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Sulem Hernández Tehozol

Reflexión de “Reparación, los estadios tempranos en el complejo de


Edipo”
En el capítulo 7, la autora afirma que la reparación es un mecanismo que
se pone en juego cuando el bebé entra en posición depresiva y siente que
ha destruido omnipotentemente a su madre. El deseo y la capacidad de
restaurar al objeto, interno y externo se basan en las actividades creadoras
y en la capacidad del yo para conservar el amor y las relaciones a través
de conflictos y dificultades.
Por lo tanto, como se observa en las manifestaciones fenomenológicas
destacadas, aquí se emplea aún más la prueba de realidad: el bebé
observa con preocupación y ansiedad qué efecto tienen sus fantasías
sobre los objetos. El amor y el odio son los sentimientos básicos que
sustentan la teoría dualista instintiva desarrollada por Freud que admite la
coexistencia de los instintos de vida y muerte. Melanie Klein desarrolla los
conceptos relacionados con las emociones provenientes del instinto de
vida, sobre todo las que se refieren a la culpa, al amor y a la necesidad de
reparar el daño que se siente haber cometido, en la fantasía o en la
realidad, a los seres queridos.
El mecanismo de reparación es un elemento fundamental en el amor y en
todas las relaciones de los humanos. El amor está relacionado con el
deseo y es una fuerza que armoniza y une, dirigida hacia la vida y el
placer. El niño desde muy temprana edad tiene fantasías de placer,
fantasías destructivas y fantasías de reparación. En su fantasía destruye al
objeto amado, su madre, y a continuación tiene la necesidad de sanarlo,
de reparar lo destruido. Los sentimientos de culpa y el impulso de
reparación están íntimamente ligados a la emoción amorosa.

Melanie Klein considera el concepto de reparación como una vía


fundamental para controlar temores inconscientes y sentimientos de
culpabilidad, nos dice que, si estos sentimientos son muy fuertes, inhiben
las actividades y los trabajos productivos. Melanie Klein también nos habla
del lado positivo de lo traumático una vez hemos logrado superarlo, pues
toda crisis es a la vez una opción para el crecimiento personal. Así
asegura que la habilidad de una persona para solucionar sus conflictos, su
resiliencia, contribuye al desarrollo de su personalidad: muchos no
quisiéramos siquiera haber evitado las experiencias dolorosas, porque han
contribuido al enriquecimiento de nuestra personalidad.
En conclusión, a este penúltimo capítulo podemos decir que La reparación
y el deseo de reparar son parte integral de la posición depresiva. La
reparación se basa en el sentimiento de amor y la aceptación de la
existencia del objeto como separado de uno mismo. La reparación
involucra enfrentar el sentimiento de perdida y daño y el hacer esfuerzos
para reparar y restaurar nuestros objetos. La reparación efectiva implica un
tipo y monto de culpa que no sea tan alto que lleve a la desesperación. Por
el contrario, puede engendrar esperanza y preocupación respecto a los
seres queridos. La reparación en si provee un camino para salir de la
desesperanza, al promover un círculo beneficioso y no un círculo vicioso
en casos de depresión. La reparación y el deseo de reparar esa una raíz
importante para toda actividad creativa y es, sin duda, una parte central del
desarrollo humano.

Finalmente, en el complejo de Edipo temprano, se experiencia la relación


edípica al comienzo de la posición depresiva. El capítulo 8 describe que,
cuando el bebé se percata del vínculo libidinal existente entre sus padres,
proyecta en ellos sus propios deseos libidinales y agresivos. Al percibir y
fantasear que se brindan aquellas gratificaciones que él desea para sí, se
origina intensa frustración, celos y envidia.
Reacciona ante esta situación con sentimientos agresivos y los ataca, lo
cual genera que se presente destruida a la pareja parental interna de la
situación edípica temprana. Como se sostiene, para el varón y la niña, el
primer objeto de deseos es el pecho de la madre, y al padre se lo percibe
primero como rival. No obstante, ante las ansiedades persecutorias y
depresivas vivenciadas en relación con la madre y su pecho, el pene del
padre se convierte en un objeto alternativo de deseo oral hacia el que la
criatura se puede dirigir apartándose del pecho, tal como ilustran las
presentaciones oníricas de los pacientes.

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