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El maravilloso mundo de la motricidad fina y gruesa en los infantes según Vygotsky

Se sabe que la motricidad fina y gruesa en los infantes es fundamental y valiosa para su
desarrollo, ya que conforme van creciendo cada uno de los NNA suelen tener distintas
características y necesidades. Por lo cual es preciso que todas esas habilidades motrices se
fortalezcan durante los primeros años de vida de cada infante. No olvidemos que a los niños
y niñas les agrada aprender mediante el juego, con actividades retadoras, llamativas,
enriquecedoras. Que estás mismas situaciones didácticas los lleven a buscar soluciones y un
reto en el cuál ellos serán la pieza principal.

Estudios realizados por la UNESCO enfatizan la importancia de los primeros 18 meses de


vida, por la cantidad de adquisiciones que el niño/a debe lograr en esta etapa y las mayores
posibilidades de recuperación funcional y plasticidad, cerebral que existe. Criterio
generalmente aceptado y compartido por psicólogos y pedagogos, independiente de las
tendencias, teorías o escuelas a las que se adscriben. Se comprobó además, que en esta
etapa de la infancia existen periodos sensitivos del desarrollo que deben estimularse y no
esperar a incitarlos a partir de la edad preescolar, que aunque logran mejorías en el desarrollo
motor de estos niños/as, nunca llegarían alcanzar, el nivel de logro de los que empezaron
desde una edad temprana. (Bequer. 2000, pág. 24-25)

Definitivamente estoy de acuerdo con lo mencionado en la cita, infante que no tuvo una
adecuada estimulación temprana tiene serios problemas al ingresar al preescolar. Y no es
porque yo lo diga, a simple vista uno percibe las dificultades, necesidades y conflictos que
tiene el infante. Desde no poder dar pasos seguros, caerse la mayoría de las veces, chocar
con sus compañeros, no tomar bien los colores, inseguridad, etc. Esto genera que el infante
se sienta inseguro ante sus compañeros y es justamente en donde comienzan los problemas
ya que no logra adaptarse a su grupo y es más difícil realizar las actividades perdiendo el
interés y gusto por ellas. Para Bequer “el niño debe tener un buen estado de ánimo, si no, los
movimientos serán torpes y no se realizarán con suficiente calidad” (Bequer. 2000, pág. 68)

Si al momento de realizar la situación didáctica con los alumnos observamos que hay un
cierto grado de dificultad y no se está logrando el propósito, nuestra obligación es cambiar de
estrategia con la misma actividad, siempre logrando que nuestros NN estén a gusto y
alcancen el objetivo de cierta clase. Bequer menciona que “si el niño llora o no está contento,
entonces se debe detener la actividad y esperar hasta que se tranquilice mostrándole un
juguete acariciándolo, hablándole con palabras dulces; si no dan resultados estos
procedimientos, es recomendable suspender la actividad” (Bequer. 2000, pág. 68)

Hay casos de niños que ingresan al preescolar y te das cuenta que no tuvieron algún tipo de
estimulación temprana, un preescolar previo o un maternal. Esos infantes es muy probable
que tengan dificultades de lenguaje, escritura y habilidades básicas motrices. Niños que a
pesar de que ya saben leer y escribir en un preescolar lll, aún tienen dificultades en
desarrollar lo más básico de motricidad fina y gruesa sin agregar que están en la etapa del
egocentrismo y no saben regular sus emociones. De que sirve que un NN sepa leer y escribir
si aún no tiene una buena coordinación motriz y un buen reconocimiento de sus emociones,
todo tiene que ir de la mano.

Para Vygotsky la motricidad adquiere así un carácter relativamente independiente con


respecto a los procesos sensoriales y estos últimos se aíslan de los impulsos motores
directos, surgiendo entre ellos relaciones más complejas. Los experimentos de A. R. Luria con
el método motor combinado (1928) nos ofrecen una nueva faceta a la luz de estas
consideraciones. Lo mas interesante es que cuando el proceso retorna de nuevo a una
situación en la que el sujeto está en tensión emocional, se restablece la conexión directa entre
los impulsos motores y sensoriales. (Tomo 1, Vygotski pág. 2)

Conocido es por todos, que los niños/as con limitada comunicación por lo general, realizan
pocos movimientos y la inactividad conduce al debilitamiento del sistema muscular, así como,
la ausencia de emociones positivas determina una disminución en la intensidad del trabajo de
los sistemas cardiovascular, respiratorio y endocrino, lo que en opinión de la autora hace difícil
una acción pedagógicamente desarrollada. (Bequer. 2000, pág. 17) Justamente por eso es
importante trabajar con situaciones didácticas sobre emociones, lenguaje, escritura, desarrollo
personal y social, vida saludable etc. Con estas actividades lograremos que los NN Se sientan
seguros, independientes, sociables, amigables antes situaciones que vivirán a diario en su
entorno escolar y sean capaces de resolver alguna situación que se pueda presentar en algún
momento de su vida.

Hay que mencionar que Bequer (2000) menciona que el niño o la niña trae un grupo de
reflejos incondicionados que permiten su supervivencia, están dotados de una serie de
mecanismos que hacen posible la salida de un medio ideal que lo protege de las variaciones
del ambiente y en el que todas sus necesidades vitales están satisfechas, para pasar a otro
completamente distinta, hostil en el cual suelen tener que pedir mediante el llanto y la
irritabilidad que se satisfagan sus necesidades. (pág. 10-11)
De acuerdo con lo que se menciona en la cita anterior un infante al momento de nacer ya
trae reflejos que los ayudará a poder comunicarse con su mamá, los cuales serán utilizados
para poder explorar el mundo que los rodea, experimentar y tener la necesidad de sobrevivir
mediante su manera de comunicación que en el caso de los bebés es con el llanto, es la
forma de pedir comida y hacerle saber a su madre que está húmedo. Para Bequer “los
reflejos atávicos como su nombre lo indica se refieren a todas aquellas manifestaciones que
reflejan ser indicadores de periodos superados” (Bequer. 2000, pág. 11)

Bequer (2000) analiza que el niño nace en una etapa históricamente determinada, y por lo
tanto, en un mundo de objetos materiales y espirituales culturalmente determinados, es decir
su medio, más específico está condicionado por la cultura de su medio más cercano, por las
condiciones de vida y educación en las cuales vive y se desarrolla; no se trata de un medio
abstracto y metafísico. El medo social no es simplemente una condición externa en el
desarrollo humano, sino una verdadera fuente para el desarrollo del niño/a ya que en él están
contenidos todos los valores y capacidades materiales y espirituales del género humano que
deben de hacer suyas en el proceso de desarrollo. (pág. 19 y 20)

Con respecto a lo que menciona la autora en la cita, deseo rescatar que efectivamente los
valores son fundamentales en nuestros NNA ya que si saben el significado de algunos de
ellos como lo son: respeto, tolerancia, amistad, cooperación, paz etc. Se darán cuenta que
trabajando en equipo y ser tolerantes con los demás los llevará a tener mejores resultados,
así como el saber respetar el trabajo de sus semejantes al realizar actividades fáciles o
difíciles los llevará a tener una mejor convivencia entre ellos.

Muchos se preguntarán que tienen que ver los valores en la motricidad fina y gruesa en los
infantes. Pienso que siempre deben de estar presentes, ya que en ocasiones los niños son
crueles y dicen cosas sin pensar, al observar el trabajo de sus compañeros y darse cuenta
que tienen dificultad para llevarlo comienzan a tener conductas que no son apropiadas, aun
sabiendo que todos estamos aprendiendo y cada quien tiene un ritmo para hacerlo. Para
Vygotsky “En ese ámbito completamente espiritual son imposibles toda clase de relaciones
causales; y dentro de él hay que buscar la comprensión, la aclaración de los significados, el
establecimiento de los valores” (Tomo 1 Vygotsky pág. 3)

Con respecto a lo ya mencionado en la cita anterior es fundamental comentar que los valores
en la edad preescolar se dan siempre y cuando estén presentes desde el primer día de
clases, no olvidemos que nosotras como maestras somos las guías de nuestros NN para que
sean seres humanos de bien y desarrollen cada una de sus personalidades, según cada una
de sus características. Como ya lo había mencionado la motricidad fina y gruesa viene de la
mano desde el hogar, ya que, si en casa los padres de familia dedicaran algún momento
para trabajar las habilidades motrices más básicas con los hijos como lo son: correr, saltar,
rodar, rasgar etc. se evitarían muchos retos cuando inician su educación preescolar.

Si se fijan ustedes en este proceso verán que la idea de la unidad sensomotriz se verá
confirmada plenamente mientras nos limitemos a sujetos animales o tratemos con niños de
temprana edad o con adultos, para quienes estos procesos están más cercanos a los
afectivos. Pero cuando vamos más lejos se produce un cambio sorprendente. La unidad de los
procesos sensoriomotrices, la conexión según la cual el proceso motor constituye una
prolongación dinámica de la estructura que se ha cerrado en el campo sensorial, se destruye.”
(Tomo 1 Vygotsky pág. 2)

Con mucha frecuencia, en el niño se da una ruptura de la conexión directa entre los procesos
motores y sensoriales, interpretados en el plano psicológico, adquieren una relativa
independencia mutua, relativa en el sentido de que ya no existe la unidad, la conexión directa
propia del primer nivel de desarrollo. Por otra parte, los resultados de las investigaciones
realizadas sobre las formas inferiores y superiores de la motricidad en gemelos, y que
pretenden separar los factores hereditarios de los del desarrollo natural, llevan a la conclusión
de que, desde el punto de vista de la psicología diferencial, lo que caracteriza la motricidad del
adulto no es evidentemente su constitución inicial, sino las 74 nuevas conexiones, las nuevas
relaciones en que se halla la motricidad respecto a las restantes esferas de personalidad, a las
restantes funciones. (Tomo 1 Vygotsky pág. 2)

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