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- 3-5 semillas de frijol, lenteja o alguna otra semilla que tengan en casa
- Frasco de cristal limpio de cualquier tamaño
- Algodón
- Agua
Antes de comenzar la actividad, muestra los materiales a tu hijo(a) y pídele que los
identifique, observe y explore. Motívalo a tocar las semillas para sentirlas con sus manitas.
Pregúntale qué sabe acerca de éstas. Platícale que las semillas son plantitas que aún no
han crecido y que hoy van a ayudar a una de ellas a crecer.
Con mucho cuidado, apoya a tu hijo a colocar un poquito de algodón dentro del frasco,
cubriendo bien el fondo (que quede uniforme, como una camita). Pide a tu hijo que lo aplaste
y acomode bien.
Después, una a una, dale las semillas a tu hijo(a) y pide que las vaya acomodando
suavemente sobre la camita de algodón alejadas una de la otra.
Pregúntale ahora: ¿Hay algo más que nos falte? ¿Qué necesitan las personas, los animalitos
y las plantas para vivir y crecer? Espera a ver si te responde.
Continúa: Algo muy, muy importante es el agua. El agua nos ayuda a estar vivos.
¿Tú tomas agua?
Invítalo a poner un poquito de agua en el vaso de tal forma que el algodón quede
cubierto. No demasiado para no ahogar las semillas. Puedes usar un vasito pequeño y así,
facilitar la acción a tu hijo.
A partir de un simple experimento, tu hijo(a) aprendió acerca del ciclo de vida de una
planta.
Reforzamos sus habilidades de atención, escucha y paciencia durante el proceso y
el tiempo que tarda en ver el resultado de sus acciones.
La Semillita de Girasol
¿De qué color es? ¿Cómo son sus pétalos? ¿Cuál te gusta más?
¿Sabes cómo se llama esta flor?
Ahora, cuéntale que no todas las semillitas tienen la fortuna de tener quien las cuide, pero
aún así, las plantas hacen todo lo posible por crecer solitas y florecer, si es que llegan a
tener flores.
Ahora, dale a tu hijo(a) una hoja de papel y dibuja, con un plumón o pluma el contorno de
un girasol.
Pide a tu hijo(a) que piense en la planta que germinó la hermosa flor y pregúntale:
¿De qué color era el tallo? Invítalo a que coloree el tallo de verde.
Ahora, ¿Recuerdas de qué color eran los pétalos? Felicítalo al terminar su dibujo.
Mientras ilumina el girasol, puedes poner algo de música suave instrumental tal vez para
que tu hijo escuche.
Invita a tu hijo(a) a que agregue más elementos a su dibujo y, al terminar, pídele que te lo
describa.
Arcoíris de semillas
Para comenzar, pídele a tu hijo(a) que observe a su alrededor y que identifique y nombre
los colores que encuentre. ¿Ves algún objeto azul? ¿De qué color es el cojín?
Permite que te muestre, señale y nombre los colores de objetos a su alrededor.
A continuación, pregúntale donde puede encontrar colores alrededor de él… Sí, ¡por todos
lados! El mundo está lleno de colores.
Ahora, pídele que piense en algo donde haya muchos colores juntos, todos juntos.
Muchos. Sí… ¡El arcoíris! ¿Cuántos colores tiene el arcoíris? ¿Te gustaría saber cuántos
colores tiene un arcoíris?
Una vez que hayan visto el video, haz algunas preguntas. ¿Qué colores viste en el arcoíris?
¿Qué dice la canción? ¿Es rojo o naranja?
Una vez terminado este paso, hay que lavar las manos, poner las semillas amarillas en un
trozo de papel y repetir la acción con 6 colores distintos para lograr tener 7 grupos de
semillas de colores distintos. Los colores del arcoíris.
Una vez que todas las semillas estén secas… ¡hagamos el arcoíris!
Agreguen unas nubes (puede ser pegando un poquito de algodón por aquí o por allá) para
que el dibujo quede completo.
Invítalo a sentir las distintas texturas. ¿Cómo se sienten las nubes de algodón? ¿Suaves?
Y ¿Las semillas? ¿Cuál se siente más duro?
Pueden tomar una fotografía y enviarla a su maestra por mensaje. No olviden integrarla al
portafolio de evidencias para que, al volver a la escuela, pueda mostrarla y compartirla con
sus compañeritos de grupo.
A través de esta actividad, tu hijo(a) reforzó el conocimiento de los colores y descubrió que los
colores están por todos lados, haciendo el mundo más bonito.
Exploró distintas texturas y materiales como también reforzó la motricidad fina.
Sintió y percibió, a través del tacto, distintas sensaciones.
Finalmente, trabajamos la paciencia que se requiere para lograr terminar cualquier cosa.
Portarretratos de Semillas
Tu hijo(a) está creciendo en un mundo rodeado de tecnología, por lo que las fotografías son
algo muy cotidiano para él(ella). Aunque, seguramente, ya es experto en ver fotos en los
celulares o iPads, es bueno que también tenga imágenes tangibles que pueda ver.
Comienza hablando con tu hijo(a) de la familia. Pídele que nombre todas las personas que
forman parte de su familia (mamá, papá, hermano o hermana y mascota (si acaso la hay)).
Una vez que los haya identificado, coméntala que nuestra familia es lo más importante y
lindo que tenemos y que debemos cuidarla mucho.
Hoy haremos un lindo marco para poner una foto de toda la familia recordando cuánto nos
queremos y lo importante que todos los miembros de la familia son.
Con una regla, marca un rectángulo o cuadrado de 2 cm por fuera del rectángulo o
cuadrado original. Pide a tu hijo(a) que ponga pegamento sobre el marco del portarretratos
y que, utilizando sus deditos, coloque distintas semillas para ir haciendo la decoración.
Es importante que dejes que él haga la actividad. Así estás favoreciendo su motricidad fina
y… la paciencia.
Si hay algún otro material que puedan usar, adelante. Lo importante es que tu hijo(a) cree
un marco lindo, con los materiales que él(ella) elija, para que sea muy significativo.
Una vez que terminen, invita a tu hijo(a) a pintarlo con una brochita o pincel, si es que hay
en casa. También pueden dejarlo así. Como tu hijo(a) prefiera.
Hay muchas maneras de recordar la importancia que tiene nuestra familia y agradecer por ella.
Con esta actividad, tu hijo(a) tuvo la oportunidad de pensar en su familia, en todos los que la
integran al tiempo que reforzó su motricidad fina, su paciencia y el trabajo en equipo.
Puso de manifiesto su creatividad creando un lindo portarretratos.
Para comenzar, pregúntale a tu hijo(a) qué números conoce y recuerda. Invítalo(a) a contar
algunas cosas que haya por ahí en casa.
Pueden empezar por los deditos de su mano. Ahora, pídele que cuente tus dedos. Cierra tu
puño y ve levantando los dedos, uno a uno, mientras va contando. Tal vez puedan contar
algunos objetos de la cocina, por ejemplo, los cubiertos, vasos, etc.
Cuando haya terminado, haz algunas preguntas sencillas. Pregúntale de qué trató y qué
animales aparecieron en el video. Ahora, coméntale que es momento de jugar con los
números.
Coloquen las semillas en un plato extendido o en uno hondo donde pueda tu hijo(a) meter
su manita. ¿Cómo se siente? ¿Qué sensación identifica?
Ahora, lo que hay que hacer es pegar semillas en las tarjetas. Lo haremos en función del
número que cada tarjeta tiene.
Empecemos con la tarjeta con el número 1. ¿Cuántas semillas hay que pegar aquí?
Una. Sí. Peguemos una, entonces. Si acaso no hay semillas en casa, pueden pegar bolitas
de algodón o papel. Hagan esto con cada una de las tarjetas, identifiquen el número y
peguen los objetos correspondientes.
Una vez terminado el trabajo, dejen secar. Marca un periodo de tiempo en referencia a
alguna actividad para que tu hijo(a) pueda ubicarse. Por ejemplo, después de ver una pelí-
cula veremos si las tarjetas ya están listas.
Utilicen las tarjetas durante la semana para contar y reforzar los números. Busquen objetos
y cuenten cuántos hay. Si hay un reloj en casa, identifiquen los números.
Invita a tu hijo(a) a trazar, con su dedo índice el número, como si lo estuviera pintando.
Toma dos tarjetas, por ejemplo, el número 2 y el 5 y pregúntale: ¿en dónde hay más?,
¿dónde hay muchas?, ¿dónde hay pocas?
Los números están por todos lados. Revisen si en la puerta de casa hay números. En el
teclado de la computadora, del teléfono celular. ¿Dónde más? Los números están aquí y
están allá.
Tu hijo(a) irá descubriendo los números y las matemáticas, el lenguaje universal. Los números
nos ayudan a identificar cuántos objetos tenemos, dónde hay más, dónde hay menos. Pode-
mos hacer grandes cosas con los números.