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#Palpamos la superficie y el borde observando: tamaño, forma, movilidad respiratoria, consistencia, sensibilidad,
regularidad.
Método de Mathieu
Con el enfermo cómodamente acostado en decúbito dorsal, el
médico se sienta a su derecha, pero ahora con el frente hacia los
pies del paciente.
Sus dos manos juntas, unidas por el borde radial de sus dedos
índices y con todos los dedos ligeramente flexionados, las coloca
en el flanco derecho del pacienta, por debajo del ombligo y ejerce
en ese sitio una ligera presión hacia la profundidad del abdomen.
Pide al paciente que inspire mientras el médico impulsa sus manos
hacia arriba, al encuentro del hígado que desciende; si no lo
encuentra debe colocar sus manos más arriba y repetir la maniobra
las veces que sean necesarias
Método de Chauffard
Método de Schmiedt
Método de Glenard
Método de Brugsch
El enfermo acostado, con la cabeza descansando en
una almohada; el médico sentado a la derecha
del
paciente,
pero frente
a él, coloca su mano derecha de plano debajo del reborde costal,
de modo que el borde cubital se encuentre a la altura del ombligo o más
abajo si considera necesario; luego con dicho borde ejerce una ligera
presión hacia el interior del abdomen con lo cual logra colocar la línea de
palpación de su mano, compuesta por el borde cubital de la palma, el dedo meñique y el pulpejo del anular, a la
profundidad del plano en que se encuentra el hígado; así prepa rada la maniobra, pide al paciente que inspire
profundamente, momento en el cual el médico impulsa suavemente su mano hacia arriba, sin dejar de presionar la
pared abdominal, para dar el encuentro al hígado que está descendiendo.
Si en el primer intento no se palpa nada, hay que subir unos centímetros la mano y volver a repetir todo el
procedimiento, y así una y otra vez hasta dar con la viscera.
El hecho de que se palpe el hígado no es sinónimo de hepatomegalia. En alrededor del 50% de las personas sanas
puede palparse, en inspiración profunda, hasta 3 cm por debajo del reborde costal (caso dínico47-3).
También es frecuente que el hígado, fijo en su parte posterior por el ligamento coronario, bascule hacia abajo
y su borde anteroinferior descienda y se separe de la pared. En esta circunstancia se palpará a más de 3 cm, pero
podrán insinuarse los dedos debajo del reborde costal, llevarse hacia arriba con la maniobra del enganche de
Mathieu y su altura por percusión no sobrepasará los 12 cm.
Frente al hallazgo de un hígado palpable, se deberán precisar las características semiológicas que se explican
a continuación.
Forma: el hígado suele estar uniformemente agrandado de tamaño, pero a veces se palpa un agrandamiento
localizado debido a un tumor, quiste o absceso. Ya se señalo la importancia de buscar siempre un agrandamiento
localizado del lóbulo izquierdo. Una tumoración hepática se desplaza ampliamente con la respiración y
no puede ser retenida en la espiración
Superficie: por lo general es lisa; a veces pueden palparse múltiples nódulos causados por metástasis o una
cirrosis macronodular. Se debe ser muy cauto debido a la fácil confusión que produce la grasa subcutánea.
Borde: normalmente es agudo. Todo aumento del contenido hepático, sea por congestión sanguínea, bilis,
infiltración amiloidea, etc., a la par de aumentar el tamaño del hígado transforma su borde en romo y aumenta su
consistencia.
Consistencia: en la cirrosis, con la fibrosis y retracción el hígado aumenta también su consistencia, pero el borde se
mantiene cortan te.
En la infiltración tumoral difusa, la consistencia está muy aumentada (pétrea); a veces el hígado parece como
encastrado en su celda.
Po r el contrario, en el hígado graso, patología muy frecuente, la consistencia está disminuida. Muy rara vez se
encuentra que el borde a la altura de la vesícula sobresale hacia abajo y puede simularla, por la presencia del
llamado lóbulo de Riedel (congénito). La confusión se evita porque este lóbulo también tiene borde y, obviamente,
no puede desplazarse en sentido lateral (caso clínico 47-4).
Dolor: toda vez que la cápsula de Glisson se distiende de forma aguda, aparece dolor espontáneo y también a la
palpación. Esto ocurre de manera difusa, sobre todo en la insuficiencia cardíaca derecha aguda y en algunas
hepatitis agudas. En este último caso, a veces adquiere suficiente intensidad como para hacer pensar, en un primer
momento, en un cólico hepático por litiasis coledociana.
Cuando la palpación del hígado despierta dolor en un solo punto, se debe considerar la presencia de un absceso o
un tumor que invade la cápsula. En la insuficiencia cardíaca derecha es clásico encontrar una hepatomegalia difusa
de superficie lisa y borde romo y doloroso a la que se denomina hígado congestivo.
También en este caso la presión sobre la superficie del hígado puede mostrar el aumento de la distensión
yugular y producir reflujo
hepatoyugular. Si la
insuficiencia cardíaca de recha
mejora y empeora, en los días
sucesivos pueden encontrarse
variaciones del tama110
hepático, fenómeno llamado
hígado en acordeón.
En la insuficiencia tricuspídea
grave hay, junto con el pulso
venoso positivo, un latido
hepático palpable que se
objetiva colocando la mano
izquierda sobre los últimos
espacios intercostales y la de
recha presionando
suavemente el hígado.
Por todo lo mencionado, en el
examen físico del abdomen no
basta con señalar que se palpa
el hígado.
Punto vesicular: Se señala en el sitio en el que el borde externo del recto anterior derecho se cruza con el reborde costal.
Maniobra de Pron y Signo de Murphy
Consiste en ejercer una presión en el sitio de proyección de la vesícula,
con los pulgares de las dos manos, en el momento que el paciente
inspira, lo cual normalmente no produce dolor, pero sí en las
afecciones inflamatorias de la vesícula o de las vías biliares.
La
Se encuentra en íntimo contacto con el diafragma, lo que le hace descender durante la inspiración, pero con la gran
diferencia de que la línea de descenso, en lugar de ser vertical de arriba abajo, es oblicua de arriba abajo y de atrás
hacia adelante; además el polo inferior del bazo, cuando está crecido, se lo reconoce en el trayecto de una línea
que parte del vértice del hueco axilar y termina en la parte media del arco inguinal.
El bazo normal no es palpable; excepto en una circunstancia rara: la ptosis esplénica, que se observa en algunas
mujeres jóvenes y delgadas, o en el posparto, situaciones en las que además de su tamaño normal y consistencia
blanda, es posible empujarlo hacia arriba e introducirlo en su celda con facilidad.
Para que lo sea tiene que haber crecido por lo menos al doble o triple, es decir, pesar 300 gramos o más.
Pero se ha encontrado esplenomegalia en 2-3% de pacientes asintomáticos.
Método de Schmiedt
siempre es necesario que a continuación pida al enfermo que inspire profundamente, con lo cual, al descender
el .órgano, sentirá el choque que el polo inferior hace en los dedos, circunstancia que aprovechará para reconocer
todas las características que deben ser examinadas. Como algunas ocasiones la esplenomegalia es tan notable que
puede invadir hasta la fosa ilíaca izquierda, es recomendable iniciar la palpación a ese nivel, para luego ir subiendo
la mano poco a poco hasta el reborde costal; de no procederse así es posible que el estudiante no reconozca un
bazo a pesar de estar muy crecido
Maniobra de Enganche
Se utiliza cuando el bazo esta poco
Qué palpar: Ya hemos dicho que si el bazo es palpable es porque es patológico. Debemos por tanto ser
cuidadesos en su examen y reparar en los siguientes detalles: tamaño, forma, movilidad, consistencia,
sensibilidad, regularidad y características del borde anterior.
Sin embargo, algunas ocasiones, una pregunta previa se hace el médico: ¿Es el bazo lo que estoy palpando o
se trata de otra viscera? . Para responder a esta pregunta es necesario recalcar algunas características
generales de las esplenomegalias que facilitan su identificación:
1.- Notable movilidad inspiratoria en dirección oblicua hacia abajo y adentro, excepto en los casos de grandes
esplenomegalias o de adherencias a la pared.
2.- Situación muy superficial y pegada a la pared costal lo que impide la introducción de los dedos debajo de
las costillas. Y
3.— Borde anterior con sus incisuras características.
Una vez que nos hemos asegurado de que lo que palpamos es efectivamente el bazo, entonces procedemos a
la descripción de las características antes anotadas.
Método de Goelet,
De pie
Método de Belington,
De pie inclinado adelante
Signo de McBurney
Signos de Iliopsoas
Signo de Rovsing
Escala de Alvarado
Globo vesical