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A petición del Juzgado de Violencia sobre la Mujer Nº 000 de RRRR, en relación con
el procedimiento de Tribunal del Jurado ……/201…, se solicita se “que por la psicóloga,
adscrita a este juzgado, elabore un informe psicológico, relativo a si la persona se siente
impulsada al delito, que determine la relación entre la adicción y el delito, como sus
circunstancias pueden o no frenar el delito” y que el informe solicitado sea efectuado por
dos peritos.
2. Metodología
a) Entrevistas y observaciones:
- Entrevista clínica semiestructurada con el Sr. DDDDD (26/06/18).
b) Pruebas aplicadas:
- Inventario Clínico Multiaxial de Millon-III, (MCM-III), de Theodore Millon (2007).
Adaptado en población española por TEA Ediciones, S.A.
c) Análisis de documentación obrante en el expediente del proceso judicial.
Nombre: DDDDD
Varón de 37 años de edad, nacido en 05/01/81 en … (Argelia).
Interno en el centro penitenciario t (módulo de limpieza) desde mayo de 2017, en
relación con los hechos denunciados.
Refiere estudios universitarios de Francés (de sus descripciones se desprende que parece
ser más bien estudios de Educación Secundaria), hasta los 18 años.
Es hijo único, y perdió la relación con su padre (dice que los abandonó) al poco de nacer,
hasta que volvió a retomar el contacto a los 18 años. Explica que su madre, de 62 años,
reside en UUU, y que su padre falleció la semana pasada por cáncer (a los 64 años).
Describe infancia condicionada por la ausencia de su padre, que condicionó también que
se criase con sensación de temor a recibir ataques y agresiones desde la infancia y necesidad
de proteger a su madre (dice que no tenía hermanos ni padre para defenderse). Esa ausencia
condicionó también que tuviese que empezar a trabajar muy pronto, a los 14 años, como
peluquero, compaginándolo con sus estudios. Luego desempeñó otros trabajos (pintura,
construcción) para ayudar a su madre, con la que convivió hasta los 18 años, cuando ella se
trasladó a España y él quedó conviviendo con su abuela. Aprox. a los 21 años ingresó en
España por reagrupación familiar con su madre, y retomó la convivencia con ella.
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El presente informe modifica nombres, fechas y localizaciones, y se aporta sólo con fines
de formación en el Máster de Psicología Forense de Isep.
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Explica que había comenzado a consumir tóxicos de forma abusiva (hachís y alcohol) en
Argelia, desde los 12/13 años, y que también había mantenido peleas desde la adolescencia
(acompañadas de fuerte impulsividad), que habían provocado lesiones. Explica que
frecuentaba ambientes marginales con actividades antisociales (hostilidad y peleas
frecuentes), y de los 11 a los 16 años mantuvo formación en Kick Boxing, lo que le resultaba
útil para defenderse. Destaca una agresión a los 15 años sobre su primo (de la misma edad),
que provocó a ese menor lesiones graves (dice que recuerda que no se pudo controlar).
Explica que en Argelia a los 17 años fue encausado por una agresión con un cuchillo sobre
otro menor (que provocó a éste lesiones graves), pero no entró en prisión (sobornando a
funcionarios), y que a los 18 años sí cumplió tres meses en prisión por relaciones
inapropiadas (al parecer con una prostituta).
Explica que tras su llegada a España en 2001 incrementó el consumo de hachís y de
alcohol, y se inició en el de cocaína. Refiere vivir de distintos trabajos (construcción,
peluquero, hostelería), y admite también actividades antisociales (robos con violencia, peleas
y lesiones), por las que llegó a ser condenado en distintas ocasiones2. Explica que ingresó en
prisión en España por primera vez en 2004, donde conoció a la fallecida (que al parecer
cumplía también condena y realizaba funciones de camarera). En esta etapa en prisión
explica que se inició en el consumo de heroína (fumada).
Desde aprox. 2006, con 24 años de edad, mantiene relación con la fallecida, y llegaron a
convivir cuando ambos comenzaron a salir de prisión (lo sitúa en 2011). La relación de
convivencia se mantiene hasta 2014, cuando es expulsado a Argelia por situación irregular
(dice que no pudo renovar su permiso de residencia por estar en prisión). Explica que
continuó la relación y contrajo matrimonio con la fallecida en 2015 en Argelia, hasta que en
2017 él regresa a España y retoman la convivencia. Semanas después se producen los hechos
denunciados. Niega cualquier acto maltratante o agresión previa sobre la fallecida o sobre el
hijo también fallecido, y describe muy buena relación con ambos. Explica que tenía
intención de adoptar al menor fallecido.
En cuanto a sus relaciones de pareja, explica que la relación con la fallecida (que se
mantuvo durante 11 años) fue su cuarta relación de pareja (la primera ocurrió en Argelia en
la adolescencia (a los 16 años), y finalizó por obstaculización de la familia de su novia,
también menor; la segunda, en España a los 21, con una mujer de 38, en contexto de
consumo de sustancias, que duró 7 meses; la tercera a los 22 con otra joven de su edad, que
mantuvo durante dos años, y cesó por su prisionización en 2004). Niega episodios de
violencia o actitudes maltratantes hacia ninguna de sus parejas.
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Según el registro de antecedentes penales obrante en las actuaciones figura condena de 28 jun 2004 por
delito de atentado; condena de 30 nov 2004 por robo con violencia e intimidación y lesiones; condena de
21 nov 2007 por robo con violencia e intimidación.
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En cuanto a la esfera laboral, explica que desde su llegada a España, salvo el tiempo
que estuvo en prisión (lo sitúa de 2004 a 2013, con permisos desde 2008), él compaginaba el
consumo de sustancias y actos antisociales (robos) con distintos trabajos esporádicos (vid.
supra), alternados con otros periodos de desempleo (dice que no encontraba trabajo). En su
última estancia en Argelia (2014-2017) tuvo su propia peluquería, cuya actividad cesó para
venir a España con su esposa, hasta que a las pocas semanas sucedieron los hechos
denunciados.
Niega antecedentes psicopatológicos personales o familiares, al margen de la primera
atención relacionada con el consumo de tóxicos en CAD de R (UUU) desde 14/mar/13 hasta
11 dic/13, donde mantuvo tratamiento ambulatorio por “Trastorno consumo de cocaína,
cannabis y alcohol” (Sic.), derivado del centro penitenciario para cumplimiento de libertad
condicional, con resultados analíticos negativos de consumo (según el informe del
mencionado CAD de 21 dic 17 que obra en las actuaciones). También se realizaron controles
de consumo durante su estancia en prisión (en 16/may/12 y 13/feb/13) ambos negativos,
salvo 1 positivo en benzodiacepinas (según el informe de SAJIAD de 9/ene/18 que obra en
autos).
En cuanto a la atención clínica recibida en su actual centro penitenciario t , según los
informes obrantes en autos, se detectó la presencia de “Rasgos del grupo B” y Juicio clínico
de “Reacción adaptativa y TUS” (I.e. Trastorno por Uso de Sustancias”) (informe clínico
penitenciario de 12 jun 2017); y en otra ocasión “T.U.S. […] TP” (I.e. T.U.S y Trastorno de
la Personalidad) (informe clínico penitenciario de 17 ago 2017). En el informe clínico
penitenciario obrante en autos de 23 nov 17 consta que “a su ingreso no se apreció síndrome
de abstinencia a tóxicos” y que fue incluido en el programa de prevención de suicidios. Los
tratamientos obrantes en los mencionados informes incluyen olanzapina, mirtazapina
(Rexer) y tranxilium, y en el informe clínico de ese centro de 16 ene 2018 (aunque
erróneamente consta como 16/01/2017, Sic.), se hace constar que únicamente mantiene
tranxilium y mirtazapina, sin olanzapina, y que el paciente reconoce un mejor control de sus
estados de ansiedad. En el último informe psiquiátrico remitido desde el centro
penitenciario, de 1 feb 2018, se hace constar el juicio clínico de “Reacción adaptativa en
remisión parcial”, con “Rasgos de personalidad emocionalmente inestable”; que a su
ingreso presentó diagnóstico de “Reacción adaptativa mixta. Trastorno por dependencia de
sustancias”, y que se encuentra en seguimiento con evolución que ha presentado intervalos
de empeoramiento de la sintomatología ansioso-depresiva; se mantiene el tratamiento con
mirtazepina, tranxilim y olanzapina.
Se practicó análisis toxicológico sobre el cabello del informado (en 06 oct 17), que
determinó el consumo repetido de cannabis y de cocaína en los seis meses previos, así como
el consumo conjunto de cocaína y alcohol (por la presencia de etilbenzoilecgonina) (según el
informe del servicio de drogas de 30 oct 17 obrante en las actuaciones).
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Actualmente mantiene tratamiento en psiquiatría en el centro penitenciario donde está
interno. Explica que acude a consulta cada tres meses y considera insuficientes las sesiones.
Refiere tratamiento farmacológico (mirtazapina y tranxilium). Explica también que ha
acudido a dos sesiones de Alcohólicos Anónimos (dice que han tardado en contestar su
estancia, y que no lo han hecho hasta hace dos semanas; en las actuaciones consta un
informe del centro penitenciario, de 22/ene/2018 donde se dice que el informado se dio de
alta en el programa en 21/jun/17, pero se le dio de baja en julio de 2017 por no acudir a
ninguna sesión).
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las heridas en el baño y trató de defenderse (se detectaron 32 heridas por arma blanca), y fue
trasladada al salón, donde fue encontrada. El menor J (según el informe) falleció también el
mismo día entre las mismas horas (aunque después de su madre) por traumatismo abdominal
penetrante y shock hemorrágico causado por heridas de arma blanca (tenía también
numerosas contusiones en la cabeza, insuficientes para provocar pérdida de conciencia), y se
explica que el menor también trató de defenderse, y que además el causante de la muerte
intentó acelerar la misma en un intento de estrangulamiento posterior a las heridas,
utilizando un fular, que el menor tenía enrollado al cuello. Los informes médicos explican
que se detectaron restos de semen en el orificio vaginal de la madre, y en su ropa interior,
pero no sugieren signos de violencia sexual. No se detectaron restos en el caso del menor.
El acta de inspección ocular elaborado por la brigada de policía científica de 23 de mayo
de 2017 obrante en las actuaciones explica que en la vivienda se observaron numerosos
signos de desorden y registro de habitaciones y armarios. Explica que se encontró una caja
de caudales con signos de fuerza que contenía piezas de color marrón (al arecer hachís), que
también aparecieron piezas similares en otra caja de cartón en uno de los armarios junto a
blíster de monedas en blíster.
5. Exploración psicopatológica
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abandono y desprotección (vid. supra). Actualmente tanto su madre como su familia materna
constituyen apoyo emocional (mantienen relación en el centro penitenciario).
En la esfera de las relaciones sociales: el estilo relacional que describe está relacionado
con el mundo antisocial y el consumo de tóxicos (vid. supra), con tendencia a la
desconfianza y a la sensación de necesidad de protección, propia de esos entornos. No se
aprecian déficit destacables de habilidades sociales.
Adaptación a la situación de prisionización: describe adaptación relativa actual al
entorno penitenciario, con sensación disfórica y sintomatología ansioso-depresiva (vid.
supra), pero con buena convivencia con el resto de internos y funcionarios. Está realizando
estudios de E. Secundaria. Explica que tiene que hacer sobreesfuerzos por ocultar su
sensación de vulnerabilidad emocional para no sufrir abusos o agresiones. Tiene experiencia
penitenciaria prolongada desde los 23 años (vid. supra).
Patrón de consumo de tóxicos: el informado refiere haber iniciado el consumo de
sustancias desde la infancia en situación de imitación de iguales (dice que eran las malas
compañías) y escalada progresiva (comenzando por hachís y alcohol, después
benzodiacepinas, cocaína y heroína) (vid. supra). Describe un patrón errático y abusivo de
policonsumo de tóxicos (dice que una vez que comenzaba a consumir se producían episodios
donde no podía parar, especialmente cuando se inició en la cocaína). Explica que el consumo
aumentaba su pérdida de control e impulsividad, retroalimentado un estilo de
comportamiento antisocial (robos y agresiones), que contribuía a costearse el consumo. El
patrón que describe no incluye tolerancia a las sustancias ni episodios de síndrome de
abstinencia.
El informado refiere que actualmente continúa consumiendo hachís en el centro
penitenciario (aprox. 5 cigarros diarios), y ha consumido cocaína en dos ocasiones desde su
ingreso.
Estructura de personalidad: pudo apreciarse una personalidad caracterizada por rasgos
de tipo límite desde el comienzo de la adolescencia (con fuerte impulsividad y mal control
de la ira, consumo de tóxicos, inestabilidad emocional con gestos autolíticos), paralelo a
rasgos de tipo antisocial, relacionados principalmente con actos violentos y robos (vid.
supra).
En cuanto a la prueba de personalidad administrada (MCMI-III), la actitud de respuesta
del informado fue tendente a mostrar un exceso en el reconocimiento de síntomas clínicos,
que puede obedecer a una exageración deliberada tendente a algún fin secundario (e.g.
obtener algún beneficio o simplemente requerir ayuda ante la percepción angustiosa de
malestar) (X: 66; Y: 94; Z: 93). Las preguntas fueron contestadas de forma coherente y no
azarosa, lo que sugiere una adecuada comprensión (V: 1)3.
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En el caso de la escala V, que mide la correcta comprensión de los ítem (mediante preguntas que son tan
improbables que si el respondiente las responde es posible que no las haya comprendido), el manual
sugiere que con más de 1 el cuestionario debe anularse, y con 1 debe interpretarse con cautela. En el caso
del informado puntuó 1, sin embargo (excepcionalmente) esa puntuación está perfectamente justificada
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Fig. 1 Perfil psicométrico obtenido por el informado en la prueba MCMI-III
Con las cautelas señaladas en cuanto al estilo de respuesta, a las que deben añadirse las
relacionadas con el origen foráneo del informado4, los resultados obtenidos son bastante
coincidentes con los obtenidos en el resto de la evaluación (vid. supra). los datos de la
prueba denotan una estructura de personalidad estable y relativamente compensada
(prácticamente todas las escalas de personalidad por debajo de TB 60), y en la que destaca la
presencia de apuntamientos moderados (C: 70) en rasgos de naturaleza límite (i.e.
inestabilidad emocional, con cambios anímicos recurrentes que alternan la existencia de
periodos de apatía y depresión, con rachas de ira, agresividad, ansiedad o euforia; esta
dificultad de regulación emocional se acompaña a menudo de fuerte impulsividad, y
alteraciones que pueden afectar al propio sentido de identidad, con sentimientos de vacío,
gestos de autoagresión, que pueden incluir consumo de tóxicos, o vivencia inestable de las
relaciones sentimentales, con alternancia entre la idealización y el odio y desconfianza). Se
detectó también la presencia moderada de rasgos de tipo paranoide (P: 73), que además
(contesto al ítem 90), porque se preguntaba si el respondiente había sido portada de revistas en el último
año (lo que en el caso del informado puede ser cierto, en relación con los hechos denunciados).
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La prueba pudo aplicarse porque el informado hablaba y entendía de manera muy adecuada el idioma
español (está en España desde los 22 años y hablaba el idioma desde la adolescencia por tener familiares
en Y), aún así la muestra con que se comparan sus resultados es española, no marroquí. Eso supone una
limitación, aunque las favorables condiciones de aplicación no impiden utilizar los resultados de forma
orientativa.
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aparece acentuada en el momento actual (PP: 72; SS: 78), y que puede obedecer a un patrón
crónico de desconfianza, pero también a una situación adaptativa en el entorno antisocial
donde se desenvuelve actualmente (incluida la prisionización).
La prueba destacó con más intensidad la presencia de síntomas clínicos en el momento
actual (que pueden ser reactivos al estrés psicosocial descrito por el informado en relación
con los hechos denunciados, aunque el informado también los relató en momentos previos
de su psicobiografía). Destaca la presencia de síntomas de ansiedad (A: 102; R: 63; H: 63) y
depresión (CC: 96; D: 70), con cambios anímicos recurrentes (N: 75).
Finalmente, la prueba destacó también la presencia de sentimientos de dependencia
hacia el alcohol (B: 93) u otras sustancias (T: 75), de forma concordante con el patrón
crónico y recurrente de consumo del informado descrito desde su adolescencia (vid. supra).
6. Consideraciones periciales
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inestabilidad emocional acompañada de fuerte impulsividad y agresividad (que en el
presente caso aumenta la peligrosidad al disponer el informado de conocimientos de defensa
personal), y el consumo de tóxicos.
Por lo demás, la estructura patológica de personalidad del informado aumenta la
probabilidad de sintomatología disfórica o ansioso-depresiva ante el afrontamiento de
estresores psicosociales (como los detectados en su proceso de prisionización, y que vienen
siendo tratados actualmente).
La estructura de personalidad comienza a formarse en la adolescencia, y una vez formada
a comienzos de la adultez se mantiene estructuralmente estable, con adaptación flexible al
medio, salvo que exista patología. En el presente caso, las descripciones del informado
denotan dificultad (no incapacidad) para aplicar esa flexibilidad, con inadaptación a las
normas (peleas, detenciones), además de malestar clínicamente significativo.
En cuanto al consumo de sustancias, en este caso hay evidencias (sí documentadas) de
que el consumo de sustancias ha sido tratado en el informado desde centro especializado de
CAD (en 2012/13), y ha implicado deterioro en su adaptación al medio social, laboral y
estabilidad personal. En todo caso, las propias descripciones del informado incluyen
periodos donde ha existido cierto control tanto del medio (bien sea social o penitenciario)
como del consumo, y no han existido internamientos previos en centros de deshabituación ni
episodios de síndrome de abstinencia.
Lo anterior sugiere que el trastorno por consumo en el informado no alcanza gravedad
extrema (la llamada dependencia de sustancias del anterior manual APA, 2002), sino que
más bien se acercaría al consumo abusivo, con implicaciones graves para el informado y su
entorno (el llamado abuso de sustancias del anterior manual APA, 2002). La diferencia
principal está en que la dependencia de sustancias (mucho más incapacitante) incluye la
presencia de tolerancia (i.e. necesidades cada vez mayores de sustancia para conseguir el
mismo efecto) y abstinencia (i.e. síndrome específico que ocurre cuando disminuyen las
concentraciones de la sustancia), al punto de que el dependiente de la sustancia pierde
completamente en control voluntario del consumo y orienta su vida a la adquisición y
consumo de la sustancia. En el presente caso el informado no refirió estas circunstancias, y
en el último ingreso penitenciario se explicitó en los informes de autos que no se detectaron
síntomas propios de abstinencia (vid. supra).
La estructura de personalidad descrita en el informado puede facilitar la comisión de
actos antisociales y consumo de sustancias, pero no la determina (vid. infra). El informado
mantiene conciencia de su patología y tiene margen de elección para someterse a
tratamiento.
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6.2 Sobre la relación de la psicopatología con los hechos denunciados
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conciencia y comprensión del hecho delictivo, llegando a producir estados psicóticos (e.g.
Delgado, Maza y Fernández, 2012).
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La hipótesis de que el informado perdiese la conciencia y/o la voluntad justo en el
momento de los hechos (para recuperarlas poco después) es simplemente una
especulación teórica, que no parece la más probable, teniendo en cuenta los elementos
analizados.
7. Conclusiones.
Los peritos firmantes del presente informe han redactado su contenido con imparcialidad y con arreglo a
su leal saber y entender. Con todos los respetos a SSª, emiten las siguientes conclusiones:
Nota- El presente informe es el resultado de una evaluación psicológica referida sólo a las circunstancias concretas del
contexto en que fue solicitado, por tanto no debe utilizarse en casos ni momentos diferentes a ese contexto. Si se
produjese una modificación sustancial en alguna de las circunstancias consideradas procedería una nueva evaluación.
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