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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE HONDURAS

OS

Catedrático(a): NORMA YAMILET CASTELLANOS FERNANDEZ

Alumno: Cándido Misael Maldonado Ortiz #201810040077

Asignatura: Ética Profesional

Trabajo: Resumen del Mod. #4

Modalidad: Virtual

Campus: El Progreso, Yoro.


Fecha: Octubre26, 2022
Introducción

En el siguiente informe estaremos hablando de forma resumida los conceptos


básicos sobre Ética, Profesionalismo y la Virtud los las cuales son bases
esenciales para poder convivir en un ambiente de respeto y como la práctica de
estas tres general en cierto modo una actitud de buen comportamiento y buena
reputación como seres humanos ya que son fundamentales en la práctica de una
buena moral.
ÉTICA, PROFESIÓN Y VIRTUD

La Ética estudia actos voluntarios, que el hombre controla consciente y deliberadamente y


de los que es fundamentalmente responsable y los actos involuntarios, son los que
obviamente ejecuta inconsciente o involuntariamente y no poseen significado ético alguno.
Es necesario indicar en esta breve introducción la no muy clara diferenciación entre la
moral personal y la ética profesional. La ética abarca las normas que permiten la
convivencia de personas y grupos y la moral abarca la conciencia individual, que se
considera subjetiva, por razones obvias.
La existencia de un sin número de regulaciones en el orden institucional, personal y
profesional nos ha llevado a considerar la ética profesional en el marco de la Gerencia y
Praxis Educativa, propiciando su análisis para su observancia y beneficio del sistema
educativo.

Ética profesional: Es la rama de la ética aplicada cuyo propósito es establecer los deberes
de quienes ejercen una profesión. La ética o deontología no impone sanciones legales o
normativas.

La ética apunta en muy buena medida a ese arte de la vida que, adecuadamente
ejercida, proporciona las condiciones de posibilidad de una existencia honorable,
de una biografía

La Profesión, señala al lugar en el que se vive desde el punto de vista laboral: es ahí
donde la mayor parte de las personas obtienen el sustento preciso para sí mismos dichosa

La virtud, Apunta a los hábitos, es decir, a la facilidad mayor o menor que una
persona puede alcanzar para realizar un determinado acto, a base de haberlo ejercido
en muchas ocasiones previas.

Teniendo claros estos tres conceptos podemos decir que es muy importe tener un sistema de
valores éticos y morales no solo en el ámbito profesional si no que en el diario vivir es
imprescindible aprender a respetarnos los unos a los otros vivir sin afectar de manera
negativa la vida de los demás si de algún modo tendremos un impacto en la vida de los
demás procuremos que sea de forma edificativa y no destructiva.
No obstante en mucha ocasiones con el afán diaria de la vida o del trabajo nos cargamos de
estrés y ansiedad ya sea mental o física o emocionalmente esto de algún modo nos lleva a
comportarnos de una manera poco humano y sin ética moral, Sin embargo no debemos
olvidarnos que debemos aprender a ser humanos educados sobretodo en el ámbito labora

Esta temática incluye tres términos:

 Ética
 Profesión
 Virtud
Estos términos que para algunos resultan inconciliables, no sólo en la práctica sino también
conceptualmente. Señalaré siquiera algunas vías de análisis sobre la cuestión, indicando ya
desde ahora que, al igual que todos.

A semejanza de cómo Aristóteles explica en la Metafísica que el ser seduce de muchas


maneras, también el estar se dice de muchas maneras. Una persona puede estar moribunda
o pletórica de salud.

Un modo de estar es precisamente no estar, y entonces se percibe especialmente qué


persona contribuye y quién no a la convivencia, porque es en la ausencia -en su no estar-
cuando destaca de manera muy particular la figura del líder, es decir, de quien tiene algo
que decir, que aportar.

Pues bien, el estar del que hablamos ahora, es decir, el estar del ethos, hace referencia, al
estar en plenitud, al estar feliz, que acaba por confundirse con el ser feliz.
La ética apunta en muy buena medida a ese arte de la vida que, adecuadamente ejercida,
proporciona las condiciones de posibilidad de una existencia honorable, de una biografía
dichosa.

El segundo término, profesión, señala al lugar en el que se vive desde el punto de vista
laboral: es ahí donde la mayor parte de las personas obtienen el sustento preciso para sí
mismos y para sus familias, y es donde, con una consideración más profunda y acertada los
humanos pueden llegar a convertirse en colaboradores con el mundo, participando en la
administración de la realidad, no como accionistas -no nos ha sido dado el planeta en
propiedad- sino como gerentes.

Llegamos al tercer elemento constitutivo del título: la virtud. Este término apunta a los
hábitos, es decir, a la facilidad mayor o menor que una persona puede alcanzar para realizar
un determinado acto, a base de haberlo ejercido en muchas ocasiones previas.

Es un lugar común recordar que si esos hábitos operativos se encuentran orientados al bien
son denominados virtudes y si lo están hacia el mal quedan calificados como vicios. Los
hábitos componen -según Aristóteles- una segunda naturaleza, que nos facilita o nos
dificulta el camino de la vida en plenitud.

Otros autores -Spinoza, Ortega y Gasset, etc. Se refieren a este mismo tema, afirmando
que el humano es causa Sin duda, no desde un punto de vista ontológico, pero sí
operativamente. No ontológicamente, insisto, ya que la persona no puede darse el ser a sí
misma, por tanto del no-ser-persona no procede el serlo, por mucho que se acuda a la
casualidad (aunque se recurra al expediente de períodos inmensamente largos de tiempo).
Por el contrario, repito, el ser humano, de algún modo, sí puede hacerse a sí mismo
operativamente.

“De hecho, hoy somos, en buena medida, lo que ayer quisimos ser. Mañana seremos en
cierto modo lo que hoy estemos procurando. Los hábitos
van encuadrando nuestro camino y aunque no actúan de un modo determinista, sí hacen
más fácil o más difícil la marcha hacia adelante.
Sucede así que determinados hábitos, como la pereza o la diligencia, marcan la capacidad
de enfrentarse o no a los sucesivos retos que la existencia va planteando”. Cervantes
resume lúcidamente esta realidad en los comienzos de El Quijote: somos hijos de nuestras
obras.
Parafraseando al pensador polaco Tadeusz Styczen, realizarse o no realizarse depende de
cada uno. Con las sucesivas decisiones, cada persona va aprovechando o no las sucesivas
oportunidades de autorrealización.
Literalmente afirma: de ti mismo dependes, a ti mismo-te sitúas, a ti mismo, te dominas, a
ti mismo, te posees. Nadie te robará a ti mismo, pero tú mismo puedes robarte.

La búsqueda de la felicidad
Hay, al menos, una realidad en la que las personas de todos los tiempos y de cualquier
latitud estamos esencialmente de acuerdo: anhelamos la felicidad. La pretendemos de forma
más o menos explícita, en manera más o menos ansiosa, pero siempre la perseguimos, tanto
en lo profesional, como en lo familiar y, principalmente, en lo vital: la necesitamos en el
acontecer diario.

La Felicidad y la Ética

Para muchas personas, los términos felicidad y ética aparecen como opuestos. Esto se
produce porque, desafortunadamente, el concepto al que nos referimos resulta ser en
ocasiones un pseudo, ya que padece del mal de la desarmonía.
La ética, es ciencia y arte, y su belleza intrínseca exige un delicado equilibrio de todos
los aspectos que la componen. Añado ahora que, si alguno de ellos adquiere
preponderancia demeritando a los otros, surge un proceso de desvirtuamiento, con
consecuencias graves.
Quizá las mentiras más dañinas para el ser humano sean precisamente los problemas mal
planteados, porque en nada estimulan para buscar la verdad. Aceptar una postura errada en
el comienzo supone, en buena medida, despilfarrar el pensamiento, ya que las conclusiones
no serán válidas.
La ética, en sentido pleno, es la armónica composición de tres elementos:

1. Las normas: Nos indican qué es lo que debemos hacer, nos orientan sobre
los caminos que hemos de recorrer en nuestro comportamiento personal y
respecto a los demás a lo largo de la vida.

2. La virtud: Es el segundo elemento radicalmente constitutivo de la ética.


Como hemos señalado al comienzo de estas reflexiones, los hábitos van
conformando esa segunda naturaleza, que facilita o dificulta determinadas
actuaciones.

3. El amor: es el tercer factor consistente de la vida ética. El amor del que aquí
hablamos lo es en sentido pleno. No nos referimos a una mera apreciación
afectiva, sino que incluye en sí elementos de razón y de voluntad. La
importancia del amor es básica, pues no es posible crear sin amar, y si esto
sirve para todas las artes, de manera más plena para esa gran catarsis en la
que consiste precisamente el desarrollo de la persona, es decir, su
crecimiento ético.
Conclusión
Terminando este resumen podemos decir que la práctica de la moral y la ética son muy
importantes para crear un ámbito de respeto como seres humanos pero si hablamos de lo
que es la verdadera felicidad es un tema un poco complejo ya que el corazón del ser
humano es muy profundo ni siquiera uno mismo se conoce y no sabe lo que hará feliz y en
muchas ocasiones el aplicar las normas éticas y morales conlleva a cierta tristeza cuando
esto de antepone a lo que nos hace feliz.

En mi opinión la felicidad se puede lograr cuando esta se define y se ancla asía el amor a
Dios ya que de algún modo él es para siempre y nunca cambia. Y seguir sus códigos y
normas morales con llevan al bien y amor común.

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