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Marzo 7, 2009
Sofía Montenegro
I. Introducción
De acuerdo con esta corriente, la historia humana está formada por “dispensaciones”:
período temporales únicos que se caracterizan por la forma que tiene Dios de
relacionarse con los seres humanos y que se suceden con arreglo al plan divino de Dios
y culminan en una gran catástrofe (la expulsión del Paraíso, el diluvio, etc). Según esto,
en la actualidad estamos viviendo la “penúltima dispensación” (una época de gran
maldad y pruebas terribles) antes de la segunda venida de Jesús, en la que se supone el
mundo verá la ascensión de un Anticristo que dirigirá las iglesias apostatas del mundo,
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así como su correspondiente dirigente político (“la bestia”) que dirigirá un nuevo
imperio. Habrá un combate entre estas fuerzas perversas y los santos, Jesús vendrá a
recoger a los fieles cristianos (poco más que cien mil personas) que serán “arrebatadas”
de la tierra para llevarlas al cielo junto a él. Entonces vendrá la Gran Tribulación, donde
todos los demás serán juzgados. Seguirá después la Batalla del Armagedón, entre Cristo
y Satán, misma en la que infieles y malvados tendrán un final espantoso,
1
Javier Sádaba. Crítica general fundamentalismo. Conferencia. Actio, marzo 2004.
2
Cortina, Adela. La Ética de la Sociedad Civil. Madrid, Anaya, 1994.
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I. El miedo, raíz del fundamentalismo
Grupos sociales con estas características son los que empujan a las sociedades a graves
conflictos puesto que la intolerancia termina desembocando en guerras, masacres,
limpiezas étnicas y alientan la xenofobia, el racismo, el machismo, que son
componentes de las mentalidades autoritarias.
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sexuales) y religiosas (practican la llamada “separación bíblica” rechazando la unión o
el ecumenismo con otras iglesias, que no esté basado en la fidelidad a las escrituras). Un
fundamentalista es un creyente “nacido de nuevo” en Jesucristo que:
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como socialismo, el nacional-socialismo y la actual utopía neoliberal de mercado total,
prometieron todas un mundo mejor, pero se convirtieron en proyectos totalitarios.3
Desde el siglo XIX hasta nuestros días, el neoliberalismo y el marxismo dogmático han
sido los modelos económico-ideológicos dominantes, cuya imposición coincide, en
líneas generales, con el comienzo del proceso de destrucción de la naturaleza en el
ámbito planetario, de manera que hay un nexo entre este hecho y esas ideologías. Este
nexo sería la poca base científica de ambos modelos, el carácter fundamentalista de sus
adeptos, la escasa valoración otorgada a la naturaleza y su énfasis en la preeminencia de
lo económico. Ambas son concepciones excesivamente simplificadas del mundo, lo que
da preeminencia a una visión reduccionista de la realidad. En el fondo son, como
argumentan los críticos, “religiones laicas”, de pensamiento único y eso es lo que las
emparenta con el fundamentalismo cristiano. De ahí el gran parecido además entre la
ideología stalinista y la neoliberal.
Así, han pretendido establecer una nueva religión universal: la religión del mercado,
afirmando que no existe otra alternativa fuera de éste, puesto que sólo el mercado
puede ser considerado como el ámbito natural de la libertad absoluta. No es casual que
el fundamentalismo cristiano y el fundamentalismo económico lleguen a coincidir en
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Franz J. Hinkelammert. El cautiverio de la utopía: las utopías conservadoras del capitalismo actual, el
neoliberalismo y la dialéctica de las alternativas. http://www.pensamientocritico.info/ver_articulos.php?id=245
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afirmar que el reino de la libre empresa es el verdadero “reino de Dios”, fuera del cual
no hay esperanza de salvación alguna.
Esta alianza ha influido tanto en la ética política como en la ética de los negocios,
permitiendo al fundamentalismo protestante conseguir un auge internacional, sin
precedentes desde que se originó a principios del siglo XX en Estados Unidos. Una
muestra de esta mezcla de fundamentalismo económico-religioso, es la asociación
“Hombres de negocios por el Evangelio Completo” a la que, en el caso de Nicaragua, se
han incorporado casi todos los funcionarios y operadores políticos del partido de
gobierno.
Sin embargo, la actual crisis económica mundial iniciada en 2007 en el sector financiero
e inmobilario de Estados Unidos, ha puesto en cuestión todo el edificio ideológico del
neoliberalismo y la religión de los bancos. El mundo vive hoy una alta y cara
dependencia energética, una crisis alimentaria mundial, una elevada inflación
planetaria y la amenaza de una recesión en todo el mundo, así como una crisis
crediticia, hipotecaria y de confianza en los mercados. En diversos países la primera
consecuencia es el desempleo masivo y la segunda los desórdenes sociales. Con la crisis,
el consenso de Washington, piedra angular de la ola neoliberal, se extinguió, y está
dando lugar a un retorno del Estado en la regulación de las economías, así como una
fuerte presión por el cambio de tendencia en las políticas.
En resumen, el clima sicológico generado por acumulación desde las caídas de los
emblemáticos muros de Berlín y de Wall Street, es de incertidumbre generalizada y
complejidad. Ello ha venido generando una “crisis de creencias” al disolverse las
certidumbres de antaño, que al romperse provocan que individuos y comunidades se
sientan desorientados, pero la búsqueda de una nueva orientación hacia el futuro y la
falta de esperanza, lleva al final a la desesperación. Esta “inseguridad ontológica” y el
miedo, es el trasfondo del movimiento conservador de búsqueda de salvación que
explica el auge del fundamentalismo religioso.
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aumentos sostenidos de criminalidad y delincuencia juvenil, fenómenos de
drogadicción fuera del control familia, que generan condiciones anómicas. Todo ello es
parte constitutiva de un orden social inestable en las sociedades capitalistas sometidas a
los procesos de globalización crecientes.
4
“Los inmigrantes se traen a Lutero”. El País, España. 30/08/2008.
5
Heinrich Schäfer. “¡Oh Señor de los Cielos, danos poder en la tierra! El Fundamentalismo y los carismas: la
reconquista del campo de acción en América Latina. Mesoamérica 33 (junio de 1997), pp. 125-146
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El fundamentalismo religioso transforma así los intereses y necesidades de los
individuos en algo absoluto, con validez universal. En ese sentido, usa la alteridad
sagrada como vía para recuperar lo propio de manera nueva, o sea, como algo sagrado.
Las relaciones sociales adquieren nuevos significados y los individuos entran en
relaciones recíprocas nueva. Por medio de la nueva interpretación religiosa de la
situación social o personal se hacen accesibles a los creyentes nuevas perspectivas de
acción frente a la crisis.
De acuerdo con la fuente citada, las corrientes que han despuntado en el servicio social
han sido la del protestantismo liberal y la liberal progresista que además han
establecido muchas organizaciones paraeclesiales tales como el CIEETS, CEPAD,
Hospital Bautista, Universidad Evangélica, UPOLI, INDEF, Mundo de Fe. Tienen
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William Rodríguez Arce. “Caracterización del Protestantismo en Nicaragua”(UENIC MLK) s.f.
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proyectos de desarrollo, preescolares, colegios e institutos de enseñanza, seminarios
teológicos, así como radioemisoras en todo el país. Por otro lado y a partir de la década
del 90 se incrementan las iniciativas de participación política en el sector Pentecostal y
se fundan partidos políticos, como el Partido de Justicia Nacional (PJN) y el Camino
Cristiano Nicaraguense (CCN), el Movimiento de Unidad Cristiana (MUC) y el de
Alternativa Cristiana(AC), este ultimo formado por disidentes del CCN. Estas
iniciativas tienen como base las Asambleas de Dios y son todos partidos de derecha que
representan a los sectores más conservadores y fundamentalistas del protestantismo.
Han sido aliados del FSLN y el PLC, así como comodines del pacto entre ambos
partidos.
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a los que impregnan las instituciones de la sociedad. Ahí se ubicarían tanto las sectas
evangélicas, como las pandillas y los grupos políticos que se consideran revolucionarios
y en la actualidad, el propio Frente Sandinista que está en el poder. Todos ellos
refuerzan los mismos rasgos: identidad cerrada, dogmatismo, odio a la diferencia y
autoritarismo. Sin embargo, la preponderancia del fenómeno religioso, Rocha la
describe así:
En el plano político, el Frente Sandinista que profesaba la “religión laica” del marxismo
dogmático y del paraíso socialista, ante la crisis de su paradigma casi de manera natural
se “reconvirtió” rápidamente al cristianismo y se ha remodelado como una secta
Pentecostal, en la cual el caudillo sandinista es Dios y su señora, la profeta. El
fundamentalismo Orteguista no reconoce militantes, sino adeptos. Este grupo cerrado,
minoritario y violento trata ahora de imponer un régimen totalitario y teocrático en
Nicaragua.
El culto(al Espíritu Santo/la revolución) los aísla, el templo (el partido) los protege.
Como señala Rocha en relación a las iglesias: “El templo es el territorio donde se realiza
su plenitud como personas y pueden evadir, a base de minusvalorar, lo que acontece en
el mundo. El local de las celebraciones es un espacio atemporal donde pueden ser
testigos de la gloria de Dios y actuar como si ya estuvieran disfrutando del paraíso. Los
momentos de culto abren una ventana a la eternidad concebida como tiempo uniforme
y sin límites.”
Igual función cumplen las celebraciones “revolucionarias”, las asambleas con tarimas
floridas, las procesiones partidarias y las reuniones en la Casa de los Pueblos. Aquí los
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Jose Luis Rocha. Los Fundamentalismo de ayer y de allá y los de hoy y de aquí. Revista Envío, No.238, octubre
2001.
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“buenos” (los revolucionarios, el “partido de los pobres”), allá los “malos” (los
oligarcas, los culitos rosados, las abortistas, los agentes del imperio). Aquí el “pueblo
elegido de Israel” (sandinistas), allá el opresor Egipto (todos los demás), aliados de
Mammon y de Satán. No hay salvación, fuera del partido y no hay otro dios, que DOS.
Igual que la secta Iglesia Universal del Reino de Dios, más conocida como “Pare de
sufrir”, el mercantilismo, la corrupción y la promesa de “prosperidad” atraviesan las
prácticas políticas del gobierno del FSLN, así como la de sus aliados. Ya es parte de lo
que se identifica como “las multinacionales de la fe” y a cambio de su respaldo, les ha
dado privilegios, otorgado títulos de propiedad sobre los terrenos de sus templos,
construido un “parque de la Biblia” con asistencia de telepredicadores y comprometido
a regalar 25 mil biblias, en lugar de libros escolares, para la difusión del
fundamentalismo.
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anterior, como señala Atilio Borón, es el ostensible achicamiento de los espacios
públicos en las sociedades latinoamericanas, progresivamente asfixiadas por el súbito
corrimiento de las fronteras entre lo público y lo privado en beneficio de este último.
Pero además por un tan acelerado cuanto reaccionario proceso de “reconversión” en
función de una lógica puramente mercantil de antiguos derechos ciudadanos, tales
como la educación, la salud, la justicia, la seguridad ciudadana, la previsión social, la
recreación y la preservación del medio ambiente, en remozados “bienes” y “servicios”.
De acuerdo con Borón, hay cuatro contradicciones que ponen de relieve la
incompatibilidad entre democracia y mercado8:
2. Participación o exclusión
8
Atilio Borón. “Los nuevos Leviatanes y la Polis Democrática”. En: Tras el Buho de Minerva,
CLACSO, Buenos Aires, 2000
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y corruptos; lo público como una esfera dominada por la ineficiencia, la irracionalidad,
la corrupción…” observa Borón.
3. Justicia o ganancia
Una tercera contradicción es que la democracia está animada por un sentido de justicia.
Sacando la consecuencia lógica de la afirmación de John Rawls de que “la justicia es la
primera virtud de las instituciones sociales”, por extensión dice Borón, es posible
afirmar que “la justicia debe ser también el objetivo final de la democracia, dado que en
cuanto forma política específica de organización de la ciudad sería incongruente que la
primera pudiera tener como valor supremo el logro de fines incompatibles con los de
esta”. De acuerdo con lo anterior, hace una advertencia ominosa: “Es muy improbable y
más que problemática la sobrevivencia de la democracia en una sociedad desgarrada
por la injusticia, con sus desestabilizadores extremos de pobreza y riqueza y con su
extraordinaria vulnerabilidad a la prédica destructiva de los demagogos”.
La cuarta contradicción es que la democracia posee una lógica expansiva que parte de la
igualdad establecida en la esfera de la política, que impulsa a la ciudadanía a tratar de
“transportar” su dinámica igualitaria hacia los más diversos terrenos de la sociedad y la
economía, a partir de la fuerza y capacidad movilizadora de sindicatos, partidos de
izquierda y organizaciones representativas de las clases y capas populares que produjo
una progresiva conquista de derechos sociales y económicos, que de privados pasaron a
ser bienes colectivos cuya provisión pasó a depender de los Estados nacionales.
Mediante este proceso se produjo con la fórmula keynesiana, un gran avance en el
proceso de ciudadanización, lo cual cristalizó en una inédita democratización de la
sociedad y el Estado en el capitalismo desarrollado.
Estamos pues ante una “dualidad de poderes” donde el sufragio universal se vuelve un
simulacro democrático al permitir que todos voten bajo la ilusión de la igualdad
ciudadana pero carentes de resultados concretos a nivel de las políticas estatales,
mientras el mercado instituye un segundo y muy privilegiado mecanismo decisorio: un
sistema de voto calificado, esencialmente antidemocrático y aislado por completo de los
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influjos y demandas que pudieran proceder del ciudadano común y corriente. El
resultado es que ni somos ciudadanos, ni somos consumidores. Estamos, según la
expresión del autor, “en el peor de los mundos: democracias sin soberanía popular y
mercados sin soberanía del consumidor”.
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y diferencia, a fin de desarrollar sociedades civiles fuertes. Es decir, actores que
cumplen con los siguientes rasgos: autonomía, autoorganización, ejercicio de una
ciudadanía activa, y capacidad para controlar y contener el poder del Estado.
• La existencia de sujetos republicanos, que no son súbditos obedientes de los dictados
del poder, sino sujetos que participan directa o indirectamente en el diseño de
dichos dictados y en la fundamentación misma del poder, en tanto la voluntad de
los ciudadanos es la fuente del poder y la soberanía. De ahí que una creencia básica
compartida debe ser la de tener cierto control sobre las élites políticas y sobre las
decisiones que éstas toman.
• La existencia de un orden jurídico objetivo que sea universalmente obligatorio y se
aplique a todos por igual.
• El reconocimiento efectivo de la pluralidad y la competencia, donde todos tienen el
mismo derecho a ejercer todas las libertades individuales y a coexistir. Implica el
reconocimiento del “otro”, del derecho a ser diferente y al disenso.
• La demanda por una autoridad racional y responsable, que detente legal y
legítimamente el poder y que esté sujeta a reglas, a procedimientos y a la
fiscalización de las instituciones y los gobernados.
Dado que el miedo es el origen del fundamentalismo, hay que encararlo. El miedo a la
incertidumbre, el miedo a la verdad, el miedo a desobedecer, el miedo al cambio, el
miedo a lo desconocido y el miedo nosotros mismos, es el caldo de cultivo del
fundamentalismo, para lo cual hay que proponer un horizonte de cambio que
reconquiste la esperanza y supere el escepticismo.
Por el contrario, las identidades proyecto se dan según Castells, “cuando los actores
sociales, basándose en los materiales culturales de que disponen, construyen una nueva
9
Manuel Castells, El Poder de la Identidad (1997)
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identidad que redefine su posición en la sociedad y, al hacerlo, buscan la
transformación de toda la estructura social”.
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