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Inteligencia y aprendizaje en animales

Fernando Francisco Serrano Carrillo.

Al interesarse por el tema del estudio del aprendizaje, no solo humano sino de animales
también, destacan dos figuras: W. Köhler y L. E. Thorndike, quienes a finales del siglo XIX y
principios del XX realizaron investigaciones para darle más luz a este asunto. El primero en
publicar su trabajo sería Thorndike en 1898, con un punto de vista predecesor del
conductismo, y Köhler aportaría el enfoque de la Gestalt en 1915. Aunque son textos que a
simple vista puedan parecer muy similares, en el sentido de que dividen el aprendizaje en
estímulo, percepción de este, y vinculación entre una determinada respuesta y un resultado
óptimo. Sin embargo, al analizar más detenidamente pueden apreciarse matices que
diferencian ambas opiniones.

Thorndike fue uno de los predecesores del conductismo estadounidense, creando la Ley del
efecto (cuyas conclusiones obtuvo del experimento con los gatos y las cajas) e inspirando a
Watson en su publicación del manifiesto conductista. Tuvo gran influencia también sobre los
estudios de la conducta de los animales, e incluso influyó también sobre la escuela de la
Gestalt, de la cual formaba parte Köhler. Sería también el primero en aplicar principios
psicológicos al estudio del aprendizaje. Sin embargo acabaría señalando que su teoría de
aprendizaje original estaba equivocada, y renegó del refuerzo negativo del que hablaba en su
Ley del efecto.

Por otro lado, Köhler fue uno de los principales autores de la escuela de la Gestalt, así como
director del Instituto de Psicología de la Universidad de Berlín y presidente de la Asociación
Americana de Psicología. Realizó, junto a K. Koffka y M. Wertheimer, estudios acerca de la
percepción del movimiento y el efecto estroboscópico. Con Wertheimer, Koffka, K. Goldstein
y H. Gruhle fundó la revista de psicología "Psychologische Forschung".

Contemporáneamente a estos autores surgieron movimientos y acontecimientos históricos de


gran importancia. Dentro de temas polémicos, tales como la eugenesia, estos autores
compartían posturas muy diferentes. Mientras que Köhler estaba en contra de esta, Thorndike
la apoyaba fuertemente creyendo que era la forma de mejorar al ser humano y la sociedad.

Este creía que el género y la raza eran importantes factores que determinaban las capacidades
y la inteligencia, y por tanto, de acuerdo a los ideales de la eugenesia, quién era más óptimo
para el desarrollo de la humanidad. Este punto de vista se vería reforzado con la aparición de
los primeros test de inteligencia y su aplicación sesgada a una población que acababa de salir
de la esclavitud, dándole fuerza a ideas racistas y sexistas. Por otra parte ambos autores
vivieron durante el transcurso de las dos guerras mundiales, y fueron testigos del surgimiento
del conductismo en la psicología, entre otros muchos acontecimientos que ocurrieron a
principios del siglo XX.
Si procedemos a comparar ambos textos podemos fijarnos mejor en sus similitudes, pero
también en sus diferencias. Para empezar, es obvio decir que ambos trabajos comentan el
proceso del aprendizaje utilizando como referencia para darse apoyo los resultados de
experimentos realizados usando animales como sujetos.

En su trabajo, Köhler comienza destacando la importancia del proceso de aprendizaje.


Comenta que, en un primer instante las acciones del animal serán llevadas a cabo al azar,
cometiendo muchos errores en el proceso, hasta que mediante un sistema de recompensas y
castigos el animal irá reconociendo el curso de acción correcto que ha establecido el
experimentador. Ocurrirá siguiéndose un descenso gradual del número de errores, pero solo
será de esta manera en animales "inferiores". En animales más complejos, dice Köhler, no
aparecerá una curva de aprendizaje. En cambio, de acuerdo a sus experimentos estos fallarán
una y otra vez hasta que llegue un punto en que entiendan perfectamente lo que deben hacer,
sin volver a fallar de este punto en adelante.

Para Köhler, al encontrarse el animal en una situación desfavorable se activan en este una
serie de impulsos de respuesta. Sin embargo, la forma en que los estímulos percibidos se
unen unos con otros para construir la realidad también es determinante a la hora de llegar a
una respuesta u otra.

Da gran importancia a los procesos mentales que tienen lugar en la cabeza del animal,
reflejando la hipótesis del mosaico de la Gestalt e indicando que el conjunto de estímulos que
procesa la mente es mayor que la suma de cada uno de ellos. Es un punto de vista que se
inclina hacia el cognitivismo.

Thorndike, por otro lado, nos pone en situación de un experimento en que mete a gatos en
cajas con un mecanismo que les permite salir. En los primeros instantes en los que el gato se
encontrara en la caja, este procedería a llevar a cabo acciones impulsivas que tendrían la
intención de hacerle salir. Una de estas acciones impulsivas le llevaría a activar el mecanismo
de salida. Tras muchas repeticiones, en las cuales el animal tardaría menos en activar el
mecanismo debido a que comenzará a eliminar impulsos inútiles. Llegado cierto punto, el
animal, en este caso el gato, acaba asociando la sensación del interior de la caja con el
movimiento correcto para salir de ella. Para Thorndike ese es el proceso de aprendizaje, la
asociación de un comportamiento a una situación para poder sobrevivir, y esta asociación
sigue la misma curva a lo largo del tiempo que el proceso de aprendizaje propuesto por
Köhler. Por sus conclusiones se entiende el porqué se le considera uno de los predecesores
del conductismo.

Podemos proceder también a comparar el diseño de los experimentos. No queda claramente


especificado cual es el procedimiento del experimento de Köhler, pues solo nos indica que el
sujeto debe "decidirse por uno entre diversos objetos". Tampoco sabemos con qué clase de
sujetos realizó los experimentos, aparte de gallinas, monos, y más tarde estudiantes. El
procedimiento seguido por Thorndike, en cambio, queda claro: se coloca a un gato en una
caja con un mecanismo de salida que el animal debe activar, y después de muchos intentos va
eliminando impulsos innecesarios hasta dar con la solución.

Por otro lado, si nos enfocamos en los estímulos, también encontraremos diferencias entre los
dos planteamientos. Para Thorndike el estímulo, como tal, constituye una sensación
conseguida por una situación determinada, tal como estar encerrado en una caja, y la
respuesta a ese estímulo consiste en impulsos que empujan al cuerpo a actuar. Son los
impulsos los que toman más importancia a la hora de actuar, y se van suprimiendo impulsos
inútiles hasta que el cuerpo se queda con los que son óptimos y correctos. Köhler lo ve con
un punto de vista que valora más los procesos mentales que puedan tener lugar. Además, se
para a pensar acerca de la forma en que experimentador y animal entienden el experimento, o
bien, el estímulo que importa para que este se lleve a cabo. Comprende que las piezas del
experimento, aunque atraen una parte importante de la atención del experimentador, sólo son
un estímulo más rodeado por muchos otros para el animal. Le da mucha importancia a la
experiencia específica vivida por cada individuo, en especial a los procesos mentales que
pueda seguir cada uno tanto para percibir los estímulos como para darle forma a la realidad a
partir de estos o buscar una solución a la situación problemática que se ha planteado.

Al final lo que importa es la posibilidad de aplicar de forma práctica las conclusiones


extraíbles. La aplicación de las teorías de estos autores al estudio del aprendizaje que puede
seguir una persona, en especial niños en desarrollo, tendría enfoques ( y seguramente
conclusiones) muy diferentes. En un principio podría atraernos más la postura de Köhler
debido a que encaja más con lo que estamos acostumbrados a escuchar hoy en día, ya que
incide algo más sobre los procesos mentales. La aplicación de recompensas y castigos
propuesta como método de refuerzo de aprendizaje es algo con lo que muchos de nosotros,
por no decir todos, estamos familiarizados. El grado de las recompensas y castigos aplicables
estaría, por supuesto, sujeto a debate, pero en general no consideraría la aplicación de su
método como muy ajena a la que se utiliza hoy en día. El reconocimiento de la importancia
de la percepción subjetiva también resultaría atractivo para la gente, ya que eso permitiría
explicar de un modo u otro las diferencias en el procesamiento de la información entre
individuos. Por ejemplo, el que un niño este aprendiendo a comportarse y se le den premios o
castigos según se adapte a las normas sociales que se le intentan enseñar, pueden favorecer
que las acepte. Además, la percepción de la realidad propia de ese niño puede servir para
explicar el que opte por seguir esas pautas que se le dan, o el que las ignore.

La idea de Thorndike acerca de la aparición de impulsos frente a un estímulo también tendría


aplicaciones hoy en día. Es bien sabido que, cuando nos encontramos en una situación
desconocida o complicada, nuestra primera acción sería impulsiva con la intención de
encontrar una solución, aunque no necesariamente este impulso sea efectivo. Parecería lógico
y entendible el pensar que tendemos a asociar ciertas reacciones a ciertos acontecimientos
que ocurren a nuestro alrededor. Si planteamos el caso de un niño, si este se encuentra frente
y actúa impulsivamente, puede que la acción tomada le sirva (aunque sólo mínimamente)
para solucionar el problema, provocando consecuente que se grabe ese impulso para
situaciones similares más a futuro.
A pesar de las diferencias que presentan ambas teorías entre sí, en referencia a la importancia
que le dan a los procesos mentales y su enfoque sobre cómo tiene lugar el aprendizaje, puede
verse una gran similitud en el planteamiento de cómo este tiene lugar (al menos en lo que a
partes del proceso se refiere).

Primero tiene lugar la aparición del estímulo. En esta parte, aunque un autor habla de ese
estímulo como una situación determinada, el otro habla de ella como la aparición de un
estímulo entre los muchos otros que conforman la realidad. La construcción de la realidad a
partir de piezas que propone Köhler puede compararse fácilmente con la "situación" que
comenta Thorndike. El siguiente paso que tiene lugar en el proceso es la percepción y la
aparición de una respuesta a ese estímulo, que en ambos casos aparece como impulso
aleatorio, solo que en uno de ellos se tiene en cuenta la percepción individual del animal.
Después de llevarse a cabo la acción tiene lugar la asociación de esa acción a la situación.

Personalmente, diría que ambos autores tienen ideas válidas y que pueden ser respaldadas no
sólo por argumentos lógicos, sino por el uso de la razón. Ambas explicaciones tienen sentido:
si nos encontramos en una situación difícil tendemos a actuar impulsivamente, pero eso no
quiere decir que la construcción de la realidad dentro de nuestra cabeza no intervenga ni sea
un factor importante. Podría decirse que la mejor conclusión es la más completa, pero
también la más neutral, y en este caso creo que podría decirse que la de Köhler supera a la de
Thorndike. El punto fuerte de la teoría de Thorndike es la importancia de los impulsos, y se
centra principalmente en cómo el cuerpo los pule, si puede decirse así, para lograr más
eficacia. Pero la teoría de Köhler, hasta cierto punto, ya cubre esa explicación sobre los
estímulos, solo les da una posición igual a la de cualquier otro dentro de la mente del animal.
Por ese motivo diría que la teoría de Köhler es, si acaso, más completa, pero esto no querría
decir que la de Thorndike fuera incorrecta.

Por último diría que, aunque no presente en este texto de forma explícita, lo que ocurre entre
estos dos autores es una comparación entre conductismo y cognitivismo aplicada en este caso
al estudio del aprendizaje. Hoy en día el cognitivismo tiene más peso por una razón: no
excluye por completo la importancia de factores más allá de su interés en el estudio. No se
excluye el estudio o la importancia del comportamiento y la conducta, al contrario de lo que
hace el conductismo al excluir por completo la importancia de los procesos mentales. Creo
que esta es una de las principales razones por las que podría decirse que el texto, o si acaso el
estudio del autor de la Gestalt, es más completo que el de Thorndike.

Referencias:

● Köhler, W. (1982). La inteligencia de los monos. La psicología moderna (pp.


415-430). J. M. Gondra (Ed).
● Thorndike, E. L. (1982). La inteligencia animal. La psicología moderna (pp.
221-240). J. M. Gondra (Ed).
● Hergenhahn, B. R. (2009). Introducción a la Historia de la Psicología. Paraninfo (Ed).

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