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Evaluación de la familia
TEMA 9. EVALUACIÓN DE LA FAMILIA
1. Introducción
5. El apego.
6. Evaluación de la familia
Es dentro de la familia donde los niños van aprendiendo los hábitos, los valores,
las actitudes y las creencias que están en consonancia con las normas de la sociedad en
la que viven. La familia es, por tanto, uno de los principales agentes de socialización y
el que más influencia tiene sobre las conductas posteriores del individuo, ya que
constituye la primera fuente de información y posiblemente, la más significativa
(Maccoby y Martin, 1983). Los padres, en relación con los hijos, son los modelos de
referencia más importantes de su vida y la falta de apoyo y de responsabilidad parental
son actos que ocasionan graves consecuencias para un desarrollo equilibrado.
Según esta teoría, los niños entran en conflicto debido a que los padres deben
imponer restricciones a la libre expresión de sus deseos (Ello). Los niños odian a sus
padres por las restricciones impuestas, sin embargo, necesitan de su amor y comprenden
que estos sentimientos de odio tienen el peligro de llevar al rechazo de sus padres y a la
pérdida de su amor (Yo). El conflicto se resuelve a través de la identificación. Los niños
internalizan a sus padres e introyectan sus valores, formando el Superyo. Las teorías
psicoanalíticas consideran a la familia como la proveedora de los elementos
constitutivos del Superyo. Una de las premisas de la teoría es que los padres que tienen
problemas emocionales pueden proyectarlos durante la crianza y resultar en la
sobreprotección o en el rechazo del niño. Tanto el exceso de protección como el rechazo
parental, resultan perjudiciales para la buena adaptación del niño.
Una de las teorías más relevantes en relación con la crianza o educación del niño,
y que se ha gestado dentro de la teoría psicoanalítica es la teoría del apego. Algunas de
sus características son: a) periodo crítico para la formación de vínculos; b) plasticidad.
Bowlby (1969) fue el primero en utilizar el término “attachment” (apego) para
denominar el lazo afectivo entre el niño y la madre. Para este autor, los vínculos
afectivos entre la madre y su hijo tienen una base biológica. Hay una predisposición en
el niño para mantener la proximidad con sus cuidadores. La experiencia que el niño
tiene del calor emocional y la intimidad con la madre o el cuidador principal son
esenciales para el posterior desarrollo emocional del niño.
Teoría cognitiva. Según esta teoría los niños van construyendo modelos de
representación mental en la interacción con la familia. Para autores como Hoffman
(1977) y Mestre (2014), la forma en que el niño se identifica con sus padres y sus
valores son decisivos en la internalización del desarrollo de la moral.
Totalidad y orden. El todo es más que la suma de sus partes. Para conocer la
armonía de la familia, no es suficiente con saber cuáles son las características
individuales de los miembros, se necesita estudiar la organización de la relación
familiar como unidad.
Interdependencia. Los sistemas están compuestos por subsistemas que son parte
del propio sistema.
El funcionamiento familiar se explica por los distintos procesos del cambio que
pueden facilitar y promover la adaptación de la familia a una situación determinada. La
familia no es un recipiente pasivo sino un sistema intrínsecamente activo. Así, todo tipo
de tensión, sea originada por cambios que ocurren dentro de la familia (la independencia
de un hijo, una muerte, etc.) o que proceden del exterior (mudanzas, pérdida del trabajo,
etc.) repercute en el sistema y en el funcionamiento familiar. Frente a estos cambios se
requiere un proceso de adaptación, es decir, una transformación constante de las
interacciones y de las reglas familiares capaces de mantener, por un lado, la continuidad
de la familia y, por otro, permitir el crecimiento de sus miembros.
- Roles. Esta dimensión analiza los patrones de conducta, a través de los cuales
la familia designa las funciones familiares a cada uno de sus integrantes, dichas
funciones se clasifican en dos áreas: instrumentales y afectivas, cada una de ellas se
subclasifican en necesarias y no necesarias.
1) Manutención económica: 2) Afectividad y apoyo 3) Gratificación sexual adulta: 4)
Desarrollo personal:habilidades para su logro personal. 5) Crecimiento y satisfacción
personal de cada uno de los miembros:
El grado de madurez se relaciona con los retos y exigencias que los progenitores
imponen a sus criaturas. La capacidad para establecer un ambiente comunicativo es otra
de las dimensiones en que las prácticas educativas se distinguen. Dicha dimensión se
refiere a la posibilidad de crear una dinámica en la que es posible explicar de manera
razonada las normas y las decisiones que se toman teniendo en cuenta el punto de vista
de los otros. Permite compartir problemas, conflictos, dudas, satisfacciones, etc. Estas
variables, junto con el poder, que se define como el potencial que un individuo tiene
para obligar a otra persona a actuar de modo contrario a sus propios deseos, serán
utilizadas para explicar las conductas socialmente competentes e incompetentes de los
niños.
5. El apego
Dado que la figura de apego aporta seguridad frente a las amenazas, una de las
principales cuestiones que debe tenerse en cuenta es que esta evaluación requiere que se
active el sistema de apego (O´Connor y Byrne, 2007). Con tal objeto, en los
procedimientos de exploración del apego infantil suele introducirse cierto estrés, que
bien puede ser comportamental (por ejemplo, en la situación del extraño) o cognitivo
(por ejemplo, en las historias incompletas). Otro de los aspectos fundamentales del
enfoque metodológico del apego es el momento evolutivo en el que se lleve a cabo la
exploración, ya que, entre otras cuestiones, la maduración cognitiva va desencadenando
formas más indirectas de expresión de las necesidades de vinculación. La progresiva
maduración cognitiva también afecta a la organización del apego, que deja de estar tan
ligada a personas específicas para adquirir una dimensión más general (Main, Kaplan y
Cassidy, 1985). En este sentido, en la evaluación de las conductas de apego se explora el
estilo de vinculación del menor con una persona concreta en un momento determinado,
mientras que la exploración de los modelos internos de apego requiere una lógica que
vaya más allá de la vinculación a una persona específica. La aproximación a la
organización del apego debe hacerse desde un modelo categorial o desde un modelo
dimensional.
Con el objetivo de explorar las conductas de apego en el contexto natural del
hogar se diseñó el procedimiento Attachment Behaviour Q-set o AQS (Waters, 1995;
Waters y Deane, 1985). Esta técnica explora la seguridad de las conductas de apego con
el cuidador en menores de entre 12 meses y 5 años, aunque algunos autores lo han
utilizado con éxito con niños y niñas de más edad. El procedimiento consiste en la
organización, por parte de los observadores, de 90 tarjetas que describen
comportamientos típicos y atípicos de un niño seguro (por ejemplo, “utiliza raramente a
la madre/padre como base segura en sus exploraciones”) en tres montones de 30 tarjetas
en función de si describen en mayor o menor medida al niño o niña evaluado. Cada una
de esas tres agrupaciones se vuelve a dividir en otras tres, esta vez de 10 tarjetas cada
una, organizándolas, una vez más, según se parezcan más o menos los comportamientos
descritos a los del niño o niña en cuestión, obteniendo, finalmente, un total de nueve
montones de tarjetas. La colocación de las tarjetas en un montón u otro determinará la
puntuación ob- tenida por el niño o niña en una escala unidimensional de seguridad de
las conductas de apego, que podrá situarse en algún punto entre el polo más seguro y el
más inseguro.
6. Evaluación de la familia
Uno de los supuestos básicos de esta metodología es, que la forma en que las
personas actúan, hablan, sienten y piensan, sobre ellos o sus familiares son datos
cruciales para la investigación. Los métodos cualitativos se basan fundamentalmente, en
la interpretación intuitiva y subjetiva del investigador, es decir, se llegan a conclusiones
mediante inferencias de los hechos observados. La recogida de información se realiza a
través de distintos métodos, siendo la entrevista el más común. Otro método cualitativo
es, el análisis del material escrito, ej cartas, diarios, etc. La utilización de esta
metodología permite extenderse y profundizar en aquellos problemas que no han sido
bien estudiados y en donde los métodos no cualitativos son difíciles de utilizar.
La utilización de los padres como informantes tiene la ventaja de que son los
únicos que tienen acceso a ciertas conductas de sus hijos, de que otra forma, no se
podrían evaluar. Conductas que varían considerablemente a través de situaciones, o
aquellas que raramente se manifiestan en público, son difíciles de obtener mediante la
observación, de ahí que el autoinforme (tanto la entrevista como el cuestionario), sea la
única solución viable cuando se quiere obtener datos sobre ciertas variables.
Cuestionarios de relaciones padres-hijo (y variables familiares) cuya fuente de
información son los padres (TABLA)
Críticas. Las críticas a los cuestionarios se realizan sobre distintas bases. Uno de
los problemas más frecuentemente criticados es que los padres no parecen ser
conscientes o estar bien enterados de ciertos aspectos de su propia conducta. Siendo,
una de las mayores críticas, la que está basada sobre la fiabilidad de los datos
retrospectivos que los padres proporcionan sobre sus hijos (Yarrow Campbel, 1968).
También se ha dicho, que las actitudes parentales no proporcionan una adecuada
valoración del ambiente familiar. Para Holden y Edward, los problemas que presentan
los cuestionarios de relaciones padres-hijos y familiares son, principalmente, de
contenido y metodológicos. Respectos a los contenidos, las críticas más importantes se
realizan a la ambigüedad de los ítems y a su formulación de forma genérica, que lleva a
que los padres respondan opinando sobre la educación de los niños en general, pero no
sobre las que ellos dan a sus propios hijos. En cuanto a los aspectos metodológicos, el
problema radica en que la mayoría de los estudios no especifican la edad de los niños a
los que van dirigidos, y en muchos de ellos las propiedades psicométricas del
instrumento o se indican.
Por otro lado, algunos de los problemas detectados en los autoinformes se van
eliminando. Los estudios donde se utilizan autoinformes restrospectivos tienden a ir
disminuyendo, la utilización de métodos estadísticos apropiados que reducen los errores
de fiabilidad y validez del cuestionario aumenta, propiciando una mayor confianza en la
evaluación familiar.
Críticas. Algunas de las críticas que se hacen a este tipo de evaluación tienen
que ver con la fiabilidad entre observadores, que en algunos casos es baja; otras están
relacionadas con la generalización de las conductas observadas.
6.4 Técnicas multimétodo.
Gómez Arango, Ana Cristina. (2006). Los padres en la psicoterapia de los niños.
Pensamiento Psicológico, vol. 2, núm. 6, enero-junio, 2006, pp. 103-113
Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80100609.