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En esta clase viajamos al continente americano para ver el curso que siguió la
lingüística por estas latitudes. En esta clase, en particular, asumimos una mirada
generalista, a modo de presentación del estructuralismo norteamericano, cuyos pioneros
fueron:
La lingüística siguió en Estados Unidos, durante el siglo XIX y el primer cuarto del
siglo XX, los mismos derroteros que en Europa. Así fue hasta que, a partir del final de
la Primera Guerra Mundial y por dificultades de intercomunicación científica, así como
por deseo de afirmar una personalidad propia, los lingüistas americanos imprimen a sus
actividades unas características peculiares. Aunque en cierto modo, como veremos,
paralelas a las que se desarrollaban al otro lado del Atlántico.
Es precisamente esa atención prestada a las lenguas indígenas la que configuró y dio
originalidad al estructuralismo norteamericano y a sus métodos. En efecto, aquellas
lenguas no podían ser descritas con las categorías establecidas secularmente por la
lingüística tradicional (sustantivo, adjetivo, verbo, tiempo, modo aspecto…). Ello
obligó a sus estudiosos a buscar nuevas categorías y, de paso, mostró la debilidad de las
antiguas, que habían sido creadas en base únicamente a las lenguas europeas. Esa
búsqueda llevó a los lingüistas norteamericanos a estadios más avanzados que sus
colegas europeos, sobre todo en cuanto a sus estudios de la morfología y de la sintaxis.
Sin embargo, ambos se distancian en sus respectivas concepciones del lenguaje. Sapir
está a la cabeza de lo que se ha llamado el mentalismo americano, es decir, de una
interpretación del lenguaje indisolublemente unida a los actos de la mente. En cambio,
Bloomfield, maestro y fundador del antimentalismo, lleva a sus últimos límites la
disociación entre los significantes y los significados, para excluir estos de su
consideración. Afirma que el lingüista sólo puede realizar aserciones sobre el sistema de
los significantes, ya que las cuestiones del significado, de índole mental y conceptual,
no son de su incumbencia. Su lingüística trata de analizar la lengua con rasgos
exclusivamente formales. La significación sólo se tiene en cuenta como control, para
tener la seguridad de las que conclusiones obtenidas no son irracionales.
Características generales
En la próximas clases revisaremos los postulados e ideas centrales de las obras de cada
autor.
LA LINGÜÍSTICA NORTEAMERICANA DE LA PRIMERA MITAD
DEL SIGLO XX
Esta línea de estudio se verá continuada en la década de los setenta por el antropólogo y
lingüista D. Hymes que propone un nuevo programa de investigación denominado
etnografía de la comunicación,
Este análisis conduce a describir la frase como una estructura jerárquica fundamentada
en el orden y la equivalencia. La oración se segmenta en constituyentes inmediatos que
se agrupan en clases distribucionales,
formadas por constituyentes que tienen una distribución idéntica. Con Harris este
método de base estructuralista logró el máximo rigor; el trabajo de Bloomfield se vio
enriquecido con el de Harris al proponer este el concepto de transformación, que
permite tratar un mayor número de tipos oracionales que se resistían en inglés al análisis
en constituyentes como las pasivas o las nominalizaciones. De esta manera, supera las
limitaciones del método distribucionalista al enfrentarse a oraciones en las que se da una
jerarquía que no responde al orden lineal de los elementos y se sitúa como antecesor de
la gramática generativa al postular que todas las estructuras oracionales son
combinaciones o transformaciones de unas cuantas estructuras
simples.
Tiene un interés particular por la estructura gramatical, y para ello Bloomfield propone
una descripción de los niveles del lenguaje.
Adquisición de la lengua
Mentalismo y mecanicismo
-"Introducción a la lingüística" https://issuu.com/unmsm-prolex/docs/ling____stica/54
CLASE 2
LA PERSPECTIVA LINGÜÍSTICO - ANTROPOLÓGICA
En los Estados Unidos el panorama de la lingüìstica nos invita a reunir otra tradución y
métodos de investigación diferentes a los que se venían dando en Europa. Hasta hoy, el
lingüista puede ser considerado como una especie
de antropólogo cultural (Korsbaek, 2002). La antropología lingüística estadounidense
empieza con Franz Boas, no sólo por su compendio de las lenguas indígenas,
Handbook of American Indian Languages (Boas, 1911), sino también por la influencia
que tuvo sobre discípulos suyos, como Edward Sapir, Alfred Kroeber y Leonard
Bloomfield. Las enseñanzas de Boas contienen en germen las ideas que más tarde, al
evolucionar y sistematizarse, se convertirían en la famosa ‘Hipótesis Sapir-Whorf ’.
Edward Sapir (1884-1939) de origen alemán, vivió desde los 5 años en Estados Unidos.
Fue discípulo de Franz Boas (1858-1942). Ambos, antropólogos y lingüistas, se
dedicaron al estudio de lenguas y culturas de poblaciones indígenas de América del
Norte.
Siguiendo esta línea de estudios Sapir fue uno de los representantes del descriptivismo
norteamericano. Su trabajo El lenguaje, cuya primera edición en inglés data de 1921, es
considerado uno de los 5 o 6 tratados fundamentales de lingüística de la primera mitad
del siglo XX.
Sapir distingue el proceso de adquisición del habla del proceso de caminar. Caminar -
dice- es una función instintiva, biológica, mientras que el habla es una función no
instintiva, adquirida, cultural. El hombre está predestinado a hablar por que ha nacido
en una sociedad.
Para Sapir: "El habla varía sin límites precisos, en. los distintos grupos sociales porque
es una herencia puramente histórica del grupo, es producto.. de un hábito social,
mantenido desde largo tiempo" (Sapir 1966: 10)
El lenguaje es para Sapir la faceta exterior del pensamiento, pero considera que en
la práctica cotidiana no se puede pensar ni razonar sin necesidad de palabras, el
lenguaje es el molde del pensamiento: al surgimiento de un nuevo concepto precede
un viejo material lingüístico, y este concepto no adquiere independencia sino cuando ha
encontrado su envoltura lingüística.
En un artículo de 1929 “La place de la linguistique parmi les sciences”(Sapir 1968)
manifiesta claramente su visión lingüístico-antropológica. Considera que el estudio
científico de una cultura no puede prescindir de las informaciones que proporciona un
estudio lingüístico ya que los modelos culturales de una civilización están
inscriptos en la lengua que la expresa. Afirma que es un error imaginar que se pueden
percibir las características de una cultura por la simple observación, sin recurrir al
simbolismo lingüístico que hace inteligibles esas características a la sociedad.
Si se trazan -dice Sapir- al azar, líneas de formas diferentes, nuestra percepción las
repartirá en cierto número de categorías: curvas, derechas, en zig-zag, etc. porque los
términos lingüísticos nos sugieren esta clasificación. Esto es porque que los hábitos
lingüísticos de nuestra comunidad favorecen ciertas elecciones de interpretación.”(Sapir
1968)
La "hipótesis Sapir-Whorf”
Las posturas de Sapir y Whorf, aunque generalizadas como “hipótesis Sapir- Whorf”, se
diferencian parcialmente. El principio de “relatividad lingüística” expresado en los
trabajos de Sapir es desarrollado por B.L.Whorf como “determinismo lingüístico”:
las lenguas determinan inconscientemente las cosmovisiones y las
conductas de los hablantes. En el desempeño de su trabajo profesional advirtió que la
denominación de una situación puede modificar el comportamiento. Por ejemplo: en los
depósitos de bidones de nafta “llenos” hay muchas prevenciones contra el fuego, no se
puede fumar etc. En cambio en los depósitos de bidones de nafta rotulados ''vacíos", la
conducta es descuidada, no se prohíbe fumar, aunque los bidones vacíos son muy
peligrosos por contener gases y pueden explotar. Esta asociación de la palabra "vacío"
con la falta de peligrosidad generaba muchos accidentes. (Whorf 1971) Desde esta
perspectiva, Whorf:
Es incontestable - dice Sapir- que a medida que el estudio de los problemas más
fundamentales de las culturas humanas, y del comportamiento social se profundice, el
conocimiento de los mecanismos lingüísticos – sincrónicos y diacrónicos- revestirá una
importancia creciente.
Desde este punto de vista considera al lenguaje como "guía simbólica de la cultura"
Para Sapir, tanto como al etnólogo, la lingüística interesa al sociólogo. La sociología se
interesa necesariamente por la significación simbólica de las diferencias lingüísticas que
se manifiestan en las grandes comunidades Las particularidades de pronunciación los
argots, las terminologías profesionales son símbolos de las formas de organización de la
sociedad y de las actitudes individuales y sociales. Sapir plantea, de esta forma, la
validez de los estudios etnolingüísticos no sólo para comunidades pequeñas de tradición
oral. Sino también para las sociedades complejas.
Los elementos del habla
Si los elementos significantes, aislados del habla son los símbolos de conceptos, el
caudal efectivo del habla puede interpretarse como un registro de la fijación de esos
conceptos en sus relaciones mutuas. Sapir distingue distintos tipos formales de
palabras.
file:///D:/Datos/Downloads/Dialnet-LaAntropologiaYLaLinguistica-5199035.pdf
http://www.sscnet.ucla.edu/anthro/faculty/duranti/reprints/lenguacultura.pdf
https://miguelpeyro.wordpress.com/2016/03/04/cuestiones-sobre-el-programa-de-la-
linguistica-antropologica/
https://ddd.uab.cat/pub/artpub/2008/189696/revantsoc_a2008v17p449.pdf