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Enfermedad
La enfermedad por coronavirus de 2019,47 más conocida como COVID-19nota
2 e incorrectamente llamada neumonía por coronavirus,nota 3 es una
enfermedad infecciosa causada por el SARS-CoV-2.5556
Produce síntomas similares a los de la gripe o catarro, entre los que se incluyen
fiebre, tos,57 disnea (dificultad respiratoria), mialgia (dolor muscular) 58y
fatiga.5960 En casos graves se caracteriza por producir neumonía, síndrome de
dificultad respiratoria aguda,61 sepsis62 y choque séptico que conduce a cerca
de 3,75 % de los infectados a la muerte según la OMS.63 No existe tratamiento
específico; las medidas terapéuticas principales consisten en aliviar los síntomas
y mantener las funciones vitales.59
La transmisión del SARS-CoV-2 se produce mediante pequeñas gotas —
microgotas de Flügge64— que se emiten al hablar, estornudar, toser o espirar,
que al ser despedidas por un portador (que puede no tener síntomas de la
enfermedad o estar incubándola)65 pasan directamente a otra persona mediante
la inhalación, o quedan sobre los objetos y superficies que rodean al emisor, y
luego, a través de las manos, que lo recogen del ambiente contaminado, toman
contacto con las membranas mucosas orales, nasales y oculares, al tocarse la
boca, la nariz o los ojos.6667 Esta última es la principal vía de propagación, ya
que el virus puede permanecer viable hasta por días en los fómites (cualquier
objeto carente de vida, o sustancia, que si se contamina con algún patógeno es
capaz de transferirlo de un individuo a otro).65 También está documentada la
transmisión por aerosoles ( < 5μm).6869
Los síntomas aparecen entre dos y catorce días (período de incubación), con un
promedio de cinco días, después de la exposición al virus.70717273 Existe
evidencia limitada que sugiere que el virus podría transmitirse uno o dos días
antes de que se tengan síntomas, ya que la viremia alcanza un pico al final del
período de incubación.7475El contagio se puede prevenir con el lavado de
manos frecuente, o en su defecto la desinfección de las mismas con alcohol en
gel, cubriendo la boca al toser o estornudar, ya sea con la sangradura (parte
hundida del brazo opuesta al codo) o con un pañuelo y evitando el contacto
cercano con otras personas,66 entre otras medidas profilácticas, como el uso de
mascarillas. La OMS desaconsejaba en marzo la utilización de máscara
quirúrgica por la población sana,7677 en abril la OMS consideró que era una
medida aceptable en algunos países.78
No obstante, ciertos expertos recomiendan el uso de máscaras quirúrgicas
basados en estudios sobre la Influenza H1N1, donde muestran que podrían
ayudar a reducir la exposición al virus.79 Los Centros para el Control y
Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos recomiendan el uso de
mascarillas de tela, no médicas.80 Recomendación de los CDC (febrero de
2021)
Antecedentes
Desde décadas antes de 2020, varias autoridades científicas y figuras
mediáticas advertían sobre la posible aparición de un virus con capacidad de
generar una pandemia que tuviera consecuencias devastadoras para el mundo.
Exitosos libros como A Dancing Matrix (1994) de Robin Marantz Henig, The
Coming Plague (1994) de Laurie Garrett y The Hot Zone de Richard Preston
(1995) tocaron este tema y coincidieron en que mundialmente no existía la
preparación suficiente para lidiar con algo así.82
En el siglo xxi las advertencias continuaron, y aunque durante ese tiempo surgió
la pandemia de gripe A (H1N1) de 2009-2010, muchos autores y autoras
continuaron centrando su preocupación en la aparición de una pandemia similar
a la pandemia de gripe de 1918, que ha sido la más letal de ese siglo xx. Mientras
que, por otro lado, la de 2009-2011 fue la menos letal de ellas, con un número
de contagios y muertes estimadas que coincidieron en buena parte con los que
una gripe estacional puede causar anualmente, y con un nulo impacto social e
económico al nivel mundial. Algunos de los expertos que advirtieron sobre una
posible pandemia fueron:83
El científico Vaclav Smil: escribió en su libro Global Catastrophes and Trends
(2008), que «la posibilidad de una pandemia de influenza durante los próximos
50 años es virtualmente del 100 %».
El científico David Quammen: habló en su libro Spillover (2013) que el siguiente
«cataclismo» provocado por una pandemia, similar a las de 1918 sería más
probablemente debido a un virus de origen animal.84
El virólogo y experto en influenza Robert Webster: escribió en su libro Flu Hunter
Unlocking the secrets of a virus (2019) que «una pandemia mortal y disruptiva»
era «solo cuestión de tiempo», y que «la naturaleza eventualmente va a desafiar
de nuevo a la humanidad con un equivalente al virus de la influenza de 1918».
Jeremy Konyndyk, exdirector de la Oficina de USAID de Asistencia para
Desastres Externos de Estados Unidos: escribió en un artículo de 2017 que «una
nueva gran crisis sanitaria global es una cuestión de 'cuándo', no de 'si'», y
añadió que el virus sería comparable al de la pandemia de 1918.[cita requerida]
Otra de las advertencias, que se popularizó durante la actual pandemia, fue la
charla TED que dio Bill Gates en 2015, donde habló sobre la falta de políticas de
preparación ante una posible pandemia causada por algún virus altamente
infeccioso y bajo circunstancias que alienten su diseminación; y una vez más,
presentó un modelo de los contagios que provocaría un virus como el de 1918.85
Según dijo Bill Gates, para un reportaje a The Wall Street Journal, también instó
a los candidatos presidenciales de las elecciones de Estados Unidos de 2016 a
priorizar esfuerzos en preparativos ante una posible pandemia.83
Durante la actual pandemia, también cobraron notoriedad obras que trataron
temas relacionados con epidemias, especialmente la película Contagion
(2011),86 basada en eventos como la pandemia de 2009 y la epidemia de SARS
de 2002-2004, y que fue bien recibida por la comunidad científica por su cercanía
con la realidad; o la novela The Eyes of Darkness (1981), donde se relata la
creación de un virus con 100 % de letalidad, llamado «Wuhan-400» en algunas
ediciones de este libro.
Origen de la pandemia
Brote epidémico en Wuhan
Esta sección es un extracto de Pandemia de COVID-19 en República Popular
China § Inicio de la pandemia
Los hospitales de Wuhan detectaron los primeros casos de la nueva enfermedad
a mediados de diciembre de 2019, estos primeros contagios detectados se
dieron en el ámbito del Mercado Mayorista de Mariscos del Sur de China de
Wuhan.88
Estos primeros casos, diagnosticados en un principio como una neumonía de
origen desconocido, fueron los que iniciaron las alertas sanitarias que llevaron a
que en la primera semana de enero se identificase como causante de la
enfermedad desconocida a un nuevo coronavirus, al que se denominó al
principio 2019-nCoV.
El 9 de febrero de 2021, una comisión internacional de la OMS enviada a China
para investigar los orígenes de la pandemia in situ, concluyó que el foco inicial
de la pandemia fue el determinado desde un principio, el mercado mayorista de
Wuhan, sin poder determinar cómo llegó a él el virus, existiendo casos en los
que no se ha podido hallar relación con el mercado: «No hemos encontrado
pruebas de grandes brotes que pudieran vincularse antes del 19 de diciembre
en Wuhan o en otros lugares. También podemos estar de acuerdo en que
encontramos una circulación más amplia del virus en Wuhan en diciembre, no
solo limitada al mercado de Huanan», descartando un origen distinto al salto
animal-humano y, descartando igualmente, la existencia de casos anteriores a
aquel diciembre de 2019.
Los coronavirus circulan principalmente entre animales, pero han evolucionado
e infectado a los humanos (convirtiéndolos así en virus zoonóticos), como se ha
visto en el SARS, el MERS y otros cuatro tipos de coronavirus encontrados en
humanos que causan síntomas respiratorios similares a los del resfriado común.
Los seis tipos de coronavirus conocidos hasta ahora se pueden contagiar de
humano a humano.