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CAPÍTULO 1:
Es indudable que el relevo del principio de placer por el principio de realidad puede
ser responsabilizado sólo de una pequeña parte de las experiencias de displacer
CAPÍTULO 2:
CAPÍTULO 3:
Este eterno retorno de lo igual nos asombra cuando se trata de una conducta activa
de tales personas y podemos descubrir el rango de carácter que permanece igual en
ellas, exteriorizándose forzosamente en la repetición idénticas vivencias.
CAPÍTULO 4:
Capítulo 5:
CAPÍTULO 6:
Las pulsiones sexuales son llamadas así por su relación con los sexos y
con la función de reproducción. Con la tesis de la libido narcisista y el concepto
de libido, la pulsión sexual se convirtió en Eros, que procura esforzar las
partes de la sustancia viva unas hacia otras y unirlas; y las llamadas
pulsiones sexuales aparecieron como la parte de este Eros vuelta hacia el
objeto. Eros actúa desde el comienzo de la vida como "pulsión de vida", entra en
oposición con la "pulsión de muerte" nacida por la animación de lo inorgánico.
Llamamos pulsiones yoicas a aquellas orientaciones pulsionales que podían
diferenciarse de las pulsiones sexuales dirigidas al objeto; pusimos las pulsiones yoicas
en oposición a las pulsiones sexuales. Más tarde entramos en el análisis del yo y
aclaramos que una parte de las pulsiones yoicas es de naturaleza libidinosa y toma
por objeto al yo propio. Estas pulsiones de autoconservación narcisistas debieron
computarse, entonces, entre las pulsiones sexuales libidinosas. La oposición entre
pulsiones yoicas y pulsiones sexuales se convirtió en la que media entre pulsiones
yoicas y pulsiones de objeto, ambas de naturaleza libidinosas. Pero en su lugar
surgió una nueva oposición entre pulsiones libidinosas (yoica y de objeto) y otras que
están en el interior del yo y quizá puedan indagar en las pulsiones de destrucción. La
especulación convirtió esta oposición en la que media entre pulsiones de vida y
pulsiones de muerte.
Yo y el ello
Capitulo 1:
Freud hace una distinción entre los conceptos de inconsciente en el sentido descriptivo
e inconsciente en el sentido dinamico. En el sentido descriptivo tiene que ver con
información dentro de nuestro psiquismo que es consciente o no en ese momento,
información que es susceptible de conciencia. En el sentido dinamico es información
inconsciente que no es susceptible de conciencia, que no tiene posibilidad de llegar a
la conciencia, a lo cual llama reprimido.
El YO es la organización coherente de los procesos anímicos en una persona. Tiene
como función controlar la conciencia, la motilidad y todos los procesos parciales.
Ejerce la censura onírica. De él parten las represiones.
Lo que esta reprimido se contrapone al yo, y cuando en el análisis uno intenta
acercarse a eso que esta reprimido, de repente el yo exterioriza ciertas resistencias
que se oponen. Esas resistencia no son conscientes. Hay una parte del yo que se
resiste, que tiene que ver con la represión que es inconsciente y no puede llegar a la
conciencia, pero no es lo reprimido, es lo represor. Ahí empieza a ampliar su concepto
de inconsciente.
Hay un yo que no es equiparable con la conciencia, parte del yo es inconciente. El
conflicto no es entre conciente e inconciente, sino entre el yo coherente y la parte
escindida de el que está reprimido. Todo lo que esta reprimido es inconsciente, pero
no todo lo inconsciente esta reprimido
Capitulo 2:
La conciencia esta ubicada en la superficie del aparato anímico tanto en sentido
conceptual como anatómico. A la conciencia llegan percepciones de dos lados: del
mundo exterior, percepciones externas que tienen que ver con los sentidos; y del
mundo interno, que tiene que ver con sensaciones, sentimientos.
Capítulo 3:
Dentro del interior del yo existe una diferenciación que se denomina
ideal del yo o superyó. Esta pieza del yo mantiene un vinculo menos
firme con la conciencia.
En la melancolía cuando se pierde un objeto se vuelve a erigir en el yo, la investidura
libidinal de objeto va a ser relevada por identificación. Este proceso es muy frecuente,
y tiene un papel considerable en la constitución del carácter del yo. El carácter del yo
parece ser la sedimentación de las elecciones de objetos resignadas.
Las primeras identificaciones a los progenitores tienen un lugar especial dentro del
psiquismo, son universales y duraderas. Esto reconduce a la génesis del ideal del yo,
ya que tras este se esconde la identificación primera de individuo: la identificación
con el padre de la prehistoria personal. Esta es una identificación directa e
inmediata, mas temprana que cualquier investidura de objeto. Las elecciones de
objeto que corresponden a los primeros periodos sexuales y atañen a padre y madre
tienen su desenlace en una identificación de esa clase, reforzando la identificación
primaria.
En el caso el niño, en época temprana desarrolla una investidura de objeto hacia la
madre; y del padre se apoderapor identificación. Ambos vínculos marchas un tiempo
uno junto al otro, hasta que por el refuerzo de deseossexuales hacia la madre, y por la
percepción de que el padre es un obstáculo, nace el complejo de Edipo.
Laidentificación-padre cobra una tonalidad hostil, y a partir de ahí es una relación
ambigua. La actitud ambivalentehacia el padre, y la aspiración de objeto tierna hacia la
madre, caracterizan para el varón el contenido del complejode Edipo positivo, simple.
Con la demolición del complejo, tiene que ser resignada la investidura de objeto de la
madre. Puede tener diversos reemplazos. Una identificación con la madre, o un
refuerzo de la identificación-padre, siendo este ultimo eldesenlace mas normal.
La salida y desenlace de la situación del Edipo en identificación padre o identificación
madre depende en ambossexos de a intensidad relativa de las dos disposiciones
sexuales. Este es uno delos modos en que la bisexualidad nterviene en los destinos
del complejo de Edipo. Una indagación mas a fondo pone al descubierto, la mayoría de
las veces, el complejo de Edipo mas completo, que es uno duplicado, positivo y
negativo.
Como el resultado mas universal de la fase sexual gobernada por el complejo de Edipo,
se puede suponer una sedimentación en el yo, que consiste en el establecimiento de
estas dos identificaciones (identificación padre e identificación madre) unificadas de
alguna manera. Esta alteración del yo recibe su posición especial: se enfrenta al otro
contenido del yo como ideal del yo o superyó.
El superyó no es simplemente un residuo de las primeras elecciones de objeto del
ello, sino que tiene también la significatividad de una enérgica formación reactiva
frente a ellas. Cuanto mas intenso fue el complejo de Edipo y mas rápido se produjo
su represión, tanto mas riguroso devendrá después el imperio del superyó como
conciencia moral.