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1.

Full English Breakfast

Y empecemos por el principio, que por algo se dice que el desayuno es la comida más importante del día. Y
con el típico desayuno inglés, ¡está claro que energías tendremos para un buen rato! Salchichas, baked beans –
judías de pequeño tamaño con salsa de tomate muy típicas de Gran Bretaña-, huevos, beicon,
tostadas… ¿Alguien da más? Reconocemos que calórico es y mucho, pero quien lo prueba una vez, no duda
en repetir en cuanto tiene ocasión. Si este contundente plato lo acompañamos de un rico té inglés o un
café, será la mejor manera en la que podremos comenzar el día.

Eso sí, no te aseguramos que a la hora de almorzar seas capaz de ingerir nada más: ¡probablemente tu
estómago continúe lleno después de un banquete como este!

2. Shepherd´s Pie

“El pastel de pastor”: esa sería su traducción literal. ¡Y qué pastel! Este clásico plato 100% inglés está
basado en un sofrito de carne picada de cordero aderezada con diferentes tipos de verduras –cebolla, zanahoria,
champiñones…- cubierto por una gruesa capa de puré de patata –fresco, eso sí-. Ambas partes se cocinan por
separado y posteriormente se presentan en una fuente donde se gratinan en el horno. ¿El resultado? Una de las
recetas más ricas de todas cuantas se pueden probar en Inglaterra, ¡te lo aseguramos!

Según cuentan, el origen de este exquisito plato procede de finales del siglo XVIII, cuando las familias
utilizaban los restos de cualquier carne que hubiesen cocinado en los días anteriores, y la combinaban con uno
de los ingredientes más baratos a los que podían acceder: la patata. Para probarlo, echa un ojo a la carta de
cualquier típico pub inglés. Probablemente, no falte en la lista.

3. Sunday roast

Los domingos en Inglaterra son sagrados: se trata de un día para pasar con la familia, ponerse al día de lo
ocurrido en la semana, conversar y, por supuesto, comer. Y la comida, para no andarse con rodeos, tiene un
claro protagonista: el asado de carne.

El origen del Sunday roast procede, según cuentan, de la Edad Media. En esta época los siervos trabajaban
duramente para los señores más influyentes durante toda la semana. Llegado el domingo, el “Señor” invitaba a
todos ellos a un gran asado de carne. Esto acabó convirtiéndose en toda una tradición que, con los siglos, pasó
a ser adoptada por las familias.

Y a todo esto, ¿en qué consiste un Sunday roast? Pues en un plato de lo más completo: además de la carne
asada –que suele ser cordero, ternera o cerdo-, la pieza irá acompañada de verduras cocidas, patatas asadas,
unos pequeños panes muy típicos de Gran Bretaña llamados Yorkshire puddings y gravy, una salsa hecha a
base de concentrado de caldo de carne. ¡Seguro que una vez la pruebes, querrás repetir!

4. Fish and chips

Estaba claro: en nuestra lista de 10 platos ingleses para descubrir la gastronomía británica no podía faltar
el clásico entre los clásicos. ¡Los famosos fish and chips! Y sí, a priori quizás pueda parecer que se trata de
una receta de lo más simple: pescado rebozado –que suele ser bacalao- y patatas fritas. Pero nada más lejos de
la realidad: ¡tener el verdadero arte de cocinar este plato de la manera más exquisita no es tan fácil!
Lo más positivo de todo es que si quieres catarlo no lo tendrás nada difícil. En Inglaterra el fish and
chips forma parte de cualquier carta de pub o restaurante que se precie y existen multitud de cadenas y
negocios dedicados exclusivamente a este plato.

Sobre su origen, según cuenta una de las versiones, procede de los judíos sefardíes que emigraron desde
España y llevaron consigo la tradición del pescaíto frito. En 1860 Joseph Malin inauguró el primer
establecimiento dedicado al pescado frito con patatas y hoy día se trata del plato más clásico de todos
cuantos componen el recetario inglés. ¡Casi nada! Así que tenlo claro, pídelo sin pensarlo y… ¡que te
aproveche!

5. Bubble and squaek

Si hay un nombre curioso en nuestra lista de platos ingleses que probar para descubrir la gastronomía británica,
sin duda, es este. “Burbuja y chillido” sería la traducción literal de Bubble and squaek, una receta de
aprovechamiento muy popular en Inglaterra desde tiempos de la II Guerra Mundial.

¿Y en qué consiste este peculiar plato? Se trata de una mezcla elaborada con las verduras picadas que hayan
sobrado de otra comida, normalmente del Sunday roast, a la que se le añade, además, puré de patata con el que
se crea una masa que posteriormente se fríe.

El sabor es exquisito, la idea es buenísima –se aprovechan alimentos que, de otra forma, acabarían en la
basura- y, además, sirve de original acompañamiento para carnes o pescados. ¿Qué más se puede pedir?

6. Cornish pasties

Otra de las clásicas recetas de la gastronomía inglesa es, sin duda, el Cornish pastie. Aunque ya es sabido que
los británicos son grandes amantes de las empanadas, así que no es de extrañar que una de ellas protagonice
uno de los puestos de nuestra lista.

Originales de Cornwall, un pequeño y encantador pueblo al sureste de Inglaterra, este tipo de empanada
rellena de carne y verduras se popularizó sobre todo como alimento para los mineros que necesitaban llevarse
el almuerzo al interior de las minas y no tener que salir así al exterior. La razón es simple: la gruesa masa de
harina de trigo que contiene el resto de ingredientes suele obtener una textura algo dura tras ser horneada –
aunque al morderla es bastante suave- que hace que la carne y verduras mantengan el calor durante un tiempo
considerable. Y además, ¡están riquísimas!

7. Wellington beef

Y si llevas ya un buen rato salivando mientras lees todos estos riquísimos platos ingleses, prepárate, ¡porque
el Wellington beef te dejará sin palabras!

Nos centramos esta vez en otra gran receta tradicional, esta vez elaborada, como su propio nombre indica, a
base de solomillo de ternera. La carne, embadurnada en foie gras y aderezada con diferentes tipos de hierbas
y especias, es envuelta por una capa de hojaldre y cocinada en el horno lentamente. Una vez llegue a su punto
ideal, se corta en rodajas y se sirve de esta manera.

¿El origen de esta receta? Lo cierto es que no está muy claro, pero hay historias que defienden que el
nombre le fue puesto en honor a Arthur Wellesley, duque de Wellington, que solía presentar de esta
manera tan peculiar el solomillo en las famosas recepciones que daba en su residencia de Londres. Así que, por
si acaso, nosotros le damos las gracias por esta gran aportación a la gastronomía inglesa.

8. Jacket potato

Sí, sabemos que las patatas asadas son, a día de hoy, algo casi universal. Pero fue en Inglaterra donde se
comenzó a cocinar originalmente de esta forma y la jacket potato conforma una de las recetas que no puede
faltar en nuestro listado de platos típicamente ingleses.

La patata suele cocinarse en el horno durante unas dos horas, de esta manera, la piel queda crujiente y el
interior suave y tierno. Una vez hecha, se abre por la mitad y se le añaden todos aquellos ingredientes que le
apetezcan a uno. Normalmente el que más se repite es la mantequilla, seguido de atún y mayonesa, pavo y
queso rallado, queso y coleslaw –ensalada de col-… ¡Las combinaciones son infinitas!

9. English afternoon tea

¡Y es hora de pensar en la merienda! Y también el momento de poner algo de color a nuestra exquisita lista de
platos ingleses, ¿no crees? Y no solo de color, ¡también de dulce! Y la perfecta combinación es parar a tomar
un tradicional té inglés acompañado de todos sus complementos gastronómicos. ¡Así que allá vamos!

Normalmente presentado en una bandeja de dos o tres pisos, el Afternoon tea suele contar con sándwiches de
todo tipo y con toda clase de panes, cupcakes, Victoria sponge –un suave bizcocho relleno de mermelada-
pasteles de diferentes tamaños y sabores y, por supuesto, el siempre presente scone, una de las mayores
delicias de la repostería británica –bollos dulces que hay que untar con mermelada y clotted cream, una nata
de espesura bastante densa que cumple con las expectativas de los mayores aficionados a la pastelería-. Todo
esto acompañado, por supuesto, de un té con leche o, por qué no, un café. Probablemente, la cena la dejes
pasar…

10. Trifle

Y acabamos con un postre, no podía ser de otra manera. Uno de los más típicos y repetidos en las cocinas
inglesas: el trifle. Y, aunque puede probarse en cualquier época del año, es cierto que en Navidad es rara la
casa que no cuenta con esta receta en su cena del 24 de diciembre.

¿Y en qué consiste este postre?, te preguntarás. Pues en la superposición de una serie de capas de ingredientes
de lo más variopintos: bizcocho, gelatina de frutas, custard –una exquisita crema inglesa de color amarillo-,
trozos de frutas y nata montada. Es cierto que, aunque estos suelen ser los alimentos clásicos, en cada casa
inglesa suelen tener su propia versión.

Cuentan que la primera vez que se oyó hablar de esta famosa receta fue en un libro de cocina escrito en
1585 por Thomas Dawson: “The Good Huswifes Jewell”. A día de hoy quizás haya evolucionado un poco,
pero te podemos asegurar que ha sido a mejor. ¡El trifle es una auténtica delicia y el mejor final para cualquier
comida!
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