen: “no, espérame”. Además de que los jueces no están especializados en nar-
comenudeo. Apenas se están generando jueces especializados para narcomenudeo.
Entonces, comentando el tema con jueces así en corto, dicen: “no, es que cabrón si
les delegan todas, si a todas se las sentenciamos, nos van a dejar el tema a nosotros
que no tenemos competencia para el narcomenudeo. Está la prevención, también”.
Entonces, ahí lo que quieren ellos es que no se estén metiendo a las cárceles de 6
gramitos para adelante. [Porque] el cabrón que no pueda pagar la fianza, tienes que
consignarlo. [...] aquí lo más común es que el policía municipal nos trae al cabrón
consumidor con su bolsita que ya paso los 10 gramos, él tiene 20 años consumien-
do y tienes que sancionarlo (DN FR 220416).
A partir del mes de agosto del año 2012, la FGE incorpora el delito de
narcomenudeo a su base de datos sobre delitos cometidos en el Estado de
Jalisco, del cual tiene registro interno desde el año 2003. Se desconoce si
antes de dicha fecha se había realiza control alguno sobre el registro de
este delito. En efecto, a través de su plataforma de transparencia en línea
señala que en el periodo comprendido de agosto 2012 a diciembre 2016, la
FGE manifiesta haber detenido a 16 149 personas por el delito de narco-
menudeo de los 64 674 delitos totales cometidos en los cuatro municipios
A manera de cierre
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Política Integral hacia las Drogas AC (CUPIHD), Año 4, núm. 8, Febrero-Marzo.
Introducción
143
estado, y del grado de vulnerabilidad de sus entornos sociales. Sin importar
condición ni estrato socioeconómico, los jóvenes se ven expuestos a la
violencia y han aprendido a lo largo de su vida, y en los diversos ámbitos
en los que desarrollan sus actividades, que la corrupción y la impunidad
son una forma común de relación social.
Ante esta realidad, es imposible no advertir ni dejar de mencionar la
complicidad que guardan el poder económico y el poder político, ya que
en la esfera de los intereses económicos y políticos es donde se generan,
en buena medida, las condiciones para la reproducción de este modelo de
violencia institucionalizada. Aunque también hay que recalcar que ese
enorme poder del binomio económico-político podría modificar el estado
de las cosas.
Mientras los grupos de poder logran comprender las enormes pérdidas
y perjuicios que a todos los niveles genera el estado actual de las cosas, y
se percatan de los beneficios que traería un modelo basado en el desarrollo
social justo, equilibrado, integral y sustentable, inclusive para sus propios
intereses; este trabajo quiere hacer una aportación a la posibilidad de
mitigar los efectos de la violencia, de reorientar la energía de la violencia
a través de una propuesta fundamentada en los efectos emocionales y en
los usos y funciones sociales la música. Es decir, en los grandes benefi-
cios que la música puede traer, individual y colectivamente, con respecto
a la armonía de los cuerpos sociales a todos los niveles: físico, cultural,
emocional y económico.
2 Storr, A., La música y la mente: el fenómeno auditivo y el porqué de las pasiones, Barcelona,
Ediciones Paidós Ibérica S. A., 2002.
3 Revesz, G. (1953). Introduction to the Psychology of Music, Londres, Longman. En: Op. cit.
4 Richman, B. (1987). Rhythm and Melody in Gelada Vocal Exchenges, Primate, vol. 28 No 2.
En: STORR, Anthony, Op. cit.
La propuesta
Referencias bibliográficas
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Barcelona, Ediciones Paidós Ibérica S. A.
Torres, C. (2002). Jóvenes y violencia, Revista Iberoamericana de Educación No. 37.
MATRIZ
SISTEMA-PRODUCTO MÚSICA INDUSTRIA SOCIAL DE LA MÚSICA
Lo dudo, lo que sí se puede con una orquesta de 120 niñas y niños, más un coro
de ochenta, es crear una opción del uso del ocio alucinante. Y no sólo van a usar
su tiempo esos 200 niños, vas a involucrar al primer círculo que los rodea en una
actividad que les levanta la autoestima de manera impresionante, que les da una
visón y un camino de capacidades. Eso está demostrado.
153
ha tenido es el de servir como una herramienta didáctica. Así se explota
el gusto y la curiosidad que la mayoría de los niños tiene hacia seguir un
ritmo, escuchar los sonidos, oír, cantar, ejecutar alguna canción, a conocer
algunos de los principales elementos como la entonación de las melodías.
Al mismo tiempo, desarrollan el gusto por interpretar, producir y vivir
personal y colectivamente la música tradicional mexicana y la música en
general.
El gusto por la música y la habilidad artística de tantos miles de mexi-
canos se debe, en buena parte, a que desde niños están involucrados en el
mundo sonoro, que ha conformado su sensibilidad. La juventud de hoy, en
la era de la computación y la robótica, necesita respuestas inmediatas a su
exigencia de aprendizaje. Hay que ofrecerles un mundo de conocimientos
indispensables para la vida, como leer y escribir el idioma básico musical,
educar el oído para percibir correctamente los sonidos, educar la voz para
poder expresar adecuadamente los sentimientos, aprender la esencia de la
cultura musical en las obras de los grandes maestros y adquirir la habilidad
de ejecutar uno o más instrumentos musicales. Todo lo anterior pondrá a
la juventud mexicana a la altura de los jóvenes de los países más desarro-
llados.
Según un estudio realizado por investigadores de la universidad de St.
Andrew, en Reino Unido, tocar un instrumento musical ayuda a resolver
problemas de los niños y jóvenes, también estimula la rápida identificación
de errores y habilidades para resolverlos. Es la gran habilidad que poseen
quienes estudian la música y tocan un instrumento musical. Se compro-
baron las respuestas cerebrales y el comportamiento de dos grupos:
músicos y no músicos. Mientras que ellos realizaban tareas diferentes, y
bastante sencillas, los resultados fueron muy interesantes. Los científicos
percibieron que aquellos que tocan un instrumento musical pueden encon-
trar errores con mayor rapidez y responder a ellos de manera eficaz. Esta
habilidad se desarrolla aun cuando la actividad no sea muy frecuente.
Los investigadores también señalan que quienes dedican tiempo
a tocar un instrumento pueden protegerse, incluso revertir el efecto, del
declive mental ocasionado por la edad y ciertas enfermedades. Además
de esos beneficios fisiológicos mencionados, la práctica de tocar mejora el
El éxito del sistema venezolano es Dudamel; él es un producto del éxito del siste-
ma, él es una naturaleza excepcional simple y sencillamente, pero no te imaginas
la academia de directores buenísimos que hay de violinistas, y chelistas, y cada vez
en niveles más poderosos y más fuertes.
A manera de conclusión
Referencias Bibliográficas
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book.
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la enseñanza musical temprana. Guadalajara: UDG-CUAAD.
Sep. (1991). Plan de actividades culturales de apoyo a la educación primaria. México:
Módulo música SEP.
Hay por lo menos 55 países en el mundo que han hecho su versión del
programa músico/social El Sistema, de Venezuela, creado para transformar
vidas de niños y jóvenes, principalmente pobres y algunos en barrios
marginados. El propósito de este ensayo es examinar algunas manifesta-
ciones de tales programas, particularmente en Venezuela, Guadalajara y en
Los Ángeles.
Venezuela
169
Fotografía 1. José Antonio Abreu
No me gusta vivir aquí, porque aquí es muy peligroso, por los malandros, las
pistolas, los tiros y eso. Hay niños de 15 años por aquí, fumando drogas, andando
con pistolas todo el tiempo. Tres meses después están muertos. Nos metemos para
adentro porque se forman las peleas y después lanzan un tiro y ellos no se fijan a
quien se lo lanzan, sino que lo lanzan y a quien le pegó le pegaron. Sí, tengo miedo
porque ellos se asoman aquí, y pueden soltar un tiro pensando que soy otra persona
y me matan3.
Una de estas personas fue Lennar Acosta. Lennar empezó muy joven
en una de las pandillas de Caracas y con sus compañeros estaba involu-
crado en la toma de drogas, varios delitos y peleas con otras pandillas.
Todavía tiene las cicatrices en su cara a consecuencia de estas peleas.
Lennar fue arrestado nueve veces por portar armas y terminó en un reclu-
sorio juvenil. Durante su tiempo en la cárcel algunos profesores organi-
zaron una orquesta. Cada semana fueron al reclusorio con instrumentos
y los jóvenes podían salir de sus celdas para participar en las clases y en
los ensayos. Lennar escogió el clarinete y luego dijo que cuando estaba
tocando música era el único tiempo en que se sentía libre. Cuando salió
7 Entrevistas del autor con padres de niños que participan en la orquesta de Lomas del Paraíso.
Cuando veo a mis hijos tocar me salen las lágrimas. Estoy tan orgullosa. (…) hay
armonía, hay unión, hay amistad. Además, he visto el respeto que los niños han
aprendido de los maestros, y he visto el respeto y cariño que los maestros les dan
a ellos. Estoy impresionada por el compromiso de los maestros.
Vivo en Los Ángeles Sur, un área con mucho contrabando y drogas, ideal para
reclutar a niños que no sienten que encajen en la vida. Ahí he perdido a algunos
amigos por la violencia de las pandillas y siempre he sentido que tocar música
fue una manera de honrarlos, de hacer lo mejor que pueda con la situación en que
me encuentro. El Proyecto ha sido un lugar seguro donde puedo tocar música y
conocer nueva gente sin tener que preocuparme por lo que sucede a mi alrededor.
El hecho de que es gratis ha ayudado mucho a mi familia. Después de cada ensayo
he sentido que estoy haciendo algo importante con mi vida, y las experiencias de
tocar en la Disney Concert Hall y el Hollywood Bowl fueron absolutamente asom-
brosas. No sé qué es lo que sería de mí sin este Proyecto.
Otra carta que me impresionó fue de Alice, una muchacha con pro-
blemas familiares y un severo problema de sobrepeso que le causaba
mucha angustia. Desesperada, ella recurrió a la bulimia. Ella dijo:
Mi único refugio era la música; los tonos, timbres y pulsos rítmicos me trans-
portaron a un mundo no contaminado de negatividad. Empecé a dejar mi desor-
den alimenticio. Primero una semana, luego un mes, y luego un año. A través de
concentrarme completamente en la música me encontraba escapando de toda la
negatividad que me infligía a mí misma. Todavía estoy lidiando con sobrepeso,
pero ahora la trato con actividades saludables. No sé qué habría pasado conmigo
si no hubiera entrado en el Proyecto pero ahora tengo metas y grandes planes y me
puedo ver en el espejo con orgullo.
Epílogo
Fuentes de Información
Video documental “Tocar y Luchar”, dirigido por Alberto Arvelo, Cinevole Studios,
2006.
Video documental “El Sistema”, dirigido por Paul Smaczny y María Stodmeier,
Euroarts, 2009.
Entrevista en línea https://www.rehau.com/group-en/corporate-information/press/unli-
mited/unlimited-7-south-america/democracy-in-the-orchestra
Artículo en el periódico Informador El Informador, 13 agosto de 2011.
Justificación
187
la deserción escolar5 hasta los embarazos a edades tempranas.6 Este tipo de
problemas se presentan en diferentes contextos culturales y sociales, pero
por lo general constituyen una contundente evidencia de la vulnerabilidad
de este sector de la población.
En el caso particular que nos ocupa, consideramos la escuela como el
micro contexto en el que los adolescentes pasan varias horas de su tiempo
formándose como “ciudadanos libres, participativos, responsables e infor-
mados, capaces de ejercer y defender sus derechos” (Modelo Educativo
para la Educación Obligatoria, 2017: 45). El tratamiento del tema se puede
situar en dos niveles de análisis: (1) documentar los casos más visibles de
lo que sucede en la escuela; (2) sumergirnos en la convivencia del día a día.
Esa convivencia es el núcleo que define el ambiente de una escuela y, desde
nuestra perspectiva, es la que permite explicar muchas de las situaciones
reales de la cultura de los derechos en nuestra comunidad. Por esta razón,
los agentes de la escuela, en sus relaciones, constituyen la pieza clave para
poder explorar cómo se construye una cultura del reconocimiento y ejecu-
ción efectiva de los DH. Por eso este trabajo se centra en explorar la segunda
perspectiva, i.e., analizar si en sus actividades cotidianas la escuela protege
habitualmente los derechos de los adolescentes y los promueve.
Alrededor de los DH hay mucho “ruido”. Esto provoca que, en alguna
medida, el discurso sea poco claro y, por tanto, incomprensible e inade-
cuado para la sociedad. Por ello es conveniente desplazar la discusión
directamente hacia los agentes porque resulta fructífero escuchar las expe-
riencias de los destinatarios como una alternativa para tener mayor claridad
en torno al ejercicio de aquéllos. Con estos razonamientos como base, el
presente trabajo se plantea como objetivo explorar, a partir del diálogo
con los adolescentes, cuál es el conocimiento y las experiencias que ellos
Encuadre metodológico
Resultados
La escuela y su tarea en la protección y promoción de los DH
Calificación
Evaluación Evaluación Evaluación promedio otorgada
Grupo
de los servicios sanitarios de los salones de clase de los anexos escolares. a los espacios
escolares
Pésimos, rayados; Está bien oscuro; -antes No se puede estudiar;
-horribles; -a veces no tú tenías que ir hasta -las ventanas todas
hay agua;- cuando le adelante porque hasta quebradas; -los ventila-
bajas a la taza del baño más adelante es donde dores ni sirven; -huele
se sale el agua; -tapados; hay luz; -los ventila- bien feo por el rastro;
-no dan ganas de entrar; dores no nos sirven; -las -cuando llueve se
A -al baño de los hombres bancas están que nos inunda y no te puedes 5
se le cayó como un pican, nos rompen la ir a tu casa; -si quieres
pedazo de la puerta. falda; -y los pantalones; ver alguna proyección
-todos rayados con chile; casi no se ve y casi no
-pintados; -nosotros se oye.
hacemos el aseo.
Depende del cuidado que Las butacas ya están Las áreas están muy
tengamos sobre ellos; a muy rayadas y muy secas, a veces…
veces no están en buen usadas; -malas porque algunas veces las
estado; pero a veces son de generaciones riegan, pero muy pocas
están limpios; -pero pasadas; -pues hay poca veces; -hacen falta
también por poco tiempo luz sobre todo en las espacios una zona en la
dejan de estar limpios; noches; -pues la ventila- que pudiéramos sacar
E -en sí la instalación de ción es regular; -le hace la computadora y que
6
los baños está bien, pero falta mantenimiento fuera para todos; -en
ya también como los a todos los salones; la biblioteca pedimos
cuidamos nosotros; -en el -una buena pintada y libros y no nos los
baño de los hombres no resanada. prestan.
hay agua.
Como todos sabemos, el empleo del teléfono móvil ha hecho que los
usos de estos sean cada vez más variados y la dependencia de los mismos
haya aumentado de una manera importante (Ruiz-Palmero, Sánchez-Ro-
dríguez y Trujillo-Torres, 2016). Esto significa que esta herramienta se ha
convertido en un derecho admisible. Si aceptamos este juicio entonces la
escuela debe contemplar un esquema inteligente para construir, junto con
los adolescentes, medidas claras para que los jóvenes aprendan a usarlo de
manera responsable y propiciar las condiciones para aprovecharlo como
herramienta de aprendizaje.
Conclusiones
Referencias bibliográficas
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el 24 de julio de 2017.
Introducción
205
de dicho grupo poblacional trabaja en la economía informal y de ellos un
pequeño porcentaje cuenta con acceso a la seguridad social.2
Estas cifras sobre la pobreza en Latinoamérica, se ven confirmadas por
las que existen a nivel nacional: según el CONEVAL (2014) para 2014 se
estimaron en Jalisco 2 millones 780 mil personas en situación de pobreza,
las cuales representan el 35.4% de la población total del estado3. Mientras
que las cifras relativas al Área Metropolitana de Guadalajara, con sus dos
municipios más importantes: Guadalajara y Zapopan, tienen, respectiva-
mente, 345 408 y 295 643 personas en situación de pobreza (CONEVAL,
2010)4.
Pero ¿por qué comenzar hablando sobre la pobreza y sus cifras cuando
el tema es derechos humanos de los jóvenes? Porque esas cifras denotan
que una cantidad ingente de tapatíos sufre de la misma lacerante pobreza
que el resto del país. La carestía engendra numerosos enemigos de la paz:
crimen, violencia, hambruna, intolerancia, corrupción, entre otros. Por
ello, el combate a la pobreza es un requisito indispensable para lograr que
impere la paz en nuestra sociedad.
Dada la interdependencia de los derechos humanos, el respeto pleno
a los mismos en nuestra sociedad pasa necesariamente por el abatimiento
de la miseria, ya que como nos demuestra la experiencia cotidiana, al ser
la pobreza uno de los mayores atentados a la dignidad humana, es difícil
pensar que en una sociedad pauperizada se respeten la vida, la integridad
física, el derecho a la salud, a un medio ambiente sano, a la seguridad
social, o cualquier otro derecho humano de los jóvenes.
Antecedentes
2 Comisión Económica para América Latina y el Caribe (2013). Regional overview: Latin
America and the Caribbean. Recuperado de www.cepal.org/es
3 CONEVAL (2014a). Medición de la pobreza 2014, Jalisco. México: CONEVAL.
4 CONEVAL (2010b). Medición de la pobreza, Estados Unidos Mexicanos. México: CONEVAL.
Marco conceptual
Marco jurídico
6 Congreso de la Unión. (2014c). “Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes”.
México: Diario Oficial de la Federación. Art. 5.
7 Congreso del Estado de Jalisco (2012). [1]. Ley de Atención a la Juventud del Estado de Jalisco.
México: Periódico Oficial El Estado de Jalisco. Art. 4.
8 Ibidem, art. 6.
9 Senado de la República. (2016). Punto de Acuerdo 16.2 por el que por el que se solicita a la
Secretaría de Relaciones Exteriores que remita el expediente relativo a la Convención Iberoameri-
cana de los Derechos de los Jóvenes, a fin de dar cumplimiento de lo establecido en el artículo 76
fracción I de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Gaceta del Senado. p. 385.
10 Cortes Generales (2013). Ley general de derechos de las personas con discapacidad y de su
inclusión social. España: Boletín Oficial del Estado.
11 Castaño Castrillón, José Jaime; “Reflexiones sobre la Eutanasia”. Archivos de Medicina (Col)
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12 Elma del Carmen Trejo García. (2007). Legislación Internacional y Estudio de Derecho
Comparado de la Eutanasia. México: Centro de Documentación, Información y Análisis de la H.
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13 Consejo Económico y Social ONU. (2000). Observación General Número 14, (El derecho
al disfrute del más alto nivel posible de salud. Artículo 12 del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales). Recuperado de www.acnur.org
14 European Court of Human Rights. (2017). Information note on the Court’s case-law. Francia:
Recuperado de www.echr.coe.int
15 Congreso del Estado de Jalisco [3]. Op. Cit., art. 54.
22 Cortes Generales (1995). Código Penal. España: Boletín Oficial del Estado.
23 Congreso de la Unión (1917). [1]. Op. Cit., art. 5.
28 Ejecutivo Federal. (1942). Reglamento de la Ley del Servicio Militar. México: Diario Oficial
de la Federación.
29 Secretaría de la Defensa Nacional. (s.f.). Formato universal para trámites del Servicio Militar
Nacional. Recuperado de www.sedena.gob.mx
Propuestas
Referencias bibliográficas
Introducción
No es necesario demostrar que la sociedad vive una crisis global cada vez
más aguda. Se manifiesta en la destrucción del mundo natural como del
mundo social. La paulatina desaparición de múltiples especies naturales,
así como el desempleo, la desnutrición, el hambre y la muerte, así como
la carencia de servicios básicos, de millones de personas en el mundo son
alarmantes.
Esta crisis global también se manifiesta en las diversas manifesta-
ciones de la violencia política, social, escolar, en las expectativas y en la
educación de las adolescencias. La crisis va saltando de país en país, de
región en región, hasta alcanzar cada rincón del planeta. Los noticieros
nos informan de aquí o de allá que un adolescente se suicidó o que descu-
brieron a otros engarzados en las redes del narcotráfico, como traficantes,
vigilantes y hasta sicarios que matan a otros adolescentes. Parecieran casos
aislados, luego nos detenemos y vemos los detalles de esos casos, y nos
damos cuenta que la estructura que sostiene la violencia autoinfringida, o
contra otros, está presente en todas partes. Las condiciones que sostienen
los sucesos que afectan la vida y el futuro de las adolescencias están insta-
225
ladas en las escuelas secundarias, en los hogares, en la comunidad, en las
calles, en todas partes.2
Hemos observado cientos de aulas de escuelas secundarias en la Zona
Metropolitana de Guadalajara (Ponce y Rodríguez, 2013). En la mayoría se
escenifica de manera cotidiana una batalla entre profesores y estudiantes.
Los chicos se ven divertidos, platicando, mientras que muchos profesores
a gritos les piden que se callen. En otros grupos, de plano, el profesor se ha
dado por vencido, los alumnos son quienes mandan; en otros, el profesor
mantiene la “disciplina” por medios coercitivos o dictándoles las preguntas
y las respuestas de los exámenes. Cuesta trabajo localizar prácticas exitosas,
pero existen. En estos espacios es donde los alumnos aprenden.
2 Se puede consultar la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del INEGI. http://www.
beta.inegi.org.mx/proyectos/enchogares/regulares/ensu/default.html
3 Por socialización, de acuerdo con E. Durkheim, debe entenderse el proceso mediante el cual
cada ser humano recibe los conocimientos, habilidades, destrezas, afectos, valores y disposiciones
para adaptarse al mundo social.
4 Gordon Hanson atribuye el lento crecimiento mexicano a tres factores internos combinados:
mal funcionamiento del crédito, poca calidad de bienes comerciables (electricidad, telecomunica-
ciones, educación) y baja productividad por aumento de la economía informal.
5 http://www.cepal.org/es
Conclusiones
Referencias bibliográficas
Introducción
239
tural frecuentemente está asociada con la violencia directa, bien sea que las
víctimas recurran a actos directamente violentos para intentar escapar a la
situación opresora, bien que sea algún grupo o el estado quienes repriman
violentamente a las víctimas.
En este sentido, creemos que los dos millones y medio de jaliscienses
que están en situación de pobreza (más de la mitad de ellos con menos de
treinta años), según los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la
Política de Desarrollo Social (coneval), son efectivamente víctimas de la
violencia estructural, dado que existe un atentado a una de las más impor-
tantes necesidades básicas: la supervivencia pura y simple. Además, es en
las zonas de mayor pobreza donde el crimen organizado mantiene un férreo
control y donde recluta a los jóvenes que le son funcionales. En esas zonas
también, el uso de las abaratadas drogas de diseño está muy extendido
entre los jóvenes, quienes delinquen para sostener su vicio.
Queda entonces por resolver si esta situación, en la que malvive
más del treinta por ciento de los jaliscienses, pudo ser evitada. Estamos
convencidos de que, en los últimos veinte años, pudo evitarse o al menos
atenuarse el sufrimiento de una parte considerable de esos jaliscienses
pobres. La situación que ahora padecemos es el resultado de una estructura
social heredada de un pasado casi centenario de corrupción e impunidad
y de decisiones muy cuestionables de quienes han diseñado la política
económica del país y de quienes la adaptaron a la realidad jalisciense. A
mediados de los noventa, después de un grave proceso de crisis, nuestro
país estaba en una encrucijada y, aunque bajo severas restricciones, era el
momento de definir el rumbo del país. La opción elegida, conjuntamente
con la agravación de las lacras políticas y sociales que seguimos pade-
ciendo y que dieron lugar al crecimiento del crimen organizado, nos llevó
al lamentable estado de cosas actual.
En el resto de este trabajo nos centraremos únicamente en el sentido
y las consecuencias de las decisiones de política económica, sin que por
ello intentemos minimizar la función determinante que han desempeñado
las estructuras políticas de nuestro país y de nuestra entidad federativa.
Mientras que el siguiente apartado aborda las causas del débil crecimiento
de nuestra economía, los dos siguientes discuten acerca de la herramienta
4 Habría que aclarar que el inegi renueva por entero sus cálculos, conjuntamente con las defi-
niciones operativas de las variables y de las actividades de los sectores productivos, cada cinco
años. Los datos incluidos aquí corresponden a la definición de 2008. En la versión de 2003, Jalisco
aparece creciendo por debajo de la media nacional. Las Cuentas Nacionales de 2013, que serán
publicadas en 2018, probablemente nos harán modificar de nuevo la evaluación del desempeño de
nuestra entidad federativa. Por lo tanto, es preciso tomar estas cifras con ciertas reservas. Final-
mente, habría que aclarar que el periodo 2003-2015 nos fue impuesto justamente por el inegi, pues
se trata de los años para los que los datos estatales publicados por este instituto son comparables.
5 Una discusión sobre los diversos sentidos de cambio estructural puede encontrarse en cepal
(2012).
7 Desde 1995 a la fecha ha habido cuatro periodos de gobierno, incluso de diferente partido,
pero la política de cambio estructural se ha mantenido en todo el periodo solo con leves e intras-
cendentes modificaciones retóricas. Por ello, en lo subsiguiente nos referiremos simplemente al
Gobierno de Jalisco.
Con las cifras presentadas en el apartado anterior, creemos que queda esta-
blecido que una de las consecuencias del proyecto jalisciense de cambio
estructural es que, a pesar de todo el apoyo obtenido por parte del gobierno
estatal, las dos actividades depositarias de ese apoyo no han logrado liderar
el crecimiento local y alcanzar niveles mayores de empleo y bienestar para
nuestra entidad federativa. En este apartado examinaremos muy breve-
mente algunas de las características económicas, y sus efectos para la crea-
ción de empleos y generar crecimiento, de los sectores que han sido favo-
RAMAS TRADICIONALES
RAMAS MODERNAS
¹ El capital fue tomado de la serie de stock de capital. El trabajo es medido por la variable “puestos de trabajo”.
² El producto corresponde a la Producción Bruta de Cuentas Nacionales. El trabajo es medido por la variable
“puestos de trabajo”.
Reflexiones finales
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ciones del pensamiento económico de la periferia, ed. Prometeo Libros, Buenos
Aires.
259
concurren en la empresa, en la rama o en el sector para la elaboración de bienes o
la prestación de servicios, con el fin de promover a nivel sectorial, estatal, regional,
nacional e internacional, y acorde con el mercado al que tiene acceso, su compe-
titividad y sustentabilidad, mejorar su capacidad, su tecnología y su organización,
e incrementar los ingresos, el bienestar de los trabajadores y distribuir equitativa-
mente sus beneficios.
Fuente: INEGI.
2 Para este cálculo se toma como referente de PEA al promedio anual de la población activa de
12 años y más, con el fin de compatibilizar con la información de 1993. La contabilización actual
toma como referencia población de 15 años y más.
Introducción
267
En el plano particular de nuestro país, se hace especial énfasis en la
legislación federal expedida en 1991 y en las reformas constitucionales
de 2005 y 2015. Las mismas han dado plena vigencia no solo al debido
proceso en materia de justicia penal para adolescentes, sino también al
sistema acusatorio y oral que deriva de las reformas constitucionales de
2008. Se concluye el trabajo con algunas reflexiones sobre el futuro de la
justicia penal para adolescentes en México.
[…] no han de imponer penas propiamente dichas, sino adoptar medidas educati-
vas y protectoras, ¿para qué ha de intervenir el Ministerio Público, si su función
es típicamente represiva? Y por otro lado, aquí resulta inútil la intervención del
abogado defensor, pues no hay intereses que proteger contra posibles arbitrarie-
dades… El acusado, dice Henderson, debe tener un defensor, pues su vida, su
libertad, están en peligro. En cuanto al niño, el Juez es su padre, su maestro, su
protector, su amigo, ¿para qué tener un abogado? (De Leo, 1985: 124).
Eran estas las ideas con que iniciaba el siglo xx, pero no habrían de cris-
talizarse en nuestro país sino hasta 1923. En esta fecha se creó el primer
tribunal para menores en el Estado de San Luis Potosí, seguido de la crea-
ción del Tribunal Administrativo para Menores en 1926 en el Distrito
Federal. Este conocería de las faltas administrativas y de policía, así como
las marcadas por el Código Penal que no fueran propiamente delitos come-
tidos por menores de 16 años (Solís, 1986:31 y ss.).
Siguiendo las nuevas corrientes de pensamiento, el 30 de marzo de
1928 se expidió la Ley sobre la Previsión Social de la Delincuencia Infantil
en el Distrito Federal y Territorios Federales, en la cual se sustrajo a los
menores de quince años de la esfera del derecho penal por primera vez. Se
estableció que los menores de quince años no contraían responsabilidad
penal pero por el solo hecho de infringir las leyes penales o los reglamentos
de observancia general quedaban bajo la protección directa del Estado,
quien habría de dictar las medidas conducentes a encauzar su educación y
alejarlos de la delincuencia (Solís, 1986: 34 y ss.).
Estos avances se vieron interrumpidos por el Código Penal para el
Distrito y Territorios Federales de 1929 (CPF de 1929) que, rompiendo
completamente con la tradición clásica europea plasmada en el CPF de
1871, adoptó de manera radical el pensamiento de la escuela positiva
italiana. Según esta tendencia se prescindiría de la valoración ético-jurí-
dica de la culpabilidad de acto para dar paso a la responsabilidad social
orientada por la defensa social. Esto fundamentaba la disposición y apli-
cación de sanciones en la antropología y la peligrosidad criminal (Islas,
1998: 770).
De acuerdo con ello, la nueva codificación declaró socialmente respon-
sables a los menores infractores y procedió con sanciones de igual duración
que para los adultos. Se distinguió entre menores y mayores de 16 años y se
estableció que los primeros deberían compurgar sus sanciones en estable-
cimientos especiales y con un criterio educativo (artículos 69, 71, 121,122,
123, 124, 181, 182, 183 y 184 del CPF de 1929). En materia procesal, se
concedió a los jueces de menores libertad en el procedimiento pero con
Comentarios finales
Como hemos podido observar la justicia penal para menores en poco más
de un siglo de existencia ha transitado por diversas etapas. Las mismas han
pretendido, no sin necesariamente lograrlo, la protección de los intereses
del menor infractor. Sin embargo, parece que el nuevo modelo, derivado
tanto de la Convención Internacional de los Derechos del Niño como del
sistema penal acusatorio, ofrece una mayor protección jurídica para los
infractores juveniles y mayores posibilidades de tomar medidas correctas
en su beneficio.
En términos numéricos, la justicia penal juvenil no parece ser un
problema grave, pues acorde con datos del Censo Nacional de Procura-
ción de Justicia Estatal 2014 –citados por CIDAC– para el año 2013 exis-
tían 4,691 menores internados en centros de tratamiento. Las medidas de
privación de libertad, en su gran mayoría corresponden a casos de robo,
predominado el robo a transeúnte en la vía pública (CIDAC, 2016). Esta
cifra contrasta con los más de 236,000 prisioneros adultos que existen en
México.
Referencias bibliográficas
Introducción
285
Ello ha implicado gastos en políticas públicas, cárceles, servicios de
salud, etc., dinero que no pude ser invertido en el bienestar social en favor
de los derechos básicos necesarios para el desarrollo nacional. También
afecta el desarrollo normal de la vida de los ciudadanos. El Instituto Ciuda-
dano de Estudios sobre la Inseguridad, ha demostrado que más del 66%
de la población en México ha dejado de realizar al menos una actividad
por miedo a ser víctima de la inseguridad.3 Tales circunstancias nos hacen
cuestionarnos acerca de la situación actual del país y de nuestra entidad,
tanto desde la perspectiva internacional como interna, a partir del punto de
vista de quienes se han visto seriamente afectados, los jóvenes.
9 Álvarez,C. (10 de agosto de 2015) “México el país más letal para jóvenes” Ciudad de México,
recuperado del periódico Excélsior el 28 de agosto de 2017 a las 11:30 en: http://www.excelsior.
com.mx/nacional/2015/08/10/1039371
10 Poy, L. ( 4 de mayo de 2017) “Violencia, riesgo que enfrentan niños y adolescentes en México”,
La Jornada, p. 32, recuperado el 28 de agosto de 2017 a las 11:57 en: http://www.jornada.unam.
mx/2017/05/04/sociedad/032n1soc
11 UNICEF México, Violencia y Maltrato, México, recuperado el 28 de agosto de 2017 a las
11:47 en: https://www.unicef.org/mexico/spanish/17045.html
12 Izquierdo, C. (1999) Sociedad violenta: un reto para todos, Madrid, Ed. San Pablo, p.19.
13 Citado por Guerrero, A. L. (07 de marzo de 2016) Los jóvenes y la violencia, Ciudad de
México, Agencia Informativa CONACYT, recuperado de la página de CONACYT el 28 de agosto
de 2017 a las 11:45 en: http://www.conacytprensa.mx/index.php/centros-conacyt/5925-los-jove-
nes-y-la-violencia-nota
14 René Alejandro Jiménez, Op cit., p. 216.
15 Ibidem, p. 217.
16 Torres, C. (2005) “Jóvenes y violencia”, Revista Iberoamericana de Educación, número 37,
s.l.e., pp. 55-92, recuperado el 28 de agosto de 2017 a las 11:11 en: http://rieoei.org/rie37a03.htm
17 René Alejandro Jiménez, Op. cit., p. 218.
Definición de juventud
Comenzaré señalando la carencia de un criterio uniforme en razón del rango
de edad y de las características que permiten identificar a un individuo
como perteneciente a este grupo etario. Existen notorias diferencias entre
los tratadistas, organismos internacionales y países según sea su contexto
socioeconómico, étnico o cultural. Ello resulta trascendente puesto que la
definición de este concepto encierra, indudablemente, el rango de edad que
engloba a una serie de individuos.
Haré alusión a las investigaciones realizadas por el Banco Mundial18
para clarificar la existencia de las discrepancias en el rango de edades. Las
organizaciones que se encuentran ligadas a las Naciones Unidas mantienen
un margen preestablecido, al señalar que la juventud comprende a aque-
llas personas que se encuentran entre 12 y 24 años. La etapa inicia con la
pubertad (10-14 años), para posteriormente entrar en la adolescencia (de
15-19 años) y concluir con la juventud plena (20-24 años).
Sin embargo, la OMS señala que comprende de los 15 a los 19, dividido
en períodos de cinco años para diferenciar juventud y adolescencia. Por su
parte, la UNICEF, ha preferido adoptar lo previsto por la Convención de
Derechos de los niños, niñas y adolescentes, donde se fija que estos lo son
desde los 0 a 18 años. En cambio, la OIT posee un rango aún mayor al
argumentar que la juventud se encuentra entre los 15 y 24 años de edad.
En México, tanto la alusión a la juventud como a la adolescencia son
utilizados en los cuerpos normativos y programas de gobiernos, ubicando
la primera entre los 12 y los 25 años. Así la diferencian de la adolescencia
y la minoría de edad, la cual se encuentra debajo de los 18 años. A pesar
de ello, los rangos son diversos en nuestra nación. Un claro ejemplo se
encuentra en el Censo de Población y Vivienda 2010 del INEGI, donde se
Víctimas o agresores
19 Ibidem, p. 19.
20 Banco Mundial, Op. cit., 2013.
Otros 0.2%
Individuales
• Déficit de atención, hiperactividad, trastorno de la conducta y otros trastornos
conductuales.
• Delincuencia.
• Consumo temprano de alcohol, drogas y tabaco.
• Nivel intelectual bajo y malos resultados académicos.
• Escaso compromiso con la escuela y fracaso escolar.
• Desempleo.
• Exposición a violencia en la familia.
Relacionales
• Escasa vigilancia y supervisión de los hijos por los padres.
• Prácticas disciplinarias de los padres severas, relajadas o incoherentes.
• Vínculos afectivos deficientes entre padres e hijos.
• Escasa participación de los padres en las actividades de los hijos.
• Abuso de sustancias o delincuencia de los padres.
• Depresión de los padres.
• Ingresos familiares bajos.
• Desempleo en la familia.
• Asociación con compañeros delincuentes y/o pertenencia a pandillas.
• Comunal y Social
• Acceso al alcohol y su consumo indebido.
• Acceso a las armas de fuego y su uso indebido.
• Pandillas y tráfico local de drogas ilícitas.
• Gran desigualdad de ingresos.
• Pobreza.
• Calidad de la gobernanza de un país (sus leyes y nivel de aplicación, así como
la normativa de educación y protección social).
Así como se han visto los factores que propician o generan la violencia
y la consecuente delincuencia juvenil, es importante señalar las teorías que
explican el comportamiento delictivo juvenil.
33 Idem, p. 22.
34 Idem, pp. 22-23.
37 Cfr. Comisión Nacional de Derechos Humanos, Op. cit., p. 44, nota al pie 36.
41 Idem, p. 52.
42 Idem, p. 117.
43 Ibid.
Álvarez, C. (10 de agosto de 2015). México el país más letal para jóvenes, Ciudad de
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de Estudios sobre la Inseguridad, p. 42, recuperado el 06 de agosto de 2017 a las
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Moloeznik, M. y Villarreal, A. (2010). “Sistema de justicia penal jalisciense”, en 2
décadas en el desarrollo de Jalisco. 1990-2010, González, Víctor et. al. (ed.),
Gobierno de Jalisco, Guadalajara, pp. 285 y 287, recuperado el 28/08/2017 a
(Footnotes)
1 Banco Mundial, op. cit., 2012, p. 22
2 Idem., p. 120
Precisiones conceptuales
309
en el fondo un estado anímico del hombre, y no exclusivamente un estado
de las cosas externas a él. Por supuesto, la no preocupación, puede tener
dos causales: 1) la factual, que tiene que ver con los hechos; y 2) la percep-
tiva, que se sustenta en lo que se cree o se piensa.
Ulrike Rausch señala que la seguridad implica “la ausencia o el hecho
de evitar la inseguridad, es decir, la amenaza y el peligro, así como el
temor ante estas seguridades. De acuerdo con esto, la seguridad tiene un
componente objetivo y uno subjetivo.” (Dieter Nohlen, 2006: 1236). De
esta manera resulta claro que tanto la parte objetiva como la subjetiva de
la seguridad son igualmente importantes en un Estado democrático y de
derecho, es decir, son auténticos asuntos de Estado.
3 El narcotráfico, por lo menos así sucede en México, es un fenómeno que causa terrorismo
entre la sociedad. Rodrigo Borja, en su Enciclopedia de la Política, señala que terrorismo es “el
régimen del terror que se impone en un país. Terror es miedo intenso, insuperable. Terrorismo es
el sistema que utiliza ese miedo como arma política. Es la táctica de ejercer el terror para lograr
un objetivo político, aunque hay actos terroristas que carecen de objetivos.” (Borja, 2017). Sin
lugar a dudas, el terrorismo que efectúa el narcotráfico en nuestro país también tiene una conno-
tación o fin político, pues trata de imponer un orden alterno de facto y no de jure ante la sociedad
y ante el gobierno: el amedrentamiento o asesinato de autoridades electas; los “narcobloqueos”
y/o “narcoincendios” ante la aprehensión de un capo; el asesinato de periodistas por publicar
información que los compromete, o de cantantes por interpretar “narcocorridos” que los ofenden;
“narcomensajes” y/o “narcoamenazas” en contra de gobiernos; el asesinato de fuerzas castrenses,
o el derribo de helicópteros de las fuerzas armadas; “narcofosas”, personas mutiladas o colgadas
en puentes, constituyen un eficaz modelo de terrorismo. De tal suerte, el crimen organizado perpe-
trado por los cárteles de la droga vulnera por igual el enfoque bidimensional de la seguridad.
4 De acuerdo a la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (2015), la región
en el mundo que registra mayor número de consumidores de drogas ilícitas es América del Norte
(Canadá, Estados Unidos y México), para captar el mayor porcentaje (no especificado) los Estados
Unidos. En un segundo lugar, le sigue Europa sin que también se desagreguen los países con
mayor número de consumidores de drogas ilícitas.
5 Este año, el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo señaló que son
cinco países los que exportan el 74% del total de armas en el mundo: Estados Unidos, Rusia, China,
Francia y Alemania. (El Economista, 2017: párr. 6). Curiosamente, a excepción de Alemania, estos
países son miembros permanentes, junto con la Gran Bretaña, del Consejo de Seguridad de la
ONU, quien tiene como sustantivo fin velar por la paz y seguridad mundial.
Fuente: Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016-2017, elaborada por
el Gobierno de la República.
Fuente: Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016-2017, elaborada por
el Gobierno de la República.
Fuente: Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016-2017, elaborada por
el Gobierno de la República.
Fuente: Elaboración propia con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Segu-
ridad Pública.
Corrupción), y éste se mide con base en encuestas y consultas hechas –OJO– a empresarios prin-
cipalmente (corruptores), y a algún que otro experto en la materia. Empresarios que, en no pocas
ocasiones, son los más asiduos gestores de la corrupción. En relación a lo anterior Casar (2016)
señala con enorme dosis de verdad lo siguiente: “Lo cierto es que no es posible considerar a las
empresas únicamente como víctimas de corrupción, sino también como beneficiarias”.
7 De acuerdo al Banco Mundial, Banco de México y Forbes, en nuestro país la corrupción repre-
senta el 9% del PIB nacional (IMCO, 2017: párr. 10). A efectos de ilustrar de mejor manera este
dato conviene contrastar que la principal fuente de divisas del Estado mexicano fue el sector auto-
motriz, que generó 62 mil 898 millones de dólares en 2016. Ese mismo año las remesas se situaron
como la segunda fuente de divisas, con 26 mil 970 millones de dólares. El turismo, en tercer lugar,
alcanzó los 26 mil 344 millones de dólares (El Financiero, 2017: párr. 1, 3 y 8). No obstante, en
2016, el costo de la corrupción en México rondó los 90 mil millones de dólares, lo que equivale al
9% del PIB nacional. De ese tamaño es el daño que causa la corrupción en nuestro país.
Referencias bibliográficas
Introducción
323
herramienta. Ellos dan sustento a las percepciones y son punto de partida
desde donde se construyen los imaginarios, que a su vez retroalimentan
a los primeros, es decir, a la generación de conocimiento a partir de la
realidad.
Por lo antes expuesto, si las percepciones se hacen desde la realidad, así
como los imaginarios se construyen a partir de la misma, y ambas la retro-
alimentan; entonces el mapa está en condiciones de aportar o contribuir al
proyecto: “La percepción de los jóvenes jaliscienses sobre la violencia”.
Dicha contribución se evidencia tanto en la parte informativa como en el
análisis especial del fenómeno.
4 Un geógrafo es “un sabio que conoce dónde se encuentran los mares, los ríos, las ciudades, las
montañas y los desiertos”. Luego el principito pregunta al geógrafo si su planeta tiene océanos,
montañas, ríos o desiertos, a lo que responde que no puede saberlo, que no es explorador: “carezco
totalmente de exploradores. No es el geógrafo el que va a hacer cuentas de ciudades, ríos, montañas,
mares, océanos y desiertos. El geógrafo es demasiado importante para vagar. No abandona su
escritorio. Pero recibe ahí a los exploradores. Los interroga y toma nota de sus recuerdos. Y si los
recuerdos de alguno de ellos le parecen interesantes, el geógrafo manda hacer una investigación
sobre la moralidad del explorador”, porque “un explorador que mintiese ocasionaría catástrofes
en los libros de geografía. También un explorador que bebiese demasiado… porque los borrachos
ven doble. Entonces el geógrafo anotaría dos montañas ahí donde no hay más que una sola… Las
geografías –dijo el geógrafo– son los libros más preciosos de todos los libros. No pasan de moda
nunca. Es muy raro que una montaña cambie de lugar. Es muy raro que un océano se vacíe de su
agua. Nosotros escribimos cosas eternas, no cosas efímeras” (Saint-Exupery, 1987: 57-59).
Yo conozco el Montevideo de los hombres a horario, los que entran a las ocho y
media y salen a las doce, los que regresan a las dos y media y se van definitiva-
mente a las siete. Con esos rostros crispados y sudorosos, con esos pasos urgentes
y tropezados; con ésos somos viejos conocidos. Pero está la otra ciudad, la de las
frescas pitucas, que salen a media tarde recién bañaditas, perfumadas, despreciati-
vas, optimistas, chistosas; la de los hijos de mamá que se despiertan al medio día y
a las seis de la tarde llevan aún impecable el blanco cuello de tricolina importada,
la de los viejos que toman el ómnibus hasta la Aduana y regresan luego sin bajarse,
reduciendo su módica farra a la sola mirada reconfortante con que recorre la Ciu-
dad Vieja de sus nostalgias; la de las madres jóvenes que nunca salen de noche y
entran al cine, con cara de culpables, en la vuelta de las tres y media; la de las niñe-
ras que denigran a sus patronas mientras las moscas se comen a los niños; la de los
jubilados y pelmas varios, en fin, que creen ganarse el cielo dándoles migas a las
palomas de la plaza. Ésos son mis desconocidos […] (Benedetti [2003] 2012, 14).
7 Tengamos en cuenta que según las características que contengan los territorios y conforme a
los estatutos del capitalismo y la globalización, unos serán más importantes que otros, por lo cual
mientras estos se pauperizan aquellos tenderán a crecer y concentrar diferentes aspectos como
infraestructura, población o capital.
8 El Cártel de Guadalajara no sólo fue famoso a escala regional, sino nacional debido a que fue el
primer cártel creado en el país como los que se conocen en la actualidad.
Conclusiones preliminares
9 Se sabe que en la actualidad una de las zonas calientes se encuentra entre los límites estatales
colindantes con Michoacán por la persistencia de los grupos de crimen organizado de llegar al
corazón de Jalisco.
Lacoste, Y. [1976] (1977). La geografía una arma para la guerra. Barcelona: Anagrama.
Castoriadis, C. (1975). La Institución Imaginaria de la Sociedad. Barcelona: Tusquests
Editores.
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cuantos 299.
Santos, M. (2000). La Naturaleza del espacio. Barcelona: Ariel.
339
que quiero remontarme es algo más breve y reciente: es aquella que inicia
en 1917, año en que se promulgó la Constitución Federal que actualmente
nos rige y con la que se inicia la etapa prohibicionista de las llamadas
“sustancias peligrosas” hasta la década de 1940.
Es por todo ello que en este ensayo4 realizo una historia social, política
y cultural de las drogas prohibidas a partir del consumo que hacían de ellas
los jóvenes en el periodo 1917-1950. Durante estos años se decretaron dos
Reglamentos Federales de Toxicomanías con los que se intentó tolerar el
consumo de este tipo de drogas, aunque tuvieran un éxito desigual.
4 Este ensayo forma parte de una investigación más amplia titulada Adictos, traficantes y gober-
nantes. Del consumo, el comercio y el control de las llamadas “nefandas drogas” en Jalisco,
1917-1950.
5 Afirman los doctores Cynthia Kuhn,Scott Swartzwelder y Wilkie Wilson que las drogas opiá-
ceas “son de cualquier tipo, naturales o sintéticas, que producen efectos opiáceos caracterís-
ticos, es decir, un estado soñador, eufórico, menos sensibilidad al dolor, estreñimiento y pupilas
contraídas”. En cuanto a su obtención agregan que el “opio corresponde a una preparación de
la amapola (Papaver somniferum). Se produce (…) mediante muy poco demanda técnica y con
intenso uso de mano de obra. Los cultivadores del opio cortan la vaina de las semillas de amapola
y recogen el fluido pegajoso que brota lentamente durante varios días después del corte. La savia
obtenida se refina de diferentes maneras. Puede dejarse secar en una vasija y usarse directamente
(goma de opio) o molerse hasta convertirla en polvo (polvo de opio)”. Kuhn, C.; Swartzwelder, S.
y Wilson, V. (2012) Drogas, 2ª. edición, México, Random House Mondadori, p. 26.
muertes por culpa de los opiáceos y de la cocaína en las clases altas, casos de
fuerte adicción en el mundo del teatro y en otros estratos de la sociedad, por no
mencionar el espectáculo de un demi-monde vicioso inhalando coca mientras las
grandes potencias luchaban en el frente occidental: todo ello se combinó para dar
a un conjunto de leyes que sigue vigente.8
También señala que “una vez estigmatizados casi todos los tipos de
intoxicación, los drogadictos empezaron a ser vistos casi como ladrones de
seguir”.9 México no fue la excepción a este pánico moral, aunque también
los ladrones fueron vistos como drogadictos.
6 Davenport-Hines, R. (2003) La búsqueda del olvido. Historia global de las drogas, 1500-2000,
México, Turner, Fondo de Cultura Económica. p. 93.
7 Walton, S. (2005). Una historia cultural de la intoxicación, México, Editorial Océano, p. 145.
8 Idem.
9 Idem.
Como decimos antes, el incremento que ha tomado el uso de las nefandas drogas,
llega ya al escándalo y por las calles vemos rostros macilentos de jóvenes que a las
claras denotan ser amantes fervientes de la morfina, de la cocaína, del éter y quizás
de la marihuana, y al verlos, no sabe uno si es lástima o indignación por aquel vicio
que los degenera y los convierte en cosas más que en personas. Algunos de esos
jóvenes hacen alarde de sus “virtudes” y alaban y aconsejan a sus amigos que to-
men aquello que a ellos les envilece, y los amigos por “sport” (deporte), por saber
qué se siente, se aplican una vez la aguja cargada de morfina. Tras esa aplicación
de prueba, siguen hasta convertirse en unos viciosos que necesitan de la inyección
para estar tranquilos, para nivelar su organismo.11
La exigencia del diario que publicó esta nota era que se realizaran
razias u operativos policíacos de todos los drogadictos que pululaban por
el centro de Guadalajara. Dicha solicitud fue cumplida por la Inspección
General de Policía, pues al menos en 1928 ya la policía perseguía a aque-
12 BPEJ, FH, “Se está formando en la ciudad una liga contra las malas yerbas, en El Sol, Guada-
lajara, Jal., 3 de noviembre de 1925, núm. 690, p. 1.
13 BPEJ, FH, “La sociedad que combatirá en esta las drogas heroicas” en El Sol, 4 de noviembre
de 1925, núm. 691, p. 4.
14 BPEJ, FH, “¡Un oportuno grito de alarma!”, en El Sol, Guadalajara, Jal., 17 de diciembre de
1925, núm. 798, p. 1.
15 BPEJ, FH, “Varios jóvenes “bien” en la cárcel por viciosos” en El Sol, Guadalajara, Jal., 3 de
febrero de 1931, núm. 3240, p. 1.
16 Vid, Smith, J. (2013) Historia completa de la mafia, México, Grupo Editorial Tomo, 2013,
passim capítulo 6. Prohibición.
17 El farmacólogo Denis Richard en Las drogas, una publicación de su autoría relativamente
reciente, explica que la toxicomanía es un fenómeno de masas que es sumamente difícil de definir
por la participación de diversas ciencias interesadas en ellas. Sin embargo, observa que muchos
adolescentes entre los 12 a los 18 años experimentan por diversas razones experiencias con
algunas de ellas (alcohol, marihuana, solventes) y cuyo consumo inicia por la simple curiosidad.
El autor considera que no tendría mayores consecuencias si no pasara de tener un uso recreativo.
El problema se presenta, de acuerdo con el mismo Denis, cuando los consumidores de vuelven
dependientes de las drogas y ello mucho tiene que ver la personalidad del individuo, el producto y
el contexto sociocultural “que determina(n) la utilización del producto”. Richard, D. (2003), Las
drogas, 3ª. edición, México, Siglo XXI Editores, pp. 87-88.
18 “Reglamento Federal de Toxicomanía” en el Diario Oficial, México, 17 de octubre de 1931,
núm. 46, p. 3.
19 Idem.
20 Idem.
21 Ibidem. p. 4.
22 Idem.
30 Astorga, L. (2015) El siglo de las drogas. El narcotráfico, del Porfiriato al nuevo mileniom
México, Plaza Janés, p. 59.
31 Boullosa, C. y Wallace, M (2015) Narco historia. Cómo Estados Unidos y México crearon
juntos la guerra contra las drogas, México, Penguin Random House, p. 41.
32 Vid Niblo, S. R. (2008) México en los cuarenta. Modernidad y corrupción, México,Editorial
Océano.
33 Enciso, F (2015) Nuestra historia narcótica. Pasajes para (re)legalizar las drogas en México,
México, Penguin Random House, 2015, p. 85.
39 Idem.
40 El doctor Wenceslao Orozco era un eminente psiquiatra nacido en Tenamaxtlán, Jalisco, el 9
de junio de 1905. Está considerado como uno de los pioneros en la enseñanza de la psiquiatría en
el Occidente de México. Fue fundador de la Sociedad Jalisciense de Neuropsiquiatría. Falleció el
25 de enero de 1982. Tello, A. (s.f.)“Dr. Wenceslao Orozco y Sevilla” en: http://www.gaceta.udeg.
mx/hemeroteca/paginas/357/
41 BPEJ, SFE, “Sanatorio de psiquiatría y toxicomanías” (anuncio) en El Informador, Guadala-
jara, Jal., 20 de octubre de 1940, No. 7967, p. 2.
42 CCJJ de la SCJN, Fondo Jal, Sección 1º. J.P., serie Procesos, 1943, legajo 7, exp. 164-199.
Los llamados “bajos fondos” han sido definidos por las representaciones
simbólicas como el espacio circunscripto de lo prohibido por la moral
social; es la geografía social del vicio, el crimen y el sexo prohibido reali-
zado, según el discurso dominante, por las clases subalternas y que se
difunden a través de un imaginario social mediante la prensa sensaciona-
lista de fines del siglo xix y primeras décadas del xx.43
De los bajos fondos tapatíos el más conocido tradicionalmente por su
violencia y el grado de delincuencia que presentaba ya desde fines del siglo
xix, y que aparecía de manera constante en la nota policíaca de los perió-
43 La historiadora inglesa Judith Walcowitz recreó al Londres victoriano mediante una estruc-
tura supramundana e inframundana semejante a la que existía en la Guadalajara porfiriana, divi-
diendo históricamente a la capital inglesa “desde el punto de vista geográfico y de clase, cuyos
límites sociales se veían transgredidos por actos ilícitos de sexo y crimen”. Walcowitz, J. (1992)
La ciudad de las pasiones terribles. Narraciones sobre peligro sexual en el Londres victoriano.
España, Ediciones Cátedra, Universitat de Valencia e Instituto de la Mujer, p. 24 (Col Feminismo).
44 BPEJ, FH, “Vagos y malvivientes deben ser consignados” en El Occidental, Guadalajara, Jal.,
12 de febrero de 1943, No, 189, p. 4.
Conclusiones
Fuentes de información
Archivos consultados:
BPEJ. FE: Fondos Especiales de la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco.
BPEJ. FH: Fondo de la Hemeroteca de la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco.
CCJJ de la SCJN: Casa de la Cultura Jurídica de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación en Jalisco.
Hemerografía:
Diario Oficial.
Informador, El (versión digital).
El Occidental
El Sol
El Triunfo
Referencias bibliográficas
Astorga, L. (2005). El siglo de las drogas. El narcotráfico, del Porfiriato al nuevo mile-
niom México, Plaza Janés.
Boullosa, C. y Wallace, M. (2015). Narco historia. Cómo Estados Unidos y México
crearon juntos la guerra contra las drogas, México, Penguin Random House.
51 Szasz, T. (2001) Nuestros derecho a las drogas, Barcelona, Editorial Anagrama, passim capí-
tulo 2.