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Evaluación de la inteligencia
en niños y adolescentes
TEMA 4. EVALUACIÓN DE LA INTELIGENCIA EN NIÑOS Y
ADOLESCENTES
1. Introducción.
Este énfasis psicométrico ha sido muy útil para los trabajos en la educación, para
la conformación de escuelas especiales para niños con déficits cognitivos, sensoriales y
sociales, y para niños con habilidades superiores al promedio. Ha servido para
proporcionar ambientes más adecuados a los distintos individuos y para ayudar a la
realización de sus potencialidades. La capacidad de aprender y de adaptarse a un nuevo
ambiente, las habilidades específicas (matemáticas, musicales, espaciales, sociales) se
ha tomado en cuenta en estos contextos. El CI siempre se debe considerar dentro de un
rango, que incluye un promedio (por ejemplo 100) y desviación estándar (por ejemplo ±
15). Es siempre un concepto relativo. Sin embargo colocar un rótulo a una persona
puede tener importantes implicaciones muchas de ellas negativas.
Los Test de Terman (1916) con sus múltiples variantes, y la Nueva Escala
métrica de la inteligencia - NEMI_ (Zazzo, 1970), son adaptaciones de la escala
original de Binet-Simon. Asimismo, las Escalas de desarrollo Gessel, las de Brunet-
Lezine (1978) y las de Bayley (1977), entre otras responde a este objetivo de medida del
desarrollo, aunque estas últimas analicen distintas áreas de desarrollo (psicomotricidad,
lenguaje, etc) además de la cognoscitiva.
Esta posición defiende que la inteligencia más que ser evaluada a través de sus
resultados debe ser abordado por sus procesos, como única manera de conocer la forma
mediante la cual operan las habilidades intelectuales. En el terreno de la medida
psicológica, la neuropsicología, a través de Kaufman (1983) ha hecho una excelente
aportación al análisis de las capacidades de procesamiento (Test de K-ABC). A partir de
la teoría de Luria (1974) ha diseñado un modelo de procesamiento, denominado PASS
(Planning, Arousal, Simultaneous, Succesive) y ha generado una prueba dirigida a
analizar los procesos de tratamiento secuencial y simultáneo de la información.
Otra aproximación teórica es la de los estilos cognitivos, que se define como una
forma específica de actuar y tratar la información, formas específicas de percibir,
aprehender, recordar, pensar y resolver problemas sociales. Los estilos cognitivos más
estudiados son Independencia/dependencia de campo (Witking, 1985).
Las edades de tres a seis años son las propias de la educación prescolar. El niño
ha entrado ya en el mundo simbólico y está desarrollando las habilidades básicas
prerequisitas para la adquisición de la lectoescritura y de la capacidad aritmética. El tipo
de pensamiento dominante es el pre-operacional, caracterizado por el uso de la
capacidad de representación o función simbólica, aunque continúa el anclaje en el
egocentrismo, la irreversibilidad en el pensamiento y la falta de equilibrio entre
acomodación y asimilación. En estas edades, la exploración de las habilidades
cognoscitivas se centra de modo especial en el dominio del lenguaje, en el desarrollo
cognitivo y las habilidades de análisis. También se centra en el análisis de las
habilidades instrumentales básicas para la preparación académica: perceptivo motoras,
gráficas, motricidad manual, dominancia lateral, etc. Los contenidos de los test de
inteligencia para estas edades incluyen tareas como conocimiento de vocabulario,
clasificación de objetos por color o forma, construcción con cubos, repetición de
órdenes, etc.
- El Test del dibujo de la figura humana (Koppitz, 1974) que también suele ser usado
como prueba de análisis de la capacidad intelectual. Edad de aplicación de 5 a 12 años.
El análisis se centra en la identificación de las partes del cuerpo humano que han sido
dibujadas (cabeza, ojos, nariz, pelo, vestidos, etc). La calidad del dibujo viene
determinada por la cantidad de elementos dibujados, la precisión de la representación y
la corrección de la relación entre las distintas partes del cuerpo humano. Se asume que
tal calidad puede ser tomada como indicador del desarrollo cognitivo, en la medida que
expresa la riqueza y la organización de la representación del esquema corporal. A pesar
de contar con detractores, el análisis del dibujo humano está incluido como subtest, en
las escalas de McCarthy, y muchos profesionales utilizan esta prueba como una forma
de aproximación rápida a la valoración de la riqueza cognitiva de los niños. La
representación gráfica de esta prueba exige el entrenamiento en el uso del papel y lápiz,
y cierta habilidad perceptiva y grafomotora. La alteración en estas habilidades puede
interferir en el resultado del dibujo. Luego, estas variables deben tomarse en cuenta al
cuantificar e interpretar el dibujo de la figura humana. (Ampliado en el tema
Dibujo y pruebas proyectivas)
Por otra parte se pueden obtener también los siguientes factores secundarios:
razonamiento cuantitativo (mide precisión de logros académicos en lectura y
matemáticas), memoria de trabajo auditiva (habilidades de memoria e inhibición de
interferencia proactiva) y no verbal (aptitud intelectual en pruebas sin contenido verbal),
capacidad general (aptitud intelectual menos relacionada con la memoria de trabajo y la
velocidad de procesamiento que el CI Total) y competencia cognitiva (eficiencia en el
procesamiento de la información).
- TONI-2 Test de inteligencia no verbal. Aplicable desde los 2 años hasta los 86. Es
una prueba de inteligencia libre de la influencia del lenguaje y de la habilidad motriz,
con lo cual puede ser empleada para aquellas poblaciones que tengan dificultades en el
uso del idioma o con alguna alteración en el lenguaje oral.
- La prueba de Factor G (Cattel, 1969). Mide la inteligencia fluida. Puede ser aplicada
a disitnos niveles de edad. El nivel 1 incluye tares cognitivas de rapidez de codificación,
solución de laberintos, identificación de vocabulario, semejanzas, clasificación,
identificación de errores, etc. El nivel 2 mide la inteligencia fluida mediante tareas de
seriación, clasificación, matriciales y cumplimiento de relaciones condicionales.
- El test de Factor G de Raven (Raven, 1965) y sus variantes Raven Superior, Matrices
Progresivas (1970). Aplicable a partir de los 4 años. Son pruebas no verbales que miden
la capacidad intelectual general mediante comparación de formas y el razonamiento por
analogías, independientemente de los conocimientos adquiridos. Brinda información
sobre la capacidad y claridad de pensamiento, obligando a poner en marcha el
razonamiento analógico, la percepción y la capacidad de abstracción.
De entre las pruebas capaces de ofrecer una visión de las habilidades cognitivas
diferenciales de los adolescentes a nivel de secundaria cabe citar el test de PMA de
Aptitudes mentales primarias (Thurstone, 1941), aplicable desde los 9 años. El test de
DAT-5 de Habilidades diferenciales (Bennet, 1992), aplicable desde los 12 años el BFA
Batería factorial de aptitudes (Manzione, 1970) y la BADYH Batería de aptitudes
diferenciales y generales (Yuste, 1998). El EFAI Test Evaluación de las aptitudes
intelectuales, aplicable a partir de los 7 años. Estos test de habilidades diferenciales son
especialmente útiles para diseñar un perfil de aptitudes que ayuden a entender las
características individuales frente al aprendizaje.
Ardilla, R. Inteligencia. ¿Qué sabemos y qué nos falta por investigar? Rev.
Academia Colombiana de Ciencias. 2011. Vol 35 (134): 97-103.