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Tema 4

LENGUAJE VERBAL Y LENGUAJES NO VERBALES EN LA


COMUNICACIÓN HUMANA. RELACIONES.

0. ÍNDICE:
1.- INTRODUCCIÓN.
2.- COMUNICACIÓN VERBAL.
2.1. Semiología y semiótica
2.2. Propiedades del lenguaje
2.3. Del conocimiento al uso.
3.- COMUNICACIÓN NO VERBAL.
3.1. Kinésica
3.2.Paralenguaje
3.3. Cronémica
3.4.Proxémica
4.- sistemas icónico-verbales.
5- RELACIONES ENTRE COMUNICACIÓN VERBAL Y NO VERBAL
6. CONCLUSIÓN
7. BIBLIOGRAFÍA

1. INTRODUCCIÓN
La caracterización del lenguaje verbal parte de un orden cronológico desde la
reflexión lingüística de Saussure hasta las propuestas de Hockett, quien jerarquiza las
propiedades del lenguaje. En el caso de la comunicación no verbal humana, atendemos
a una perspectiva semiótica que permite juzgar la relevancia y las diversas relaciones
que establece con el lenguaje articulado.
Los lenguajes no verbales han tardado en ser objeto de estudio debido a la
heterogeneidad de sus códigos. Dentro de estos lenguajes encontramos los siguientes:
cinésica, paralenguaje, aspecto físico, uso de artefactos, proxémica, cronémica
(actitud respecto al tiempo) y pertenecientes a sistemas físicos (dérmico, químico y
térmico).
El último epígrafe estará destinado a las relaciones entre comunicación verbal y
no verbal. Dentro de estas relaciones, estudiaremos las que establece Knapp: repetición,
contradicción, sustitución, complementariedad, acentuación y regulación.

2. COMUNICACIÓN VERBAL

El lenguaje ha sido definido a lo largo de la historia desde distintos puntos de vista. Pero
esencialmente, lo entendemos como la capacidad que tenemos los seres humanos para
comunicarnos mediante signos. Como afirma Escandell (2009), a la que seguiremos
para ilustrar este apartado, “la etiqueta que mejor nos define y que nos singulariza frente
a otras especies, es la de Homo loquens (‘que habla’): la posesión del lenguaje es la
capacidad que mejor nos singulariza como humanos”.

2.1. Semiología y semiótica


Esta ciencia tiene por objeto de estudio los distintos tipos de signos, así como las
reglas que gobiernan su generación y producción, transmisión e intercambio, recepción
e interpretación. Por lo tanto, está muy vinculada a la comunicación y a la significación.
El lenguaje verbal, en cuanto a sistema de signos, pertenece al ámbito de la
Semiótica, ciencia que surge a partir de los trabajos del lingüista Ferdinand de Saussure,
que la define como "la ciencia general de todos los sistemas de signos gracias con los
cuales los hombres se comunican entre ellos", lo que hace de la semiología una ciencia
social y presupone que los signos se constituyen en sistemas (sobre el modelo de la
lengua).

Charles Sanders Peirce basa sus estudios en la teoría de los sistemas, por eso concibe
la realidad como una triada, a diferencia de Saussure que usa conceptos dicotómicos.
Acuña y define la semiótica como "la acción o influencia que es o implica una
consideración de tres sujetos: un signo, su objeto y su intérprete". Mientras Saussure
resalta el carácter humano y social de la doctrina, Peirce destaca su carácter lógico y
formal.

2.1.1. Tipología de los signos


Como explica Escandell Vidal (2009) además de las diferencias que tienen que
ver con el modo de percepción (signos visuales, auditivos, olfativos...), el principal
criterio para clasificar los signos es el del tipo de relación que se establece entre la
entidad perceptible y su significado.
La clasificación más habitual procede de una propuesta del filósofo
estadounidense Charles S. Peirce (1839-1914), que estableció tres categorías:

 Indicio (index): La relación entre la entidad perceptible y el significado que le


atribuimos es natural, dinámica, de contigüidad física, mecánica o de causa-
efecto. El humo indica la existencia de combustión, ya que hay una conexión
causal entre ambos; la fiebre indica que hay infección… En los indicios hay,
pues, una relación directa entre un hecho o una entidad y el significado que
inferimos a partir de su observación.
 Icono (icon): La entidad perceptible se asemeja a la realidad a la que quiere
hacer referencia, la imita. La semejanza puede ser visual, auditiva, olfativa,
táctil… Son iconos las maquetas, los dibujos, los mapas…
 Símbolo (symbol): La relación entre la entidad perceptible y su significado es
convencional y arbitraria (es decir, no está basada en la similitud o la
contigüidad). Se dice, que las lenguas son sistemas de símbolos, puesto que un
símbolo sólo puede interpretarse cuando se conoce el sistema de equivalencias al
que pertenece. Ej.: los colores de los semáforos, las banderas de los diferentes
países…

2.1.2. El signo lingüístico


El signo lingüístico es la unidad de expresión de la lengua. La caracterización más
conocida de la noción de signo en Lingüística se la debemos a Ferdinand de Saussure:
 Significante: Es la imagen acústica, la
representación sonora que asociamos con
una palabra.
 Significado: Es el contenido asociado al
significante; es la representación mental o
conceptual de aquello a lo que el signo se
refiere. A partir del concepto, es posible
acceder a la entidad a la que el signo se
refiere.

La relación entre significante y significado se establece en la mente entre un patrón


sonoro y un concepto, no entre una palabra y un objeto de la realidad.
Es por ello que los planteamientos dicotómicos de
Saussure, serán triádicos para muchos autores que revisan
sus propuestas. Cuenta de ello da el triángulo de Odgen y
Richards, un método gráfico para distribuir los
componentes de un signo lingüístico, introduciendo en la
ecuación la realidad designada:

Louis Hjelmslev también recoge la concepción estructural saussuriana, pero


añadiéndola a la comunicación, lo que supone en él tres planos: sentido, sustancia y
forma, concibiendo así la lengua como un sistema de formas puras donde los
contenidos tienen un valor secundario.

2.1.3. Propiedades del signo lingüístico.


Desde la creación de la lingüística, esta ciencia ha investigado las características que
definen al lenguaje humano frente al resto de lenguajes. Las propiedades que lo
caracterizan al signo lingüístico definidas por Saussure son (Escandell, 2009):

1. Arbitrariedad: la relación entre el significante y significado es convencional, no


motivada, ya que el mismo concepto se asocia con imágenes acústicas diferentes en
diferentes idiomas.
2. Linealidad: en el habla los sonidos se producen de manera ordenada, no en paralelo
ni superpuestos; como resultado, los significantes deben aparecer necesariamente uno
tras otro, en secuencia lineal, esto es, formando una cadena.
3.Inmutabilidad: la conexión entre significante y significado queda establecida por
cada comunidad lingüística, de modo que ningún usuario puede, a título individual,
modificar por capricho y a su antojo tal conexión.
4. Mutabilidad: puesto que la conexión entre significante y significado es
convencional, los signos lingüísticos pueden verse afectados por el paso del tiempo y la
evolución, tanto en la materialidad del significante como en el significado.

2.3. Propiedades del lenguaje


Para entender la identidad sustancial común a todas las lenguas es necesario encontrar
aquellos rasgos que se hallan en todas ellas, ya que son las propiedades que cualquier
lengua posee por el mero hecho de ser una manifestación natural de la capacidad
humana para el lenguaje.

La lista de las propiedades del lenguaje humano se debe al lingüista estadounidense


Charles F. Hockett (Escandell, 2009):

1. Canal vocal-auditivo: El lenguaje humano se basa en la emisión y recepción de


sonidos articulados. El sonido se produce en las cuerdas vocales, gracias a un
tracto vocal especializado sobre el que los humanos tenemos control. El sistema
auditivo humano presenta capacidades de discriminación también
especializadas. Las lenguas de signos emplean la modalidad gestual-visual, en
lugar de la vocal-auditiva; por lo demás, comparten los rasgos propios de las
lenguas naturales. El carácter vocal-auditivo se incluye como una de las
propiedades definitorias de las lenguas humanas. Lo demuestran dos hechos: los
niños adquieren la lengua en su entorno natural antes de adquirir la escritura; y
hay sociedades que no conocen la escritura pero ello no les impide tener
lenguaje.
2. Transmisión irradiada y recepción direccional: las señales lingüísticas se
trasmiten por el medio aéreo en todas direcciones. El sonido se propaga en
forma de onda y se expande a partir del punto de origen. Por lo tanto, la señal
podrá ser captada e interpretada) por cualquier individuo que se encuentre a una
distancia adecuada, dentro del radio permitido por las capacidades auditivas
humanas.
3. Evanescencia (o transitoriedad): Las señales vocales emitidas por los seres
humanos se desvanecen con rapidez, y no perduran en el espacio ni en el tiempo.
La señal que no es captada en el momento en que se emite se pierde
irremediablemente
4. Carácter discreto: Decimos que las lenguas tienen carácter discreto porque
cada una establece contrastes y diferencias significativas en el continuo sonoro.
‘Discreto’ es lo contrario de ‘gradual’: sea cual sea el estímulo sonoro que nos
presenten, tenderemos a encasillarlo, a etiquetarlo y a identificarlo en función de
las categorías lingüísticas que conocemos. Por ejemplo, el español ha
establecido un contraste discreto (y, en consecuencia, una diferencia radical)
entre los sonidos [p] y [b] (bilabial oclusivo sordo y sonoro, respectivamente),
un contraste que da lugar a palabras con significados diferentes, como pata y
bata;
5. Sematicidad: Es la existencia de un vínculo entre la materialidad de un signo y
aquello que este signo representa y que hace que al escuchar el sonido
(significante) se evoque en la mente la imagen que a él va asociada (significado).
6. Arbitrariedad (o carácter convencional): (vista en 1.2.3.)
7. Dualidad (o doble articulación): Las expresiones lingüísticas se articulan (es
decir, pueden descomponerse o analizarse) en unidades menores, morfemas.
Cada una de estas unidades, a su vez, puede volverse a analizar o descomponer
en unidades discretas menores, dotadas de forma pero sin significado, y
constituyen la segunda articulación: los fonemas. La doble articulación hace que
a partir de un conjunto limitado de unidades se pueda formar un número
potencialmente ilimitado de mensajes.
8. Productividad: el lenguaje humano permite producir e interpretar mensajes que
no se han producido e interpretado con anterioridad. No hay un repertorio
limitado de cosas que se puedan decir: las pautas de combinación gramatical de
cada lengua permiten a sus hablantes construir un conjunto infinito de
estructuras lingüísticas de longitud y complejidad variables
9. Especialización: aunque los órganos implicados en la producción del lenguaje
aparecen originalmente con otras funciones, la evolución los ha ido
especializando para la tarea lingüística, de modo que cuando se emplean en la
producción y recepción del lenguaje exhiben también un comportamiento
especializado.
10. Desplazamiento: el desplazamiento es la capacidad de referirnos a personas y
acontecimientos distintos del momento presente. Podemos hablar del pasado y
del futuro, de cosas y sucesos lejanos, e incluso de seres o eventos que no tienen
existencia en la realidad (de los unicornios). Así pues, no hace falta estar en
presencia de algo para poder hablar de ello. Además, la presencia de algo no nos
obliga a hablar de ello: esta característica se conoce como libertad situacional.
11. Intercambiabilidad de roles: Cualquier usuario de una lengua puede participar
como emisor y como receptor, y estos papeles son reversibles: el hablante se
convierte en oyente, y viceversa.
12. Retroalimentación total: Cada emisor es receptor de su propia emisión, por lo
que puede vigilar y controlar su producción a medida que la emite, e incluso
corregir sus posibles errores. La retroalimentación es importante porque hace
posible la interiorización del propio comportamiento comunicativo, lo que
constituye, a su vez, una parte del pensamiento.
13. Transmisión cultural: la capacidad de adquirir y utilizar una lengua depende de
nuestro código genético (el cerebro humano posee ciertas propiedades
estructurales y neurofisiológicas que constituyen el soporte necesario para que se
desarrolle el habla) y a la exposición al lenguaje desde la infancia. Ésta es una
consecuencia del carácter simbólico del lenguaje: al no existir una conexión
natural entre las señales y lo que éstas significan, esta debe aprenderse.

De entre todas estas propiedades, las únicas que son exclusivas del lenguaje humano son
la Doble articulación, la Productividad y el Desplazamiento. Estas características de
nuestro lenguaje son las que nos hacen especiales respecto a las demás seres vivos en
cuanto a capacidades comunicativas se refiere.

2.4. Del conocimiento al uso

A pesar de que todas las lenguas comparten las mismas propiedades esenciales, la
imposibilidad de comprender una lengua desconocida hace patente otra realidad más:
que la capacidad lingüística se sustenta en el conocimiento. Alguien que sabe una
lengua conoce una buena parte de su inventario léxico y domina las pautas
combinatorias que permiten producir y entender expresiones complejas.

Los hablantes nativos de una lengua pueden desplegar todas las capacidades que derivan
de la posesión de un sistema combinatorio discreto, pero normalmente no conocen los
principios que regulan dicho sistema. Esto indica que el conocimiento lingüístico es un
conocimiento operativo y tácito: es operativo porque saben utilizarlo en la práctica,
aunque no sepan explicar sus mecanismos de funcionamiento; y es tácito porque
representa una clase de conocimiento del que no somos conscientes, y que, sin embargo,
está en la base de nuestras capacidades lingüísticas.

Si no hubiéramos adquirido e interiorizado las reglas que gobiernan dicho sistema,


seríamos incapaces de desarrollar ningún tipo de actividad lingüística. Chomsky
denominó competencia gramatical al conocimiento práctico e interiorizado de las
reglas de la gramática de su lengua que cada individuo ha ido construyendo de manera
no consciente como resultado de su crecimiento como miembro de una comunidad.

Los hablantes adquieren también un conjunto de pautas y de rutinas de comportamiento


verbal que determinan la adecuación de su producción lingüística en un contexto
determinado, y que constituyen su competencia comunicativa.

La naturaleza de estas dos competencias es muy diferente y responde a principios


generales también muy distintos: estructurales y sistemáticos, en el caso de la
competencia gramatical; sociales y variables, en el de la competencia comunicativa.
Ambas tienen en común, sin embargo, el constituir un conocimiento interiorizado (que
radica en la mente de cada individuo), pero se adquiere como producto de la
socialización.

3. COMUNICACIÓN NO VERBAL

La comunicación no verbal alude, como señala Cestero (2006), “a todos los signos y
sistemas de signos no lingüísticos que comunican o se utilizan para comunicar. (…) e
incluyen los hábitos y las costumbres culturales”. Este autor propone diferenciar dos
grupos:
a) los signos y sistemas de signos culturales que comprenderían el folklore,
religión, tradiciones, etc.
b) los sistemas de comunicación no verbal en los que se incluirían los
verdaderos elementos no verbales: el sistema kinésico, el proxémico, el
cronémico y el paralingüístico.

A este último atenderemos para la exposición de este epígrafe.

3.1. La kinésica
La Kinésica es la disciplina que estudia los gestos y los movimientos corporales.
Poyatos (1994) distingue tres categorías dentro de la cinésica: gestos, posturas y
maneras (aprendidas socioculturalmente para situaciones concretas).
Los movimientos del cuerpo transmiten información y también emociones y
valor afectivo. Ante la heterogeneidad de elementos que intervienen en la comunicación
no verbal, es necesario establecer una tipología de funciones básicas a las que sirven,
siguiendo a Ekman y W. Friesen:

 Emblemas: actos no verbales que admiten una transposición oral directa o


una definición de diccionario que consiste en una o dos palabras o en una
frase. Algunos describen acciones comunes (emblema de comer- llevarse la
mano cerrada a la boca).
 Ilustradores: actos no verbales unidos al habla o que la acompañan y que
sirven para ilustrar lo que se dice verbalmente.
 Muestras de afecto: configuraciones faciales que expresan estados
afectivos. También el cuerpo puede ser leído como juicios de afecto (una
postura lánguida).
 Reguladores: actos no verbales que mantienen y regulan la naturaleza del
hablar y el escuchar entre dos o más sujetos interactuantes. Indican al
hablante que continúe, repita, se extienda… Los reguladores más familiares
son los movimientos de cabeza y el comportamiento visual.
 Adaptadores: son como esfuerzos de adaptación para satisfacer necesidades,
cumplir acciones, dominar emociones…

Los movimientos del cuerpo aparentan tener una clara relación con las
correspondientes unidades del habla grandes o pequeñas. Poyatos afirma que estos
elementos no verbales acompañan, o incluso sustituyen, a la comunicación verbal en
multitud de ocasiones, formando con ellos el sistema global que los humanos utilizamos
para relacionarnos con los demás.

3.2. El paralenguaje
F.Poyatos considera paralenguaje las “cualidades de la voz, modificadores y sonidos
producidos u originados en las zonas comprendidas entre los labios, las cavidades
supraglotales, la cavidad laríngea y las cavidades infraglotales, que produce el hablante
simultáneamente con la palabra” y los clasifica en:

a) Las cualidades primarias: es decir, las que individualizan a las personas: su


timbre de voz, el volumen, los registros (personales, culturales, actitudinales,
etc.)
b) Los calificadores: los distintos tipos de voz (susurrante, hueca, titubeante,
nerviosa, etc.),
c) Los diferenciadores: aquellos que modifican cualitativamente las palabras
presidente legisló una normativa para obligar a los peruanos a ser más puntuales.
19 y sus rasgos suprasegmentales, pero que también pueden funcionar de forma
independiente (risa, llanto, suspiros23, eructos, etc.),
d) Las cuasi-palabras: los del tipo uhh, ahh, etc.
Cestero (2006: 65) revisa la clasificación anterior y añade un nuevo grupo en donde
incluye la ausencia significativa de sonido, afirmando que mantiene la misma capacidad
comunicativa que los demás elementos.

Por último, cabe destacar otras estrategias que afectan al paralenguaje y que se deben
unir a la simplificación sintáctica: acentuación y tonalidad en lugares importantes
temáticamente, la articulación clara, el uso consciente de las pausas, etc.

3.3. Proxémica

Es el estudio de la forma en que las personas usan el espacio para comunicarse.


Edwar T. Hall fue uno de los pioneros en el estudio de las necesidades espaciales del
hombre (La dimensión oculta, 1964). Distingue entre:

 Distancia íntima: menos de un metro (distancia en acto sexual y de la lucha).


Es la distancia que una persona cuida como de su propiedad.
 Distancia personal: es la distancia que separa a los individuos que no tienen
contacto entre sí. Separación en fiestas, reuniones sociales y oficinas.
 Distancia social: El límite a partir del cual una persona no se siente afectada
por la presencia de otra.
 Distancia pública: es un espacio que se considera impersonal. Esta fuera del
círculo que afecta al individuo.

Las cuatro distancias constituyen el nivel cultural de la dimensión proxémica. Cada


sociedad organiza el espacio y los contactos de forma diferente.

3.4. La cronémica

La cronémica es la concepción, estructuración y uso del tiempo que hace el ser


humano, especialmente durante la comunicación y depende del contexto social del
individuo.

Cestero (2006) establece la siguiente tipología de acuerdo con E.T. Hall:

 Tiempo conceptual: hábitos de comportamiento y las creencias que tienen


del tiempo las distintas culturas (puntualidad o valor de expresiones como un
momento, mucho tiempo…).
 Tiempo social: depende de forma directa del anterior, está constituido por
signos culturales que muestran el manejo del tiempo en las relaciones
sociales, por ejemplo, la duración de encuentros sociales, estructuración de
actividades diarias como desayunar, comer…
 Tiempo interactivo: la mayor o menor duración de signos de otros sistemas
de comunicación que tienen valor informativo porque refuerza el significado
de sus elementos o bien porque especifica o cambio su sentido (duración de
los sonidos de algunas palabras, de algún gesto o de las pausas, con las
connotaciones que conllevan).
3.5. Sistemas icónico verbales

El lenguaje icónico es un lenguaje visual y funciona tratando de representar la realidad a


través delas imágenes. Se compone pues de imágenes o iconos que suelen reconocerse
con facilidad, pues generalmente heredan las características de aquello a lo que hacen
referencia, convirtiéndolos frecuentemente en universales, lo que facilita su
interpretación.

Como explica Carlos Lomas (1993), existen varias teorías acerca del iconismo que lo
tratan de diversa forma y que merecen ser mencionadas:

 La característica principal de la teoría de Charles Morris, afirma que en el


lenguaje icónico existen grados de iconicidad en función de la semejanza entre
el icono y su referente: un dibujo de algo sería menos icónico que una fotografía
de aquello, la fotografía sería menos icónica que una escultura.

 Para Umberto Eco, los signos deben guardar relación característica con su
referente, pero necesitan ser socialmente conocidos, para no ser necesaria la
implementación de todas y cada una de las particularidades del referente, salvo
las más icónicas.

 La teoría de la Gestalt afirma que el proceso de percepción de las imágenes o


iconos guarda una relación integral con nuestro entero conocimiento y
percepción. Así pues, cada uno, tras percibir una imagen o icono, ordena o
asocia este con determinado número de aspectos derivados de experiencias del
receptor..

La comunicación por medio de imágenes, de signos icónicos, es cada vez más


frecuente debido a la extraordinaria difusión de los medios de comunicación de masas
e internet. Todo mensaje visual posee una expresión y un contenido o un soporte y una
información que para el receptor, constituyen verdaderos textos. Estos pueden adoptar
diversas formas como cómics o historietas, viñetas, cine, películas, programas de
televisión, mensajes publicitarios, etc. En muchos de ellos, los códigos son sincréticos,
pudiéndose combinar la imagen con otros códigos como el lingüístico.

El sentido que el receptor atribuye al texto icónico-verbal está condicionado, entre otros,
por la elección del punto de vista, disposición y uso de los signos icónicos, elección de
valores simbólicos asociados a la banda sonora, elección de efectos retóricos de los
enunciados verbales y no verbales y elección de acciones, escenarios, temas y atributos
de los personajes.

Roland Barthes expone varias funciones dependiendo del tipo de texto verbo-icónico:

- Anclaje: El texto guía al lector permitiéndole identificar la intencionalidad del


mensaje. El anclaje o hace la imagen, porque el texto está lleno de valores
polisémicos.
- Relevo: El texto no encadena con la imagen, si no que le otorga un nuevo
significado, pudiendo llegar a contradecirla.
- La finalidad de identificación: la marca. El mensaje se une al contenido y
predomina la imagen.
Cada sistema comporta distintos tipos de mensajes, y mientras que el verbal se compone
de elementos que connotan conceptos y entidades abstractas y reglas que rigen sus
relaciones, el sistema visual carece de ellos. La combinación entre ambos nos
conduciría al aprovechamiento de sus cualidades en distintos niveles:

- Visual: hay cosas que se explican mejor de forma visual que verbal, llegando a
ser más productivo en ciertos casos.
- Fisiológico: el ojo humano reconoce patrones, pero carece de medios para hacer
juicios cuantitativos. Es decir, podemos interpretar un mapa de forma general,
pero no podemos decir cuántas cosas hay en él sin contarlas.
- Cognitivo: El aprendizaje también puede ser visual, pues podemos recuperar
información a través de la visualización de una imagen en un “proceso cuasi-
visual basado en la imagen”.

4. RELACIONES ENTRE LA COMUNICACIÓN VERBAL Y NO VERBAL

Según las investigaciones del antropólogo Albert Mehrabian, las palabras tan solo
representan un 7 % de la comunicación, mientras que un 55 % tiene que ver con la
comunicación corporal (los movimientos y la proyección del cuerpo) y un 38 % del
impacto está relacionado con la comunicación paralingüística (como el tono de voz).

La comunicación no verbal no debe estudiarse aislada del proceso de la comunicación.


Ambas deben tratarse como unidad. Hemos de ser conscientes de que podemos hacer
uso de un gesto sin necesidad de palabras, pero no a la inversa. Partiendo de la premisa
de Poyatos de que una expresión nunca puede ser neutra, puesto que, la ausencia de
expresión ya comunica, este autor propone diez posibilidades centradas en la
combinación lenguaje-paralenguaje-cinésica de entre las que destacamos 3:

 Nuestras conductas no verbales pueden confirmar la verbal.


 Generalmente nuestros interlocutores son mucho más conscientes de nuestras
conductas no verbales que nosotros mismos, porque las no verbales podemos
manifestarlas sin darnos cuenta.
 A menudo los mensajes codificados verbalmente son descodificados
plenamente solo cuando lo son junto con los elementos no verbales.

Por otro lado, M. Argyle ha identificado los usos primarios del comportamiento no
verbal en la comunicación humana: expresar emociones, trasmitir actitudes
interpersonales, presentar a otros la propia personalidad y acompañar el habla con el fin
de administrar las intervenciones, la retroalimentación, la atención…

Si ponemos en relación el comportamiento verbal y el no verbal, este último puede


repetir, contradecir, sustituir, complementar, acentuar o regular el comportamiento
verbal, según Knapp:

 Repetición: puede repetir lo que se dijo verbalmente.


 Contradicción: puede contradecir la conducta verbal (“no estoy nervioso”).
 Sustitución: puede sustituir los mensajes verbales.
 Complementariedad: la conducta no verbal puede modificar o elaborar
mensajes verbales. Sirven como señal de las actitudes e intenciones de una
persona respecto a otra.
 Acentuación: puede acentuar las partes del mensaje verbal. Movimientos de
cabeza o manos acentúan.
 Regulación: regulan los flujos de comunicación entre los participantes de la
comunicación (modo fluido cuando uno deja de hablar y empieza otro).

5. CONCLUSIÓN
El lenguaje es una facultad universal y privativa de nuestra especie: universal, porque no
hay sociedades humanas que no utilicen el lenguaje; y privativa, porque ninguna otra
especie animal utiliza, o es capaz de utilizar, un sistema comparable.

Conociendo las características del lenguaje verbal y no verbal, los alumnos


dispondrán de las herramientas necesarias para desenvolverse en la sociedad y afrontar
los retos y desafíos del siglo XXI. Desde un enfoque pragmático se plantearán
situaciones de aprendizaje en las que practicar con los distintos códigos según los
escenarios, crearán infografías, analizarán de manera crítica usos concretos de la lengua
con la intención de desterrar usos discriminatorios y manipuladores, trabajando la
competencia específica 10 de la mano de la literatura. Competencia digital y lingüística
van de la mano en este tema en el que los criterios valoran la capacidad de relacionarse
en este mundo tan cambiante en el que vivimos.

6. BIBLIOGRAFÍA:
BARTHES, R. (2000). Lo obvio y lo obtuso. Imágenes, gestos, voces. Barcelona:
Paidós.
CESTERO, A.M. (2006). “La comunicación no verbal en la comunicación humana” en
panorámica de estudios lingüísticos, nº20 (págs. 5-90).
DOMINGUEZ CAPARRÓS, J. (2009). Introducción a la teoría literaria. Ramón
Areces, Barcelona.
ESCANDEL VIDAL, M.V. (2009).El lenguaje humano. Madrid, UNED
FORNER, A. (1987). La comunicación no verbal. Barcelona: Grao.
MARTINET, A (1993). El lenguaje. La comunicación. Buenos Aires: Nueva visión
POYATOS, F. (1994): La comunicación no verbal. Paralenguaje, kinésica e
interacción. Madrid, Istmo.

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